Los 10 momentos clave que transformaron la moda en América Latina este 2020

Fuente: Fasion Network ~ ara hacer un recuento de 2020 en América Latina debemos abstraer el dolor que una epidemia global como el Covid-19 ha podido causar en la región más desigual del planeta. Y es que las herramientas utilizadas para enfrentar a este “enemigo invisible”, como fue llamada en varias ocasiones esta pandemia, estuvieron en desventaja en esta parte del mundo. El virus desnudó sistemas de salud frágiles y muchas veces precarios, desde Ecuador, pasando por Colombia, Perú, Bolivia, Venezuela, Argentina y Chile, entre otros países de la región, y afectó a todas las capas de la economía y la sociedad.

En tiempos donde preservar la salud es lo primero, podría parecer superficial cuestionarse cuál es el lugar de la moda en Latinoamérica este año. Sin embargo, no es un tema tan accesorio como podría pensarse. La moda es fuente de trabajo de millones de personas en la región que dependen de ella para vivir. La primera ola del virus marcó en América Latina uno de los confinamientos más estrictos a nivel mundial. Los Gobiernos, conscientes de que no tenían los mismos recursos que sus pares europeos para hacerle frente al coronavirus, establecieron fuertes medidas que se prolongaron durante meses: el aislamiento social obligatorio, el cierre de fronteras, el toque de queda, etc. Esto golpeó duramente la economía y ocasionó el cierre de las tiendas no esenciales, muchas de las cuales no pudieron sobrevivir los confinamientos en la región. Estas restricciones se han ido aligerando gradualmente durante la primera ola, lo que ha dado como resultado que los comercios vean sus horarios reducidos.


Las pérdidas de empleo han sido dramáticas en economías que tienen poblaciones que viven el día a día y que al perder la tan ansiada estabilidad que habían conseguido con años de esfuerzo, se han lanzado una vez más a las calles, exponiéndose al virus, para poder vender lo que se tiene a la mano. Frente a esta situación sin precedentes, los Gobiernos de la zona ofrecieron diversos tipos de ayuda económica a sus poblaciones así como a las empresas. Estas han tenido que hacer malabares para pagar los alquileres, sueldos, impuestos y otras tasas en un año complicado. Todo esto es lo que conocemos actualmente como «la nueva normalidad».

1. Manos a la obra: las mascarillas al rescate

La primera ola del Covid-19 trajo consigo una escasez de material médico como batas y mascarillas. Esta fue una oportunidad que aprovecharon los fabricantes textiles y las marcas para volcar sus negocios hacia este nuevo sector. Una de ellas fue la diseñadora colombiana Silvia Tcherassi, quien no sacrificó su estética en sus productos de protección.

La innovación también entró en juego, y en Chile, la empresa textil Monarch produjo mascarillas reutilizables con materiales antibacteriales, al igual que la diseñadora Luz Briceño.

Los talleres argentinos, así como los de otros países, trabajaron a toda máquina para abastecer a los ciudadanos, siendo de las pocas industrias a seguir funcionando durante los momentos más álgidos de la primera ola.

2. Los centros comerciales, de lugares fantasmas al aforo parcial

Durante un largo periodo, los supermercados, farmacias y bancos fueron los únicos locales que se mantuvieron activos en los centros comerciales, mientras los otros establecimientos bajaban sus persianas ante la avanzada del virus. Incluso ahora, pese a que los locales han vuelto a abrir de forma paulatina, el hecho de contar con un menor aforo, horarios restringidos y todo el protocolo sanitario a seguir tiene un impacto en sus cuentas. Ejemplo de ello es el gigante chileno Parque Arauco, que experimentó una desaceleración del 54,4 % en sus ingresos durante el tercer trimestre del año.

Por su parte, la argentina IRSA salió de los resultados negativos de 2019 para ganar unos 311 millones de dólares en año fiscal 2020, aunque vio el impacto negativo en su cuarto trimestre.
 
Frente al cierre de las tiendas físicas, los centros comerciales tuvieron que dar un salto digital obligado, una iniciativa que se reprodujo por toda la región. En Perú, Real Plaza se volcó a la omnicanalidad ofreciendo “más que un marketplace”, integrando las compras en línea y el recojo de pedidos en el lugar.
 
Mientras que en Colombia, Viva, la cadena de complejos comerciales del Grupo Éxito, también se adaptó a la situación con el servicio de “compra y recoge”. Asimismo, Parque La Colina, Parque Arboleda, Parque Caracolí y Premium Outlet, pertenecientes a Parque Arauco, también hicieron lo propio en el mercado cafetalero.

3. Los grandes nombres de la moda en Latinoamérica

En un año marcado por una pandemia mundial es interesante conocer cómo se han posicionado los grandes actores de la moda en la región. Falabella, uno de los referentes chilenos del retail, aumentó un 11,8 % sus ingresos interanuales en el tercer trimestre del año, aunque su utilidad neta se desmoronó un 90,8 %. El crecimiento exponencial de su comercio electrónico compensó parcialmente la caída de sus ingresos en el primer y segundo trimestre, mientras que se disparó a triple dígito durante el tercero.

Siguiendo el auge online impulsado por la crisis sanitaria, Falabella también decidió unificar en una única plataforma de e-commerce la oferta de Falabella Retail, Sodimac, Tottus, Linio y los productos de miles de vendedores de su marketplace.
 
Otra de las estrategias de Falabella para este 2020 fue reducir su presencia en mercados menos rentables como Argentina, por lo que determinó al cierre de cuatro locales en Buenos Aires.
 
Por su parte, el poderoso Grupo Éxito de Colombia estuvo imparable y tuvo un crecimiento de sus utilidades del 369 % en el tercer trimestre del año, mientras siguió con diversas colaboraciones de moda durante 2020, entre las que destacan las de Esteban Cortázar, Daniella Batlle y Beatriz Camacho
 

4. Mercado Libre en las grandes ligas

El aislamiento obligatorio en varios países propició que Mercado Libre se coronara entre las 100 empresas más prósperas durante la pandemia. El gigante del e-commerce, presente en 19 países latinoamericanos, se mantiene como el líder indiscutible en su rubro al ganar 15 millones de dólares en el tercer trimestre de 2020

Para seguir creciendo, Mercado Libre apostó por invertir a lo grande en Chile al desembolsar 100 millones de dólares en sus operaciones logísticas. De esta forma, se convierte en un agente activo en la reactivación de esta importante economía.

5. El boom del e-commerce

Los cambios en las actitudes de los consumidores, que dejaron las tiendas físicas por las boutiques online, aceleraron la implantación del e-commerce en la región, algo que sin duda no se hubiera producido con tanta celeridad de no ser por la pandemia. Más de 10 millones de latinoamericanos compraron en línea, muchos de ellos por primera vez, y fue Colombia el país con mayor número de compradores. Sin embargo, hubo un desfase entre los comercios que se estrenaban en el formato digital y la demanda de los clientes, por lo que muchos negocios no se daban abasto, mientras que los consumidores estaban insatisfechos porque no recibían sus pedidos en el plazo establecido.

Asimismo, además de los problemas logísticos iniciales, también se produjeron estafas virtuales.

6. América Latina despierta el interés de marcas internacionales

Varias empresas de moda europeas ven con especial interés a Latinoamérica para implantar sus inversiones, incluso en un año complicado como este. Según el informe “Global Retail Development Index” de Kearney, América Latina crecerá un 24 % hasta 2024, lo que hace que se un mercado atractivo por el aumento de su demanda interna y del poder adquisitivo.

El grupo de moda número uno en el mundo, el español Inditex, puso la vista en Uruguay, Paraguay y Chile para abrir las tiendas online de su buque insignia Zara y consolidarse en la región. Asimismo, también puso a funcionar las boutiques en línea de Zara Home, Massimo Dutti y Pull & Bear en Colombia para tener un mayor alcance nacional.

Por otro lado, la cadena sueca H&M, el segundo mayor grupo de moda mundial, continuó durante el año con inauguraciones de locales físicos en Perú y Colombia, pese a que aún no cuenta con boutiques en línea en Sudamérica.

7. Los microempresarios y el compra local

Los micro y pequeños empresarios de la moda también han intentado adaptarse lo mejor posible a la adversidad ocasionada por todas las restricciones impuestas. El emporio textil de Gamarra, ubicado en Perú, sufrió tres meses de cierre total de sus establecimientos por el estricto confinamiento en el país y alertó que podría perder hasta un 50 % de sus empresas. Como ellos, muchos comerciantes en la región han apelado directamente a los consumidores para que “compren local” y ayuden así a salvar a los pequeños negocios. Incluso el Gobierno de Colombia ha hecho un llamado especial para que los ciudadanos compren moda colombiana. Este mensaje resuena especialmente en la época de fin de año, que suele ser la de mayor movimiento comercial.

8. La inmediatez es la nueva forma de comprar moda

Teniendo en cuenta la gran tendencia global de permanecer en casa debido a los confinamientos y el teletrabajo, los consumidores de la “nueva normalidad” han apostado por prendas cómodas para portar en el hogar, así como la moda de estar bien vestidos de la cintura para arriba durante las videollamadas.

En América Latina, la última milla es una opción que ha despegado para que los clientes reciban en la seguridad y comodidad de sus casas los productos deseados en tan solo unos clics y de forma casi inmediata. Este es el caso de la cadena Paris y Cornershop en Chile, que ofrecen la entrega de sus productos hasta en 90 minutos.


Asimismo, H&M en Perú se unió con Rappi para despachar sus prendas por medio de los “riders” durante el mes de diciembre, aunque solo en algunos distritos de Lima.

Además, para reforzar sus operaciones en Brasil, México, Chile y Uruguay de una forma más sostenible, Mercado Libre contará con una flota de vehículos eléctricos para completar la última milla de sus pedidos.

9. Las pasarelas y salones se digitalizan

Como ocurrió por todo el mundo, los eventos físicos que congregaban una gran cantidad de personas se convirtieron en un peligro para la propagación del coronavirus. Por este motivo, hubo cancelaciones como la edición del desfile otoño-invierno de Lima Fashion Week (LIF Week), que no llegó a concretarse pese a los anuncios iniciales.

Este vacío fue aprovechado por la Alianza de Diseñadores del Perú, integrada por reconocidos talentos nacionales, que mostraron sus colecciones en julio y en diciembre en Boutique Moda Perú, de forma digital.


A su vez, la Buenos Aires Fashion Week (BAF Week) se estrenó en un formato 100 % online en octubre, dejando atrás los pódiums por los “fashion films” y charlas virtuales. De esta forma, expandieron los horizontes de la moda.
 
Bogotá Fashion Week dejó de lado los clásicos desfiles para dar paso a las presentaciones comerciales de 132 marcas colombianas en la plataforma virtual B2B de negocios de moda Joor, siendo pionero en la región.

Las ferias de moda cambiaron de formato para seguir propulsando los negocios. Las citas fueron virtuales como en el caso de Colombiamoda, que recibió más de 220 000 visitantes durante sus siete jornadas de duración.
 
Por su parte, Perú Moda, la feria de moda y textil más importante del país, cerró su primera edición digital con negocios por más de 166 millones de dólares, lo que equivale a un incremento interanual del 26 %.

10. La consagración del talento latino

En marzo de este año, Johanna Ortiz x H&M, se convirtió en la primera colaboración de una diseñadora latinoamericana con la marca sueca, al lanzar globalmente una colección de 17 referencias. La enseña de fast fashion posee una selecta lista de diseñadores con los que ha colaborado, desde Karl Lagerfeld, quien fue el primero en esta aventura, pasando por Giambattista Valli, Alexander Wang y marcas como Balmain.
 
Además, las fronteras de la música y la moda se disolvieron gracias a J Balvin y su colorido modelo de Air Jordan para Nike. Su álbum Colores, que vio la luz este año, fue sin duda una gran fuente de inspiración para el intérprete colombiano. El éxito de sus zapatillas fue tal que se acabaron en tiempo récord.

Latinoamérica siguió marcando hitos y esta vez fue de la mano de la firma argentina Nous Étudions, la primera de la región en ser semifinalista del reconocido Premio LVMH, organizado por el grupo de lujo francés, número uno a nivel global. Este reconocimiento internacional ha propulsado la carrera de jóvenes creativos a lo largo de los años.
 
Finalmente, con una trayectoria impecable en el mundo de la moda que la ha llevado por las Fashion Weeks de Nueva York y de París, así como a alzarse con el premio del CFDA por su womenswear este 2020, la uruguaya Gabriela Hearst ha vuelto a superarse. Su estilo intemporal, que realza sus raíces gauchas mezcladas con la sofisticación de Nueva York, ciudad donde reside, y que además pone en el centro de las miradas a la sostenibilidad, le ha valido ser nombrada la nueva diseñadora creativa de la firma francesa Chloé, propiedad del grupo de lujo Richemont. De esta forma, se convierte en la primera diseñadora de la región en estar al frente de una importante casa de modas francesa, atrayendo todas las miradas de la industria.

Aunque aún desconocemos si habrá una segunda ola de coronavirus en América Latina o si las vacunas llegarán a tiempo para frenar un escenario que podría ser catastrófico para las economías de la región, el Covid-19 marcará un antes y un después tras su paso. Cabe preguntarse si los cambios que ha traído la pandemia en la moda serán permanentes o no.

¿Seguirá la moda atrapada en un ritmo frenético de varias coleccciones al año o podrá respirar un poco más? ¿Cuánto avanzará el tema digital en el sector? ¿Los productos locales cobrarán más importancia para los consumidores? ¿Se consumirá menos en el futuro? ¿Se consumirá mejor? ¿Latinoamérica podrá ser un actor importante para una verdadera transformación en el sector? Estas preguntas se irán resolviendo poco a poco en la nueva normalidad, sin lugar a dudas, con un marcado espíritu de emprendimiento y supervivencia tan propio de América Latina.

2020, año de sueños rotos y esfuerzo por sobrevivir en la moda

Fuente: EFE by Clarín ~ En 2020 la moda ha llorado la muerte del diseñador Kenzo Takada, la cancelación de desfiles y el cierre de negocios, pero también ha luchado por sobrevivir apostando por la artesanía y ha habido sorpresas, como el muy aplaudido debut de Carlos de Inglaterra con una colección sostenible y artesanal.

Como es habitual, el año arrancó con un agitado calendario, con la feria florentina Pitti Uomo, los desfiles masculinos y la Alta Costura de París en una edición marcada por el adiós de Jean-Paul Gaultier.

Después llegó la Semana de la Moda de Milán de mujer, y tras celebrarse varios desfiles con miedo al coronavirus, Giorgio Armani decidido celebrar el suyo a puerta cerrada, en el Teatro Armani, y sin invitados, como medida de precaución ante la alerta de coronavirus, pero retransmitido en directo en las redes sociales.

La Federación de Alta Costura y Moda, organizadora de la pasarela parisiense, descartó anular el calendario. En aquel momento aún no se hablaba de epidemia en Francia.

Pero en el mundo de la moda la psicosis se propagó como la pólvora: «No te saludo, que vengo de Milán» decían estilistas, periodistas y compradores al tiempo que se intentaba guardar la cautelosa distancia de seguridad de dos metros durante una singular Semana de la Moda.

Nueva York y Londres también celebraron sus respectivas semana de con ausencias y menos público. Se empezaba a distribuir en la entrada de los desfiles geles hidroalcohólicos y también mascarillas.

Pero con la propagación mundial de la covid-19 y la llegada de la cuarentena, todo se paralizó. Fue un golpe a la industria textil que vio como se cerraban la fabricas y tiendas, con el sector nupcial como uno de los más dañados y aunque algunos han podido reconvertirse con diseños de día a día, otros han tenido que cerrar.

Pese a ello, no todo ha sido malo. La pandemia ha servido para abrazar la calidad, la responsabilidad y la sostenibilidad, «el producto artesanal y la compra responsable de moda», como ha explicado a EFE Héctor Jareño, de la firma Reliquiae, quien asegura que la moda necesita «recuperar los oficios, la fabricación local y hacer hincapié en la artesanía contemporánea, la base del consumo responsable».

De esta crisis también han salido cosas positivas y se ha agudizado el ingenio para presentar los desfiles en forma de película y las modelos, teléfono móvil en mano, mostraban las novedades en sus redes sociales, entre ellas TikTok, que ha supuesto un antes y un después en los desfiles de moda.

Con la covid-19, los desfiles han sido más democráticos y también más interactivos, gracias a las redes sociales, que han ofrecido la posibilidad de descubrir las nuevas colecciones en tiempo real y como si se estuviera en la primera fila.

Toda una novedad que ha dado un vuelco al tradicional desfile de moda en el que la exclusividad y el rango social marcaba los asientos de la primera fila, el llamado «front-row».

Además, en este año, la industria de la moda ha mostrado su cara más solidaria y se ha volcado en la confección de mascarillas.

Muchas firmas han apostado por lanzarse definitivamente a la venta online. «Es algo que todos sabíamos que se iba a imponer, y así está siendo. Las nuevas generaciones de compradores han crecido con un smartphone y no renunciarán a ello», precisa Luis Chico de Guzmán, CEO de la empresa de calzado Hispanitas.

La conciencia sostenible ha aumentado, muchos diseñadores se han planteado que en menos de diez años todas sus prendas sean sostenibles o procedan de materiales reciclados. «Los materiales ecológicos y la economía circular van a ser un potente movilizador de las marcas de moda», añade Guzman, quien asegura que cada vez se destinan más recursos a la innovación.

Y es que la moda sostenible ya no es cosa de «hippies» ni románticos, sino un modo de vida, una emergencia medioambiental, muy presente en actores, cantantes, modelos y miembros de la realeza, como Carlos de Inglaterra, que este año ha lanzado su propia colección de moda ecológica, de 18 piezas: 10 femeninas y 8 masculinas, creada por estudiantes italianos y confeccionada en Escocia por artesanos británicos.

La industria de la moda ha afrontado grandes retos debido a los nuevos hábitos de consumo. La sostenibilidad y el consumo racional se han hecho fuertes en un año en el que el chándal, las sudaderas y los «leggins» han desterrado a los tacones, las lentejuelas y los diseños de alto copete.

Murió el diseñador de moda Pierre Cardin

Fuente: Infobae ~ El modista francés Pierre Cardin, estilista visionario y pionero del prêt-à-porter, falleció el martes a los 98 años, anunció su familia a la AFP.

“Es un día de gran tristeza para toda nuestra familia, Pierre Cardin ya no está. El gran diseñador de moda que fue, atravesó el siglo, dejando a Francia y al mundo un legado artístico único en el mundo, pero no sólo. Estamos orgullosos de su tenaz ambición y de la audacia que demostró a lo largo de su vida. Hombre moderno con múltiples talentos y una energía inagotable, se involucró muy pronto en los flujos de la globalización de bienes y el comercio”, escribió su familia en un comunicado.

El estilista ha muerto en el hospital estadounidense de Neuilly, a las afueras de la capital francesa. Cardin, hombre de negocios que creó un emporio con su nombre, participó con André Courrèges y Paco Rabanne en la renovación de la alta costura francesa en el periodo de posguerra y encadenó a lo largo de su trayectoria las creaciones futuristas.

El modisto francés Pierre Cardin, quien ayudó a dar a conocer a grandes diseñadores como Jean Paul Gaultier, no ha parado desde sus comienzos a buscar a la próxima superestrella de la moda a lo largo de su trayectoria.

El modista francés Pierre Cardin, estilista visionario y pionero del prêt-à-porter falleció el martes a los 98 años

Cardin, quien aprendió por primera vez los trucos del oficio con un entonces desconocido Christian Dior antes de presentar su primera colección en 1953, dijo que todavía privilegiaba la originalidad por encima de cualquier otra cosa. “Siempre he tratado de ser diferente, de ser yo mismo”, dijo Cardin a Reuters. “Si a la gente le gusta o no, no importa”, agregó.

Siempre precursor, se dirigió muy pronto a Asia donde gozaba de una gran reputación: viajó desde 1957 a Japón, entonces en plena reconstrucción, y organizó desfiles en China desde 1979.

Cardin, fue conocido por sacudir estilos en la década de 1960 con vestidos futurísticos y otros diseños aptos para una odisea espacial. Además, abrió antes que muchos otros un “puesto” en un gran almacén e hizo desfilar a hombres. Así mismo, adoptó un sistema de licencias a gran escala que le aseguraba una difusión en el mundo entero, estampando su nombre en productos tan variados como corbatas, cigarrillos, perfumes o agua mineral.

En noviembre del 2014, Pierre Cardin inauguró personalmente el Museo Pasado-Presente-Futuro situado en el número 5 de la rue Saint Merri, donde los visitantes podían admirar su pasión por la alta costura, los accesorios, la joyería y el diseño

A medida que su casa de moda creció rápidamente, se necesitaron nuevos espacios, y Pierre Cardin se mudó a un edificio de 6 pisos ubicado en 59, rue du Faubourg Saint-Honoré, donde realizaba todas sus actividades.

En noviembre del 2014, Pierre Cardin inauguró personalmente el Museo Pasado-Presente-Futuro situado en el número 5 de la rue Saint Merri, donde los visitantes podían admirar su pasión por la alta costura, los accesorios, la joyería y el diseño. El museo hoy alberga una colección permanente que se enriquece periódicamente con nuevas piezas elegidas entre las 4000 piezas que se conservan en los archivos de la casa de moda.

A medida que su casa de moda creció rápidamente, se necesitaron nuevos espacios, y Pierre Cardin se mudó a un edificio de 6 pisos ubicado en 59, rue du Faubourg Saint-Honoré, donde realizaba todas sus actividades

El universo de Pierre Cardin se componía por la moda, accesorios, joyería, fragancias, mueble, trajes de teatro, vajillas e incluso los restaurantes que formaban parte de la innovadora marca de Pierre Cardin .

“Italiano de nacimiento, Pierre Cardin nunca olvidó sus orígenes, al mismo tiempo que muestra un amor incondicional por Francia. Consagración suprema, es finalmente el primer modisto en entrar en la Academia de Bellas Artes, haciendo que la moda sea reconocida como un arte de pleno derecho. Prueba de esto es hoy su espada de académico que creó el mismo y en la que están grabados los símbolos de su éxito”, concluye el comunicado.

2020, el año en el que los «fashion films» sustituyeron a los desfiles

Fuente: Ciudad Magazine ~ La llegada de la pandemia al 2020 ha cambiado el ritmo de vida y ha alterado, fundamentalmente, aquellos planes que giraban en torno a las multitudes abarrotadas, como los desfiles de moda. Unas presentaciones de colecciones que vertebran los imaginarios de las marcas y que se han reinventado este año sosteniéndose sobre esta nueva modalidad.

Los «fashion films» son «formatos que combinan arte y publicidad en construcciones visuales», explicaba durante las conferencias «Fashion films al servicio de la moda» Diego Hurtado de Mendoza, director consagrado en el formato por algunos de sus trabajos en marcas como MTV o Vogue.

Estas pequeñas historias que muestran la identidad de las firmas mediante vídeos breves no son nuevas. Marcas como Tous o Chanel llevan años empleándolas de forma complementaria a sus presentaciones, así como otras fuera del universo de la moda, como Freixenet en sus anuncios navideños, que se suman a este formato para conectar con el público.
Con la llegada de julio y en plena pandemia, París debutaba con su primera semana de la Alta Costura otoño-invierno 2020-21 en formato digital, sustituyendo su icónica pasarela física realizada desde comienzos del siglo XIX por «fashion films».

Dior, Schiaparelli, Iris Van Herpen o Chanel se negaban a echar el freno ante la crisis, adaptándose a este formato y a las posibilidades que ofrece. De bosques encantados hasta avatares personalizables, las marcas optaban por erigir historias fantásticas en las que mostrar, además de las colecciones, sus universos creativos a través del séptimo arte.
La tendencia se expandió y fue utilizada por las semanas de la moda de Nueva York y Milán, y también por la de Madrid, que sin embargo adoptó un formato híbrido durante su edición del mes de septiembre.
Y es que, «un ‘fashion film’ es el estilo de vida y la ideología de una marca». Así lo explica el cineasta Pablo Maestres, quién debutó como director en este género de la mano de Del Pozo en 2014, y para quien estas piezas constituyen una mezcla entre registros como «el documental, vídeos comerciales y videoclips».

Aunque los fashion films «no se queden para sustituir de forma definitiva a los desfiles», tal y como apuntaba durante un vídeo en directo en Instagram Esther García, regidora y coordinadora de desfiles de la pasarela madrileña, sí que configurarán una parte importante de la nueva normalidad en la moda, hasta que la situación sanitaria remita y puedan permitirse desfiles con grandes aforos.

Mientras tanto y por el momento, las firmas siguen nutriéndose de esta nueva forma de dar a conocer sus colecciones y proyectar su creatividad de cara a los últimos días del 2020, como es el caso de Balenciaga, que el 7 de diciembre presentaba en forma de videojuego su última colección, en un formato que ya en septiembre lanzaba en España la firma Marlo Studio.
Un salvavidas para el mundo de la moda que encuentra en las nuevas tecnologías el aliado perfecto para seguir funcionando y desplegar su creatividad a través de las pantallas.

De cadete a directora de una revista de moda: Trabajar más que el resto fue la clave

Fuente: La Nación ~ Una alpargata negra y otra blanca. Fue el toque diferente y original que, desde adolescente, supo darle a su vestimenta como metáfora, quizás, de un aspecto característico de su personalidad. Nacida y criada en Casilda, una ciudad de 35 mil habitantes, al sur de la provincia de Santa Fe, Belén Baldelomar siempre fue una apasionada por la moda. «Compraba todas las revistas de moda y todos los sábados iba a ver qué había de nuevo en el local que tenía las mejores marcas. Recuerdo querer vestirme con algún toque diferente, por ejemplo, salía con una alpargata blanca y otra negra. Y sentía que eso marcaba la diferencia y me permitía desafiar lo establecido».

Finalizada la etapa escolar, estudió Comunicación Social en Rosario y Marketing Digital en Buenos Aires. Mientras completaba su formación académica, trabajó como modelo, promotora, barwoman, y luego comenzó una pasantía en una agencia de relaciones públicas, Allí arrancó como cadete: llevaba los presentes de los lanzamientos a las redacciones y tuvo la oportunidad de relacionarse con periodistas de diferentes rubros. Además, escribía las gacetillas de prensa y ayudaba en la organización de los eventos de las marcas Pommery, Club Med y Compaq. El repertorio de temas que cubría era, desde ya, amplio y variado.

Luego la contrataron en una de tres principales agencias de Relaciones Públicas de la Argentina. En esos años tuvo la mejor escuela sobre el oficio. Trabajé en la comunicación de las marcas de Procter & Gamble: Pampers, Pantene y Head and Shoulders, entre otras. «No había medias tintas para nadie. O evolucionabas o te sacaban. Fueron años durísimos de muchas horas y mucho aprendizaje». También trabajé para los canales de Turner: CNN, TNT, Cartoon Network, y para las cervezas Isenbeck y Warsteiner. «El mayor desafío sin duda alguna fue poder manejar el ritmo frenético de estar pensando en los pañales Pampers, a los cinco minutos en la cerveza Isenbeck y al rato hacer un brainstorming de ideas sobre cómo comunicar un nuevo shampoo para Pantene. Fue duro pero muy enriquecedor, y me permitió entender que mi pasión estaba relacionada al mundo de la moda, la belleza y el bienestar. Ahí entendí el poder de vernos bien, de elegir las prendas que nos hagan sentir bien, de embellecer nuestro hogar, de nutrir nuestro cuerpo con alimentación sana, de entrenar, de formar relaciones sanas y tener vida espiritual. Todo ayuda. Funciona como un círculo virtuoso». Hasta que finalmente confirmó su amor por la moda, asesorando a una empresa textil brasilera, Santana Textiles, que la contrató para su desembarco en el país.

Vida pública y organización personal

Puertas adentro, ya se había convertido en mamá de dos y combinaba la crianza con un exigente trabajo en oficina que le exigía estar al 100% en todos los ámbitos. «Mis hijos todavía son chiquitos. No lo voy a negar, estar con ellos, acompañarlos en su crecimiento y poder cumplir a la vez con mis obligaciones y compromisos laborales es algo difícil pero hermoso. No podría ser de otra manera. La clave es la organización, la eficiencia, y tener ayuda en casa, de otro modo es un descontrol».

Al poco tiempo llegó Prüne -una marca argentina de carteras, calzados, abrigos y accesorios- y el liderazgo de un equipo de 15 personas: desde la campaña publicitaria hasta las vidrieras, todo pasaba por ella. Y luego el desafío fue mayor, asumir como Directora de DMAG, una revista de vanguardia en moda y llevar a cabo la reconversión multiplataforma del medio.

«Yo venía de trabajar 10 horas por día en una oficina y cuando comencé en DMAG fui muy clara con mi jefe: necesitaba organizar mis horarios, no quería tener horarios fijos. Ahí me cambió todo, porque con organización podía lograrlo. Por ejemplo, coordinaba una entrevista a la mañana, llevaba a mi hijo al doctor luego y terminaba de armar una presentación en casa a las 11 de la noche, cuando los chicos ya estaban dormidos». También en ese momento comenzó a dar charlas en universidades. Y entre 2018 y 2019 dio forma a los Diálogos de Moda junto al Alcorta Shopping sobre diferentes temáticas para mejorar la calidad de vida: bienestar, entrenamiento, cuidado de la piel, espiritualidad, coaching, estilo, entre otros temas. Y lo hizo, una vez más, con mucho entusiasmo.

Agente de cambio: inclusión y sustentabilidad

La experiencia le permitió entender que tenía la responsabilidad de ser un agente de cambio de la industria de la inclusión y la sustentabilidad. Por eso, desde la revista que dirige comenzó a dejar de replicar modelos hegemónicos y a darle lugar a la inclusión, a dejar de retocar las fotos para que las modelos y celebrities no se vieran irracionalmente perfectas, a darle lugar a personalidades que cuentan la historia desde otro lado, mucho mas real, más humano e inclusivo. «Empezamos a darle protagonismo a la diversidad de edades, en tipos de cuerpos, de géneros, etc. Otro tema que nos interpela es la sustentabilidad, la industria de la moda es la segunda más contaminante después del petróleo. Por eso nos propusimos instalar el concepto de slow fashion como contrapartida del fast fashion que implica la producción desmedida de marcas como Zara y H&M, y la consiguiente contaminación del planeta. Promovemos la compra inteligente, poco pero de calidad, que dure, sin tener en cuenta las tendencias, comprar básicos y piezas que tengan que ver con nuestro estilo personal. La moda tal como la conocíamos ya no volverá a ser lo que era.»

El esfuerzo estaba rindiendo sus frutos: en 2019, Belén fue miembro del jurado de los Martín Fierro de la Moda 2019, junto a otros importantes referentes como Benito Fernández, Tete Coustarot y los editores de Para Ti, Infobae, Gente, Hola, L´Officiel, Marie Claire, Clarín y LA NACION. «Ser muy exigente, trabajar más que el resto, animarme a lo desconocido, generar y alimentar las relaciones, y estar dispuesta a hacer de todo, creo que eso fue lo que me permitió crecer en la profesión que amo. También me ayudó mucho ser fiel a mí misma, tener mi punto de vista y a veces discernir con el cliente para lograr planes más enriquecedores».

Aprender en la pandemia

Pero el aprendizaje no había terminado. Este año, pandemia mediante, Belén reconoce que se vio obligada a parar, valorar, agradecer y recalcular. «Me sirvió para depurar, sacar de mi vida lo que no sumaba, y concentrarme en mis objetivos personales y laborales para lograrlos. Esta pandemia nos hizo repensar la manera de consumir, realmente ¿necesitamos comprar tanto? ¿O es preferible comprar una prenda de diseño y calidad atemporal que me dure muchos años? Yo compré varias prendas online en Kostume, JT, Mishka, Luz Ballestero, que voy a tener toda la vida. También fue un excelente momento para limpiar mi vestidor, regalé y vendí en la feria ganga style de una amiga y compré ropa usada también».

Sus refugios al momento de trabajar fueron varios, según la hora del día, se armó una oficinita en su cuarto, con el aro de luz para los meets o charlas, y usó mucho la galería que tiene una vista al verde del jardín que la inspira y le brinda alegría. «Después de este año difícil que nos tocó vivir, sueño con que todos seamos agentes de cambio, tenemos que ser más amorosos, amables, libres, respetuosos, dejar de criticar, consumir menos y mejor, disfrutar del momento, tratar de no contaminar el planeta, y ser más inclusivos en edades, géneros y tipos de cuerpos. Cada uno es libre de ser y verse como quiere».

Conocé la marca de moda que combina alta costura, arte y diseño

Fuente: Perfil ~ Se llama Moratta y tiene diseños de noche y otros que se adaptan al uso cotidiano.

Nuria Bueno es la diseñadora de Moratta, una marca de autor que se destaca por sus diseños únicos y con personalidad, convirtiendo sus creaciones en objetos de colección por mirada artística en cada composición.

La formación de su diseñadora, cuenta con un vasto camino recorrido en Alta Costura y en diversas Técnicas, como Moulage, Origami, Draping haute-couture,  Zero-Waste, volumen 3D entre otros, formándose con reconocidos diseñadores internacionales como Evgeniya Satalkina en Shcola Couture (Rusia), Shingo Sato (Japón), The Fashion Fit de la mano de Saul Sandoval (México) Elena Ryleeva (Geoegia) Gladys Queevedo (Argentina), entre otros.  

Su pasión por viajar la nutre de tendencias, perderse en cada ciudad en búsqueda de géneros, brocados italianos, encajes franceses, tulles madrileños pedrería, sedas japonesas, hilos de seda… logrando en cada diseño la union de todos los mundos y lo mejor de ellos, dando identidad además de poder vincularse con diferentes Diseñadores Internacionales, su impronta es europea lo que la linkea con un mundo gigante de creatividad. 

Moratta nace de la búsqueda personal de su autora en combinar el arte, el diseño y la Alta Costura de principio de siglo, realizando vestidos virtuosos,  con carácter y que transmiten sensaciones, combinando texturas, colores y volúmenes para hacer diseños 3D con vistas desde diferentes planos, utilizando la técnica de modelado (Moulage) directo sobre maniquí,  realizados íntegramente a mano, utilizando encajes, tules, broderie, bordados, piedras, etc, donde el espacio natural sea el cuerpo de una mujer, juega con los escotes, las transparencias y los volúmenes sin olvidar el cuerpo que debe vestir, cualquiera sea su talle, porque una mujer auténtica también debe saber descubrirse. También te puede interesar

La  firma construye su marca caminando por 3 senderos, la Alta Costura, vestidos de noche, novias, madrinas y quinceañeras, diseñando chaquetas, experimentando en diversas telas y texturas para lograr efectos diversos, siempre teniendo en cuanta detalles de moldería que hacen de cada chaqueta un molde perfecto para cada cuerpo. Y el mundo Pret-a-porter donde sus piezas se adaptan tanto al día como a la noche. 

Todas las herramientas, las técnicas aprendidas, la elección de los colores y las texturas hacen que cada diseño sea único y versátil. Ofrecemos moda de calidad, reutilizaba, consciente y dinámica.  El concepto Zero-Waste es parte de nuestra esencia, el consumo y la compra responsable.

Eco Moda: empresas textiles enfrentan el desafío de ser cada vez más sustentables

Fuente: BAE ~ La importancia de fomentar la economía circular y el empleo de tecnologías que sean respetuosas con el medio ambiente.

Representantes de la industria de la moda ponen cada vez más énfasis en la importancia del fomento de la economía circular y el empleo de tecnologías respetuosas con el medio ambiente y remarcan la demanda creciente de «prendas eco». Asimismo, muchos de ellos coinciden en que algunos de los principales retos ante esta coyuntura son la mejora en los tejidos para aumentar la duración de las prendas, así como para fomentar el reciclaje.

Todos estos temas se han debatido recientemente durante la II Jornada sobre «Sostenibilidad, Responsabilidad e Innovación en el Diseño de Moda«, organizado por el Centro Superior de Diseño de Moda de Madrid (CSDMM) de la Universidad Politécnica y Tendam.

Según ha explicado el director de diseño de las tiendas de moda Springfield, Albert Mora, las prendas de un solo material son «más fáciles de reciclar» y, por tanto, más sostenibles que aquellas que mezclan tejidos, como el algodón y el poliéster. Por lo tanto, no se trata solo de que su compañía se haya dado cuenta de que los recursos del planeta son limitados, es que además «el mercado demanda prendas eco», y ha asegurado que cuando él estaba en la universidad no se hablaba de sostenibilidad en la moda.

Además, ha insistido en que Springfield está tratando de hacer las cosas «un poco mejor, para acabar haciéndolas bien», ya que es una empresa «muy grande» y, por ello, tienen «mucha responsabilidad». «Tenemos que tener muy claro a dónde queremos ir y cuándo queremos llegar. Hay que centrarse en la trazabilidad, un gran dolor de cabeza puesto que debemos idear dónde, cómo y de qué manera queremos hacer las cosas»; además de mejorar la formación y la transparencia.

En opinión del diseñador, es muy importante tener controlado el viaje que hace cada prenda y ha asegurado que Springfield utiliza el mar a la hora de transportar sus productos, ya que «es menos malo» que el avión. «Nos queda mucho camino, pero hemos tomado velocidad y cuando tienes inercia es todo mucho más fácil».

Por su parte, la diseñadora Kavita Parmar, de la marca IOU Project, explicó que su marca «es un pequeño negocio con fragrante componente medioambiental, social y local, que ensalza la calidad frente a la cantidad». De esta manera, ha puesto en valor la denominación de origen explicando que al igual que nunca compraríamos un vino Rioja hecho en China, tampoco deberíamos hacerlo con un jersey de cachemira, porque «Rioja es un lugar, la Cachemira es otro lugar y eso se está olvidando».

Esta diseñadora de origen indio añade un código QR a cada prenda para que el comprador pueda saber la historia del artista que la elaboró: «El artesano transmite valores, cultura, modos de ser y de sentir», concluye. De esa forma, busca acercar su moda aun más a los consumidores.

Manuel Blanco, Director de la ETSAM-UPM y CEO del CSDMM-UPM, subrayó que la moda afronta nuevos retos y hay que analizar desde diferentes prismas del sector.

Por su parte, Ignacio Sierra, Director General Corporativo TENDAM, ha destacado que «con más de 140 años de historia como compañía, tenemos una tradición de respeto por el producto. Por ello, desde este posicionamiento, debemos generar conocimiento. Es imposible que la moda sea sostenible si no pensamos primero cómo debe ser la moda».

La profesional de la comunicación, Brenda Chávez ha señalado que «consumimos hasta un 60% de más ropa que hace quince años. La industria y los medios incitan a renovar las prendas cada temporada lo que conlleva un gran impacto medioambiental». En ese sentido, aboga por la moda responsable y, durante su ponencia, ha aportado claves para adquirir hábitos de concientización; fomentar el reciclaje también en el sector textil o apoyar artesanos locales.

Impacto

La moda es la segunda industria más contaminante del planeta. Según la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), este sector utiliza anualmente 93.000 millones de metros cúbicos de agua, un volumen equivalente a las necesidades de cinco millones de personas. Asimismo, cada año se vierten al mar medio millón de toneladas de microfibra, con un impacto similar a tres millones de barriles de petróleo. Por todo ello, atajar el problema de la sostenibilidad debe ser una cuestión prioritaria en el sector.

Un desafío que se debe afrontar de manera transversal: desde la elección de materias primas a los envoltorios de los productos, pasando por los procesos productivos y el uso de la energía. También con el resto de actores implicados, como los proveedores, los estudiantes –en calidad de futuros diseñadores– y los consumidores. «La gente va a comprar de manera diferente, en unos años, nadie comprará prendas que no cumplan determinados requisitos, y tenemos que estar preparados para adaptarnos a los nuevos hábitos», justificó Mora.

El vicerrector de comunicación institucional y promoción exterior de la UPM, Javier Jiménez-Leube, señaló a la tecnología como una herramienta para alcanzar soluciones. «Hemos hablado de la importancia de la trazabilidad para cerciorarnos del origen de las fibras que utilizamos, un desafío al que puede contribuir el blockchain», desarrolló el académico, quien aprovechó la ocasión para poner en valor el acompañamiento que puede ofrecer la Universidad Politécnica a la hora de desarrollar estas habilidades.

Diseñadores argentinos

Hay cada vez más marcas de ropa nacionales que apuestan por la sostenibilidad, creando prendas con materiales orgánicos y siendo partidarios del comercio justo y el impulso a las comunidades locales.

Algunas de las etiquetas que están pisando fuerte en Argentina son:

– Rue Mariscal: ideada por Gaba Esquivel, surge de la conjunción entre la idea de lujo contemporáneo y las tradiciones artesanales de Paraguay

– Stay True: fundada por Martín Alonso y especializada en realizar prendas con algodón biodinámico

– Proyecto Auras: un emprendimiento de Carolina Di Nezio que está constituido por una serie de colecciones cápsulas de indumentaria que se presentan en conjunto con diferentes organizaciones, cooperativas y asociaciones

– Mona swimwear: creada por Andrea Picasso, se dedica a la producción de trajes de baño

– Animaná: la fundadora de la marca, Adriana Marina, tiene como foco el respeto de los pueblos originarios, los animales y la naturaleza. Esto lo demuestra a través de sus productos, que están tejidos o bordados a mano, con técnicas ancestrales de los Andes. Las fibras que utilizan son naturales

Blusas para Zoom: cómo la pandemia cambió la ropa de trabajo

Fuente: La Nación / The New York Times ~ Muchas oficinistas están trabajando desde casa, por lo que ya no tienen las mismas nociones de lo que es un guardarropa profesional. Las marcas que las habían vestido para la oficina han tenido que cambiar con ellas.

Antes de la pandemia, dijo Rebecca Rittenberg, una mujer de 28 años que trabaja en el área de ventas publicitarias de Google en Nueva York, una de las cosas que más le gustaba de ir a la oficina era “llegar con ropa profesional y a la moda”.

Un elegante par de pantalones, blusas coloridas o estampadas, sacos, faldas, vestidos, botas de tacón y zapatillas de diseñador formaban parte de su vestuario, que utilizaba para expresar su personalidad y estar a la altura de sus elegantes colegas del mundo de la publicidad.

Ahora, después de ocho meses de trabajar desde casa, y cuando Google ha dicho que los trabajadores no tendrán que volver a asistir en persona hasta el próximo verano, por lo menos, una gran parte de esa ropa ha sido donada y reemplazada. La nueva definición de Rittenberg de “ropa de trabajo” incluye camperas y ropa deportiva de cachemira, cintas para la cabeza y otras prendas acogedoras que forman parte de la categoría “saludable punto medio” entre las pijamas y los sacos.

“Vi las cosas que solía usar en la oficina todo el tiempo y pensé: ‘¿Cuándo voy a volver a tocar esto?’”, dijo. “Nuestra mentalidad ha cambiado un poco con esta pandemia y con el hecho de que todos hemos estado trabajando desde casa durante tanto tiempo. En cuanto estemos de vuelta en la oficina, lo cual creo que sucederá, parece que será un cambio bastante extremo volver a usar una chaqueta, una falda formal y tacones”.

Puesto que muchas mujeres profesionales han vivido un largo periodo de trabajo a distancia, sus nociones de la ropa de trabajo se han transformado, lo cual ha sacudido a los negocios que han buscado equiparlas para la oficina. La vestimenta de oficina estadounidense ya se enfrentaba a los efectos de la “casualización” —incluso Goldman Sachs relajó su código de vestimenta el año pasado— pero, a medida que la pandemia se prolonga, el cambio se acelera y puede que se quede para siempre.

Bloomingdale’s ha observado que los clientes buscan cada vez más cachemira, zapatos planos, pantalones con cintura elástica y otras prendas cómodas, mientras que marcas como Theory se han apresurado a añadir más ropa informal a sus líneas, dijo Denise Magid, una vicepresidenta ejecutiva de Bloomingdale’s que supervisa las prendas de vestir “prêt-à-porter”.

“Sin importar cuándo volverán las personas a la oficina, creo que la gente se ha sentido cómoda con lo que lleva puesto”, dijo Magid. “No creo que la gente quiera deshacerse de esa sensación de comodidad”.

El panorama de las ventas minoristas cambia con las nuevas necesidades del trabajador a distancia. Las quiebras de este año incluyeron a Brooks Brothers y al dueño de Ann Taylor y Loft. Rent the Runway cerró todas sus tiendas y eliminó su opción de suscripción ilimitada. En el último trimestre de Gap Inc., las ventas netas se dispararon un 15 por ciento en Old Navy y un 35 por ciento en Athleta, mientras que cayeron en picada un 34 por ciento en Banana Republic.

En cuanto estemos de vuelta en la oficina, lo cual creo que sucederá, parece que será un cambio bastante extremo volver a usar una chaqueta, una falda formal y tacones

Gap nombró un nuevo director de Banana Republic la semana pasada y dijo durante una teleconferencia en la que se presentaron los resultados de la marca que había “trabajado arduamente para actualizar su surtido de productos” con el fin de satisfacer una era de trabajo remoto en la que se prefiere la ropa más informal en lugar de las prendas de vestir y los trajes a medida.

Las mujeres profesionales han sido durante mucho tiempo un mercado lucrativo. Los minoristas las ven como clientes que tienden a tener dinero para gastar y están dispuestas a pagar por prendas que les ayudarán a sentirse seguras en el lugar de trabajo, a adaptarse a estilos de vida ajetreados o a tener el aspecto adecuado para los días en los que tengan que pasar de la oficina a una cena. El atuendo suele ser solo de limpieza en seco, más rígido y estructurado que la ropa de fin de semana, y modesto en el escote y el dobladillo. Muchos de esos productos —y la manera en que se comercializan— han cambiado.

El otoño pasado, el sitio web y las redes sociales de Banana Republic mostraron coloridos tacones y modelos que llevaban “la esencia de Banana Republic con un toque moderno: acogedores tejidos gruesos y pana italiana, sacos a cuadros de doble botonadura y chaquetas de molesquín”. Esta temporada, su sitio incluye búsquedas de entrevistas virtuales y una sección de “ocio en el trabajo”, con suaves mallas de ponte, vestidos de suéter de cuello alto, calcetines con estampado de guepardo y “coatigans” (un híbrido entre una chaqueta y un suéter de punto).

Algunas mujeres parecen estar limpiando sus armarios de ropa de oficina a través de donaciones y reventas. The RealReal dijo que las consignaciones de vestidos de trabajo se duplicaron entre el 1 de agosto y el 15 de octubre comparado con el mismo periodo del año pasado, con excepción de los saltos significativos en los envíos de vestidos de cóctel y vestidos de noche. En Poshmark, las listas de chaquetas y trajes de chaqueta para mujeres de julio al 30 de septiembre aumentaron un 30 por ciento con respecto al año anterior, mientras que las listas de faldas lápiz para mujeres aumentaron un 32 por ciento.

Jackie Temkin, de 33 años, ya había empezado a vender mucha de su ropa de oficina más formal de Washington, D.C. en Poshmark después de graduarse de la escuela de negocios en 2018 y establecer un estudio de diseño en Charlottesville, Virginia. Pero dijo que la demanda de este tipo de ropa parecía haberse agotado desde marzo.

“Creo que muchos empleadores han aprendido que se pueden hacer muchas cosas en casa y que las normas del lugar de trabajo de antes ya no son aplicables”, dijo Temkin. Añadió que su vestuario laboral ya era radicalmente diferente a como recordaba que su madre se vestía para su trabajo como abogada.

“Tenía trajes de vestir y trajes de falda y cosas así, y ese era su uniforme todos los días”, dijo Temkin. Recordó que una vez su madre se puso un bronceador falso en las piernas en verano para que pareciera que llevaba medias. “Es un cambio tan grande”, dijo.

M.M.LaFleur, una empresa de ropa elegante de trabajo para mujeres, fundada en 2011, se ha esforzado para recuperarse del golpe que ha recibido este año. La marca ha eliminado la ropa de primavera y se ha inclinado más hacia la categoría “casual formal”, que introdujo hace varios años.

Creo que muchos empleadores han aprendido que se pueden hacer muchas cosas en casa y que las normas del lugar de trabajo de antes ya no son aplicables

“En realidad, nos inspiramos en nuestros clientes tecnológicos de San Francisco, que decían: ‘No puedo llevar vestidos o un traje para trabajar porque entonces la gente piensa que estoy haciendo una entrevista, pero tampoco voy a llevar una sudadera con capucha y pantalones deportivos, como los ingenieros, porque no soy así’”, dijo Sarah LaFleur, fundadora y directora ejecutiva de la marca. “Ese estilo se ha convertido en algo más generalizado ahora, así que mucho de lo que hemos estado haciendo es diseñar para ese tipo de mujer”.

Las prendas incluyen suéteres de cachemira, un híbrido de chaqueta y cárdigan llamado “jardigan” y pantalones “mejores que jeans”. LaFleur dijo que, aunque las ventas de blusas “aptas para Zoom” habían superado inicialmente las de pantalones durante la pandemia, hubo un repentino aumento de ventas de pantalones en junio.

Ella podía identificarse con el suceso. “Después de cien días de usar pantalones deportivos, necesitaba sentir que me levantaba de la cama”, dijo, y añadió que los clientes se han inclinado por los pantalones que parecen hechos a la medida pero que se sienten tan cómodos como los pantalones deportivos.

La compañía también ha cambiado la marca de algunos de sus productos. Sus “pantalones Colby”, de aspecto prolijo, que antes se comercializaban en la colección “Origami Suiting” como resistentes a las arrugas y fáciles de doblar para los viajes de negocios, se han rebautizado en línea como “Colby joggers”, con un nuevo énfasis en su atractivo informal y su cintura elástica. Las ventas se dispararon siete veces. La marca se vio favorecida porque ya comercializaba ropa de trabajo lavable en lavadora, producto de la creencia de LaFleur de que la limpieza en seco es “una industria sexista” basada en sus precios para la ropa de hombre y de mujer.

Kathryn Minshew, la fundadora de 35 años de Muse, un sitio para personas en busca de empleo de entre 20 y 30 años, dijo que se había vuelto mucho menos tolerante con partes de su vestuario que antes usaba en la oficina, incluyendo pantalones y ciertos vestidos.

“No tenía mucha ropa que fuera increíblemente incómoda, pero sí mucha ropa que era incómoda para mi trabajo”, dijo. “Era un poco estructurada, un poco ajustada, te aprieta un poco cuando te mueves de ciertas maneras. Muchos vestidos y camisetas de trabajo para mujeres que son ajustadas, están bien, pero no son las prendas más cómodas”.

Pronosticó que “muchas mujeres apartarán una parte de su armario para los trajes formales y las ocasiones especiales”. Sin embargo, añadió, “creo que esa categoría se reducirá con el tiempo cuanto más se prolongue la pandemia y, por lo tanto, más nos acostumbremos colectivamente a ese tipo de vida y de trabajo”.

En última instancia, Minshew dijo que cualquier cambio a largo plazo podría ayudar a aliviar la presión que sienten las mujeres para presentarse de cierta manera en el lugar de trabajo.

De hecho, Rittenberg de Google dijo que se dio cuenta de que se estaba vistiendo para sí misma más que para los clientes, su equipo o la oficina en general, lo cual ha sido refrescante.

“La pandemia significó demasiada locura en nuestra vida”, dijo. Es lógico, dijo, que la gente “trata de hacer su ropa lo más cómoda, suavecita y abrigada posible para que no tengamos una capa adicional de estructura y caos que no pedimos”.

La alta costura también se exporta

Fuente: La Nación ~ A lo largo de tres décadas, el nombre de Gabriel Lage se consolidó como una marca referente en el mundo de la alta costura. Pero, antes de que su diseñador líder lograra imponerse a nivel local e internacional, su historia se remonta a un taller familiar y a un padre interesado en que su hijo continuara con la tradición.

«Empecé a entender sobre costura con mi padre desde muy chico, a los 8 años. Él era un sastre español que había aprendido el oficio con su padre y sus abuelos, era una tradición familiar y consideraba que yo tenía que hacer lo mismo. Estudiaba y cuando volvía del colegio me iba al taller a aprender el arte de la moldería, de la sastrería, pero sobre todo de la costura. En ese momento no me gustaba realmente aprender eso. Para un niño de esa edad, inmiscuirse en este oficio era complicado», relata el reconocido diseñador.

«Con los años me fui volcando a lo que me gustaba, que era la moda en sí, y no tanto la sastrería. Comencé a hacerlo como hobbie y después, en los 90, presenté mi primera colección en Mar del Plata», continúa.

La aceptación instantánea de la gente lo impulsó a seguir en el rubro, aunque con algunos cambios. «Al principio hacíamos un poco de prêt-à-porter (confección en serie), pero la gente nos fue pidiendo cada vez más costura y llevándonos al mundo de las fiestas, de los casamientos, de las galas,» recuerda Lage.

Su foco en la calidad no se limita al proceso industrial sino más bien al «hand made» o hecho a mano. La confección de un vestido puede demorar entre 6 y 8 meses. Se hace una única pieza, que nunca se repite. Además el 70% de sus telas son diseñadas y confeccionadas en su atelier.

Dentro del mundo de la moda y la alta costura se destacan las ferias internacionales más importantes del mundo, como Milano Vende Moda, New York World Fashion Week, Vendôme Luxury París y ferias de moda en Düsseldorf.

En 2010, Lage fue nombrado por la World Fashion Organization (WFO) embajador de la alta costura argentina en el mundo. Desde ese momento, las más prestigiosas pasarelas como San Pablo, Jakarta, Vancouver, New York, París, Milan, etc, lo invitaron a presentar sus colecciones. «En 2016, la ex primera dama, la señora Juliana Awada, decidió llevar uno de mis diseños durante la visita a la Argentina del ex Presidente Barack Obama y su esposa Michelle Obama», recuerda. En 2017, en una cena de gala que el Rey Felipe VI y la Reina Letizia ofrecerían al expresidente Mauricio Macri y su esposa, ella volvió a elegir un diseño de Lage. «Estaba mostrando una creación Argentina al mundo», comenta.

Ese mismo año fue invitado a presentar su colección en la prestigiosa «Pasarela Costura España». La repercusión de la prensa lo hizo repensar una idea que flotaba desde siempre en su cabeza, que era la hora de exportar sus diseños al viejo continente. Está a punto de abrir su primera boutique en tierra madrileña, ya que es la puerta de entrada al resto de Europa y a otros mercados.

En 2020, lo que iba ser un gran año, con el entusiasmo de celebrar sus 30 años en el mundo de la moda, la pandemia provocó un cambio de planes. «Nos quedamos sin festejo, y sin inauguración, pero no nos quedamos quietos y estamos trabajando para llegar a Chile y próximamente desembarcar en Rusia», asegura.

«La moda es considerada por parte de los distintos gobiernos del mundo una industria muy importante. Esto lamentablemente no sucede en nuestro país, porque la alta costura es considerada un lujo. Sin embargo cuando se tiene en cuenta la cantidad de personas que trabajan en este rubro, con innumerables empresas que intervienen en los procesos, hay que valorar que se trata de una importante industria generadora de empleo», finaliza..