La moda marplatense estará presente en el Madrid Bridal Fashion Week

Fuente: El Marplatense ~ El Madrid Bridal Fashion Week contará con la participación de la moda marplatense. El evento se desarrollará de forma virtual entre el 6 y el 7 de septiembre.

Adrián Caballero, presidente de la Cámara de la Industria de la Moda de Mar del Plata (CIMMAR), volvió a ser convocado para representar a la ciudad, y al país en este caso, al igual que lo hizo en 2017, oportunidad en la que también fue declarado embajador turístico.

«En esta oportunidad, cumpliendo 21 años en el Mundo de la Moda, me vuelven a invitar del Madrid Bridal Week. Va a ser de manera virtual porque las pasarelas en Europa no están habilitadas. Lo vamos a hacer con la Cámara de la Industria de la Moda», explicó Caballero en diálogo con El Marplatense.

La Colección «Blessed 2022» que se presentará está inspirada en una mujer sensual, iluminada, bendita en todos los sentidos. «Una mujer, que puede hacer frente a las distintas adversidades, porque su fortaleza está en la pureza de sus sentimientos. Blessed así es como hemos denominado a nuestra Colección, en la que los tules, las finas gasas de seda natural, y los encajes bordados, le dan a nuestra línea nupcial la pureza y la transparencia que identifica a una mujer bendita».

«En esta producción interviene personal audiovisual, camarógrafos, fotógrafos, productores de moda, director de ejecución audiovisual, peinadora, maquilladora, casas de zapatos, estilistas, modelos, escuelas de modelos… A través de esto movemos todo un aparato productivo para mostrar la moda marplatense», explicó Caballero.

Caballero aprovechó para agradecer «a todos los que firmaron parte de este equipo de trabajo: peinado, maquillaje, fotografía, video, modelos, escuelas de modelos, joyerías y calzado, como así también nuestros directores artísticos Eugenian Vitino , Mariana Lunaz y Guillermo Restovich y en especial al Ente Municipal de Turismo».

Marcas vs. influencers: De aliados a competidores

Fuente: La Nación ~ Josh Richards, un joven influencer de TikTok – entre los adolescentes que han logrado capitalizar millones de dólares con sus videos en la plataforma – tiene muy claro su horizonte: “Los influencers tienen que aprender a monetizar adecuadamente”, ha sostenido en más de una oportunidad. Y justamente él refleja mejor que nadie lo que predica. Comenzó ganando dinero en TikTok por las vías “tradicionales” (por ejemplo patrocinios de con Reebok, HouseParty o anuncios) pero fue mucho más allá: obtuvo un contrato con Warner Records en su faceta de artista, cofundó con otros creadores de contenido su propia agencia de manejo de talentos, TalentX, y ante la propuesta comercial de la marca Red Bull optó por fundar su propio negocio de bebidas energizantes, Ani Energy, más adecuada al estilo de vida de su audiencia, la Generación Z. Además, se unió a la suite de ejecutivos de Triller, un pequeño competidor de TikTok, como director de estrategias.

La lista de los influencers que toman el “toro por astas” en términos de negocios, se va agrandando cada vez más. Chiara Ferragni, una de las influencers más famosas del mundo -con 24 millones y medio de seguidores en su IG- sorprendió el año pasado al comentar que estaba considerando “posible” salir a cotizar en Bolsa. Ocurre que además de hacer contratos con firmas y diseñadores de primera línea como Lancôme o L’Oréal, en diez años construyó un imperio que incluye línea de calzado y accesorios, otra de ropa, con tiendas en París o Shanghái, y clases online de belleza o emprendimiento digital. En conjunto, se calcula un valor total de sus empresas por unos 80 millones de euros.

“Si bien la idea no prosperó, hubiera sido la primera vez que la autopromoción en la red construye una reputación financiera pública. Por supuesto en estos casos, tanto esta influencer como otros debería ser capaz de presentar un plan de negocios estructurado”, sostiene Mariela Mociulsky, CEO de Trendsity.

Gonzalo Fargas, CEO de la agencia 90+10 Ideas explica que con un mercado que llegó a un punto de saturación de la oferta, muchos influencers comenzaron a darse cuenta que también podían monetizar su influencia vendiendo sus propios productos, con un mayor control desde la producción al branding y que pueden estar más alineados a sus propios valores y a los de sus seguidores.

“A futuro vamos a ver más influencers con su propio nombre como marca reconocida a la par de marcas grandes, no van a depender de una plataforma en particular para su comunicación, como Instagram, Youtube o TikTok, si no que estarán en todas en las que se encuentre su público”, sostiene Fargas.

Diversificación sin techo

Si hay algo constante en la llamada “cultura de la influencia” es su evolución. Desde la industria explican que los influencers monetizan cada vez más en las plataformas, lo que plantea un desafío a futuro para agencias y marcas, quienes deberán pensar estrategias en los planes de influencer marketing que aporten valor real más allá de lo monetario para que verdaderamente los influencers quieran comunicar a sus audiencias. “Esto, a su vez, seguramente vaya a mejorar la calidad de los contenidos y potenciará a creadores, agencias y marcas a realizar un trabajo de cocreación mucho mayor que mejore los resultados”, explica Natalia Alfonso, directora de marca de Be Influencers.

Carlos Nasi, Managing Director de Media Lab Agency, comenta que por el momento los influencers de Instagram y TikTok monetizan casi exclusivamente por brand partnerships. De hecho, el 77% de sus ingresos son por esta vía según un informe de las plataformas NeoReach e Influencer Marketing Hub.,

“La evolución sin duda va hacia una mayor diversificación, con más influencers lanzando productos. El claro ejemplo es el mercado de China, donde esta diversificación ya existe hace tiempo, con canales de monetización mucho más desarrollados que los occidentales”, destaca y agrega que en el caso de los mejores influencers, el éxito de sus propios productos aumenta su cotización de cara a las marcas.

Vale destacar que las marcas suelen dedicar entre el 10% y el 20% de su presupuesto promocional a marketing de influencers en un negocio que no para de crecer: según eMarketer se prevé que el gasto en marketing de influencers en los Estados Unidos crezca más del 30% este año alcanzando los US$3000 millones en 2021 y superando los US$4000 millones el próximo año.

“Una marca trabajando con un influencer siempre es una marca trabajando con otra marca, con los pro y contra que conlleva esto”, subraya Fargas y aclara que los mejores acuerdos son cuando ambas marcas se benefician y potencian mutuamente. Un ejemplo histórico exitoso es la colaboración de Kanye West y Adidas con la colección Yeezy, un negocio billonario que lleva más de siete años.

Con luz propia

¿Qué necesita un influencer para convertirse en su propio negocio? Para Fargas, para que el proyecto sea exitoso y sustentable en el largo plazo tienen que tener capacidades de emprendedor, el capital suficiente, una comunidad sólida y entender perfectamente cuál es el producto correcto para ellos y su público.

“Solo les conviene hacerlo cuando es algo orgánico y no forzado. Hay que pensarlo como una alternativa, dejando abierta la posibilidad a seguir publicitando otras marcas, y que incluso pueda ayudar a mejorar estos acuerdos y colaboraciones”.

Un caso internacional reconocido es el de Logan Paul, que pasó de youtuber e influencer, a ser un showman que su nombre es reconocido como marca y a su vez tiene su propia marca de ropa – The Maverick Club – que apunta directamente a su base de público más fiel.

El caso de la influencer Kyle Jenner es paradigmática: vendió el 51% de su marca de belleza a Coty en 600 millones de dólares. Otros casos incluyen a MrBeast Burger, un concepto de “cocina fantasma” iniciado por el youtuber Jimmy Donaldson. Por estas latitudes la artista e influencer Connie Isla lanzó su marca de moda y diseño “cruelty free”, Paulina Cocina tiene sus libros y cursos, Pampita lanzó su línea de diseño Pampita Home y la influencer y bailarina Flor Jazmín lanzó su cápsula de indumentaria no gender con la firma Miwok.

Desde Be Influencers señalan que la lógica de aliarse con un influencer ya sea como intermediario o, por ejemplo, con una colección cápsula en realidad es la misma. “Una prenda de ropa con el sello de un influencer es una extensión de un mismo producto, es decir, el influencer. Sin embargo, a la hora de elegir con qué influencer asociarse, la marca debe tener en cuenta las mismas cuestiones que tiene cuando se asocia como intermediario: debe compartir valores”, señala Alfonso.

Para Nasi no todos van a poder dar el paso de lanzar productos, pero si de lanzar formas alternativas de monetización. “Productos propios, servicios, tips, affiliate marketing, etc” y hace hincapié en la necesidad de desarrollar plataformas que faciliten la monetización (como Patreon, Onlyfans o Substack, entre otras) “No es uno u otro, pueden hacer un mix. Si es conveniente o no, tendrá que ver directamente con el análisis propio que quieran hacer entre ingresos, riesgo y dificultad para hacer”, puntualiza.

En todos los casos, este fenómeno implicará mayor competencia para las marcas, en un contexto que también les exige tener a los influencers en su mix de marketing. “El contacto orgánico es una real necesidad para las marcas, sobre todo de la mano de las nuevas generaciones, que no comulgan con consumir mensajes publicitarios poco auténticos y prefieren la elección de marcas y discursos más honestos, transparentes y frescos”, cierra Mociulsky.

Las huellas de la pandemia: qué prendas son las más vendidas y por qué hay un fuerte cambio en la forma de vestir en el país

Fuente: La Nación ~ “Durante el último año y medio compré ropa de deporte o para estar en casa. Al no tener que ir a la oficina, las prendas más formales fueron desplazadas por otras más cómodas”, cuenta María Fernanda Augusto, de 45 años. Valeria García Moral, de 46, coincide: “En mi caso, al estar teletrabajando no compré mucha ropa porque no la necesité. Tal vez, algún buzo o una remera. Además, al no ir a la oficina y al no haber festejos de cumpleaños uno se arregla con lo que tiene. Tampoco compré mucho para mis hijos pequeños, solo ropa interior, medias y alguna que otra prenda cómoda como joggings o calzas”.

“Trabajo en eventos sociales y al estar suspendidos desde marzo del año pasado, con más tiempo en casa, no tuve necesidad de comprar ropa formal que uso para el trabajo, como trajes, camisas, zapatos. Como corro, sí compré algunas prendas de entrenamiento, pero no mucho más”, explica Pablo Guzmán, de 45 años.

Los tres testimonios muestran un gran cambio en el estilo de vestimenta de los argentinos, que aceleró las restricciones que impuso la pandemia del nuevo coronavirus el año pasado. Ahora, los pantalones tipo jogging, los buzos canguro y los suéteres están entre los más elegidos a la hora de renovar el guardarropa. De hecho, Claudio Drescher, presidente de la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI). explica que, en los últimos 18 meses, el stay home (quedarse en casa) fue el protagonista. Las prendas para estar en el hogar ocuparon dos tercios de las colecciones de las marcas tanto en el mundo como en el país. “Las colecciones se volcaron a resolver lo que la gente necesitaba. Fue un fenómeno global que la mayoría de las marcas adoptaron”, señala. Y completa: “Con menores ocasiones para usar ropa de vestir, al no haber cenas en restaurantes, casamientos o cumpleaños de 15, las ocasiones de uso se modificaron sustancialmente y esto llevó a una inclinación hacia ropa más cómoda. Se desarrollaron prendas algodonosas, menos tomadas al cuerpo, ya que la mayoría de las actividades se concentraban dentro de la casa”.

Sin embargo, las restricciones no solo cambiaron el tipo de prenda que se usa, sino que también provocaron una fuerte caída en las ventas del sector. La crisis económica general, las limitaciones a la circulación y la baja en el consumo fueron factores determinantes que golpearon a la industria. “El mercado aún no se recuperó. Se vendió mucho menos, porque la gente estaba en la casa y si compraba algo, era una prenda más sencilla. La industria sufrió un embate que trajo aparejados centenares de miles de convocatorias. El sector fue muy golpeado a nivel global y se está empezando a recuperar en la medida en que la gente sale de las cuarentenas. Calculo que será una recuperación muy lenta. Hoy la industria en la Argentina está vendiendo un 30% menos respecto a 2019, que tampoco fue un buen año”, advierte Drescher.

Frente a la demanda, Portsaid apostó por la confección de pijamas
Frente a la demanda, Portsaid apostó por la confección de pijamasVictoria Gesualdi – AFV

Versatilidad

Las marcas respondieron con distintas propuestas a esta fuerte demanda de este tipo de ropa cómoda para estar en el hogar, pero con la que también se puede salir. Para María Marta Finelli, gerenta de producto de Mazalosa, empresa dueña de las marcas Portsaid, Desiderata y System Basic, fue muy claro hacia dónde fue el consumidor a partir de la llegada del coronavirus. “La pandemia aceleró lo que se venía dando, las líneas deportivas se incrementaron y claramente el consumidor viró hacia esa situación de uso. Las camisas y tops y todo lo que se usa a la noche no se vendió, las ventas de estas prendas cayeron un 30% respecto de 2019. La línea confortable es la que más vinieron a buscar y, en este caso las ventas crecieron entre un 20% y un 30%. Los que más se llevan son los joggers, jeans cómodos, suéteres confortables, buzos tipo canguro, camperas, zapatillas y ropa para entrenar”, explica.

“La pandemia aceleró procesos que ya venían desde antes”, coincide Pedro Wolfsohn, CEO de la marca de ropa masculina Equus. “En nuestras campañas siempre había un foco en propuestas más formales, pero en las últimas, el foco está en la ropa informal”, afirma y advierte que, efectivamente, la venta de prendas más de sastrería cayó a la mitad. “Imagino que el hecho de que no haya eventos impactó en la demanda de esos rubros. De todos modos, esto no significa que la gente no salga; sale, pero elige vestirse de otro modo”, concluye.

Javier Arroyuelo, autor y columnista especializado en moda, concuerda con los empresarios en que la crisis sanitaria no produjo un cambio profundo, sino que expuso una situación que ya existía. “Desde hace muchos años, la silueta es una silueta suelta, la pandemia sirvió como coartada para blanquear este asunto y terminar con el chiste de la ropa cómoda es de segundo orden”. Y completa: “Creo que la impronta de lo deportivo, de lo descontracturado, de lo amplio o bien de lo ceñido entendido como cómodo, que facilita el movimiento; las materias como los spandex, stretch, y lo que ayuda a que la prenda y el cuerpo vayan en armonía, son algo que ya data de hace cuarenta años”.

En Equus, el foco está puesta en la ropa informal
En Equus, el foco está puesta en la ropa informalRicardo Pristupluk – La Nación

Adecuación

Para Magdalena Dowling, creadora y dueña de la marca de ropa femenina Prier, a pesar de la preferencia por la ropa cómoda, las videollamadas y reuniones de trabajo por Zoom llevaron a que se elija vestirse de manera más formal de la cintura para arriba. “No necesariamente hay que estar con un blazer, sino con una blusa que se ve en una videollamada y algo más relajado abajo se está perfecto”, explica y añade que las ropas más tradicionales como blazers, sacos y trajes se dejaron de usar y hoy ganan espacio los suéteres, remeras y pantalones anchos.

Rocío Pérez De Muro, jefa de producto de Portsaid, indica que la marca se tuvo que adecuar a la nueva realidad y hacer una propuesta más flexible. “Hicimos muchos pantalones cómodos y muchos buzos. Para aquellas mujeres que tenían que salir a trabajar y ponerse un pantalón de vestir también pensamos aquellos de sastrería, pero de tejidos de punto, súper cómodos. Decidimos también sumar pijamas, porque vimos una necesidad”, aclara.

En el caso de Wanama y John L. Cook, la estrategia, a partir del nuevo contexto, fue potenciar su línea confortable, que ya comercializaban. “El cliente optó por este tipo de prendas a diferencia de la categoría de ropa para salir como tapados y sacos. Se inclinó por ropa más versátil y cómodos con tejidos de punto, elásticos en las cinturas y texturas livianas”, señala Daniel Lago, gerente comercial de ambas firmas. También para la marca Delucca, las prendas más vendidas son los buzos, los conjuntos de pantalón y buzo y las babuchas, lo que refleja una transición hacia prendas híbridas que pueden usarse en diferentes momentos y que se integran a la vida cotidiana.

Se recupera la producción nacional de indumentaria

Fuente: Ámbito ~ Según indicó hoy la cámara empresaria sectorial, la industria de confección de ropa nacional “está comenzando a normalizar su nivel de actividad”, después de casi un año y medio de la pandemia de Covid-19, aunque “sigue parcialmente restringida por los protocolos sanitarios”.

La Cámara Industrial de la Indumentaria (CIAI) dijo: «La superación de los peores momentos de la pandemia habilita la normalización de la producción en nuestro sector, muy afectada por la escasez de materia prima, los cierres y los protocolos sanitarios». Según la Cámara, tras la interrupción de la actividad durante el segundo trimestre de 2020, la fabricación fue recuperando el terreno perdido.

Sin embargo, la fuerte contracción de las ventas explica que se fabrica hoy 20% menos unidades que en el mismo período de 2019, previo a las limitaciones que trajo el coronavirus.

“En adelante, el aumento del poder de consumo de la población argentina se torna una condición necesaria para la recuperación de nuestro sector”, sostuvo el análisis sectorial.

Mientras tanto, la CIAI agregó que la política pública “debe continuar asistiendo a nuestro sector, uno de los más castigados en los últimos años, para garantizar la supervivencia de la mayor cantidad de empresas y puestos de trabajo formales”. En este sentido, el sector padeció “importantes dificultades” asociadas a la falta de capital de trabajo, a la dificultad para acceder a la materia prima, y a la necesidad de cumplir con los protocolos sanitarios para evitar contagios en los lugares de trabajo.

Durante el segundo trimestre de 2020, gran parte de las empresas del rubro no estuvieron habilitadas para trabajar, por lo cual la comparación con mayo de ese año mostró un repunte en las cantidades fabricadas de 149,8%, según las últimas estadísticas del Indec.

En cambio, comparado con mayo de 2019 la producción exhibe una disminución de 20,6%, explicada fundamentalmente por «la caída en el tamaño del mercado».

El mayor retroceso del sector de indumentaria, en relación con el promedio de la industria argentina, obedeció a la fuerte caída en las ventas de indumentaria: -19,9% en supermercados, -24,6% en comercios minoristas y -51,9% en shoppings centers, contra los mismos meses de 2019.

“Sin lugar a dudas, la reducción del mercado se debe a la caída del poder adquisitivo de la mayoría de la población”, consideró la CIAI.

En paralelo, evaluó, la destrucción de empleo por la crisis económica desatada por el Covid-19 también recortó poder de compra de la población, lo que afectó a la demanda de ropa, muy sensible al ciclo económico.

De cara a los próximos meses, la Cámara concluyó que el avance en la campaña de vacunación “permitirá ir dejando detrás los peores momentos de esta pandemia y comenzar, poco a poco, a retornar a una nueva normalidad, más parecida a la situación anterior a la aparición del virus”.

Crisis textil. ¿Tiene futuro la moda argentina?

Fuente: La Nación ~ “El 18 de marzo de 2020 fue muy triste. Apagamos las máquinas que solo se desconectan una vez por año para limpiarlas, y esta vez no sabíamos cuándo volveríamos a encenderlas”. Beatriz Volosin habla de tristeza, y aclara que elige una palabra que no está en la terminología financiera ni económica. Pero es lo que sintió cuando, a un día de que se anunciara la cuarentena para impedir el avance del coronavirus, cerró las puertas de su fábrica, Medias Mora, donde hacen más que medias.

Esa Pyme nació como un pequeño taller, en 1978, cuando con su marido se aventuraron con el corte y confección: compraron un par de máquinas para fabricar jogging frizados para niños. “En los 90, con la invasión de productos chinos a precios a los que no llegábamos, aún insistíamos con la industria nacional”. Luego de analizar el mercado, Beatriz concluyó que el nicho de la media de dama no estaba cubierto, y con otro socio, decidió reconvertirse. Una vez más. Así surgió Medias Mora. Y siguió con la lencería y una línea de homewear –una adelantada, porque comenzó a fabricarla hace 15 años, luego de observar los hábitos de conocidos que vivían en EE.UU. y trabajan en sus casas–. Aunque sus vendedores insistían en llamarlos pijamas.

¿Cómo estaban antes de la pandemia? Con dificultades. “Veníamos peleándola, reinventándonos, buscando nichos. No estábamos en una situación complicada, pero no nos sobraba para mejorar, reinvertir o crecer”. Hasta que se cerró la puerta. El 11 de marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) había declarado el brote del nuevo coronavirus como una pandemia. Nueve días después, el gobierno decretó el Aislamiento Social Preventivo y Obligatoria mientras los casos y muertes por Covid-19 aumentaban en todo el mundo.

Beatriz Volosin, de Medias Mora, comenzó a producir en un pequeño taller en 1978
Beatriz Volosin, de Medias Mora, comenzó a producir en un pequeño taller en 1978 xavier ma

“La pandemia fue global, pero algunos países estaban más preparados para sobrellevarla. La Argentina no estaba preparada en nada. Fue como chocar con un iceberg –describe la situación de la industria textil Fabián Xavier Castillo, presidente de la Federación de Comercio de Buenos Aires (Fecoba) y secretario de relaciones institucionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME)–. Las pymes estaban golpeadas, con créditos con altas tasas de interés del 70%, con presión impositiva y fiscal: la mayoría tenía deudas y vino la moratoria cuando las fábricas y negocios estaban cerrados. ¿Cómo hacían para meterse en una moratoria sin producir?”.

2020 será un año para el olvido, coinciden en un sector que ya venía castigado. Y parte de sus protagonistas así lo expresaron en una encuesta que la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI) realizó entre sus empresas asociadas en enero, para conocer su situación y el impacto generado por la pandemia. ¿El resultado? Desalentador. El 68% de las firmas registró una facturación negativa en 2020 respecto de 2019 (la mitad, con caídas mayores al 25%). Los precios de las prendas de vestir aumentaron un promedio del 45% entre diciembre de 2019 y diciembre de 2020. Y mientras los precios de la indumentaria crecen, el poder adquisitivo del consumidor es cada vez menor.

La mitad de las empresas en enero operaba por encima del 50% de su capacidad, mientras que un cuarto lo hacía por arriba del 75%. El cuarto restante, menos de la mitad. Aunque la pandemia parecía una gran oportunidad para fomentar las ventas online, el e-commerce, aunque creció en 2020, tuvo una incidencia en el total de las ventas que no supera el 15%. En casi dos tercios no llegó al 10%.

Xavier Martin

Los problemas que profundizan su crisis los desaniman frente a una posible reactivación: la poca disponibilidad de materias primas, la presión tributaria, la escasa demanda, el incremento de los costos laborales, la falta de talleres y de avíos textiles (que son los materiales que se suman a las prendas, como etiquetas, flecos, hebillas, hombreras), entre otros. En indumentaria, lencería y accesorios, las ventas escalaron 24,4% anual en junio (siempre a precios constantes), pero resultaron 24,6% menores a junio de 2019, según el Índice de Ventas Minoristas Pymes de CAME, que agrega que para el primer semestre del año acumularon un progreso anual de 36,7% frente a los mismos meses de 2020, y una caída de 20,0% frente al primer semestre de 2019.

En cuanto a la producción, describe la CAME, “la recuperación es lenta porque es una industria muy orientada al mercado interno y dependiente del poder adquisitivo, que no logra recuperarse. La menor frecuencia de reuniones sociales y laborales también frenan al sector, al igual que la proliferación de pequeños talleres informales”. En indumentaria y textil la producción creció 78,1% anual en mayo, pero bajó 12% comparado con mayo 2019 (el 2019 fue, además, un mal año para esa actividad).

La pandemia y la cuarentena, los dos fenómenos impactaron en el negocio de la indumentaria. Lo explica Guillermo Oliveto, fundador y CEO de Consultora W: “Inicialmente, en el marco del lock down, de estar en casa, de algún modo la gente perdió la libido con la compra de ropa. Al no haber sociabilización, las prioridades eran otras. Al principio, asegurándose el abastecimiento de alimentos, pensando que no habría, lo que no terminó ocurriendo. Y, desde mayo y junio, poniendo la libido y el dinero en el hogar bunker. El sector que se vio beneficiado fue el de la indumentaria para vestir la casa. Además, uno de los iconos en la venta de ropa, los shoppings center, estuvieron cerrados por meses. Muchas marcas sufrieron, y en el medio hubo una fuerte devaluación”.

El cierre de fábricas de Asia durante dos o tres meses, al comienzo de la cuarentena, fundamentalmente en China, hizo que faltara materia prima al inicio y eso retrasara toda la cadena de valor. “Lo que expresa el mundo textil es que la suba de los precios en la ropa, que el Indec define que hoy, interanual, es del orden de 70%, cuando la inflación interanual hoy es de 48%. La ropa está por encima de lo que fue la suba promedio de los precios, entre otras cosas por la falta de oferta de materia prima en una parte de año. Como esto se hace con anticipación termina impactando un año después”, agrega el especialista en consumo, sociedad, marcas y comunicación.

La caída de las ventas de indumentaria en 2020 fue del 35% medida en unidades, según CAME, y en los shoppings center, según el Indec, la contracción interanual fue del 63%, “ambas caídas brutales, muy por encima de otros sectores –dice Oliveto–. Se dio una tormenta perfecta, falta de libido, falta de oferta, precios más altos, pérdida de poder adquisitivo de los consumidores, con la ropa volviéndose más cara. Todo junto debilita la posición de la indumentaria en la Argentina que termina siendo de uno de los sectores más golpeados por la pandemia. A un sector que venía mal le cayó la bomba atómica”.

Entonces, ¿tiene futuro la moda en la Argentina? El especialista es optimista. “Cuando empezó a abrirse, la gente volvió a comprar. Para la indumentaria es clave volver a la vida, la revancha de la vida. Los perjudicados en la prepandemia serán los beneficiados en la pospandemia. Hay una oportunidad interesante para la indumentaria argentina cuando salgamos de acá. Habrá una revalorización del diseño local. Los que lleguen”.

Además de falta de materias primas provenientes de Asia, también escasean las locales, como el cuero. “En la Argentina hay muy poco cuero, entonces como la oferta es menor que la demanda, el precio sube. El cuero se está exportando, pero sin valor agregado. En el mundo, los commodities son para elaborar en los procesos internos y se les agrega mano de obra por la dignidad del hombre, que es el trabajo. Tenemos que buscar políticas de estado productivas, incentivar que haya mayor oferta de materias primas para generar mayor industria y a su vez que el comercio tenga esos productos al menor precio posible”, agrega Castillo que, aclara, además de ser presidente de Fecoba es, sobre todo, zapatero, con tercera generación en la Argentina y con ancestros italianos.

Informe de la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI)
Informe de la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI)

Si analizamos el precio final de una prenda de vestir, ¿qué porcentaje es de impuestos? Un 25,5%, más el 15% de los bancos y el 14,8, de alquileres. Es decir, el 55% del precio corresponde a actores fuera de la cadena de valor textil, según un informe realizado por CIAI. El 45% restante, al costo de fabricación (20%), comercialización y distribución (15,1), diseño y marketing (4,7) y rentabilidad empresarial (4,8).

¿Nueva comodidad?

El consumidor cambió de hábitos y de habito. El home office y la cuarentena impusieron un estilo más funcional, adaptado a otras rutinas. Y las marcas y diseñadores intentan seguir el ritmo de una nueva forma de vestir más cómoda. Trajes, camisas, vestidos de fiestas y stilettos fueron reemplazados por joggings, prendas confortables y a géneros de punto y algodones. La moda comfy. ¿Perdurará este estilo?

A nivel global hay una tendencia a la sensatez y a la austeridad, indican en el Laboratorio de Tendencias Almatrends. “Todo el mundo atravesó una crisis económica muy compleja, el PBI mundial cayó 3.5 %, la peor caída en 20 años. Y el dolor que generó la tragedia de la pandemia ha cambiado la mirada sobre prácticamente todo. Inicialmente hubo una movida a la ropa más confortable pero es muy del hábitat viral, un entorno que durará mientras dure el virus. No creemos en la nueva comodidad como concepto, porque tenía dos problemas, de normal esto no tiene nada y nueva daba a entender que las cosas cambiarían para siempre”, dice Sil Almada, directora Almatrends. Plantea un retorno desde la revancha de la vida, a una indumentaria con luz, sensualidad, vida y hasta un poco de color. Porque, producto de la sensatez, de la austeridad y del registro que queda de dolor, se dará lugar a una moda más atemporal, donde se prefiera comprar algo que quizás cueste más pero que dure mucho más también.

En el caso de Giesso, una etiqueta afianzada en la camisería y sastrería, pero con una amplia propuesta de vestir, “el mercado cambió mucho y va a seguir cambiando. Definitivamente, el traje fue el producto más afectado. Ya volverán los casamientos, las fiestas y el trabajo presencial. Y nunca faltan los hombres que, como yo, sienten un placer enorme al ponerse un buen traje, una linda camisa y una atrapante corbata. Distinción en su más alto estado”, Mariano Rodríguez Giesso, presidente de la compañía.

La marca nació en 1884, cuando el sombrerero genovés Bonifacio Giesso instaló su primera tienda en Buenos Aires. En ese entonces ofrecía gorras, camisería, bastones, ajuares para novios y hasta paraguas y valijería. Hoy su universo es muy amplio, con colecciones urbanas para hombre y mujer. ¿Cómo atravesaron la pandemia? “Desde el punto de vista financiero y económico muy ordenados, después de que, como a gran parte del país, se nos cortaran hace algo más de un año y por un tiempo prolongado una enorme parte de nuestros ingresos. Teníamos que enfrentar obligaciones de todo tipo sin los ingresos con los que suponíamos contábamos. Veníamos de un 2019 flojo a nivel nacional en el consumo y, por tanto, planificando cambios profundos desde el producto, los canales de ventas y la política comercial, para abarcar más mercado y desde otro ángulo. La pandemia nos retrasó, pero nos ayudó a convencernos de la importancia de realizar dichos cambios. Estamos muy entusiasmados con eso, pero, por supuesto, esperando que la economía mejore, una condición necesaria imprescindible”, agrega Rodríguez Giesso.

Algunos productos y diseños de la etiqueta fabricados para el invierno 2020 pasaron enteros para el 2021. Pero en el verano, reinó la cautela. “Esta próxima colección es 100% nueva, exceptuando por supuesto a diseños continuativos”, anticipa.

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Cuando en mayo último, por la crisis sanitaria el gobierno decretó nuevamente el confinamiento total, las restricciones a la movilidad volvieron a contraer las compras de indumentaria, que ya venían golpeadas por la disminución del poder adquisitivo de la población, indica el Semáforo de la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria de junio. Y “a pesar de la caída de los contagios durante los primeros meses del año, las ventas de ropas no lograron recuperar los niveles previos a la pandemia debido a la caída del poder de compra de los salarios y de las jubilaciones durante el último año”.

El Semáforo de CIAI compara datos de 2019 y 2021, porque la cuarentena estricta de fines de marzo, abril y mayo de 2020 distorsionarían la comparación. En marzo de 2021 las ventas de indumentaria y calzado en los shoppings de todo el país cayeron un 34,9%, respecto del mismo mes de 2019. La reducción del consumo de prendas ocasionó una baja de la producción nacional de ropa de 10,8% entre abril de 2019 y abril de 2021.

No aumentaron las ventas ni la producción, pero sí los locales vacíos. Claro que no solo del sector textil. En diciembre de 2020, CAME anunciaba que había un promedio de 9 locales comerciales vacíos por cuadra en todo el país. Estimaba que durante 2020 habían cerrado 90.700 locales, 41.200 pymes y que fueron afectados 185.300 trabajadores. Los rubros con más cierres fueron indumentaria, calzados y decoración y textiles para el hogar.

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Según el último relevamiento de Fecoba, entre marzo de 2020 y abril de 2021 la cantidad de locales vacíos en las galerías comerciales relevadas de micro y macrocentro crecieron de 447 a 608, lo cual representa un 36% de incremento en la vacancia.

Más números de la baja: en el bimestre mayo-junio de 2021, la cantidad de locales inactivos (en alquiler, en venta o sin actividad) mostró un incremento de 86,2% en la Ciudad de Buenos Aires, publicó la Cámara Argentina de Comercio y Servicio (CAC). Encabezan la baja la avenida Córdoba –donde históricamente se concentran outlets de indumentaria– y la peatonal Florida, una zona perjudicada por la falta de afluencia turística y por las oficinas inactivas.

Un mundo aparte fueron los shopping centers: los porteños estuvieron siete meses sin abrir durante 2020 (la reapertura fue a mediados de octubre), y cuando lo hicieron el 25% de sus locales estaban cerrados. Ante el avance de los casos por Covid-19, a mediados de abril último el Poder Ejecutivo anunció, entre otras medidas de restricciones, que los shoppings volvieran a cerrar. Reabrieron sus puertas dos meses después, luego de fuertes reclamos de los comerciantes y hasta manifestaciones en el del Abasto.

“Fue una catástrofe tanto para nosotros como para las marcas, los locatarios. La verdad es que hicimos un enorme esfuerzo para mantenernos todos juntos. Dejamos de cobrar los alquileres a los locatarios, sí les cobramos las expensas porque no tuvimos ningún tipo de beneficio de nada. Seguimos pagando los impuestos, la limpieza, la seguridad”, dice Sergio Dattilo, gerente corporativo de Relaciones Institucionales de Irsa, que entre su portfolio cuenta con Dot Baires, Alto Palermo, Abasto Shopping, Alcorta Shopping, Patio Bullrich, Alto Avellaneda, Soleil Premium Outlet, la concesión de Distrito Arcos, y más centros comerciales en Santa Fe, Córdoba, Salta, Neuquén y Mendoza.

Llegaron a tener entre el 20 y 25 % de los locales con cierre definitivo, entre sus 14 shoppings de todo el país, que suman 1500 locales. “La idea era capear el tsunami todos juntos. Hubo gente lamentablemente que no lo logró y obviamente el sector más afectado fue el de la indumentaria. Hubo marcas muy tradicionales que se fueron de los shoppings y ya no van a volver, y fueron reemplazadas por otras”, agrega Dattilo. Ahora, la vacancia es del 7%. Los centros comerciales más afectados fueron Alto Avellaneda y Abasto Shopping porque, además del tema socioeconómico, sus clientes suelen llegar en medios de transporte público.

Redescubrir las fibras naturales argentinas, la misión del diseñador 
Francisco Ayala
Redescubrir las fibras naturales argentinas, la misión del diseñador Francisco Ayalaxavier ma

¿Qué se viene? El one stop shopping, “donde podés hacer de todo, hay cosas que son inimaginables a nivel entretenimiento y gastronomía –anticipa Dattilo–. La pandemia y la crisis aceleraron un poco un proceso que más tarde o más temprano iba a darse, la reconversión del shopping. Sin hacer futurismo, el ser humano es una especie gregaria, necesita estar con otra gente. Lo mismo pasa con el shopping, se convirtió en parte de la cultura de la gente, en la experiencia de vida”.

En Levi’s Argentina notaron que los clientes optaban por comprar en locales de cercanía o en multimarcas, en tanto que caían las ventas en algunos shoppings, como Galerías Pacífico o en zonas influenciadas por las oficinas, como la peatonal Florida. ¿Cómo estaba la firma en marzo de 2020? “Muy bien, cumpliendo perfectamente los planes, con unidades iguales o un poco por encima de 2019. Si bien en ese momento había una pequeña recesión, no nos estaba afectando. La marca estaba muy bien”, describe Matías Galmarini, director de marca de Levi’s Argentina. “Luego vino la hecatombe. Con los locales cerrados en Amba por ocho meses y una caída muy fuerte de ventas, que casi llegó al 40% anual”.

Aunque el e-commerce creció (en 2019 participaba de un 2% de la facturación total de las unidades, y en 2020 llegó al 11%), no era suficiente para reemplazar la falta de ventas. “Fue un año difícil pero no terminamos tan complicados y los números acompañaron. Hicimos ajustes con las compras y las replanificaciones nos permitieron mantenernos a flote. Los proveedores de confección y, sobre todo, los tejidos hicieron que re empezar fuera mucho más lento. Hoy estamos sufriendo las faltas de entregas, justo cuando la demanda es un poco mejor. Además de que los proveedores también estuvieron cerrados, sufrieron algunos focos de Covid, porque nadie está a ajeno a eso”.

Levi’s, creador del jean hace más de 150 en Estados Unidos, en la Argentina importa aproximadamente el 35% en términos de unidades y su mayor volumen se fabrica localmente con una guía y proveedores elegidos para hacer los productos iguales a los de afuera, con parámetros de calidad y de cuidado de medio ambiente. “Como marca y estrategia, todo lo que podamos producir localmente para nosotros es mejor”.

El trabajo artesanal de María Luz Príncipe
El trabajo artesanal de María Luz Príncipexavier ma

Redescubrir para reconventirse

En la Alta Costura argentina, las sedas y géneros importados son la esencia de los trajes de novia y vestidos de fiestas. Un segmento que, desde marzo 2020, cayó abruptamente por la suspensión de los encuentros sociales y festejos. “La industria textil tradicionalmente trae géneros importados, pero desde esta pandemia llegué a Manos andinas: el tesoro nacional son los camélidos, porque son las fibras más finas del mundo. Nosotros vendemos esa fibra afuera sin valor agregado”. Ese valor recuperó Francisco Ayala con su última colección: tapados, capas y ponchos con fibra de llama, que presentó en Argentina Fashion Week.

Recuperar el trabajo artesanal y redescubrir los oficios es para Ayala la forma de revitalizar la escena. Lo dice como diseñador y también como presidente de la Cámara Argentina de la Moda. “Al desaparecer las fiestas, surge un concepto del nuevo lujo que no tiene brillos, sí texturas naturales, y tiene que ver con la trazabilidad entendida como seguir el proceso: en cada tejido explico de dónde viene el género, quién lo hizo. Dentro del nuevo lujo entra el tiempo en la ecuación porque son cosas hechas para que duren mucho y también llevan tiempo de producción. Son fibras ancestrales”, dice.

En cuanto a los oficios, la producción de moda requiere muchos: bordadores, tejedores, costureros, talabarteros, especialistas en sombreros y zapatería, y más. “Acá muchos estudian diseño, se reciban 5000 diseñadores por año, sin que la industria pueda absorberlos y no hay quien sepa coser”, dice Ayala. Desde Fecoba, donde la Cámara participa, están impulsando la creación de una Escuela de Oficios.

Cada crisis es una oportunidad, la visión de la diseñadora de zapatos María Luz Príncipe
Cada crisis es una oportunidad, la visión de la diseñadora de zapatos María Luz PríncipeXavier Martin

Con la pandemia se cortó la cadena de comercialización, de pago, de producción. Todo. Faltan políticas de Estado que nos apoyen, necesitamos subsidios, y una menor carga impositiva –agrega–. Por nuestra parte, tenemos que deconstruirnos. Los peruanos tienen el Alpaca Fashion Award en París, y nosotros podemos ofrecer algo que es argentino, con todo su proceso de valor”.

Cuando analiza el e-commerce, considera que logrará un mejor impulso cuando se termine el estudio antropométrico nacional, a cargo de Inti, para conocer las medidas corporales de la población nacional, según lo estipular el Sistema Único Normalizado de Talles de Indumentaria.

Para la diseñadora de zapatos María Luz Príncipe, creadora de Luz Príncipe, el ecommerce fue una oportunidad, justamente porque su local está ubicado en la zona céntrica.Quienes trabajamos con creatividad nos adaptamos, y tenés que actuar rápido también para manejar el negocio, según la necesidad que hay ahora. Te arremangás y seguís trabajando. Si podés producir durante tantos años en la Argentina tenés un master para diseñar en cualquier parte del mundo. Yo al principio achiqué las cantidades y amplié el público en las redes sociales”, cuenta.

También se adaptaron los modelos: antes, de los 30 por temporada, la mitad eran de tacos altos. Al cambiar la demanda, pasaron a bajar los tacos y sumar la media suelina antideslizante pero sin resignar en diseño. “Nunca dejamos de cranear diseño, los bordados, el juego y la ilusión de verte algo hermoso pero funcional”, dice María Luz, que comenzó a diseñar zapatos en 1999.

La moda cambia, es cierto. O cambiaba. Solo alcanza con ver la vidriera del mundo para descubrir que los consumidores miran los componentes de las prendas y buscan piezas perdurables y de buena fibra (aunque suene aspiracional desde la perspectiva de una industria saliendo de un estado crítico). Se sabe que las alianzas de marcas y diseñadores potencian. Y que la tendencia… ya no lo es.

Todos los detalles del Ahora 12 Recargado, que debuta el lunes: va a permitir comprar y pagar a 30 meses

Fuente: iProfesional ~ El Gobierno terminó de negociar con los bancos la puesta en marcha del nuevo «Ahora 12 Recargado», que será anunciado el próximo lunes como una de las medidas para levantar el consumo popular en medio de la campaña electoral.

El relanzamiento del programa incluirá la posibilidad de financiar en cuotas ya no sólo consumos a 6 y 12 meses, sino también la posibilidad de extender el beneficio a 24 y hasta 30 meses. Es decir, algo que se compre en los próximos días terminará de pagarse durante el mandato del próximo Presidente. O Presidenta.

Todavía no está definido si volverá también la chance de «comprar ahora y empezar a pagar a los 90 días», algo que sí estuvo en el menú de posibilidades hasta comienzo de año.

La renovación del programa requirió de una ardua negociación con los bancos ya que se negaban a «subsidiar» consumo a largo plazo, en medio de una inflación que se encuentra en el 50% interanual.

Para el Gobierno, este relanzamiento en el inicio de la campaña resulta crucial: el consumo no arranca. Parece lógico en medio de una economía con una inflación acelerada y salarios que no logran ganarle la carrera a los precios.

El balance del primer semestre también cerró en rojo: el consumo masivo registró una baja del 7,4% en relación a enero-junio del 2020, de acuerdo a la consultora Scentia.

Por ahora, el Gobierno lanzó algunas medidas para mejorar el cuadro, pero hasta ahora no alcanzaron.

La última fue conocida en las últimas horas, con la compensación a los jubilados, cuyos haberes perdieron contra la inflación. Para los que ganan hasta dos salarios mínimos ($46.130) habrá un bono de $5.000, por única vez, a cobrar recién en agosto.

Desde el kirchnerismo le reclaman a Guzmán más audacia para tomar medidas que ayuden a mejorar el escenario. El Gobierno apuesta sus fichas a incrementar el consumo de cara a las elecciones

Detalles del nuevo «Ahora 12

Los teléfonos celulares quedarán fuera del programa: al Gobierno no le interesa subsidiar consumo de productos que, en definitiva, sólo se ensamblan en la Argentina y que en muchos casos tienen precios superiores a los electrodomésticos o indumentaria, que sí se fabrican en el país.

No todos los rubros podrán financiar a los plazos más largos -de entre 24 y 30 meses- sino que la idea es que puedan utilizarse en aquellos que aseguran producción y mano de obra nacional, como televisores, muebles, juguetes y colchones.

La idea también pasa por beneficiar a algunos de los sectores de la economía severamente golpeados por las restricciones en la pandemia, como la gastronomía, indumentaria, calzados y el turismo.

Miguel Pesce, titular del BCRA, fue el encargado de limar las diferencias. Las entidades financieras se resistían a financiar compras al 25% anual (costo del Ahora 12) cuando la tasa de referencia asciende al 38% anual.

El contraargumento de los funcionarios fue que los bancos perciben esa tasa de interés de parte del Estado -en la colocación de Leliq- pero que tienen gran parte de sus depósitos en cuentas a la vista que tienen una remuneración del 0%. Con lo cual tienen margen para «perder» algunos puntos de rentabilidad cuando financian consumos de sus clientes.

Como parte de la negociación también se acortarán los plazos para que los bancos cobren los consumos de sus clientes. Y se les permitirá a los bancos a utilizar una porción de este financiamiento como parte de los encajes.

A su vez, las entidades financieras accedieron a ampliar el margen de consumo con tarjetas de sus clientes, algo que algunos bancos venían «pisando» para reducir los riesgos de morosidad.

La renovación del «Ahora 12» -un plan que vence este fin de semana- es crucial para el consumo masivo. De acuerdo a la empresa Prisma -dueña de las tarjetas de crédito-, seis de cada diez compras que se hacen en cuotas son efectuadas a través de ese programa oficial.

Y representan el 24% de todos los gastos con tarjeta. Nada menos.

Para tener otra idea de la relevancia de este plan, en junio las ventas reales en precios constantes con Ahora 12 se ubicaron 4,2% por encima de las de junio de 2020. Así, en el primer semestre fueron 16,3% superiores a las del mismo período del año pasado, de acuerdo a las mediciones del Ministerio de Desarrollo Productivo.

La renovación del plan también será con un control más exhaustivo del cumplimiento. La Secretaría de Comercio Interior imputó hace unos días a 15 entidades por comercializar bajo los beneficios del programa «Ahora 12», bienes y servicios que no forman parte de la oferta de rubros que propone el programa de fomento al consumo.

A partir de un requerimiento de información a las empresas, y un trabajo de fiscalización y monitoreo de todos los productos ofrecidos a través de plataformas de comercio electrónico, la Secretaría de Comercio Interior constató la existencia de bienes y servicios no incluidos dentro de los rubros incorporados al Programa «Ahora 12».

Además, se detectó la existencia de productos importados brindados para su adquisición con las medidas de financiamiento preferenciales provistas por el Programa, cuando bajo su órbita sólo pueden comercializarse productos nacionales. Te puede interesar

Justamente, el objetivo es fomentar el consumo y la producción nacional a través de condiciones de financiación más convenientes, para facilitar el acceso a los productos y servicios alcanzados.

La industria bonaerense creció casi 20% en el primer cuatrimestre (Textiles y Cuero 60%)

Fuente: Grupo La Provincia ~ La producción de la industria manufacturera bonaerense tuvo un crecimiento interanual de 19,8% en el primer cuatrimestre del año y pese al difícil contexto económico generado por la pandemia también registró una suba del 3,8% en comparación a los primeros cuatro meses de 2019, informó hoy el Ministerio de Hacienda y Finanzas provincial.

El informe Indicador Sintético de la Industria Manufacturera elaborado por la Dirección Provincial de Estadística reflejó que el crecimiento del primer cuatrimestre respecto al mismo período de 2020 fue impulsado principalmente por los minerales no metálicos (83,9%).

Además, crecieron otros rubros como vehículos automotores (71,6%); textiles y cueros (59,9%); minerales comunes (57,9%) y máquinas y equipos (43,9%).

En abril se registró un crecimiento en la actividad manufacturera del 63,3%, respecto al mismo mes del año pasado, que estuvo signado por el impacto de la pandemia de Covid-19.

Los rubros que marcaron el incremento de abril, respecto al mismo mes del año pasado fueron: vehículos automotores (1.080,7%); minerales no metálicos (305,6%); máquinas y equipos (209,5%); textiles y cueros (198,1%).

El ministro de Hacienda y Finanzas, Pablo López, aseguró que estos datos «reflejan que la industria en la provincia de Buenos Aires continúa creciendo, y es uno de los sectores que apuntala la incipiente recuperación económica, logrando incluso superar por segundo cuatrimestre consecutivo el mismo periodo equivalente de la prepandemia».

El informe reveló también que en abril el sector industrial registró un crecimiento del 4,1% en comparación al mismo mes de 2019.

«En la provincia de Buenos Aires, estamos trabajando a través de un Estado presente con políticas fiscales y de financiamiento activas que permiten fortalecer e ir recuperando paulatinamente el entramado productivo e industrial que son fundamentales para seguir generando trabajo en todo el territorio bonaerense», concluyó López.

Signos de recuperación: En el sector textil ya hablan de una situación de “cuasi normalidad”

Fuente: ANDigital ~ Con el avance de la campaña de vacunación y la flexibilización de restricciones sanitarias, las pequeñas y medianas empresas comenzaron a mostrar signos de reactivación e incluso en el sector texil ya hablan de una situación de “cuasi normalidad”.

En diálogo con ANDigital, el empresario textil Raúl Hutin celebró la recuperación del sector que se dio en simultáneo con la salida de la segunda ola de contagios.

“El sector textil indumentaria está teniendo un repunte muy importante respecto a un 2020 catastrófico. En el mes de junio estuvimos un 76 % por encima del mismo período del año pasado. Venimos levantando fuertemente”, destacó el referente PyME.

Con una utilización de la capacidad instalada que superó el 63 % -tal como lo reflejó el INDEC en su último informe-, Hutin se mostró esperanzado al considerar que “estamos entrando en una zona que podemos llamar cuasi normal”, y presagió un fin de año con auspiciosas perspectivas: “Vamos a tener un tercer cuatrimestre muchísimo mejor que los pasados, van a ser meses muy buenos. El 2022 va a resultar mucho mejor que el 2021”.

Por otra parte, valoró el lanzamiento de «Te Sumo», el programa de inserción laboral en PyMEs destinado a 50 mil jóvenes. La iniciativa promueve beneficios para las empresas que contraten personas de 18 a 24 años, como reducción de aportes patronales y apoyo económico estatal para el pago del salario durante el primer año de vínculo de trabajo.

“Es una decisión correcta y adecuada hacer que las pequeñas y medianas empresas comiencen a absorber esa mano de obra necesaria para darle dignidad”, consideró, pero remarcó que el país “necesita recuperar, como mínimo, un millón de puestos de trabajo al año, o sea casi 100 mil puestos por mes, por lo que nos estamos quedando cortos”.

En este sentido, puso la mirada en la necesidad de fomentar “la cultura del trabajo” en la población que recién se inserta en el mercado laboral: “Ojalá los jóvenes tengan la voluntad de inscribirse y empezar a culturalizarse en lo que significa el trabajo porque, lamentablemente, no tienen cultura del trabajo, que se perdió sin formación técnica y tras el cierre de 25 mil PyMEs”.

“Las PyMeS como elemento fundamental de la recuperación del país, tenemos la responsabilidad de invertir para recuperar esa porción de gente que está en la calle y deja de consumir. Necesitamos convertir el círculo vicioso en virtuoso, y estar siempre del lado de la solución y del trabajo”, enfatizó.

Por último, Hutin habló de la necesidad de desplegar herramientas para dinamizar la economía y, puntualmente, contrarrestar el ritmo inflacionario. “El 75 % de la economía del país se mueve en base al mercado interno, que se rige en función de que la gente tenga un peso en el bolsillo. Ese peso no tiene que ir a parar a las empresas concentradoras”, apuntó.

Y advirtió que el Estado “debe cumplir un rol preponderante” frente a las empresas monopólicas u oligopólicas que dominan cada una de las cadenas de valor: “La única forma de reactivar la economía es que esto se democratice, que la gene gane un peso más y lo pueda gastar no solamente en alimentos o medicamentos”. (ANDigital)

Abren los comercios y caen las ventas online de ropa y de calzado

Fuente: Clarín ~ A medida que se fueron reabriendo los locales comerciales y se redujeron las restricciones en la circulación, las ventas online de ropa y de calzado empezaron a declinar en los últimos tres meses. Según una encuesta privada, el 57% de la gente compró algún producto online en este período, versus el 61% que lo hizo a fines de 2020 y el 69% que lo hizo durante el periodo de ASPO (sep 2020). Si bien la disminución fue leve encendió luces amarillas entre los comerciantes que apostaron fuerte a una tendencia que explotó en la pandemia y prometía quedarse.

El buceo en el comportamiento de los usuarios fue hecho por la consultora de investigación de mercado Opinaia, a pedido de la firma Glamit, encargada de dar soluciones tecnologicas a las principales marcas del país y de la región.

Gestiona más de 50 e Commerce de distintas industrias y algunas de las marcas con las que trabaja son Mimo, Rapsodia, Levi’s, Grisino, Caro Cuore, Kosiuko, Babycottons, Fila, Vitamina, Uma, Ayres, Wanama, Bensimon, Clara, Tucci, Indiastyle, Sweet, Gama Italy, Swarovski, Forever 21, La Cardeuse y Pandora, entre otras.

La primera explicación sobre la merma reciente de las ventas es que muchas personas que habían comprado estos productos de moda entre octubre y diciembre del año pasado, no volvieron a hacerlo en los últimos meses. Pero también queda claro que los usuarios son más exigentes al momento de evaluar las prestaciones de las marcas y plataformas de venta.

Sobre este puntoPaola Cavarozzi, directora de Research de Opinaia, dice: “El comprador se puso muy exigente y tiene estándares más altos provenientes de experiencias con distintas plataformas. Hoy en día, lo que más valora es la inmediatez en la entrega”. Otros añaden que probar prendas de vestir y de calzado es otro factor que incide en el regreso a la compra presencial. 

En este sentido, ante la consulta de lo que quisieran mejorar de la experiencia el 61% de los consumidores desearía que bajaran los costos de envíos, el 44% pide ofertas más atractivas, el 34 % menciona la mejora en los tiempos de entrega y el 26 % las formas de pago. Cavarozzi agrega que: “el comprador todavía considera que las compras online deberían tener precios más bajos. Espera promociones y mejores precios que en las compras en tiendas físicas”.

En tanto Luciano Margolin, director de Glamit, señala que “los consumidores necesitan una mejora en cuanto a los procesos y tiempos relacionados a los cambios y devoluciones. Si bien se mejoró mucho en este aspecto, todavía existen oportunidades de optimización”. Y suma: “Los clientes requieren que se siga trabajando sobre la experiencia de compra mobile, donde actualmente los porcentajes de conversión siguen siendo considerablemente más bajos que en las visitas realizadas a través de computadoras”.

De la investigación sobre las ventas de moda a través del ecommerce también se detectó que los costos, los tiempos de entrega y las formas de pago son los aspectos que más deben mejorar las marcas para seguir captando compradores. 

Entre otros puntos, la encuesta también mostró el comportamiento de las ventas según los niveles socio-económicos: en el segmento alto se observó que el 73% continuó comprando online, en el  medio el número llegó a 67% y en el bajo, a 47%, es decir que esa baja percibida en el promedio es producto más que nada de la disminución en los niveles de compra de los segmentos más bajos, que cuentan con menores recursos.

Según datos de la Cámara de Comercio Electrónico (CACE), el 2020  fue el año de mayor boom en las ventas (totales) con un crecimiento del 124% respecto del año anterior. La facturación trepó a $ 905.143 millones por la venta de 251 millones de productos. 

Según esta fuente, indumentaria y artículos deportivos, indumentaria no deportiva y alimentos y bebidas resultaron las categorías más populares desde que comenzó la pandemia. Estos últimos, por caso, escalaron siete posiciones en el ránking.

Construirán un Centro Científico Tecnológico Textil

Fuente: Nueva Rioja ~ El gobernador Ricardo Quintela junto al ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, realizaron este martes en la escuela Brigadier Juan Facundo Quiroga, la firma de convenio para el desarrollo de un Centro Científico Tecnológico Textil, con una inversión de $198.947.481. Además, en su visita, las autoridades tomaron contacto con los trabajos presentados por las  escuelas técnicas. 

La firma de dicho convenio permitirá el desarrollo de espacios de capacitaciones destinados a jóvenes estudiantes con el fin de despertar en ellos, vocación en la ciencia y la tecnología.  Un lugar de encuentro para la formación en nuevas tecnologías y que La Rioja se transforme en el punto de referencia a partir de este centro en la industria textil 4.0, para todo el país.

El gobernador Ricardo Quintela, luego de hacer una reseña de las actividades junto al ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, destacó puntualmente la presencia por quinta vez en la provincia, del funcionario nacional. «No solamente desde lo académico –indicó el gobernador- sino, de las concreciones y realizaciones para nuestra provincia», subrayó. 

Quintela agradeció la presencia de todas las autoridades, particularmente al rector de la Escuela provincial de Educación Técnica y EPET N° 1. Se esperanzó en que pronto «vamos a salir de esta  situación difícil» generada por la pandemia.

Por su parte, el ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, se refirió a la actividad realizada en la Escuela Juan Facundo Quiroga de la Capital riojana, e indicó «la emoción para nosotros de dar este paso en esta querida provincia como es La Rioja». «Quiero compartir algunas reflexiones con ustedes, en primera instancia la convicción de nuestro gobierno, de nuestro presidente, del gobernador Quintela, sobre el desafío del trabajo articulado entre el sector del trabajo, el sector productivo y el Estado que promueva el desarrollo; un Estado que no sólo asuma sus responsabilidades más naturales, que también muchas veces se olvidan, sino que logre la planificación para ese desarrollo». 

Sostuvo más adelante que «hoy con el compromiso del gobernador, del Gobierno nacional, estamos llevando adelante esta iniciativa, y no alcanza con que el país crezca, se desarrolle, porque somos un país que tiene una estructura de desarrollo profundamente desigual. Si deseamos un desarrollo armónico de la Argentina y que las diez provincias del Norte Grande, tengan las mismas posibilidades de desarrollo que la Región Centro, que ha implicado la concentración de la matriz industrial a lo largo de toda la existencia de la República, tenemos que llevar adelante iniciativas que busquen la convergencia», acotó. 

Diego Golombek, Director Ejecutivo del Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET), entre otros conceptos, interrogó a la comunidad acerca del fin de la educación, «para qué educamos y hacemos todo esto, para qué esta escuela Técnica maravillosa y todas las demás que estuvimos visitando». Su respuesta abarca la idea de «ser mejores ciudadanos y ciudadanas, para ser mejores personas, para seguir estudiando» no obstante, el  Director del INET, advierte un aspecto valioso como es la educación «para el trabajo». En este sentido remarcó la importancia de la educación «para el trabajo» y en este marco, explicó que «entre las diferentes herramientas del sistema, está la educación Técnica que tiene en su ADN, la educación para el trabajo, desde todos sus niveles».