Textiles insistirán ante Nación para cambiar la fecha del Día del Padre

Fuente: 0223 ~ Los textiles quieren extender el plazo de comercialización para levantar al sector .

Sería para el 19 de julio, lo que les permitiría ampliar el tiempo de comercialización, una vez reanudada la actividad. “No tenemos mucho tiempo”, admitieron.

Desde el sector industrial textil insistirán esta semana ante el gobierno nacional por el pedido para posponer un mes la fecha del día del padre. Aseguran que la iniciativa, ayudaría a extender el plazo de comercialización de los tejidos, una vez que se reabran los locales.

“Aún no tuvimos respuesta. Estamos en contacto constante con la gente de las secretarías de Producción de Nación, Secretario de Comercio y de Industria, pero no tenemos respuestas. Esta semana vamos a insistir con el tema”, explicó a 0223, Juan Pablo Maissonave, presidente de la Cámara Textil de Mar del Plata.

A comienzos de abril, los empresarios enviaron una nota al presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa y a la Secretaria de Comercio Interior, Paula Irene Español, donde justificaban su solicitud de postergar el Día del Padre al 19 de julio -y no al 21 de junio como está previsto- para “prolongar el tiempo de comercialización de la temporada otoño/invierno 2020”.

La verdad es que no tenemos mucho tiempo”, admitió Maissonave, que destacó la “unidad” de todo el sector en el pedido al gobierno.

“Todas las instituciones están de acuerdo y no hay ninguna connotación negativa. Estamos peleándola, así que esta semana vamos a poner el tema sobre la mesa nuevamente”, sostuvo el empresario.

Entre los argumentos que sustentaban el pedido al gobierno nacional, los textiles aseguraban que esta medida excepcional, “afectaría positivamente toda la cadena de valor textil e indumentaria”, debido a que el sector industrial ha dejado de producir por la cuarentena, en un período de más alta producción, no alcanzando la comercialización que se realiza por canales virtuales.

La diseñadora fueguina que llegó a finalista en un concurso en Hong Kong

Fuente: La Nación ~ «Que se vea simple», ese fue el propósito de la diseñadora Juliana García Bello al desarrollar Herencia; la colección que la consagra como una de las 10 finalistas del premio Redress Design Award 2020. Elegida entre participantes de 46 regiones de todo el mundo, ya es una de los cinco mejores para la categoría de vestimenta de mujer que será definida en septiembre.

El concurso, creado hace una década por la ONG Redress con sede en Hong Kong, pone el foco en reducir los desperdicios a través de la capacidad de los diseñadores para desarrollar prendas utilizando el concepto del «desperdicio cero», o zero waste, e impulsando la moda circular. Esto es sumamente relevante si se tiene en cuenta que -según los datos difundidos por esta organización- al año se generan 92 millones de toneladas de residuos textiles con una estimación que podría llegar a 148 millones hacia el 2030. Es decir: 175 kg pér capita en todo el planeta.

LA PRIMERA EN LLEGAR

García Bello, graduada en la Universidad de Buenos Aires, es la primera argentina y latinoamericana, en ser seleccionada por este certamen que requiere trabajar de acuerdo a la reconstrucción de la vestimenta considerando, además, todo el transcurso de la cadena productiva y también a los consumidores. «Fueron muy exigentes con el proceso que hay detrás del proyecto, y creo que la viabilidad del mismo fue lo más importante», explica desde Holanda a donde se radicó recientemente. ¿Expectativas? «Me interesa que mi colección pueda crecer, que otros la puedan llevar a cabo para generar conciencia y no tanto misticismo que hace que las personas crean que hacer ropa de esta manera es algo complejo sino todo lo contrario», analiza.

En el caso de convertirse en la ganadora, tendrá la posibilidad de desarrollar una cápsula de 10 piezas para la firma The R Collective, con filiales en Londres y Hong Kong, además de una mentoría con Orsola de Castro; fundadora del movimiento Fashion Revolution y experta en moda sostenible. Esto revela cómo es que Redress además de hacer hincapié en la producción y el consumo, también hace lo propio en la formación de los diseñadores. A eso se suma la puesta en escena que trae aparejada haber alcanzado esta etapa del concurso y la consecuente visibilidad en medios de comunicación en todas las latitudes.

LA COLECCIÓN

Herencia está vinculada a Esencia, la otra colección desarrollada por García Bello este año. «Me gusta jugar con esas dos palabras y encontrar quiénes somos y de dónde venimos», dice la diseñadora oriunda de Tierra del Fuego, quien continúa trabajando la filosofía de su marca homónima en base a sus orígenes. Además, si bien ya en oportunidades anteriores apeló a la técnica del upcycling (hacer nuevas prendas a partir de otros productos ya existentes), la novedad es que, ahora, trabajó íntegramente a partir de artículos donados por sus nuevos vecinos de la ciudad de Arnhem. Los convocó a través de cartelería en la vía pública, la página web de esa zona y también por el boca a boca. Trabajó con pantalones en denim, camisas de algodón y otros productos textiles, como manteles, que esas personas tenían en desuso en sus casas.

Así es que, la colección hace referencia al hogar en dos sentidos: la procedencia de los materiales por un lado y el uso de las prendas, por el otro. «Es ropa para estar en casa resignificando la idea del home office, pienso en que sea cómoda y en el prêt-à-porter para las nuevas formas de trabajo, con eso tienen que ver las tipologías que construyo», comenta. Y esto último representa además, un paso adelante en una tendencia que parece consolidarse con la llegada del coronavirus y la consecuente vida puertas adentro. En este contexto, ¿cómo cree que será la moda de ahora en más? «Es hora de pensar en las formas en las que producimos, consumimos y nos relacionamos, ese es el lugar de reflexión que guarda esta cuarentena», sintetiza García Bello

¿Cuál moda en tiempos difíciles? Nuevas prioridades y recursos diferentes

Fuente: La Nación ~ La descompensación global que ha provocado el Covid-19 tiene, según veo, entre sus muchos efectos el de haber alterado el orden temporal general tal como lo transcurríamos y creíamos poder preverlo. Tanto nuestras incontables cronologías individuales y grupales como los cronogramas colectivos, los tiempos sociales y la medición del registro histórico, fragmentado en años, decenios, siglos.

La crisis ha envuelto al planeta en el inicio del primer año de una nueva década. Sobrecarga así de simbolismo el momento de cambio que ha precipitado, y su magnitud lo sella con tal nitidez que cabe preguntarse si lo que en realidad está marcando no es el verdadero comienzo del nuevo siglo. Desde una perspectiva estética y de estilo la partición suena lógica. En el área de la moda está claro que el diseño del nuevo milenio se contentó de prolongar los temas del siglo numéricamente pasado en un incesante carrusel de revivals.

El entero repertorio de imágenes del siglo XX ha sido así estudiado, explorado, citado, reinterpretado, copiado, saqueado y reacomodado en toda una variedad de combinaciones, de collages discordantes pero llamativos. La fragmentación, la yuxtaposición y la vistosidad son los valores que definen a la moda actual, tal como, por ejemplo, la encarna Gucci, la marca más exitosa de la esfera del alto consumo, asociada por una mayoría de personas a la idea de moda y al estilo.

Aunque sin bola de cristal a mano, no resulta difícil prever que ante el nuevo orden de prioridades que se establecerá naturalmente con la pospandemia, la industria del lujo deberá, para confirmarse relevante, apelar a recursos y contenidos bien diferentes de los que hasta ahora ha practicado. Por elaboradas que sean las sorpresas de pasarela, eróticos y ambiguos los videos, y espectaculares las famosas empaquetadas por la casa con moño, logo y código de barras, no bastarán para volver a seducir a un público que habrá vivido una experiencia traumática.

¿Podrá darse que la esfera dirigente, los dueños del negocio de la moda, abran los ojos y tomen consideración que los cambios que se imponen no pueden ser cosméticos, escenográficos, atmosféricos, sino de carácter conceptual e ideológico? ¿Aceptarán renunciar a la doctrina del consumismo, que tanto esperamos ver ir esfumándose decrescendo, aceptando cadencias más lentas, intercambios transparentes, ganancias menos colosales?

Sin subestimar la aptitud de alguna gente para la pavada ni la premura de ciertos medios para fomentarla, se podría apostar a que una austeridad necesaria y un bienvenido retour au naturel marcarán el nuevo período. Son opciones ya adoptadas por el vasto arco de las marcas de la moda alternativa, practicando en el presente modos de producción y comercio responsables, equitativos, sanos y cuidadosos de las personas, los animales, el medio ambiente, las vidas ¿Será ésta la oportunidad, inesperada, de avanzar con ése proyecto hacia una mayoría de personas?

En el momento de cerrar la nota, me envían un mensaje de Instagram. Escribe Tan Liu, autor de The Ponzi Factor: «Es gracioso que nuestra economía esté al borde del colapso porque la gente está comprando solo lo que necesita». Para transmitir de urgencia a quienquiera que esté haciendo moda.

Ayala, sobre la crisis en la moda: «La pandemia frenó todas las ventas y cortó las cadenas de pago»

Fuente: Ambito ~ Francisco Ayala habló con ámbito.com sobre la situación que atraviesa uno de los sectores más amplio del país que nuclea desde diseñadores, hasta peluqueros y artesanos. Reclamó mayor acceso a créditos, se refirió a la problemática de los alquileres y también aprovechó para proponer un cambio en el modelo productivo hacia un desarrollo sustentable.

Meses atrás, cuando el Covid-19 no era ni siquiera una ficción en la mente más descabellada, la economía argentina ya atravesaba un difícil momento. El aumento sideral de las tarifas energéticas a hogares y fábricas, la depreciación del peso frente al dólar y las altas tasas de interés frenaron el consumo y empujaron a miles de empresas a bajar sus persianas. Miles de empleos se perdieron y quienes continuaron trabajando sufrieron un fuerte ajuste salarial ante la escalada inflacionaria.

La situación no fue ajena para aquellos que viven del trabajo en la industria de la moda. La apertura a insumos importados y las cifras que llegaban en la boleta de la luz poco a poco fue afectando a miles de emprendedores.

A la problemática acumulada en los últimos años, se le sumó una pandemia mundial que obligó al Gobierno a implementar una cuarentena para evitar decenas de miles de muertos. El aislamiento paralizó la actividad de casi todos los sectores – a excepción de los escenciales – y como tantos otros, los trabajadores de la moda debieron inevitablemente agregarle más peso a la mochila que ya cargaban.

«La pandemia frenó toda comercialización y esto a su vez cortó todas las cadenas de pago y producción», explicó Ayala y agregó: «Nadie estaba preparado para esto». El entramado de la industria es muy amplio: desde diseñadores, hasta artesanos y peluqueros, necesitan como tantos otros argentinos encontrar una solución a la crisis actual.

«Hay cosas como los créditos, los montos fijos a los monotributistas que son útiles, pero sinceramente no alcanzan en lo más mínimo. No estamos pidiendo abrir los negocios pasado mañana, sino diseñar estrategias específicas para cada rubro«, dijo y profundizó: «Estamos todos atravesados por el mismo problema».

Periodista: ¿Cuál era la situación del sector previamente a la pandemia?

Francisco Ayala.: En los últimos años veníamos muy golpeados. La industria de la moda fue muy perjudicada con la apertura de las importaciones, el aumento de las tarifas y el dólar. Todos los insumos son importados. Estábamos en la última brazada con todo eso y apareció esto. Veníamos resistiendo y surgió esta pandemia. Hay una preocupación muy grande en el sector.

P.: ¿En qué situación se encuentran hoy en día?

F.A.: A mediados de abril declaramos la emergencia económica. Esto incluye al rubro de la moda en todos sus ámbitos ya que somos un gran entramado de profesiones. Hablamos de diseñadores, emprendedores, modistas, artesanos, peluqueros, maquilladores y aquellos que indirectamente trabajan con nosotros. También están quienes se dedican a la moda sostenible, un ítem nuevo con mucha proyección que tiene que ver con el comercio justo con un gran interés en la sustentabilidad. Estamos todos atravesados por el mismo problema.

P.: ¿Cuál es el principal problema que ven actualmente?

F.A.: El principal problema es que lógicamente por la pandemia se frenó toda comercialización y esto a su vez cortó la cadena de pago y producción. Algunas colecciones ya estaban vendidas o por venderse. El cheque con el que te habían pagado se cayó y los que vos diste para pagar deudas también se cayó. Nadie estaba preparado para esto y además veníamos bastante golpeados. Estamos en ese momento. Por ejemplo, yo hago vestidos a medida que en general son para eventos sociales. Esos eventos están suspendidos y van a seguir suspendidos, así que es muy grande la incertidumbre. Desde ese lugar hay que seguir afrontando gastos de alquileres y sueldos. No vamos a salir todos parados. Hay mucha gente que ya cerró los locales y verá como sigue.

P.: ¿Y cómo se sostiene un emprendimiento así?

F.A.: Es muy difícil. Mucha gente está cerrando sus negocios por que es imposible mantenerlos frente a los costos. Tenemos una problemática muy grande también que tiene que ver con los alquileres, algo que nos toca a todos, incluso por fuera de nuestro sector. El tema de los alquileres es imperante. No es voluntarismo. Nadie puede bancar su estructura más de un rato. Desde acá a que se abra y podamos vender se irán acumulando costos imposibles. Nosotros casi todos tenemos una condición de pyme.

P.: ¿Es mucho el empleo directo e indirecto afectado?

F.A.: Sí. Imaginate que dentro del rubro también se afectó a lo que tiene que ver con la comunicación de la moda y los eventos. Cuando uno hace un desfile se involucran modelos. También están aquellos que se dedican a las cuestiones técnicas como las pantallas, la música, la iluminación. Por otro lado, los medios de prensa que son exclusivos de la moda están paralizados o tratando de generar sinergia. Hay algunos que abren sus puertas para que los que trabajamos de la moda podamos subir contenidos. De esta manera, les sirve a ellos para que sus medios no queden como algo muerto y a nosotros por la difusión.

P.: ¿Tienen un relevamiento de cuánta gente emplea la industria de la moda?

F.A.: Es inmensa la red que integra la industria de la moda. Hay varias decenas de miles de empleos seguramente. No hay relevamiento todavía pero como tenemos convenios con distintas universidades queremos plantear un análisis que confirme lo que creemos: que la moda es la segunda industria en generar empleo directo e indirecto en el país, después de la construcción.

P.: ¿Desde la declaración de emergencia hasta ahora cambió en algo la situación?

F.A.: La declaración fue en una instancia muy inicial cuando todavía el Gobierno no había dado ninguna de las herramientas que fueron dando. Hay cosas como los créditos, los montos fijos a los monotributistas que son útiles, pero sinceramente no alcanzan en lo más mínimo. Nosotros pedimos poder acceder a créditos subsidiados a tasas muy blandas. No estamos pidiendo abrir los negocios pasado mañana, sino diseñar estrategias específicas para cada rubro. En este último tiempo, la cámara ha cambiado su función porque nos hemos agrupado aún más y ampliamos la mirada respecto a los comerciantes que están cerrando locales o que tienen que cambiar los formatos y que no pueden arreglar con los dueños.

P.: Por la pandemia muchas empresas y emprendedores tuvieron que reconvertirse. Algunos aprovecharon el momento para hacer barbijos o camisolines para el sector de salud. ¿En el caso de ustedes también?

F.A.: Sí, sin duda. Hay muchas marcas que vieron en eso una posibilidad. Sin embargo, creo que por ejemplo en el caso de los barbijos considero que tiene que ser algo universal y me parece que ponerle diseño es algo peligroso. Veo que hay algunos que los hacen bordados y he escuchado hasta el hartazgo que tiene que ser liso y limpiable. Hay otras cosas que tiene que ver con la producción de camisolines. Muchas cooperativas han ido por ese lado para sobrevivir, para pagar lo diario. En Rosario hay marcas que se han unido para producir camisolines a pedido de determinados hospitales.

P.: ¿Y el día después cómo lo ven? ¿La salida de la crisis del coronavirus como la empiezan a pensar?

F.A.: Hoy en día además de pedir ciertas cosas al Gobierno también estamos interesados en ofrecer soluciones. No queremos quedarnos solo en un reclamo. Algo en lo que estamos trabajando es en los protocolos sanitarios para la reapertura a mediano plazo de locales y espacios, con sus complejidades. Por ejemplo en mi caso hago prendas a medida con trabajo sobre el cuerpo de los clientes, lo cual es una problemática distinta a la de una marca que tiene locales en todos los shopping y tienen 10 probadores por local.

P.: ¿En estos protocolos están evaluando la venta online como base para el futuro del negocio?

F.A.: Es algo que realmente nos interesa desarrollar. Mandamos cartas a Desarrollo Productivo. Nos respondieron mandandonos las herramientas que están impulsando y diciéndonos que nos van a atender. Sin embargo, todavía no pudimos concretar ninguna reunión. La venta online no es una realidad todavía en Argentina, hay muy pocos que lo hacen. Sin embargo, quienes ya lo están implementando aplican los protocolos estrictos sobre cómo armar y hacer el envío de los paquetes. El día después es una de las cosas en la que estamos trabajando todos. Pese a eso hay que tener en claro que trabajamos de la moda. Somos diseñadores, no somos economistas. No lo teníamos pensado.

P.: ¿Cómo analizan la competencia con respecto a las prendas importadas?

F.A.: Es muy despareja la competencia y es muy perjudicial para el sector. Hay un reclamo que estamos haciendo como grupo para que la moda tenga una visión de Estado. Por ejemplo, durante muchos años hubo producción de telas en Argentina, pero entre la dictadura y el menemismo se terminó de liquidar todo y esos industriales devinieron en importadores. Nosotros fabricábamos lanas y algodones y hace años no lo hacemos, teniendo la mejor lana del mundo. Ahora la entregamos para que le pongan el valor agregado en otro lugar. Si con la materia prima se pudiera fabricar tela y agregarle el diseño y la creatividad argentina, puede salir algo muy interesante. La industria en el país se destruyó, pero con políticas se pueden regenerar. En Francia la moda es la tercera industria, porque se lo toma con la seriedad que requiere. Acá hay una visión que la vincula con la frivolidad.

P.: ¿Crees que es momento de cambiar el modelo productivo por uno más sustentable?

F.A.: Creo que sí. Ya que el modelo productivo actual es tan hegemónico y en este momento se paralizó por la pandemia, tenemos que meter un cambio e ir hacia un terreno un poco más interesante. Sobre todo en nuestro caso que veníamos muy golpeados vendiendo un producto que es muy difícil que tenga identidad porque se hace con una materia prima que no es nuestra. Me parece que el camino a lo sustentable es necesario. Hay que reconvertir todo. Creo que es necesario. Hay que avanzar hacia un comercio justo y que las cosas valgan por lo que son y no por su precio. Así se valorizarían más todos los procesos productivos.

P.: ¿A nivel mundial, en qué momento se encuentra el sector?

F.A.: La moda está en un momento bisagra. Están apareciendo muchos materiales creados con biotecnología. Con una botella de plástico y un proceso podes hacer un hilado. Más interesante es que con los desechos se puede hacer mucho. Con la industria láctea, tres hongos y cuatro bacterias también haces un hilado. Lo mismo con la yerba mate o las cáscaras del arroz, a partir de lo que se puede hacer cuero. Toda esa tecnología que esta al arribar va a poner todo un abanico de materiales que el diseñador nunca tuvo en su mano. Va a poder inclusive diseñar el material con el que va a poder trabajar. Por eso hay que mezclar la ciencia con lo profundamente nuestro, los materiales y las artesanías ancestrales. Para que podamos tener algo de bandera. En la moda no tenemos un Malbec argentino pero somos los dueños de la mejor mano de obra del mundo. No la podemos dejar pasar.

Coronavirus y moda: ¿Es este el futuro de los desfiles?

Fuene Clarín ~ La próxima ronda de desfiles de moda será de desfiles de moda virtuales. Esto no está en duda.

Ermenegildo Zegna, la potencia italiana de la moda masculina, está renunciando por completo a su antiguo calendario y haciendo su propia idea digital en julio, para lo cual tiene una palabra completamente nueva: «phygital» (que es espacio físico y tecnologías digitales).

¿Qué significa esto? El viernes, se dio una especie de respuesta.

La ocasión fue Fashion Unites, una edición en YouTube-streamed de CR Runway, el desfile especial de moda dirigido por Carine Roitfeld, la ex editora francesa de Vogue y musa de Tom Ford, y su hijo, Vladimir Restoin Roitfeld, presidente y director ejecutivo de CR Fashion Book Ltd., para recaudar dinero para el Fondo amfAR para la lucha contra COVID-19. Anunciado como «el primero de su clase» por su anfitrión, Derek Blasberg, jefe de moda y belleza de YouTube, fue aclamado como «un desfile de alta costura totalmente desde casa».

Olivier Rousteing de Balmain, Pierpaolo Piccioli de Valentino y Virgil Abloh de Off-White y Louis Vuitton estaban allí, enviando mensajes de apoyo y amor. Las modelos Karlie Kloss, Winnie Harlow, Stella Maxwell y Joan Smalls se pasearon con sus propias cosas en sus casas, tal como lo dirigieron desde lejos los expertos en moda de las semanas pasadas: Sam McKnight para el cabello, Tom Pecheux para el maquillaje y Stephen Galloway para el movimiento. Michel Gaubert, que tiene un práctico monopolio en las bandas sonoras de las pasarelas, hizo la música.

Y el resultado fue… encantador. Pero en última instancia, no se trataba tanto del placer y el potencial de la ropa como del placer de las miradas voyeuristas de los famosos en sus casas.

O más bien, cuando se trataba de los modelos – en sus cocinas (la de Halima Aden, en blanco y negro chic, hacía juego con su ropa en blanco y negro), baños y armarios (el de Alessandra Ambrosio era particularmente organizado e impresionante). Kim Kardashian West habló frente a su jardín monocromático de buen gusto en un top monocromático elegante.

Hubo visiones entre bastidores de los expertos dando «tutoriales» desde lejos: Pecheux sugiriendo que el maquillaje se «centrara en un ojo negro ahumado«; McKnight, con una máscara, instando a «mantenerlo natural». Cantos de Galloway: «Véndanlo, señoras. ¡Sientan la tela!» Y así lo hicieron: Natasha Poly en un minivestido de cadenas de Paco Rabanne se paseaba en un desván con una cocina totalmente negra como telón de fondo, ni un tenedor fuera de lugar. Kloss, en un pequeño traje azul marino con botones dorados, también recorrió un largo pasillo del altillo.

«Gracias, Carine, por darme una excusa para vestirme porque he estado en joggineta durante el último mes», dijo Karen Elson desde su baño, con su antigua lámpara de cristal, antes de ponerse lo que parecía un mono oscuro, aunque era difícil de decir. Podría haber sido una camisa y un pantalón haciendo juego.

Lo cual señaló la dificultad con el concepto de «pasarela de casa». Por un lado, al invitar a los espectadores a entrar y a estar entre bastidores (al menos en teoría; ¿pueden todos los modelos ser tan pulcros?), proporcionaba ese sentido de conexión humana que la moda necesita cuando intenta justificar su existencia en un momento en el que la tragedia ha puesto en peligro su futuro.

Por otro lado, no hace que te concentres exactamente en la ropa. Se vuelven casi inútiles. Así que aunque esto puede ser, como dijo Rousteing mientras estaba encaramado en su escalera, enmarcado por su elaborado pergamino de hierro, «una nueva forma de presentar el desfile de moda», puede que en última instancia no sea la mejor manera.

La forma de desfile de moda ha durado décadas precisamente porque funciona muy bien – en la vida real. Ha habido intentos ocasionales de cambio, sobre todo a través de «películas» que salen como videos musicales, pero nunca han tenido tanto éxito. Generalmente eso se debe a que dan prioridad al estado de ánimo y al concepto sobre la capacidad de ver el detalle revelador, o la esencia material, de una prenda. Y es en ese detalle y esencia donde reside el deseo individual.

Ahora hay una oportunidad de proporcionar una solución diferente. Sin embargo, lo que requiere no es sólo recrear los eventos, sino repensarlos por completo.

Milán lanza en julio la Semana de la Moda Digital

Fuente: La próxima Semana de la Moda en la ciudad italiana de Milán será «digital», anunció este jueves la Cámara Nacional de la Moda Italiana (CNMI), que dio como fechas del 14 al 17 de julio.

Esta «primera» Semana de la Moda Digital es una «respuesta concreta» a la crisis del sector por la pandemia de coronavirus, anunció en un comunicado.

«Es un cita para promover las nuevas colecciones masculinas y femeninas» (…) y constituye una respuesta concreta a la necesidad de promover marcas», explicó la entidad, que presentará una serie de colecciones masculinas y femeninas para la primavera y el verano del 2021.

La misma iniciativa fue lanzada en Francia por la Federación para la Alta Costura y la Moda.

«Organizamos una Semana de la Moda Digital como respuesta a estos tiempos que vivimos», reiteró el presidente de CNMI, Carlo Capasa.

La entidad «ofrecerá una plataforma digital en la que se programarán fotos y videos, entrevistas y declaraciones entre bastidores con los momentos más creativos (…) Todo según un calendario con espacios dedicados a cada marca», explicó.

El calendario contará además con un nuevo contenido, se trata de «lecciones magistrales» en vivo de importantes personalidades del mundo de la moda.

Además de proyectar los desfiles con las colecciones de la «Milano Digital Fashion Week», una plataforma estará «totalmente a disposición» para la exposición de los trajes, «un instrumento vital para la campaña de ventas a compradores internacionales».

En las salas de exposición se podrá presentar la marca, con fotos y videos de sus colecciones.

La iniciativa ha sido programada en los canales digitales de CNMI: cameramoda.it, Instagram, Facebook, Linkedin, Weibo y YouTube.

La próxima Semana de la Moda Masculina de París, del 9 al 13 de julio, también será por internet con filmes y videos, según explicó la federación francesa.

Debido a la pandemia de coronavirus, la semana del «prêt-à-porter» programada en París, del 23 al 28 de junio, y la de alta costura, del 5 al 9 de julio, fueron canceladas.

Bajar un cambio: ¿el destino de la moda tras el golpe del coronavirus?

Fuente: TN ~ Condenada por la dictadura de las temporadas a vivir seis meses por delante, la moda aprovecha la crisis del coronavirus para frenar el ritmo y reflexionar sobre el intenso calendario primavera-verano, otoño-invierno, aunque el cambio amenaza con desestabilizar a las pequeñas marcas.

«El momento que atravesamos es turbulento, pero nos ofrece la ocasión única de arreglar lo que no funciona, de suprimir lo superfluo, de recuperar una dimensión más humana», dijo el diseñador italiano Giorgio Armani, de 85 años, en la revista «Jetset Magazine. La edad y la experiencia le han dado al famoso sastre italiano esa libertad para reclamar lo que en esta industria multimillonaria y supercontaminante pocos se atrevían a decir.

«Lo bueno de esta crisis es que permite a todas las marcas lanzar un proceso de reflexión sobre el funcionamiento y el ritmo del mercado, del que todo el mundo empezaba a cansarse», comentó a la agencia de noticas EFE Cyril Cabellos, director de comunicación de Lanvin, la «maison» más antigua de Paris.

El punto de inflexión fue esta semana cuando Saint Laurent anunciaba su decisión de abandonar el calendario oficial de la semana de la moda de París, organizado por la Federación la Alta Costura y Moda seis veces al año (dos encuentros de prêt-à-porter femenino, dos de hombre y dos de alta costura). El desplante ha alarmado a quienes ven en esta rígida y criticada agenda su principal escaparate y muestra que el cambio, en busca de un plan más sostenible, no es tan inocente como parece pues deja en la estacada a los más pequeños.

«La decisión de Saint Laurent es comprensible pero egoísta. Las semanas de la moda son de momento la única forma de iluminar por igual a diseñadores noveles y grandes marcas«, critica desde el anonimato un directivo de una conocida marca francesa de tamaño intermedio.

París, Milán, Londres y Nueva York completan el circuito de la moda que impone un ritmo aceleradísimo de viajes y citas a quienes intervienen, obligados a pasar seis meses de desplazamientos al año.

Si esto ya resulta complicado con dos temporadas anuales, a esto se le añaden las llamadas colecciones de entretiempo, crucero y pre-fall, una respuesta de las grandes casas al pulso de colecciones mensuales que impusieron cadenas como Zara, que ha terminado por evidenciar el problema: demasiada ropa, demasiada rapidez.

A la crítica del sistema actual se han sumado algunos de los rostros más influyentes de la industria, como la periodista inglesa Suzy Menkes que en «The New York Times» tachó de «circo» el ambiente que rodea las pasarelas, o el historiador Olivier Saillard, quien recientemente consideraba en declaraciones a EFE que los desfiles son una práctica inveterada.

En París, la Federación sirve como sindicato y lobby de todas las marcas, grandes y pequeñas. Contactado por EFE, el organismo optó por no pronunciarse en la polémica salida de Saint Laurent y descartó de momento un cambio en los calendarios. «Una maison intermedia no tiene posibilidad de salir del sistema clásico de fashion weeks con la captación de audiencias que supone, pero esto podría tener algo positivo. Por ejemplo, trabajamos en ser más racionales en la división de la temporada: la primavera-verano, otoño-invierno no tienen sentido hoy», explicó la fuente.

Pero, ¿qué pasaría si otros titanes de la industria, como Gucci o Prada, decidieran también el calendario que abandona la Federación? Varios trabajadores de la industria que fueron consultados, coinciden en que el golpe desestabilizaría la igualdad en el sector, dejando a los noveles sin posibilidad de emerger.

El debate sobre un posible cambio de calendario también está sobre la mesa en otras grandes marcas, como Chanel, que ya se ha visto obligada a cancelar todos sus desfiles hasta septiembre. Pero por muy grande que sea el impacto, pocos de estos gigantes ven amenazada su existencia con la crisis.»La reapertura en Asia ha sido buena, la gente ha ido a comprar más después del confinamiento y los datos de venta han sido similares a los del año pasado», comenta una fuente de Chanel.

«Los dirigentes están tranquilos y me atrevo a decir que este tiempo nos vendrá bien. Empezarán a racionalizar más sobre proyectos que a veces eran exagerados y esto los convencerá a desarrollar el negocio en internet, que no está a la altura«, opinó la misma fuente de la famosa marca fundada por Coco Chanel.

La consultora McKinsey, en un informe del que se hace eco «Business of Fashion», deja claro que la ley del más fuerte se aplicará con fuerza en esta ocasión al sector de la moda: «La crisis sacudirá al débil, envalentonará al fuerte y acelerará la caída de empresas que estaban sufriendo ya antes de la pandemia».

La semana de la moda de Londres en tiempos del coronavirus

Fuente: elle ~ Estamos viviendo un época tan extraña en la que todos estamos intentando hacer lo posible para mantener el «normalidad» dentro de las graves circunstancias que estamos viviendo. Las herramientas digitales han pasado a ser fundamentales durante estas semanas de confinamiento y las pantallas nos ayudan a contactar con nuestros seres queridos para que la distancia se haga menos pesada. Así, las firmas de moda han desplegado toda su fuerza a través de sus páginas ‘online’ donde podemos seguir descubriendo cada una de las novedades que lanzan las casas y con mayores facilidades en sus políticas de compra.

Hemos comprobado cómo el mundo de la moda se ha volcado con esta crisis sanitaria aportando grandes donaciones económicas y material a los distintos centros hospitalarios para aportar su granito de arena pero, en este contexto tan difícil, ¿qué ocurrirá con los espectáculos de moda, sus pasarelas y todas sus nuevas propuestas de cara a la próxima temporada? Son muchas los desfiles que se han cancelado. Distintos circuitos de moda masculina como Pitti Uomo, los desfiles de moda masculina de Milán o de Alta Costura de París; han decidido anular sus citas anuales dejando a todos sus seguidores con cierto sabor agridulce en la boca.

La semana de la moda de Londres ha sido el último evento de la moda internacional que ha decidido dar un paso adelante y sumarse a estas novedosas iniciativas para seguir manteniendo el ‘fashion system’ activo y demostrando que es una de las industrias más relevantes del sistema económico. Con el objetivo de mirar al futuro y aprovechar las escasas oportunidades que nos ofrece esta situación actual, el British Fashion Council anunciaba que estamos en el momento justo de cambiar, colaborar e innovar.

De esta manera, las semanas de la moda evolucionan y ya no se necesitará una exclusiva invitación para disfrutar de los últimos desfiles de las marcas más aplaudidas. Todos los que conforman el sistema de la moda y aquellos que disfruten descubriendo nuevas propuestas sobre la pasarela, estarán invitados a la ‘fashion week’ de Londres 2020 que, durante doce meses y por primera vez en la historia, fusionará la ropa de mujer y de hombre y de la que podremos disfrutar en ‘streaming» a través de www.londonfashionweek.co.uk, comenzando el próximo día 12 de junio y extendiéndose hasta mediados del mismo mes coincidiendo con el período de la antigua semana de la moda masculina de Londres.

Como la misma Caroline Rush CBE , directora ejecutiva de British Fashion Council ha dicho «Los diseñadores podrán compartir sus historias y sus colecciones con una comunidad global más amplia. Esperamos que, además de las perspectivas personales sobre este momento difícil, haya inspiración a raudales. Por esto es por lo que se conoce a la moda británica ”. ¿Estaremos viviendo el primer paso de la moda democrática?

Informe Importaciones de Prendas de Vestir: Enero | Marzo 2020

Capítulos 61 y 62 del Nomenclador Común del Mercosur

Período considerado: ENERO – MARZO 2020

Fuente: CIAI ~ Las importaciones de prendas de vestir registradas en marzo de 2020 cayeron un -17% tanto en dólares como en kilogramos en relación al mismo mes de 2019. Así, alcanzaron los USD CIF 32,5 millones y los 1,8 millones de kilogramos (ver Cuadro Nº1 del Informe adjunto) continuando con la tendencia a la contracción relativa de las compras al exterior de prendas de vestir, fruto de la crisis de consumo en el mercado local.

Dicha tendencia se evidencia en los datos trimestrales que marcan la caída de las importaciones en un -20% en valor y un -13,5% en volumen en enero-marzo de 2020. No obstante, estas magnitudes aún se encuentran por encima de trimestres anteriores: +68% y +110% en relación a 2016 y +70% y +130% en comparación con 2015 (ver Cuadro Nº1 del Informe adjunto y Gráficos Nº1 y Nº2 del Informe adjunto). Adicionalmente, al final de marzo 2020 ya inicia a verse el impacto de la merma en el comercio producto de las restricciones impuestas por las medidas para enfrentar la pandemia COVID 19.

Los precios promedio por kilo del mes de marzo, por su parte, se mantuvieron estables en relación a marzo del año anterior ubicándose en torno y del USD/Kg 17,7. Los precios promedio del trimestre de USD/Kg 18,62 fueron los más bajos desde el primer trimestre de 2008 (USD /Kg 16,75), como consecuencia de una caída que se registra mes a mes (ver Cuadro Nº1 del Informe adjunto).

En materia de países de origen de las importaciones, China continúa en el primer lugar manteniendo igual participación en el total del mercado importador representando el 73% de los kilos importados de prendas en el primer trimestre (ver Cuadro Nº4 del Informe adjunto). Muy por debajo se ubicaron Vietnam (7,07%), Bangladesh (5,73% de los kilos) y Camboya (3,90%). Por el lado regional, Perú y Brasil ocuparon el 5to y 6to del trimestre, con 2,91% y 2,67% respectivamente en términos de kg. Paraguay y Colombia detentaron una participación en torno al 1%, ubicándose en los puestos 10mo y 11vo.

Entre los principales productos importados durante el 1er trimestre del año se ubicaron los abrigos tanto femeninos como masculinos de fibras sintéticas, los sweaters también de fibras sintéticas, y los sweaters de algodón (ver Cuadro Nº6 del Informe adjunto).

Hacia el interior de estas categorías, es decir, en términos de categoría de producto, los abrigos se posicionaron primeros con USD CIF 27,8 millones y 1,4 millones de kilogramos (ver Cuadro Nº7 del Informe adjunto) en su gran mayoría originarios de China (82% del total). En segundo lugar fue registrado por la categoría sweaters -que superó los USD CIF 17 millones y 910 mil kilos- también con China como principal origen (55%). Tercero se ubicaron los pantalones, con 13,2 millones USD CIF y 565 mil kilos, con orígenes más diversificados.

Por último, se estima que en los próximos meses la caída de las importaciones sufra una abrupta aceleración como consecuencia del impacto de la pandemia COVID 19 en el comercio y la crisis de consumo en el mercado local.

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El impacto del brote en la industria de la moda argentina

Fuente: L´Officiel ~ La pandemia de coronavirus y las medidas tomadas para contrarrestar su avance fueron un golpe para la industria de la moda nacional. El cierre de tiendas, la baja del consumo y la imposibilidad de vender generaron el debilitamiento de su estructura y la necesidad de más acciones. Frente a este nuevo escenario, referentes de las cámaras y organizaciones del sector dan cuenta de las dificultades y de las estrategias para hacerle frente a las consecuencias del brote.

“El punto más determinante es que tenés un negocio con cero ingresos”, sostiene Claudio Drescher, presidente de la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI). A la realidad que afrontan quienes no brindan productos considerados esenciales se le suma un agravante: “El capital de trabajo está puesto en ropa que no se vende en otra temporada. Eso genera una situación de crisis estructural”. Si bien se habilitó la venta online, una ayuda para las firmas, eso equivale solo a un diez por ciento de la venta total.

En cuanto a la posibilidad de despidos, si bien hay un decreto que determina que no pueden llevarse a cabo por un período de 60 días, hay versiones que denuncian lo contrario. Sobre eso, Drescher declara: “No está permitido, lo impide la ley. Me parece que en este momento las marcas tienen que hacer un esfuerzo. El primer objetivo es sostener al personal”.

La Cámara Argentina de la Moda, por su parte, declaró el estado de emergencia a través de un comunicado. “Lo hicimos para poner de manifiesto un sector que es mucho más complejo de lo que la gente imagina. Suelen perderse de vista muchísimos rubros como emprendedores, artesanos, peluqueros, maquilladores, manicuras, fotógrafos, modelos, comunicadores”, sostiene Francisco Ayala, director del organismo. En cuanto a las problemáticas que enfrentan a nivel general, afirma que entre los principales problemas están los alquileres, los sueldos, las cargas sociales, los  impuestos y los compromisos con los proveedores.

“Está totalmente paralizada”, dice sobre la industria textil Luciano Galfione, secretario de la Fundación Protejer, organización dedicada a asistir y contener la cadena de valor agro-industrial. “Son en un 95 por ciento PyME que están pasando un momento complicado. La temporada de invierno  está perdida. Sin embargo, creemos que las medidas son adecuadas aunque involucren decisiones que no son fáciles”. De cara al futuro destaca un objetivo claro: llegar al día después. “Si no hay empresas, no va a haber trabajo; y entonces no va a haber consumo y así se hará un círculo vicioso que no va a funcionar”.

Algunas compañías buscaron no parar y se reconvirtieron y comenzaron a fabricar insumos sanitarios: barbijos, tapabocas, camisolines. Protejer es una de las encargadas de coordinar a 30 empresas que producen elementos para el Ministerio de Salud. “Se trata de dar una mano como actores de la sociedad y de demostrar la importancia que tiene la industria. Además ayuda, aunque sea, cubrir gastos y pérdidas”.

Desde la CIAI también generaron acciones para trabajar en conjunto. Convocaron a una primera reunión online de la que participaron 100 firmas, discutieron temas que conciernen a la coyuntura y reflexionaron sobre las perspectivas. “Como temas centrales se trataron el aumento de las ventas online y el tipo de producto que va abastecer el mercado: entendemos que habrá una inclinación a que sean menos efímeros, menos descartables; una concentración en aquello que tenga cierta nobleza  en sus elementos”, cuenta Drescher.

En medio de la crisis, el apoyo, la unión y el trabajo en conjunto son las alternativas de la moda nacional para sobrevivir.

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