Fuente: El Diario – El diseñador argentino sale a la calle con su nueva colección otoño invierno, «camaleónica», que fusiona las tendencias, la moda urbana y la crisis social y económica.
Para cambiar de color sus cuerpos, los camaleones poseen una batería de pigmentos que están contenidos en unas células llamadas cromatóforos, dispersas en las capas externas de su piel. El mecanismo es simple, replicar los colores del exterior para defenderse. Al igual que el animal que le da nombre a su nueva colección otoño-invierno, Benito Fernández tomó como fuente el exterior para absorber aquello que lo cautivaba de las tendencias actuales y juveniles, y lo reinventó para añadirlo en sus prendas como una nueva capa de dermis.
“Camaleónica” estuvo en mayo en San Luis, en un desfile que incluyó a modelos de la provincia. El diseñador mostró una colección que fusiona el estilo urbano con color, brillo y texturas, acorde al sello boho chic. Presentó prendas oversize, faldas y vestidos largos, además de los característicos kimonos y vestidos camiseros.https://5c92a6cc4e37a34cae13019b8a7e4e6c.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-40/html/container.html?n=0
La gama de colores fue amplia, desde tonos fríos, como verdes y azules, hasta los más cálidos como el rosado. Y para la confección de las prendas utilizó lanas, corderoy, sedas, chiffon y crepes, entre otras.
En sus 38 años de carrera vistió a celebridades como Valeria Mazza y Priscila Presley; pero, sin dudas, Máxima Zorreguieta es la más emblemática. La reina de Holanda es una fiel admiradora de los diseños de Benito. No solo contribuye a llevar su marca por el mundo, sino que es también la mujer que le permitió cumplir su sueño de los inicios, cuando fantaseaba con vestir a una reina.
—¿Tenés alguna cábala antes de un show?
—No se si cábala, pero sí me gusta que las modelos se sientan bien, apoyarlas para que estén cómodas y puedan disfrutar el desfile. Creo que eso es fundamental, es lo que más me interesa a mí.
—Mencionaste a las modelos ¿buscás alguna característica especial en ellas?
—Trato de que tengan “algo”, una personalidad marcada, una característica que llame la atención, no me fijo tanto en, por ejemplo, la altura ni en los cánones de belleza que se supone que tiene que tener una modelo. Yo elijo que tengan personalidad, ganas de disfrutarlo y de pasarla bomba, ¿no? y que le guste la marca, claro. Voy por otros lugares. https://5c92a6cc4e37a34cae13019b8a7e4e6c.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-40/html/container.html?n=0
—Tu nueva colección para otoño-invierno, ¿de qué se trata?
—Es una mezcla entre el prêt-à-porter (expresión francesa que significa textualmente «listo para llevar») y un poquito de alta costura. Tiene que ver con la mujer que está en un cambio constante y que se transforma. La moda también va cambiando permanentemente y me gusta la mezcla entre el día con la noche, el invierno con el verano. Esta colección es bastante adaptable a todo, mezclable. Me parece que hoy, que la ropa es muy cara en la Argentina, es importante tratar de que todo se pueda unir con todo.
—Entonces, ¿lo que te inspiró a crear esta colección es la situación económica actual?
—Todo. Lo que está pasando en el mundo, la mujer que está luchando por sus derechos, la economía. La moda, como siempre digo, tiene que ver con lo social e impacta muy directa y rápidamente en lo que nos está pasando. Hay que tratar de interpretarlo. Por ejemplo, el impacto de la música también, la nueva tendencia joven donde el oversize y el urbano se están imponiendo. Me refiero a que hay que tratar de acompañar a la mujer de hoy.https://5c92a6cc4e37a34cae13019b8a7e4e6c.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-40/html/container.html?n=0
La moda tiene que ver con lo social e impacta muy directa y rápidamente en lo que nos está pasando
—Teniendo en cuenta que tu estilo característico es el boho chic, en esta oportunidad ¿hiciste una fusión entre tu estilo y el urbano?
—Estamos tratando de adaptar la marca al urbano, hoy la calle se está imponiendo y lo urbano y el estilo más relajado y más cómodo me parece que se impone cada vez más, entonces, estamos tratando de llevar la marca a la realidad de hoy.
—Está claro que sin perder tu esencia ¿no?
—Obvio. Siempre tiene que ver con el color, texturas, las estampas características de mis colecciones.
—En esta colección hay metalizados en plateado y colores, una tendencia que vemos hace ya unos años. Durante el proceso creativo de una colección, ¿tenés en cuenta las tendencias?
—Sí. No es que miro tanto lo que está pasando en otros lados. Volvemos a lo mismo, tiene que ver mucho con la calle, con lo que la gente quiere y le gusta, y cómo lo mezcla. El metalizado es una tendencia que se viene usando hace bastante, pero que sigue teniendo una evolución. Las tendencias se caen y si gustan se renuevan desde otro lugar, porque le siguen interesando a la gente.
—Debe existir un equipo que haga que Benito Fernández sea posible… ¿Cómo está conformado este equipo? ¿Sos muy perfeccionista con tu trabajo o sos más de delegar?
—Hay un equipo, por ejemplo, de la parte de diseño y de la parte de marketing en donde está mi hijo, Lucas. Hay que tener un equipo, ya que tengo muchos productos como perfumes, lentes, zapatillas y, por supuesto, la colección prêt-à-porter. Hago también alta costura, entonces es muy necesario tener un equipo que te acompañe y entienda la gestión y la identidad de la marca. Serán unas once personas y trato de delegar, de marcar el camino por dónde tiene que ir la marca. Me gusta que la gente se involucre más, por eso hago que participen y salen las cosas mejor.
—Mencionaste tu línea de lentes, perfumes y zapatillas, ¿esto es algo que se le ocurrió a tu equipo como estrategia o es algo que vos querías incorporar?
—No, son cosas que se fueron dando, es algo que quería hacer hace ya mucho tiempo, y la verdad es que es lindo que la gente piense en vos y confíe en la marca, como Topper, con quien hacemos la cápsula de zapatillas que se lanza este año, es lindo que vean que la marca tiene una identidad que se reconoce y se realicen este tipo de colaboraciones.
—¿Estás trabajando en algún producto nuevo?
—Estoy con un par de productos para incorporar más cosas a la marca. Esa es la idea, pero no puedo adelantar mucho.
—En los últimos años, para las marcas se convirtió en algo fundamental ser parte del cambio para cuidar el medio ambiente en los materiales que se usan y en quienes hacen la ropa… ¿Tenés en cuenta todo esto a la hora de producir tu colección?
—La marca siempre trata de acercarse al cliente, y estamos atentos a las necesidades del mismo. De hecho, reciclamos cosas, sacamos todo lo que era cuero hace unos años y tratamos de concientizarnos cada vez más. Entendemos que es muy difícil de hacer todo de golpe, pero intentamos ir por ese camino.
—¿Hay alguna argentina que todavía no vestiste y te gustaría?
—Mmmm ¡Natalia Oreiro! Si bien es uruguaya, ella se siente argentina. Nunca la vestí, tengo mucha onda con ella, y me encantaría ahora que lo pienso. Es una mujer muy trabajadora, muy del hoy, luchadora, me gusta ese tipo de mujer.
—¿Y alguna famosa internacional?
—Angeline Jolie, ¡me encanta!, pero no hablo por su belleza. Es una mujer que a veces puede ser polémica, pero con una personalidad que me gusta, es una mujer brillante y aparte muy hermosa, claro.
—Tres cosas que creés que un diseñador debería tener para cumplir sus sueños…
—Yo creo que primero es el trabajo; segundo tener un ADN propio, lograr que te identifiquen por tu esencia, y tercero esto que hablamos, ir adaptándose a la actualidad. La moda va interpretando lo que sucede y, como diseñador, tenés que ir también entendiendo lo que va pasando, a la mujer o al hombre, me parece que eso es fundamental.
Fuente: Perfil – «Necesitamos importar insumos, si importan productos terminados se destruye la industria”, dijo Mauro González, empresario pyme textil.
Mes tras mes, indumentaria y calzado es uno de los sectores que más aumenta en el índice inflacionario publicado por el INDEC. Esta situación se mantiene pese a que es uno de los rubros que más baja en el consumo presenta.
En este contexto, nos comunicamos con Mauro González, empresario pyme textil, quien habló sobre la situación de la industria textil en el país.
“El precio de la ropa en dólares es barata, en otros países está completamente abierto el mercado y los productos chinos abarcan todo”, disparó González, quien luego completó: “Para nosotros es importante que se contemple un sector que genera mucha mano de obra”.
“Estamos ampliando la capacidad productiva, estamos con un 70% de la capacidad instalada”, dijo el empresario. “Estamos trabajando con el Ministerio de Trabajo para que haya más mano de obra calificada”, añadió.
En esa misma línea, el entrevistador dijo que la economía del sector depende del mercado interno: “Hoy estamos muy golpeados por la situación inflacionaria, la gente prefiere comprarse un alimento antes que una prenda”.
“Necesitamos un préstamo subsidiado para mantener la mano de obra”, disparó el empresario. “Es fundamental que la gente siga consumiendo, el Gobierno tiene que generar estabilidad bajando la inflación”, añadió.
Finalmente, González dijo que “es un error abrir las importaciones en el sector”. “Necesitamos importar insumos, si importan productos terminados se destruye la industria”, concluyó.
Fuente: iProfesional – Tras ser responsable de marketing de una multinacional y cansado de la rutina, se animó a desarrollar un proyecto propio y planea exportar
A mediados del 2019, Mike Saberian, quien hoy es director creativo de Valker, comenzó a planear «una marca de ropa con una identidad distinta a lo que se venía viendo», según él mismo narra a iProfesional.
«Empezamos por soñar lo primero: el nombre», recuerda. «En la carrera de Marketing, lo primero que te dicen de una marca es que el nombre tiene que ser fácil de pronunciar, fácil de recordar y que tenemos que darle personalidad. La personalidad ya estaba, había que bautizarlo».
En aquel entonces, con lápiz en mano y papel en blanco, Mike ya tenía algunas ideas claras, «lo rebelde, lo instintivo, no amigarse a ningún objetivo ni actividad sino a la esencia», describe. «Y en esa lluvia de palabras sueltas surgió ‘black’, ‘salvaje’, ‘vandálico’ y una palabra suelta que no se iba, ‘tigre’. Luego de varios borrones y de unir conceptos surgió Valker. No hubo objeciones. Cumplía todas las reglas del marketing y sonaba muy bien».
Del quincho a un local en Flores: la historia de Valker
Con la producción de las prendas en marcha, buscaron un local por la zona de Flores. «Queríamos llegar a todo el país rápido y sabíamos que Flores nuclea a la industria textil más que cualquier otra zona«, explica. «Apareció un local, lindo, en una zona que podíamos pagar, medio alejada y lo reservamos. Pero al día siguiente me llamaron para decirme que se habían arrepentido».
«Al principio fue una montaña rusa de emociones, pero entendimos que ese no tenía que ser. Que teníamos que seguir. Y así fue, ese mismo día confirmamos el primer local de Valker, más grande, y mucho mejor ubicado, sobre Av. Avellaneda».
Saberian no viene del rubro textil. Su primer trabajo fue como vendedor en un local de pintura automotriz. Luego, se desempeñó en el mundo corporativo como responsable de marketing de una automotriz internacional que le permitió viajar mucho, pero también conocer una rutina que no iba con su espíritu.
Valker decidió crear un nuevo diseño para ropa de hombre con producción nacional.
«Las multinacionales tiene cosas increíbles y otras que no», asegura. «En mi caso, pesaron más las que no y tomé la primera gran decisión, salir de esa burbuja y dar el salto al emprendedurismo con un salón de fiestas en Belgrano. Estuvo bien un tiempo, pero no era lo que realmente quería y ahí vino la segunda gran decisión, armar una marca de indumentaria».
Su primera colección la diseñó y la armó en el quincho del fondo de la casa de su mamá. «Desde ese momento mi trabajo se convirtió en vocación, todo se vio más claro y todos los días me hierve la sangre de emoción con lo que hago», expresa. Y añade: «Realmente me encanta y sueño siempre por lo que vendrá, que es mucho».
La inversión inicial de Valker fue de 20 mil dólares prestados y «muchos proveedores que supieron bancar una producción chica apostando que podíamos llegar a convertirnos en un cliente rentable», expone Saberian.
La evolución del negocio
Hoy la marca cuenta con una facturación anual aproximada de 500 millones de pesos. «Es un contexto difícil para realmente monetizarlo, porque los valores en los costos cambian en forma continua, pero nos quedamos con que no paramos de apostar al crecimiento y eso es la única página que me interesa ver. La historia recién comienza para nosotros».
Lo que empezó con un local hoy ya tiene tres sucursales, una en el centro de Flores en Av. Avellaneda 2911, otra en esquina Nazca y finalmente, una en el shopping de Villa del Parque. «Desarrollamos una cartera muy amplia de clientes a lo largo del país, tenemos un sitio de ecommerce y redes sociales en continua expansión», comparte el dueño de la marca.
«Son varios los canales de comercialización que se fueron desarrollando por ese deseo incesante de siempre ir por más, los resultados acompañan y la propuesta de marca es cada vez más completa y continúa ampliándose temporada a temporada», dice.
Valker Store impulsó sus ventas gracias a su propia plataforma de ecommerce.
En línea con ello, y haciendo hincapié en las claves de la marca para ir evolucionando y creciendo, Mike destaca la idea de «no frenar. Si frenás, empezar de vuelta es más difícil. Hay que seguir pese a todo porque lo que viene vas a poder afrontarlo mejor si estás en movimiento, si tenés la cabeza andando. ‘Cuando todos frenan, tenés que acelerar’ es un cuadro que tengo colgado en la oficina que me recuerda que la pasión vence los miedos y un mal momento no nos puede vencer».
Por otro lado, en lo que hace a la experiencia de compra y los aspectos que distinguen la marca, plantea la importancia de «tener algo para contar». Luego, sigue, «pensar cómo contarlo y finalmente, la parte más difícil, es hacerlo todo bien. Hay mil variables que podemos considerar para diferenciarnos, precios, calidad, materiales, servicio, pero todo es relativo según contra qué se compare.
«Para Valker, el secreto está en la búsqueda de un equilibrio entre todos los elementos según el posicionamiento que se le quiere dar a la marca y fundamentalmente darle una identidad propia», sostiene. Y agrega: «Poder llegar a hacerse ‘amigo’ de una marca, sentirla propia y que sea una elección segura para poder a través de la ropa poder contarle a la sociedad quién sos, lo que sos, sin decir una sola palabra, el outfit habla por sí solo».
Desde su mirada, es clave prestarle mucha atención al consumidor. «Evolucionar como marca como lo hacemos como humanos», sostiene. «La información está, hay que saberla captar. El usuario de Argentina es único», concluye en este sentido.
¿Cómo es ser una PYME en Argentina?
Para el emprendedor fueron y son años muy difíciles. «La proyección de trabajo se ha convertido más en un acto de fe que de análisis técnico«, dice. «A los seis 6 meses de abrir, de soñar ese local, de poner todo nuestro capital en la marca, apareció la pandemia y todos los planes se fueron al caño. Eso demandó mucho trabajo y creatividad para salir adelante».
«Los altibajos económicos que tuvimos, esa continua sensación de no saber que pasará mañana son un gran reto mental», sigue. «Pero lo que es difícil para uno, es difícil para todos, las condiciones son las mismas para todos, trabajemos más y sigamos avanzando».
En marzo de este año, Valker inauguró un nuevo local en Avenida Avellaneda.
En este espíritu de seguir avanzando, la marca tiene planes de abrir un cuarto local en un centro comercial de Capital Federal, continuar con alianzas estratégicas con sus clientes en nuevas aperturas a lo largo del país y la ampliación de la cartera de productos.
Además, «estamos haciendo todos los trámites para comenzar a exportar nuestras prendas de producción nacional al mundo. Hay mucho talento en Argentina y tenemos que ayudar a visualizarlo», concluye.
Fuente: @solucionestextilesok – Soluciones Textiles incorpora el sector de insumos
A pesar de que hace más de una década que Soluciones Textiles es el líder en lo referente a desarrollo de moldería, digitalizaciones, tizadas y ploteos, brindando servicios a las empresas más importantes de la industria del vestir, a finales de 2022, fiel a su esencia, tomaron la decisión de dar un nuevo paso adelante.
Es por eso que esta semana visitamos las oficinas ubicadas en la calle Páez, donde mantuvimos una charla con Andrés, uno de los responsables del sector.
–¿Qué fue lo que los llevó a meterse en un área tan competitiva como la venta de insumos?
–Al igual que en los comienzos, la demanda de nuestros clientes – responde Andrés, al tiempo que enciende la última adquisición de la empresa: el CHX, uno de los plotters italianos (Algotex) de 4 cabezas de 1.80 metros de ancho, equipos que comercializan y con los que también (junto con los otros 10 plotters que hay en la oficina) brindan el servicio de impresión de tizadas.
–Y cómo se manejan con la dificultad que significa la escasez de mercadería.
–Previendo y asegurándonos un stock, ampliando la variedad de productos y sumando un nuevo depósito al ya existente. De esta manera podemos cumplir con las necesidades propias y de los clientes que se van sumando día tras día. La idea es poder satisfacer la demanda en todo lo relacionado a la venta de insumos.
–Interpreto que ese «todo» va más allá de la venta de rollos de papel para plotters de tizado.
–En la actualidad, la gama de productos que comercializamos van desde los rollos de papel de 91 a 180 cm. de ancho en tres gramajes y texturas diferentes, a film virgen de 50 micrones y papel Premium perforado para robots de corte, papel tissue para la separación de encimadas, adhesivos para la fijación de tizadas y cartuchos de tintas para una variada línea de plotters.
–Y cuál es su diferencial. ¿El mejor precio?
–Si bien en precio somos competitivos, apostamos a solucionarle la necesidad al cliente. Y eso es contar con el insumo o una variante del mismo, en el momento. Si alguien te vende un rollo de papel, barato, pero te lo entrega en 10 o 20 días, deja de ser redituable y se transforma en un problema.
–¿Y cómo hacen para no descuidar el resto de los servicios y la venta de sistemas y equipos?
–Debido a la correcta sincronización de todos los sectores. El principal, y razón de ser de SOLUCIONES TEXTILES, el servicio de desarrollo de moldería y tizado, junto con el área de digitalización y plotteo. Hoy, gracias a la incorporación de nuevos equipos, contamos con una capacidad diaria de impresión de más de 4500 metros cuadrados, lo que nos ha convertido en el mayor estudio de ploteo y moldería de Latinoamérica.
–Y con la continua variación del dólar, ¿cuál ha sido el impacto en la venta de sistemas de moldería, tizado automático y plotters.
–La verdad es que no nos podemos quejar. Pandemia mediante, las ventas de OPTITEX, el sistema israelí que comercializamos desde hace más de 10 años (gracias a una alianza con nuestros colegas de LABOTEX, expertos en el área de maquinaria como robots de corte, extendedoras, planchadoras y estampadoras automatizadas) no ha parado de crecer.
–¿Y a qué piensan que se debe el aumento de las ventas?
–No hay una sola explicación. Yo lo atribuiría a la suma de varios factores como las bondades del sistema en sí: una interface amigable y fácil de aprender para el usuario, el poder de su tizador automático inteligente (el único multitizado del mercado) y la capacitación presencial y remota, algo que realmente hace la diferencia. A eso habría que sumarle el plus que, a diferencia de nuestros colegas que sólo venden software o equipos, en SOLUCIONES TEXTILES contamos con un staff de 5 modelistas con los que desarrollamos cerca de 400 moldes por mes, 3 tizadores con los módulos más avanzados en tizadas automatizadas, 2 operadores continuamente abocados a la digitalización de moldería y 11 plotters chorro de tinta preparados para auxiliar a nuestros clientes en todo a lo que servicio se refiere.
–¿Se podría decir que el trabajar con las grandes marcas, es un limitante para esos pequeños productores que quisieran contar con sus servicios?
–Para nada. En la actualidad contamos con una gama de clientes que abarca desde fabricantes que comienzan a dar sus primeros pasos en la industria textil, hasta empresas de primer nivel tanto en la Argentina como en el extranjero.
En el momento que vamos a hacer una nueva pregunta, Andrés señala la máquina de expreso y nos invita a tomar un café.
Atravesamos la oficina en medio del sonido de los plotters que imprimen una tizada tras otra, del ringtone de Whatsapp que no da tregua y de la melodía de los teléfonos de línea que suenan constantemente. Unos minutos más tarde salimos al balcón y compartimos un expreso con el barrio de Flores y el murmullo proveniente de la avenida Avellaneda….
Fuente: La Nación – María Lee lleva más de diez años trabajando con diseñadores y artesanos en Argentina y ahora replica el proyecto en la capital de la moda
María Lee está sentada en la oficina contigua a Panorama, la tienda de diseño que acaba de inaugurar en el corazón del Marais, en París. Detrás de su pelo pesado, oscuro y lacio, que continúa más allá de lo que la cámara del zoom permite ver, lleva un suéter de baby alpaca de todos colores hecho en Perú. La imagen dura poco, María se mueve y pronto solo quedan en primer plano sus ojos rasgados, esos que denotan su ascendencia coreana. Inquieta, sale a la vereda de la rue des Filles du Calvaire y se la escucha saludar a vecinos que pasan caminando, cuenta que ya la conocen todos, que fueron sus primeros clientes y que conversar cuando vienen a comprar un regalo es una de las cosas que más le gusta de su trabajo.
María lleva el diseño en la sangre
Su padre emigró de Corea del Norte a la Argentina a los 22 años, junto a sus seis hermanos. Eran textiles, habían tenido fábricas allá y abrieron dos más en Buenos Aires. Lee hacía tejido de punto para marcas como Vitamina o Via Vai y fue el primer empresario textil en estampar “hecho en Argentina” en las prendas. Quebró en los 90 con la apertura de las importaciones. Él murió cuando María, la mayor de sus cinco hijos, tenía 14.
Diez años después, María, con dos socios, fundó Panorama, una tienda conceptual en la que hace una selección rigurosa de artesanos y diseñadores y en la que se puede encontrar joyería tradicional mapuche, ropa firmada por Martín Churba, suéteres de fibras naturales u objetos elaborados por comunidades indígenas. “Ahora está de moda pero en ese momento fue un modelo de negocio disruptivo”, dice María. La tienda, ubicada a metros del Botánico, fue pionera y sigue siendo referente en materia de curaduría de diseño. Panorama supo tener su lugar en Punta del Este durante algunos veranos, pero el objetivo de María siempre estuvo claro, desembarcar en la ciudad de la torre Eiffel.
María Lee en su tienda Panorama en París
Aterrizó por primera vez en París cuando su amigo, Juan Costa Paz, fue designado director creativo de Kenzo en esa ciudad, hace 10 años, y desde entonces visitó el país cada año. “Gracias a Juan vivía como local. De lo contrario, es un lugar muy hostil, todo el mundo está en la suya, la manera de vincularse es muy distinta”, dice. Tal fue el flechazo de María con París que le recomendó a su hermana Felicitas, estudiante de arquitectura en la UBA, que hiciera un intercambio en esa ciudad. “París es fantástica para estudiar. Felicitas vino hace 9 años y nunca más se fue. Hoy es una francesa más, se maneja con ese temperamento”, describe.
María Lee durante su viaje por Normandía, el lugar donde empezó la selección de artesanos en Francia
Fue en 2020 cuando las Lee pensaron en París como una opción concreta para expandirse. “Vi acá la posibilidad de trabajar con artesanos que son maestros, Francia es un país que financia un montón el artesanado. Existe la ciudad de los cuchillos, la de los platos, la de la cerámica, el lugar donde se plisa la seda. En nuestro país todo se va diluyendo y cada vez es más difícil reconstruir”, compara Lee y agrega: “La Argentina te genera una ansiedad de ‘compremos que se termina, se acaba y no vuelve a entrar’ y además hay una cosa de apología a lo que viene de afuera, distinto a Francia que, particularmente, cuida mucho el artesanado, lo acompaña económicamente y el cliente final, lo respeta, aun cuando no lo pueda pagar”.
En el camino y como si hubiera operado una ley física de atracción, apareció Clara Piaton, una parisina que María había conocido cuando pasó un año en Buenos Aires. “Quiero hacer en Francia lo que vos hacés en Panorama”, le dijo y ella, rápida, levantó el punto: “Me encantaría y quiero involucrarme”. El 2021 sumaron a Felicitas, según María más ordenada que ella para hacer operaciones, y las tres pergeñaron el proyecto. “Al principio queríamos aplicar a líneas de financiamiento del ‘hecho en Francia’ pero nada era posible en la medida que nosotras no empezáramos a invertir nuestra propia plata. Yo sabía que valía la pena, porque siempre lo he recuperado”, dice María.
María y Felicitas Lee y Clara Piaton
Las tres socias pusieron manos a la obra y el año pasado empezaron con una prueba piloto, alquilaron un local temporario y armaron un pop up para celebrar los 10 años de Panorama en París. “Estaba previsto que dure un mes, al final nos fue tan bien que duró dos y fue ahí, cuando vimos esa respuesta, que dijimos quedémonos acá y busquemos un local para poner la tienda ya de forma permanente”.
María Lee y Clara Piaton
Obsesionada con el barrio, María finalmente consiguió un lugar a metros de donde había funcionado el pop up. “El local había estado cerrado durante la pandemia. Post Covid y en medio de la guerra de Ucrania, los franceses estaban asustados, nadie quería apostar a nada. Entonces había mucho en alquiler. Este espacio, por ejemplo, estaba a un precio muy bajo por metro cuadrado”, cuenta mientras enfoca la pequeña vidriera con su celular y subraya que allí le permiten otra proyección porque el alquiler es a tres años con opción a nueve, lo que significa mucha más previsibilidad.
Poner en marcha una tienda en el Distrito III, el más vanguardista de París, entre gastos de inmobiliaria, anticipo y depósito, es algo muy costoso, pero la apuesta las entusiasmaba. Fue entonces un préstamo del Crédit Coopératif y la ayuda de la madre de las Lee que impulsó el proyecto de estas emprendedoras, “porque Panorama sigue siendo un espacio independiente”, recalca María.
María Lee junto a su socia Clara PiatonStella Berkovsky
Hace un mes el sueño se cumplió y el proyecto abrió sus puertas. “Lo que hoy se vende en la tienda es el resultado de una búsqueda de diseñadores y artesanos que fui conociendo durante más de una década en Latinoamérica y ahora también en Francia. Estuve en Bretaña, Normandía y Provenza. Lo más importante es llegar a los primeros cinco artesanos, después es fácil porque ellos mismos te recomiendan a quién ir a ver, y eso es clave porque son ellos los que más saben. Para mí esta tienda es parte de una búsqueda antropológica”, concluye.
Fuente. La Nación – Propuestas como Eter Studio, Bunker, Bestia o Label 99 irrumpieron en el último tiempo con el desafío de presentar batalla en los shoppings y demostrar que el diseño argentino de indumentaria puede ser competitivo
22 de abril de 202300:19
En los últimos años la industria textil y de indumentaria quedó en el ojo de la tormenta. Las estadísticas oficiales muestran que el rubro es el que lidera los aumentos , muy por encima del promedio nacional, lo que de por sí representa un número exorbitante. La tendencia no hizo más que confirmarse con el índice de inflación de marzo, que se conoció hace unos días y mostró una suba acumulada en los últimos doce meses para la categoría “prendas de vestir y materiales” del 124%, es decir veinte puntos por encima delpromedio general.
El hecho de que la ropa sea tan cara en dólares en la Argentina provocó que cada vez más voces se alcen reclamando la apertura del mercado a la competencia importada y el fin de medidas proteccionistas que impiden el desembarco de jugadores globales como Forever 21 o H&M y que explican la salida de otras cadenas internacionales como Falabella o C&A.
A las críticas que enfrenta la industria se suma el avance indetenible de fenómenos como el de la calle Avellaneda, que con una propuesta basada en bajos precios y alta informalidad ponen en jaque el negocio de la industria tradicional de la ropa y los shopping centers.
La contracara de este momento que enfrenta el sector es lo que está pasando con los jóvenes diseñadores. La última edición del BAF Week dejó en claro que la moda y el diseño argentino siguen siendo competitivos. Aún con todos su problemas, el país se puede jactar de ser un centro de generación de marcas que hoy le compiten de igual a igual a empresas internacionales en los shopping locales y que pueden cruzar las fronteras y presentar batalla en los mercados de la región.
Nombres como Label 99, Bunker, Bestia o Eter Studio buscan hacerse un lugar en la industria con propuestas que buscan ofrecer algo nuevo, ya sea en el street wear, la moda circular o el incipiente fenómeno de la indumentaria digital.
En muchos casos, detrás de estos nombres se encuentran apellidos con un peso en la industria. Los hermanos Luca y Mika Bonomi, socios en Label 99, son hijos de los dueños de Kosiuko y Herencia Argentina, y Melina Karagozian -una de los dos diseñadores detrás de la marca Bestia- forma parte del grupo TN&Platex, el mayor jugador en el negocio de los hilados en América Latina.
En otros, el espíritu entrepreneur se lleva en la sangre, aunque la familia provenga de otra industria: Sofía Englebienne, la creador de Eter Studio, es hija de Guibert Englebienne, uno de los fundadores de Globant, mientras que el padre de Iara Weich -socia de la marca Bunker- es el conductor de televisión Julián Weich. Pero más allá del rubro, el gen emprendedor dice presente en todos estos nuevos jugadores de la moda.
Label 99: Innovar pensando en los más jóvenes
Socios: Luca y Mika Bonomi
Antecedentes familiares: Los hermanos Bonomi son los hijos de los socios del grupo Kowzef, dueño de marcas como Kosiuko y Herencia Argentina.
Proyecto: En mayo próximo Label 99 cumplirá dos años, con una propuesta de street wear. “La idea fue hacer una marca más relajada, menos pretenciosa, que rompiera con los paradigmas, porque vimos que en la Argentina había un mercado muy grande sin explotar para una propuesta innovadora de diseño argentino, pero que estuviera atenta a las tendencias de afuera. Originalmente, la idea era era hacer una cápsula dentro de Herencia y usar el músculo comercial de Kowzef”, explica Luca Bonomi.
El potencial del diseño argentino:“La Argentina siempre se destacó por tener grandes diseñadores, no solo en materia de indumentaria, sino también en otras industrias como lo que hace Horacio Pagani con su propia marca de autos. Y esto explica que vas a un shopping en Buenos Aires y te cruzás con todas marcas locales, a diferencia de lo que pasa en países vecinos como Chile. Como industria hay mucho potencial para crecer afuera, pero el problema que tenemos es que el país no te alienta para salir a competir a nivel internacional. Con tantos tipos de cambio, se hace muy armar un esquema de exportación”.
Los hermanos Luca y Mika Bonomi crearon Label 99, apalancándose inicialmente en la fuerza comercial de Herencia Argentina, la marca creada por sus padres
¿Por qué es tan cara la ropa en la Argentina?: “La marca de ropa es el último eslabón de una cadena industrial y comercial. La gente tiene que entender que el comerciante o el local de indumentaria no es el responsable de un aumento, porque cualquier incremento en la cadena impacta en el precio final. Muchas veces nos tiran con todo a nosotros porque somos los que damos la cara con el cliente”.
¿Qué pasa si llega H&M?: “No estoy de acuerdo con la idea que la eventual llegada de Forever 21 o H&M podría barrer con todas las marcas argentinas. Y de hecho, en el mercado local ya estamos compitiendo contra Zara que es un monstruo a nivel mundial. En nuestro caso, son propuestas que apuntan a un público diferente y no lo vemos como una amenaza”.
Planes: “De entrada, lo que hicimos fue aprovechar la estructura de la familia y con Label comenzamos con corners, dentro de algunas tiendas de Herencia de manera de aprovechar el flujo de gente y posicionar más rápido a la marca. Pero ahora estamos preparando el lanzamiento del primer local de venta de Label, que va a estar en Palermo Soho. Todavía estamos elaborando nuestra propia identidad y en el futuro la idea es tener muchos locales propios”.
Bunker: La hora de las segundas oportunidades
Socias: Iara Weich y Julieta Alalu
Antecedentes familiares: Julieta Alalu no viene de una familia del rubro y estudio Economía, mientras que Iara, su socia, es la hija del conductor de TV Julián Weich.
Proyecto: Las socias de Bunker, una casa de venta de ropa usada (lo que algunos definen con el concepto más fashion de “moda circular”), cuentan que el proyecto comenzó casi por casualidad, por una necesidad familiar. “Hace casi seis años una tía mía se tenía que mudar y me ofreció un montón de prendas que tenía en su casa que estaban impecables, prácticamente sin uso. Me acuerdo que organicé una feria medio casera en mi casa y explotó de gente. Ahí empezamos a pensar la idea de hacer algo más, con una marca con mi socia y alquilamos el primer showroom en Colegiales, Lo que empezamos a hacer fue comprar y vender ropa usada, pero nos diferenciamos de las típicas ferias vintage porque las prendas están como nuevas y la gente no se da cuenta que es usada”, explica Julieta Alalu. Rápidamente el negocio explotó y hoy están facturando entre 5 y 8 millones de pesos mensuales, con su tienda que ocupa tres pisos en Palermo. “El negocio de la moda circular creció mucho en la Argentina. La gente está más abierta a comprar y vender ropa usada, por una combinación de factores económicos y sustentables”, explican.
Iara Weich y Sofía Alalu, son las fundadoras de la marca de moda circular Bunker
El potencial del diseño argentino: “La Argentina siempre se destacó por tener grandes diseñadores pero la contracara es que son prendas a las que solo pueden acceder un porcentaje muy pequeño de gente. De hecho, a nosotros nos eligen porque ofrecemos esa posibilidad de comprar primeras marcas. Una remera de una marca argentina exclusiva que se vender a $30.000, en Bunker se puede encontrar por $4000 o $5000″.
¿Por qué es tan cara la ropa en la Argentina?: “Está claro que fabricar en el país cada vez es más caro y que los impuestos no ayudan, pero la verdad es que cuesta entender algunos precios de la ropa en la Argentina. El diseño de autor está buenísimo, pero muchas veces no tienen relación con los sueldos de la gente”.
¿Qué pasa si llega H&M?: “Aunque las cadenas no estén en el país con sus tiendas, los argentinos ya están comprando ahí, así que no veo grandes cambios. En Bunker las prendas de Forever 21, H&M, Mango y Zara son las que más salen y representan cerca del 60% de las ventas”.
Planes: “En los próximos meses queremos sumar un segundo local, para lo cual estamos analizando ubicaciones en Villa Urquiza y Belgrano. Nuestro sueño es abrir un Bunker en cada barrio de la ciudad”
Eter Studio: El diseño argentino desembarca en el metaverso
Socia: Sofía Englebienne
Proyecto: Eter Studio nació en enero de 2022 y su fundadora explica que más que una marca la empresa se define como un estudio creativo, que gira alrededor de la tecnología, el diseño y la comunicación, con un equipo que reúne a arquitectos, diseñadores y marketineros. “El objetivo de Eter es acompañar la transición que estamos viviendo del mundo físico al digital, para lo cual trabajamos con empresas, marcas y celebrities, generando contenido digital. De hecho debutamos con un proyecto de moda digital y ahora estamos incorporando una pata en el mundo de la moda física”, explica la fundadora del proyecto. Eter Studio además acaba de desarrollar un primer desfile digital, con una cápsula limitada de prendas virtuales en la edición del BAF Week.
Antecedentes familiares: Mi origen familiar no tiene nada que ver con el lado de la moda”, asegura la hija de Guibert Englebienne, uno de los fundadores del unicornio argentino Globant. “Mi mamá es ginecóloga, y por mi papá siempre tuve una relación muy estrecha con la tecnología, pero con un poco de rebeldía adolescente me puse a estudiar moda cuando terminé el secundario y en 2021 me recibí en la carrera Diseño de Indumentaria de la UBA”.
El potencial del diseño argentino: “Definitivamente el diseño argentino está pasando por un gran momento, pero a la vez me parece que el mercado local es un terreno difícil a la hora de innovar y presentar diseños disruptivos y sustentables. En este sentido, creo que el país está un poco atrasado con respecto a lo que sucede en el mundo. La moda digital es un nicho, pero también es un hecho”.
Sofía Englebienne (Eter Studio): “En un país donde es tan cara la ropa como la Argentina, la moda digital es una herramienta muy importante, porque ofrece la posibilidad de un consumo mucho más democrático”Hernan Zenteno – LA NACION
¿Por qué es tan cara la ropa en la Argentina?:“En un país donde es tan cara la ropa como la Argentina, la moda digital es una herramienta muy importante, porque ofrece la posibilidad de un consumo mucho más democrático”.
¿Qué pasa si llega H&M?: “Estoy convencida de que no sería nada bueno. Las cadenas de fast fashion son parte del problema y no una solución. Las redes sociales y la moda entraron en un loop, lo que acelera los tiempos y el descarte. Hoy una prenda de ropa en Estados Unidos en promedio se usa solo siete veces. Nuestro desafío con Eter es hacer algo que se use 100 veces”.
Planes: “La idea es ser un estudio para la exploración, partiendo de la premisa de inyectar tecnología y diseño en la vida de las personas, desde la ropa hasta los objetos del hogar. Llevar adelante un diseño multiplataforma alrededor de productos que la gente quiere comprar”.
Bestia: Una marca que se anima a cambiar
Socias: Melina Karagozian y Catalina Villarraza
Antecedentes familiares: Las dos socias de Bestia se conocieron estudiando Diseño de Indumentaria en la UBA. Melina es hija de Dino Karagozian, uno de los dueños de TN&Platex, la mayor empresa textil de la Argentina, y Catalina nació y se crió en San Nicolás, provincia de Buenos Aires. “Yo viví desde chica en el mundo textil. Mi familia viene del negocio de los hilados y cuando era muy chica mi familia tenía la licencia de la marca Hering. Siempre me encantó ir a desfiles y me interesaba todo el diseño. Mi sueño era entrar como diseñador de una marca internacional. Pero cuando lanzamos Bestia, me di cuenta que el diseño es importante, pero que también es fundamental pensar el negocio y la estrategia de la marca”, explica Karagozian que reparte su tiempo entre los negocios familiares en TN&Platex y el proyecto de su propia marca.
Proyecto: “Bestia tuvo un arranque bipolar. La marca se presentó en un concurso en el BAF Week de 2017, con una propuesta muy impactante y un desfile que incluyó cumbia villera. Después de esa presentación, empezamos a vender con un showroom en Acassuso y después nos mudamos a un local cerca del Botánico. El target inicial era muy diferente al que tenemos hoy. Hacíamos vestidos para mujeres cancheras pero un poco más grandes. Pero en la pandemia decidimos volver a las fuentes, con una propuesta urbana e irreverente. La idea con Bestia es hacer una marca de street wear, con una colección de ropa para todos los días”.
Catalina Villarraza y Melina Karagozian, son las socias y diseñadores de la marca de street wear Bestia
¿Por qué es tan cara la ropa en la Argentina?: “Creo que el principal problema son los impuestos. En el caso de Bestia, nuestros márgenes de ganancia son muy bajos y si le restás los costos de los insumos, alquileres, impuestos y sueldos, el número no llega al 5 por ciento”
¿Qué pasa si llega H&M?: “La gente se queja con razón de que la ropa en este tipo de cadenas es muy mala y dura muy poco. Así que no veo con preocupación, la llegada de marcas como Forever o H&M. Creo que el público que nos compra a nosotros valora otras cosas, como la calidad de la prenda y saber quién hizo el trabajo de confección”,
Planes: “Queremos crecer en todo el país. Para eso en una primera etapa estamos apuntando a todo lo que sea potenciar el canal mayorista, para que en el interior conozcan lo que estamos haciendo, no por fotos que pueden ver en Instagram, sino con prendas que pueden probarse Y a futuro, el sueño es tener un local de Bestia en cada provincia del país”.
Fuente: Adlatina – La Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE) lanzó un estudio donde analiza las principales oportunidades y desafíos del ecommerce en 2023.
De acuerdo al reciente informe de CACE (Cámara Argentina de Comercio Electrónico) se confirma que el ecommerce sigue evolucionando en la Argentina.
Algunas cifras y tendencias permiten comprender este fenómeno imparable, según el reporte, el canal sigue sumando usuarios: en 2022 se incorporaron más de un millón de nuevos compradores. De esos nuevos consumidores, el 90% hizo una compra. Como principales ventajas del canal online se valoran: la posibilidad de comprar en cualquier lado y el ahorro de tiempo, recibir en casa, tener más variedad de productos. Ocho de cada diez argentinos/as buscan la forma de hacer más simple su vida y así evitar complicaciones en el día a día.
En el top cinco de rubros más consumidos en 2022, figura en primer lugar indumentaria (no deportiva), en segundo puesto artículos e indumentaria deportiva, le siguen entradas a espectáculos, en cuarto lugar turismo y viajes, y, por último celulares y accesorios.
El 63% de los usuarios realiza búsqueda previa mobile, un 40% hace compras por mobile. La compra in app adquiere popularidad (55%). Baja levemente la compra a través de redes sociales. El método de pago más elegido son el débito y el crédito (52%).
Ocho de cada diez compradores elige enfocarse en la comparativa de precios; mientras que las opiniones y formas de entrega son levemente menos comparadas. En contrapartida, los medios de pago y la financiación ganan relevancia tendencial.
El envío a domicilio se mantiene como la principal opción logística a la hora de entregar los productos (53%), retiro en punto de venta (35%), 6% en sucursal u operador logístico.
Algunos nuevos hábitos incorporados con respecto a la conducta de compra online, si bien 7 de cada 10 vuelve a comprar en negocios conocidos, crece tendencialmente desde 2020 el interés por probar nuevos negocios y tiendas.
La facturación del comercio electrónico registró un crecimiento del 87% versus 2021.
El comercio electrónico sigue fortaleciéndose a pesar de las fluctuaciones de la economía, ya que creció un 87% la facturación versus 2021.
Ecommerce área clave para el presente y más allá
Juan Etcheverry, country manager VTEX para Argentina, Bolivia, Paraguay y Uruguay y miembro de la comisión directiva de CACE, aseguró: “Conforme a lo que observamos día a día en el diálogo con nuestros clientes a nivel global, estamos convencidos que el ecommerce es un área fundamental para aportar a la rentabilidad de las empresas. Los indicadores del último reporte de CACE dejan en evidencia, el crecimiento y la evolución de un sector que no tiene límites ni fronteras. Las marcas que se adecúen y enfoquen en esta nueva realidad y puedan satisfacer y aún superar, las necesidades y expectativas de sus clientes podrán expandir su negocio de modo significativo”.
Por su parte, Esteban Lobo Acher, co-founder & CCO de Brandlive by Infracommerce, aseguró que la evolución del ecommerce se ha vuelto imparable. “Cada vez se suman más consumidores al mundo online y al mismo tiempo, se lanzan y crecen más negocios en este canal. Asimismo, creemos que esta evolución nos plantea más y nuevos desafíos tales como mejorar las experiencias de usuario, solucionar satisfactoriamente las inquietudes de los clientes a través de una relación más auténtica y cercana que apunte a reconocer y percibir las emociones de las personas. El consumidor pide más storydoing y menos storytelling”.
En la misma línea, Estefanía Bruggia, sales & marketing manager de Shipnow destacó “Como se observa año tras año, la logística es un área clave para seguir aportando evolución al ecommerce ya que tiene un protagonismo clave en la experiencia del consumidor y es un driver de consumo”.
Ecommerce del futuro
Mariela Mociulsky -CEO y fundadora de Trendsity y presidenta de SAIMO, explicó:
“A través de la incorporación de la tecnología, la experiencia de compra se redefine. Nos encontramos en la era de la web 3.0 o la internet inmersiva. Pasamos de navegar por internet, a ser soporte de lo social, a convertirse en un entorno inmersivo donde las personas juegan, compran, se educan y trabajan. En este escenario, la omnicanalidad y la experiencia son protagonistas y exige a las empresas innovar, desarrollar experiencias sensoriales y estar presentes atendiendo todos los puntos de contacto. El social commerce se impone como canal de consulta y compra, los influencers de especialidad -con conocimiento y honestidad- serán muy relevantes cada vez en mayor cantidad de categorías, tanto de primera necesidad como ocasionales”.
Fuente: Perfil by @somosdacal – Somos Dacal es una marca que se enfoca en la transformación. Se identifica con la búsqueda de materiales para incluir y dar vida a través del upcycling.
Sastrería reciclada, textiles de calidad, manufactura artesanal y transparencia en la producción, son algunos conceptos de su marca que dio a conocer Florencia Dacal, diseñadora y especialista en dar un segundo uso a prendas que ya no se utilizan. El proyecto sustentable inició en mayo del 2014, con el fin de reducir el impacto ambiental dentro de la industria de la moda, el cual, es una de las producciones más contaminantes del planeta. La diseñadora de Somos Dacal reconoce que siempre ha tenido una gran sensibilidad ambiental, así que, para ella era fundamental que su marca recuperara telas y prendas de sastrería dentro de Buenos Aires, para así, poder rediseñarlas y transformarlas.
Flor Dacal estuvo muy involucrada con la moda y la fabricación de prendas desde muy temprana edad, ya que, empezó a coser a los 12 años. Según cuenta la diseñadora, la reparación de telas comenzó como un juego, y con el tiempo lo incorporó como una tarea cotidiana. La primera cercanía que tuvo con una prenda fue con una blusa de su abuela, la cual Flor, la transformo en una falda, y desde ese momento vio su potencial a la hora de restaurar y transformar de textiles sin uso a prendas totalmente diferentes y nuevas.
-¿Qué te llevo a formar Somos Dacal? -Hace 9 años atrás era muy diferente hablar de reciclaje dentro de esta industria, pero también era necesario poder generar propuestas donde el upcycling y la recuperación de textiles tuvieran un valor agregado. Además, es imprescindible generar conciencia y educar, ya que, vestirnos de forma responsable es necesario para así contribuir a la disminución de contaminación textil.
-¿Cuál creés que es el sello de tu marca? -El sello principal es dar una mirada a prendas que ya no se utilizan, y así, poder transformarlas y rediseñarlas de una manera muy simple pero efectiva, además se destaca por tener intervenciones mínimas para lograr un resultado nuevo. Asimismo, algo que destaca a nuestra marca es que reutilizamos botones y telas, e incluso priorizamos la luz solar, todo esto con el fin de reducir el gasto energético. Pensamos y hacemos de cada detalle un gesto que cuente con la reducción de la huella.
-¿Cuál es el mensaje que querés dar al reciclar y recuperar telas de sastrería? -Por un lado damos un mensaje ambiental, el cual es la importancia de recuperar prendas para reducir la huella de materiales o textiles que ya no se utilizan más, ya que, en general hay prendas que aún tienen una vida útil debido a la durabilidad de estas. Por otro lado, el mensaje social que entregamos es que los consumidores se pregunten porque es tan dañino el Fast-Fashion y lo excluyente que suelen ser algunas marcas con respecto a los talles.
-¿Cuál creés tú que es el primer paso que deben tener marcas más tradicionales para crear prendas sustentables y así contribuir al medioambiente? -Hay muchas formas para aportar a la reducción de la huella, pero lo principal es iniciar con preguntarse qué rol cumple la marca con el medio ambiente, de donde vienen los materiales con los que se trabaja y qué pasa después con las personas que compran una prenda. Que las marcas se replanteen cosas ya es un inicio importante.
La marca tiene en mente realizar talleres para la concientización de diferentes actores de la industria.
-¿Qué significa para vos que la firma no este segmentada a un cierto tipo de consumidor, sino que sea una marca que es adapta a todo tipo de talles, edades y género?
-Uno de los aportes que hace Somos Dacal es justamente dar a conocer que el acceso a nuestras prendas no está limitado para el género, edad y talles. Para nuestra marca es fundamental hacer sentir cómodo/a y bienvenidos a las personas sin importar la identidad que ellos tengan. Con respecto a los talles, acá en Argentina las tallas suelen ser muy pequeñas, por eso elegimos géneros de sastrería, ya que, contempla más tamaños. Todo esto con el fin de que ningún consumidor de la marca se sienta excluido.
-Como bien se sabe, la industria de la moda y las marcas están en constante cambio. ¿Tenés pensado algún próximo proyecto con respecto a la marca? -El año pasado integramos a la marca una colaboración llamada Buen Vestir, la cual es un método de reciclaje de sastrería que cuenta con el apoyo de Fondo Nacional de las Artes y Fondo Metropolitano de la Ciudad de Buenos Aires. Y el próximo proyecto que tenemos es justamente realizar talleres, tanto de forma presencial como virtual, y así desarrollar la parte educativa para concientizar acerca de la importancia de reciclar telas o prendas. Además, la idea de incluir talleres virtuales es para que así la información no solo llegue a Buenos Aires, sino que podrá llegar a más cuidades de Argentina e incluso a otros países.
Fuente: La Nación – Con estilos variados y poéticas propias, ganan protagonismo en el mundo del teatro a partir de un trabajo minucioso y su impronta personal
Los rollos de tela, los moldes y las revistas especializadas siempre fueron parte de la vida de Paola Delgado, que proviene de una familia con sastres de oficio y es vestuarista del Teatro Nacional Cervantes para diseñar los trajes de La gesta heroica, que se estrenará en mayo.
Al elegir su propio rumbo, se inclinó por la carrera de escenografía, cuando aún no existía la de diseño de moda. En paralelo, diseñó indumentaria hasta los 90, cuando comenzó a trabajar en el teatro. Con la crisis de 2001, cerró su tienda en Palermo y empezó a trabajar en cine, eso se trasladó al teatro y no paró más. “Para mí es hermoso el teatro por el proceso que tiene”, dice a LA NACION revista. Hoy trabaja para algunas compañías o es convocada por directores para proyectos puntuales.
“Cada compañía o cada director tiene una metodología de trabajo distinta al empezar a crear. Algunos directores arrancan desde los ensayos. Otros ya tienen un texto con una dramaturgia nueva o una obra de teatro clásica. Cuando es improvisación desde el ensayo, como es el caso de Federico León o Juan Pablo Gómez, allí surgen las ideas. Y si no vas a los ensayos no podés pensar en nada porque la idea va cambiando todo el tiempo”, agrega Delgado.
Cuando comienza el proceso creativo, su investigación se centra en el contexto, y más todavía si se trata de una obra contemporánea, que requiere de observación e investigación de lo que sucede en el entorno.
Así es la vida de los vestuaristas de teatro, que están detrás de escena cuando el público aplaude de pie una obra. Su trabajo es tan importante como la interpretación del mejor actor a la hora de caracterizar un personaje. Una época de la historia, una clase social, un estado de ánimo y muchas situaciones más pueden transmitirse tanto mediante una buena actuación como por una acertada elección de las prendas.
Son los creadores de las piezas más sencillas o de las más elaboradas, quizás de esas que uno jamás vería por la calle, pero que se ajustan a la necesidad de una historia. Sus diseños pueden realizarse por completo o nutrirse de los depósitos de los talleres con los que cuentan algunas salas teatrales.
«En teatro siento que tengo un campo de experimentación que tiene que ver con lo escultórico», dice Endi RuizMariana Roveda
En el caso de las obras de época, “hay una tendencia a embellecer la prenda, a refugiarse en una investigación que ofrece lo más bello de una época. Y, en realidad, al igual que en lo contemporáneo, hay que ver desde la clase social hasta qué música escucha el personaje”, detalla Delgado.
La vestuarista realiza una investigación histórica e indaga en el lugar donde transcurre el relato, de dónde viene el personaje, si el director está utilizando el contexto real o si lo cambió en una reversión de la obra. “Ahora se trabaja mucho con referencias de películas. Yo prefiero la referencia histórica, yendo más al cuadro, a la literatura. Si el otro no tiene tanto poder de imaginación, así le puedo dar rápidamente una imagen. Si no estamos todos siempre haciendo lo mismo. El vestuarista de la película copió a otro vestuarista de otra película, y así. Lo mejor es ir a los museos. Las bases de datos de museos permiten ver hasta la ropa interior”, asegura Delgado.
La responsable del vestuario de La gesta heroica afirma que le divierte especialmente la ciencia ficción, por la libertad creativa que permite. “Podés delirar, pero todo tiene que estar dentro de la necesidad del director. Por eso, para mí está bueno cuando trabajo mucho con un mismo director, porque ya sé qué le gusta, el estilo, la estética y la poética que tiene dirigiendo”, añade.
Los cambios de ropa es otro ítem a tener en cuenta. En el caso de los teatros oficiales, son las vestidoras quienes se encargan de las vestir a los actores y resuelven cualquier eventualidad que se presente sobre la marcha. Pero son los vestuaristas quienes ayudan a agilizar ese proceso: “Yo no uso cierre, generalmente prefiero los broches, otros usan velcro –yo siento el ruido, entonces no lo utilizo–. Si hay que hacer un trabajo de peluquería en el cambio, se piensa cómo la prenda puede salir por delante para que, mientras están cambiando al actor, trabajen sobre su cabeza. En ocasiones son tres o cuatro personas alrededor del actor. Eso se piensa antes y se ensaya”, describe Delgado.
Encargado del diseño de vestuario de Potrillo Ben, obra que estuvo en cartel en el Teatro Nacional Cervantes hasta el 1° de abril, Endi Ruiz es artista visual, director de arte, escenógrafo y vestuarista teatral. Por estar a cargo del vestuario de Familia no tipo, en cartel en 2022, ganó el premio Hugo a Mejor vestuario. En la actualidad, trabaja para El que dice sí/el que dice no, ópera de cámara que se estrenará en agosto, en el Teatro Colón.
Con una computadora y una tableta gráfica para dibujar, Endi Ruiz elabora sus diseños en su casa y es convocado para los diferentes proyectos. “Tengo mucho tiempo de investigación –es lo que estoy haciendo ahora para el Colón–, de pruebas, de dibujar un figurín, de darle mil vueltas por si hay un signo que me falta, algo que tengo que cambiar, algo que no se acerca tanto a la idea, algo que no forma algo nuevo. Soy obsesivo en buscar nuevas formas y nuevos signos que no hayan usado antes”, asegura.
Ruiz destaca la diferencia entre trabajar en un teatro comercial, independiente u oficial. En estos últimos, como el Cervantes o el Colón, las condiciones de entrega de los proyectos son muy específicas y estrictas, debido a su gran estructura, que exige mucho orden para llegar a tiempo con la construcción de las prendas, la escenografía y todo lo concerniente a la producción y la compra de materiales.
«Para la investigación lo mejor es ir a los museos y estudiar sus bases de datos», dice la vestuarista Paola Delgado Mariana Roveda
Antes de definir los diseños, se desarrollan la investigación y la devolución por parte del equipo artístico y los directores. Algunos directores “son más visuales y se apoyan mucho en la escenografía y en el vestuario, tienen muy definido en su cabeza cuál es la imagen desde lo plástico –textura, colores, volúmenes–. Otros son perfiles más de la escritura y se concentran más en el texto y en la actuación. Entonces, para diseñar te dan más vía libre. Ni uno ni otro es mejor. Siempre se puede llegar a un resultado que conforme a todos sin estar condicionado por el perfil del director”, agrega Endi Ruiz.
Respecto de la investigación, a veces parte de una imagen en particular que brinda el director. Otras, de la propuesta del propio vestuarista. “Lo importante para mí, que tiene que ver con los procesos creativos de un artista visual, es no partir desde una necesidad funcional, sino más bien seguir un deseo o una búsqueda de una narrativa que dialogue con mi obra anterior. Por el perfil que tengo yo, más de artista, siempre llevo una narrativa a través de los trabajos que voy haciendo en distintas obras. Por más que las obras sean proyectos totalmente distintos, siempre se pueden adaptar temáticas o narrativas que vengo trabajando en mi cabeza desde otros proyectos, y después eso sigue evolucionando de proyecto en proyecto, pero siempre conservando el lenguaje o mi impronta personal”, señala.
Endi Ruiz se autodefine experimental, por lo que su proceso de creación no se sirve tanto de la reconstrucción histórica, porque considera que no es algo que lo interpele. Se nutre de bibliotecas virtuales o físicas donde se puede consultar hasta la moldería de prendas de cualquier época. También son sus fuentes los museos, el Archivo General de la Nación, o libros de moldería y de historia de la moda digitales.
El disparador o fuente de inspiración del artista “son imágenes de Instagram, de internet, cualquier cosa vinculada al arte o al diseño. Cosas que veo por la calle a las que les saco fotos. Son imágenes o situaciones. Y cosas de mi infancia, historias de ciencia ficción, películas, dibujos animados, dibujos japoneses. El territorio donde vivo, la cultura pop, la iconografía popular son referencias a la hora de imaginar los diseños”, señala.
Una vez listo el diseño, se llevan a cabo las reuniones con la dirección, conversaciones con iluminadores, realizadores encargados de construir las prendas, utilería y escenografía. En el trabajo en equipo es donde es posible formarse una imagen del conjunto, donde es posible evaluar cómo se iluminarán los colores del vestuario.
“El iluminador tiene que saber qué colores estás haciendo, porque de ahí define los cambios de luces. No se puede iluminar un vestuario rojo con rojo porque no se va a ver. Lo mismo con escenografía. Yo siempre pido los bocetos para ver cómo los colores que voy a usar contratan y destacan los cuerpos del elenco. Cuando se ve ese trabajo grupal en escena es espectacular”, resume.
Para Ruiz es habitual el intercambio con utilería y con departamentos que tienen que ver con la realización de objetos. “Pensar un vestuario para teatro tiene que ver con cómo distribuís las formas, los colores y las texturas, y cómo se piensa ese cuerpo en cuanto al espacio. En teatro siento que tengo un campo de experimentación que tiene que ver con lo escultórico. En el teatro se ve en 360° y de lejos, de cuerpo entero. Ahí se pueden desplegar recursos y narrativas enriquecedores para lo que se diseña”, relata.
En teatro, afirma, de nada sirve poner una seda importada, un puro algodón o un brocato que, en la platea, a un metro y medio, no se ve. “Para potenciar un vestuario hay que ver cómo se piensa el cuerpo de pies a cabeza, cómo son las texturas y colores que se van a ver, cómo dialogan esos colores con los del resto del elenco. Se trabajan la forma de la silueta, las texturas, los tipos de textiles, los volúmenes y la paleta de colores”, detalla.
En un teatro oficial, destaca, se pueden hacer cosas desde cero. Si hay algo en depósito que es similar, se recicla. “El Colón tiene un depósito gigantesco. El del San Martín es bastante impresionante también. Y el del Cervantes es también importante. Muchas veces se pueden reciclar cosas, a veces lo que uno encuentra en el depósito puede funcionar mucho mejor que lo que uno había propuesto, entonces lo toma y lo interviene para adaptarlo a la obra: se le cambia el color, se lo mezcla con otras cosas que haya en depósito o con otras cosas que se estén realizando en sastrería”, cuenta Ruiz.
El depósito del taller del Cervantes permite dar rienda suelta a los vestuaristas para dar forma a las más variadas creaciones que suben al escenario. Sin un catálogo que las numere, cuenta con prendas que datan hasta de cien años atrás. Cuidadosamente ordenadas, se mantienen listas para volver a cobrar vida y lucirse en la piel de uno u otro actor. Tal colección se conserva con especial atención, si bien el jefe y guardián del lugar, Nelson Segovia, recalca que no se trata de un museo, en el que la temperatura y la humedad son controladas para que trajes, vestidos y demás se mantengan intactos. En este caso, la conservación apunta a tener las prendas listas para volver a ser usadas.
En los teatros oficiales, además de conservar piezas del pasado, que están a disposición de las producciones del presente, las colecciones están vivas, dado que constantemente albergan las nuevas realizaciones que se elaboran especialmente para cada obra. En el teatro hay un equipo trabajando en cada obra, en el proceso de realización de los diseños de vestuario, desde costureras hasta sastres, bordadores y artesanos del calzado.
El vestuarista Endi RuizMariana Roveda
Segovia, jefe del Taller de Vestuario, y diez personas más son los encargados del arreglo, limpieza y orden de todo lo que se mantiene y de lo que va ingresando al depósito, y también de la realización constante de nuevo vestuario que irá engrosando los percheros.
¿La pieza más antigua del Cervantes? “Se encontró hace poco, es una capucha con una semi esclavina de terciopelo azul, toda forrada en seda y en raso. La seda ya se desarmó. Nosotros la seguimos conservando para que no se deteriore aún más, porque estuvo mal estibada”, detalla Segovia, que ingresó al taller hace 15 años. Según él, hay demasiadas prendas, pero está lejos de regir el caos.
“Gracias a Dios conservo la memoria para esto que me apasiona. De a poco, dando vueltas el depósito, nos fuimos dando cuenta de lo que había, a qué obra pertenecía cada cosa. Hemos encontrado prendas del reestreno de los 50 años del teatro, en 1971. Fue expuesto para los 100 del Cervantes”, cuenta.
Otra de las prendas muy antiguas, confeccionada en los años 20, tiene un d
etalle que remite a la época de su creación. Es una pasamanería de metal fuera de la seda natural, que indica la antigüedad de la pieza. Y tiene una etiqueta con una inscripción hecha en tinta china y pluma, lo que da una idea de sus años.
Con una metáfora particular, Segovia hace referencia a la importancia de las telas para ayudar a reconocer de qué época es una prenda. “Igual que los cadáveres, que los forenses dicen que hablan, las telas, a mi parecer, también hablan y cuentan una parte de la época”, sostiene. De gran antigüedad también son las chaquetas que remiten a la época de María Antonieta, en el siglo XVIII. Tienen un bordado muy difícil de hacer hoy, porque no existen más las máquinas que los elaboraban.
El vestuarista Endi Ruiz y Nelson Segovia, responsable del taller de vestuario del Teatro CervantesMariana Roveda
Entre las joyas que guarda el taller, están las prendas que fueron creadas “a través de los diseños de Guillermo de la Torre –reconocido vestuarista que fue director técnico del Cervantes–, que se hicieron en el taller y que están realizadas con lienzos, con hilo sisal, tejidas al crochet, con trapos de piso, telas poco convencionales en ese momento. Pero el impacto visual que eso tuvo sobre el escenario fue enorme”, considera Nelson Segovia.
Como en todo oficio, la transmisión de generación en generación es la clave para que siga vivo. “Yo trato de transmitir todos mis conocimientos, porque nadie sabe en qué momento uno va a partir. No me quiero llevar conmigo lo que sé. Entonces lo voy transmitiendo a la gente del taller, para que sepa de qué forma se puede llegar a trabajar, a reproducir”, enfatiza Segovia.
Tiempos repartidos
Como el taller del Cervantes, cuentan con el propio el Teatro Colón y el Teatro General San Martín. Este último nutre a todas las salas del Complejo Teatral de Buenos Aires, que abarca al Presidente Alvear –actualmente en refacción, reabrirá en julio de 2023–, el de la Ribera, el Sarmiento, el Regio y el Cine Teatro El Plata. Además, tiene un Centro de Vestuario, donde se preservan todas las prendas del teatro.
Algunas pasan a formar parte de la Colección Tesoro, que está compuesta por más de 45.000 piezas. En marzo último, en Casa de América en Madrid se llevó a cabo Conexión Buenos Aires-Madrid, justamente una muestra de la Colección Tesoro, que cuenta con los 30 trajes más significativos de toda la historia del Complejo Teatral de Buenos Aires.
Exposición en Madrid del Centro de Vestuario del Teatro San Martín Gentileza Alejandro Montes de Oca
Vestuarista con experiencia en teatros oficiales y privados, Cecilia Monti tiene una vasta trayectoria que incluye, además, trabajos para cine. Estuvo a cargo de los vestuarios de las obras Tanguera, Chantecler, Parque Lezama y ¿Qué hacemos con Walter? Y en cine, trabajó con Juan José Campanella en El hijo de la novia, Luna de Avellaneda, El secreto de sus ojos y El cuento de las comadrejas, entre otros.
Su primer acercamiento al mundo del espectáculo fue a través de su padre, el director de fotografía Félix Monti. “Desde chica tuve contacto con sets de filmación y siempre me atrajo el trabajo del escenógrafo. A los 15 años tuve la posibilidad de hacer un meritorio la película Sur, de Pino Solanas, en el área escenográfica”, recuerda. En ese entonces estudiaba artes plásticas en el taller de Luis Felipe Noé y posteriormente continuó su formación con Ernesto Pesce.
Durante sus inicios en la carrera de Historia del Arte con especialidad en Artes Plásticas, fue asistente del escenógrafo Alberto Negrin en la obra Violeta viene a nacer. Al mismo tiempo comenzó sus estudios de diseño escénico y tuvo como profesora de vestuario a Alicia Gumá. Más tarde, trabajó con María Julia Bertotto. “Con ella tuve la posibilidad de hacer obras en el Teatro Colón, en los teatros de la avenida Corrientes y en cine. Agradezco mucho los buenos maestros que tuve, en mi profesión se aprende más trabajando, haciendo y probando, que en las aulas, pero todo es importante”, se entusiasma Monti.
Hoy reparte su tiempo entre la Argentina y el exterior. Además de su labor como vestuarista, sigue desarrollándose en dibujo, creando NFTs y obras en soporte tradicional. Y desde hace unos años, escribe obras de teatro. “Tengo una obra ya terminada y espero en algún momento estrenarla en Buenos Aires”, adelanta.
Los percheros de la vestuarista Ana MarkarianMariana Roveda
Su punto de partida para el vestuario de teatro es siempre el texto. “Lo leo en la mayor parte de los casos sin haber tenido una charla previa con el director, para no influenciarme ni comparar sensaciones”. Recién el segundo paso es escuchar al director y plantear los acuerdos y las disidencias que pudiera haber.
“Mi trabajo es traducir visualmente lo que él quiere contar con cada personaje. El vestuario en cine y teatro tiene una característica similar: no se rige por una moda o por una tendencia, sino por un perfil psicológico que incluye el estatus social, económico, ideológico, la edad y la cultura a la que pertenece el personaje”, añade Monti. Diferente es el caso de los personajes de ciencia ficción, para los cuales cuenta con mayor libertad, siempre en un marco acordado previamente con el director.
En una ficha arma el posible guardarropas de cada personaje. “En el caso de Parque Lezama, los personajes de Beto Brandoni y de Eduardo Blanco se construyeron a través de un vestuario que, al verlo puesto, aceptamos que es parte de ellos. En la caída de las prendas se percibe que es algo que han vestido innumerables veces, pero a la vez da cuenta de la personalidad de cada uno: León (Beto) usa zapatos de cuero acordonados, pantalón de corderoy grueso y un saco de tweed, con camisa tradicional, chalinas y boina. Todo esto le da presencia, le arma la postura, le da más cuerpo y, a pesar de la blandura y el uso de las prendas, podemos notar el porte del personaje, cómo era antes y la forma de presentarse ante los demás. Antonio (Eduardo) usa botas de gamuza, pantalón de vestir de algodón, camiseta, camisa y cardigan de lana. Los sacos de lana no llevan hombreras, la postura es muy diferente a la que se genera con el saco de vestir. Las botas de gamuza gastadas de forma desigual en la suela le dan otra postura al caminar, como tambaleándose. Da la sensación de ser más inestable que León, aunque él no sea el que lleva bastón. Los hombros caídos, los colores pálidos, su cara escondida en el diario… Todo nos muestra a alguien que no quiere ser visto”, describe Monti.
Para ella, el vestuario se basa en prendas diseñadas y construidas en talleres –que incluyen sastres, modistas, zapateros, entre otros– y otras que se consiguen ya hechas. “Para los musicales en los que trabajé, los vestuarios fueron bocetados y realizados en un 90 por ciento. Para obras como Parque Lezama, fueron adquiridos en negocios vintage o de ropa actual”, señala. Ya sean realizadas o compradas, las prendas pasan por un tratamiento de caracterización. Se procede a modificar el color, cambiar botones, ajustar talles o realizar las transformaciones necesarias.
En una tarea en equipo, Monti, el director de la obra y el resto de los involucrados, incluidos maquilladores y peinadores, hacen un intercambio acerca de los personajes y, en base a los bocetos, fotos o referencias, se llega al aspecto final que cada personaje deberá tener. “El director tiene la última palabra”, asegura.
Por su parte, egresada de la carrera de Diseño de Indumentaria y Textil (UBA), Ana Markarian hizo su propio camino hasta llegar al vestuario de teatro, su verdadera pasión. “La formación como vestuarista la tuve trabajando. En la facultad no aprendí a ser vestuarista, aprendí muchas cosas y me dio muchas herramientas. Trabajé haciendo meritorios en adelante”, relata.
Ella es la vestuarista de Teoría King Kong, monólogos sobre los textos de Virginie Despentes, a cargo de cuatro actrices, dirigidas por cuatro directoras. La obra se estrenó en 2020, antes de la pandemia. Se volvió a hacer en 2021 y 2022 en el Cervantes, cambiando el elenco y la dirección. Por última vez, se estrenó en marzo pasado en el Teatro Solís, de Montevideo. Más obras en las que Ana fue responsable de vestuario son Caturno, Entonces la noche, Sin filtro, La chica del adiós y Novecento, entre muchas otras. En cine, hizo Las viudas de los jueves, Crímenes de familia, Kamchatka y más. Fue nominada a los premios ACE por Venus en piel, Lovemusik y Después de casa de muñecas.
Elena Roger es Lotte Lenya en LoveMusikPaseo La Plaza
Markarian trabaja frecuentemente con el dramaturgo, guionista y director de teatro Javier Daulte, desde hace diez años. Lo último que hicieron juntos fue Ella en mi cabeza y Las irresponsables. “Ana Markarian empieza a trabajar conmigo en teatro en Una relación pornográfica. Soy sumamente exigente con los vestuaristas. Como suelo repetir, el vestuario es lo que el espectador tiene siempre en foco, mientras que la escenografía está, de algún modo, fuera de foco… De esa primera experiencia, Markarian salió más que airosa. Luego vinieron ¿Quién es el Sr. Schmitt? y Venus en piel. En todos los casos, su trabajo fue exquisito: desde la elaboración del concepto, pasando por el trato con los actores y los realizadores, hasta (y sobre todo) el resultado que puede verse sobre el escenario. Es un placer trabajar así. Lo continuaremos haciendo”, firma Javier Daulte en la página web de la propia Markarian (www.anamarkarian.com).
Allí mismo pueden leerse las palabras del músico y director de cine Fito Páez: “Ana Markarian nos sacaba de apuros cuando las papas pelaban. Cuando no había dinero y no había planes de producción, ni siquiera oficinas de producción ni planes de rodajes… Cuando sea una guerra, la voy a querer de mi lado por su lealtad y compañerismo. Y porque podría descansar tranquilo sabiendo que ella cuidará con excelencia las plumas de los pordioseros, brujas, hombres, nadies y reyes que pueblen mis films. Te quiero nena”.
La cocina del vestuario consiste en un ida y vuelta con el director hasta definir cómo se va a vestir cada personaje (“con Daulte estamos casi siempre de acuerdo en todo”, acota). A veces sucede que se decide, por ejemplo que la actriz use tacos, pero ella se siente más cómoda sin tacos. Entonces se piensa el vestuario sin tacos. “Los zapatos son todo un asunto en teatro. Así como la ropa es urbana y hay que adaptarla, los zapatos también. En general, cuando puedo, los mando a hacer porque es donde se sientan, donde se plantan, y no tienen que resbalar. Los zapatos para andar por la vida no son lo mismo que para usar en el teatro”, explica.
Antes de delinear los bocetos se lleva a cabo una investigación que, cuando más atrás en el tiempo es la obra, más trabajo requiere por parte de Markarian. “Porque son cosas que uno tiene menos presente”, acota. En su caso, recurre a libros y a películas. Ese tipo de vestuario se realiza íntegramente. Las dos obras de época más importantes que elaboró con Lovemusik, el musical con Elena Roger dirigido por el inglés Jonathan Butterell. La otra fue Después de casa de muñecas, de Javier Daulte.
Si la obra es de época –hasta 1920, aclara–, el vestuario se realiza en su totalidad o se busca en ferias americanas. Markarian, además, tiene un acervo muy grande de vestuario que usa para sus obras de teatro. Si la obra es actual, se busca en tiendas, en los propios depósitos de los teatros o en ferias americanas. “Se decide una paleta y trabajamos a la par con el director de arte. Si va a haber una pared con un fondo verde, yo no voy a poner un vestido verde”, afirma. En @vintagelocasporlostrapos, Ana Markarian ofrece ropa vintage del siglo XX y XXI, nacional e importada y proveniente de películas, seleccionadas con el ojo crítico de la vestuarista.
Antes de estrenar: “Nos metemos en el teatro y se empieza a ensayar con el vestuario –cuenta ella–. Lo que ya está ensayado, probado y aprobado a veces tiene cambios, porque puede haber incomodidades o yo me doy cuenta de que no funciona algo y tenemos ese margen para cambiarlo o arreglarlo”, señala. Parte de un todo, en los ensayos, además de probar el vestuario, aparece la escenografía y se evalúa cómo funcionan ambas cosas a la par. Y es entonces cuando todo termina de definirse”.
Fuente: Perfil ~ Daniela Rabinovich lidera la empresa que confecciona las camisetas de la Selección Argentina y una federación de indumentaria. Diseño y políticas industriales desde la perspectiva de una referente en producción.
Es la CEO de la empresa textil más importante de Argentina, donde se fabrican y exportan -entre otras prendas- las camisetas de la Selección Argentina. El año pasado, fue elegida presidenta de la Federación Argentina de la Industria de la Indumentaria y Afines (FAIIA), consagrándose como la primera mujer en ocupar ese puesto en los 83 años que tiene la entidad.
Se llama Daniela Rabinovich, tiene 51 años, se recibió de ingeniera en organización de empresas y, para llegar a ser la “número 1” de RA Intertrading, empezó atendiendo el teléfono, contando etiquetas y sirviéndole café a su papá, quien en 1994 creó una modesta Pyme. En los inicios, cuando la empresa hacía joggins que se vendían en supermercados, padre e hija cargaban el auto y salían personalmente a entregar los pedidos. Hoy, la empresa familiar confecciona indumentaria deportiva para marcas como Nike, Adidas, Puma y Converse.
Daniela es la primera mujer que está al frente de la FAIIA.
-Estudiaste una carrera que, en tu época, era elegida casi solamente por varones. Sabés de “lugares masculinizados” y ahora estás al frente de la FAIIA. ¿Qué significa para vos ocupar ese lugar? -Por un lado, es un desafío. Tengo trabajo, tengo hijos y otras mil cosas que atender. Podría haber dicho que no, pero vi la oportunidad de que una mujer lidere algo en esta industria. Hay algo que socialmente está cambiando y creo que tomar esa responsabilidad es parte de acompañar este cambio. Agradecí que me eligieran unánimemente. Saben que yo voy a defender esta industria porque la adoro. Y saben que tengo una empresa muy grande, competitiva, eficiente y de categoría mundial. O sea, no fue una decisión “de cupo” tomada desde el “vamos a poner una mujer”. Pienso que creyeron en mí y en que puedo ser una buena embajadora de lo que hacemos. Quizás esta personalidad un poco fuerte y apasionada que tengo, los convenció para “dejarme jugar”… Y por otro lado, la industria de la confección genera muchísimos puestos de trabajo en los cuales pueden trabajar hombres y mujeres indistintamente. Esa es una ventaja que me empuja.
-Estuve mirando cifras de indumentaria: 2 de cada 3 trabajadores en la industria, son mujeres y el 90 por ciento del staff está formado por ellas. Sin embargo, el 70% de los puestos directivos están ocupados por varones. ¿Qué lectura hacés de esas cifras? -Que en los puestos de decisión falta trabajar por la igualdad. Pero no es solo llegar a un directorio y salir en una foto, sino que te escuchen. Yo miro la juventud, que da pelea para ocupar estos espacios, y me transmite la sensación de que uno puede también. Hay que afianzarnos en que cualquiera puede ocupar un puesto, que no es un tema de género. En mí está muy incorporado, pero no lo está en todas las mujeres. Algunas tienen que hacer un trabajo interno para verlo.
-La costura puede darles trabajo a personas en situaciones de vulnerabilidad. ¿Piensan en ese segmento? -Sí. En la provincia de Buenos Aires ya se crearon 4 escuelas para enseñar costura que son gratuitas. Queremos capacitar en este oficio. Tener trabajo no es solo una cuestión de independencia económica, es pertenecer a un equipo, tener un lugar de referencia, conocer historias de otros que te nutren. El trabajo te hace más fuerte.
-¿Te preocupa la sustentabilidad? Porque la industria textil es una de las más contaminantes… -Se está trabajando a nivel mundial en generar tecnologías que consuman menos energía y agua. Ya existen los teñidos en seco. Nosotros (en RA Intertrading) usamos solo tintas al agua, que no contaminan. Y la mayoría de lo que producimos se hace con polyester reciclado, hasta las etiquetas son de ese material. Y con lo retazos, hacemos trapos de piso y alfombras. Lo que pasa es que el hilado no se fabrica en el país y estamos con esa tensión…
-¿Cómo imaginás a la industria de la moda en 10 años? Con mucho foco puesto en la utilidad de las prendas y los diseños, porque te encontrás cada vez más con prendas y accesorios que hacen más cómodo tu ir y venir. Hay mucha investigación y desarrollo en telas para que tengan repelencia al sol, sean anti-olor, etc. Eso va a crecer. Pero creo que lo artesanal siempre va a estar porque, aún en las mejores fábricas del mundo, la costura es un arte. A mí me encantaría que Argentina se transforme en un polo de abastecimiento del Cono Sur.
-¿Qué nos diferencia de otros países? -En moda y diseño, la capacidad de generación de marcas que tenemos no está en cualquier lado. No es casualidad que vengan turistas a los que les encanta ir a nuestros shoppings. Hay cosas muy buenas y lindas. El desafío es poder traspasar fronteras y que, así como vemos que marcas extranjeras se instalan acá, logremos que nuestras marcas se instalen en otros países. Es súper posible, la capacidad de diseño que hay en Argentina es enorme. Incluso marcas muy pequeñas están buenísimas.
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