Pymes industriales reclaman pagar sólo el consumo real de energía

Fuente: BAE ~ En respuesta a los nocivos efectos que está provocando la pandemia del coronavirus, sectores sensibles de la industria pidieron a la Secretaría de Energía que emita una resolución para que las distribuidoras cobren por el consumo efectivo y no por la potencia contratada, como ocurre ahora.

Fuentes de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la Argentina (Adimra) indicaron a BAE Negocios que «nos preocupa que este problema aún no esté resuelto, cuando existe una decisión de (la distribuidora general de energía) Cammesa que pide el cobro por lo consumido realmente».

Desde la entidad metalúrgica se refieren a facturas actuales que oscilan entre los 100 a 200 mil pesos, durante períodos donde las fábricas estuvieron directamente cerradas o incluso en la actualidad, con muy baja actividad.

En la misma dirección, Daniel Rosato, presidente de Industriales Pymes Argentinos (IPA), afirmó: «Hay que atender el costo fijo de la energía, ya que sin producir o en situaciones como la actual, representa un costo tremendo. Pretendemos que se elimine el cargo fijo; sería una medida muy importante porque no es justo afrontar facturas por consumos no realizados».

Precisamente, para IPA, este es uno de los cuatro principales problemas de las pequeñas y medianas empresas. «Las distribuidoras y generadoras deben cobrar por el consumo, y no está claro el parámetro. Esto genera grandes perjuicios sobre las pymes». 

En tanto, la directiva de Camima (metalurgia), Rita Cosentino, sostuvo que « Edenor y Edesur realizan estimaciones de consumos por bimestres anteriores, distorsionando casos. Seguimos con la tarifa de energía por potencia contratada, y hay empresas que pagan y aún no están habilitadas».

Asimismo, Norberto Fermani (titular de la cámara de ópticos) dijo que «las distribuidoras cobran energia como en un mundo ideal; las facturas llegan con montos tremendos por contratos prepandema, y no por lo consumido»

A su vez, el presidente de la Confederación Económica bonaerense (Cepba), Guillermo Siro, agregó que «siguen cobrando lo que quieren, no respetando resoluciones del ENRE, con excusas, y asfixiando al sector productivo». 

Fuentes de la Fundación Pro Tejer señalaron a BAE Negocios que «la energía se paga igual aunque no la uses». «Lo que se está solicitando a las distribuidoras es que como hoy el consumo es cero o cercano a cero, el costo es enorme y hay que adecuar estos cargos fijos», indicó. En esta línea, sostienen que quienes no utilicen la energía, no deberían pagarla, o en su defecto, abonar por lo consumido, junto a algún tipo de financiamiento.

Post pandemia. 5 claves para entender cómo será el futuro de la moda

Como reflejo del contexto social, la moda fue adaptándose a los cambios y situaciones que las sociedades atravesaron a lo largo de los siglos. Hoy, si hay algo que la industria sabe, es que, una vez que la pandemia termine, nada será igual . En este escenario, se emitieron las Vogue Global Conversations, una serie de videoconferencias organizadas por Vogue Estados Unidos y transmitidas por Zoom, para debatir acerca de varios temas que afectan a la industria en tiempos de COVID-19 .

En las charlas, las principales personalidades del mundo de la moda internacional expusieron su mirada acerca de cómo impacta el aislamiento social en la creatividad y el diseño de moda, cómo serán las presentaciones de las próximas colecciones y el futuro de las ventas en espacios físicos o virtuales . En esta nota, destacamos las cinco claves que anticipan lo que vendrá .

Dejar de añorar el pasado para poder crear el futuro

Cómo conservar la creatividad en tiempos de aislamiento fue uno de los temas de debate. Varios diseñadores coincidieron en que armar una colección tal como se hace hoy en día requiere trabajo en equipo, interacción diaria y contacto físico y visual. Marc Jacobs hizo énfasis en que «no se crea en el vacío o en una burbuja» y dijo: «Los estímulos exteriores son los que nos dan ese empujón tan necesario, la fuerza, la energía y la pasión para crear».

Pero ¿este proceso podrá seguir siendo tal cual es? Esta pausa tiene que servir para repensar la manera de crear. Jacobs hizo hincapié en la importancia de encontrar nuevos métodos para diseñar y producir moda: «Hasta que no dejemos de añorar la forma en que lo hicimos hasta hoy y busquemos otra vía o nos pongamos un nuevo objetivo hacia el que encauzar nuestro trabajo, no vamos a poder crear».

Generar las mismas emociones, pero de manera digital

Todos coincidieron en que los desfiles no pueden morir. Según el diseñador nigeriano Kenneth Ize, quien este año hizo su debut en la Semana de la Moda de París, «son importantísimos; muy necesarios; incentivan las ventas». Pero si debemos concebir la industria sin desfiles masivos, tal vez también haya que «cambiar la forma que se tiene de entender la conexión emocional con el espectador», explicó Olivier Rousteing, diseñador de Balmain. Puede que entremos en una fase en que la tecnología y la moda tengan que estar en sintonía, agregó Natacha Ramsay-Levi, diseñadora de Chloé. Asintiendo, el director de Balenciaga, Cédric Charbit, comentó que el objetivo sería lograr llegar a la audiencia generando las mismas emociones de manera digital.

De acuerdo con Forbes, la demanda de soluciones digitales, como showrooms o pasarelas virtuales, ha aumentado durante la pandemia. Tanto diseñadores como fabricantes buscan herramietas creativas para suplantar el espacio físico.

Fue la tienda inglesa Selfridges & Co. quien dio el primer gran paso lanzando la primera campaña de moda digital en 3D, que «explora el futuro de la moda y el comercio minorista a través del arte digital». La marca transformó las prendas de la temporada en renders digitales para probarse online.

A la hora de hablar de ventas, tanto online como en persona, los intereses del consumidor son lo primordial. Parecería que llegó la hora de que la industria esté totalmente sincronizada con quien compra. Según Remo Ruffini, de la firma Moncler, las marcas tendrán que estudiar una nueva manera de estar cerca del cliente y, sin duda, tendrán que cambiar el tono de su comunicación. La cuestión no es elegir entre locales físicos o venta online, el logro será que estas dos formas de venta convivan y se retroalimenten entre sí. Para Pierre-Yves Roussel, de Tory Burch, «ofrecer múltiples puntos de contacto con el cliente tiene un gran valor», tanto para el consumidor como para la firma. Va a haber que repensar «cómo ofrecer algo único en cada punto de contacto y experiencia a ese cliente», afirma.

Por su parte, Virgil Abloh, de Louis Vuitton, afirmó que la incorporación de jóvenes y nuevos talentos a los estudios de las marcas de lujo es fundamental para encontrar nuevos códigos de comunicación. «Se trata de tener una conversación con el consumidor», dijo Phair, quien está a cargo de Farfetch, una de las plataformas de venta online más importantes.

Angelica Cheung, directora de Vogue China, explicó que en su país las marcas y los influencers ya habían encontrado nuevas maneras de comprar. Por FaceTime, vía WeChat o a través de livestreams, donde los compradores obtienen productos directamente de celebrities o figuras públicas. «Un ejemplo reciente es el de un video en vivo que tuvo 38 millones de asistentes y generó más de 100 millones de dólares en ventas», comentó.

Pensar las semanas de la moda en streaming

Hoy existe una pasarela presencial y una virtual. El público objetivo de cada una fue otro de los aspectos a debatir. Cédric Charbit, director de Balenciaga, proporcionó cifras que ayudan a comprender la situación actual. Cada temporada, la marca invita a unas seiscientas personas a vivir el desfile en persona en la Semana de la Moda de París. Más de ocho mil personas lo ven en directo por YouTube, sesenta mil en Instagram y trescientas mil lo comentan por Twitter. «Si sumamos las reproducciones de los videos tendremos un público de más de diez millones de espectadores», dijo Charbit, y agregó: «Hay que saber gestionar una experiencia que sea tanto virtual como presencial».

¿Se podrá pensar en presentaciones únicamente online? La última Semana de la Moda en Shanghái fue la prueba de que puede lograrse. Más de 150 firmas desfilaron desde sus estudios, del 24 al 30 de marzo pasado, y todo fue transmitido por una plataforma online que llegó a ochocientos millones de espectadores. Un punto de partida para futuras colecciones.

Lograr un equilibrio entre producción y consumo

«Creo que la sustentabilidad es un marco mental, un estado de conciencia», dijo Stella McCartney. «Es una práctica y se debe empezar con un reto, pero que sea factible», agregó Gabriela Hearst. Para ambas diseñadoras, cuyas marcas tienen como pilar fundamental el cuidado del medioambiente, la sustentabilidad está directamente relacionada con lograr calidad y no cantidad. Esto implicaría producir menos prendas, enfocándose en el diseño, utilizando materia prima duradera y generando prendas únicas y atemporales. Significaría un gran cambio en la industria en general y, a su vez, un cambio en el consumo por parte de quien compra. «Tenemos que lograr un equilibrio entre producción y consumo», aseguró McCartney. Por su parte, Hearst confesó que tuvo que pensar mucho el modelo de negocio y, aunque implica perder dividendos, elige no sobreproducir para no utilizar el doble de recursos y no generar un exceso de distribución.

La mayoría de las firmas internacionales presentan entre seis y ocho colecciones al año, es «un derroche de creatividad», dijo la diseñadora de Chloé, y afirmó: «Muchas de las piezas que creamos tienen un ciclo vital muy corto…, luego se rebajan y pierden su valor». En la misma sintonía, Marc Jacobs puso en duda si no habría que hacer únicamente dos desfiles al año, ya que el exceso de prendas hace que tanto los seguidores como la prensa y los diseñadores se aburran.

Producir de manera sustentable implica mucha investigación. McCartney aseguró que no es necesario tener una estructura de empresa mayor que el resto de las marcas de lujo para poder tener un producto sustentable, pero sí que hay que dedicarle años a la búsqueda de formas para lograr una producción y un traslado eficientes y, sobre todo, generar menos residuos. Agregó: «Nuestro objetivo es que, de aquí a 2021, nuestros productos estén hechos de materiales no vírgenes al menos en un 80%. Actualmente, como mínimo, el 60% de los materiales que usamos son reciclados».

La industria de la moda está en crisis y, como dijo el director creativo de Louis Vuitton, «este periodo es una pausa para repensar y volver a analizar lo que significa la moda».

Que la nueva moda sea eso: nueva

Fuente: La Nación ~ Tras meses bajo la sombra del Covid-19, desde la burbuja de la moda se han hecho escuchar voces a las que el futuro inquieta. Dos propuestas curiosamente similares, una carta y una declaración programática, fueron emitidas, la primera el martes 12, la otra el jueves 14 de mayo, por dos grupos distintos de figuras del diseño y empresarios de marcas y de tiendas del norte del planeta.

Hacía falta que la industria de la moda se manifestara sobre la colosal crisis en curso. Siempre que la intención fuera la de proyectarse hacia el mañana más equitativo, cortés y placentero que buena parte de la gente parece desear. Pero tras la lectura de ambas proclamas, considero que quienes las firman han perdido una excelente ocasión de ahorrar la tinta de sus lapiceras. Si bien la crisis global es, inevitablemente, mencionada en ambos boletines, lo que los estructura y justifica es la ansiedad de las empresas, tanto corporativas como independientes, por verse garantizados mayores y más sólidos beneficios económicos en el corto y largo plazo. Punto.

Los textos proclamen la necesidad de un cambio fundamental (que se reduce a reformas de calendario y de formatos) y del deseo de hacer sus empresas más sostenibles y atentas a lo social y a lo ambiental -algo que gran parte de ellas no es ni siquiera mínimamente. Las 64 firmas iniciales del grupo Rewiring Fashion parecerían tener por objetivo una renovación integral de las conexiones entre la industria, el comercio y la clientela. Marketing puro.

Detrás de la prosa que exalta la belleza y la imaginación, lo que en verdad cuenta son dos fechas comerciales decisivas: la de la entrega de la mercadería a las tiendas y la de la temporada de descuentos, que se propone sincronizar con las estaciones del calendario real (de agosto a enero y de febrero a julio) en lugar del desfasaje actual que ofrece rebajas cuando las prendas de estación llevan apenas un mes en vidriera. Reclamos sectoriales, comprensibles sin duda desde una perspectiva comercial, pero que están a años luz de confrontar las verdaderas grandes fallas del sistema. Al contrario, por el mero hecho de presentar sus proposiciones de reforma, este grupo de profesionales demuestra su respeto y adhesión hacia el orden vigente antes de la pandemia, del que anticipa, alegremente, el restablecimiento.

Afirmar, como lo hacen, su preocupación por el impacto que los modos de producción y venta de la moda tiene sobre el planeta y encontrar la solución en un reacomodamiento temporal de ese mismo ciclo, sin cuestionar la lógica de ganancia máxima que lo mantiene y consolida es un claro ejemplo de concepto al que le falta cocción -¿o buena fe?

Las dos propuestas militan también por el reciclaje en formato digital de los desfiles de colecciones que, nunca es tarde, descubren como el gran derroche que son, con sus tandas de eventos paralelos y los desplazamientos intercontinentales masivos de periodistas y clientes minoristas y particulares. Pero no es loco prever que la conversión a súper-evento-video de lo que básicamente es una procesión de gente de algún modo atractiva luciendo ropa en principio interesante no se convierta en un carrusel de celebridades disfrazadas, la gala del Met llevada a sus últimas consecuencias. Asusta sólo pensarlo.

London Fashion Week: un ensayo con futuro abierto

La London Fashion Week se ha celebrado digitalmente, lo cual es ya un éxito, pero deja muchas preguntas en el aire sobre su modelo

Fuente: Pinker moda ~ El pasado mes de marzo Louis Vuitton celebrado un desfile/espectáculo en uno de los patios del Museo del Louvre. Nadie lo sabía entonces pero iba a ser el último desfile de moda celebrado de la forma tradicional.

Ahora, debido al Covid-19, hemos tenido una edición virtual –accesible a profesionales y a público final, sin coste alguno- que ha incluido mucho más que la transmisión online de algunos desfiles celebrados sin público y la difusión de presentaciones de colecciones producidas por las propias marcas o creadores. Las Semanas de la Moda de Moscú y Shanghai, celebradas hace ya algunas semanas, han sido su antesala, al parecer con bastante éxito. Por lo menos pusieron las colecciones ante los ojos de millones de ciudadanos. Muy pronto harán lo mismo París yMilán.

Contenido amplio, pero sin glamour

Organizativamente hablando, se ha tratado de una edición modesta porque la época actual no permite más alharacas, con no más de 20 desfiles, cada uno de ellos con un horario prefijado, durante solo tres días de duración y sin el glamour y las celebridades de una pasarela convencional. Bastantes de las colecciones no eran completas, porque sus autores han tenido muchas dificultades para terminarlas o no han querido hacerla, vista la perspectiva del mercado.

A estos desfiles habría que añadir mucho más contenido ofrecido por la organización, por ejemplo sobre los autores de las colecciones. Pero al parecer bastantes de estas páginas informativas dejaban que desear, sobre todo porque no incluían información comercial.

La organización ha puesto también a disposición de los interesados ha habido enlaces a libros, showrooms digitales y plataformas de e-commerce, junto con un portal para explorar marcas, escuelas de moda, detallistas e instituciones culturales.

Bastantes diseñadores han preferido no sumarse a esta experiencia. En general, han preferido esperar, ver lo que ocurre y quizá volver en septiembre. Bastantes de los que lo han hecho no han podido presentar una colección completa.

¿Ha tenido la LFW un buen resultado comercial?

¿Ha resultado comercialmente útil, como han sido más o menos siempre los desfiles físicos? Nadie se atreve a decirlo, pero eso significa que –en caso de existir- el resultado no es abrumador ni mucho menos.

Hay que tener en cuenta, por ejemplo, que el número de novedades interesantes en esta ocasión ha caído muy por debajo de lo habitual porque muchas de las marcas y los diseñadores que muestran sus colecciones no están nada convencidos de la utilidad de invertir en estas presentaciones, entre otras cosas porque tienen mucha mercancía en las agencias y en las boutiques. En Gran Bretaña solo ahora de esta semana pueden abrir todos los detallistas, pero nadie sabe cómo reaccionarán los compradores.

En todo caso, la evaluación es muy difícil y no puede hacerse con las métricas tradicionales. Incluso la prensa le ha dedicado bastante menos espacio que en ediciones anteriores. La situación nos recuerda un poco a los salones profesionales que –ante la imposibilidad de celebrarlos físicamente- han decidido celebrar una edición digital. Pnesamos que ninguno de ellos ha dicho nada sobre sus resultados. No hemos visto los informes finales entusiastas que son tradicionalmente difundidos por sus organizadores.

¿Han sido útiles las nuevas tecnologías?

Uno de los aspectos que ha generado mayor interés ha sido el uso de nuevas tecnologías y la colaboración con nuevos socios tecnológicos. El principal ha sido Joor, que el British Fashion Council define como su partner tecnológico. Joor considera que este evento ha sido la primera plataforma global digital de una era nueva. Uno de sus componentes principales ha sido su plataforma Passport para conectar a las marcas con los compradores detallistas. Otro socio tecnológico ha sido Smartzer, que ha usado su tecnología para promover ventas en algunos de los eventos de la Semana.

También aquí queda mucho hilo por cortar. Lo que ahora nos puede parecer excelente en solo dos o tres temporadas habrá madurado y mejorado sustancialmente. Evdentemente, sin embargo, constituyen avances que se reincorporarán al mainstream de la presentación y de la venta de artículos de moda.

¿Qué papel tendrán las pasarelas en el futuro?

La pregunta más importante que se plantea en estos momentos, sin embargo, es esta: ¿tienen sentido hoy en día las pasarelas colectivas? ¿Deberían seguir celebrándose? ¿Serán una víctima más del Covid-19?

Casi todo el mundo coincide que las grandes marcas y diseñadores pueden fácilmente vivir sin ellas. Resultan, en cambio, mucho más importantes para las marcas con menor presencia en el mercado y para los diseñadores emergentes. Ellas y ellos necesitan una Semana con glamour y celebrities para intentar destacar en un mercado atiborrado de oferta.

Al mismo tiempo, hay que advertir que –si algún cambio vamos a notar en la nueva normalidad– será la búsqueda de una moda más abierta, sencilla y también inclusiva. Esos valores deberían reflejarse en sus pasarelas.

Para complicar las cosas, Rush, directora general del BFC, ha recordado durante estos días que el sector de la moda en Gran Bretaña se ha opuesto casi frontalmente al Brexit porque sus empresas –que constituyen un renglón importante de la economía británica- necesitan mercados y clientes. A pesar de ello el Brexit sigue adelante –aunque ahora mismo con sordina- y probablemente provocará una hecatombe en el sector británico de la moda.

¿Tiene futuro la London Fashion Week?

Caroline Rush, directora general del British Fashion Council, entidad organizadora de la London Fashion Week, lo tiene muy claro: estos meses no nos planteamos nunca la cancelación de la Semana. No era una opción. La pregunta fundamental era qué formato debería adoptar en un mundo en cuarentena. Se trataba de mantenerla viva en un momento en que no podía celebrarse físicamente. Ofrecemos una plataforma en la que los diseñadores pueden contar una historia y publicitar su marca de la manera que deseen. La London Fashion Week seguirá existiendo, aunque los desfiles físicos no puedan tener lugar. De momento, estamos intentando crear algo que encaje en nuestras necesidades actuales, pero también estamos invirtiendo en un escaparate global para el futuro.

Cómo serán las fashion week digitales

Fuente: La Nación ~ Cambia todo cambia, también en el mundo de la moda. O al menos eso parece, desde que estalló la crisis provocada por el coronavirus .A saber: el propio Alessandro Michele, director creativo de Gucci, anunció que la firma casi centenaria se baja del habitual calendario de desfiles. A partir del texto denominado «Notas desde el silencio», el italiano explicó que solo hará dos shows por año y que serán tanto para hombres como para mujeres. Entre las razones aludió a la idea sostenible del cuidado del medioambiente. Algo parecido expresó un reconocido grupo de diseñadores encabezados por el belga Dries Van Noten, quienes difundieron una carta abierta donde manifiestan la imperiosa necesidad de cambio que atraviesa la industria. Estos anuncios están en sintonía con las transición hacia lo digital que atraviesan las fashion week en todas las capitales de moda del mundo. Eso pasó en Shanghai, también Moscú y México, y lo mismo se anticipó para Londres, París y Milán a celebrarse entre junio y septiembre próximos. En Argentina, si bien Designers BA suspendió sus fechas programadas para abril, ahora se prepara para la presentaciones virtuales de las colecciones primavera-verano. Lo mismo pasa con Argentina Fashion Week y en ese plano también se estaría definiendo la siguiente edición de Buenos Aires Fashion Week (Bafweek).

La suspensión de los desfiles presenciales no es algo para nada menor si se considera la parafernalia que gira en torno a las semanas de la moda que incluye prensa, referentes de la industria, celebridades e influencers. Además, hay que recordar que este tipo de eventos son los que, desde mediados de los años 40, imprimen el ritmo y las tendencias para cada temporada, siendo la semana de la moda de Nueva York la que dio el puntapié en 1943, seguida luego por la de París impulsada por el Chambre Syndicale de la Haute Couture en 1945, Milán en los 50 y finalmente Londres en los 80. Hay otras más novatas, de menos de dos décadas, como las celebrada en Berlín.

Acá, si bien hubo desfiles desde la segunda mitad del siglo XX, la presentación de la semana de la moda como tal, llegó con la fundación de Bafweek; el encuentro que coincidió justamente con el surgimiento de los diseñadores de autor, en 2001, y diez años después con la renovada propuesta de Designers BA que optó por privilegiar el diseño local y la opción de los desfiles itinerantes en sitios emblemáticos de Buenos Aires.

Pasarelas internacionales

La primera de las grandes semanas en debutar con el formato digital será London Fashion Week, desde el próximo 12 de junio y hasta el 14. Según adelantaron sus organizadores, aunará las colecciones para hombre y mujer, e intentará mantener el espíritu que caracteriza a la moda británica . Se comunicó además que los diseñadores podrán exponer sus historias y también sus colecciones. La grilla adelanta que habrá fashion films y entrevistas en vivo, como la de la firma del diseñador Hussein Chalayan. El cierre será un evento en línea de la marca Mulberry.

De Paris Fashion Week se sabe que la de haute couture se hará entre el 6 y el 8 de julio, la de hombres entre el 9 y el 13, y finalmente la de mujeres será en septiembre. Ya se bajaron Saint Laurent, Valentino y Giorgio Armani, marcas que harán sus propias presentaciones fuera de las fechas establecidas para el formato online de la capital gala. A su vez, recientemente, Chanel, presentó su colección crucero íntegramente digital denominada «Paseo por el Mediterráneo». Tuvo inspiración en Capri, y al no poder desarrollar el desfile en esa isla la firma optó por un montaje escenográfico que contó con imágenes de la top Mica Argañaraz entre otras modelos.

Luego será el turno de la Milano Digital Fashion Week que se hará entre el 14 y el 17 de julio y se podrá ver a través de las redes de la Camera Nazionale della Moda Italiana (CNMI) organización que ya comunicó que habrá contenidos audiovisuales, entrevistas y backstage, entre otras cosas. El dato además es que, 22 años después de presentar colecciones al margen del calendario oficial, Dolce & Gabbana volverá a ser parte de este evento. En un artículo publicado en el diario Corriere della Sera, se anunció un desfile al aire libre, desde los jardines del Hospital Humanitas, sitio al que la marca aporta dinero destinado a la investigación. Este regreso es un gesto simbólico de la firma en apoyo a la unidad italiana y según la CNMI ya estarían confirmadas Prada, Ermenegildo Zegna y Etro, entre otras

La de Rusia, que ya tuvo su primera experiencia no analógica hace dos meses, ahora, durante el miércoles 10 y el jueves 11 de junio, está realizando el evento Global Talents Digital. El mismo propone una reunión virtual entre colecciones, realidad aumentada y avatares . De este encuentro participan diseñadores de Bangladesh, Bélgica, Gran Bretaña, Alemania, Georgia, España, Italia, China, Letonia, Perú, Francia, Suiza y Suecia. También se puede ver el trabajo de dos argentinas: Vanesa Krongold, quien presentó un fashion film dirigido por Dana Campanello , protagonizado por gemelas que reflexionan sobre los espejos, los sueños y la idea de la belleza, y Lucía Chain , quien se unió a la artista Sofía Benetti y a la rusa The Digital Mary, mostrará una previa de la colección «Reconstrucción de permanencia» con un personaje surreal digital y otro al que se puede acceder escaneando los códigos que aparecen en el video.

Regionales y locales

A este lado del mundo, la semana de la moda de México que tuvo su primera versión digital a fines de abril expuso un popurrí de imágenes que alternó fashion films, entrevistas, testimonios de los diseñadores, entre otros recursos que hasta ahora eran habituales para acompañar e incluso prestigiar los desfiles al uso tradicional; pasarela, modelos y público. En lo temático, hizo hincapié en la producción nacional, el trabajo artesanal y la sostenibilidad. El canal del evento permanece en línea con 50 mil suscriptores y los videos de algunas marcas alcanzaron más de 70 mil vistas en Youtube . Valga el dato que esta red social viene trabajando contenidos fashion desde el 2018 cuando tras el crecimiento exponencial de los canales de moda y belleza contrató al periodista fashion Derek Blasberg para que dirija los contenidos. De hecho, el año pasado, Youtube lanzó su propia plataforma de moda que durante la cuarentena incluyó a la ex supermodelo Naomi Campbell como entrevistadora.

Las diseñadores de Ónoma tematizaron el aislamiento, con mensajes bordados en sus diseños

«Lo positivo de lo digital es por supuesto el alcance, y que nos desafía a sacarnos del lugar de confort al que estamos acostumbrados y a ponernos más creativos para presentar las nuevas temporadas», comenta Manuela Vidal Rivas, directora de Argentina Fashion Week, quien apenas comenzó la cuarentena impulsó conversaciones por IG y material audiovisual de Jorge Rey, entre otros creadores, mientras trabaja en la edición digital de primavera-verano. «Creo que se va a generar un gran cambio, empezando por la forma de comunicar» reflexiona, Vidal Rivas y agrega; «sin embargo, aún no logro imaginarme haciendo solo desfiles en línea, por otro lado; tengo la fantasía que la moda va a ser más consciente y social».

Ahora, si se tiene en cuenta que la industria de la indumentaria y el calzado fue una de las más golpeadas durante la cuarentena y que recién se permitió la apertura de locales comerciales, después de más 70 días de cierre en la ciudad de Buenos Aires, Guillermo Azar, fundador de Designers BA, menciona que los sponsors «están comprometidos y quieren seguir apoyando el evento y para ello también aportan sus ideas y necesidades de comunicación». A su vez, reconoce que «esta pandemia aceleró los cambios que se estaban produciendo paulatinamente, por ende, tanto las marcas, como los diseñadores y mi equipo de producción estamos aprendiendo día a día, cómo manejarnos en esta cuarentena».

Recientemente Azar fue parte del encuentro virtual » Unidos por Latinoamérica «. Organizado por Estefania Lacayo y Samantha Tams de Latin America Fashion Summit (LAFS), contó con la participación de los directores de fashion weeks de casi todo el continente, e hizo foco en: incentivar el consumo local; cambiar el modo de consumir; promover las oportunidades de negocios e impulsar la sostenibilidad y la tradición latina privilegiada. Este último es un de los temas más recurrentes, en torno a las fashion week regionales -más aún en tiempos de pandemia- porque alude a mirar hacia adentro, a la moda latina, y a la cultura propia y no tanto a las tendencias foráneas. Otro de los tópicos clave analizado por este grupo de hacedores de la moda, es el del alcance y la masividad del formato online que promete ser más democrático.

El diseñador Dmitry Klyuchevsky fotografiado en su casa por su propia esposa, dedicó su colección a los muertos en Rana Plaza y a denunciar la globalización

«La moda siempre fue una industria muy selectiva, y lo digital le da acceso a gente que en otra instancia no hubiese sido incluida, que sea parte y conozca marcas -analiza Tams, experta en marketing global y estrategia de ventas- y a las marcas que en otra instancia no hubiesen sido convocadas o tenido el presupuesto para una fashion week en físico». Además, destaca el aspecto sostenible que trae aparejado esta transformación; «nos va a ayudar a simplificarnos, ser más efectivos con nuestras comunicaciones, llegar a más gente con menos recursos, gastos de producción y contaminación», expresa. Al mismo tiempo considera que de ahora en más las fashion week serán una combinación entre lo digital y analógico, «donde podamos tener algo mayor y no perder la esencia de mostrar la «ópera prima’, aunque ya no solo se trata de eso, sino que se tienen que generar oportunidades reales de negocios» señala.

¿Buenas nuevas?

El italiano Maurizio River Serena, experto en tendencias y cofundador de The Sprout Studio, indica que las nuevas tecnologías como la realidad aumentada o la realidad virtual van a ser las mejores aliadas de las marcas porque permiten visualizar las prendas antes de realizarlas y además reducen el costo al hacer un prototipo. «Y ya no se gastarán millones para producir escenografías efímeras para los desfiles -analiza- y puede ser que perdamos un poco del factor ‘glamour’ del circuito de las fashion weeks, las fiestas, los encuentros fortuitos, pero, de verdad: ¿quién los necesita?».

Hay algo más y es que si bien estas expresiones digitales, son incipientes, e incluso algunas están en fase de prueba, una de las cuestiones centrales más allá del soporte, es ¿cómo será narrada la moda de ahora en más? ¿Será un desfile o tendrá otro nombre? ¿Cuál será el propósito? «Las marcas ya estaban utilizando el arte cinematográfico para promocionar sus colecciones a los compradores y la prensa», comenta River Serena, y destaca que «las representaciones analógicas podrían seguir realizándose, pero en un ámbito más íntimo y privado como en el pasado». Y alude a los desfiles de antaño, desarrollados puertas adentro en la maison de un diseñador. ¿Cuál será la novedad? «Creo que estará en la forma de contar el universo de una marca, que hará hincapié sobre todo en los valores y en la naturaleza polifacética de sus inspiraciones» explica, y hace referencia a por ejemplo la firma Marine Serre que durante la cuarentena invitó a sus seguidores a bailar con las clases de Nick Coutsier o la congolesa Anifa Mvuemba, quien mostró la última colección de su marca Hanifa en un vivo con modelos desarrolladas en tecnología 3D. «Una representación sintomática de cómo las fashion weeks van a cambiar en los próximos meses», sintetiza el analista.

Diseñadores de alta costura piden que sus clientes puedan probarse las prendas

La Cámara de la Industria de la Moda de Mar del Plata solicitó a las autoridades municipales que se autorice a los ateliers y sastrerías locales a probar las prendas de alta costura que se hacen a medida, no así la indumentaria llamada “de percha” y que se encuentra a disposición del público en general.

Así lo señaló el presidente de la cámara, Adrián Caballero, quien agregó que los creadores de la moda también se sumaron a las medidas vigentes de sanitización de las prendas y que rigen para los comercios de venta de ropa en general.

“El primer paso para ingresar a un atelier ya está aprobado, tal como se entra a cualquier negocio, con las medidas dispuestas”, dijo y agregó que en el caso de los diseñadores, rige una realidad especial.

“Pedimos poder tomar las medidas (para hacer la prenda), que la clienta se pueda probar su vestido, su traje, su pantalón, esto es para la ropa a medida. Solo esa clienta se la prueba, no es que pasa por varios cuerpos, como ocurre con la ropa que está en los percheros de la industria de la confección, nosotros tenemos otra realidad”, especificó a LA CAPITAL.

“Cuando terminamos de hacer la prueba, desinfectamos la prenda de la clienta, la ponemos en una funda de nuestra marca que también está desinfectada, y la prenda recién se puede volver a tocar, a modificar o a coser después de las cuarenta y ocho horas de haberse hecho la sanitización”, informó.

En el protocolo confeccionado por la cámara local, se establece que los diseñadores reciban a sus clientes con “camisolín, guantes, máscara y barbijo”, mientras que los clientes tendrán que poseer barbijo y los elementos de trabajo (centímetros, alfileres y tijera) estarán debidamente desinfectados.

A su vez, entre visita y visita pasará cerca de una hora y media, con la idea de que el atelier pueda ventilarse y desinfectarse.

El protocolo también señala la necesidad de que se autorice el ingreso de tres personas en cada una de las entrevistas que recibe el atelier, teniendo en cuenta que quien encarga una prenda (novia, cumpleañera de quince, madrinas, egresadas, etc) suele llegar al taller de alta costura siempre en compañía de otras personas.

Benito Fernández: “Los últimos dos gobiernos fueron devastadores para la industria textil”

El próximo 20 de junio se conmemora el Día Mundial del Refugiado y de cara a esa fecha, Fundación ACNUR Argentina lanzó su campaña de concientización y recaudación “Ponchos Azules”, cuyo nombre es un guiño al espíritu solidario “o gaucho” de los argentinos.

En ese contexto, y tras conocer el trabajo que realiza ACNUR (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados) en todo el mundo, Benito Fernández se sumó a la iniciativa creando un diseñado único y especial: el Poncho Azul, que refleja tanto nuestros colores patrios como los de ACNUR a la vez que ostenta un colorido textil al frente que representa los telares de Argentina y del mundo.

Su finalidad no es la venta al público, sino que apunta a visibilizar el trabajo de la agencia y acercar donantes y voluntarios a su página oficial.

Para ello, se hicieron muy poquitas prendas que fueron probadas y comunicadas por diferentes celebridades como Valeria Mazza, Marley, Andrea Frigerio, Osvaldo Laport y Guillermina Valdes.

“Es una prenda con muchísimo movimiento; quise lograr algo más terrenal, más asociado a las sensaciones y no tanto a lo visual. Y hoy más que nunca, en un momento en el que este ‘no podés tocar nada’ nos va a pegar fuerte, es un poncho que invita a tocar y a sentirse querido y abrazado”, comenta el diseñador que aceptó además hablar de todo, de moda, cuarentena y crisis.

¿Te parece que esta pandemia puede efectivamente “liberar” más energías solidarias en la gente?

-Soy un convencido de que palabras como solidaridad, resiliencia o inclusión terminarán siendo palabras con otra energía y otra resonancia para todos nosotros. Por lo menos para mí, seguro que sí. Yo saldré de esta pandemia de otra manera. Mucho más solidario y mucho mas concentrado en el otro. Y mi marca también.

-Es un momento delicado (ya lo venía siendo, pero ahora se extremó por completo) para la moda argentina. ¿Cómo lo vivís vos?

-Los últimos dos gobiernos fueron devastadores para la industria textil. Ahora con esta pandemia, por lo menos provocó que mi marca se reinventara desde las estrategias comerciales y de marketing; y también en lo global. Pero en lo económico, este virus no es más grave que los últimos dos gobiernos en lo que respecta al tratamiento de la industria textil.

-¿Por dónde creés que debería comenzar a revertirse eso? ¿Tenés alguna expectativa de mejora o reactivación con este gobierno?

-Tengo mis propias expectativas, sí, pero porque me pasé toda la cuarentena pensando nuevos caminos a seguir y nuevas estrategias. Por ejemplo, antes de la pandemia yo hacia 90% indumentaria y 10% accesorios. Ahora voy a hacer 40% accesorios y 60% ropa y eso es en parte porque la gente no se va a probar tanto, no se va a animar a entrar a los probadores.

Supongo que en todo el sector habrá empresas que buscarán reinventarse y salir adelante. Pero si no hay una clara decisión desde el gobierno, que hasta ahora nunca la mostró, de apoyar una industria que genera fuentes de trabajo, y planificar un apoyo constante a largo plazo no creo que venga la reactivación.

Una lástima porque hay un gran diseño en la Argentina, y eso es un valor agregado que hace que una industria sea tentadora, competitiva y pueda crecer y generar fuentes de trabajo que es lo que necesita un país como el nuestro.

-¿Es, como suele decirse, la competencia barata la principal amenaza para el sector? ¿No puede el diseño local actuar de contrapeso, quizá con precios un poco más bajos?

-Yo no le tengo miedo a la competencia barata. Uno tiene que proponer algo diferenciador. Coincido en que a través del diseño vos te podés diferenciar. E insisto que quiero que el gobierno nos acompañe. Para nosotros los diseñadores locales en general es muy difícil competir con precio.

Porque vos tenés mano de obra, en mi caso particular, 100% argentina donde los valores son otros que en China, por ejemplo. Por eso es muy difícil ser competitivos desde el precio, pero si podés ser competitivo desde otros lugares, de estrategia, de diseño o de concepto. Buscando que la marca tenga un ADN, una identidad.

-La última, ¿cómo estás lidiando a nivel personal con el encierro, los miedos, la ansiedad…?

Este tipo de situaciones no me atemorizan, al contrario, me rebelan, me enojan. Creo que en definitiva me ayudan a crecer. Aparte a mí me gusta estar en mi casa normalmente, es algo que siempre protesto porque no puedo hacer tanto como quisiera.

Obviamente me impactan mucho las muertes, la crisis económica, el mundo paralizado. No soy yo solo. Eso indefectiblemente cambia la ecuación. Por ahí lo que más tengo es ansiedad de salir de esto ya y de plasmar todo lo que evolucioné, crecí y desarrollé en este tiempo. Estoy convencido de que de esto voy a salir de otra manera. Todos vamos a salir diferentes y fortalecidos.

EFICA 103 Digital!. La Mega expo del calzado argentino a un solo click

Fuente: CIC ~ Bajo la consigna: Diferenciate. Sé parte de EFICA 103 DIGITAL, se invita a todos los fabricantes de calzado a exponer en el exclusivo sitio web con un stand sin costo.

De acuerdo a las normativas y a los requerimientos sanitarios vigentes respecto del COVID-19, en esta ocasión EFICA 103 no se realizará en forma presencial.  

Es por ello que la Cámara de la Industria del Calzado (CIC) desarrolla exitosamente EFICA 103 ONLINE, la Mega Exposición Virtual de Calzado, una novedosa plataforma en formato digital que incluirá además servicios de interés, cuyo lanzamiento se llevará a cabo durante el mes de Julio de 2020.

Allí, se reunirán los principales fabricantes de calzado del país, presentando sus colecciones en todos los sentidos: tendencias, información y moda. Todos los socios de la Cámara podrán participar con un stand sin costo para exponer sus productos.

De esta forma, el expositor accederá a una nueva y dinámica forma de venta, con re direccionamiento a su propio sitio web, donde ganará contactos potenciales, podrá gestionar reuniones y envíos nacionales e internacionales, teniendo un alcance exponencial y personalizado, asesorado y monitoreado por la CIC.

Con el objetivo de preservar a los fabricantes nacionales y las fuentes de empleo, como Cámara nos sentimos orgullosos de poder brindar este novedoso y útil servicio a un Sector Productivo que viene padeciendo los embates de la presente situación, buscando generar nuevos negocios y contactos, apoyando siempre el trabajo argentino.

Continuamos trabajando y en breve le participaremos del Lanzamiento de EFICA 103 DIGITAL ¡A UN SOLO CLICK!

Diseña Alta Costura y realizó un desfile con humor para no parar

Fuente: La Nación ~ Vestida de novia, con un blanco inmaculado, limpia la mesa del comedor y los espejos del baño. Ya en su cocina, luce un vestido en Rosa Dior, y entre ollas y sartenes prepara fideos caseros para el almuerzo, luego de podar las plantas del jardín, y recoger frutas y verduras junto a Mía, su hija, y Olivia, su mascota, enfundada en otra de sus creaciones, en verde malta y con barbijo incluido.

«Me vi obligada a adaptar la alta costura a esta dura época de cuarentena por el Coronavirus», dice la reconocida diseñadora Patricia Profumo, quien hace muy poco inauguró su nueva maison y hoy padece los embates de la pandemia. Tal como lo estableció la Cámara Argentina de la Moda al declarar la «fashion emergency», remarcó su apoyo y acompañamiento a todos los trabajadores del comercio y la industria textil: «Ya que el sector hoy se ve totalmente afectado, no solamente por la cuarentena, sino también por la falta de insumos, los altos costos, los impuestos, los alquileres y los sueldos y gastos en general».

Patricia, con más de veinte años de trayectoria en el mundo de la moda, cuenta que al verse imposibilitada de organizar desfiles por obvias razones sanitarias, pensó que podía convertirse en su propia modelo y puso manos a la obra, literalmente. Se acercó hasta el vestidor de su casa de Maschwitz y eligió varias de sus creaciones de «Eva», su última colección, inspirada en el renacer: «Significa recomenzar, paraíso, los tonos se orientan hacia los pasteles, celestes, rosas, grises, dorados y aquas», explica esta referente top de la moda que en su última convocatoria preconfinamiento, reunió sobre las pasarelas a 25 modelos ante una multitud de espectadores en el Hipódromo de Palermo.

Enfrentar la crisis y transformar el trabajo

«Fue una idea que se me ocurrió ante la necesidad de estar en contacto con el público y de seguir trabajando, porque acabo de mudar mi atelier y los gastos fijos continúan . También doy charlas de asesoramiento online; tomo medidas junto a clientas vía Skype o videollamada para pedidos que me hacen; asesoro; doy tips para no abandonarnos aún en nuestra propia casa. En la mujer priorizo sus cualidades: el estilo a la belleza. La verdad que es un desafío, pero a mí me apasiona eso. Hice también esto de convertirme en modelo de mi propio desfile para distraerme, divertirme en compañía de mi hija. Me hace acordar a cuando empecé en esta actividad, diría, de casualidad», explica.

Y entonces rememora: «Comencé de muy niña, a la edad de Mía o menos, haciendo los vestidos a mis muñecas. Y luego, cuando estaba en el colegio secundario, me animé con el de los 15 años de Carolina, mi hermana, cuando yo tenía 16, me encantaba bocetar diversas propuestas elegantes. Llegaba de la escuela y me ponía a dibujar creaciones para ella». Al finalizar los estudios, inició su especialización en corte y confección por consejo de su bisabuela en el espacio Ditirambo Argentina, donde se encontró con destacados como el célebre Roberto Piazza y Susana Solquin, estelar historiadora de la moda.

El próximo paso lo dio en Nueva York en Parsons, una escuela de arte y diseño de la universidad The New School, reconocida mundialmente como una de las más prestigiosas universidades de diseño. Regresó a la Argentina para volcar todos sus conocimientos profesionales especializándose en novias y también recorrió fashion weeks del mundo: Milán, San Pablo, Santiago de Chile y hasta Moscú, entre otras ciudades, resultaron fuente de inspiración de sus creaciones.

Colección cuarentena

«En esta colección utilicé géneros importados con sutiles transparencias, tecnología 3D en los pequeños bordados en los que se destacan los relieves autosustentables que no contaminan el ambiente», explica Patricia con puntillosidad de modista, y amplía: «propongo encajes con paillettes opacos, gasas y muselinas, delicados, con leves apliques de plumas, transparencias y aplicaciones de flores». Y aunque se pueden ver sus modelos, la colección quedará para el año próximo, aunque tiene fe de «hacer algo para fin de año»

Como diseñadora de vanguardia, Patricia cuenta cuáles son sus secretos a la hora de crear: «aprendí a la antigua, confieso que me da muy buenos resultados: me preocupo por encontrar algo que resulte fuente de inspiración a través de tonos, ideas, emociones, pensamientos, vivencias, viajo con mi mente, y ahí aparece mi arte, lo que me emociona, me asombra, me deslumbra, y entonces corro a sentarme a la mesa de trabajo y me doy amplia libertad con los bocetos. El secreto fundamental de un diseñador para imaginar una nueva colección es rozar las telas, las texturas, con sus propias manos, como lo hace un pintor».

El negocio del sastre es un desastre: ya nadie compra un traje

Fuente: Ambito ~ La sastrería y la alta costura son sectores fuertemente golpeados por la crisis económica y la pandemia. ¿Qué hacen los sastres y diseñadores para sobrevivir?

Son pocos los que piensan en una pieza de lujo en este momento, ya que la situación de pandemia hizo que el uso del traje sea dejado de lado por muchos hombres.  Foto: Sastrería González

En tiempos de pandemia y cuarentena por el coronavirus, sumado a los cambios de hábitos laborales como el teletrabajo y las reuniones virtuales, además de la suspensión de fiestas o eventos como los casamientos, son muy pocos los hombres que compran un traje de vestir, un ambo, un saco, una corbata, una chaqueta o un pantalón elegante.

Ámbito habló con Ana Paría Pernas, vicepresidenta de Sastrería González, marca ícono que cumple 100 años en el mercado local; y con Francisco Gómez, sastre artesanal que diseña trajes a medida en su atelier ubicado en microcentro, para conocer qué sucede en la industria del corte y la confección hoy.

La realidad de los sastres es un desastre. Desde la gran empresa de trayectoria con seis locales en el país y fábrica propia hasta el pequeño emprendedor, que realiza sastres de manera artesanal, fueron afectados por el Covid-19 a toda escala. Ésta es la visión de cuál es la situación del sector y cómo los sastres superan los desafíos de la pandemia.

Franciscano Sastre

Francisco Gómez es sastre y emprendedor. Oriundo de Corrientes, se instaló en Buenos Aires para desarrollar su propia marca: “Franciscano Sastre”.

Desde el inicio de la pandemia decidió no recibir clientes en su atelier ubicado en Florida al 600, en la Ciudad de Buenos Aires, aunque continuó trabajando en su espacio.

En diálogo con Ámbito, Gómez comentó que “son pocos los que piensan en una pieza de lujo en este momento” y que la situación de pandemia hizo que el uso del traje sea dejado de lado por muchos hombres. “Es un grupo reducido el que se mueve vestido formal en su día a día para cumplir sus responsabilidades”, señaló.

Gómez sabe desempeñarse en todos los pasos que requiere el armado de un traje y sigue trabajando en proyectos para clientes habituales, que no requieren pruebas. El rubro textil no fue habilitado todavía en la Ciudad. “En éstas situaciones se demuestran los verdaderos saberes de un artesano que continúa con su oficio a pesar de las circunstancias”, comentó en diálogo con este medio.

“Hoy en día, y a pesar de estas circunstancias difíciles que nos toca vivir, sigo apostando a enaltecer mi oficio”, dijo con esperanza el inspirador de “Franciscano Sastre”. La estrategia comercial que le queda es volcarse a las redes sociales para difundir y plasmar sus trabajos.

Su cuenta de Instagram tiene más de 11.200 seguidores y es su principal canal de promoción: “Un gran porcentaje de clientes llega a mí por @franciscanosastre”.

Pero la pandemia también afectó su emprendimiento como a tantos otros. “Teniendo en cuenta que los tejidos con los que trabaja la sastrería artesanal son importados, en su gran mayoría telas italianas o inglesas, es de imaginar el salto que dieron los valores”, evaluó.

“En la sastrería artesanal a medida los tiempos son de mucha importancia y las entregas se programan con varios meses de anticipación. Tengo clientes que tuvieron que posponer sus fechas de casamiento y pasar de una temporada otoño/invierno a primavera/verano”, comentó. Hasta los Martín Fierro 2020 fueron reprogramados.

El contacto del sastre con los empleados-artesanos que lo ayudan también se vio perjudicado, aunque destacó que “las instrucciones por llamadas, videollamadas y mensajes con fotos en gran parte ayudan en ésta situación”.

Respecto de la reactivación de la actividad, Gómez expuso que “existen recaudos que se pueden tomar, pero también es mucha la incertidumbre respecto de la situación epidemiológica, lo que lleva a la postergación de ciertas actividades que no son de prioridad”.En éstas situaciones se demuestran los verdaderos saberes de un artesano que continúa con su oficio a pesar de las circunstancias» (Francisco Gómez, dueño de Franciscano Sastrería).

Para Gómez “el hombre actual no quiere ser un número o un talle en el que no encaja: busca ser único y crear su propio estilo de acuerdo a sus necesidades”.

En este sentido, el concepto de sastrería para Francisco Gómez es un oficio que se mantuvo siempre, “a veces más y a veces menos», pero que nunca desapareció. “Las modas pueden pasar, en el día a día se puede llevar puesto algo informal, pero a la hora de vestir elegante, el hombre si o si debe recurrir a la sastrería”, sentenció.

Sastrería González

Desde hace 100 años Sastrería González se mantiene vigente en su segmento aplicando a sus colecciones tendencia e innovación sin perder el espíritu de la sastrería tradicional.

González es la única sastrería en el país que fabrica sus propias prendas. “El sello de nuestra firma es emblema de calidad, tomando como parámetro los estándares más altos”, señala el slogan de la marca en su página web.

Los seis locales de la empresa, cuatro en la Ciudad de Buenos Aires, uno en Rosario y otro en Santiago del Estero, se encuentran inactivos desde el 20 de marzo.

En diálogo con Ámbito, Ana María Pernas, vicepresidenta de las dos empresas de venta por mayor y menor de contó que tuvieron que cerrar la fábrica y los comercios. “En 100 años de empresa nunca pasó algo así. Hemos sufrido varias crisis pero esto es distinto. Incluso en los peores momentos el país no estaba parado, ahora sí. La diferencia es bastante importante”, comentó Pernas.

Desde la sastrería explicaron que la pandemia no sólo afectó a la empresa sino también a los clientes que tienen compromisos y necesitan variar sobre las prendas que utilizan. “El negocio del sastre lleva retoques, por lo que es necesario que el cliente se pruebe las prendas”, y eso no se puede, lamentó.

Sastrería González no está autorizada a abrir los locales de venta como tampoco la fábrica. “Lo único que estamos haciendo es venta online por intermedio de vouchers de compra futura, que se canjea cuando reabran los locales”, señaló la vicepresidenta de la compañía.

“La idea es que el cliente se lleve prendas adicionales al sastre, como ser una camisa, una corbata u otro pantalón. Tenemos una gama muy amplia de vestimenta: no sólo de sastrería, ya que vendemos línea sport y línea de vestir”, comentó Pernas al hacer promoción. Al momento de la compra, la orden vale 30% más y es válido hasta el 31 de diciembre. Las opciones son vouchers de $5.000, $10.000, $15.000 y $20.000.

“Nuestro mayor desafío ante la pandemia y la cuarentena es la fábrica, porque posee muchos más empleados que los locales: cada uno sentado trabaja en sus respectivas máquinas o en cada plancha y para reabrir y cumplir con el protocolo debemos disponer de más espacio y distancia entre un empleado y el otro”, explicó Pernas. “Se puede lograr, pero seguro va a mermar la producción”, agregó.

El saco y los pantalones llevan muchos pasos que hay que cumplir. Se podrán cumplir con menor cantidad de personas y más espacio. Respecto de retomar la actividad en los locales, desde la sastrería manifestaron que lo bueno sería poder abrirlos cuanto antes y que los clientes puedan acceder al servicio que ofrecen sin riesgos.

Según Pernas, en el rubro textil y de la indumentaria no se corren riesgos de contagio. “Nuestros locales son amplios, se puede mantener la distancia: hay espacio y los clientes pueden acceder a probarse la ropa porque la prenda probada va a un lugar específico y no se la prueba otro cliente”, sentenciaron desde Sastrería González.