La industria textil dio un volantazo en su producción para subsistir

Fuente: BAE ~ Fabricaba hilados y durante tres meses adecuó la planta para producir barbijos. La historia de la empresa Galfione para adaptarse a la crisis

En 1947, Hugo Galfione decidió instalar una fábrica de medias Galfione. Con esfuerzo, la compañía fue creciendo, se incorporó el área de hilandería que se transformó en el corazón de la empresa radicada en Almagro, en un terreno de 8, 66 por 40 metros. En plena crisis de 2001, se mudaron una planta en Villa Soldati ya con la segunda y tercera generación: Rubén Galfione y sus hijos.  Dos décadas después, la pandemia de coronavirus obligó a repensar el negocio para sortear una nueva crisis.  Se evaluaron opciones: el 20 de marzo de 2020 las fábricas cerraron, el horizonte de reapertura era incierto y el mercado interno se iba a resentir.

La empresa Galfione y Cía. fabrica hilados de fibra sintética que abastece a tejedurías de punto y planas y al momento de iniciar la pandemia tenía unos 100 empleados. El cierre de la actividad de marzo determinó que la fábrica pasara “a cero, sin perspectiva de volver a ponerla en marcha. Teníamos la asistencia para pagar parte de los sueldos con los ATP pero rápidamente nos reconvertimos y trajimos una máquina para fabricar barbijos”, señala Luciano Galfione. Lo de “rápidamente” tiene una  temporalidad distinta a lo cotidiano. Tardaron tres meses en poner en funcionamiento una máquina comprada en China por 15 millones de pesos, dos tercios de los cuales fueron financiados por un crédito blando vía Fondep.

Cuando llegó la máquina, llegaron también otros inconvenientes: el 70% estaba armada pero para el resto no había manuales sino videos mostrando cómo se había desarmado. Con la máquina funcionando, comenzaron a producirse 120 cuerpos de barbijos por minuto y luego se incorporó el elástico con otra máquina semiautomática. También fue necesario armar un sector aparte en la planta que requirió la aprobación de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT «por el tipo de producto realizado.

Llegaron a producir 1 millón de barbijos mensuales

Nuestra planta se convirtió en esencial y pude por lo menos, mantener una parte en producción. Se transformó en un espacio de estrictas medidas y protocolos sanitarios y suspendimos el uso del comedor y las duchas. Llegamos a una producción mensual de 1 millón de barbijos funcionando de 8 a 21 horas con casi el 80 por ciento de nuestra planta de empleados”, cuenta Luciano Galfione.

Fue una salida para mantener el funcionamiento de la planta, pero no una ganancia. “Los números no me cerraban ni por asomo. Solo fabricando los barbijos no podía abastecer los costos. No fue un negocio de rentabilidad sino en un negocio de subsistencia para perder menos Yo perdía igual por más ATP que tuviera. Tenía que seguir pagándole a la gente y la cadena de pagos estaba cortada”, sostiene Galfione,.

Después de tres meses, con la reapertura de la fabricación y la importación –ya que en materia prima se provee de China, India, Italia y Brasil- el corazón del negocio volvió a los hilados. “Mantuve la producción de barbijos por la inversión que hicimos. Pero hoy es sólo el 5% del negocio”.

La máquina se importó desde China 

El cambio de política del Gobierno nacional también lo apuntaló. “Cuando asumió Macri liberó las licencias de importaciones y en seis meses tuvimos una invasión de textiles. Fuimos en caída y llegamos tecleando al 2020”, menciona. “Cuando la industria empezó funcionar comenzamos a recuperar producción y superar la previa. Estamos en volumen anterior a 2016”.

Con la crisis de la pandemia “nos partieron de vuelta y fue muy difícil veníamos muy golpeados y por eso volanteamos”.  Y agrega: “Cuando al empresario le das previsibilidad, sale a producir. Esto es lo que sabemos nosotros. Sin saber nada de barbijos me puse a investigar, bajé papers empecé a ver productores, coticé en Alemania y llegué a comprar a China. Somos tercera generación. Las pymes tenemos la virtud de volantear rápido”.

Números de la industria textil

De acuerdo con la última encuesta que realizó la Fundación Pro Tejer para evaluar el desempeño de 2020 y determinar las expectativas para este año, la mayoría de las 80 empresas industriales  de la cadena de valor afirma que podrá crecer y aumentarán sus ventas. En tanto:

  • Un 32% de las firmas planea exportar
  • La capacidad instalada se incrementará para el 56% de las empresas
  • El 91% planea mantener o ampliar el empleo y el 54,7% considera aumentar las horas trabajadas
  • El 59% invertirá principalmente para elevar la productividad y a raíz de las expectativas positivas en relación con el mercado interno.
Encuesta de la Fundación Protejer 

En tanto, respecto del 2020 para la industria textil, el 40,3% manifestó haber empeorado su desempeño en comparación con 2019 y citan como los principales motivos la caída de las ventas en el mercado interno en un 30% de los casos, el deterioro de la actividad económica, en el 18,8% y el aumento del costo de la materia prima y de los insumos en un 11,3%.

Las empresas que tuvieron un desempeño complicado utilizaron las siguientes estrategias para sortear la crisis.

  • El 20% utilizó el programa de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP) para pagar parte de los salarios.
  • El 17,5% aplicó una reducción de las horas de trabajo 

Aldi Vega, la diseñadora «del desastre» que viste a los traperos más importantes del país

Fuente: Aire de Santa fe ~ Aldi Vega empezó a estudiar diseño de indumentaria a los 15 años. Desde muy chica sabía que ese era su destino y lo que quería hacer. En su casa de Villa Transradio (Provincia de Buenos Aires), creó su marca Bualichero y se convirtió en la diseñadora más buscada del mundo de la música urbana. Hoy en día viste a los traperos más importantes del país como Cazzu, Duki y Nicki Nicole y aun así diseña pensando en sus vecinos. «Quiero democratizar la moda«, aseguró.

En una entrevista con Aire Digital, contó que sus diseños son como los guisos que le hacía su madre cuando era chica: con lo que había en casa. Influenciada por el mundo del trash y del reciclaje, crea prendas únicas que tienen que ver con ella, con su barrio y con su historia personal. Aunque algunas personas le dijeron que no iba a triunfar en el mundo de la moda porque era de una familia humilde, nunca dudó que siendo fiel a ella misma y a su estilo, iba a lograrlo.

– ¿Cómo fueron tus inicios?

– Empecé a estudiar a los 15 mientras hacía la secundaria en un terciario no oficial y me anoté en muchas en pasantías para aprender. Después estudié la carrera oficial de la que me egresé en 2017 y en 2018 empecé mi marca, Bualichero.

– ¿Por qué decís que sos la diseñadora «del desastre»?

– Cuando empecé a estudiar Diseño de Indumentaria en el 2012 lo que estaba más de moda era una estética glamorosa, excéntrica y yo hacía cosas mucho más trash, que tenían que ver con el reciclaje. Me gustaba mucho deconstruir o agarrar cosas que ya estaban hechas y agujerearlas, una estética mucho más urbana, que en ese momento no estaba muy bien visto. Mi profesora siempre me decía «esto es horrible, esto es un desastre», y para mí no se puede juzgar cualquier cosa que tenga que ver con el arte y la creatividad porque es algo subjetivo, depende de la persona que lo mira. Entonces pensaba: está bien, es un desastre, pero por qué la connotación negativa de eso. A partir de ahí, cuando me preguntaban cómo describiría lo que hago, decía «es como un desastre, una mezcla de muchas cosas, un quilombo». Mi diseño es como cuando yo era chica y mi vieja hacía un guiso con lo que había en la heladera. Resignifiqué la palabra desastre a una forma de diseño y una estética.

Aldi Vega, diseñadora de Bualichero.

Aldi Vega, diseñadora de Bualichero.

– ¿Por qué el nombre Bualichero?

– Cuando tuve marketing en la facultad, un profesor nos dio un gran consejo para empezar una marca que fue que inventemos una palabra, porque es más fácil de encontrar y agiliza la comunicación. Estuve mucho tiempo pensando y la palabra gualicho me gustaba mucho. Se usa mucho en mi barrio porque hay mucha cultura boliviana, paraguaya y argentina. Somos una mezcla de costumbres hermosa, y siempre estaba esto de que cuando te enamoras «te engualicharon». Me gustó mucho cómo sonaba la palabra, pero el gualicho es algo malo entonces pensé en cómo le diría a la magia buena, la que surge de las costumbres barriales. Cambié la «g» por la «b» y quedó Bualichero.

– ¿Cómo fue la recepción de tu gente cercana cuando decidiste ser diseñadora?

– Mi familia siempre me bancó en la decisión de ser diseñadora, sin su apoyo no hubiera podido hacer nada. Además me conocían, sabían que cuando me propongo hacer algo lo logro. Cuando les dije que iba a ser diseñadora yo creo que no sabían cómo, pero tenían fe en que lo iba a poder hacer. Pero por parte de las personas que no me conocían o que no eran de mi familia, no estaba tan bien visto. De chica ya decía que cuando fuera grande iba a ser diseñadora de moda, e iba a tener mi local. Todos la miraban a mi mamá y le decían «no, pero si es una chica inteligente debería estudiar para ser contadora, o para ser doctora». Después también estaba el prejuicio de cómo lo iba a hacer si no tenía plata, porque la carrera de diseño -como cualquier carrera de arte- conlleva mucha inversión de dinero, hay muchos gastos en materiales.

– ¿Cómo fue el trayecto hasta hacerte conocida?

– Terminé la facultad arañando las paredes ya que era una universidad privada. No quise ir a la facultad pública porque no quería perder dos años de mi vida haciendo el ingreso, tenía una necesidad enorme de crear. No había otra universidad pública para estudiar diseño, entonces estudié en una privada. Cuando llegué al final de la carrera estábamos endeudadas hasta la médula con mi mamá: habíamos sacado un préstamo para terminar de pagar los últimos meses de la facultad y no había plata para nada. Terminé y mandé mil currículums, pero no me llamaron de ningún lado. Entré a trabajar como vendedora en un local en el que estaba 12 horas parada, atendiendo gente por muy poca plata, y estaba muy triste. En ese tiempo que estuve trabajando logré ahorrar $5.000 que se los quise dar a mi mamá para ayudarla con la casa pero no me los aceptó, quiso que los use para invertir en algo propio y así empezó Bualicho. En ese lapso entre que terminé la facultad y pude crear la marca -que tuvo un éxito que no esperaba- fue re triste.

– ¿Cuándo notaste un gran salto en la marca?

– El gran salto de la marca se dio por la difusión de Cazzu, me ayudó un montón. En el 2018 empezó toda la moda urbana y nadie diseñaba con ese estilo, entonces como yo lo hice fue fácil destacar en ese momento. Unos años antes, cuando dije que quería hacer pantalones camuflados, estampados de colores, una profesora me dijo: ¿Qué? ¿Estás loca?, y hoy las chicas lo re usan. Fue fundamental el apoyo de Cazzu, que después se convirtió en un ícono del trap.

– ¿Cómo llegaste a ella?

– Me encantaba la música urbana, el rap, el hip hop, iba mucho a las batallas de gallos, a los clubes a escuchar artistas underground del rap y me gustaba mucho la Joaqui en su época de rapera. Por esos días sacó un tema con Cazzu y me llamó la atención ella, me gustaba lo que hacía. Cuando veo videos musicales y artistas mi cabeza diseña, y con ella me pasó eso, que la vi un día y tuve la imagen de ella con un mono rojo, como todo oversize. Le hablé, se lo propuse, y ella me respondió con la mejor. Además se dio la casualidad de que vivíamos muy cerca, así nos juntamos y empezamos a trabajar juntas. A partir de eso me pude integrar a toda la movida cultural de la música urbana y me representa hoy en día vestir a Duki, a Nicki Nicole, o a cualquiera de los pibes que están haciendo música.

– ¿Cómo fue traer la estética de barrio al mundo de la moda?

– Me costó mucho sentirme cómoda con eso, fue todo un proceso mental en el que tuve que aceptar que lo mío no estaba mal, sino que era diferente. Entonces entiendo que para las personas que están acostumbradas a la moda argentina del 2000′ -que claramente era mucho más glamorosa excéntrica, y tenía como esa cosa de lujo-, le cueste entender lo que yo hago. La crítica es válida también, porque no es algo que se acostumbre a ver.

– ¿A qué le llamás democratizar la moda?

– Democratizar la moda es hacer una moda que involucre a todos. Cuando diseño no lo hago pensando en una clase social alta ni exclusiva, sino que trato de diseñar para mis vecinos. Y me parece que desde los diseñadores de autor más conocidos nunca estuvo esa mirada de querer vestir a todos, tratar de que sea diseño pero a un precio accesible.

– Un valor que te represente y que te llevó a estar hoy donde estás

– Creo que el compañerismo, uno no llega a ningún lado solo. Y claramente si estoy acá es por mi familia, pero también es por un montón de personas que empujaron mi proyecto.

Antes de despedirse, la diseñadora adelantó a Aire Digital que a principios de julio realizará el primer desfile de su primera colección como diseñadora independiente, el cual podrá verse de manera virtual.

«Estoy muy emocionada, va a ser un desfile importante así que invito a que estén atentos a eso. Va a ser una locura, estoy poniendo mi corazón y mi salud en este proyecto. Trato de hacer una moda lo más democrática posible y cuando lo pensé quise que todos pudieran ver en vivo desde su casa», cerró.

Los argentinos que venden sombreros y quieren llegar a EE,UU.: ya facturan US$ 1,2 millones

Fuente: Cronista ~ Martha nació en 2014 cuando Pedro Roisman. Solo le faltaba su producto. estaba a punto de recibirse de administrador de empresas en la Universidad Católica Argentina (UCA). El fundador explica que siempre estuvo decidido a emprender. Solo le faltaba su producto.

Haciendo un análisis de mercado notó que faltaba oferta de gorras y sombreros en la Argentina. Así que este fanático de los deportes extremos se inspiró en las marcas internacionales para crear Martha, firma especializada en headwear y que lleva ese nombre en honor a la abuela de Roisman.

Fundación: 2014. Inversión inicial: US$ 10.000 Fact. (p) 2021: US$ 1,2 millones. Empleados: 10

Con cero experiencia en la industria textil, se aventuró y compró algunas telas en Once, y salió a tocar puertas a proveedores. «Mi foco siempre estuvo en que la marca fuera lo más importante, con intención de atender el canal mayorista a través de locales multimarca, y a través del e-commerce. Siempre con una estética muy cuidada y remarcando la conexión con la naturaleza», cuenta sobre los inicios del proyecto que comenzó con US$ 10.000 provenientes de ahorros propios.

El primer año comenzó con el pie derecho cuando logró entrar a un importante local multimarca con presencia en shoppings.

«Como para las gorras no se necesita mucha tela, nuestros proveedores comenzaron a ofrecernos retazos y ahí vimos una oportunidad. Luego, en 2018, fuimos seleccionados por el programa Incubate del Gobierno de la Ciudad y pusimos foco en trabajar solo con retazos con la idea de aportar a la problemática de descarte textil. Hoy en la Ciudad se descartan entre 100 y 120 toneladas por día», señala Roisman sobre el inicio del camino a la sustentabilidad que vivió la firma hoy con certificación B.

La marca ahora incorporó también gorras fabricadas a partir de plástico reciclado. Cada producto es producido con un 68 por ciento de materiales reciclados o sostenibles. Solo el año pasado sumaron 1,8 toneladas de tela reciclada.

El año pasado también se incorporaron dos socios a la firma: Alejandro Machado (un ex P&G con experiencia en business development) y Neil Johnson (argentino con base en Hong Kong que hace de nexo con la fábricas de Asia donde tercerizan la producción que usa plástico reciclado. La línea hecha con retazos se fabrica en la Argentina).

Finalmente, el mes pasado se sumaron dos socios más, que además de capital aportarán su know how: Conrado Mader Blanco (un ingeniero informático del ITBA, late-cofounder de Wolox) e Ignacio Garat (un ex Mckinsey, egresado de Yale que trabaja en el ámbito emprendedor estadounidense).

El año pasado cortaron la cinta de su primer local en San Isidro y abrieron el canal corporativo.

Para 2021 el gran proyecto está en el desembarco en Estados Unidos. «Nuestra idea es replicar el modelo que desarrollamos en Argentina, vendiendo a través de nuestra web», explica Roisman. Pero entrar a un mercado con tanta oferta como el estadounidense será, sin duda, un desafío: «La propuesta integral de la marca responde a la necesidad del consumidor americano de encontrar marcas originales y exclusivas. Apuntamos al early adopter. La presentación y el concepto hacen que la gente lo quiera y quiera sentirse parte. La sustentabilidad es un valor fundamental», explica el fundador y dice que en ese mercado las gorras se venderán entre los U$S 28 y US$ 35. En la Argentina, los precios rondan entre $ 2500 y $ 3000.

Para el desembarco los emprendedores invirtieron US$ 50.000 y planean abastecer al canal multimarca y corporativo. Para 2022 el foco estará puesto en el mercado latinoamericano.

Empezó con u$s 3000 desde Santiago del Estero y hoy vende alfombras de lujo en Toronto y Miami

Fuente: Cronista ~ Carolina Pavetto fundó una marca de alfombras premium y trabaja con artesanos de Santiago del Estero respetando sus técnicas. A dónde exporta.

La necesidad de iniciar una actividad creativa vinculada al diseño fue el disparador para armar Mantara, una firma que produce alfombras premium tejidas con técnicas ancestrales de artesanos de Santiago del Estero, que para su fundadora es mucho más que un emprendimiento. «Mantara es una plataforma que está alineada con los conceptos de economía circular y comercio justo. Un laboratorio textil y un proyecto solidario. Mantara es mi vida, mi pasión», dice Carolina Pavetto, contadora pública y diseñadora al frente del proyecto.

Su vínculo con la comunidad de tejedores de Santiago del Estero empezó en un viaje que hizo en busca de nuevas experiencias creativas. De a poco fue conociendo su realidad y su relación con la naturaleza, lo que la inspiró a emprender en conjunto. «La conexión con las familias de artesanas y artesanos es cotidiana. No solo intercambiamos ideas de diseños, tintes y medidas de alfombras. También estoy al tanto de las problemáticas. Respeto profundamente sus tiempos, intento contribuir a mejorar su calidad de vida. Con el tiempo cada artesano se especializó en distintas técnicas (chusi, baeton, pelo cortado), entonces cada uno asume un rol clave dentro del equipo», explica la emprendedora.

Mantara obtuvo el Sello Buen Diseño argentino y vende, además de en el país, en Miami y Toronto. Sus clientes son estudios de arquitectura e interiorismo y particulares.

¿Cuál es su diferencial?

El respeto por la tradición ancestral y el gran trabajo de difusión de sus técnicas generación tras generación. Ese es el valor de Mantara: el compromiso constante con la capacitación de las nuevas generaciones y la puesta en valor del oficio. Mantara es socialmente responsable, genera fuentes de trabajo genuinas y promueve los valores del triple impacto. Los artesanos y artesanas realizan todo el proceso. Desde la esquila, el lavado de la lana y el proceso de tintes naturales con distintas especies nativas autóctonas. No usamos tintes ni sometemos la lana a procesos químicos. Para los nombres de las piezas elijo palabras en quechua, la familia de lenguajes originarios de los Andes peruanos. Munay (amor, belleza, libertad), Yuraq (blanco, pureza, paz) son algunos de los conceptos

¿Qué proyectos de crecimiento tienen?

Crecer está en el ADN de Mantara. Realizamos alianzas creativas con estudios alineados a nuestros conceptos. Diseñamos en sinergia con Estudio Moraschi una línea de sillas y taburetes tejidos en tiento y chañar. Y acompañamos la línea de sombreros y accesorios artesanales de De La Vera Cruz.

El texto original de esta nota fue publicado en la edición 330 de la revista Apertura

La industria de la moda durante la pandemia

Fuente: El Marplatense ~ En el año 2020, el mundo sufrió un cambio rotundo, un cambio jamás imaginado. Todo parecía transformarse. La moda también. ¿Qué lugar ocupó la moda en la pandemia? ¿Cómo la repensamos para el después?
Nuestro invitado de hoy: Lucas Tejón, Diseñador Industrial con orientación textil, empresario marplatense que volvió a la Argentina desde EEUU para fundar “ Lobo Gris” instalada en la ciudad desde hace muchos años.

Caracterizada por la creatividad y el buen diseño. Familia de gran tradición en la moda marplatense, su padre propietario de Westerville desde 1973
Euge : ¿Los cambios de hábito en la moda, en términos de vestimenta y en la manera de comercializar, fueron sustanciales durante la pandemia?
Lucas: Me gusta decir que hubo distintas etapas durante el transcurso de la pandemia. Cada país lo vivió de manera diferente. Inclusive en Argentina, se dieron distintas situaciones. Mar del Plata no fue ajena a todo ello. Con la pandemia, los hábitos cambiaron. Esos cambios fueron muy notables al principio, cuando comenzaba el aislamiento y transitamos la prohibición de circulación. La gente se puso mucho más activa y trataba de averiguar cómo contactarnos. Rápidamente tuvimos que implementar una línea telefónica y mejorar toda nuestra movida en redes sociales. El hombre, de vestirse bien urbano, pasó a buscar otras opciones. La número uno fue el jogging.

También el buzo. Todo eso servía para sentirse cómodo en la casa. Comenzó entonces una nueva forma de comercialización a partir de que no se permitía ingresar a los locales. Todo por redes sociales y WhatsApp. El local pasó a ser un depósito de lo que se iba vendiendo. Hubo un cambio de hábito fuerte tanto en la compra, la manera en que la gente nos contactaba, como compraba y, en principio, como se vestía

Euge: ¿Estos cambios de hábito se vieron reflejados en la funcionalidad, en el confort de las prendas?

Lucas: En cuanto a la funcionalidad de las prendas, Mar del plata se caracteriza por ser una ciudad bastante relajada, donde la ropa cómoda siempre fue algo principal. Obviamente yo tengo una colección muy urbana, pero en nuestra ciudad, siempre hubo un predominio muy fuerte de marcas de Surf, Skate, donde la ropa cómoda, sin dudas, predominó. Si uno mira a su alrededor en las calles marplatenses, hay gente con vestimenta más urbana que de vestir. El marplatense siempre fue de usar Jean –jinero-. De usar pantalón de gabardina corte chino, una camisa, una remera. Digamos que esa funcionalidad a partir de la reapertura de los comercios, volvió como a la normalidad.

Euge: ¿Se puede decir que lo que nos atraviesa también se ve reflejado en las tendencias? En cuanto a diseños, colores, estilo, cómo repensaron ustedes estas nuevas colecciones de Lobo Gris y Westerville?

Lucas: En cuanto a la tendencia de colores y demás, puedo decir, sin equivocarme que, el hombre siempre fue muy de los colores tierras y, muy clásicos. A partir de ahora la gente se viste todavía un poco más clásico porque siguen siendo los colores negros, grises, azules los más buscados. Creo que el hombre, atravesado por este año y pico que llevamos de pandemia, se volvió un poco más clásico de lo que era, especialmente ahora que estamos entrando en el invierno. Nosotros solamente repensamos la colección siempre llevados a los colores tierras. Del rojo se pasó al bordó, del verde petróleo, al verde militar. Lo mismo ocurrió con los pantalones óxido. Todos colores bien tierra. Nada demasiado llamativo, porque es lo que siempre se busca.

Euge: ¿Qué pensás que puede pasar con la forma de vestir cuando pase la crisis del covid?

Lucas: Cuando pase la crisis, en general vamos a volver a la vieja normalidad. Principalmente el hombre. Hay algo que me parece muy importante resaltar; probamos todas las redes sociales y la verdad, debo afirmar, que sirvió mientras estábamos cerrados, ya que la gente no podía ir al local. Pero sabemos que el 95% de las personas quieren, necesitan probarse la ropa. Quiere ir a lo que considera su lugar. A la gente le gusta o, por lo menos, al hombre y a la mujer que consume y compra mucha ropa, tener la experiencia de ir a un centro comercial, arreglarse y vestirse para ir a hacer esa compra, encontrarse con un amigo y aprovechar para tomar un café. Es una experiencia que la virtualidad volvió totalmente aburrida. Entonces creo que a partir del regreso a la normalidad y, eso es lo que está ocurriendo, la gente va a volver a la calle a mirar, a comparar, a ir a su comercio. A los clientes les gusta venir al comercio. Ese sería mi caso. Casi el 100% me dice “me quiero probar la ropa”, “me gusta venir, no me gusta la experiencia de apretar un botón”,” no sé cómo me va a quedar la ropa”. El hombre compra muchas cosas por Internet pero le gusta probarse la ropa, le gusta tocar las prendas, ver cómo le queda. Así que creo que con protocolos, tal como lo estamos haciendo y, con los cuidados necesarios para poder seguir trabajando, entendiendo que todavía no pasó la pandemia, vamos a enfrentar la llegada del “Día del Padre” y, si bien hay muchas consultas por internet, la gente termina buscando el acercamiento al local. Necesitan chequear si tenemos lo que ellos quieren. Todos prefieren, todos preferimos, volver a la normalidad. En cuanto a las experiencias por WhatsApp y redes sociales quedarán como una herramienta más. El local sigue siendo vital y más en una ciudad turística como Mar del Plata donde hay mucho consumo por parte del turismo. En conclusión, al hombre le gusta probarse la ropa y tener la experiencia de compra en un negocio, por lo menos, es lo que sucede con nuestro público que va desde los 20 a los 80 años de edad.

Juan Sartor: «Me involucré en cambiar las reglas del juego de la industria de la moda»

Fuente: El Cordillerano ~ Nacido en General Roca, Juan Sartor, es uno de los diseñadores más conocidos en el ambiente de la moda en los últimos años, seguramente gracias a su participación en el reality «Corte y Confección» en el año 2019, lo que le permitió a partir de allí poder tener su marca de ropa «Anunnaki». «Cuando saqué mi marca me di cuenta que habían cosas que no me gustaban tanto. La industria textil es una de las más grandes del mundo, y tiene cuestiones muy tóxicas», aseguró. 

En ese sentido aclaró que el sistema fabrica tanta ropa que si dejáramos de hacerlo se podría vivir con la que ya existe por cien años. «Si vamos a seguir haciendo ropa porque le da de comer a mucha gente hagámosla de la mejor forma» manifestó. El rionegrino indicó que la explotación que existe en la industria «es muy grande» y que «tratar con talleres no te lo enseñan en ninguna facultad». 

Señaló que no se sentía cómodo con ese sistema que tiene a personas trabajando por 18 horas al día. «No quería que esas personas fabriquen mi ropa. Por eso me involucré en cambiar las cosas y las reglas del juego. Si no pensamos en crecer todos juntos no vamos a ningún lado» expresó.

Además Juan, como lo conoce la mayoría, se refirió a la Cooperativa «Alma Trama», que pudo formar hace poco en el barrio Padre Mujica en Buenos Aires, con trabajadores textiles. «Hace dos años me contactan para hacer un voluntariado. Había muchos emprendedores del rubro textil, y en el medio de la pandemia nos focalizamos en ellos. Son 8 personas de distintas nacionalidades que trabajan. «Me siento como el padrino de la Cooperativa». Según contó están buscando nuevos clientes para que el trabajo sea útil. «Vamos de a poco» indicó. Por último sostuvo que «se puede ser exitoso» con su marca, aunque «es complicado». 

Indemnizaciones: un proyecto revolucionario que beneficia a empleados y empleadores

Fuente: Perfil ~ Un seguro de garantía permitiría que las empresas contraten personal sin miedo a quebrar por culpa de futuros despidos, manteniendo los montos indemnizatorios actuales. Lo llaman «Mochila argentina», inspirado en el modelo austríaco.

Nuestro país hace años que viene en declive. Por muchas razones y a mi modo de ver, que no son responsabilidad de un partido político u otro, sino de sistemas que hacen difícil cambiar la dirección en la que aun hoy estamos encaminados. 

Una de las prácticas por la que nos hundimos cada vez mas en la pobreza es la cada vez menor cantidad de empleo formal en el sector privado debidos a los incentivos negativos de nuestras leyes laborales, en especial el pasivo laboral. 

La propuesta de una Mochila Argentina puede revertir esto iniciando el proceso de aumento de empleo privado, disminuyendo así la presión para el empleo público y la cantidad de gente que se jubila y los que necesitan subsidios para sobrevivir, bajando así el gasto publico que permita de este modo bajar la presión impositiva y retroalimentar el circulo virtuoso. Desata el nudo gordiano de nuestra economía. 

Hoy menos del 20% de los empleados cobra su derecho constitucional a la indemnización, y la mayoría no lo hace en su totalidad y aun menos sin conflicto. 
Con este sistema aumentan los derechos del trabajador, haciendo sujeto de crédito a las empresas por un aumento significativo del valor de estas y porque el banquero no deberá esperar a que los jueces dictaminen las acreencias de los empleados antes de cobrar sus deudas empresas en problemas. 

Con este sistema y por muchas causas distintas, desaparece el conflicto laboral y sube la productividad de las empresas

Todo esto bajando el costo de producción y haciendo mas competitivo al país. Repito que con mas derechos para el empleado y no menos derechos.

Es un sistema que aumenta el nivel promedio de cantidad de empleados de las empresas y sube los salarios reales de la gente, y al mismo tiempo sube el incentivo de que los argentinos se eduquen y que las empresas inviertan en la educación de sus empleados.

Propuesta: seguro de garantía de indemnización

El estado debe promover e instrumentar un seguro para las empresas sobre su nómina salarial y pagado por ellas para una Seguro de Garantía de Indemnización (SGI) administrado por el ANSES, Superintendencia de Seguros, y una Entidad de Control a designar, que garantice la indemnización a todos los empleados que pierden su trabajo, consiguiendo que puedan seguir cobrando en cuotas mensuales el equivalente (y actualizado) a su ultimo sueldo, hasta conseguir un nuevo empleo. Se agota cuando supere los meses que correspondan a los años trabajados, es decir su derecho. Los empleados del estado tendrán los mismos beneficios, pero el estado no deberá integrar la prima de riesgo. 

El porcentaje del seguro sería variable según la rotación de personal histórica de la empresa, para cubrir el costo total de las indemnizaciones mas un porcentaje fijo administrativo e incentivar así la poca rotación y la retención. 

El monto del seguro será de 1% mas el 8.33% dividido los años de la antigüedad promedio de la empresa con un mínimo de 2% total, y un máximo de 8.33% para no subir el costo a ninguna empresa, incluso las de construcción. Es 8.33 pies es un mes de derecho por año o 1 dividido 12. Ej.: una empresa que inicia pagará 1+8.33=9.33 pero como es mas que 8.33 solo pagara ese máximo %. Una que tiene 3 años promedio 1+(8.33/3) =3.77%. Una de 10 años 1+(8.33/10) =1.83% con lo que pagará 2.00%.

¿Cuáles son las ventajas que brindaría el Seguro de Garantía de las Indemnizaciones a nuestro país? 

Beneficios para el empleado que cambia o pierde el empleo

  • Asegura poder cobrar 100% de lo que le corresponde. Siempre. 
  • Posibilita tomarse un descanso si lo desea manteniendo su antigüedad. Nueva demografía. 
  • En caso de querer trasladarse a otra empresa se lleva consigo la antigüedad dándole mayores posibilidades de ascensos y aumentos. Más oportunidades. 
  • En caso de concurso de acreedores o quebranto de la empresa, no requiere de esperar la instancia judicial. Más tranquilidad. 

Beneficios para los empleados que siguen en la empresa

  • El ambiente de trabajo no se deteriora por gente que busca conflicto para que lo despidan y le paguen la indemnización. Más tranquilidad. 
  • El capital de la empresa no se pierde en gastos de indemnización ni de abogados, permitiendo crecer mas rápidamente. Más seguridad. 
  • Reciben salarios más altos pues aquellos buenos con antigüedad que antes no se iban por no perder su antigüedad, ahora lo pueden hacer, además de trabajar en una empresa más sana. Mayores ingresos. 
  • Las empresas crecerán mas rápido y tendrán más oportunidades de progreso. Mas progreso. 

Beneficios para la empresa 

  • No se desangra en indemnizaciones. Hace más económico producir y mantiene capital para invertir, y con ello permite crecer más rápidamente. Más estabilidad. 
  • El ambiente de trabajo mejora. Hace más fácil emplear gente que trabaja de modo más sano por disminución de conflicto y mayor orden. Más calma. 
  • La productividad sube. Y con ello los costos bajan. Y al bajar los costos aumenta la posibilidad de sobrevivencia ante las crisis y de acceder a mercados más amplios. Más crecimiento.
  • El personal se forma continuamente pues quiere mantener su empleabilidad, mejorando el capital intelectual de la empresa y del país. Mayor capital humano. 
  • Elimina su pasivo laboral. Subiendo así el valor de la empresa, y de ese modo el patrimonio del accionista que ahora tiene incentivos a invertir. Mayor valor patrimonial. 
  • El crédito bancario posible al desaparecer el pasivo contingente significará un impulso adicional al crecimiento de la empresa que ya cuenta con más patrimonio. Menor fragilidad.

Beneficios para el sector financiero

  • Tendrá empresas mas sanas como clientes y la antigüedad de una empresa será un mérito y no in detrimento. Más clientes. 
  • Podrá dar créditos a empleados considerando la antigüedad como factor de seguridad. Más mercado. 
  • Significará también para los bancos una disminución de sus costos y la combinación de mas clientes y menores costos representará un aumento de productividad que podrá trasladar como disminución del spread entre tasa pasiva y activa. Mayor competitividad. 

Beneficios para la sociedad 

  • Disminuirá el conflicto social. Y con ello se promoverá la paz social. Menos convulsión. 
  • Bajará el costo de la justicia laboral y la justicia comercial. Bajarán así el costo del estado. Disminución de la crispación. 
  • Se estabilizará el ingreso de quienes trabajan. Disminuyendo la amplitud de los ciclos económicos. Más estabilidad. 
  • Subirá la formación pues todos buscarán mejorar su empleabilidad, incluso los ya empleados. La Argentina buscará la educación como medio de crecimiento social y material. Mayor capital social. 
  • Aumentará significativamente el empleo formal. Mejorando la cobrabilidad de impuestos generales. Más competitividad. 
  • Las empresas podrán ser de mayor envergadura pues no habrá el incentivo actual a no emplear, aunque haya demanda. Bajando costos y haciendo más competitivo al país. Mayores exportaciones.
  • Subirá el crédito a las empresas. Y al hacerlo, la actividad económica permitirá un crecimiento más acelerado de la economía reflejándose en un aumento de la riqueza del país y su población. Mayores oportunidades para emprendedores. 
  • Aumentará la población que trabaja en el sector privado disminuyendo el gasto público y así iniciando un ciclo de crecimiento virtuoso por la disminución de impuestos que permite esta baja de gasto público. Más sentido de orgullo. 
  • El estado no deberá despedir, pues con el incentivo de salarios mayores, y sin el temor de emplear, los privados irán incorporando personal que hoy trabaja en estado. Eliminando así un conflicto más de la sociedad. Disminución orgánica del gasto publico. 
  • Crecerá la economía y bajará la inflación por la conjunción de todos los factores arriba citados. Menos pobreza. 

Beneficios para el sector político

  • Desaparece la necesidad de ser empleador de ultimo recurso. 
  • Desaparece un conflicto que tiñe a otros en la sociedad. 
  • El país puede pasar a hacer reformas mas importantes. 
  • Baja el gasto público y la política adquiere prestigio.

Propongo llamar a este proyecto Mochila Argentina, siguiendo el concepto de la Mochila Austriaca que es como se denomina el sistema desarrollado en Austria y que se conoce internacionalmente, donde el costo universal es de menos del 1.5%. 

Se lo denomina mochila por la idea de que el derecho a la indemnización viaja en la mochila del trabajador cuando pasa de empresa a empresa. Este sistema acá propuesto contempla muchas diferencias con el original austriaco y es mas caro pues contempla correr con los costos de incorporar la totalidad de los pasivos laborales en el universo de las empresas de la Argentina. De no hacerlo universal, los beneficios tardaran años en llegar al trabajador y quien lo implemente (el partido político) no recibirá los beneficios implícitos en la reforma. 

Esto es así, pues solo así el efecto en el empleo y la disminución de la conflictividad será inmediato. Hay una necesidad perentoria en nuestro país de generar trabajo en el sector privado para disminuir la pobreza que ha ido en aumento continuo, y que aun con la ayuda cada vez mas grande que la sociedad recibe no parece que se revierta, producto entre otras cosas de la cada vez menor proporción de empleo en blanco en el sector privado generador de riqueza. 

Para disminuir la desocupación, aumentar el empleo formal, disminuir la cantidad de gente que se jubila, emplear los jóvenes que todos los años incrementan la fuerza laboral y además subir salarios se necesitan la creación de entre 1.2 y 1.7 millones de empleos privados formales por año por 10 años seguidos. Con el sistema actual ese objetivo es totalmente imposible, aun menos en un mundo que se repliega para dar empleo a sus trabajadores. 

Debemos recordar la oportunidad que este sistema da, ya que el estado con este proyecto pasará a cobrar un porcentaje de los sueldos y que con el aumento de empleo generado podrá bajar la cantidad subsidiada, podrá dejar de ser el empleador de último recurso que es hoy y disminuir la cantidad de jubilados a los que mantiene hoy pues refieren jubilarse por el riesgo de quedarse sin empleo (las empresas también jubilan por el beneficio de la extinción del pasivo laboral), con lo que el costo del estado bajará, y así podrá disminuir impuestos que gravan el consumo y así iniciar el tan necesario proceso de crecimiento.

Un argentino será el nuevo director de marca de la indumentaria de lujo Moncler

Fuente: Continental ~ Gino Fisannoti, ex directivo de la firma norteamericana Nike por más de dos décadas, se suma a la compañía italiana, líder mundial en la industria de bienes textiles de moda.

Nadie esquiva las terribles consecuencias atraídas por el coronavirus a pesar que la firma italiana Moncler se ha convertido por dos años consecutivos (2019/2020) en líder de la industria de bienes textiles, de moda y de lujo según el Índice de sostenibilidad del Dow Jones tanto a nivel global y europeo. En él, se tienen en cuenta datos económicos, ambientales y también de responsabilidad social.

Por eso, para preparar la recuperación tras la pandemia y hacer frente a un mercado cada vez más competitivo, Moncler ha creado el puesto de director de marca. Y para inaugurar este nuevo cargo, la marca de plumíferos ha recurrido al argentino Gino Fisanotti, un directivo muy experimentado en técnicas de marketing y con una importante experiencia en el mundo del deporte, ya que ha trabajado durante más de 20 años en Nike.

Nacido estas tierras y arquitecto de formación, Fisanotti se incorporó a la marca deportiva estadounidense en 1997, ocupando diversos puestos de responsabilidad, entre ellos el reciente de director creativo de la marca global, que también inauguró en Nike. Durante estas dos décadas, supervisó la venta al por menor y la comercialización de la marca deportiva en América y Europa.

Fisanotti empezará a trabajar en Moncler el 7 de junio, reportando directamente al CEO, Remo Ruffini. En un comunicado, la firma explicó que ha creado el nuevo puesto de «director de marca para inocular la arquitectura, la estrategia y la narrativa de la enseña en todos sus puntos de contacto con el público, al tiempo que ayuda a la empresa a expresarse como un nuevo concepto de lujo».

En paralelo a este nombramiento, la compañía anuncia que el actual director de marketing y operaciones, Roberto Eggs, que se incorporó a Moncler en 2015, asumirá el cargo de director de estrategia empresarial y mercados globales. «En un contexto competitivo de cambios constantes y rápidos, es fundamental que las marcas mantengan una identidad significativa y coherente con el espíritu del momento, que refuercen la conexión con su propia comunidad, que creen experiencias que vayan más allá del producto y que sigan representando valores fuertes y auténticos», subrayó Moncler.

Mide más de 2 metros, no conseguía ropa y así armó su negocio que viste a la Generación Dorada: la historia de una marca “solo para altos”

Fuente: La Nación ~ Pablo Palacios armó su emprendimiento motivado por una frustración personal: no conseguía ropa. Con sus 2,01 metros de estatura, tenía dificultades para encontrar calzado o prendas de vestir que coincidieran con su cuerpo. “Salía a buscar ropa y por mi tamaño me ofrecían un 3XL. De largo quizás me iban bien, pero entraba dos veces en una camisa. Eran una carpa”, recuerda.

Inspirado por su padre, zapatero, y su madre, modista, este exjugador de básquet, con pasos por Ferro y otros clubes del interior, comenzó en 2006 con la producción artesanal de zapatos. Ese emprendimiento familiar derivó en Palacios & Palacios, una marca de indumentaria para gente “de más de 1,90” que hoy factura más de $900.000, tiene su local en Villa Crespo y viste a algunas de las estrellas más reconocidas de la Generación Dorada.Ads by

Palacios comenzó su actividad 15 años atrás en un taller informal en la casa de su familia. “Mi viejo era zapatero de calzado fino de mujer, y empezamos en un taller que armamos en casa. Yo jugaba al básquet, tenía muchos conocidos y entonces cargaba el baúl de un Siena que tenía y organizaba reuniones en casas de amigos”, cuenta el fundador, sobre una práctica que hoy se expandió en el sector, con showrooms privados que se multiplican por la ciudad.

Pablo Palacios, dueno de Palacios&Palacios
Pablo Palacios, dueno de Palacios&PalaciosPATRICIO PIDAL/AFV

Una vez que dejó el básquet por una lesión en sus rodillas, se dedicó de lleno al negocio de la indumentaria, con un nicho bien definido: sus productos son para gente que calza más del talle 46 y mide entre 1,90 y 2,20. Según advierte Palacios, es un segmento de consumidores que también necesita talles especiales, pero que no recibe en el sector la atención y la demanda de cambios en los productos que sí despiertan, por ejemplo, los consumidores con sobrepeso.

Sus vínculos en el deporte y una fecha especial lo ayudaron a potenciar lo que todavía no tenía marca, y así su negocio cobró impulso. “Fue en 2007. Lo fui a ver a mi representante que era Carlos Prunes, que también trabaja con (Manu) Ginóbili, (Fabricio) Oberto y ahora muchos más, y me ayudó”, relata. Así se contactó con Román González, un jugador de la selección argentina que mide 2,11 metros, a quién le confeccionó zapatos para su casamiento.

También se contactó con la Asociación de Jugadores de Básquet (ADJ), que le permitió difundir sus productos entre los basquetbolistas “altos” afiliados en todo el país, y entregarle zapatos a los jugadores de la selección de básquet para su viaje a los Juegos Olímpicos de Londres 2012. “También conocí al ‘Loco’ Hernán Montenegro, que me contactó porque un día lo vio a Román y le preguntó por la ropa”, recuerda.

Andrés 'Chapu' Nocioni y Pablo Palacios.
Andrés ‘Chapu’ Nocioni y Pablo Palacios.

Hoy, uno de sus embajadores más célebres es Andrés ‘Chapu’ Nocioni, a quien conoció en 2015. “Después de ser campeón y jugador más valioso de la Euroliga con el Real Madrid, venía a la Argentina a presentar su libro. Me llamó Michael Stura, presidente de la ADJ, preguntándome si no podía hacerle ropa para sus actividades de prensa, porque no está acostumbrado a estar vestido así. Hoy la relación es espectacular”, dice Palacios, quien viste al exjugador de Chicago Bulls para su trabajo como comentarista de NBA en ESPN.

El desafío de expandir un negocio

La marca que nació enfocada en el calzado creció con el tiempo hacia el segmento de la ropa, a partir de la demanda de sus propios clientes. “Era fundamental. A mí las remeras siempre me quedaban cortas y los pantalones me llegaban ‘por acá’”, explica Palacios, señalando la pantorrilla con su mano.

“La ropa la pienso y la diseño como para mí. Hago una muestra y en base a eso corrijo los diseños y armo la colección final. No es lo mismo hacer la ropa en el aire que algo realmente basado en tu necesidad”, explica sobre el diseño de sacos, camisas o pantalones. Los talles también están adaptados: en su caso, un M puede ser el indicado para un cliente de 1,90.

Luego de confeccionar su propia moldería, trabaja con talleres textiles que también fabrican productos para marcas tradicionales. La cadena de producción de su ropa, explica, presenta algunas dificultades que limitan las cantidades y encarecen el proceso final, por el tamaño de las piezas. “Una fábrica grande corta quizás 400 camisas en una mesa de un saque y a nosotros nos saca de cinco por talle. La hora de trabajo sale lo mismo si corta 1000 o 5, y eso en general atrasa toda la secuencia”, explica el diseñador.

“Además, en una camisa común quizás entran cuatro bloques por metro, en una nuestra entran tres, pero los bordes son descarte y no se pueden usar. No es solo es ropa más grande que usa un poco más de tela, todo el proceso encarece el producto”, agrega Palacios, quien advierte que el precio de sus productos es entre un 20% y un 25% más alto que en las marcas tradicionales.

Esa secuencia, también, limita su producción y el volumen de piezas para cada colección. “Cualquier empresa tiene stock o puede volver a hacer su ropa, pero yo hago una vez por temporada. Y también genera algo de exclusividad, porque no tengo muchas prendas iguales”, relata.

Pablo Palacios gestiona personalmente su negocio; tiene un local en Villa Crespo y hace envíos a todo el país
Pablo Palacios gestiona personalmente su negocio; tiene un local en Villa Crespo y hace envíos a todo el paísPATRICIO PIDAL/AFV

Además del calzado y la ropa de vestir, la marca amplió su negocio hacia las prendas sport y la ropa deportiva. “Es un poco lo que me pedía la gente. En un principio los clientes eran más de 35 o 40 años para arriba, pero después empezaron a venir chicos más jóvenes que nos piden otras cosas. Hay chicos altos que no consiguen ropa, por ahí quieren vestirse mejor para salir, pero tienen que usar zapatillas de básquet, que son todas faroleras, porque no hay otra cosa”, dice Palacios.

Para los nuevos diseños, busca la opinión de sus hijos (15 y 17 años), pero toda la gestión del negocio la realiza de forma personal. Además de su local en Villa Crespo, atiende consultas de clientes desde diferentes provincias del país y hasta el exterior, que llegan a su marca por referencia de conocidos o por la difusión de sus ‘celebridades’ a través de las redes sociales.

“A veces en el día entran tres o cuatro clientes, pero estoy todo el día gestionando envíos, armo los paquetes y una vez por semana voy al Correo a despachar”, dice Palacios, atento a su Whatsapp. “También tengo muchas consultas de varios países como Uruguay, Paraguay, Brasil o Perú para saber si hago envíos o si tenemos sucursales en sus países. Así que no solo es en Argentina, sino que a nivel América Latina este nicho tampoco está desarrollado”, agrega.

Su próximo paso es ampliar su portafolio con prendas para mujeres. “Está en carpeta hace tiempo. Porque vienen las esposas, las hijas o las hermanas de mis clientes y me piden ‘Pablo, hacé algo para nosotras’”.

Con más de 15 años de trabajo con la marca, el especialista en ropa de altos se entusiasma, entre risas, con un negocio con potencial de expansión. “Yo tengo registrados a 3000 clientes que me conocen, pero no hay solo 3000 personas de este nicho en la Argentina y la proyección es seguir creciendo porque esto tiene un techo muy alto”, cuenta entre risas.

Kostüme: “Diseñamos solo lo que nos gusta”

Fuente: Clarín ~ Camila Milessi y Emiliano Blanco, creadores de la marca, repasan sus 20 años con la moda.

Pioneros del oversized, el genderless y lo sporty. Fanáticos de la Bauhaus, la música, las artes y el cine como grandes inspiradores. Amantes de las vanguardias, profundos observadores de los cambios, los creadores de la marca Kostüme se comprometieron a diseñar sólo lo que les gusta. Celebran sus 20 años de trayectoria con un documental presentado en Designers BA, que aún se puede ver en Instagram y una charla exclusiva con Viva.

“Me recibí con la segunda promoción de la carrera de Diseño de Indumentaria en la UBA, y no busqué el título sino hasta bastante más tarde. Terminé de cursar un viernes y el lunes ya estaba trabajando”, dice Camila Milessi (49).

Invierno 2021. La cápsula que acaban de lanzar es la más experimental y high fashion de la temporada. Foto: Martín Pisotti.

Invierno 2021. La cápsula que acaban de lanzar es la más experimental y high fashion de la temporada. Foto: Martín Pisotti.

En tanto su co-equiper y pareja, Emiliano Blanco (48), comenta que es autodidacta: “Empecé a trabajar con mi tío en 1992 en su empresa textil y mi madre tenía un local de ropa… Soy de los que aprendimos haciendo. Ocurrió que ambas empresas donde trabajábamos se asociaron y ahí nos conocimos. ¡Durante la primera semana discutimos bastante por el trabajo; todo mal! No estaba claro el planteo de jerarquías. Pero poco a poco empezamos a ir al cine, a escuchar música… y una cosa llevó a la otra”.

Orígenes de una ropa inclusiva

– ¿Cómo surge el nombre de la marca?

Cami: En el 2000 Emi ya tenía un boceto del logo. Nos encantó la palabra kostüme, que significa traje en alemán, y que estaba enormidad de veces en Bürda, una revista de moldes en tamaño natural, muy conocida. Además, éramos fanáticos de la Bauhaus (Escuela de arquitectura, diseño y arte fundada en 1919 por Walter Gropius, que entre 1930 y 1933 fue dirigida por el inefable Ludwig Mies van der Rohe). Un año después, el 8 de marzo de 2001 –un año difícil para el país– abrimos nuestra primera tienda en Palermo.

– Construyeron una marca “para hacer sólo lo que queremos, que nos libere de todos los clichés”, como dicen. Apostaron fuerte y fueron coherentes. En 20 años, ¿nunca dudaron o discutieron la posibilidad de variar el rumbo?

Cami: ¡Todos los días queríamos cambiar! Caíamos en una encrucijada y nos poníamos a repensar Kostüme, a mirar críticamente nuestra ropa que tiene nuestro espíritu. ¡Y mirábamos mucho todo; desde los zapatos de Charly (García) y sus medias! Claro, todo eso filtrado con nuestra óptica, imaginándolo con diferencias, configurándolo a veces como algo superador a lo visto. Pero perseveramos en la esencia.

Invierno 2009. Tapado tricolor en paño 100% pura lana, de línea A, inspiración años 60. Foto: Pedro Quintans.

Invierno 2009. Tapado tricolor en paño 100% pura lana, de línea A, inspiración años 60. Foto: Pedro Quintans.

– Tienen muy claro qué público se identifica con lo que crean…

Emi: La nuestra es una empresa chiquita; todo está hecho por nosotros con una mano derecha como la de Alfonsina, gerente de ventas. Fuimos conociendo a nuestros clientes. Porque viene una persona y estudiamos su perfil. Al principio entraba gente de arquitectura y diseño gráfico; después del arte y de la música como Deborah de Corral cuando conducía El Rayo. En el comienzo diseñamos para una tribu que nos apoyó. Se convirtieron en amigos de la marca. Y en esa instancia nuestro desafío fue sorprenderlos. Hoy vuelven a comprar con sus hijos. Y viene gente que tiene un estilo clásico pero se atreve a usar un saco nuestro.

– Acaban de lanzar un documental donde intervienen distintos protagonistas de la moda. Claudio Drescher, presidente de la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria, dijo que ustedes fueron “los pioneros de lo que hoy está en auge”. ¿Cómo visualizaron que lo sporty o lo genderless serían claves estéticas del siglo XXI?

Emi: Al comienzo fuimos los raros. Pero hubo una evolución a nivel social en ese sentido. Ocurre que a nosotros siempre nos salió así, ropa sin género –que usa tanto un hombre o una mujer (genderless)–; para nosotros nunca fue un tema. Kostüme tiene un origen inclusivo, hace 20 años. Justamente no hacemos ropa exclusiva, no queremos que se excluya a nadie. Lo sporty –lo deportivo– siempre lo tuvimos en foco porque a nivel de producto es lo que más innovación y evolución expresa. Porque se crea para la funcionalidad, en la búsqueda de nuevas telas y tipo de cortes. Trabajamos para adidas; en 2019 estuvimos en Los Ángeles (EE.UU) en una feria de moda y vimos zapatillas que costaban 1.800 dólares… También prestamos atención al street wear (un estilo que nace y se ve en las calles urbanas) porque pensamos que alimenta al diseño.

Invierno 2014. Parka Kirov, en paño de lana con capucha de cuero. Foto: Pedro Quintans.

Invierno 2014. Parka Kirov, en paño de lana con capucha de cuero. Foto: Pedro Quintans.

¿Será que para mantener 20 años de vigencia fueron dosificando lo raro?

Emi: Sí y es difícil hacerlo. Porque desde el punto de vista del diseño podemos ir de un extremo al otro y eso es complejo. De aquí surge una postura que implica la simplificación. Trabajamos lo conceptual llevándolo a su máxima expresión. Esa búsqueda es clave. Porque la ropa no representa tal o cual temporada. Hay un gesto, una impronta y una forma que se va transformando. Y eso ocurre porque ponemos la idea, el concepto, por delante de todo. Hicimos 30 posters que son un manifiesto de nuestra actitud. Nosotros en las calles de Buenos Aires, mostramos lo que pensamos antes de hacer la ropa. A veces el concepto surge fácilmente, otras hay que buscarlo Esto convierte a Kostüme en diseño atemporal. Es paradójico. Suele pensarse que las prendas atemporales son las híper clásicas, ésas que usás toda la vida…

Cami: Pero Kostüme es atemporal al ser producto de una idea única que no pertenece a ninguna tendencia. Una prenda del 2003 podés usarla hoy porque mantiene esa esencia conceptual que está fuera del tiempo. Vicky Salías, la directora del Museo Nacional de la Historia del Traje, tiene más de cien prendas nuestras. Compra ideas, no solo vestimenta.

Verano 2020. La campaña “BODIE TAKI” está inspirada en Tron y en universos virtuales y su modelo, en Grace Jones. Ganó el Martín Fierro de la Moda a la Mejor Campaña en 2019. Foto: Val Musso.

Verano 2020. La campaña “BODIE TAKI” está inspirada en Tron y en universos virtuales y su modelo, en Grace Jones. Ganó el Martín Fierro de la Moda a la Mejor Campaña en 2019. Foto: Val Musso.

– Se inspiran en la música, las artes visuales. ¿Qué escuchan y ven actualmente para diseñar?

Cami: La playlist cambia; el cambio se vuelve natural. Escuchamos hip-hop, jazz, soul y a Suicidal Tendencies, una banda estadounidense de Hardcore punk formada en 1981​, en Venice, Los Ángeles. De la banda nos encanta el bajista y compositor Thundercat (Stephen Bruner), que el año pasado ganó el Grammy al Mejor Álbum de R&B Progresivo.

Emi: La cápsula de K by Kostüme que lanzamos en julio está inspirada en la película “En los 90” (título en inglés Mid90s), una comedia dramática y coming-of-age . La re significación de elementos de arquitectura, cine, música y lvanguardias artísticas, moldea nuestra identidad con impronta local.

Verano 2019. Colección inspirada en la del año 2000, la primera de Kostüme que fue pasarela en BAFWeek. Con el cinturón y la cartera de la camisa en cinta Reflex. Foto: Val Musso.

Verano 2019. Colección inspirada en la del año 2000, la primera de Kostüme que fue pasarela en BAFWeek. Con el cinturón y la cartera de la camisa en cinta Reflex. Foto: Val Musso.

Procesos creativos y contraculturales

– ¿Cuáles son los pasos principales del proceso creativo que ambos encaran?

Cami: Partimos de un rectángulo y trabajamos sobre él. Nos gusta lo over size, hace años que usamos mucha tela. A veces debemos achicar. Por eso no tenemos problemas con la ley de talles. Hacemos enormes la mayoría de las prendas. ¡Las clientas de contextura pequeña podrían sentirse discriminadas! (ríe). Lo híper femenino no tiene que ser necesariamente chiquito y ajustado. Hay que ser valiente para elegir la ropa que no es tendencia; vestirse demuestra cómo nos enfrentamos al mundo. Sofía Gala nos pidió un traje bien sastrero para ir al programa de Andy Kusnetzoff. Quiso presentarse con algo masculino aunque le encanta el punk.

Ustedes fueron la contracultura… Emi: Sí. Pero la contracultura se pierde porque el sistema la agarra y la hace negocio.

Invierno 2004. Foto de campaña inspirada en el cine expresionista alemán; topless y pantalón recto en gabardina de algodón. Foto: Edgardo Delfino.

Invierno 2004. Foto de campaña inspirada en el cine expresionista alemán; topless y pantalón recto en gabardina de algodón. Foto: Edgardo Delfino.

– ¿Cuál es el ADN de Köstume?

Emi: Lo más importante es que es tan personal, tan nuestro en el sentido de ser la conjunción de nosotros dos… y es Buenos Aires; nosotros somos Buenos Aires.

– ¿Cuáles son las capitales del diseño de vanguardia?

Cami: Seúl y Corea. Aunque ahora es mejor nombrar diseñadores en vez de hablar de capitales de la moda. Nos encanta Bárbara Sánchez-Kane, una mexicana que hace ropa masculina, aunque está en las antípodas de lo que nosotros hacemos Christian Lacroix –al principio de su carrera como diseñador– decía que su ropa era “emocional”; lograba un saco triste, un pantalón gracioso…

Verano 2017. Blusa Farah súper grande realizada en poplín de algodón. Vestido Reda que es similar a una camisa larga. Foto: Martín Traynor.

Verano 2017. Blusa Farah súper grande realizada en poplín de algodón. Vestido Reda que es similar a una camisa larga. Foto: Martín Traynor.

– ¿El estado de ánimo impregna sus creaciones?

Camila: Absolutamente. Pero no aplica a una prenda. Es un estado de ánimo en general que influye en el proceso creativo y que se expresa en una colección. Cuando buscábamos las fotos para ilustrar los 20 años, removimos el pasado y ahí están los cambios de un año a otro… colecciones fuertes y osadas, colecciones oscuras. Otras con humor, como aquélla que nos inspiró un viaje a San Pablo, con Patricio Oliver, diseñador gráfico e ilustrador que nos llevó a su mundo de colores. Al volver hicimos unas kokeshi -esas típicas muñecas japonesas, de madera- y en un punto fue algo inconsciente. Como nos dijo Romina Cardillo, diseñadora de la marca Nous Etudions, en el documental: “Como estamos, diseñamos”. Como nos sentimos, hacemos.

– ¿Qué prepararon para este año?

Emi: Siete cápsulas para Kostüme y cuatro para K, nuestra segunda línea original-ready- to- wear. Y está bueno porque es más orgánico para fabricar. La pandemia cambió el ritmo. Cápsulas en vez de colecciones.