Una emprendedora confecciona accesorios a partir de descartes textiles, ganaderos y agropecuarios

Fuente: TN ~ Ekdysis es una marca de diseño sustentable basada en el Up-Cycling, fenómeno que busca brindar una segunda vida útil a materiales en desuso. Fue creada en 2019 por la diseñadora de indumentaria Delfina Sciurano a partir de una búsqueda personal y un deseo de consumo circular, conciente y sostenible.

“Antes de recibirme empecé el proyecto pensando en buscarle soluciones a problemáticas que hay dentro de la industria de la moda, como por ejemplo la cantidad de residuos textiles que se generan en la fabricación de indumentaria. También lo mezclé con los problemas de descarte que tiene la industria ganadera y agropecuaria de nuestro país”, explicó Delfina en diálogo con TN Estilo.

Las xilobolsas son la insignia distintiva de la marca.Por: Gentileza de Ekdysis

El proceso productivo de cada accesorio es artesanal, en tanto se les realizar distintos tratamientos y técnicas de estampación para generar resultados únicos, resistentes y, por sobre todo, de calidad. En primer lugar, se selecciona el material a utilizar, luego se lleva a cabo un período de limpieza profunda, se interviene el textil y finalmente se corta para crear un producto lo más perfecto y menos defectuoso posible. La fase de diseño propiamente dicho es la siguiente.

“Decidí darle un enfoque sustentable por el impacto que me generó ver tantos desperdicios en el día a día en ambas industrias. Fue un choque muy grande empezar a trabajar en el rubro de la moda y empezar a ver la cantidad de descartes que se generaban. Quería hacer lo que me gustaba que era diseñar, pero quería hacerlo de forma consciente y responsable”, añadió Delfina.

Todos los accesorios son confeccionados a partir de descartes textiles.Por: Gentileza de Ekdysis

// Moda y solidaridad: por cada color de la colección, una marca colabora con causas sociales

La sustentabilidad se une a la solidaridad en un tercer momento del proceso. La emprendedora envía los residuos resultantes de la confección a organizaciones como GEA (Grupo de Ecología Activa); Raüni, un grupo que recupera descartes textiles de forma inclusiva y, finalmente, a Reforestar, una reconocida organización encargada de reforestar la Patagonia donando árboles por cada prenda vendida. “Con cada acción trato de ser responsable para poder generar el menor impacto o la menor huella posible en el ambiente”, asegura.

Las riñoneras son furor.Por: Gentileza de Ekdysis

¿Qué la inspira a crear un nuevo diseño? “Ver la realidad, las nuevas generaciones, las nuevas problemáticas, las nuevas tendencias, los paisajes, la innovación, el cuidado, el mundo entero creo que es lo que me inspira hoy en día. Toda esta tendencia que hay ahora sobre cuidarse a uno mismo y cuidar el entorno, ser más consciente y responsable. Todo esto me inspira a crear, pero también a seguir por este camino”, afirmó Delfina.

Con respecto a la proyección a corto y largo plazo, espera que la marca se siga extendiendo, pueda llegar a un mayor número de personas y crecer. “Quizás poder incorporar algo de indumentaria en el futuro, pero siempre de manera muy respetuosa con el medio ambiente”, concluyó.

Levi’s: a casi 200 años del nacimiento del creador del «jean»

Fuente: La Capital ~ En algunos países se pronuncia «Livais«, en Argentina «Levis», pero ambas palabras refieren a lo mismo: el apellido de uno de los primeros socios de la prenda más popular del mundo: el jean. Levis Strauss fue el padre capitalista de la criatura, nació un 26 de febrero pero de 1829, en Baviera (Alemania) pero en San Francisco (Estados Unidos) y en medio de la fiebre del oro impulsó junto a un sastre la prenda, sin saber que su apellido sería casi lo mismo que decir «pantalón» para siempre, hasta hoy. La verdadera mina de oro.

En 1953 el negocio Levi Strauss & Co proveía a pequeños minoristas de la zona con telas, botas y otros artículos que eran especialmente demandados por aquellos que llegaban a la región en busca del precioso metal. Rigor y extenuantes jornadas demandaban vestimenta resistente y fue el sastre de origen lituano Jacob Davis, un cliente suyo, a quien se le ocurrió hacer pantalones de trabajo fabricados con lienzo marrón de algodón y tela vaquera original azul, con remaches para que duraran más tiempo cocidos los bolsillos.

Le propuso asociarse en la idea. Así es como nace la patente «blue jean», un pantalón que se pensó como el «overol de cintura» y se formó desde la Levi Strauss & Company.

El primer modelo que sería denominado “XX”, más tarde sería conocido como el tradicional 501 (una referencia al número de lote en el que se produjo). Pero la emblemática etiqueta de los caballos halando de la prenda que aún en la actualidad se usa, recién sería incorporada a los pantalones en el año de 1886.

El Levi’s no solo se usó en el trabajo de las minas. Los campesinos así como los tradicionales “cowboys” o vaqueros de la zona oeste de Estados Unidos, empezaron a ser parte del grupo del jean. Para las mujeres, en 1918 aparecerían los «freedom-alls» (túnica pantalón), una prenda única diseñada para dar libertad de movimiento y liberarlas de una era de ropa incómoda. Al jean como lo conocemos hoy, con cintura alta, empezarían a usarlo recién en 1934.

El pantalón fue apropiado por los jóvenes y fue ícono de la cultura popular norteamericana. Del jean azul, a todos los colores, telas y modelos, para niños y adultos, mujeres, varones, pero con los remaches y bajo el slogan: “Un Levi’s para cada uno» tiene guardada toda su historia en los archivos de Levi Strauss & Co. ubicados en la sede de San Francisco.

La historia de la empresa detrás del barbijo del Conicet

Fuente: La Nación ~ En marzo de 2020, después de regresar de una exposición de innovaciones para la industria textil en Italia, el matrimonio de empresarios formado por Alan Gontmaher y Ángeles Espeche quería fabricar un producto innovador: toallas y toallones con telas capaces de inactivar hongos y bacterias para evitar el desagradable olor a humedad poslavado. Pero en medio del proyecto llegó el Covid-19.

«La mayoría de las empresas textiles empezaron a fabricar barbijos. También pensamos en hacer barbijos, aunque queríamos lograr algo distinto,el mejor barbijo del mundo -bromea Gontmaher, que lleva 27 de sus 45 años trabajando en la industria textil-. Si podíamos eliminar bacterias y hongos de las telas, ¿por qué no intentar eliminar también virus? Ese fue el primer paso hacia el único barbijo social biocida de nuestro país y del que tenemos noticia, diseñado con telas capaces de inactivar bacterias, hongos y virus».

Poco después de esa idea nacía el barbijo Atom Protect, más conocido como «el barbijo del Conicet», una mascarilla de uso social (es decir, no de uso médico) del que se han vendido ya un millón de unidades, dotado de nanopartículas invisibles, infinitamente pequeñas pero muy poderosas, tanto que en pocos minutos son capaces de eliminar el mismo virus que desde diciembre de 2019 se disemina por el mundo causando enfermedad y muerte.

¿Por qué se lo llama «el barbijo del Conicet»? Porque fue gestado a través de un convenio de colaboración entre la empresa Kovi SRL -que dirigen Espeche y Gontmaher- y científicos de la Universidad de Buenos Aires (UBA), del Conicet y de la Universidad Nacional de San Martín (Unsam). «Yo aporté el conocimiento textil y la intención que se buscaba en el desarrollo, y el Conicet, la UBA y la Unsam el conocimiento científico, el ajuste de fórmulas y la formulación», resume el emprendedor.

El primer contacto de la empresa textil con los científicos fue a través de una persona que trabaja en Kovi y que conocía a un investigador de la UBA. A partir de ahí se produjo una rápida interacción entre las distintas partes comprometidas con el proyecto. «Enseguida hablé con Silvia Goyanes y Ana María Llois, del Laboratorio de Polímeros y Materiales del Instituto de Física de Buenos Aires de la UBA, que son investigadoras del Conicet. Ellas se contactaron con científicos del Instituto de Investigación e Ingeniería Ambiental de la Unsam, Griselda Polla y Roberto Candal. A los 45 días estaba lista la fórmula que íbamos a usar. Un trabajo en tiempo récord», puntualiza Gontmaher.

Toda la inversión necesaria para ir adelante con el proyecto fue de Kovi. «Invertimos 10 millones de pesos inicialmente y luego, 60 millones más en maquinarias e infraestructura, porque es necesaria una tecnología especial para impregnar las telas con nanopartículas sanitizantes -afirma Espeche-. Para llevar adelante nuestro proyecto nos otorgó un préstamo el Banco Nación. Nuestra oficial de cuentas, Mariel Curiel, confió en nosotros y también Matías Savoia, el gerente de la sucursal Mataderos. Sin ellos, no habríamos podido dar ese primer paso: al principio de la pandemia había mucha incertidumbre y el panorama era muy difícil.»

«Luego de conseguir la fórmula empezamos a probarla, a corregirla y a mejorarla -cuentan-. Para junio teníamos el producto terminado y ahí comenzaron las pruebas de efectividad contra bacterias y hongos, una capacidad de nuestro barbijo que fue certificada por el INTI, a cargo de Laura Matos. Luego, lo certificamos contra coronavirus, cuya inactivación al 99,9% fue constatada por el INTA, a cargo de Irene Álvarez. Después empezamos la producción, a fines de julio firmamos el convenio con el Conicet y en agosto salimos a la venta.»

De las ventas, el Conicet percibe una parte. Además, Kovi lleva donados 7000 metros de tela para confeccionar 180.000 barbijos que la UBA y la Unsam ceden a cooperativas de trabajo para repartir gratuitamente.

Del lado de afuera, el barbijo es violáceo; del lado que se apoya en la boca y la nariz es verde. En pruebas de laboratorio, su capa externa mostró inactivar el virus SARS-CoV-2 en 5 minutos, cuando hacen falta 15 minutos de contacto con alguien infectado para contraer la enfermedad. Su capa interna, en tanto, tiene propiedades bactericidas y antihongos que evitan que la persona que lo usa respire sus propios gérmenes. «Por eso, se puede utilizar hasta 8 horas seguidas -dice Gontmaher-. Como los activos antivirales, fungicidas y antibacterianos se mantienen en la tela, es posible lavarlos (a mano o a máquina) hasta 15 veces sin que se alteren sus propiedades».

Kovi mata Covid

La trayectoria de Gontmaher en el mundo textil comenzó a sus 18 años. «Había terminado la secundaria y empecé a trabajar -recuerda-. Mi familia estaba en el rubro textil, pero eran comerciantes. Yo, en cambio, empecé a fabricar. Tenía telares, comencé a estampar, a hacer tintorería, la parte de teñidos, y hoy, 27 años después, tenemos producción vertical: desde la fibra del campo hasta el producto final terminado. Hilandería, tejeduría, tintorería, corte y confección, distribución y comercialización. Hacemos todo. La nuestra es una empresa familiar: somos mi mujer y yo. Estamos juntos hace 10 años y ella se integró plenamente a la fábrica. Es la socia gerente de la empresa, que está a su nombre. Es una pyme conducida por una mujer».

Angie y Alan se conocieron hace varios años. Ella, abogada, vivía en Comodoro Rivadavia, pero cuenta que el flechazo fue inmediato y, entonces, decidió volver a Buenos Aires después de más de 30 años de residencia en la Patagonia. Juntos formaron una familia ensamblada, con seis hijos (cuatro de ella, dos de él),

Como una casualidad del destino, Kovi, el nombre de fantasía de la empresa, terminó ganando notoriedad luchando contra el Covid. «Lo de Covid y Kovi es una coincidencia semántica», dice Gontmaher. La fábrica tiene hoy dos plantas. La original, en Lomas del Mirador. La nueva, en Bella Vista, se puso en marcha hace unos meses. El barbijo se vende online (a partir de 10 unidades) y puede comprarse por unidad a $399 en algunas farmacias, en aeropuertos y en una cadena de kioscos del país.

«Hasta ahora se vende solo en la Argentina -agrega Espeche-, pero estamos esperando el visto bueno del Conicet para exportarlo. Recibimos consultas de Bolivia, Estados Unidos, España y hasta de Finlandia. Mucha gente que viene al país se lleva el barbijo y despierta interés. Es una satisfacción y un orgullo inmenso ver que tanta gente lo usa. El presidente Alberto Fernández lo tenía en un acto. Ofrecemos un producto de calidad y apuntamos a que la sociedad lo conozca. Son barbijos muy cómodos que protegen mucho más. El gran problema de un barbijo común es que cuando vas exhalando contaminás el textil y eso es un caldo de cultivo, bacterias y hongos se reproducen en forma indefinida. Eso, con nuestro barbijo, no pasa».

Karagozian: La industria textil es la que más valor agregado le da a una materia prima

Fuente: Grupo La Provincia ~ El CEO de TN&Platex, Teddy Karagozian, aseguró hoy que la “industria textil es la que más valor agregado le da a una materia prima que sale del suelo», al darle la bienvenida al presidente Alberto Fernández en su visita a las plantas de la empresa en Tucumán.

«La Argentina tiene el territorio, el agua, el clima, los recursos humanos y las empresas que pueden aprovechar el don con el que cuenta nuestro país para combatir así la pobreza, generando empleo de un modo federal, dando trabajo de calidad, tan necesario en el norte sufrido de nuestro país”, afirmó Karagozian.

El empresario del Grupo TN&Platex y da trabajo a 1.100 personas en sus 14 plantas industriales, aseguró: «En octubre pasado apostamos al nuevo gobierno y fuimos los primeros que dijimos que íbamos a invertir, incorporando además en ese momento unos 100 empleados».

«TN&Platex cumplió con el compromiso de desarrollar en invertir en la industria nacional, en el futuro del sector textil y seguirá acompañando con más inversiones, mayor oferta y generando más empleo; hoy en las plantas ya se produce mensualmente 50% más que en octubre de 2019”, resaltó.

Según Karagozian, «el mundo está revalorizando la producción industrial como modo de generar empleo y capacidades, y las empresas argentinas que hemos sufrido las siete plagas y aún sobrevivimos, queremos ser parte del crecimiento y desarrollo de nuestro país».

«Tenemos el conocimiento, la tecnología y ahora el gobierno que lo promueve; que un país sea industrial es una decisión política, y que este gobierno desde el inicio haya tomado esta decisión, es un gran impulso para las inversiones que nosotros y también nuestros colegas de la industria estamos haciendo», destacó.

Para el empresario textil, «si persistimos durante 20 años por este camino, volveremos a ocupar el lugar que perdimos y que Argentina nunca debió perder en el concierto de las naciones desarrolladas”.

Tras ser recibido por los empresarios Teddy y Aldo Karagozian, el Presidente supervisó los procesos de hilandería y tejeduría de las plantas, que cuenta con una capacidad de producción anual de 8.300 toneladas de hilos, 2.160 toneladas de telas y una dotación de personal permanente de 410 personas.

Fernández estuvo acompañado por el gobernador de Tucumán, Juan Manzur; el jefe de Gabinete Santiago Cafiero; y los ministros de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas; e Interior, Eduardo “Wado” de Pedro.

El grupo TN&Platex cuenta con catorce plantas en Monte Caseros (Corrientes), Tucumán, Catamarca y La Rioja; y está presente en cinco provincias y oficinas compradoras de fibra en Chaco, Formosa, Santiago del Estero y Salta. (Télam)

Un empresario textil criticó el acuerdo de precios y salarios del Gobierno nacional y propuso «eliminar impuestos»

Fuente: El Intransigente – «El precio de un producto se compone hoy de un 50% de impuestos» explicó un reconocido ejecutivo.

El CEO de la empresa textil TN&Platex, Teddy Karagozian, estimó este jueves que un acuerdo de precios y salarios propuesto por el Gobierno nacional sólo funcionaría «en el corto plazo», por lo cual propuso eliminar impuestos para que «los artículos que consume el trabajador sean más baratos». Asimismo, aseveró que «el precio de un producto se compone hoy de un 50% de impuestos».

De acuerdo a lo informado por la agencia de noticias NA, el empresario, «toda vez que el Gobierno se junta con empresarios y trabajadores, es algo bueno. Sin embargo, un acuerdo de precios y salarios, históricamente, tuvo éxitos de corto plazo, porque es como un sistema donde el perro se persigue la cola».

«Es que no existe la posibilidad de bajar precios y aumentar salarios sin que eso tenga efecto en la economía», sentenció Karagozian. A su criterio, «la forma de hacer que los precios bajen es eliminando impuestos, que hacen muy caro el valor de lo que consume el trabajador». Para el ejecutivo, «la combinación de salarios altos y productos caros disminuye el empleo en el país y no permite la exportación de valor agregado».

«Por eso, espero que Gobierno, empresarios y sindicalistas encuentren ahora una forma creativa, eliminando tributos sobre numerosos productos para que sean más baratos. Es que el precio de un producto se compone hoy de un 50% de impuestos», enfatizó. Karagozian consideró necesario «no seguir acumulando impuestos y condiciones que en el pasado no funcionaron».

Acuerdo de precios y salarios

El Gobierno convocará la semana que viene a empresarios y gremios para avanzar en un acuerdo de precios y salarios con el que busca alinear expectativas de inflación y de negociaciones paritarias. «La semana que viene vamos a convocar tanto a los trabajadores como a los empresarios, porque queremos compartirles nuestra metodología de trabajo. Nosotros realmente creemos que es un momento en el que tenemos que hacer un esfuerzo grande para hacer converger las variables de precios, salarios, gastos en torno a lo que hemos puesto en el presupuesto», dijo la vicejefa de Gabinete Cecilia Todesca.

Grisino. La empresa de ropa infantil que se expande gracias a la creatividad

Fuente: La Nación ~ Pionera en su estilo, se animó a colgar disfraces de sus percheros y a hacer del incentivo a la imaginación y la creatividad parte de su propuesta. Grisino, que de ella se trata, nació en 2002 de la mano de Cresko -dueña de los locales de regalos Magneto-, que vio la oportunidad de incursionar en el mercado de la indumentaria infantil para expandir su negocio luego de la crisis de 2001.

Eduardo Kozak y Graciela Crespo (dueños de Cresko) compraron Grisino en 2002, e incluyeron en la nueva etapa a Rosario Timo, creadora en 1995 de esa marca. Los nuevos accionistas iniciaron así Grisino Ropa para Jugar, aportando una visión estratégica y de desarrollo de negocio a largo plazo.

El primer local abrió en Unicenter en octubre de 2002 con un plan de expansión que contemplaba la apertura de tres locales por temporada. En 2004 se sumó un canal de franquicias y multimarca. Su rápido crecimiento determinó abrir mas de seis puntos de venta por año.

«En los años 2002, 2003 y 2004 revolucionamos el mercado de ropa infantil poniendo el acento en diseño de vanguardia, colores fuertes y estampadas divertidas; siempre pensando la ropa desde la mirada del niño. A partir de ahí, se consolida el modelo Ropa para Jugar. Actualmente contamos con 100 locales exclusivos en todo el país, con presencia en centros comerciales de todas las provincias y localidades importantes», cuenta Eduardo Kozak, uno de sus dueños.

Robot de corte, en Grisino
Robot de corte, en Grisino Crédito: Gentileza

Además, Kozac comenta que la empresa desarrolló una nueva marca, llamada Broer, dirigida al segmento de bebés y niños hasta ocho años, con una estética delicada y moderna, donde reina la armonía de colores y texturas. «Con esta nueva marca, llegamos ya a 28 locales exclusivos, con fuerte presencia en el interior del país», señala el empresario.

Sus colecciones siguen las tendencias de la moda, pero con colores, estampas y modelos con identidad propia. «El concepto es trascender la simple idea de vestirse. Consiste en recrear el mundo de los niños y en mirar a través de sus ojos. «La idea es apelar a recuerdos, aromas de la infancia, alegrías y grandes sorpresas que viven quienes recién descubren su mundo. Esa visión se traslada a más de 900 prendas, cada temporada, siempre con un carácter lúdico y con el foco puesto en la calidad», explica Kozac.

La compañía confecciona, entre otras cosas, prendas con algodón orgánico, que crece de forma totalmente natural y con el que se producen hilados saludables e hipoalergénicos. Esta línea está pensada para bebés de 0 a 6 meses, pero la intención de los dueños es extenderla a todas las edades. «Además, sumamos accesorios, calzado, perfumes, disfraces, instrumentos y juguetes de madera y de tela. Nuestro objetivo es invitar a los chicos a jugar», agrega Kozac.

La expansión de la marca fue importante. La empresa empezó a exportar en 2000 a Uruguay, Bolivia y Brasil, y llegó a tener cerca de 15 franquicias en diferentes países, como en Perú, Mexico, Colombia, Uruguay, Paraguay. Además, también pusieron un pie en Europa, más precisamente en Alicante, España. Pero dadas las políticas de atraso cambiario que sufrió la Argentina a lo largo de estos últimos años fueron quedando afuera del mercado. Hoy, sin embargo, vuelven a encarar la veta exportadora.

Hacia la regionalización

Tal como relata Kozac, tienen previsto un proceso de regionalización, con fuerte presencia en los países vecinos. «Estamos avanzado en negociaciones para la apertura de franquicias en Paraguay, Uruguay, Colombia y México. Sabemos que no es fácil la inserción internacional con nuestro contexto económico y con la inflación, pero nuestra experiencia nos dice que con un trabajo serio y enfocado es posible obtener logros en este campo», enfatiza.

La empresa logró pasar de producir 25.000 prendas en 2002 a fabricar 4 millones en la actualidad. Otro dato interesante es que pudieron abrir 10 locales en plena pandemia de coronavirus, con todo lo que eso significa.

En estos momentos, Kresco fabrica el 90% de su producción en el país y solo un 10% importa en algunos casos, para complementar sus colecciones. Pero ya tiene previsto para este año sustituir las importaciones por elaboración nacional y llegar a tener el 100% de su portfolio de producción nacional. «Esperamos volver a estar representando a nuestro país en el exterior, ya que la ropa cuenta con una excelente y terminación» concluye Kozac.

Jazmín Chebar, diseño de exportación

Fuente: La Nación ~ Corrían los años 90 cuando en la moda argentina reinaba el minimalismo. En ese entonces, la joven Jazmín Chebar, retornaba a la Argentina después de haber estudiado en Parsons School of Design, escuela inglesa referente del diseño. Ya había trabajado para dos grandes casas de la moda: Valentino y Dora Karan.

Una amiga del colegio le propuso armar una marca con su nombre y eso es lo que hicieron en el 97. «Fue increíble porque al empezar tan jóvenes y sin tener tantas presiones fuimos armando algo que verdaderamente era lo que queríamos, más allá del marketing o de lo que se vendía», cuenta Chebar. «Alquilamos un local en la calle República de la India, frente al zoológico de Buenos Aires. En aquel momento no había una movida de local a la calle. Todas las marcas que a mí me parecían grosas estaban en los shoppings. Y para nosotras, meternos en un shopping era competir con marcas mucho más armadas. Por eso apostamos a competir desde el espíritu y la onda de la marca», continúa.

Somos optimistas en cuanto a que los insumos y componentes importados para la producción ingresaran para asegurar la continuidad de la actividad

«La noche antes de abrir, unas amigas cosían botones, otras barrían, fue un momento muy divertido y genuino», comenta la socia fundadora de la marca. «Hoy después de 24 años seguimos soñando con hacer crecer la marca junto a nuestras clientas, sin perder la identidad y el ADN que nos caracteriza». agrega.

Un antes y un después de 2001

Fue un año de quiebre para Jazmín Chebar, ya que encontró a su alma gemela en materia profesional: Claudio Drescher (actualmente director estratégico de la empresa) un especialista en materia comercial en el mundo de la moda con quien constituye desde entonces la sociedad con dos socios más.

Drescher entrenó su habilidad fundando y dirigiendo el marketing de Caro Cuore durante diecisiete años y comandando Vitamina durante otros seis años (allí se conocieron). En la diseñadora y su marca encontró el potencial necesario para convertirla en sinónimo de lujo en Argentina y en otros países.

Nuestras colecciones tienen humor, calidad y diseño

«Nuestras colecciones tienen humor, calidad y diseño. Cada una tiene por lo menos un año y medio de producción y cada prenda es una colección en sí misma. Trabajamos en la forrería, los botones, las estampas y todos los detalles. Todo está especialmente diseñado, es ahí donde nos distinguimos.» enfatiza.

El camino hacia la internacionalización

Desde su nacimiento la empresa puso el eje en las exportaciones y en desarrollar la primer marca de lujo de Latinoamérica.

Iniciando su plan de internacionalización, contó en 1999 con la apertura de su primer establecimiento en Uruguay, luego de unos años ingresó en los Estados Unidos con la puesta en marcha a través de su plataforma de e-commerce. La plataforma distribuye allí ropa y complementos de la compañía, con entrega a cualquier ciudad del país. Hoy la marca desarrolla su expansión también en España, Uruguay, Perú, Paraguay y da los primeros pasos para desembarcar con sus locales en China.

Actualmente, Jazmín Chebar cuenta con una red comercial de 17 tiendas propias en su mercado local, sumado a otros sesenta puntos de venta en locales multimarca del país.

En la Argentina se acaba de inaugurar la primer tienda digital de Latinoamérica en Palermo Viejo CABA, además de nuevas aperturas en Córdoba y Rosario y en el exterior en Santiago de Chile.

Durante el 2020 y a pesar de la pandemia se incorporo nuevo personal y comenzó una fuerte inversión en tecnología productiva.

Las exportaciones son el principal objetivo de la compañía. Hoy representan el 20 % de la producción, y en los próximos 3 años pronostican llegar al 30 %.

El desarrollo de sus colecciones parte de contar con las mejores materias primas, un solido equipo de diseño y de ingeniería de producto, además de una completa digitalización de sus molderias y procesos. «El concepto de lo exclusivo y original es lo que prevalece, pocas unidades por cada diseño para que cada prenda sea única», explica Chebar.

La empresa emplea a más de 400 personas en forma directa, con diferentes niveles de especialización. «Somos optimistas en cuanto a que los insumos y componentes importados para la producción ingresaran para asegurar la continuidad de la actividad», agrega.

«La industria de la moda en la Argentina proporciona un millón de puestos de trabajo y es una gran oportunidad para el desarrollo de la industria en general», finaliza.

Hilos de la tradición que anudan el presente

Fuente: Clarin – La académica y artista Alejandra Mizrahi recupera la herencia textil de su familia y la tradición local para expresarlas en el libro RandAcerca y en su rol de curadora de la muestra Randa Testigo, en el Museo del Traje.

Entre el desarrollo industrial y el saber ancestral, en ese itinerario se embarcó Alejandra Mizrahi, artista, docente e investigadora. Desde el último tramo de la carrera de Artes Plásticas en la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) hasta este presente interdisciplinario, su recorrido académico y profesional –poco frecuente– estuvo signado por la búsqueda en torno a la acción, el cuerpo, la indumentaria, y al mismo tiempo por la herencia textil de su familia paterna y la tradición de su tierra. Formada en posgrado en Estética y Teoría del Arte, y posteriormente doctora en Filosofía por la Universidad Autónoma de Barcelona, ya de regreso en el país, comenzó a interpelar la randa, técnica artesanal de tejido, típica de El Cercado, declarada patrimonio cultural de la provincia en 2015. Primero se encontró con las hacedoras, y después con un lenguaje que aprendió, asimiló y al que hoy acompaña para darlo a conocer hacia adentro y hacia afuera del país. “No puedo pensar si no hago”, expresa Mizrahi y lo confirma con la edición del libro RandAcerca (Edunt) que a principios del 2020 la tuvo como compiladora y con su más reciente rol de curadora en Randa Testigo, la muestra –física y virtual– que hasta febrero se podrá ver en el Museo de la Historia del Traje en la ciudad de Buenos Aires.

–¿Cómo se da el contacto con la artesanía? ¿Conocía la randa?

–La universidad ya venía trabajando, desde el Centro Cultural Virla y con el Instituto de Desarrollo Productivo de Tucumán (IDEP), en la revalorización de la randa. Me llamaron para sistematizar la técnica. Dentro de las acciones que estaban haciendo, querían registrar el paso a paso, para difundirlo. Ese fue mi primer contacto con la comunidad y con Claudia Aybar, una de las randeras. Fui a El Cercado, hablé con ella y nos empezamos a reunir, a tejer. Mientras me enseñaba, íbamos armando el manual (qué hay que enseñar, cómo se empieza la randa, cuáles son las partes que tiene). En medio de eso, pensé en no solo contar el paso a paso, sino también la dimensión histórica. Tenía que tener entrevistas a randeras y un cruce entre diseño y artesanía. Ahí, se fue armando un índice y alimenté el manual convocando también a una historiadora y una antropóloga. Quedé muy enganchada y comencé a preparar proyectos de extensión, y a hacer cruces de diseño y artesanía.

–Lo primero que ve es la técnica y lo material, aunque también considera las variables del hábitat y la corporalidad, ¿cómo se da ese camino?

–Desde ahí parto, de lo material, porque fue mi contacto para hacer ese manual. Me metí de lleno y me enamoré de la técnica. Me parecía que dentro del campo del diseño textil tenía características específicas: el armado de la malla, el alfabeto de bordados, también que al ser a base nudos, uno podría cortarla y no se desarmaba. Trabajé técnicamente durante mucho tiempo con eso y, desde el 2013 hasta hoy, se me fueron revelando otras variables y entendí que para alcanzar una comprensión más profunda de ese objeto tenía que considerarlas. Hay algo que tiene que ver con la comunidad: quiénes son esas mujeres, de dónde vienen, en qué trabajan, si tienen o no marido, si tienen hijos, qué pasa con la caña de azúcar. Y qué pasa con este encaje níveo que aparece en esa ruralidad, para mi era un contraste muy fuerte.

–Más allá de que ya existe una tradición que relaciona el textil y el lenguaje, ¿cómo se da el planteo simbólico?

–Para unificar esas variables, retomo la idea de (Ernst) Cassirer. Él habla del lenguaje, la religión y el mito, explica por qué son formas simbólicas. El textil también lo es, si se consideran esas variables, no solo la técnica y la objetual, sino también el contexto, quiénes son, de dónde vienen.

–A la vez se relacionan con otras formas; religiosas, paganas…

–Sí, totalmente, con un mix particular de ese lugar. Esa interposición con el mundo lo traslado al textil; cómo ellas miran el mundo a través de esta técnica. No solo lo miran, sino que lo viven. La manera de tejer es diferente a otras, está muy imbricada en la cotidianidad. Al tejer se puede tener en el puño de la mano, hasta que se tensa y se puede bordar. Todo ese devenir, de esa red, se da entre “poner la pava”, llevar el niño a la escuela, salir al patio, buscar algo, cultivar. Muchas randeras antes iban al surco, a pelar caña, y después con esas mismas manos tejían la randa.

–La randa es un saber matriarcal o de las mujeres y, a la vez, la valoración coincide con el despertar de la cuarta ola feminista. ¿Qué recursos les da en ese sentido?

–Todas comercializan y algunas sostienen su vida desde la randa. En otros casos es mixto, porque la combinan con otra actividad. Tiene que ver mucho con el empoderamiento de la mujer. Sobre todo en los lugares rurales. Lo más interesante es que ellas saben que representa al patrimonio, que están empoderadas, y que el textil es una resistencia para muchas cosas. También se afirma esa línea genealógica que tienen con las madres y las abuelas. Eso estaría dentro de la variable de la corporalidad, de lo físico, y de la postura que toman cuando tejen. Es una técnica que necesita mucha calma, porque sino se anuda y hay que desarmar. De ahí viene la otra variable, del hábitat, que acompaña a ese cuerpo, están en el campo, escuchando los chanchos, los gallos, los tractores.

–¿Qué la llevó a considerar la randa como un “sistema de pensamiento”?

–Tiene que ver con el desarrollo de la investigación en la que empecé a observar diferentes técnicas textiles como sistema de pensamiento. En la línea de poder analizar los “paso a paso” de cada técnica y ver cómo se construyen; cómo es que a veces parten de un centro, una punta, una hilera o de una estructura externa. Cómo las técnicas tienen diferentes maneras de expresar, de crecer y de estabilizarse en el mundo. Todo ese proceso de configuración me hizo pensar en cómo se piensa el mundo de manera diferente cuando se parte de un centro y construye radialmente o cómo se piensa cuando se construye una estructura ortogonal. Entonces, lo que hice fue analizar distintas técnicas y ver cómo las artesanas, las randeras, en este caso, construyen el mundo a partir de esa estructura, que es a través de la cual lo piensan.

–¿Cómo imagina el futuro de la randa?

–El escenario cambió mucho este año. Hoy todas las prácticas ancestrales cobraron otra dimensión, la de enseñarnos muchas cosas que se mantuvieron durante siglos y siglos. Me gusta ver a las tejedoras porque hay un ejercicio de la paciencia o la espera y ver cómo el tiempo se materializa en esa malla. Más allá del objeto que es bellísimo, a futuro me imagino que volverá a ocupar lugares que ocupó en algún momento en las casas. La randa de nuevo imbricada en la cotidianidad, relacionada con la vida, no tan alejada, como una cosa que pertenece al mundo de la liturgia o que solo puede estar en ciertos espacios, sino que me imagino a la gente usando esos tejidos. Eso en lo objetual, y en lo más técnico, la randa tiene mucho para mostrarnos, cosas que perdimos con la rapidez y la ansiedad de la época contemporánea. Podemos pensarla en dos canales: para enseñarnos a bajar velocidades, a esperar, a ser pacientes, y a construir nudo a nudo, una malla, consolidada, sólida, resistente, para después poder representar sobre ella. Y la objetualidad se irá relacionando más con la cotidianidad y con el cuerpo también. El mundo hasta donde llegó nos demuestra que no tenemos que abarrotarnos de objetos sin sentido. La trazabilidad y la sustentabilidad forman parte de esas técnicas ancestrales que vienen a enseñarnos algo que ya lo tienen en las prácticas de siempre.

BÁSICO

Alejandra Mizrahi
​Tucumán. Artista e investigadora.

Doctora en Filosofía por la Universidad Autónoma de Barcelona, especializada en Arte y Diseño en el área de Estética y Filosofía del Arte. Actualmente es docente en la Universidad Nacional de Tucumán. Formó parte del equipo de gestión de Rusia galería entre 2011 y 2015. Coordina talleres de prácticas artísticas y experimentación textil desde 2012. Ha realizado exposiciones individuales grupales. Co-Autora del libro Randa: tradición y diseño tucumanos en diálogo.Su último libro es RandAcerca.

Inteligencia artificial: tecnológica argentina revela su «caja de herramientas» para 2021

Fuente: iProfesional ~ Esta tecnología permitió a quienes la adquirieron multiplicar por tres sus ventas, frente a quienes no tienen la posibilidad de prueba virtual

Aunque en 2020 vivió un boom, el comercio electrónico aún tiene paño para cortar. Una de las tecnologías que puede potenciar las ventas de este canal es la inteligencia artificial, con experiencias virtuales inmersivas.

Andrea Mandelbaum, directora general ejecutiva de Mc Luhan Consulting, una empresa de capitales argentinos especializada en omnicanalidad y experiencia del cliente explica en la siguiente entrevista de iProfesional cómo les fue en 2020 y sus planes para este año nuevo.

Fundada en octubre de 1996, tiene 250 empleados y cuenta con operaciones comerciales en la Argentina, Brasil, Colombia, México, Perú, Chile, Bolivia, Paraguay, Ecuador, El Salvador, Panamá, Uruguay, Costa Rica, España e Italia. Sus clientes son de los sectores de finanzas, retail, tecnología, telecomunicaciones y entretenimiento, entre otros.

-Terminó el 2020. Si mira para atrás, ¿cómo cambió su empresa respecto a diciembre de 2019?

-Previo a la pandemia, nosotros ya contábamos con parte del trabajo remoto. Somos una organización acostumbrada a trabajar a distancia; contamos con sedes en varios países y clientes en todo Latam. Brindamos servicios, por ejemplo, en la Argentina y parte de la programación del software se desarrolla en Brasil. Trabajamos por células de especialización distribuida en diferentes países de Latinoamérica. https://d12c37181d9d6c55a803ba12fdbeb427.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-37/html/container.html

Cuando llegó la Covid-19 tuvimos que estructurar al equipo de administración, finanzas y comercial para que trabaje en una modalidad de forma remota. Eso representa el 20% de nuestra estructura, lo que significó una adaptación en bajo tiempo y alta efectividad.

También notamos que, por parte de los clientes, hubo una adaptación favorable. Aprendimos todos a solucionar situaciones, a trabajar en equipos operativos y de negocios de forma remota, lo que previamente hacíamos con reuniones presenciales que implicaban viajes de varios días en diferentes países. En este punto, encuentro una gran evolución en el vínculo cliente-partner tanto en tiempos, eficiencia, como en costos.

-¿Cómo impactó la pandemia en sus proyectos?

-En Mc Luhan nos encontramos en una situación favorable como evaluación de 2020. Contamos con soluciones de inteligencia artificial, específicamente bots conversacionales multicanales.

Previo a la pandemia, los procesos de decisión de adopción eran más prolongados. Cuando llegó la pandemia, a causa de la cantidad de gente que se enfermó en los contact center, con sucursales físicas cerradas y trabajo en home office con limitaciones de conectividad, el tráfico de los contact centers aumentó considerablemente, con la imposibilidad de atender por parte de las compañías esa demanda. Es allí donde se ha decidido en tiempo récord en la adopción de esta tecnología como solución para atender ese tráfico, lograr niveles de servicio satisfactorios, generar eficiencias y bajar costos. De esta forma, la ecuación resultó ganadora desde todo punto de vista. Mc Luhan desarrolló probadores virtuales para sitios de ecommerce.

Probadores virtuales para el comercio electrónico

-En el contexto de la pandemia, ¿cuáles fueron las iniciativas a las que dieron lugar? ¿Les quedaron algunas pendientes para 2021?

-Hacía dos años ya que veníamos trabajando en iniciativas apuntadas a tecnologías de retail, específicamente en la combinación de inteligencia artificial, realidad aumentada, realidad virtual y mixta. Este año, a causa del abrupto crecimiento del ecommerce, lanzamos probadores virtuales para poder comprar desde el hogar y testear los productos antes de comprarlos. Consiste en que el cliente elija un producto, que puede ser make up, anteojos, tintura de cabello, calzado, joyas, relojes, y al encender la cámara del móvil o tablet pueda ver cómo le queda, como si lo estuviera probando realmente. También los hacemos para objetos como electrodomésticos, decoración, donde se pueden ubicar estos productos en las casas de los consumidores y saber cómo queda un sillón, una mesa o lo que elija, tanto en medidas, como modelos y colores. Esta tecnología permitió a quienes la adquirieron multiplicar por tres sus ventas, frente a quienes no tienen la posibilidad de prueba virtual.

-¿A qué tecnologías recurrieron para estos cambios?

-Para los desarrollos de asistentes virtuales trabajamos con motores de inteligencia artificial propios, machine learning, Speech Recognition, NLP con voz (teléfono, WhatsApp, App) NLP texto (WhatsApp, chat, Telegram, Messenger, SMS, etc.).

En cuanto a las soluciones de experiencias inmersivas, trabajamos con diferentes tecnologías, como ARToolkit, Unity, Blender, entre otros, además de combinarlas con motores de inteligencia artificial, reconocimiento facial y machine learning.

-En su opinión, ¿cuáles fueron las principales enseñanzas y hechos del año 2020 referidos a las TIC en la Argentina?

-Sin dejar de mencionar el nuevo modelo de trabajo de home office, donde hubo que adaptar a toda una población a una nueva normalidad, considero que el salto más abrupto se dio en los nuevos hábitos de compra, desde el tipo de productos que comenzamos a adquirir hasta la forma de hacerlo. Los miedos que conlleva ir físicamente a un comercio, los recaudos a tomar. A la fuerza toda una sociedad tuvo que acostumbrarse al ecommerce, a plataformas de delivery, hasta en productos impensados.

Esto obligó a las empresas a generar una trasformación digital en tiempo récord en toda su cadena de venta y distribución. Y es allí donde la tecnología y las consultorías en tecnología tuvieron un papel preponderante.

Como enseñanza, creo que las empresas deberían escuchar a sus asesores tecnológicos y de negocio porque somos quienes estamos siempre atentos a las próximas tecnologías por lo menos 5 años vista. El aprendizaje es que es imprescindible estar en continuo proceso de innovación tecnología para no salir bajo demanda o emergencia, porque es tarde, no permite una correcta evaluación de la solución y trae mayores desvíos y costos.

La planificación de roadmap digital es clave hacerla con planificación de cinco años y no en un mes. Quienes estaban preparados, solo tuvieron que aumentar su capacidad, a diferencia de generar de 0 una transformación digital.

-Para 2021, ¿cuáles son los pendientes tecnológicos que tiene la Argentina?

-El principal pendiente es la incorporación de tecnología en salud, para lograr datos confiables y en tiempo real de la situación de la población, implementar inteligencia artificial para diagnóstico veloz frente a síntomas de dolor o enfermedad. Incorporación de herramientas tecnológicas en educación; un porcentaje muy grande de los niños y jóvenes no recibieron educación por falta de conectividad, herramientas de hardware y software. Además, una capacitación a los maestros para que puedan trabajar con estas herramientas de una forma eficiente y amigable.

Andrea Mandelbaum: “La planificación de roadmap digital es clave hacerla con planificación de cinco años y no en un mes”.

-Suena arriesgado hacer pronósticos después de lo que sucedió en 2020, pero ¿cuáles serán las tendencias en TIC que crecerán en su adopción en 2021?

Este año vamos a seguir evolucionando con nuestra solución de inteligencia artificial para que logre tener un mayor número de funcionalidades en las industrias que ya trabajamos: banca, seguros, salud, telco, entre otras.

Con respecto a las soluciones inmersivas, estamos desarrollando un software que incluye realidad virtual y realidad aumentada que va a colaborar con el retail en generar experiencias únicas con baja inversión. Esto va a generar un salto cuantitativo y cualitativo en los nuevos hábitos de compra, generando experiencias más reales, lúdicas y placenteras.

Universidades trabajan en el desarrollo de textiles anti-covid únicas en el mundo

Fuente: Argentina.gob.ar – Con desechos de la industria pesquera, dos universidades nacionales producen telas antivirales para la fabricación de indumentaria destinadas al personal de la salud y sprays de uso doméstico para inactivar el covid.

Un grupo de investigadoras interdisciplinarias de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMdP) y la Universidad Nacional del Sur (UNS), redireccionaron sus investigaciones en Ingeniería en Materiales -especialmente en Nanotecnología- y desarrollaron “nanocompuestos” que inactivan el Covid. Una vez que finalice la pandemia, este desarrollo tendrá una amplia gama de utilidades ante otros virus y bacterias.

“Lo que desarrollamos es un ‘material híbrido polimérico-inorgánico’, que tiene propiedades antivirales y desinfectantes… y lo mejor es que ¡puede utilizarse en diferentes tipos de superficies tales como madera, vidrio, telas, plásticos, metales, etc.! En este caso puntual, nos enfocamos en introducirlo en la fabricación de indumentaria para médicos, enfermeros, personal de limpieza y pacientes. Por ejemplo, para la confección de mascarillas, guantes, ambos y otros insumos hospitalarios como sábanas o toallones. Pero además, por su versatilidad, podría servir para recubrimiento de otras superficies de acceso masivo, como pisos y paredes de hospitales, edificios públicos como bancos o escuelas y desinfección de medios de transporte”, explica Vera Álvarez, vice directora del Instituto de Investigaciones en Ciencia y Tecnología de Materiales (INTEMA) de la UNMdP y directora de este proyecto que fue seleccionado en una convocatoria del Ministerio de Ciencia y Tecnología para mejorar la capacidad nacional de respuesta a la pandemia.

¿Qué son los polímeros y por qué inactivan al covid?
“Los polímeros son macromoléculas, es decir grandes moléculas que se forman con la vinculación de otras clases de moléculas denominadas monómeros. Particularmente los polímeros con los que nosotros trabajamos son de origen natural, se llaman quitosanos y se obtienen de los exoesqueletos de crustáceos, para decirlo de un modo sencillo sería la carcasa y otras partes de los mariscos o frutos de mar (camarones, cangrejos, gambas, etc.), que son desechos de la industria pesquera, por lo que en nuestro país hay en abundancia y nadie sabe qué hacer con ellos.
A este polímero natural luego le agregamos iones de plata y cobre que tienen funciones antibacterianas, antimicrobianas y antifúngicas, por lo que en el momento que termine esta pandemia podrá ser útil también para otros virus y bacterias.
Con este ‘material híbrido polimérico-inorgánico’ desarrollamos un gel (de consistencia similar a una gelatina) que se impregna a las telas durante el proceso de fabricación. Cuando el virus entra en contacto con el polímero que está en la tela, se produce una interacción química que hace que la membrana del virus quede adherida allí y ya no pueda reproducirse ni contagiar. Esto es de suma importancia para prevenir los contagios, porque es muy común que nos toquemos la ropa y luego llevemos las manos a la cara o los ojos”
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¿Cómo llegaron a este desarrollo?
“Con este mismo polímero veníamos trabajando desde hace 10 años, pero en otras aplicaciones. Lo utilizábamos para la liberación controlada de fármacos oncológicos, para el desarrollo de bioagroinsumos, el saneamiento de aguas contaminadas y para desarrollar textiles funcionales. Cuando se desató la pandemia entendimos que podíamos redireccionar nuestras investigaciones, ya que este polímero tenía la capacidad de inactivar muchos virus y bacterias. Además, porque casi todos los esfuerzos en investigación se estaban destinando a kits diagnósticos y vacunas, mientras que nosotras podíamos contribuir a controlar la propagación del virus en las superficies”.

El proyecto incluye tres etapas: el desarrollo de los textiles, las pruebas antivirales y las pruebas de durabilidad, para evaluar que después del lavado el efecto químico siga funcionando. “Ya pasamos las dos primeras etapas, estamos diseñando prototipos de tapabocas en conjunto con la cooperativa de trabajo Textiles Pigüe y a pedido de la comunidad comenzamos a desarrollar un spray de uso doméstico para que la gente pueda aplicárselo en la ropa antes de salir de su casa”.

¿Cuándo llegará al mercado? ¿Tendrá un costo accesible?
“Estos productos necesitan dos aprobaciones: del INTI, por ser un textil, y de ANMAT por estar en contacto con la piel, para que puedan comenzar a distribuirse en el mercado. Como este quitosano es de fácil obtención, se podrá producir a nivel nacional a bajo costo, por lo que es factible que a futuro se puedan hacer todo tipo de prendas recubiertas de este material”.

Rol de la ciencia argentina
Finalmente, respecto al rol de las universidades en este contexto, la investigadora remarcó que “es fundamental que los conocimientos científicos se transformen en productos y servicios que sean un motor de cambio de nuestra sociedad”. Para ello,-dijo-,“es necesario que las universidades fomenten acciones de articulación público privada, como la formación de recursos humanos que participen en proyectos de I+D+i, el posicionamiento de la CyT como fuente de desarrollo y generación de empleo, la integración de actores públicos y privados en emprendimientos basados en el conocimiento, y la difusión de resultados que permitan derribar el mito que la ciencia se dedica a lo abstracto y poder mostrar cómo esos conocimientos satisfacen las necesidades de la sociedad en la que están inciertas”.

A finales del año pasado, Vera Álvarez recibió el premio “Por las mujeres de la ciencia 2020”, que otorgó L´Oréal-Unesco en reconocimiento a su trabajo en el diseño de este material.