La Cámara Textil de Mar del Plata realizó propuestas al Gobierno Nacional

Fuente: Noticias Mar del Plata – El presidente de la Cámara Textil de Mar del Plata, Guillermo Fasano, participó como integrante de la Mesa Federal del Movimiento Nacional Pyme (MONAPY) de una reunión con el secretario nacional del conocimiento, emprendedores y PYMES, Marcos Ayerra, en un evento que se realizó en San Rafael, provincia de Mendoza.

Los empresarios plantearon la necesidad de atender de forma simultánea los aspectos coyunturales de la realidad ante el ajuste del gasto público y su consecuente caída de la actividad, y la implementación de la Ley Integral Pyme, que implica pronosticar un futuro de crecimiento y aumento del empleo.

Las conclusiones de la reunión de 90 minutos fueron: «en la coyuntura contamos con la suspensión de embargos y baja tasas de AFIP (se pidió mantener hasta el 31/12); la implementacion inmediata de una nueva herramienta de los Bancos; el LUFE, para otorgar préstamos garantizados por FOGAR, sin el requisito de libre deuda impositiva y aprovechando las tasas negativas del mercado y además, el estudio de bajas de contribuciones en aquellos sectores más afectados por el ajuste», detalló Fasano.

Y añadió que «en el planteo de la Ley Pyme, la Secretaría está trabajando sobre la base del proyecto presentado por el MONAPY, al que se le incorporarán otros proyectos e iniciativas que tiene la Secretaría».

El objetivo es consensuar un proyecto de Ley para presentar este año. Al respecto, Fasano pidió que se copie, en esta ley, el mismo proyecto de incentivos fiscales del DNU, conocido como RIGI (Régimen Impositivo para Grandes Inversores), transformando el régimen en el RIP (Régimen Impositivo Pyme).

Incertidumbre en la industria textil, caída de ventas y temor por las fuentes laborales

Fuente: El Retrato de Hoy – Guillermo Fasano, titular de la CámaraTextil de Mar del Plata, en diálogo con “el Retrato…”  al referirse a la situación actual del sector textil marplatense, subrayó: “hay tantas opiniones como empresas”. No obstante, añadió: “estamos en un momento de mucha indefinición, de confusión. Un momento de no saber qué es lo que va a suceder. Sabemos que hay una metodología de cambio, no sabemos si se va a poder implementar. Se está debatiendo. Estamos con la incertidumbre de lo que va a cambiar o no. Además, el ajuste es muy profundo, es muy brutal”.

En esta línea, manifestó: “esperemos que la política esté a la altura de las circunstancias y defina rápidamente cuál es el modelo y los cambios estructurales que se tienen que hacer para que, a partir de ahí, nosotros, cada uno de los empresarios, emprendedores y especialmente las PyMEs, decidamos qué es lo que vamos a hacer”.

Caída de ventas y fuentes de trabajo afectadas

Además, sobre la temporada estival, el presidente de la Cámara Textil, aseveró: “el mostrador del verano es solo una parte menor de la producción. Fabricamos los sweaters para todas las grandes marcas de todo el país. Abastecemos a todo el país”.

Sin embargo, señaló que ahora se trabaja mucho con las tiendas online. “Antes los turistas venían a Mar del Plata y se desesperaban por un pulóver. Hoy lo tienen en el teléfono. Esa venta que se hacía antes, por esas razones no se hace. Asimismo, hay indudablemente una caída del poder adquisitivo de la gente y un temor muy grande. Es muy importante la caída”, sostuvo.

En relación a esta caída de ventas, Fasano indicó: “he escuchado las cifras de la UCIP (Unión del Comercio, la Industria y la Producción) de Mar del Plata, hablan de un 20%. Nosotros no tenemos estadísticas de la Cámara, pero en base al conocimiento de los socios que son referentes, estamos en ese porcentaje”. De esta manera, agregó que “es un porcentaje preocupante, pero para nosotros no es todo. Lo que más vendemos es al por mayor. La temporada de invierno, ya la fabricamos y la entregamos. La preocupación es lo del verano. Porque hacemos menos pulóveres para el verano. Ahora a partir de febrero y marzo, empiezan a pedir las muestras y presupuestos y tenemos mucho temor que esos pedidos no existan”.

Por consiguiente, consultado si se podrían ver afectadas las fuentes de trabajo, Fasano remarcó: “sí, obviamente. Es un problema transversal”. Así, argumentó que “se debe definir qué se va a hacer con las PyMEs, las pequeñas y medianas empresas, que son las que generan el 42% del país. En nuestro caso, como Cámara y rubro, todas son PyMEs”.

En consecuencia, el presidente de la Cámara Textil, señaló “cuatro factores que son importantes en todo esto: la industria al juicio laboral, el financiamiento, la alta carga impositiva y el cúmulo de regulaciones y trabas burocráticas que tienen las pequeñas empresas. Las leyes están pensadas para las grandes empresas y hay que simplificar”. Así también, añadió que “hay un modelo de país, pero deben comprender, de una vez por todas, que la salida son las PyMEs, pero deben mejorar esas condiciones de manera simultánea para poner el país en desarrollo”.

Situación sobre las importaciones

Si bien parte de la materia prima del sector textil es de origen nacional, un porcentaje de los insumos son importados. Sobre esta cuestión, Fasano sostuvo que “ha ocurrido un proceso que nosotros no previmos y que no se vio. Pedimos la licencia no automática del pulóver en el 2004 y la conseguimos. La 9° licencia no automática del país, personalmente participé de ese pedido. Eso es una buena idea porque hay un producto terminado que si no se importa se supone que se va a fabricar acá. Pero lo que terminó ocurriendo es que de nueve licencias automáticas terminó habiendo 12.000. Eso hizo que se bloqueara la entrada, no solo del pulóver terminado, sino que se empezaron a bloquear los insumos que necesitamos para trabajar. Eso fue una trampa”.

Siguiendo esa idea, agregó que “hoy, como somos argentinos que vamos de un extremo al otro, quieren abrir todo. Me parece que hay que definir cuestiones estratégicas generales. Por ejemplo, si se va a defender el producto terminado, si se va a defender la pequeña empresa o algún determinado sector. Y en base a eso se decidirá”. Sin embargo, concluyó que “hay incertidumbre, por lo que habrá que esperar ver qué es lo que pasa”.

La Cámara de Indumentaria Argentina respaldó implementación de Cuota Simple

Fuente: El Destape – El presidente de la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI), Claudio Drescher, respaldó hoy la puesta en marcha del nuevo programa de fomento al consumo Cuota Simple, que a partir del 1 de febrero reemplazará al plan Ahora, al señalar que ante el «preocupante» panorama del sector textil «la financiación en cuotas es fundamental para el consumo» y eso lo convierte en «imprescindible».

El nuevo plan cuenta con planes de 3 y 6 cuotas fijas en 34 rubros con una tasa nominal de interés equivalente al 85%.

En una entrevista con Télam, el titular de la CIAI indicó que el sector pyme en la indumentaria experimenta una contracción preocupante en las últimas semanas, «lo cual afecta directamente su capacidad de mantenerse a flote».

Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.

Respecto a los datos del sector, la producción se retrajo 10,2% interanual en diciembre, mientras que el acumulado de 2023 cerró con una suba del 3,3%, mientras que en términos mensuales, la actividad presentó una disminución del 20,4%.

A continuación algunos de los principales tramos del reportaje con Claudio Drescher.

Télam: ¿Cuál es el escenario actual del sector textil-indumentario con el nuevo gobierno?

Claudio Drescher: El panorama actual del sector textil-indumentario es preocupante, con una caída sistemática de las ventas en los últimos seis meses. Existe una gran preocupación sobre si se podrán mantener los puestos de trabajo en la producción de indumentaria y este sector tiene una gran importancia en la economía del país, ya que genera una gran cantidad de empleo y contribuye al desarrollo económico.

T: ¿Qué medidas son necesarias en este contexto para impulsar y fortalecer este sector?

C: Es importante reunir a la industria textil-indumentaria y trabajar en conjunto. Argentina cuenta con una cadena productiva completa, desde la fabricación de hilo hasta la comercialización de la indumentaria. Para impulsar este sector, es necesario implementar políticas de desarrollo y brindar incentivos para su crecimiento. No se trata de proteccionismo, sino de competir en el mercado internacional y contar con herramientas adecuadas para ello.

T: ¿Se considera la posibilidad de establecer medidas que garanticen el empleo y la continuidad de la producción?

C: Creemos que la financiación en cuotas es fundamental para el consumo y permite formalizar el sector. Al pagar en cuotas, se fomenta la comercialización en el sistema formal de la economía. Además, es importante destacar que los precios de la indumentaria han crecido menos que el índice general, lo cual se debe a factores como la escasez de insumos y materias primas. En este sentido, consideramos que la estabilidad del mercado y la normalización de los precios son elementos clave para garantizar el empleo y la producción en el sector.

T: ¿Cuál es la posición que tiene la Cámara respecto al lanzamiento del nuevo programa Cuota Simple?

C: En ese contexto el sistema de cuota simple era imprescindible y nos parece una medida sumamente acertada de parte de la secretaría de comercio, falta saber si esto puede evitar una profunda recesión y la consiguiente caída del empleo.

Entendemos la necesidad de ordenar variables, la cuestión es si el sector puede resistir este tratamiento o sucumbe antes ya que la estructura productiva no puede sobrellevar esta caída de ventas.

T: ¿Cuáles son los desafíos y objetivos del sector en la actualidad?

C: Desde la Cámara de la Indumentaria, planteamos tres puntos clave para enfrentar los desafíos actuales: el mantenimiento del sistema de financiación en cuotas, la disminución de los aportes patronales para incrementar el trabajo formal en la costura, y el fomento de la inversión en avances tecnológicos para mejorar la competitividad. Estos son los principales objetivos para fortalecer y desarrollar el sector.

T: ¿Existen preocupaciones o aspectos destacados por parte de los integrantes de la cámara?

C: En estos meses, aún es temprano para notar diferencias significativas en la repercusión de los distintos productos del sector. Sin embargo, como siempre sucede, todos esperamos que el nuevo gobierno tome medidas adecuadas para que el país avance y que se promueva el funcionamiento eficiente de la industria. La Cámara de la Indumentaria está comprometida con el desarrollo del sector y espera que se tomen en cuenta sus propuestas.

Posición de CAME ante el paro nacional

Fuente: CAME – La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) considera que el paro general del miércoles 24 de enero −que implicará un día sin producción y sin actividad comercial− conllevará una pérdida económica mayúscula para el país. “Nuestras pymes necesitan trabajar, ya que sin trabajo no hay ingresos”, dijo el presidente de CAME, Alfredo González.

Las pequeñas y medianas empresas representan el entramado más auténtico de la economía real de la Argentina. Por eso, desde CAME siempre se pide más actividad, más producción y más ventas. “Cada mes debemos hacer frente a las erogaciones fijas de nuestros negocios. Las pymes somos las principales generadoras de empleo registrado”, expresó González.

El paro se dará en el marco de caídas en el consumo y la industria pyme. De acuerdo a los datos de la entidad pyme, en diciembre las ventas minoristas tuvieron una baja anual de 13,7%, en la medición a precios constantes, y finalizaron el año pasado con una retracción de 3,4% (link al informe). Por su parte, la producción de las pymes experimentó un descenso de 26,9% en diciembre, a precios constantes, y 2023 terminó con un declive de 2,6% (link al informe).

“Somos respetuosos de las decisiones del sindicalismo y del derecho a huelga. Entendemos y compartimos la incertidumbre imperante y la angustia que afecta a buena parte de nuestra población, pero no creemos que un paro sea el instrumento que vaya a revertir esta situación”, resaltó González.

Cabe destacar que CAME agrupa a más de 400.000 pymes del comercio y los servicios, el turismo, las economías regionales, la industria y la construcción de todo el país, que en su conjunto emplean a más de 2.500.000 de personas. Además, la institución pyme es paritaria en el convenio colectivo mercantil y en el de trabajadores rurales.

Cámara Textil apoya reformas laborales, pero le preocupa la apertura económica

Fuente: La Capital de Mar del Plata – Desde la entidad se mostraron a favor de los cambios en torno a las relaciones laborales que contiene el DNU de Milei. No obstante, piden que las pymes puedan resolver “los problemas de competitividad” antes de “abrir la economía”.

La Cámara Textil de Mar del Plata mostró su apoyo a las reformas laborales que contiene el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) del presidente Javier Milei, pero por otra parte manifestaron su preocupación por la apertura económica que impulsan desde el gobierno nacional, debido a que consideran a que previo a dar ese paso deben permitirle a las pymes “resolver los problemas de competitividad” que arrastran desde hace años.

“Nosotros hemos dicho que creemos que son positivas las reformas laborales dentro del DNU, del resto tratamos de no opinar porque es muy extenso. Nos centramos en el análisis de lo que a nosotros nos interesa de ese DNU, que toca muchos temas”, aclaró el presidente de la Cámara Textil, Guillermo Fasano, en diálogo con LA CAPITAL.

Respecto al decreto del presidente, Fasano manifestó: “Hay dos aspectos nos ocupan o nos interesan: la apertura o no de la economía, el cual no se toca en el DNU, y otra que sí se toca, qué es la reforma laboral o el título 4 referido al trabajo. En ese aspecto, creemos que el DNU tiene buenas noticias para las empresas y los trabajadores”.

Seguidamente, destacó que el DNU contiene tres temas que para su sector “son muy importantes” y que los vienen planteando “durante mucho tiempo”. “La primera es lo que yo defino como la demolición de la industria del juicio laboral. Este DNU demuele esa industria tal como la conocemos en Argentina en los últimos 30 años y eso es muy bueno”, expresó Fasano y aseguró que con esta iniciativa se evitarían “demandas estrafalarias que hacían peligrar empresas”.

“El segundo aspecto de la reforma laboral que tiene importancia para nosotros -continuó- es una cláusula de blanqueo del costo laboral y la diferencia entre el salario del bolsillo y del costo laboral”. “Tenemos empleados que ganan poco y salarios que cuestan mucho. Nosotros pedimos que se disminuyan los costos tributarios, porque además va a beneficiar a los trabajadores, porque nos permitiría pagarle más”, aseguró el referente de los textiles.

Por último, Fasano dijo que desde la Cámara Textil también rescatan “la ampliación del período de prueba de tres a ocho meses”. “Tres meses es un período muy breve para probar un trabajador. En algunos casos y sectores servirá, pero estamos pensando en una ley general. Ocho meses es un buen período para darle prueba y va a influir en la decisión de muchas empresas a tomar trabajadores porque van a tener un período de prueba suficiente”, sostuvo.

“En tres meses casi no se puede capacitar a casi ningún empleado, salvo algún trabajador que haga una tarea elemental, pero en lo nuestro, que necesitamos tejedores, remalladores, gente que trabaje en el revisado de prendas, en tres meses no se puede capacitar”, agregó.

En este sentido, consideró que “esto va a resolver un problema general porque muchas empresas no se animan a tomar gente que no esté capacitada y en tres meses no lo pueden resolver”.

Consultado acerca de cuáles son los beneficios para los trabajadores que él observaba en estas reformas, Fasano respondió que en su opinión “este decreto no modifica ningún derecho de los trabajadores y entendemos que los trabajadores están prisioneros de sus trabajos”.

“Lo que les hace falta para tener posibilidad de mejorar sus salarios es rotar, es tener la posibilidad de salir de su empleo y de conseguir otro mejor”, analizó y recalcó: “La industria del juicio laboral es la principal razón por la que las pymes no tomamos trabajadores”. “Sin ella, va a haber más demanda de trabajadores y eso va a mejorar los salarios”, dijo.

El pasado miércoles la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo dictó  una medida cautelar que suspende la aplicación del capítulo laboral del DNU de Milei, pero desde el gobierno adelantaron que apelarán esta determinación. En este marco, Fasano subrayó que “la reforma laboral ha sido recibida por los sectores empresarios como muy buena”.

textil

En alerta

Por otra parte, el presidente de la Cámara Textil dijo que desde el sector están “muy preocupados” por una posible apertura indiscriminada de las importaciones.

“Definitivamente estamos muy preocupados”, dijo Fasano y agregó: “Sobre la apertura de la economía nosotros decimos que para abrir la economía hace falta mejorar la competitividad de las empresas”.

“Las empresas pymes en este país están bloqueadas por la imposibilidad de contratar gente por la industria del juicio laboral, por la alta carga impositiva, por el nulo acceso al financiamiento y la cantidad de regulaciones, normas y tiempo que nos hace no competitivos por toda la maraña burocrática que hay que cumplir”, señaló.

No obstante, el referente de los textiles consideró que “los argentinos estamos en condiciones de competir, lo han demostrado por ejemplo en la industria del conocimiento”.

“Estamos en condiciones, pero necesitamos condiciones iguales al mundo”, remarcó y sostuvo: “Es absurdo abrir la economía si no se resuelven los problemas de competitividad que tenemos”.

“Hasta ahora, lo que se hizo es no resolver el problema de competitividad y se bloqueó la economía. Ahora esperamos que se comprenda que para abrir la economía hay que caminar el sendero de la actividad y para eso hay que darle a las pymes las herramientas necesarias para que puedan ser competitivas o no bloquearlas para que puedan ser competitivas”, concluyó.

Apertura y recesión: cuatro interrogantes sobre el futuro de la industria textil e indumentaria

Fuente: La Nación – Cómo impactarán el nuevo escenario económico en las fábricas nacionales, los precios de la ropa, la oferta de marcas internacionales y el empleo son algunas de las grandes dudas que se abren con el cambio de gobierno

La cadena de la industria textil-indumentaria se enfrenta a lo que puede convertirse en una tormenta perfecta. La combinación de una esperada apertura de la economía y una recesión que golpeará con fuerza al rubro -debido a que los hogares argentinos redireccionarán sus gastos hacia categorías de primerísima necesidad como alimentos y bebidas- amenaza la supervivencia de un sector que emplea a más de medio millón de argentinos y que se acostumbró durante décadas a desarrollarse con un bajo nivel de competencia internacional y altas barreras de protección.

Del otro lado del mostrador, los consumidores se ilusionan con que la apertura de la economía que prometió el nuevo gobierno redundará no solo en precios más bajos -la devaluada Argentina sigue teniendo la ropa más cara de la región- sino también en una mayor oferta de propuestas internacionales y la llegada de marcas que vienen esquivando al país en sus planes de expansión regional.

¿La industria nacional puede sobrevivir a una apertura del mercado?

Más allá de las simpatías, oposiciones o temores que despierta el nuevo gobierno, en la industria textil son conscientes de que soplan vientos de cambio en su negocio. “Hoy estamos mejor preparados para un cambio de escenario y el proceso de modernización iniciado no se verá afectado por el contexto. Hace dos años que iniciamos un proceso de inversión muy fuerte pensando en una apertura del mercado. Obviamente que hay campos en los que es imposible competir con China, pero sí podemos hacerlo con otros países”, aseguró Marcelo Arabolaza, CEO de Santista Argentina, que acaba de anunciar un plan de inversiones de U$S9 millones en su planta de Famaillá, Tucumán, para 2024 para ampliar las líneas de producción de hilandería, tejedora y terminación. Santista es la mayor fabricante de tela de denim (jean) en la Argentina y también es líder en la producción de indumentaria de trabajo con las marcas Ombú y Grafa70. La firma nació con el nombre de Grandes Fábricas Argentinas (Grafa) en 1926, como una empresa del grupo Bunge & Born, y después de varios cambios de manos en la actualidad está controlada por el fondo brasileño GBPK Inversiones y el argentino Carlos Muia, dueño de la catamarqueña Confecat y la riojana Confelar.

Luciano Galfione: “Si se abre la importación, la ropa va a salir exactamente igual de cara o más, porque si le ponemos más tributos a las importaciones va a salir más cara todavía de lo que viene saliendo, sea importada o sea nacional"
Luciano Galfione: “Si se abre la importación, la ropa va a salir exactamente igual de cara o más, porque si le ponemos más tributos a las importaciones va a salir más cara todavía de lo que viene saliendo, sea importada o sea nacional»

Desde la fundación Fundar precisan que el impacto en la industria nacional no dependerá exclusivamente del grado de apertura de la economía sino también de otros factores como el tipo de cambio y el panorama global del sector. “Si hay un escenario de caída del mercado local con un tipo de cambio real relativamente apreciado, vamos a tener una tormenta perfecta para el sector. Pero si se va a una o mayor apertura, pero con un tipo de cambio real alto y un mercado interno en expansión, parecido a lo que ocurrió entre 2003-2008, es muy distinto porque esos cinco años fueron los mejores para el sector”, destaca Daniel Schteingart, director del área de Planificación Productiva de Fundar que acaba de presentar un estudio sobre el sector de indumentaria y textil.

En Pro Tejer -la organización que reúne a gran parte de la industria- por su parte, aseguran que la protección que tiene el sector es mucho menor de lo que se piensa. “La industria textil debe ser uno de los sectores que más abiertos está al mercado externo. Hay un gran preconcepto, no sé fundado en qué, que sostiene que el sector textil es un sector protegido y cerrado. Pero una mentira y para comprobarlo alcanza con ver las estadísticas de cuántas toneladas de productos textiles se importan por mes. Lo que pasa es que una cosa es importar producto terminado, otra cosa es traer insumos. Una estrategia de desarrollo debería favorecer la importación de insumos para poder producir y dar empleo”, señaló Luciano Galfione, presidente de Pro Tejer y director de la firma familiar Galfione y Cía, una empresa mayorista textil que produce todo tipo de hilados en su planta de Villa Soldati.

¿Cuál es el sector amenazado?

La Argentina es uno de los pocos países en el mundo que produce de manera local cada uno de los eslabones de la cadena textil-indumentaria, desde las materias primas como el algodón y lana, pasando por los hilos y telas, y llegando hasta la confección y la comercialización de la ropa, en un espectro de canales tan amplio que va desde los shopping centers hasta la Salada, pasando por el cada vez más poderoso circuito de la calle Avellaneda, en el barrio de Floresta, y los centenares de “saladitas” que funcionan en todo el país.

El impacto de una mayor apertura no será igual en cada uno de estos sectores. “De todos los eslabones de la cadena textil y de indumentaria, el más amenazado es el de la confección, porque está más atomizado y con una alta presencia pyme, y por lo tanto con mucha menos espalda para enfrentar una combinatoria de apertura con recesión”, sostiene Schteingart.

Uno de los grandes interrogantes que se abre ante el nuevo escenario es qué puede pasar con el empleo. En total, la cadena textil/indumentaria en la Argentina emplea a 540.000 personas y en el caso del rubro de la confección, el trabajo se caracteriza por su alto nivel de informalidad y precariedad, el bajo nivel de ingresos y la alta participación femenina. “El eslabón de confección de ropa de Argentina genera mucho empleo independiente. Entre 2016 y 2022, el 41% de las personas ocupadas trabajó por cuenta propia. Esta cifra, no solo casi duplica el promedio de la economía argentina (22%), sino que también ubica al sector como el de mayor nivel de cuentapropismo dentro de la industria manufacturera”, advirtió el informe de Fundar elaborado por Gustavo Ludmer, Nadia Schuffer, Daniel Schteingart y Paula Isaak.

¿Qué puede pasar con el precio de la ropa?

El precio de la indumentaria en la Argentina es uno de los puntos débiles de las visiones más proteccionistas del mercado. Aún los mayores defensores de la industria nacional reconocen que la ropa que se vende en cualquier shopping es más cara que en otros países y los números del Indec lo terminan de confirmar. A partir de 2021, el rubro “indumentaria y calzado” lideró el ranking de aumentos en forma casi ininterrumpida y solo en los últimos meses los aumentos empezaron a aflojar un poco, debido a la crisis. Ante este panorama, se descuenta que la mayor oferta de prendas importadas redundará en precios más competitivos, similares a los que se encuentran en los países vecinos.

En el sector, sin embargo, sostienen que una mayor apertura de la economía no redundará, necesariamente, en una baja a menos que haya otros cambios en la estructura comercial. “Si se abre la importación, la ropa va a salir exactamente igual de cara o más, porque si le ponemos más tributos a las importaciones va a salir más cara todavía de lo que viene saliendo, sea importada o sea nacional. Lo que no se entiende, y nosotros venimos manifestando hace tantísimo tiempo, es que el problema de la Argentina es el sector comercial, no es el sector productivo. El valor del producto a nivel productivo es, digamos, despreciable dentro de los costos que uno enfrenta a la hora de su comercialización. Comerciar en la Argentina es carísimo y en la ropa se nota mucho, pero esto trasciende el rubro. Hace un par de semanas tuve que mandar un camión de Catamarca a Corrientes para mandar a lavar una fibra. El camión que transportaba 10.000 kilos me costó un millón de pesos, lo que eran al dólar de ese momento US$2700, mientras que traer un contenedor desde China me sale US$1800″, sostiene Galfione.

¿Van a llegar las marcas internacionales?

En los últimos años, el mercado local de indumentaria estuvo marcado por la salida de las marcas internacionales. Algunas directamente cerraron sus locales de venta, en una amplia lista que incluye desde C&A y Falabella hasta Emporio Armani, pasando por Mango, Dr. Martens y Calvin Klein. Y otras optaron por ceder el manejo a un grupo local o regional, como Nike o Zara. En el mercado no es un secreto a voces que otras marcas controladas por capitales internacionales también están buscando un comprador, como en el caso de Topper, que hoy está en manos del grupo brasileño Sforza.

El éxodo de marcas se había iniciado en 2011, con la puesta en marcha del cepo a las importaciones, y se profundizó con la pandemia. El cambio de gobierno y la promesa de una mayor apertura de la economía, igualmente, ya empezó a sentirse y en el sector destacan que el mercado argentino empezó a figurar en el radar de algunas marcas internacionales.

“El teléfono está sonando mucho más y está claro que hay más interés de las marcas globales por el mercado argentino, aunque tampoco va a ser un proceso de un día para el otro”, reconocieron en IRSA, la principal operadora de centros comerciales de la Argentina.

Marcelo Arabolaza: “Hoy estamos mejor preparados para un cambio de escenario y el proceso de modernización iniciado no se verá afectado por el contexto. Hace dos años que iniciamos un proceso de inversión muy fuerte pensando en una apertura del mercado"
Marcelo Arabolaza: “Hoy estamos mejor preparados para un cambio de escenario y el proceso de modernización iniciado no se verá afectado por el contexto. Hace dos años que iniciamos un proceso de inversión muy fuerte pensando en una apertura del mercado»

Hace unas semanas se concretó la apertura del primer local en el país de la firma de indumentaria deportiva y accesorios Oakley, de los Estados Unidos, que desembarcó en Alto Palermo. Otra que ya anunció su intención de radicarse en el país es la portuguesa Salsa Jeans, que incluyó a la Argentina en su plan de expansión en América Latina.

A nivel mundial el mercado latinoamericano está visto como un mercado que no se opera en forma directa sino a través de representantes o licenciatarios. La decisión de Zara o Nike dejar la operación local en manos de un licenciatario genera un efecto contagio, con lo cual esperamos que en los próximos meses lleguen más marcas internacionales al país pero seguramente lo harán a través de un tercero”, explicó Arturo Alacahan, presidente de JMC Group, que tiene las licencias de New Balance, Joma y Birkenstock, y que además está detrás del desembarco local de Forever 21. “Apuntamos a abrir un local grande en un shopping, con productos que podamos importar”, adelantó a LA NACION, dejando en claro los cambios que se vienen.

DNU de desregulación de la economía: la opinión de las cámaras empresarias

Fuente: Ámbito – El texto de 83 páginas modifica más de 300 normas, deroga la ley de alquileres y habilita la privatización de empresas, entre otras medidas. Uno por uno, las voces de los empresarios.

Las cámaras empresarias comienzan lentamente a dar sus primeras opiniones tras darse a conocer los detalles sobre la publicación del DNU de desregulación de la economía y los paquetes de medidas para el Congreso. El texto de 83 páginas modifica más de 300 normas, deroga la ley de alquileres y habilita la privatización de empresas, entre otras. Uno por uno, las voces de los empresarios.

Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC)

En la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) coincidimos con lo planteado esta noche por el Presidente Javier Milei respecto a los perjuicios de un Estado omnipresente –que asfixia al sector privado y de este modo condena a nuestro país al atraso– y a la necesidad de desregular muchos aspectos de nuestra economía.

En la CAC reiteradamente denunciamos las muy negativas consecuencias que tiene un sector público sobredimensionado. Un excesivo gasto publico deriva en una presión tributaria desmesurada –que mina la competitividad de las empresas y bloquea la generación de empleo genuino– y en un déficit fiscal crónico que lleva a la emisión monetaria y a la inflación sin control, con los nefastos efectos que esto tiene.

Pero la excesiva presencia del Estado en Argentina no se evidencia solo en los niveles de gasto, sino también en las múltiples injerencias que éste tiene en la vida de individuos y empresas: regulaciones por doquier, trabas de diversa índole, regímenes informativos innecesarios, controles inconducentes y un largo etcétera, nos impiden desarrollarnos y nos condenan a la postración.

Es por eso que celebramos anuncios tales como la derogación de las leyes de alquileres, de abastecimiento y de góndolas, como así también la supresión del observatorio de precios. Asimismo, aplaudimos que se haya decidido implementar una modernización laboral, que nuestra Cámara tantas veces reclamó.

En la CAC, desde nuestra fundación hace casi 100 años defendemos y promovemos la iniciativa privada y la libertad económica. Es eso lo que prescribe nuestro estatuto social y son esos los valores en los que creemos. Estamos convencidos de que no hay progreso sin un sector privado pujante; y sabemos que para que las empresas progresen es necesario que el Estado no las ahogue.

No estamos en contra del Estado: los argentinos necesitamos un mejor Estado que haga lo que debe hacer, en línea con lo que prescribe nuestra Constitución; y no un Estado que distraiga sus energías de lo que le es propio y se convierte en una máquina de impedir.

Lamentablemente en las últimas décadas el Estado fue más un estorbo que un aliado para buena parte del sector privado. Los escandalosos indicadores económicos y sociales que registra Argentina demuestran que un sector público omnipresente no garantiza el progreso, más bien todo lo contrario.

Abogamos por que esto se revierta y celebramos que los anuncios de esta noche vayan en esa dirección. Lógicamente, no pudimos aún hacer un análisis y ni siquiera leer íntegramente un DNU que contiene más de 300 artículos, pero coincidimos plenamente con la orientación planteada en el mensaje presidencial.

Industriales Pymes Argentinos (IPA)

El presidente de Industriales Pymes Argentinos (IPA), Daniel Rosato, afirmó que el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que anunció este miércoles por la noche el presidente Javier Milei generó “preocupación” entre las pymes, por el efecto que provocará en el empleo, debido a que “afectan de manera negativa al sistema productivo”. Y se lamentó de que las medidas económicas, primero, y el DNU, después, hayan sido puestas en marcha sin en diálogo con los máximos empleadores de la Argentina, como son las Pymes.

Existe preocupación, entendiendo la necesidad de aplicar una reforma para combatir a la inflación, pero no de esta manera, ya que el anuncio realizado por el presidente Milei afecta directamente al sistema productivo pyme industrial, que inevitablemente va haber genera más desempleo y cierre de fábricas”, sostuvo.

Rosato dijo que desde IPA le sugerirán al Gobierno nacional que “corrija las medidas”, y que se evalúe “un paquete de emergencia que surja del consenso con todo el sector privado y no solamente con el puñado de entidades que representan a los intereses de las grandes empresas”. “Fueron visitadas por distintos funcionarios, de espaldas a las Pymes, que somos las que sostenemos la actividad económica del país”, se quejó.

Rosato se preguntó “cuál va a ser la contingencia” del plan, al sostener que “sin ella se puede caer en una situación compleja, de cierre de pymes y puestos de trabajo”. “Necesitamos el diálogo para implementar una política industrial, si es que el Gobierno piensa tenerla”, afirmó, y afirmó: “Falta más diálogo e información. Y definiciones concretas para la industria, para que no se frene la producción y se sostenga el empleo. La falta de previsibilidad es muy fuerte y generará más problemas”.

El presidente de IPA aclaró que “la reforma laboral es inocua”, al sostener que “si no hay producción, no habrá margen para contratar nuevos empleos”. “Son medidas que son muy sensibles y que hacen a la defensa de nuestro patrimonio, que es el trabajo argentino. Son medidas muy fuertes, pero que no se pueden hacer. Y que nos llevan a una situación mucho más complejo”, aseveró.

Alerta en el sector textil por las medidas del Gobierno de Milei

Fuente: LV12 – Luciano Galfione, presidente de la Fundación Pro Tejer, habló con LV12 sobre el impacto de las medidas del Gobierno en el sector textil.

En diálogo con LV12 Radio Independencia, Luciano Galfione, presidente de la Fundación Pro Tejer, habló sobre las medidas económicas anunciadas por el nuevo Gobierno y la forma en que estas podrían impactar en el sector textil: «Por el momento, es prematuro ver el efecto directo pero ciertamente todas las medidas que se anunciaron parecerían ser que van de lleno a seguir bajando ese poder adquisitivo de las personas, y en definitiva para nuestro sector, que es una sector que vive fuertemente en el mercado interno. Estamos preocupados porque creemos que va a impactar de lleno en un sector que ya venía con bastantes problemas por toda la situación anterior a las elecciones».

Dentro de las medidas económicas anunciadas, se encuentra el el gravamen del 7,15% a 17,5% en algunas importaciones. Sobre esto, Galfione señaló que el sector textil «necesita de muchísimos insumos importados para producir», por lo que el mayor problema no es la autorización de las importaciones de insumos y productos para poder fabricar, aspecto que ya venían conversando con el Gobierno anterior, sino «pagar todos esos insumos».

Este problema se funda porque, sostiene, «no hay proveedor en el mundo que le de un crédito, mucho menos a una pyme argentina».

Parte de esa baja en nuestra actividad tenía que ver con que nuestros proveedores dejaron de darnos créditos, los bancos no pagaban al exterior con financiamiento y eso hace que se paralice la actividad porque si no accedemos a los insumos necesarios para producir, no tenemos con qué producir. Las medidas que se anunciaron en principio, no solucionan ese problema

En lo que respecta a la apertura total de las importaciones, el presidente de la Fundación Pro Tejer, expresó que la diseminación de las importaciones obedece a dos aspectos importantes. Por un lado, el conocimiento de saber con qué se pagará la apertura indiscriminada de las importaciones, y sobre todo, con el «stock de deuda» que el país posee. Por otro lado, resalta que Argentina tiene que entender «el ordenamiento de las variables económicas», anticipadas por el presidente Javier Milei, donde el sector textil compite de forma permanente con productos importados.

De esta manera, indicó que Argentina «debe ser de los sectores que más compite con la importación», obteniendo el 50% de importación en productos en su totalidad o de materias primas.

Y agregó: «Lo que ocurre es que no es lo mismo importar materias primas para producir que importar productos terminados, eso si es una diferenciación y por eso el Estado interviene. El tema es que para poder importar de igual a igual, sin restricciones en el ideal, yo necesito las variables para competir que también sean de igual a igual. La Argentina en estos últimos años hizo inversiones enormes en el sector textil, más de 800 millones de dólares invertidos».

Finalmente, sobre las futuras medidas a anunciar, comentó que se encuentran preocupados por la actividad del mercado interno, ya que el sector «vive» del mismo y cualquier medida que continúe «castigando el poder adquisitivo de la población», impactará directamente en la industria.

La gente en lo primero que va a usar su dinero es para comer, lo primero que uno deja de consumir cuando le empieza a faltar el mango, es el textil y por eso también es cuando uno mejor tiene el poder adquisitivo, es el primero que se levanta. Si no se toman ciertas medidas la situación va a ser compleja

El futuro para la industria textil

Fuente: Página 12 – La evolución del rubro tuvo las marcas del gobierno de Macri y de la pandemia. La recuperación sigue mostrando como gran deuda una elevada tasa de informalidad laboral. Los ejemplos exitosos y el peligro de la apertura indicriminada.  

Un panorama incierto

En Argentina, la cadena textil e indumentaria se caracteriza por una marcada dualidad estructural que es importante señalar. Por un lado, la fabricación de hilados y tejidos se destaca por una mayor proporción de empresas medianas y grandes que realizan una fuerte inversión en capital y tecnología avanzada, lo que resulta en una fuerza laboral más productiva. En contraste, el sector de la confección, que se apoya en una mano de obra intensiva, feminizada y con menor grado de formalización, se desarrolla principalmente en pequeños talleres. La necesidad de una inversión inicial relativamente baja genera una atomización de las empresas del sector, lo que complica significativamente los mecanismos de supervisión. Este aspecto es ampliamente reconocido como uno de los principales contribuyentes a la persistente falta de formalidad en el empleo dentro del sector.

Durante el gobierno de Mauricio Macri, la industria textil sufrió un duro golpe, con el cierre de más de mil empresas, lo que significó una reducción del 12% en las fábricas textiles y casi un 20% en indumentaria. Esto se reflejó directamente en la pérdida de alrededor de 30 mil puestos de trabajo formales que representaban alrededor de un cuarto de la fuerza laboral registrada de la cadena textil e indumentaria. Aunque para el segundo trimestre de 2023, los números del sector textil mostraron una recuperación con un aumento del 13% en el empleo formal respecto a 2019, aún no se alcanzan los niveles de 2015. En tanto, el sector de la confección no logró recuperarse de la caída y mantiene los mismos niveles de empleo registrados que se observaban al finalizar la gestión macrista.

El análisis de los datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) de INDEC, actualizados hasta el segundo trimestre de 2023, revela un aumento en la informalidad laboral dentro de la cadena textil-indumentaria argentina. Comparando las administraciones de Mauricio Macri y Alberto Fernández, se observa un incremento de 8 puntos porcentuales en la informalidad dentro del sector textil, afectando casi al 35% de los trabajadores asalariados. Este porcentaje está en línea con el promedio industrial, donde uno de cada tres asalariados se encuentra en situación de informalidad, aunque el incremento general en la industria fue de 3 puntos porcentuales. Por otro lado, en el sector de la confección, aunque el aumento acompañó la variación promedio de la industria, el nivel alcanzó un preocupante 80% durante el mandato de Alberto Fernández, frente al 77% en la época de Macri. Cabe señalar que dadas las características del sector de la confección el universo que se considera es de todos los trabajadores y no sólo los asalariados.

Ante esta situación, tanto las cámaras empresariales del sector como la gestión de Fernández han trabajado mancomunadamente en soluciones, como la creación de polos de confección textil. Ejemplos exitosos como el polo textil de Catamarca, que generó más de 170 empleos de calidad, muestran el potencial de estas iniciativas. Sin embargo, continúan existiendo numerosos desafíos y se requieren esfuerzos continuos para mejorar la situación. A esto se suma la incertidumbre sobre el impacto de una posible apertura de importaciones propuesta por el presidente electo Javier Milei, lo que podría complicar aún más el panorama para el empleo en la industria textil argentina.

* Economista de Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco y Paridad en la Macro

——————-

Por una ventana de posibilidad

Por Fundación ProTejer

La evolución de la industria textil y de fabricación de prendas de vestir durante los años post-pandemia se encuentra caracterizada por evidenciar un fuerte proceso de inversión en maquinaria y tecnología productiva, y de recuperación y generación de puestos de trabajo registrados, lo que implica que para finales de 2023 el sector alcanzará tres años consecutivos de aumento en materia de inversión y empleo, aún en un contexto de bajo crecimiento de su actividad industrial y del uso de su capacidad instalada.

La medición que realiza el Indec sobre la actividad industrial y la capacidad instalada sectorial, da cuenta de que el sector se encuentra en un sendero de recuperación, luego del impacto de tres años de caída sostenida de su nivel de actividad entre los años 2017 y 2019, y del efecto de la Covid-19 sobre la fabricación de productos textiles y de prendas de vestir en el año 2020. Ambos rubros industriales, y en particular la actividad de la confección, se ubicaron entre aquellos con mayor caída de actividad durante el año 2020, pero también entre aquellos sectores industriales que rápidamente tuvieron un fuerte repunte en 2021, situándose por encima de la recuperación del promedio de la industria.

Pasados los efectos de la pandemia sobre la actividad económica, la recuperación de la industria textil y de fabricación de prendas de vestir se sitúa hoy por encima de los niveles “pre-pandemia” del año 2019, pero sin alcanzar aún aquellos mantenidos durante los años 2016 y 2017.

Para finales de 2023, la fabricación de productos textiles habrá mantenido dos años de casi nulo crecimiento de su actividad, y con un nivel de uso de su capacidad instalada menor al del año 2022. El sector textil mantuvo un comportamiento mensual errático durante el año 2023, impactado por las restricciones en materia de importaciones de insumos como el resto de la industria, lo que implicará que finalizará el año 2023 con un nivel de actividad similar o ligeramente inferior a la del año anterior. La producción de prendas de vestir presenta, por otro lado, un mejor panorama. Luego del crecimiento mantenido durante el año 2022 (+7,0%), la actividad del sector de fabricación de prendas de vestir y calzado acumula a septiembre 2023 un crecimiento del 4,4%, ocupando el tercer lugar entre los rubros industriales analizados por el Indec de mayor crecimiento.

A pesar del comportamiento de la cadena de valor comentado previamente, para fines de este año, el sector en su conjunto habrá acumulado tres años consecutivos con niveles record de inversión en maquinaria y tecnología para el sector, y habrá generado más de 13.000 empleos registrados desde la salida de la pandemia.

Por el lado de las inversiones, se espera que el sector termine el 2023 con más de 200 millones de dólares invertidos en compra de maquinaria y tecnología productiva, que junto con las inversiones de los años 2021 y el récord de 2022, permitirán dar cuenta de más de 700 millones incorporados en los últimos tres años, superando al conjunto de las incorporaciones realizadas entre 2015 y 2018.

La cadena de valor sólo interrumpió el proceso inversor durante los años 2019 y 2020, recuperó rápidamente el impulso post pandemia en el año 2021, y viene realizando un gran recambio tecnológico en los últimos años, principalmente orientado a la incorporación de herramientas que permiten la digitalización y automatización de los procesos productivos, optimizando costos y tiempos de producción, y la fuerte ampliación de la capacidad productiva sectorial.

Por otro lado, se trata también de uno de los sectores industriales con mayor creación de empleo registrado desde la salida de la pandemia. Luego de la pérdida de más de 25.000 empleos entre los años 2016 y 2019, y del impacto de la Covid-19 en el empleo sectorial, el sector acumula su tercer año consecutivo de generación de empleo registrado, generando más de 13.000 puestos de trabajo desde julio de 2020. De esta forma, se trata del tercer sector industrial con mayor creación de empleo registrado dentro los 24 rubros industriales, luego de la producción de alimentos y la elaboración de productos de metal, dando cuenta de su importancia en materia de empleo registrado a nivel país. La cadena de valor es la segunda en materia de empleo registrado dentro de los rubros industriales, con un 8,1% del total del empleo industrial registrado, y una de las principales industrias en materia de generación de empleo en muchas de las provincias de nuestro país.

La industria textil se defiende: echa la culpa de los precios a los impuestos y al costo financiero

Fuente: Clarín – Asegura que los impuestos pesan 50% en el precio final. Se añade un alto costo financiero. Por la caída de la demanda trabajan al 60% de su capacidad. El guiño a Massa.

La industria textil, una de las mayores empleadoras y con fuerte presencia en casi todas las provincias, estuvo en el banquillo por los altos precios de la indumentaria. Los empresarios de esta cadena, que arranca en el campo con el algodón y otras fibras y llega al shopping, aseguran que hay que mirar los precios mayoristas que en ese sector subieron 80% versus una inflación que los duplica. Se dedicaron ayer a repartir culpas.

Así mencionaron el peso de los impuestos que llega al 50% del valor final, el costo de comercialización y la sobre carga de las tarjetas de crédito. También mencionaron la falta de acceso a dólares para insumos críticos como determinadas fibras de nylon.

Ese fue el cuadro de situación descripto esta mañana por los miembros de la Fundación Pro-Tejer que cumplió 20 años y que también salió al cruce de «otro mito: no somos una industria protegida, Argentina importa el 50%» de las prendas terminadas» aseguraron.

Se refirieron, además, a que las inversiones de los últimos años que totalizan unos US$ 1.000 millones se tradujeron en una ampliación de las instalaciones. Pero la alta inflación y pérdida de poder adquisitivo le juegan una mala pasada: el 40% de esa capacidad instalada está sin utilizar por la caída de la demanda.

“Nos veníamos recuperando fuertemente, pero la restricción de divisas y la baja del poder adquisitivo de la población hizo que la industria se planchara. Porque hoy, ir al supermercado nos duele a todos. Desde agosto que la capacidad instalada empezó a caer y es un signo de alarma. Las empresas no podemos comprar repuestos para las máquinas, insumos que no se fabrican en la Argentina y hay que traerlos de afuera. Más allá de que tenemos problemas con la compra de bienes de capital, que se pactaron un año y medio atrás, cuando las expectativas eran distintas. No hay divisas para pagarlas”, dijo Luciano Galfione, presidente de la Fundación Pro Tejer.

A Jorge Sorabilla, director de la UIA en nombre de la industria textil, no se le escapó el contexto político, pese a la difícil situación del sector. “Ni Donald Trump agarró la motosierra”, deslizó llamando a un «diálogo de verdad» y en obvia crítica a Javier Milei. La edición de este año del encuentro de Pro Tejer se llama Re Unión, en lo que pareció un guiño hacia Sergio Massa. «Coincido que hay muchas cosas que están mal y hay que mejorarlas, pero no rompiendo”, cerró Sorabilla.