El universo privado de Valentina Schuchner: la diseñadora argentina que conquistó Londres y viste a estrellas de la música

Fuente: Perfil – Su estudio, lleno de luz, nos sumerge en un relato onírico. Entre sedas, pliegues, transparencias y estructuras, sus creaciones juegan con los contrastes, generando un diálogo entre la tradición y la innovación.

Podríamos quedarnos en las primeras capas de una charla y enumerar lo evidente. Valentina se distingue por su talento innato: con tan solo 28 años, sus diseños son publicados en revistas internacionales de moda, y varias celebridades locales llevan sus creaciones en eventos importantes. Esta temporada fue su tercera participación en BAFWEEK, y su proyección va más allá de Argentina, ya que se presentó en la Semana de la Moda de Londres. Su formación fue clave para acompañar su perfil artístico.

Su avidez por seguir aprendiendo y su pasión por la experimentación textil la llevaron a estudiar en instituciones tan prestigiosas como BAU, Centro Universitario de Artes y Diseño de Barcelona, Central Saint Martins (Londres) y Parsons School of Design (Nueva York). Pero ella va más allá de la superficie. Quiere hablar, mostrar sus otras costuras y revelar sus pliegues, como lo hace en sus diseños. “A mí me interesa comunicar. En un momento de mi vida estuve muy mal, sufría de ansiedad y depresión, y necesitaba saber que eso iba a pasar. Si en ese entonces hubiera leído en una revista que una chica como yo había atravesado eso y salido adelante, me habría ayudado mucho”, cuenta con su voz suave pero decidida, convencida de que visibilizar lo que generalmente se oculta puede ser un faro para quienes atraviesan lo mismo. 

Valentina Schuchner diseñadora

-Viniendo de una familia vinculada al rubro textil, ¿siempre supiste que querías dedicarte al diseño?

-No fue tan sencillo. De hecho, yo quería estudiar Bellas Artes, pero a mis papás no les gustaba mucho la idea. A veces, cuando conocés desde adentro las dificultades de la industria, los que te rodean intentan protegerte. Sos chica, no tenés tantas herramientas, y terminás en una encrucijada entre lo que se espera de vos y lo que realmente deseaba. Desde siempre me encantó dibujar. Era muy tímida e introvertida, y el arte se convirtió en mi refugio y en la forma de canalizar mis emociones. En el colegio elegí la especialidad de Artes Visuales, y para el resto yo era ‘la rara’. 

Cuando terminé el secundario sentí mucha presión y como el mandato pesaba, empecé Comunicación en San Andrés con una beca por promedio. Pero yo no quería estar ahí. Me quedaba en blanco, y sentía angustia. Solo pensaba: “Dame un lápiz y me pongo a dibujar”. Finalmente, elegí ir a la Universidad de Palermo a estudiar Diseño de Indumentaria. Fue una decisión tomada con todo el viento en contra, pero al final, encontré mi lugar.

“Hoy en día, buscan que el diseñador se muestre más, pero mi personalidad no es así. Lo que realmente me gusta es crear, dibujar en soledad. Aunque la marca lleva mi nombre y apellido, lo que podría sonar contradictorio, para mí es como firmar mis obras de arte”.

-En 2020 ganaste el concurso Autores de Moda BA y presentaste tu colección en BAFWEEK. En retrospectiva, ¿sentís que ese fue el momento que marcó un antes y un después en tu carrera?

-Sin duda fue un punto de inflexión, no solo en lo profesional, sino también en lo personal. Esa primera colección fue muy sentida; se la dediqué a mi hermano Juan, que es 15 años menor que yo. Las tipologías representaban la infancia adulta y los adultos niños. Con el tiempo, entendí que también me la dediqué a mi yo del pasado. A mis 15 años, en medio de la separación de mis padres, me encontré tratando de mediar haciendo malabares en una situación muy dolorosa. De un día para el otro, nos quedamos mi mamá, mi hermana Luli, Juan y yo, y los roles se invirtieron. Esa sobreadaptación, sumada a la ruptura con mi primer novio, hizo que años después fuera yo quien se quebrara emocionalmente.

Pero la vida, a veces, te presenta oportunidades justo cuando sentís que no hay salida. Un día, en la facultad, vi un volante del concurso Autores de Moda BA y decidí presentarme. Fui con tres prendas y me acuerdo de que me recibió Vero Ivaldi. Ella vio algo que, en ese momento, yo no podía ver. Confió en mi trabajo; siempre digo que es mi hada madrina.

Valentina Schuchner diseñadora
“Me enteré por casualidad del concurso Autores de Moda BA y lo gané con solo tres diseños. La vida siempre te da oportunidades cuando es lo que realmente queres”. 

-¿Después de ese desfile fue que decidiste crear tu marca homónima?

-En ese momento, me surgió una gran pregunta: ¿cómo capitalizo todo esto que me dio tanta visibilidad? Tenía que empezar a pensarlo como un negocio, no solo quedarme en ser una diseñadora creativa. El problema era que no tenía la plata para invertir, y justo estábamos en plena pandemia. En BAF conocí a mi novio, y empezamos juntos a vender camperas online. Mi objetivo era ser mi propia inversora, porque si algo tenía claro es que yo quería crear mi marca y vivir de esto. Y ahí le propongo a mi mamá de trabajar juntas. Ella venía con la experiencia de haber realizado productos terminados y de haber tenido su propia casa de vestidos de fiesta durante 10 años. Como dupla que nos complementamos muy bien: yo soy más experimental, y ella tiene un gran conocimiento de costura y está todos los detalles.

-Los contrapuntos y el arte atraviesan todos tus diseños ¿cómo los integrás para narrar una historia o transmitir una sensación?

-La conexión entre la moda y el arte es fundamental en cada una de mis colecciones, que son como fragmentos de mi vida, reflejando lo que voy viviendo y sintiendo. A través de mis prendas, busco despertar emociones en las personas, que sientan algo. El juego de opuestos también está muy relacionado a mi personalidad. Tengo muy marcada mi energía femenina, pero también una parte masculina, y eso se refleja en mis diseños donde las siluetas etéreas conviven con las geometrías, y los colores tenues contrastan con el negro. 

Valentina Schuchner diseñadora
Su estudio como sus creaciones combinan arte y moda, fragmentos de su vida y juegos de opuestos. Su búsqueda es despertar emociones. 

-¿Entonces podemos afirmar que lograste dar vuelta la moneda y demostrar sí se puede vivir del diseño?

-Sí, (se ríe con cierta picardía). Trabajamos muchísimo y siempre buscamos la forma de hacer que esto sea escalable. La gente piensa, “¡Uhau, tu vestido salió en una tapa!”, pero en realidad, yo estoy en mi habitación, cosiendo, llevando adelante todo el proceso detrás de cada pieza. Es un trabajo constante que, cuando finalmente sale a la luz, cuando llega a la pasarela o lo elige una persona, es ahí donde se refleja el brillo que estuvo gestándose detrás de escena.

De un taller hogareño al primer millón de dólares: cómo nació esta marca de ropa urbana elegida por el trap

Fuente: Cronsita – Crearon su primera colección en plena pandemia con apenas u$s 400. Hoy producen 36.000 prendas al año y se preparan para abrir su primer local.

«No queríamos seguir en trabajos administrativos ni vender ropa ajena: queríamos vestirnos con lo que realmente nos gustaba. Así, en plena pandemia y con apenas u$s 400, nació Shaka sin un plan a largo plazo, pero ambición», cuenta Federico Vernengo, dueño de la marca

Con ese capital inicial y el living de su casa como taller, Federico y su socio Axel Dodds pusieron en marcha un proyecto que, en pocos años, empezó a hacerse un lugar dentro de la industria. La idea era clara: crear un producto auténtico, con un enfoque urbano, dirigido a las nuevas generaciones

Axel recuerda con claridad aquellos primeros pasos: «Empezamos a pensar qué tipo de ropa queríamos, qué nos gustaba y cómo podíamos hacerlo nosotros mismos, sin depender de nadie». «Yo estaba trabajando en el ejército y Axel estudiaba arquitectura. Ninguno venía de una familia emprendedora ni del rubro textil, pero compartíamos las ganas de hacer algo propio«, suma Federico. 

Desde ese primer espacio, el proyecto comenzó a tomar impulso. El boca en boca y la exposición en redes sociales fueron clave para que la marca rápidamente captara la atención de un público joven, artistas e influencers que comenzaron a usar sus diseños en eventos.

 Federico Vernengo y Axel Dodds, con las primeras remeras de Shaka.

El impulso de las redes y el respaldo de los artistas 

Instagram fue desde el comienzo el principal canal de comunicación. Ahí mostraban sus prendas y también el detrás de escena: procesos, valores, decisiones. «Creamos comunidad, no sólo vendimos ropa», destaca Axel. «La gente se sentía parte del proyecto.»

El respaldo de músicos y referentes del trap fue determinante. Algunos artistas como Milo J, Bhavi, Tobi Dolezor, Asan, entre otros, eligieron sus diseños y siguen acompañando a la marca. «Cuando algunos artistas empezaron a usar nuestra ropa, se disparó la demanda y el reconocimiento», recuerda Federico. Ese efecto multiplicador se tradujo en un crecimiento sostenido, a un ritmo de entre 200% y 300% anual.

El cantante Milo J, junto a Federico Vernengo y Axel Dodds. 

Primeros pasos de expansión

Actualmente, el equipo está integrado por 13 personas. El crecimiento, sin embargo, no fue lineal ni estuvo exento de dificultades. «Nosotros no venimos de familias del rubro textil. Cuando quisimos meternos por nuestra cuenta, nos encontramos con barreras duras, proveedores que aprovechaban su posición, aumentos constantes de precios y falta de referencias. La madre de una amiga nuestra nos abrió muchas puertas, nos conectó con proveedores confiables, costureras y organizó todo el circuito de producción», explican. 

Hoy trabajan con cinco talleres y toda la producción es nacional: no importan insumos ni materiales. Una vez por mes, lanzan un nuevo drop con aproximadamente 3000 unidades por edición, lo que representa unas 36.000 unidades al año. Las ventas se concentran principalmente en Buenos Aires, seguida por Córdoba y Santa Fe. La empresa proyecta fortalecer su expansión en el interior del país para incrementar la participación de compradores por fuera del mercado bonaerense. 

A fines del año pasado detectaron una oportunidad: un depósito disponible en Martínez desde donde proyectaron su expansión. Hoy ya piensan en abrir su primer local a fin de año en Palermo.

El depósito en Martínez.

El negocio detrás de la marca

Con una proyección de facturación que busca superar el millón de dólares hacia fines de 2025, los dueños proyectan crecer un 43%, sosteniendo una estrategia basada en ventas online y en el testeo constante de productos y experiencias. 

Además de los lanzamientos mensuales, organizan popups que reúnen a sus seguidores en espacios informales para presentar nuevas prendas, ofrecer descuentos y fortalecer el vínculo con la comunidad. 

A corto plazo, la prioridad está en fortalecer la estructura interna y desembarcar en nuevos mercados. «Hoy nos toca liderar un equipo, manejar una empresa, tomar decisiones financieras. Pero también seguir soñando como cuando estábamos en el living», dice Axel.

Luciano Galfione, presidente de la Fundación Pro Tejer advierte que el aumento de importaciones pone en riesgo a la industria textil nacional

Fuente: Fenix – El referente del sector alertó por cifras récord de productos importados y su impacto directo en el empleo y la producción local. Afirmó que el problema no es la capacidad industrial, sino el modelo de comercialización y la presión fiscal.

En diálogo con Fenix, Luciano Galfione, presidente de la Fundación Pro Tejer, advirtió que las importaciones en el sector textil alcanzaron un récord histórico en la Argentina. Según indicó, actualmente el 70% de los productos que se consumen en el país tienen algún componente importado, una cifra muy por encima del promedio histórico del 50%. Esta situación afecta directamente a toda la cadena de valor nacional: desde el cultivo del algodón hasta la confección final.

Galfione explicó que cuando se importan prendas terminadas, se interrumpe el circuito productivo interno, dejando sin actividad a hilanderías, tejedurías, talleres de confección y transporte. Señaló que el problema no está en la capacidad de producir, sino en el entorno económico: el sistema impositivo, el costo financiero, la logística deficiente y los márgenes comerciales excesivos hacen que la industria local pierda competitividad frente a productos importados que muchas veces entran a precios artificialmente bajos.

El titular de Pro Tejer destacó que el sector está compuesto principalmente por pymes que generan empleo directo en todo el país. Aseguró que se han realizado inversiones por más de 1.400 millones de dólares en los últimos años, apostando por maquinaria moderna y capacitación. Llamó al Estado a establecer políticas de protección inteligente que no impliquen cerrar la economía, sino evitar el ingreso desmedido de productos que destruyen trabajo local. También pidió un rediseño del sistema comercial para que el precio final refleje la realidad de la producción y no solo la especulación del último eslabón de la cadena.

Martín Churba, de diseñador a artista: “Cosí una etapa con la otra”

Fuente: La Nación – Formado en diversas disciplinas creativas, se hizo conocido a nivel internacional gracias a su marca textil Tramando; tras haber cerrado esa etapa en diciembre, el miércoles inaugurará su primera muestra en la galería Hertlizka & Co.

La llamada llegó a mediados de enero último, cuando Martín Churba estaba de vacaciones en Brasil. Apenas semanas atrás había cerrado Tramando, la marca de diseño textil que creó hace más de dos décadas y que llegó a exportar a países tan lejanos con Japón. “Tengo fecha para tu muestra: el 28 de mayo”, le dijo por teléfono Mauro Herlitzka, su flamante galerista. Le quedaban menos de cinco meses para realizar las obras con las que debutará el miércoles como artista en su primera exposición individual.

“En ese momento mi vieja se enfermó, pensé que se moría”, recuerda ahora en diálogo con LA NACION, en su nuevo taller del bajo de San Isidro. “Se recuperó –agrega-. Y al encontrar la sanación como idea posible, la muestra se me abrió como un universo de belleza, de crecimiento. Cosí una etapa con la otra. Uno diseña el futuro: vas decidiendo, vas eligiendo con quién te ves, a dónde vas. Y estos últimos años estuve atento al mundo del arte contemporáneo”.

“Soy una persona de cruces: nunca me sentí limitado a la moda”, dice Churba
“Soy una persona de cruces: nunca me sentí limitado a la moda”, dice Churba Manuel Cascallar

No es casual que se titule Mutación lo que presentará en Hertliztka & Co. Mientras comenzaba a crear en tiempo récord dos imponentes instalaciones realizadas con monocopias textiles y maples de huevos, a principios de marzo participó en la feria madrileña ARCO con un nuevo colectivo que incluye a una tejedora wichí. No sólo vendieron dos piezas, sino que ya trabajan en otros proyectos para presentar en Bienalsur y en Art Basel Miami.

“Soy una persona de cruces: nunca me sentí limitado a la moda”, dice este descendiente de inmigrantes que trajeron desde Damasco una combinación de tradiciones árabes y judías. Formado en diversas disciplinas, pertenece a una familia pionera del diseño en la Argentina, que impulsó vínculos comerciales con otros países y representó para él “un colchón de permisos, de creatividad”. De Tramando agradece los “21 años cumplidos de maravillas extraordinarias. Sobre todo textiles, pero también de la posibilidad de entablar colaboraciones con grupos sociales diferentes”.

El galerista Mauro Herlitzka y las piezas textiles del colectivo Tsufwelej exhibidas en ARCO
El galerista Mauro Herlitzka y las piezas textiles del colectivo Tsufwelej exhibidas en ARCO

-¿Te considerás también pionero en esto del trabajo colaborativo, que ahora es un nuevo paradigma?

-Puede ser. Hace más de veinte años que trabajo en mezclar lo social con el diseño o la moda. Empecé el 2004 con la cooperativa La Juanita, y desde antes venía cocinando el compromiso, el involucramiento. Empecé a mirar mi colectivo y creo que me fui transformando en el que soy hoy: una persona de cruces, de intersecciones entre cosas. Porque si bien me sentí parte, por ejemplo, de la moda de Buenos Aires, de la Argentina, de Latinoamérica, nunca me sentí limitado a la moda. La moda, si tiene un mantra, no es el de la creatividad sino el de la producción, el del paradigma del fast fashion. Se transformó en un problema medioambiental, de consumo, de deshacer rápido el deseo para rápidamente poder volver a desear. Entramos en una especie de trampa en la que nada nos alcanza. Yo no me siento identificado con ese modo de vida.

-¿Creés que el consumo se transformó en un problema?

-En todo sentido. Para el usuario, para el planeta, para el negocio. Si bien puede ser en principio una oportunidad de seguir vendiéndole más y más ropa a la gente y que eso sea un beneficio para pocos, a mí no me interesaba estar en ese deal. En todo caso me comprometía con otras cuestiones: moda hecha por piqueteros, el trabajo colaborativo entre colegas y diseñadores, la creación de una identidad propia y no de un modelo replicado del hemisferio norte. Hace rato que no me siento diseñador de modas.

"Tengo mi atelier nuevo, cerca de mi casa, que me permite imaginar una vida menos complicada y un poquito más libre", dice Churba
«Tengo mi atelier nuevo, cerca de mi casa, que me permite imaginar una vida menos complicada y un poquito más libre», dice Churba Manuel Cascallar

-¿Cómo te definirías hoy?

Como artista y creador textil. Creo que la palabra creador que la tomé de Francia, donde trabajé varios años vendiendo mi trabajo. Ellos me llamaban creador, así les dicen a los diseñadores.

-Pasaste del diseño textil al arte textil.

En algún momento el contexto de la moda me dejó de alimentar, y tuve que ver qué hacía. O por qué lo que yo hacía no tenía como ese correlato en el negocio de la moda, y dónde sí podía tener correlatos. Me di cuenta de que me atraía el arte textil, que yo hacía desde el principio.

-Porque te formaste en arte.

-Me formé en arte y también en un taller de creación textil. Tenía la serigrafía como aliada.

-Era el taller de tu padrino, ¿no?

-Sí, de León, que fue mi padrino, y también el creador de telas y de interiorismo. Hizo su marca, Gris Dimensión. Lo que dejó él en mí es ese gesto artístico de la tela. Me enseñó a soltar la creatividad, a que pudiera explorar cosas imposibles, ridículas, impensadas. Ese juego de la posibilidad creativa fue la primera puerta que abrí, y me dejó marcado para siempre. Mi moda tuvo que ver con textiles extraordinarios, ridículos, raros, que hablaban por sí mismos.

Una de las piezas realizadas con maples que Martín Churba exhibirá en Herlitzka & Co.
Una de las piezas realizadas con maples que Martín Churba exhibirá en Herlitzka & Co.Gentileza Marcelo Setton/Martín Churba

-Además, venía de familia.

Tengo dos influencias familiares muy fuertes. La de los Churba, que es la más conocida, de una estética que ya en los años 70, cuando yo nací, ya tenía un punto de vista. Ellos le dieron a la sociedad argentina la posibilidad de un estilo bastante alternativo. En los 70 tal vez el “caretaje” de la decoración no te permitía ningún tipo de locura. Y lo que hace la familia es introducir paradigmas de diseño como el finlandés, que le permitieron al argentino estar más cómodo. Esa apertura la hicieron con relaciones comerciales con Finlandia, Japón, India. Para mí fueron como un colchón de permisos, de creatividad. Y de parte de madre tengo a mi abuelo y a mi abuela, creadores de un negocio de moda que surgía de las telas, porque tenían una sedería que fueron transformando en casa de moda. Todos mis abuelos vienen de Siria. Yo tengo los enemigos adentro: la sangre árabe y la judía.

-Otro cruce.

-También es otro cruce, porque mis cuatro abuelos vienen del Oriente en conflicto con Israel. Somos judíos sefaradíes. Tengo sangre siria porque mis abuelos vienen de Damasco. La cocina de mis abuelas es la comida conocida como turca, o árabe. Mi apellido significa sopa o comida, u olla de comida. De mi lado materno están mis abuelos que tenían la casa Vittorio, y empezaron a hacer desfiles. Tengo un álbum de mi abuelo que hizo un desfile en Mau Mau, que podría haber sido un desfile de Tramando. Creo que fue en el 69; desfilaba Perla Caron. Hacía ropa de diseño moderna, de la que salía en ese momento las revistas.

Churba con una de las monocopias que exhibirá en Herlitzka & Co
Churba con una de las monocopias que exhibirá en Herlitzka & CoManuel Cascallar

-Y tu mamá tenía una marca de ropa para chicos.

-Mi mamá fundó Lemamu, antes de que yo naciera. Era una marca de ropa para pibes y pibas que no se vestían de celeste y de rosa. Había conjuntitos naranjas, turquesas, ropa negra. Fue una innovadora grosa, que a mis trece dejó la moda y se dedicó a la terapia. Se puso a estudiar psicología, crecimiento personal, constelaciones. Cuando yo era chico me enseñaba a constelar, tal vez veinte años antes de que se empezara a hablar de esto. Es decir que mis padres, Lely Muradep y Natalio Churba [sobrino del diseñador Alberto Churba y hermano de León], me dieron una formación muy abierta y con herramientas poderosas.

-¿Cuándo empezó tu proceso de “desemprender”?

-Creo que en el año 2016, una periodista me preguntó cuáles eran mis proyectos nuevos y le contesté “desemprender”. Yo estoy muy ligado a la corriente de los emprendedores Endeavor, de comienzos del milenio. Entonces para mí fue siempre casi como un apodo: “el emprendedor”. Y en un momento me di cuenta de que emprender también es una trampa. Porque todo lo que armás, después no lo podés desarmar como lo armaste. Con tu buena voluntad, con tus ganas de trabajar, con tu creatividad. Para desarmar una empresa necesitás plata, que tal vez no hiciste con tu empresa. En la Argentina es tremendo eso. Con la misma sangre emprendedora que tenía yo de mi familia, me entusiasmé. Y cuando te querés dar cuenta, tenés empleados, compromisos, contratos, etcétera.

-¿Cuántos locales llegaste a tener?

-Llegué a tener cinco locales, la fábrica de producción en Barracas y un cliente japonés que vendía en Japón la mitad de todo lo que yo producía. Uno de los mayores galardones que tengo es que vendí durante veinte años ininterrumpidos a Japón, dos temporadas al año. También tuve un local en Dubai y vendí a través de París a cinco países, con una socia que abrió un local. Y otro en Nueva York en el Meatpacking District, de mi socio japonés. Vendí en Brasil, Chile, Italia, Alemania, Francia, Estados Unidos. También abrí locales en Unicenter y en Paseo Alcorta. Hubo muchos momentos de la macroeconomía argentina, acá pasó de todo, no fue siempre fácil sostener eso. El clic fue cuando me di cuenta de que si yo quería salir no podía, de que para salir tenía que desandar todo lo andado, y de que tal vez eso me iba a llevar cuatro años.

Churba trabajando en su casa, en kimonos que realizó en 2023
Churba trabajando en su casa, en kimonos que realizó en 2023fernando-gutierrez-4356

-¿Cuánto tiempo te llevó?

-Ocho años, del 2016 al 2024. Fui ayudando a la gente que trabajaba conmigo, independizándola, empoderándola para que pudieran encontrar otros caminos. Y yo concentrando el negocio con todo lo que pasó, la pandemia y lo que es hoy el mercado de la moda en la Argentina. En el 2000 los diseñadores éramos mascarón de proa de un país, de una industria, de una identidad cultural. El proyecto que hubo durante los primeros años de este siglo tenía que ver con eso: con encontrar un propósito, no solamente hacer ropa y ganar plata.

-Como dicen los japoneses: “ikigai”.

-Claro, el propósito. Y cuando en 2023 me di cuenta de que acá se iban a abrir las importaciones, de que no iba a importar quién había hecho qué, ni quién era qué, lo único que iba a importar era el precio… Porque el mercado mide esa fricción que hay entre el deseo, la pulsión y la compulsión. Nadie va a cuidarte de eso. Ya me había achicado bastante, y fui hacia el cierre. El destino quiso que me tuviera que ir del local de Rodríguez Peña de un momento al otro. Y en el colchón familiar que tengo me ayudó Federico, mi primo, que en ese momento liberaba un espacio arriba de su boutique en la calle Paraná.

"Humana", instalación de Jessica Trosman y Martín Churba exhibida en la Usina del Arte en 2022
«Humana», instalación de Jessica Trosman y Martín Churba exhibida en la Usina del Arte en 2022Gentileza Jorge Miño

-Ahí hiciste algunas experiencias performáticas.

-Sí, siempre le seguí dando bola a contar algo más que una remera o un pantalón. Hice experiencias por ejemplo con Barbi Arcuschin: la última colección de Tramando, que se llamó Autorretrato. Para mí fue muy lindo, porque en ese laburo le devolví al usuario el territorio textil. La idea era poner su foto en la prenda. El desfile se trató de los modelos con las estampas hechas con su piel, su cara, su pelo, sus ojos. Siempre en colaboración. Desde el principio hice colaboraciones en las vidrieras con Guillermo Kuitca, Clorindo Testa, Nicola Costantino, Pablo Siquier. Alianzas creativas para potenciar el hacer de todos.

-¿Por qué te interesa la colaboración?

-Por vivo, por piola. Porque juntarse con otros no es ser buena gente, es ser astuto [ríe].

Jessica Trosman y Martín Churba con su obra "Humana", en la Usina del Arte
Jessica Trosman y Martín Churba con su obra «Humana», en la Usina del ArteGentileza Jorge Miño

-Tenés que dejar de lado el ego cuando colaborás.

-El ego no es un buen aliado. Es preferible que tengas un colega que tu propio ego. Pero creo que la astucia de colaborar es un secreto bien guardado. La gente piensa que juntarse con otros implica entregar, y no se da cuenta de todo lo que recibís cuando te juntás con otro. Todo lo que te suma. En mi caso, yo tenía la posibilidad de convocar a otros artistas y decirles: “Hagamos una colaboración textil, una vidriera”. Tenía algo para ofrecer porque tenía un espacio, mi marca, mi tecnología de materialidades. A veces es difícil invitar a otro cuando no tenés algo para darle. Pero todos tenemos algo particular, que mezclado en un escenario bien pensado con un elemento de otro tiene más colores, más posibilidades. Creo que la colaboración tiene que dejar de verse como un hecho beneficioso del que recibe. Tiene que pasar a verse como el 8 del infinito, que va y viene. La colaboración es también autocolaboración. Te permite ser mucho más vos. Lo que das, vuelve.

-Pero no hay que especular con el resultado, como dicen los orientales, ¿no?

-No hay que pensar en el resultado, porque la colaboración implica un tiempo y un proceso.

Una de las monocopias que Churba exhibirá en Herlitzka & Co.
Una de las monocopias que Churba exhibirá en Herlitzka & Co.Gentileza Marcelo Setton/Martín Churba

-¿Cómo surgió la idea de reunirte con Jessica Trosman para hacer arte, en 2021?

-Los dos ya estábamos un poco hartos de la moda. Jessica ya estaba involucrada en una búsqueda de la escultura, y yo también venía trabajando en esto que te decía: qué otros ámbitos me convocan, o convocan mi trabajo textil más allá de la moda. Y el trabajo que hicimos estuvo tan ligado al arte como al reciclaje.

-¿Y cómo nació Humana, la instalación que exhibieron en la Usina del arte en 2022?

-Yo venía trabajando con el tema del reciclajedurante la pandemia, cuando hice unos vivos que invitaban a mirar el tacho de basura, el único lugar al que podíamos ir de shopping. A encontrar soportes para arte en la basura, resignificando los elementos que uno da por sentado. A hacer marcadores con la pastilla usada de los mosquitos porque era una fibra como la del marcador, pero ancha. Tal vez ese pensamiento lateral me lo dio mi vieja, ayudándome a constelar. Y a poder mirar las cosas disociadas de la escena. Mirarlas de afuera y decir: “Eso que está ahí, ¿qué es? Además de lo que yo sé que es, ¿qué veo? ¿Qué huelo? ¿Qué toco?” Invité a Jessi a trabajar con el reciclaje. Sobre todo, porque queríamos trabajar en gran escala. No nos interesaba la escala humana, la ropa. Y me parecía un absurdo hacer textiles nuevos, porque implican un consumo que el planeta ya no tolera. Entonces, como el cuerpo humano no era el usuario, la materialidad podía ser mucho más amplia que la que habíamos usado hasta ahora. Porque para hacer ropa te tenés que ocupar de que la materialidad textil no sea muy pesada o que no lastime, o que no sea muy áspera.

"Me horrorizaba que ese material estuviera en la basura y ahora va a estar flotando, revalorizado con metalizados", dice Churba
«Me horrorizaba que ese material estuviera en la basura y ahora va a estar flotando, revalorizado con metalizados», dice ChurbaGentileza Marcelo Setton/Martín Churba

-Y también se te ocurrió convocar a recuperadores, ¿no?

-Yo venía laburando en circuitos de recuperadores y de recicladores. Lo que hicimos con Jessica juntos fue pensar este statement: si va a ser un textil de gran escala y puede ser hecho con reciclado, vayamos a mirar la basura. Y esas preguntas creo que son las que más me gusta hacer hoy: ¿Quién tiene basura? ¿Dónde? ¿Puedo ir a verla? Esta sociedad rechaza la basura. No la ve como combustible, como materialidad potencial. Entonces no la empodera, no la ve linda y no la mira. Nosotros miramos y dijimos: “¡Ay, es linda encima!” Empezamos a ver que los recuperadores recuperaban el plástico, lo fundían y armaban una materia que es maravillosa. Es como una plastilina que toma formas impensadas y que puede ser usada de mil formas. Fue como entrar a la juguetería, porque sentíamos que ahí podíamos pedir una tonelada de basura para suspenderla en el aire, como hicimos en Humana.

-¿Qué pasó después con esa instalación?

-Son 19 piezas. Algunas que se vendieron y otras que están en un hotel en Chascomús. Hay dos en los centros de recuperación, una en una casa particular, otra en un hall de un edificio… Se van instalando.

Piezas realizadas con maples que Martín Churba exhibirá en Herlitzka & Co.
Piezas realizadas con maples que Martín Churba exhibirá en Herlitzka & Co.Gentileza Marcelo Setton/Martín Churba

-¿Y qué te pasó a vos, después de ese trabajo?

-Al haberme liberado en diciembre de las ocupaciones como diseñador de modas, hoy me queda tiempo para pensar de otra manera y me empezaron a pasar cosas distintas. Me acerqué a un galerista, Mauro Herlitzka, y tuve mucha suerte. Es un tipo sumamente empoderado dentro del mundo del arte. Vende a coleccionistas privados y a museos muy importantes. Tiene una sensibilidad muy especial por el arte textil autóctono, oriundo de Latinoamérica.

-¿Qué obras le mostraste a Mauro?

-Antes de cerrar Tramando me involucré con una serie que llamo Monocopias, que son textiles de gran tamaño. Los hago con técnicas de impresión que son una innovación, por lo menos en el campo del textil. No lo estudié en ningún lado. Yo me formé en Bellas Artes y no lo tuve ni en grabado ni en pintura. Tiene que ver con esta posibilidad de que el textil, que guarda rastros, pueda llevarse la gestualidad de un momento. El hecho de hacerlo en gran escala, creo que es mi aporte. Porque para hacer estas telas de tres metros de largo por 1,80 de ancho no me alcanza el cuerpo. Tampoco me puedo valer de una máquina para mandar a imprimir. Entonces ese encuentro entre el cuerpo, la técnica y la máquina empieza a ser algo muy personal, que hice a veces para producir moda y hoy lo hago para producir piezas únicas.

"Cuando cuelga en la sala, en una combinación de colores y una relación de formas, tiene un aspecto un poquito mágico", dice Churba sobre los maples
«Cuando cuelga en la sala, en una combinación de colores y una relación de formas, tiene un aspecto un poquito mágico», dice Churba sobre los maplesGentileza Marcelo Setton/Martín Churba

-En la última edición de la feria ARCO, en Madrid, Mauro Herlitzka vendió otras obras textiles de un nuevo colectivo que integrás. ¿Cómo surgió eso?

Desde el año pasado conformo el colectivo Tsufwelej con Fidela Flores, una tejedora wichi de Formosa y Candelaria Aaset, una diseñadora y galerista de Tilcara, del espacio Uncu, de cruce cultural originario con artistas contemporáneos. Si bien yo trabajo en Tilcara desde hace quince años con las tejedoras de fibra de llama, cuando llegué a Uncu sentí que había llegado a un lugar que no existía en el pasado. Más allá de la labor heroica de muchos argentinos que van y hacen patria creando oportunidades para divulgar, la realidad es que no hay apoyo del gobierno para los emprendedores. Nos perdimos de ver todo lo que hace el colectivo, el colchón que es un colectivo. La suerte que es cuando estás rodeado de gente que hace en colaboración. Porque todo eso te abriga, te amortigua, te apoya, te empuja. Candelaria es artista y diseñadora textil, y me propuso un cruce: que yo trabajara con los textiles que hacían ella y Fidela. Yo recibo las piezas y aporto una visión contemporánea a algo muy tradicional.

"Me veo trabajando con recuperadores y con personas que están en distintas condiciones -dice Churba-. Haciendo de esa colaboración una posibilidad"
«Me veo trabajando con recuperadores y con personas que están en distintas condiciones -dice Churba-. Haciendo de esa colaboración una posibilidad»fernando-gutierrez-4356

-¿Vos hacés una impresión sobre su tejido?

-Sí. Y eso dio origen a Tsufwelej, que también quedó incorporado a la galería de Mauro. Se llama “Abrazos” en wichí. Es un gesto de abrazarnos entre la cultura wichí y la del blanco, de la que formo parte. Abrazar en el sentido de poder ver el trabajo del otro, tomarlo y devolverlo. También pasó algo muy lindo: Mauro me propuso hacer una muestra individual y concentrarnos en mi obra textil en el estado más puro, que está bien separada de la moda.

-¿Qué se va a ver en la exposición de Herlitzka & Co?

-Una nueva versión de mi trabajo: dos instalaciones y un bonus track. La obra principal está hecha con textiles monocopia. Es una especie de celda textil, que cae del techo, como un filtro entre nosotros y el mundo. Tienen una gestualidad primitiva, el arrastre de material sobre la superficie. Para poder hacerla me armé un aparataje propio: espátulas que arrastran, parecidas a los limpia parabrisas. La otra está hecha con algo que me gusta muchísimo, desde que soy chico: los maples de huevo. Me horrorizaba que ese material estuviera en la basura y ahora va a estar flotando, revalorizado con metalizados, en una textura que parece ancestral. Cuando cuelga en la sala, en una combinación de colores y una relación de formas, tiene un aspecto un poquito mágico.

Detalle de una de las obras realizadas con maples que Churba exhibirá en Herlitzka & Co.
Detalle de una de las obras realizadas con maples que Churba exhibirá en Herlitzka & Co.Gentileza Marcelo Setton/Martín Churba

-¿Por qué siempre te interesó el maple?

-El maple aparece en mi vida muy temprano, cuando mi ojo buscaba con la cámara de fotos tramas y repeticiones, y elementos concatenados. Por eso digo que esta obra es una sinceridad absoluta de quién fui y quién soy.

-¿Cuál es el bonus track?

-Una de las piezas que se exhibieron Arco. La única que no se vendió, la más linda.

-¿Qué te ves haciendo dentro de cinco años?

-Me veo trabajando en ferias internacionales con mi galerista, que aprecio mucho. En el taller, trabajando con mis manos. Tengo mi atelier nuevo, cerca de mi casa, que me permite imaginar una vida menos complicada y un poquito más libre, más autodeterminada, más independiente. Me veo cantando, bailando, tocando la guitarra, pintando. Estoy haciendo un taller de creación colectiva escénica, que es mi primer amor.

-Estudiaste teatro también.

-Sí, estudié teatro, clown, acrobacia, canto, guitarra, artes escénicas con grandes maestros como Agustín Alezzo y Augusto Fernandes. Me veo como un hombre del arte. Y divirtiéndome mucho trabajando con otros, viajando y llevando arte a otros lugares. Y trabajando también con recuperadores y con personas que están en distintas condiciones. Haciendo de esa colaboración una posibilidad. No solo para mí, sino también para el otro.

Daniel Awada: “Seguimos creciendo y apostando por Argentina”

Fuente: Fortuna – El fundador de Cheeky y Como Quieres invirtió u$s 10 millones en un nuevo complejo productivo. “Dependemos de nosotros mismos, no de lo que haga un Gobierno”, afirma. Por qué mientras muchos textiles se quejan, terminó 2024 con 2% de crecimiento en unidades. “Hay que adaptarse a las condiciones”, asegura.

La industria textil y de indumentaria está pasando, como muchos sectores de la economía, un momento de readecuación frente a un escenario local e internacional muy diferente de lo que venía siendo en los últimos años. Es sabido que el precio de la ropa en Argentina es muy elevado, y más si se la compara con los valores de las mismas prendas en países vecinos como Chile y Brasil, y ni hablar de Estados Unidos. Si a eso se le suma la caída en el poder adquisitivo que hubo en 2024, el sector textil viene teniendo más de 12 meses consecutivos de caídas en venta y producción. Según una encuesta de la Fundación Proteger, una organización sin fines de lucro que nuclea a la cadena de valor agro-industrial textil, 6 de cada 10 empresas encuestadas vio reducidas sus ventas, un 26% las mantuvo y solo un 12% logró aumentarlas. Respecto de la producción, la caída también fue registrada en un 60% de las compañías, mientras que solo un 9% las incrementó, y el restante 29% las mantuvo igual.

A pesar de esta realidad generalizada del sector, hay compañías que logran formar parte de ese grupo que logró crecimiento en ventas y producción. Una de ellas es el Grupo Altatex, cuyo presidente es Daniel Awada y fusiona las marcas Cheeky, Como Quieres y Awada.

Fortuna habló con Daniel Awada en el contexto de los 30 años que cumplió la marca que él fundó junto a su entonces mujer, Patricia Fraccione. Una década después del nacimiento de Cheeky, y cuando tenía presencia en todos los shoppings del país y varios locales en el exterior, lanzó al mercado su segunda marca de indumentaria, apuntada al público adolescente, que fue Como Quieres, que ya tiene 20 años. Además, en 2024, y bajo el nombre de Grupo Altatex, Awada sumó a su portfolio la marca que su madre había creado y manejado por más de 50 años, que es precisamente Awada, con su hermana Juliana como cara principal. “Estos 30 años de Cheeky los estamos celebrando y viviendo con hechos concretos independientemente de cuál esté siendo el momento de Argentina. Nosotros seguimos apostando por el país y creciendo. Lo venimos haciendo desde que empezamos este camino antes de saber quién iba a ganar las elecciones, nosotros definimos una inversión muy importante, de u$s 10 millones en el nuevo complejo en General Pacheco, y lo hicimos sin pensar ni quién ganaría las elecciones, ni si iba a haber recesión en el país o en nuestro sector”, cuenta Daniel Awada en su entrevista con Fortuna.

Fortuna: Se enfocaron en ustedes sin mirar lo que estaba pasando a nivel macro, eso no es muy común, y más en un sector como el textil que viene reclamando y quejándose bastante.

Awada: Yo soy un convencido de que dependemos más de nosotros mismos que de lo que pasa con el Gobierno. No se puede estar pensando siempre en qué van a hacer por vos, sino que es clave que uno sepa adaptarse a cada situación y esa es la cintura del empresario argentino. Permanentemente tenés que estar renovandote para adaptarte a las condiciones de Argentina, que siempre han sido cambiantes. Para crecer debemos pensar siempre puertas adentro más que lo que pasa afuera.

Fortuna: En una entrevista con Marina Camino, CEO de ABECEB, ella aseguró que 2025 será el año en el que las compañías tendrán que trabajar internamente en ser más eficientes y ser más competitivas. Que llegó el momento de mirarse hacia adentro. ¿Es lo que usted está comentando que vienen haciendo en Grupo Altatex?

Awada: En 30 años hemos pasado de todo y si hemos subsistido en algunos momentos y crecido en otro, tiene que ver con cómo nos hemos ido adaptando a cada una de las situaciones. En el año 2023 había una incertidumbre total debido a las elecciones y una inflación galopante, sin embargo, nosotros invertimos esos u$s 10 millones porque somos líderes en el mercado y seguimos apostando por el país, que es lo que sabemos hacer.

Fortuna: Una vez que esa incertidumbre electoral terminó y Javier Milei ganó las elecciones, y sus posteriores medidas, ¿qué oportunidades y desafíos representó para ustedes, ya que el sector textil sufrió mucho en 2024?

Awada: Cambió todo. El año pasado empezó con recesión y nosotros comenzamos un proceso de readaptación de nuestros costos para volver a ser competitivos y darle a nuestros clientes y consumidores productos que puedan comprar. Es decir que pusimos el foco en seguir vendiendo gracias a este enorme trabajo de costos. Yo no quiero que vayan a comprar ropa a Chile, sino que quiero que me elijan a mí. Además de costos, hicimos un markup mucho más bajo de lo que veníamos haciendo, a lo que le sumamos promociones y luego financiación. Y durante el año también cambió la situación. Con la marca Cheeky, que es la que representa la gran mayoría de nuestro negocio, la temporada de invierno la terminamos un 8% abajo en unidades, pero la de verano la terminamos un 6% por encima. Y eso que, la comparación de verano 23 con 24 era complicada, porque el 23 era una fiesta, porque a la gente le quemaba la plata en sus manos, no sabía qué era caro o barato y gastaba cualquier cosa. Así fue que, en total de la compañía, finalmente terminamos 2024 con un crecimiento en unidades del 2%. Por eso remarco que el año empezó mal pero luego terminó muy bien para nosotros. En el tema costos, por ejemplo, nosotros compramos en julio, agosto y hasta noviembre, con precios de lista de enero en muchos insumos, porque toda la cadena de valor se tuvo que adaptar.

complejo industrial Altatex
Contrataciones. Según Proteger en 2024 en el sector textil hubo más de 10 mil despidos, sin embargo Grupo Altatex contrató 100 personas y llegó a 1.100 empleados.

Fortuna: ¿Cómo logró casi 10 meses después seguir comprando insumos con el precio de enero 2024? ¿Qué rol jugó la importación?

Awada: La importación tiene que servir para regular precios y no para sustituir. La importación sirve si uno quiere un mercado abierto, porque no puede haber proteccionismo para que después pase como pasó a fines de 2023 con precios ridículos. Yo primero siempre voy a elegir proveedores argentinos, pero tienen que ser competitivos. Brasil tiene una industria textil muy fuerte, y venden telas. A mis proveedores locales yo les dije a qué precio conseguía las telas en Brasil, y ellos se pudieron adaptar. Toda la cadena y todas las empresas tenemos que trabajar para esto, porque creo que en los medios el tema del precio de la indumentaria, quizá con el de los medicamentos, es del que más se habla. Las marcas de ropa tenemos que adaptarnos al bolsillo de la gente, y es lo que hicimos nosotros. También es cierto que a partir de abril o mayo los sueldos le empezaron a ganar a la inflación, y eso ayudó a la recuperación y nosotros terminamos bien el año.

Fortuna: ¿Qué proyecciones tienen para este año?

Awada: Continuamos con el cambio de imagen de Cheeky en diferentes plazas y con nuevas aperturas de Awada. Nosotros vamos midiendo el termómetro comercial y ajustamos las proyecciones. Argentina no es un país para proyectar con tanto tiempo, por eso podemos mirar de acá a 4 o 5 meses. En base a eso creo que podemos subir un 5% más en cuanto a unidades, lo que sería un buen año. Y estamos listos para ese crecimiento porque, a diferencia de lo que quizá le pasó a otras empresa del rubro, en 2024 nosotros contratamos a 100 personas, ya que pasamos de 1.000 empleados a 1.100.

Fortuna: Hay algo que me hace ruido. Cuando uno escucha a los empresarios textiles todo parece ser negativo: que las importaciones los van a destruir, que no se puede ser competitivos en Argentina, que se necesita más protección, que bajaron las ventas, que tuvieron que reducir personal. Sin embargo, usted marca una realidad diferente.

Awada: Yo te digo lo que pienso, no sé mis colegas. Yo me adapto. Como comenté, primero elijo Argentina y proveedores locales, pero les exijo que se adapten a los costos. Claro que hay rubros que siempre se hacen afuera, como las camperas o los trajes de baño que se hacen en China. Pero no es que al abrirse las importaciones, Cheeky y Como Quieres van a traer todo de afuera y cambiar todo nuestro negocio. No es así. Normalmente nosotros trabajamos con un  70% nacional y un 30% importado. Y siempre quiero regular en ese equilibrio. Esta relación la tuve hasta en los 90s con el $ 1 a u$s 1. Además de los 1.100 empleados que somos, tenemos más de 70 talleres que trabajan para nosotros. Yo creo que hay que mantener el trabajo local, pero sí adaptarse a los costos para ser competitivo.

Locales de Cheeky
Renovación. Los locales de Cheeky de todo el país, que son 176, están siendo renovados. El de Unicenter es uno de los más grandes.

Fortuna: ¿Cómo está hoy en día el Grupo Altatex, a partir de su conformación con Cheeky, con sus 30 años, y Como Quieres, y la incorporación de la marca Awada?

Awada: La columna vertebral de la empresa es Cheeky, marca que cumplió 30 años. Pero también está Como Quieres, que ya tiene 20 años dentro de la empresa. En términos de volumen, un 80% es Cheeky y el restante 20% es Como Quieres. Sumar la marca Awada a nuestro portfolio comenzó por un tema afectivo, ya que es la marca que creó mi mamá. Yo arranqué en este negocio en Awada, a mis 18 años. Era una empresa chiquita, porque eran mis papás y nosotros trabajando. Aprendí mucho de lo que es una empresa familiar. A principios de los 90 yo ya tenía cinco hijos y mi otra hermana otros cinco hijos, y sabíamos que no íbamos a poder seguir viviendo todos de la marca Awada. Yo presidía la empresa en ese momento y lo que planteé fue que Awada quedara para nuestros papás y que cada uno hiciera algo diferente sino, con los retiros económicos que íbamos a tener que hacer las familias para vivir, íbamos a quebrar la empresa. Y ahí es donde surge Cheeky junto con la madre de mis hijos, (NdA: Patricia Fraccione) que había sido modelo y siempre había querido tener una marca. Y en ese momento vimos dos situaciones en simultaneo. Por un lado, gracias a nuestros cinco hijos, notamos que el rubro de chicos estaba mal explotado y no había muchas marcas. La que era la líder en el mercado en ese momento (NdA: Coniglio) hacia siempre los mismos productos. Y, por otro lado, durante esos años estaban surgiendo los centros comerciales, y entendimos que había que adaptarse y tener presencia en los shoppings. A principios de los 90, la vida de mis hijos pasaba dentro del Unicenter, al que se sumaba Alto Palermo y el Solar de la Abadia. Y así empezamos. Fundamos nuestra marca Cheeky y abrimos un local en Alto Palermo. (Ver recuadro: Los inicios de Cheeky en un cuaderno). Era caro estar en un shopping, pero había que estar. Hipotecamos nuestra casa familiar para tener un crédito de u$s 200 mil y con pudimos alquilar un local en Alto Palermo de 37 metros. Esa medida hoy la tienen un maxikiosco (risas). Y con la relación precio-producto que logramos, la marca explotó. Y desde ahí nos empezamos a posicionar rápidamente en todos los shoppings.

Fortuna: Y pudieron devolver los 200 mil dólares y luego lanzar Como Quieres, que ya no apuntaba a los chicos, sino a los pre-adolescentes y adolescentes.

Awada: Enseguida pudimos devolver el préstamo y sacamos la hipoteca de la casa. Fueron años muy intensos los primeros, porque abríamos de a 10 locales por año. Yo me llevaba las cajas a mi casa para hacer los cierres, los pagos y todo lo comercial durante el fin de semana. Hasta que hubo una noche en la que me dejó de salir la firma. Tenía como la mano muerta, por el estrés. Tenía una hoja en blanco al lado, calentaba la mano, y seguía firmando. Y ahí dimos el siguiente paso que fue profesionalizar la empresa porque el crecimiento tiene que venir acompañado de profesionalismo. Teníamos locales por todos lados, además de en Argentina; siete en Estados Unidos, nueve en México, en España, Singapur, Holanda… esto era en 2004 donde Argentina era muy competitivo y nos venían a buscar. Hoy, de todos esos locales, no quedó ninguno, salvo el de Barcelona que lo maneja una hija mía. Esos son los cambios de los que hablábamos al principio. Y ahí también creamos la marca Como Quieres, para acompañar el crecimiento de nuestros consumidores, que usaban Cheeky y quizá luego no encontraban ropa. Esta marca ya tiene 20 años, pero tiene capacidad de crecimiento todavía, aunque ya tenemos unos 54 locales. Como Quieres tiene el desafío de que tenemos que tener una muy buena lectura de lo que es el perfil de una nena y un nene de 10 años, pero también de 15 años. Cuando arrancamos la imagen de nuestra marca era con florcitas y todo medio romántico, pero hoy ya no se visten de la misma manera y hay que adaptarse en base a los cambios sociales de la nena de diez a doce años. Por eso es crucial cómo diseñamos y comunicamos nuestros productos. Y queremos ir por más. Queremos ir hasta los veinte años, por eso hemos cambiado nuestra propuesta. Y esto tiene que ver con la cintura de adaptación que tiene que tener cada empresa para moverse. Por eso ha habido grupos financieros que han comprado marcas de ropa y no les ha ido bien, porque éste no es un negocio para los financieros. En un país como Argentina, a veces lo financiero es tentador. 

alejandro, juliana y daniel Awada
Familia. Los hermanos Alejandro, Juliana y Daniel Awada, en una muestra de arte en reconocimiento a su madre

Fortuna: ¿Qué desafíos implica sumar Awada, una marca que apunta a un mercado tan diferente, con otros costos, otra relación con los clientes que a su vez son los consumidores?

Awada: Hay un equipo profesional que entiende muy bien la moda y es lo que nos permite hacer ropa para chicos, para adolescentes y también para mujer. A Awada le hemos dado un vuelvo importante. Hicimos una colección con mi hermana, Juliana y le cambiamos la imagen a los locales. Hicimos que la marca sea un poco más moderna, como que antes apuntaba a las señoras de 60 y ahora buscamos que se acerque a las mujeres de cuarenta años. Tuvimos una muy buena aceptación de nuestras clientas.

Juan José Bertolino. El Pato no se achica y redobla la apuesta

Fuente: La Voz – La marca de indumentaria de alta calidad nacida en Villa María va por nuevos desafíos, como incorporar la oferta de insumos y tecnología del exterior, sin replegarse de su pasión por la confección nacional. Su mirada sobre los precios.

Tanta industria nacional como sea posible y tanta importación como resulte necesaria. Así sintetiza Juan José Bertolino, su fundador, el momento de Pato Pampa, la marca de indumentaria masculina y femenina de alta calidad nacida en Villa María que con 30 franquicias, y otras en desarrollo, cruza la Argentina.

A dos décadas de la creación de la empresa, este apasionado de la confección y el diseño prioriza la solidez financiera, la profesionalización y la planificación estratégica para llevar el negocio a una nueva escala, de la cual participan sus tres hijos.

–La última vez que conversamos largo fue hace casi 20 años. Llevabas tres con la marca. ¿Cuál es la principal lección que aprendiste en este tiempo en la industria textil?

–Que es clave manejar bien las finanzas. Esta es una industria que funciona con mucho plazo, y en un país como Argentina, eso puede ser muy riesgoso. No hay que ser vulnerable, siempre hay que estar fuerte, ordenado y con reservas. Se lo repito a mis hijos. No está mal tomar crédito, depende del momento, pero la premisa es siempre estar bien preparados. La solidez financiera es fundamental.

–El famoso capital de trabajo.

–Trabajamos las colecciones con mucha anticipación. Por ejemplo, en mayo presentamos el verano y ya estamos trabajando en el verano del año siguiente. Para invierno, recibimos telas desde septiembre y recién las facturamos en febrero. Es una cadena que demanda planificación constante.

–¿Qué bueno que a tus hijos les haya gustado el negocio?

–Pasamos de ser una empresa netamente familiar a una mucho más profesionalizada, aunque mis tres hijos trabajan a diario conmigo. Juan se ocupa de finanzas y comercio exterior, Lucrecia de diseño y producción, y Tomás está en contacto directo con los clientes. Me faltó un hijo para el depósito (ríe).

imagen dentro de la notaCon nuevo formato de locales, como el de Urca, Bertolino apunta a subir el ticket promedio.

–¿Cómo quedó formateada la empresa a 23 años de su creación?

–Es un conjunto de cosas, no una fábrica puntual. Trabajamos a fasón, con especialistas para cada producto: suéters, jeans, camisas, camperas, etcétera, además de tener nuestro propio taller. Este modelo nos ayudó a atravesar momentos difíciles como las trabas a la importación. La industria textil es muy diversa, no es lo mismo hacer un jean que tejer un suéter.

–Cada proveedor especializado en su rubro.

–Y en las otras áreas también, me alié con expertos en cada área: industriales, diseñadores, lavaderos. Nunca creí que yo lo sabía todo.

–En algún momento la marca creció muchísimo y después tuvo que rebobinar. ¿Qué pasó?

–No es igual crecer que desarrollarse. Uno puede crecer desordenadamente o sin capital suficiente y eso complica todo cuando cambian las reglas del juego. Desde 2013 asumí el control total de la empresa para consolidarla. Tenemos 30 franquicias y planeamos cerrar el año con 35 o 36. Sólo contamos con un local propio, en Villa María.

–¿Qué ofrece la franquicia? Tentame con el negocio.

–Experiencia, asesoramiento y estrategia para minimizar errores. Pensamos todo: desde la percha hasta la bolsa. A diferencia de un local multimarca, el franquiciado tiene un respaldo constante. Y una proyección enorme porque nunca estamos quietos.

–Pero vender indumentaria en Argentina es remar en dulce de leche.

–Este año es más duro que el anterior. No es recesión, pero se siente. La rentabilidad, depende del momento, puede ser muy buena, moderada o simplemente mantenerse en la línea de flotación.

Precios e importación

–Los argentinos que salen a comprar afuera, ¿afectan el negocio?

–Mucho. Un jean en Chile cuesta la mitad o menos. Pero creemos que es algo temporal. El país está encaminado, aunque no todos lo van a sentir igual. Hoy el empresario que no se profesionaliza lo va a tener difícil. Antes, con el país cerrado, cualquiera ganaba plata. Ahora se necesita más que habilidad, se necesita eficiencia.

–¿Piensan en sumar más productos importados?

–Vamos a seguir defendiendo la industria nacional y hacer todo lo que se pueda acá. Pero también vamos a traer del exterior lo que sea necesario.

–¡Como aquella frase de Willy Brandt: Tanto mercado como sea posible, tanto Estado como sea necesario!

–Es que lo principal es defender la marca, y eso significa ofrecer a nuestros clientes lo que el mercado exige. Mis hijos estuvieron ahora en Cantón, China. Es una de las exposiciones más grandes del mundo, especialmente en el rubro textil, calzado e indumentaria. Hay mucha calidad, y los chinos hoy están a la vanguardia en muchas áreas productivas.

–¿Qué productos colocan en esa canasta de importados?

–Estamos trayendo muchas telas técnicas. Empezó con el famoso Dri-Fit. Hay muchas variantes que combinan confort y diseño. Las prendas pueden ir del gimnasio a una reunión con sólo cambiar el calzado y agregar un saco. La prioridad es el confort sin perder estilo. Queremos que el usuario esté bien vestido, pero también cómodo. Las nuevas tecnologías textiles permiten eso, estamos atentos a lo que pasa en el mundo.

imagen dentro de la notaJuan José Bertolino, fundador y dueño de Pato Pampa, indumentaria masculina y femenina.

–¿Cómo ves la polémica sobre el precio de la ropa en Argentina?

–Es una discusión válida, pero muchas veces se deja fuera del análisis factores fundamentales. Por ejemplo, en Argentina es muy común ofrecer cuotas sin interés. ¿Pero realmente alguien cree que te prestan plata por seis meses gratis? El costo financiero está, y si no lo paga el consumidor, lo paga el comerciante. Eso encarece las prendas automáticamente. Una prenda de $100 ya arranca con $20 sólo de costo financiero en la venta.

–Y las tasas están lejos de bajar.

–Sumemos factores estructurales que en otros países están resueltos o disimulados: costos impositivos, logísticos, laborales. Son muy visibles y afectan el precio final. Por eso, comparar directamente el valor de una prenda acá con una de otro país puede ser engañoso si no se considera el contexto completo.

–Claro.

–A eso sumale el alquiler en shoppings, que puede ser entre 6% y 8% de la venta, más gastos comunes y expensas. De una prenda que se vende a $100, es probable que $50 sean para cubrir el costo del producto, sueldos, servicios, impuestos como IVA e Ingresos Brutos, y demás gastos fijos. En la calidad, no es un negocio con márgenes amplios como se suele creer.

–Y… ¿pero cómo hacen entonces en Estados Unidos o Chile?

–En un mall norteamericano una camisa de marca que se vende a 100 dólares puede haber costado 5 dólares en Oriente. Allá el margen es altísimo. Además, las tasas de interés son del 3% o 4% anual, por lo que ofrecer 12 cuotas no es un problema. Acá las tarjetas encarecen todo. Hay un piso de costos del que no se puede bajar sin perder plata. Nadie vende caro porque le da la gana.

–¿Y cuál es la solución?

–No hay una fórmula mágica, pero sí es necesario ir ajustando gradualmente la economía para hacerla más competitiva. El cambio tiene que ser realista y progresivo.

Innovar la oferta

–Cuando lanzaste la ropa de mujer, la marca era prácticamente de hombres. ¿Cómo fue la experiencia?

–Al principio fue un desafío. Pero el equipo de producto logró encontrar un nicho. Nuestra colección femenina está pensada para el uso cotidiano: para trabajar, llevar a los chicos al colegio o asistir a una reunión. No hacemos ropa de fiesta, sino prendas ponibles, cómodas y versátiles. Desde jeans y zapatillas hasta tapados.

–¿Cómo evolucionaron los locales con el tiempo?

–Muchísimo. La franquicia de Urca, en Córdoba Capital, muestra acabadamente esa evolución. Hoy los locales son completos, muy distintos a los primeros que abrimos. Incorporamos accesorios, perfumes y calzado para ofrecer más variedad al cliente. Cubren todas las temporadas y todas las fechas importantes: Día del Padre, Día de la Madre, Navidad, etcétera.

–Al estilo una tienda departamental de un gran jugador.

–Claro. Además los vendedores están muy capacitados. Ya no se trata de presionar para vender, como me pasaba a mí con el negocio de mi padre en Villa María (ríe), el vendedor tenía que ser como Messi. Ahora se usa experiencia positiva y relajada.

–¿Por qué decidiste meterte en el negocio de los jeans donde hay tanta competencia?

–Precisamente, porque el jean es una prenda universal. Todo el mundo tiene un jean o varios. Además, es un rubro que ofrece muchas posibilidades de innovación y creatividad. Tiene mucha tecnología adentro: lavados con ozono, láser, efectos 3D. Texturas y calce marcan las tendencias, me encanta ese rubro.

–Entre tantas locuras, me comentaron que te come la cabeza el algodón.

–(Ríe) Siempre. Estamos desarrollando un proyecto con productores de Chaco para mejorar la calidad del algodón nacional. Logramos una fibra especial con el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta), lo cual permite prendas de mayor calidad. Queremos que todo el proceso, inclusive el hilado, se haga en el norte mismo. Que el algodón no viaje, sumando costos e ineficiencias. Además, exploramos proyectos paralelos como el uso de semillas para biodiesel o glicerol.

–¿Varió el ticket promedio?

–Apuntamos a que cada cliente compre más de una prenda. El objetivo es llegar a 1,85 prendas por cliente. Hoy estamos en 1,60. Crecer en eso indica que el cliente ve la marca como una colección, no sólo como una compra puntual.

–Si, ¿pero cómo se hace?

–Con variedad. Mientras otras marcas acotan su oferta, nosotros apostamos por tener una colección amplia y bien surtida. Contamos con calces distintos, estampados, colores, y reponemos el stock semanalmente para mantener la disponibilidad. Es lo que sabemos hacer.

Xeneize aunque duela

Nombre. Juan José Bertolino (65).

Casado con. Mónica.

Hijos. Juan, Lucrecia y Tomás, todos en la Pyme.

Una pasión. Boca Juniors, es presidente de una filial en Villa María y tiene ubicación propia en La Bombonera. “Ahora estoy yendo un poquito menos”, dice.

Le gustan. Las reuniones con amigos y la pesca.

Empresa. Buen Corte SA – Pato Pampa.

Empleados. 62 directos. Además, en las franquicias trabajan 160 personas y en la producción propia y tercerizada, 250.

Producción. 600 mil prendas por año.

Teléfono. (0353) 417-4299.

Correo. info@patopampa.com.ar

Web. www.tiendapatopampa.com

El Eternauta en Netflix: hablamos con Patricia Conta, directora de vestuario

Fuente: Cultura Geek – entrevistamos a Patricia Conta, directora de vestuario de la serie, quien nos contó sobre el reto de llevar a Juan Salvo a la pantalla. ¡Te lo detallamos en esta nota!

Cuando vemos una serie en plataformas como Netflix, HBO o Disney, pocas veces prestamos atención al vestuario a menos que sea extravagante o futurista. Lo notamos en Star Wars, donde hay un universo visual único; en Suicide Squad, con su estilo icónico y fantasioso; o en Bridgerton, con sus vestidos de época. Pero… ¿qué pasa cuando la historia que cuenta la ropa transcurre aquí y ahora?

Patricia Conta, diseñadora de indumentaria y textil egresada de la UBA, asumió este desafío en El Eternauta, la nueva serie de Netflix que adapta la historia de Juan Salvo, creada por Héctor Oesterheld en 1957. Con más de 30 años de trayectoria en cine, televisión y publicidad, Conta ha trabajado en películas como Mazel Tov (2024) y Alemania (2022), y en series como El fin del amor (2022). Ha sido nominada a los Premios Cóndor de Plata y Premios Sur, y también se ha desempeñado como docente en la UBA.

En Cultura Geek, charlamos con ella sobre cómo abordó el vestuario de El Eternauta en los años 2020.

SINOPSIS OFICIAL DE “EL ETERNAUTA”
Una noche de verano en Buenos Aires, una misteriosa nevada mortal acaba con la mayor parte de la
población y deja aisladas a miles de personas. Juan Salvo y sus amigos inician una desesperada
lucha por la supervivencia. Todo cambia cuando descubren que la tormenta de nieve tóxica es tan
sólo la primera fuerza de choque de un ejército de otro planeta que está invadiendo la Tierra. La
única manera de mantenerse vivos será resistir y luchar juntos. Nadie se salva solo.
La serie es la primera adaptación audiovisual de la icónica novela gráfica argentina de ciencia
ficción El Eternauta de Héctor G. Oesterheld ilustrada por Francisco Solano Lopez, publicada por
primera vez en 1957.

Contar las historias de quienes cuentan la historia

Cuando pensamos en un héroe, imaginamos trajes extravagantes, capas o uniformes llamativos. Pero ¿qué pasa si el héroe es alguien común? ¿Tu tío, el ferretero, el carnicero… o vos? ¿Cómo te vestirías si tuvieras que salvar el mundo? Esa fue la pregunta que guió a Conta y su equipo: “Hicimos un profundo trabajo de investigación previa. El Eternauta trata de hombres y mujeres comunes. Juan Salvo es un hombre común, pero también es un héroe. Tuvimos el desafío de navegar entre lo ordinario y lo épico. A nosotros nos hizo primero investigar personajes reales y espacios reales”, explica y cuenta que el proceso de selección de vestuario comenzó haciendo “scouting” en todas partes, donde podrían encontrar cosas los personajes.

El proceso creativo no comenzó con el protagonista, sino con personajes secundarios como Favalli y su esposa. “Lo primero que pensamos fue en la casa de Favalli, quién es, cómo es, quién es su esposa y a qué se dedica…y qué prendas podría tener(…) No solamente qué tendría sino cómo utilizaría esas cosas, el modo de apropiación del vestuario, son cosas que para nosotros construyen al personaje”, dice Conta.

La frase “Lo viejo funciona”, recurrente en la obra, también se aplicó al vestuario. Así, entre las pertenencias de Favalli (una persona con un perfil un poco acumulador), encontraron el icónico gamulán de Juan Salvo, el traje que lo convierte en un héroe cotidiano: “Es una prenda de otra época ya pasada y que tiene la nobleza de ser el primer material con el que los hombres y mujeres se vistieron para la intemperie, los cueros. Tiene la nobleza como esa cosa vieja en desuso pero que vuelve y termina siendo útil y construye esta cosa épica de la salida de nuestro héroe. No se moja con facilidad a pesar de no ser tecnológico, no se moja y abriga. (…) Es fundamental para nosotros ver cómo esas cosas en desuso vuelven a tener una segunda chance”.

“Probamos versiones más sofisticadas, pero al verlas, nos dimos cuenta de que no era el Eternauta. Queríamos a un hombre común, y volvimos al gamulán”, revela Conta.

Catorce personas trabajaron en el vestuario, no solo diseñando prendas, sino también envejeciéndolas para reflejar el desgaste de la historia. “La nieve deja un rastro como de ceniza en las costuras. Creamos varias versiones de cada prenda con distintos niveles de suciedad”, detalla. Incluso, el equipo usó algunas prendas para darles mayor autenticidad.

Una historia, 500 máscaras

Durante la pandemia, vimos cómo la gente improvisaba barbijos con lo que tenía a mano. Algo similar ocurre en El Eternauta, donde la nieve tóxica obliga a los personajes a protegerse con lo que encuentren.

En las primeras versiones del guión, nos cuenta la producción, la máscara de Juan Salvo para enfrentar la nieve tóxica era “un
souvenir de Chernóbil que Favalli tenía preservado en el sótano de su casa”.
Esta visión fue dejada de lado rápidamente por el equip de vestuario porque una máscara así tapaba algo que es muy importante tanto en el personaje como en el actor mismo: la mirada. Lo que funcionaba en el comic no necesariamente funcionaba en la pantalla…y así es como algo tan sencillo como tapar la cara de un personaje para que la nieve tóxica no lo toque esté diseñado milimétricamente.

¿Sabías qué?

  • Se fabricaron 7 versiones distintas del gamulán de Salvo hasta encontrar el adecuado.
  • Se crearon 500 máscaras para los personajes.
  • Se usaron 100 percheros con ropa, el equivalente a 300 metros lineales.
  • El máximo de extras que se debieron caracterizar en una misma jornada fue 500.
  • Para el diseño de vestuario de extras, se hizo un scouting fotográfico de personas de
    distintas edades y a diferentes horas en barrios donde transcurre la historia.
  • Se hizo scouting en cuarteles de bomberos para ver trajes y el estado de los mismos. Se
    utilizaron trajes reales que, al ser pesados, ayudaban al realismo en las caminatas sobre la
    nieve.

A medida que avanza la trama, nos cuenta la directora de vestuario, vamos a ir conociendo más máscaras. No solamente las que encontraron los personajes y refuncionalizaron, sino aquellas que se improvisaron.

Conta nos dice que quizás todas las preguntas apuntan a las máscaras por su “iconicidad” dentro de la obra. Pero, el trabajo para proteger a los personajes de la nieve tóxica fue muchísimo más allá. Se investigaron tipos de guantes, de cintas aislántes y demás objetos: “Intentamos encontrar a través de los elementos del vestuario la conjunción entre la desesperación por salir y el protegerse a toda costa”

El microrrelato en cada prenda de El Eternauta

Cada detalle del vestuario cuenta una historia. “Pensamos en quiénes eran estos personajes antes y después de la nevada, en su vida cotidiana y con trajes de salida”, dice Conta. La mezcla de lo espontáneo y lo calculado hace que el mundo postapocalíptico de Buenos Aires se sienta real. El desafío de la producción no solo tuvo que ver con caracterizar a los personajes que forman parte de la historia, sino además con construir verosimilitud respecto a los extras que aparecían como muertos en las escenas. Qué estaban haciendo cuando murieron, cómo quedaron, qué llevaban puesto. Conta cuenta que el equipo llegó a contar con 20 personas en momentos de refuerzo, por la cantidad de actores a caracterizar.

Dicen que en Argentina podés ausentarte una semana y todo va a estar cambiado, pero podés ausentarte diez años y cuando regreses todo va a seguir igual. El Eternauta es una obra que prueba este principio: sigue vigente por su simbolismo y capacidad de resignificarse. “Me parece importante rescatar hoy la construcción del héroe colectivo. Hay un héroe que trasciende lo individual y que solo se resuelve a través de los vínculos entre la gente y su postura ante esto que no saben que es”.

Detrás de la elección de vestuario y el proceso, hay mucho detrás de escena que pasa inadvertido ante el ojo del espectador común pero que aporta capas de significado y construcción del mundo que le dan a esta obra verosimilitud. “A nosotros todos los procesos nos construyeron una épica dentro del equipo de vestuario. “Cuando terminamos, fue un poco sentirnos héroes también”, cierra Conta.

Marco Meloni, sobre la industria textil: «Se trabaja con el 33,9% de su capacidad instalada»

Fuente: Perfil – El empresario textil, advierte que el sector atraviesa una crisis estructural por el aumento desmedido de costos y la falta de políticas industriales.

En diálogo con Canal E, el empresario textil Marco Meloni trazó un crudo diagnóstico del sector industrial ante el actual modelo económico: «Vamos camino al mismo crack que en 2001«.

La situación es grave: de mal en peor”, sentenció Marco Meloni al describir el panorama de la industria textil. Según el empresario, las políticas actuales apuntan a “un modelo financiero que juega con los papelitos de colores” y abandona la producción. En una reciente reunión de diez subgrupos industriales, Meloni detalló: “Uno empatado, dos arriba y los otros siete todos abajo. La caída en supermercados es la erosión del mercado interno”.

Denunció también la falta de dólares y el riesgo inminente: “Hace 20 meses que se están poniendo dólares. O se acaban y cerrás, o el que tiene de más dice ‘basta, no pongo más’ y se retira. En ambos casos, se traduce en despidos, desocupación y baja de actividad”.

Tarifas impagables y consumo restringido

Meloni cargó contra los aumentos de servicios esenciales: “Subieron la electricidad, el gas, el agua, las prepagas… todo lo que no podés elegir”. Señaló que estas subas, en muchos casos de entre 100% y 150% en dólares, golpean directamente a la clase media y trabajadora, que debe priorizar la alimentación y dejar de lado el consumo de bienes como la ropa.

La gente no puede comprar un par de zapatillas, ropa, ni salir a comer una pizza. Así se va decantando todo, como en 2001, cuando terminamos con un crack económico y 30 muertos en la Plaza de Mayo”, advirtió.

Capacidad instalada: por debajo del 50%

La utilización de la capacidad instalada es otro reflejo del colapso. “El uso promedio fue del 33,9% en el primer trimestre. En mi caso estoy apenas por encima del 40%. No llegamos ni al 50% de lo que producíamos antes”, afirmó Meloni.

Explicó además la diferencia entre los sectores: “El textil trabaja formalmente, con capital intensivo: fábricas con 60 telares y pocos empleados. En cambio, la confección es informal y mano de obra intensiva”. En este contexto, el aumento de tarifas impacta con fuerza: “Una tintorería usa agua, electricidad, gas, y todo subió más de 120% en dólares”.

Desprotección total: sin controles ni regulaciones

La apertura de importaciones fue otro blanco de sus críticas: “Los productos importados subieron un 150% en el primer trimestre. Eliminan controles como las declaraciones juradas o los valores de criterio, y entran cosas a precios irrisorios”. Meloni alertó también sobre el riesgo sanitario: “Te pueden mandar un babero con formol cancerígeno desde Bangladesh y no lo vamos a poder comprobar”.

La industria local, dijo, enfrenta una competencia desigual: “Con contrabando en el NOA y NEA, y costos en dólares altísimos, es muy difícil competir. Mientras en España el IVA de la energía es 11%, nosotros tenemos entre 27% y 29%, y los ingresos brutos en el textil pueden sumar un 41% con el IVA”.

“Nos prometieron competitividad, pero nos desmantelaron”

Meloni recordó las promesas previas al actual gobierno: “Nos dijeron que primero venía la motosierra, después el superávit, luego la competitividad, y al final, la apertura económica. ¿Qué hicieron? Abrieron la economía, nos hicieron no competitivos y nos subieron todos los servicios monopólicos”.

El empresario también desmintió la idea de una industria protegida: “Nos dicen casta, pero apenas ocupamos el 40-45% del textil del país; el resto es importado. En los shoppings, el 70% de lo que se vende es de afuera. Nosotros competimos todos los días”.

Para finalizar, Meloni lanzó una dura advertencia: “Dicen que no es igual, pero con este modelo llegamos al 25% de desocupación en 2001”.

Empresario textil: «La palabra pymes no existe en el Gobierno»

Fuente: Cadena 3 – Camilo Alan, con muchos años en el sector, cuestionó las políticas nacionales y se refirió al dólar y la inflación.

El empresario del rubro textil Camilo Alan, de 81 años, ha compartido su testimonio sobre la difícil situación que atraviesan las pequeñas y medianas empresas (pymes) en Argentina. Durante su intervención en el Congreso, Alan expresó su preocupación por la falta de apoyo a este sector, vital para la generación de empleo y dignidad en el país.

“Entiendan, muchachos, que somos las pymes, los que generamos empleo”, afirmó Alan, quien relató que su negocio enfrenta momentos críticos. “Acá festejaron que vinieron con el Fondo con 20 mil palos y yo no me llevo un mango, hermano”, agregó, refiriéndose a la falta de ventas y el impacto de la inflación.

Alan, en Siempre Juntos, por Cadena 3 Rosario, planteó la incertidumbre que genera la devaluación del peso y su posible efecto en los precios. “Si el Gobierno logra ajustar el precio del dólar, en algún mes podrá ser del 10%, del 7, del 8, del 5”, explicó. También mencionó el consejo de no comprar dólares, sugiriendo que la situación podría mejorar.

El empresario, quien comenzó su carrera vendiendo ropa en la calle San Luis de Rosario, criticó la desconexión entre el Gobierno y las necesidades de las pymes. “La palabra pymes no existe en el Gobierno”, señaló, y añadió que las promesas de ayuda son vacías. “Nunca pagaron sueldo. Nunca hicieron nada”, manifestó con frustración.

Allan recordó su trayectoria en el sector y cómo ha enfrentado crisis económicas en el pasado. “Nosotros, las pymes, trabajamos y vamos trabajando y pensando en el futuro”, reflexionó. Sin embargo, destacó que los cambios de gobierno impactan negativamente en su capacidad de sostenerse. “Viene un nuevo gobierno, cambia todo lo que hizo el otro. Y nosotros, ¿qué pasa? Nos vamos fundiendo”, lamentó.

El empresario también hizo hincapié en la falta de poder adquisitivo de la población. “La gente está sin plata”, subrayó, lo que repercute en las ventas de su negocio. “Hay días que vendo 100,000 pesos. ¿Cuántas prendas vendí? Nada”, ejemplificó.

Allan concluyó su intervención planteando la necesidad de un cambio en la política económica. “Sentémonos. Ustedes las pymes. Una prenda se hace con 15 pymes”, propuso, sugiriendo que el gobierno debería fomentar la producción local y el empleo en lugar de depender de créditos externos.

Laurencio Adot presentó su nueva colección en su atelier: todas las fotos

Fuente: Para Ti – La moda argentina sumó una nueva cita imperdible esta semana: Laurencio Adot abrió las puertas de su atelier de Recoleta para presentar ADOT.AZEVEDO, su segunda etiqueta junto al diseñador Thiago Pinheiro. Un evento íntimo, rodeado de amigos y colegas del mundo de la moda, que marcó el lanzamiento de una colección pensada para una generación joven y de sofisticación más casual.

«Es prêt-à-porter de invierno 2025 con precios reales y atención personalizada”, resumió Adot durante la presentación, destacando que esta línea será comercializada desde su showroom en Posadas y Montevideo, en pleno corazón porteño.

El diseñador Laurencio Adot y su pareja Damián Romero.
El diseñador Laurencio Adot y su pareja Damián Romero.

Todos los amigos del diseñador se acercaron a la tienda para ver la nueva colección.
En su atelier ubicado en el barrio de Recoleta, el diseñador Laurencio Adot presentó su nueva colección ADOT.ACEVEDO otoño invierno 2025.
Anita Espasandín, en el probador.
Anita Espasandín, en el probador.

Colección ADOT.AZEVEDO invierno 2025

La nueva etiqueta apunta a un estilo casual chic, con piezas que van desde la sastrería moderna hasta looks para eventos civiles, cocktail y fiesta. Con una estética limpia, actual y con fuerte impronta en el diseño de autor, esta colección logra mezclar elegancia y frescura, ideal para mujeres reales con agenda activa.

Muñeca Moore.
Muñeca Moore.
La ex modelo Alejandra Moraco y su marido Rolo Zapata, DT de fútbol, estuvieron presentes.
La ex modelo Alejandra Moraco y su marido Rolo Zapata, DT de fútbol, estuvieron presentes.

La presentación fue cálida y celebrada, fiel al espíritu del diseñador. “Fue una noche de amigos, de equipo, de emoción. Y sobre todo, de moda con propósito”, compartió Adot. El atelier se vistió de invierno con percheros llenos de piezas listas para brillar en el guardarropa femenino.

Enrique Guzmán, Roxana Harris, Laurencio y Damián Romero.
Enrique Guzmán, Roxana Harris, Laurencio y Damián Romero.
La soprano Sara Fleming junto al diseñador.
La soprano Sara Fleming junto al diseñador.

A diferencia de su alta costura, ADOT.AZEVEDO propone una experiencia más cercana, con venta directa en showroom, atención personalizada y precios accesibles, sin perder el ADN de diseño y estilo que caracteriza a la firma Adot Couture.

La ex modelo y conductora Fabiana Araujo también estuvo presente.
La ex modelo y conductora Fabiana Araujo también estuvo presente.
El arquitecto Javier Iturrioz haciendo una selfie.
El arquitecto Javier Iturrioz haciendo una selfie.
La diseñadora de accesorios María Torres y su amigo Laurencio Adot.
Presentación de la nueva colección ADOT.ACEVEDO.
Reunión de amigas.
El diseñador junto a Guillermo Azar y su mujer.
El diseñador junto a Guillermo Azar y su mujer.
Laurencio Adot y Rocío Vivas.
Andrea Garmendia.
Andrea Garmendia.
Tersa Calandra , Sandra Castellanos , Damián Romero , Muñeca Moore y
Ginette Reynal.

Fotos: RS Fotos.