Fuente: Clarín – La sastrería resurge con fuerza este verano. Se impuso durante el invierno, pero ahora no pierde terreno. Al contrario, lo gana.
De vestir a estrellas de Hollywood como Marlene Dietrich, Katharine Hepburn y Greta Garbo a ser un diseño icónico del diseñador Yves Saint Laurent, esta temporada el legendario traje sastre está de súper moda.
¿A qué se debe este fenómeno? “Estamos en un momento de minimalismo y sofisticación que se conoce como lujo silencioso. El auge de esta tendencia ha puesto de moda a las prendas de sastrería, ya que son simples, atemporales y encajan perfectamente con esta vertiente que aporta una estética distinguida y limpia, sin necesidad de demasiados adornos.
En concordancia con el valor que se le da actualmente a la sustentabilidad, son prendas que demuestran estar bien confeccionadas y ser duraderas, algo que no ofrece el fast fashion.
Básicamente tienen la ventaja de componer looks que elevan la sensación de estar bien vestida y cómoda a la vez”, explica María Agustina Chazarreta, diseñadora y responsable de Sastrería en Portsaid.
Tendencia todoterreno
Las redes sociales también han ayudado a popularizar looks sastreros modernos, donde la versatilidad es uno de sus atributos más destacados.Flora Lemes, la única mujer sastre del país. Foto: Archivo Clarín.
“Es una opción para usar todo el tiempo, tanto para trabajar como para salir. Como sastre artesanal femenina y asesora de imagen personal, siempre les sugiero a mis clientas tener como mínimo tres trajes, uno negro, gris o azul, otro de color y otro a cuadros o rayas, ya que dan la posibilidad de armar más de 12 outfits distintos, tanto para todos los días como para momentos donde se necesita estar más arreglada”, dice Flora Lemes, la única mujer sastre del país y miembro fundador de la Asociación de Sastrería Argentina, presidida por Francisco Gómez, que acaba de lanzar oficialmente el primer Registro Nacional de Sastrería.
Diseños de temporada
El blanco, el nuevo referente de moda. Sastrería de Yagmour. Foto: Archivo Clarín
Este comodín, que en su variante tradicional comprende el conjunto de saco, chaleco y pantalón, hoy ocupa un lugar destacado en las colecciones de las marcas locales.
“Esta temporada es una de las apuestas principales de sastrería FT Yagmour, una línea que abarca diseños clásicos con un guiño de actualidad y de renovación.
La paleta de colores se enfoca en tonos claros o pasteles, que aportan un look pulido y versátil. Entre los textiles son estrella el crepe elastizado, adecuado para prendas que necesitan mantener su forma sin perder el confort. También el lino, que usamos para crear blazers, pantalones holgados, chalecos y bermudas en color blanco y tonos tierra como el marrón caramelo y el verde oliva”, cuentan desde el equipo de diseño de la marca.
Si bien el total look sastrero es un must, otra de las tendencias de la temporada es combinarlo con esenciales del placard; por ejemplo, un jean con un blazer. E incluso marcar tendencia sumándose al estilo athleisure, que permite ensamblar un saco con unos palazzo y unas zapatillas deportivas.
“En cuanto a las siluetas, cobran protagonismo dos opciones: los blazer que llegan a la segunda cadera y aquellos entallados en la cintura que suelen presentar hombreras importantes y enfatizar el escote con maxi solapas. Ahora bien, para quienes quieran mostrar un poco más, nada mejor que conjugar un chaleco sastre directamente sobre la piel con bermudas sastreras, un dueto que se lleva muy bien con mocasines o stilettos”, precisa Chazarreta.
Larga vida al chaleco
El chaleco como protagonista. Look by Portsaid. Foto: Archivo Clarín
Es un hecho, una pieza que vino para quedarse es el chaleco sastrero. “Ya sea en versión corta o maxi, se convierte en una prenda súper versátil durante un día al sol. Mientras que para un cóctel o salida, la sastrería no necesita camisa. Un top o corset pueden ser un gran aliado o incluso llevarse como primera piel. Además, en un fondo de placard no puede faltar un traje de Jacquard en animal print, off white o gris perlado. El nuevo esmoquin también ofrece chaquetas en formato crop confeccionadas con una textura metalizada o enriquecidas con cadenas entrelazadas en la solapa”, aporta Carolina Rosales, jefe de producto en Desiderata.
Estéticas vigentes
Sastrería de la marca GNZ. Foto: Archivo Clarín
Sin duda, los detalles contemporáneos y las líneas relajadas están desbancando a los trajes de corte recto. “En cuanto a las estéticas vigentes, se observa una fuerte influencia de los años ‘90 y 2000, con elementos como pantalones de tiro alto, blazers con un corte más largo y detalles asimétricos, como solapas de diferentes tamaños o cierres inusuales que aportan un toque moderno.
Las versiones más jugadas incluyen trajes con tejidos mixtos, que combinan diferentes texturas como lana con seda. Estas innovaciones permiten que cada mujer elija un atuendo que no solo se adapte a su figura, sino que también refleje su personalidad y estilo único”, relata Nicolás Pernas, director ejecutivo de GNZ, la marca que acaba de lanzar una línea de sastrería femenina.Esmoquin de la colección cápsula #ChicasRamirez de Pablo Ramírez. Foto: Archivo Clarín
En tanto, para el diseñador Pablo Ramírez, entre las siluetas y estéticas que vienen sobresalen los blazers que marcan la cintura, los pantalones anchos y las faldas con vuelo.Asimismo, la versión más elegante del traje de dos piezas, el esmoquin, se consagra como un aliado para lucir en contextos formales como informales, al tiempo que aquellos de línea minimalista van sobre cualquier vestido con jeans y zapatillas.
Para este referente de la moda a nivel local e internacional, la sastrería, que es parte de su estilo desde hace 25 años, ahora suma como novedad el blanco roto, un color natural que siempre es muy favorecedor porque da luz.
Hecho a medida
Todas estas versiones conviven con las opciones hechas a medida.“Es una alternativa muy buscada por aquellas mujeres que no consiguen en el mercado un traje que les quede bien. Por eso vale aclarar que “a medida” significa que está hecho exactamente con las proporciones del cuerpo que lo va a portar, logrando un calce perfecto y libertad de movimiento sin necesidad de estar acomodándose la ropa todo el tiempo”, destaca Lemes.
Y continúa: “Yo trabajo solo y exclusivamente con géneros provenientes de fibras naturales, donde la más usada es la fibra lana. Respecto a los géneros de pura lana, hay de verano, invierno y de media estación, estos últimos son los más elegidos. Se trata de una fibra completamente higroscópica, es decir que ante un clima frío, la fibra va a expulsar la humedad del cuerpo hacia afuera, mientras que ante un clima cálido va a actuar de forma contraria. También trabajo con una gran variedad de telas de pura lana, lana con seda o algodón en muchísimos colores y con diferentes motivos. Realmente elegir el género es un viaje de ida”.
La importancia de reciclar
En este momento la sastrería y el reciclaje son un tema instalado. “La sustentabilidad ya no es una tendencia sino que es la manera en la que tenemos que hacer las cosas por respeto al entorno, las personas y el planeta. Y en este contexto es crucial revalorizar el traje. En este sentido, nosotras los recuperamos no sólo ajustándolos a medida, sino rediseñándolos con distintos modelos que hemos desarrollado en nuestros años de carrera”, dice Flor Dacal, diseñadora de la marca Somos Dacal.
Para eso, varían distintas partes: largos, puños y cuellos. “Transformamos prendas en otras a partir de un catálogo que les ofrecemos a nuestros clientes. Una vez elegido el modelo, se lo prueban y lo encargan. En una semana o un mes se entrega la pieza con una prueba final. Con este servicio personalizado proponemos un encuentro entre la sastrería a medida y las prendas vintage”, concluye Dacal.