Textiles marplatenses, temen por las nuevas restricciones: «En marzo, se vio una pequeña reactivación comercial»

Fuente: El Marplatense ~ El presidente de la Cámara Textil de esta ciudad, Juan Pablo Maisonnave, realizó un balance de la temporada de verano en Mar del Plata y habló de las nuevas restricciones anunciadas por Nación y Provincia.

En declaraciones a CNN Radio Mar del Plata, FM 88.3, el joven empresario afirmó que «estamos atentos a los anuncios y cuando se habla de restricciones afecta negativamente en el sector comercial. Esperemos que dure poco y no como el año pasado que estuvimos encerrados prácticamente 7 meses. El municipio tiene la información suficiente para que las decisiones sean acertadas».

En ese contexto, aseguró que «a quien más va a afectar es al sector gastronómico y se van a pronunciar públicamente para expresar sus opiniones. En el caso nuestro, con el incremente de aforo en centros comerciales y menor circulación de gente va a impactar negativamente en el comercio. Si esto va a durar 15 días, veremos qué es lo que pasa. Estamos trabajando en reforzar los protocolos, la seguridad e higiene».

Al ser consultado sobre la temporada de verano, Maisonnave sostuvo que «con esta nueva realidad pensamos que no iba a ser una buena temporada. El piso era muy bajo y veníamos de un año de estar parados, entonces cualquier cosa que cambiara un poco la ecuación iba a ser bueno para el sector. Claramente no se puede comparar con la temporada anterior, pero hubo mayor consumo en enero y febrero porque hubo más gente en Mar del Plata. En marzo se vio una pequeña reactivación comercial y se veía otro tipo de movimiento«.

«Estamos haciendo relevamientos de la actividad y cuántos comercios han cerrado producto de la pandemia. El sector textil es muy amplio. La parte primaria, por ejemplo, están con mayor demanda y están creciendo. Pero lo que es confección de indumentaria va a ser un año de transición. Hay que tener en cuenta que en la temporada de invierno la mercadería se entrega desde diciembre a marzo y eso impacta directamente en los pedidos de este años porque como no han podido vender el año pasado, todavía tienen mercadería«, finalizó.

Este argentino se la jugó por el país y ahora factura millones gracias a Nike y Adidas

Fuente: Cronista ~ Perseverancia y esfuerzo. Dos de las cualidades necesarias, además de espaldas anchas y cierto gusto por el riesgo, para emprender con alguna posibilidad de éxito en la Argentina. De esas dos cualidades nace el nombre de Derwill, vocablo alemán que hace referencia a ambas. Se trata de una pyme textil que este 2021 cumple 30 años de trabajo ininterrumpido fabricando y comercializando medias deportivas.

30 años no es nada

Su fundador, Marcelo López Imizcoz, comenzó su carrera en Gatic en el año 1985, y aprendió que aprendió el oficio en la localidad de Pigüé, provincia de Buenos Aires, de la mano de Eduardo Bakchellian, el por entonces dueño de la empresa que tenía a Adidas como marca insignia. El emprendedor decidió pegar el salto en 1991 y fundar Derwill, que comenzó con la apertura de un galpón ubicado en San Lorenzo y Panamericana y tres máquinas provenientes de lo que entonces era Checoslovaquia. El siguiente hito de expansión en la vida de la firma llegó en diciembre de 2003, cuando mudaron su operación a una fábrica tres veces más grande que la anterior a la que, además, le sumaron tecnología y capacidad de producción.

Y se fue consolidando en el tiempo como una de las empresas líderes en la fabricación de medias deportivas: tiene como clientes a Nike, Adidas, Under Armour, Babolat, Falabella y New Balance. Hoy la planta cuenta con más de 200 máquinas con la última tecnología y ha logrado convertirse en el exportador de Argentina, medido en volumen, siempre con el liderazgo de Marcelo, que ha sumado a sus hijos Manuel, Gonzalo y Ramiro -los tres formados en Administración de Empresas- al equipo de Derwill para que sigan sus pasos.

«Nuestro desarrollo a lo largo de los años se vio impulsada fuertemente por la alianza comercial con Nike, nuestro principal cliente en este momento y con quien exportamos en 2020 un millón de medias a Chile. Solo para dar una idea de la magnitud del crecimiento de Derwill de la mano de Nike, su producción se incrementó un 2000% en los últimos 20 años de trabajo conjunto. Este crecimiento ha permitido a Derwill sumar mercados para exportación, proveyendo artículos para Brasil -un mercado tradicionalmente muy competitivo- y los principales mercados de América latina«, cuenta López Imizcoz.

La pandemia se paso muy bien, cumpliendo con los protocolos y funcionado de acuerdo a las directivas del municipio. Armaron una carpa exterior de manera de lograr distanciamiento y proveyeron transporte con combis para garantizar presentismo. Se trabajó todo esto con el sindicato, de manera muy articulada.

Marcelo López Imizcoz aprendió el oficio al lado de Eduardo Bakchellian, ex dueño de Gatic.

Imizcoz es optimista por naturaleza y por ello, cuando se lo consulta sobre si volvería a apostar por la Argentina, su respuesta es un sí rotundo aunque señala que la macro es un factor a tener en cuenta y frente a lo que hay que estar siempre muy atentos y ser flexibles. «Para nosotros en Derwill fue fundamental el apoyo de clientes internacionales como Nike u otras grandes marcas para las cuales fabricamos, que nos aportan know how y tecnología y mejores prácticas», explica.

Respecto al tiempo que lleva el mundo sobrellevando la pandemia, el empresario pyme marca que la pandemia los fortaleció porque les permitió ordenarse y trabajar más coordinadamente con protocolos muy cuidados. «Nos permitió consolidar exportaciones y terminar de armar la planta que acabamos de inaugurar, así que el balance es en general positivo», puntualiza.

En consonancia con lo antedicho, los planes a futuro de la compañía son consolidar las exportaciones a países de América latina de la mano de Nike y de las marcas para quienes fabrica productos. En 2021 y tras la inversión de u$s 5 millones, planean casi duplicar la capacidad productiva pasando de producir ocho millones a 13 millones de pares de medias al año.

Nueva planta

Para sostener este esfuerzo, este año Derwill inauguró su nueva planta para la fabricación de medias en la localidad de Malvinas Argentinas, en la provincia de Buenos Aires. Con la ya mencionada inversión, la nueva planta está sumando 50 nuevos operarios -para llegar de esta manera a 190 empleados–, va a expandir la capacidad productiva en cinco millones de pares de medias (un 40% más) y, para lograrlo, sumará 114 nuevas máquinas de tejeduría y planchado.

La inversión en esta planta se concentra principalmente en la adquisición de nuevas máquinas de tejeduría y de plancha, incorporando la misma tecnología y los mismos procesos que hoy utilizan las plantas más modernas de fabricación de medias en los Estados Unidos, Europa o Asia.

La nueva planta tiene una superficie de 4000 metros cuadrados que ocupa un galpón, las oficinas, salas de reuniones y un comedor. El edificio se emplaza en una superficie total de 7500 metros cuadrados, donde se acondicionan espacios para una cancha de fútbol, una parrilla, una huerta, un estacionamiento y zonas de carga y descarga de mercadería e insumos.

Previo a esta inauguración Derwill operaba en una planta en Don Torcuato, empleando a 140 operarios, de los cuales un 60% son mujeres. El 100% de su dotación está afiliado al Asociación Obrera Textil (AOT). En Don Torcuato Derwill contaban con una capacidad para producir ocho millones de pares de medias al año, usando 136 máquinas tejedoras y planchadoras, provenientes de China e Italia.

Jorge Rey, el niño terrible de la moda: ‘Me han dado vuelta la cara, pero yo me río’

Fuente: Clarín ~ Jorge Rey, el diseñador de 22 años al que ni una pandemia puede detener, continúa creando y creciendo en el mundo de la moda. Nació en Rufino, Santa Fe. Allí hizo su primer desfile en 2016, al cual asistieron 500 personas. Vino a estudiar a Buenos Aires y luego de un año y medio dejó la facultad para diseñar. En 2018 participó del evento Six O’Clock Tea y desde esa pasarela nunca se detuvo.

Durante la cuarentena presentó una colección cápsula desde Rufino, Futuro alado, inspirada en la pandemia y hecha con materiales diversos y accesorios representativos del aislamiento: barbijos, guantes, trajes de PVC. Vistió a Juana Viale y a Lali Espósito, y en enero lanzó su más reciente colección, Obsessionality, que también fue presentada en un fashion film en Paris Fashion Week.

A fines de marzo participó de la pasarela virtual de Argentina Fashion Week con una colección de vestidos de novia, con mucho volumen y bordados abundantes, su sello característico.
El diseñador Jorge Rey en acción, en pleno diseño. Foto: Andrés D’Elía.

El diseñador Jorge Rey en acción, en pleno diseño. Foto: Andrés D’Elía.

-¿Cuál fue tu inspiración al crear Obsessionality, una de tus últimas colecciones?

-Una de las cosas más locas es que la diseñé en noviembre de 2019. Obsessionality tiene que ver con la obsesión misma, las enfermedades. Al ver de cerca los diseños, hay pequeños virus bordados, “Covids”, como les digo yo, pero todos fueron pensados y diseñados antes de la pandemia. Para crear esta colección también me inspiré en las cartas de tarot. Muchas veces tomo conceptos para crear, que después no terminan apareciendo o no se terminan comunicando. Y creo que lo que uno no comunica, no existe. A veces elijo no contarlo porque me gusta que cada uno saque sus conclusiones sobre lo que está viendo. Pero las cartas, su estética, sus figuras están plasmadas muy sutilmente. Todo tiene un porqué. Diseño pensando en un “qué” y en un “por qué”, en qué es lo que debe decir cada prenda.

-¿Elegís expresarte a través de la moda?

-Lo que más me gusta de la moda es la capacidad de comunicar a través de ella, de mostrar algo, de hacer arte. Uno no se viste solo para abrigarse. Siempre estamos comunicando: desde el color que usamos, los zapatos que elegimos, todo expresa. Uno se comunica constantemente y también recibe del otro, e indirectamente se construye con el otro. Somos seres sociales. Por eso, para mí es muy importante ver qué es lo que quiere la persona. Esto me permite crear un diseño a medida que hable de quién es, que la represente. Eso es lo que quiere una clienta cuando me pide que la vista.

Muchas veces tomo conceptos para crear, que después no terminan apareciendo o no se terminan comunicando. Y creo que lo que uno no comunica, no existe.
Jorge Rey, diseñador de moda.

-¿Y qué busca la mujer hoy?

-Comodidad. Hoy en día se pone en juego estar cómoda, linda, sofisticada, joven y fresca. Pero lo más importante es estar cómoda, con prendas de ajuste relajados. Si te vas a vestir para una fiesta, querés brillo, estar elegante: ya no se sufre para estar linda. Si te sentís cómoda con lo que tenés puesto, te comés el mundo.

-¿Cómo es ser joven en esta industria? ¿Sentís algún prejuicio?

-Trato de ni preguntármelo, hago mi trabajo y me divierto. Sé lo que tengo que hacer, cuáles son mis responsabilidades y qué tengo que cumplir; y me manejo en base a eso. A veces no es tan fácil, han dejado de saludarme, me han dado vuelta la cara, pero yo me río. Ya fue. ¿Qué tanto?

-¿Qué es lo que más te gusta de diseñar?

-Crear. Dibujar, pensar, tener ideas. A veces creo por crear, y creo solo porque me divierte. Cuando creo, estoy insoportable, es mi tema del momento y todos lo saben. Eso pasó cuando hicimos los clips de las cápsulas de White, Caprichosa y Prólogo, algunas de mis colecciones, que de hecho ahí no terminaron. Los tres están muy pensados: “Rey es insoportable”, dicen. Pero hay cosas que no están dichas que después se van a ir develando.
Una de las creaciones del diseñador Jorge Rey.

Una de las creaciones del diseñador Jorge Rey.

-¿Y antes de diseñar que hacías?

-A los 6 años vendía bijouterie. Cuando tuve un accidente, me puse a hacer tarjetas. Las diseñaba, las imprimía y las vendía en mi pueblo. A los 13 años hice un curso de organización de eventos y viajaba hasta Buenos Aires para asistir. Después empecé a estudiar corte y confección, aunque no terminé. Pero ahí empezó todo. En ese verano, después de lastimarme, con la pierna enyesada aprendí a diseñar con Photoshop e Illustrator, mientras escuchaba el álbum de Adele a repetición.

Lo que más me gusta de diseñar es dibujar, pensar, tener ideas. A veces creo por crear, y creo solo porque me divierte. Cuando creo, estoy insoportable, es mi tema del momento y todos lo saben.
Jorge Rey, diseñador de moda.

-¿Cómo fue el accidente?

-Una noche de Año Nuevo, con trece años, fui a comprar una cañita voladora nueva. Salí corriendo a una avenida a probarla y un auto que venía a 70, me chocó. Volé 7 metros, pegué contra un árbol, estuve inconsciente y 15 días internado, pero solo me quebré la cabeza del fémur. Fue un caos, pero del caos siempre sale algo lindo, algo nuevo, del caos siempre sale la luz. El caos es el primer paso, sin eso no hay nada.

-¿Qué es lo próximo que vamos a ver tuyo?

-Una cápsula y una colección que siguen en proceso creativo. Ahora estoy trabajando con una obra de arte que me encanta, siempre me gustó mucho, es mi fuente de inspiración para mi próxima colección. No puedo contar demasiado. También estoy haciendo vestuario y algún que otro proyecto en la televisión.

-¿Y qué es lo que más te gusta hacer?

-Yo hago lo que sea: creo que es algo que me identifica como diseñador. Soy un apasionado de lo que hago y me gusta ver eso reflejado en mi trabajo, que se note que hay pasión. No me cierro a nada, me divierto. Lo que mande el universo, acá estará Rey para recibirlo. Yo después de un accidente entendí que la vida es hoy, lo que estás haciendo hoy y mañana no sabés qué pasa. Tomarme la vida así es lo que creo que me ha hecho llegar a ser quién soy y gran parte de lo que me hace ser Jorge Rey. Que la pregunta nunca sea ¿se puede hacer?, sino ¿cómo lo hacemos?
Otro diseño de Jorge Rey, el nuevo niño terrible de la moda.

Otro diseño de Jorge Rey, el nuevo niño terrible de la moda.

Se describe como alguien inquieto, que tiene que estar todo el tiempo en movimiento, siempre con ideas nuevas, pensando, soñando, planeando un nuevo proyecto.

“Lo último que puedo decir es que para mí soñar es muy importante. Hoy estoy acá porque soy muy afortunado: hay muchos jóvenes que también sueñan y yo llegué. Pero sin trabajo no hay nada, uno puede soñar pero hay que trabajar para que esos sueños se cumplan, hay que mantenerse en movimiento. Cuando miro para atrás veo todo esto con lo que yo soñaba y el Universo, Dios, Alá, I don’t know, me lo hicieron posible. Yo mismo lo hice posible.”

Entrevista a la referente de la moda sustentable en el mundo

Fuente: La Portada ~ Lucía Chain es una de las diseñadoras más vanguardistas de su generación. Usa tintes extraídos de plantas y textiles orgánicos. Cuestiona el sistema de la moda por no ser eco friendl y busca nuevas formas para comunicar de manera amable cómo es posible modificar hábitos indumentarios.

¿Cómo es hacer diseño sustentable en Argentina?

Diseñar de una manera sustentable es primero comprender el contexto en el que uno vive. No existe una definición de lo que es sustentable, se construye de acuerdo al contexto en el que crea y vende el producto. Eso significa tener bien presente nuestras raíces y entender cómo son nuestros modos de producción que difieren un montón con respecto a otros sitios, conocer quiénes pueden ser nuestros proveedores dentro del país. Es un desafío porque no hay información, entonces los diseñadores debemos investigar constantemente sobre nuestras materias primas.

¿Cuáles son tus raíces?

Me crie con mi abuela y mi mamá. Ellas me enseñaron a bordar, a tejer y a coser. Teníamos un mantel que comenzó a bordar mi abuela cuando mi mamá era chiquita, lo siguió bordando ella cuando yo era chiquitita y después lo seguí bordando yo. Y sigue la pieza incompleta, pero me parecía que era como el símbolo de esta generación tras generación de mujeres, como un legado femenino que forma lo que es el espíritu familiar en sí y que está también tan oculto y con tan poco valor a nivel mundial, o al menos antes que no se hablaba para nada de la artesanía.

Entonces, ahí empecé a indagar un montón sobre el tiempo que lleva elaborar una prenda, sobre qué procesos se pueden llevar a cabo para hacerla más artesanal y para hacerla más amigable con el ambiente. También conocer la historia de las mujeres que están detrás de la confección de estas prendas, que son personas invisibles.

¿Qué características debe tener una prenda para que sea sustentable?

Tienen que estar realizadas con materiales nobles, biodegradables, que no afecten al medio ambiente en su proceso de producción y que por supuesto no dañen la piel. Por ejemplo, el polyester hace transpirar por demás y nuestro cuerpo tiene que activar de otra manera las glándulas, algunas pelusas que largan ese tipo de telas pueden afectar la piel. Es fundamental saber cómo están hechas esas prendas, evitar los talleres que ejercen la esclavitud. Por eso brindo capacitaciones gratuitas para poder dar nuevas herramientas a aquellos que quieran producir de una manera sana, mostrarles cómo es el proceso y ver que con pocas herramientas puedan independizarse. Debemos utilizar nuestro trabajo como herramienta transformadora.

¿Qué materias primas utilizás?

Mis diseños están producidos con algodones crudos realizados en Chaco, sin agrotóxicos, en campos trabajados por cooperativas de trabajadores, cooperativas pequeñas, pero que trabajan con mucho corazón y con mucho esfuerzo para generar un textil de calidad y de origen puro y nacional. No tienen ningún tipo de proceso químico, entonces el textil es completamente crudo .Les agrego valor con pigmentos naturales que surgen de condimentos, alimentos y plantas. Y estos tintes salen de, quizá, rezagos de la producción de flores de mi papá y de campos que estén alrededor, pero también de los rezagos de la cocina, por ejemplo, de la piel de la cebolla. A la hora de producir, trabajo solamente con máquina recta para simplificar recursos, energía y para facilitar trabajo a personas que puedan disponer de esta maquinaria simple. Además produzco por pedido, entonces no genero un stock innecesario y produzco avíos (como botones) con madera recuperada. Como mis colecciones son biodegradables, cuando estas prendas terminen su ciclo de vida volverán a la tierra.

¿Cuáles son los conceptos creativos que definen tu marca?

Primero, el tema de lo natural, de cómo lo trato y cómo lo comercializo después. Lo segundo, es lo universal, que es esto de contemplar absolutamente a todos sin tener un estereotipo o un modelo de persona que pueda ser usar lo nuestro. No hay límites ni de edad, ni de género, ni de intelectualidad, ni racial, ni nada. Es para todos.

Finalmente, el tercer concepto es la rebeldía que hay detrás de la marca, una que nació imponiéndose a un montón de cosas que estaban impuestas justamente dentro del sistema de la moda. Lo que intenté yo fue ir poniendo como mi semillita y sembrando algo que inspire a otros a generar un cambio.

¿Cuáles son tus retos a futuro?

El principal es algo que me sigue pasando: tener que explicar lo que uno hace como si fuese algo extraordinario cuando en realidad tendría que ser lo común para todos los procesos productivos. Ese es el reto principal, el comunicarlo y explicarlo constantemente todo el tiempo.

En la etiqueta de uso y cuidados hay una frase que para mí es fundamental y dice: Usá mucho la prenda, cuidala con cariño y si con el tiempo se rompe, remendala. Es mi manera de decir que mis prendas no son descartables. Si en un tiempo la dejas de usar y se convierte en un trapo, la prenda es biodegradable. Eso es importante, vuelve a la tierra.

Artículo elaborado para diario La Portada por Pablo Bauman Obredor, Juliana de Oro y Cristian Larrañaga, equipo de “El Bicho Reactor”, programa radial que se emite por FM del Valle de Trevelin.

Francisco Ayala y la importancia de la identidad de la moda Argentina

Fuente: Fashion United ~ Desde hace tiempo, el tema de la identidad de la moda argentina y latinoamericana ha estado presente en las propuestas del diseñador y Presidente de la Cámara Argentina de Moda (CAM), Francisco Ayala. En esta nueva temporada, decidió dar un paso más allá y creó una serie de abrigos únicos realizados en fibra de llama, lana merino y algodón. La idea nació durante la crisis sanitaria desatada por la pandemia de Covid-19: un trabajo en colaboración con industrias y cooperativas de la provincia Catamarca, lo que la convierte en 100 por ciento argentina en lo que tiene que ver con sus procesos y materiales.

Francisco Ayala y la importancia de la identidad de la moda Argentina

Ayala presentó la colección hace pocos días en el marco de Argentina Fashion Week, en versión virtual, y ya está disponibles para la venta.

Francisco Ayala y la importancia de la identidad de la moda Argentina

FashionUnited tuvo la posibilidad de visitar el punto de venta que el diseñador tiene en el barrio de Recoleta, en Buenos Aires, donde además funciona su taller. Allí hablamos sobre su última propuesta, la importancia de la identidad a la hora de trabajar en moda y los desafíos que lleva adelante como presidente de la CAM.

Colección “Invierno en Llamas”

Para producir esta línea Ayala viene trabajando con la organización Manos Andinas de Catamarca, que se especializa en fibras naturales, con foco en la trazabilidad social, ambiental y cultural. Además, la directora de la Carrera de Diseño Textil de la Universidad de Buenos Aires fue la encargada de desarrollar los textiles para la colección.

Francisco Ayala y la importancia de la identidad de la moda Argentina

“Tenemos este tesoro andino (fibra de llama) que compartimos con Perú, Chile, Bolivia y Ecuador. La fibra de llama es una de las más finas del mundo. La idea de hacer moda con esto tiene que ver con el concepto del nuevo lujo y en esta pausa que se dio con la pandemia, de generar cosas únicas que estén hechas con materiales que sean únicos. Además, ecológico y tiene trazabilidad. Para aquellos preocupados por quién hizo su ropa, estos productos tienen un camino muy chiquito. Los animales están criados en lugares inhóspitos, se los esquila y esa materia prima después tiene que pasare por varios procesos ancestrales”, explica Ayala.

Desde su lugar en la moda, Ayala siempre buscó apostar a lo diferente, a lo que tiene que ver una identidad única. Para él la fibra de los camélidos que hay en Argentina representa una oportunidad de poder mostrar la moda nacional al mundo. “Tenemos que darle valor a lo que es nuestro porque esta fibra la suelen comprar marcas italianas que después hacen artículos que valen miles de euros”, dice.

Sin embargo, al menos en Argentina, no es común el uso de este material: “No tenemos tradición de hacer moda con esta fibra porque no tenemos una industria que nos haga de soporte, considerando a la industria textil como la base de la pirámide de la moda donde después viene la industria de la confección donde estamos nosotros, los diseñadores”.

Francisco Ayala y la importancia de la identidad de la moda Argentina

Hecho en Argentina

El golpe que trajo la pandemia, sumado a la crisis que ya venía atravesando el sector, llevó a la CAM a declarar la emergencia en la moda argentina en 2020. Una de las estrategias para tratar de generar una reactivación tiene que ver con la propia identidad: “Tengo proyectado hacer un consorcio argentino para el desarrollo y el trabajo con fibras autóctonas. Tengo la convicción de que si hacemos las cosas juntos nos va a impactar a todos positivamente, pero hacen falta políticas de estado”.

Francisco Ayala y la importancia de la identidad de la moda Argentina

Ayala viene trabajando con varias entidades de gobierno como el Ministerio de Desarrollo Productivo; el Mercado de Industrias Culturales (MICA); Mercado de Artesanías Tradicionales e Innovadoras Argentinas (MATRIA) y la Secretaría de la Mujer. “Con el MICA quiero desarrollar una escuela de oficios…está lleno de diseñadores que no saben trabajar con las manos, necesitan de terceros para hacer la moldería, son pocos los que saben coser, hay muchos saberes que como diseñadores necesitamos tener y cada vez hay menos modistas. Y, con el MATRIA, estamos viendo de vincular desde el lado del comercio justo y el trabajo colaborativo a artesanos con diseñadores”.

Moda y solidaridad

Además, entre las novedades de este año, hace solo unos días la CAM designó a la empresaria Mariah Schutz, dueña de la firma Mariah como Embajadora solidaria, con el objetivo de desarrollar acciones conjuntas, promoviendo sus propuestas en todo el país.

Francisco Ayala y la importancia de la identidad de la moda Argentina

La marca Mariah, moda social produce prendas personalizadas y dona la totalidad de lo obtenido en sus ventas a organizaciones solidarias. Para saber más:La Cámara Argentina de Moda designa a Maríah Schutz como Embajadora Solidaria

Fotos y video: Francisco Ayala, Mariah y FashionUnited

Francisco Ayala y el diseño argentino: «Tenemos que encontrar el Malbec de la moda»

Fuente: Télam ~ Con los grandes desfiles reducidos a una versión virtual, sin grandes eventos en los que se puedan lucir diseños de alta costura, el sector de la moda atraviesa un momento crítico. Tal es así que el sector se declaró en emergencia hace casi un año y de modo individual o en conjunto sus integrantes comenzaron a pensar estrategias para salir de la crisis.

En algunos casos, los diseñadores optaron por lanzar líneas de pret-a-porter, más accesibles para el público que los modelos de alta costura. Pero según cuenta Francisco Ayala, presidente de la Cámara Argentina de la Moda (CAM), desde la entidad creada en 1905 como Unión Argentina de Sastresimpulsan varios proyectos para reactivar el sector y ayudarlo a superar los efectos que la pandemia tuvo para modistos, talleres de costura, bordado y todos los eslabones involucrados en la cadena de valor del sector.

En busca de la identidad de la moda argentina

“Necesitamos encontrar el Malbec del mundo de la moda”, grafica Ayala y amplía el concepto: “No podemos ir a venderles a los europeos los diseños que les copiamos a ellos porque eso no tiene ningún valor. Tenemos que apostar a lo que nos diferencia, a lo que nos hace únicos”.

Ayala detalla que la Argentina tiene una larga tradición de saberes, constituida por sastres, modistas y especialistas en plisado, pasamanería y flecos. “También están los artesanos que trabajan el tejido, el telar, que tienen acceso a las fibras naturales de llama, alpaca, guanaco o vicuña. Estas fibras son únicas y solo se consiguen en la región andina pero tienen mucha demanda en Europa. Un saquito de vicuña cotiza a 30 mil euros en París”, ejemplifica y apunta que la entidad a su cargo también busca promover en la pospandemia la incorporación de fibras o lanas de estos camélidos en la moda nacional.

“No podemos ir a venderles a los europeos los diseños que les copiamos a ellos porque eso no tiene ningún valor».”

Para poner en marcha esta posibilidad, desde la CAM están trabajando con Roxana Amarilla, del Mercado Nacional de Artesanías Tradicionales e Innovadoras Argentinas, que depende del Ministerio de Cultura de la Nación. El objetivo es poner en contacto a los diseñadores con los artesanos para sumarle elementos distintivos a las prendas de vestir argentinas y recuperar técnicas como el fieltro. los tejidos en telar y los flecos. “Eso sí, en una época en la que cada vez más consumidores valoran el comercio justo y la trazabilidad para saber de dónde proviene los materiales y cómo se confeccionó cada prenda, no hay lugar para la moda con función saqueadora. Cada familia de artesanos, cada criador de vicuñas deben ganar lo justo”, apunta Ayala, quien cuenta que a título personal está trabajando con fibras de llama, con los colores de las fibras naturales que van del beige al negro en una línea de tapados que suman otros elementos artesanales como pasamanería, flecos y añadidos en telar.

“El nuevo lujo que se impone en este momento en Europa no es brillante. Está ligado a lo que es único, a lo que lleva mucho tiempo de hacer o proviene de un saber ancestral. A lo que es natural o amigable con la naturaleza. A prendas con materiales nobles y auténticos”, teoriza.

La mano de obra calificada

Según cuentan desde la CAM, en la Argentina hay diseñadores pero faltan modistas y sastres. “Hay saberes que se van perdiendo que surgieron cuando las grandes casas de moda abrían sus filiales en la Argentina, a principios del siglo XX”, analiza su presidente.

La CAM planea conectar a diseñadores y artesanos.

La CAM planea conectar a diseñadores y artesanos.

Por eso desde la entidad trabajan con las carreras de Diseño de Indumentaria para incorporar herramientas de moldería a la carrera. “Incluso con MICA, el Mercado de Industrias Creativas de la Argentina) que también depende de Cultura, estamos trabajando para crear una escuela de oficios. Los diseñadores mismos somos transmisores de oficios y saberes. Las empresas del sector siempre tienen demanda de personal capacitado”, apuntan.

La redefinición de la alta costura

A mediano plazo, la Cámara Argentina de la Moda trabaja en la redefinición del concepto de “alta costura” en el diseño nacional. Con la colaboración de una especialista en la sociología de la moda, Susana Saulquin, la entidad desarrolla parámetros que en algún caso coinciden y en otros no, con los de la industria francesa. “Para llevar esa denominación tiene que estar hecho en la Argentina y no haber sido importado y etiquetado acá. Ser confeccionado a medida con un borrador o “etoile” en otra tela para luego hacer los moldes. También tener terminaciones a mano, salvo las costuras laterales y requerir la participación de más de un oficio además del de modista o sastre: teñido, plisado, talabartería, tocados”, enumera Ayala quien se anima a provocar: “Hoy es más alta costura un poncho que un vestido hecho con una tela china porque la industria textil nacional quebró y hay que importarla”.

De todos modos Ayala avisa: “La moda no está pasando por un buen momento a nivel internacional. La alta costura actualmente tiene un mercado muy chico. Viene achicándose año tras año. Cuando Balenciaga se retiró del mundo de la alta costura porque creía que no había mercado, su empresa tenía 3.000 modistas y Chanel 5.000. Hoy Channel tiene 25”. Sin embargo, se permite tener esperanzas: “Hay mercado para ofrecer diseños únicos y auténticos. Hay que educar a los consumidores y ayudar a cambiar de paradigma”.

La moda que sigue a la pandemia

Fuente: Ámbito ~ 2020 fue el año que jamás imaginamos sucedería y que todo lo transformó. Cosas que cambiaron para siempre, pero ¿Y la moda? ¿qué lugar ocupó en pandemia? ¿Y cómo será después?

Definitivamente nuestros hábitos y prioridades cambiaron y eso sin dudas se vio reflejado en nuestra vestimenta en donde primó el confort y la funcionalidad. Con la pausa en eventos, oficinas y celebraciones, acaso ¿quedó demostrado que el vestir es para los demás? Si en casa nadie nos ve ¿para qué vestimos?

Una de las consecuencias de la pandemia fue la escasez de vida social, de reuniones, de estar en contacto con otros. Es por eso que la gente no hizo grandes inversiones en renovar el placard porque, en definitiva, no sabe cuándo puede llegar a usar. ¿Acaso quién se compra un par de zapatos o un vestido para estar en casa?

Históricamente poscrisis, posguerras, la moda no se expresó de un modo muy alegre ni colorido; por el contrario, la mayoría de las personas quedó deprimida o en estados de tristeza y soledad y eso definitivamente se manifestó en las tendencias. Por eso grises, negro y marrón seguramente abunden en las colecciones pandémicas y las vidrieras explotadas de estos colores -o falta de- y sean lo que consciente o inconscientemente querramos consumir.

De hecho, uno de los tonos tendencia en el NYFW otoño-invierno 2021/22 fue el “Ultimate Grey”, que junto con el “Illuminating” (amarillo chillón y por oposición) fueron los colores Pantone 2021 en faldas midi plisadas, abrigos masculinos, botas altas, maxi pantalones, chalecos, vestidos de punto y mucho cuero. Colección que salvo por excepciones, mixearon deportivo, urbano y confy y dejaron definitivamente, a la alta costura de lado. Tanta ausencia de moda que hasta en NY, París o Milán, le faltaron los grandes diseñadores de renombre de siempre.

Entonces, tenemos un mundo apagado dominado por colores apagados, pues son los que reflejan el estado anímico. Pero quizás en la próxima colección post pandemia y por el opuesto, surja una necesidad de revertir la tendencia y los diseñadores de moda funcionen como operadores del optimismo a través de los colores; una especie de “magos del vestir” que puedan revertir los ánimos mundiales e inyecten positivismo a través de la ropa. Acaso esto traiga una nueva inyección a la industria tan golpeada y a pesar de la gran crisis mundial, ¿pueda esperarse un hiperconsumo?

¿Y el tapabocas? Dicen que tiene fecha de vencimiento, se habla de “hasta el 2022”, no creo que nadie después de la pandemia siga usándolo por elección, a menos que esté cursando una enfermedad y ahí si haya un nuevo paradigma de profilaxis como en Japón, donde quien gusta protegerse lo hace y es visto con naturalidad. Pero a nivel regular, no creo que nadie use tapabocas, pues como se vió, el tapacobas es de alguna manera una metáfora de la falta de libertad, sino recuerden a los anticuarentena-antibarbijos del extremo más radical de los republicanos norteamericanos.

Lo que creo llegó para quedarse es la sustentabilidad y elección de materiales sin alto impacto ambiental, las prendas de buena calidad, larga durabilidad y por supuesto, la aparición de la tecnología en el proceso de producción, donde lo humano y tecnológico se darán la mano.

Creo que en poco tiempo “estar a la moda” va a ser vestir “bien” pero no tanto por su precio o trendyness, sino por el diseño de las prendas en relación con el medio ambiente. Bajo impacto medioambiental, revalorización de lo artesanal, lo primitivo y del “hecho a mano”.

Cuando termine la pandemia, gusto de imaginar a los mejores diseñadores armando un nuevo juego de ilusiones a través de prendas mega alegres y coloridas, estampas floreadas, texturas divertidas y que lleguen a través de esta industria que se considera frívola, a revertir el ánimo del mundo creando nuevas y felices sensaciones a través del vestir, de los accesorios y calzados.

Ojalá que después de la gran crisis del Covid surja una extrema libertad creativa y ahí estemos todos jugando el juego del “vestir y comunicar”, y que la industria de la moda se reponga de este jaque mundial, que les costó el puesto a millones en el mundo.

Empresaria y influencer de moda.

Una emprendedora confecciona accesorios a partir de descartes textiles, ganaderos y agropecuarios

Fuente: TN ~ Ekdysis es una marca de diseño sustentable basada en el Up-Cycling, fenómeno que busca brindar una segunda vida útil a materiales en desuso. Fue creada en 2019 por la diseñadora de indumentaria Delfina Sciurano a partir de una búsqueda personal y un deseo de consumo circular, conciente y sostenible.

“Antes de recibirme empecé el proyecto pensando en buscarle soluciones a problemáticas que hay dentro de la industria de la moda, como por ejemplo la cantidad de residuos textiles que se generan en la fabricación de indumentaria. También lo mezclé con los problemas de descarte que tiene la industria ganadera y agropecuaria de nuestro país”, explicó Delfina en diálogo con TN Estilo.

Las xilobolsas son la insignia distintiva de la marca.Por: Gentileza de Ekdysis

El proceso productivo de cada accesorio es artesanal, en tanto se les realizar distintos tratamientos y técnicas de estampación para generar resultados únicos, resistentes y, por sobre todo, de calidad. En primer lugar, se selecciona el material a utilizar, luego se lleva a cabo un período de limpieza profunda, se interviene el textil y finalmente se corta para crear un producto lo más perfecto y menos defectuoso posible. La fase de diseño propiamente dicho es la siguiente.

“Decidí darle un enfoque sustentable por el impacto que me generó ver tantos desperdicios en el día a día en ambas industrias. Fue un choque muy grande empezar a trabajar en el rubro de la moda y empezar a ver la cantidad de descartes que se generaban. Quería hacer lo que me gustaba que era diseñar, pero quería hacerlo de forma consciente y responsable”, añadió Delfina.

Todos los accesorios son confeccionados a partir de descartes textiles.Por: Gentileza de Ekdysis

// Moda y solidaridad: por cada color de la colección, una marca colabora con causas sociales

La sustentabilidad se une a la solidaridad en un tercer momento del proceso. La emprendedora envía los residuos resultantes de la confección a organizaciones como GEA (Grupo de Ecología Activa); Raüni, un grupo que recupera descartes textiles de forma inclusiva y, finalmente, a Reforestar, una reconocida organización encargada de reforestar la Patagonia donando árboles por cada prenda vendida. “Con cada acción trato de ser responsable para poder generar el menor impacto o la menor huella posible en el ambiente”, asegura.

Las riñoneras son furor.Por: Gentileza de Ekdysis

¿Qué la inspira a crear un nuevo diseño? “Ver la realidad, las nuevas generaciones, las nuevas problemáticas, las nuevas tendencias, los paisajes, la innovación, el cuidado, el mundo entero creo que es lo que me inspira hoy en día. Toda esta tendencia que hay ahora sobre cuidarse a uno mismo y cuidar el entorno, ser más consciente y responsable. Todo esto me inspira a crear, pero también a seguir por este camino”, afirmó Delfina.

Con respecto a la proyección a corto y largo plazo, espera que la marca se siga extendiendo, pueda llegar a un mayor número de personas y crecer. “Quizás poder incorporar algo de indumentaria en el futuro, pero siempre de manera muy respetuosa con el medio ambiente”, concluyó.

Levi’s: a casi 200 años del nacimiento del creador del «jean»

Fuente: La Capital ~ En algunos países se pronuncia «Livais«, en Argentina «Levis», pero ambas palabras refieren a lo mismo: el apellido de uno de los primeros socios de la prenda más popular del mundo: el jean. Levis Strauss fue el padre capitalista de la criatura, nació un 26 de febrero pero de 1829, en Baviera (Alemania) pero en San Francisco (Estados Unidos) y en medio de la fiebre del oro impulsó junto a un sastre la prenda, sin saber que su apellido sería casi lo mismo que decir «pantalón» para siempre, hasta hoy. La verdadera mina de oro.

En 1953 el negocio Levi Strauss & Co proveía a pequeños minoristas de la zona con telas, botas y otros artículos que eran especialmente demandados por aquellos que llegaban a la región en busca del precioso metal. Rigor y extenuantes jornadas demandaban vestimenta resistente y fue el sastre de origen lituano Jacob Davis, un cliente suyo, a quien se le ocurrió hacer pantalones de trabajo fabricados con lienzo marrón de algodón y tela vaquera original azul, con remaches para que duraran más tiempo cocidos los bolsillos.

Le propuso asociarse en la idea. Así es como nace la patente «blue jean», un pantalón que se pensó como el «overol de cintura» y se formó desde la Levi Strauss & Company.

El primer modelo que sería denominado “XX”, más tarde sería conocido como el tradicional 501 (una referencia al número de lote en el que se produjo). Pero la emblemática etiqueta de los caballos halando de la prenda que aún en la actualidad se usa, recién sería incorporada a los pantalones en el año de 1886.

El Levi’s no solo se usó en el trabajo de las minas. Los campesinos así como los tradicionales “cowboys” o vaqueros de la zona oeste de Estados Unidos, empezaron a ser parte del grupo del jean. Para las mujeres, en 1918 aparecerían los «freedom-alls» (túnica pantalón), una prenda única diseñada para dar libertad de movimiento y liberarlas de una era de ropa incómoda. Al jean como lo conocemos hoy, con cintura alta, empezarían a usarlo recién en 1934.

El pantalón fue apropiado por los jóvenes y fue ícono de la cultura popular norteamericana. Del jean azul, a todos los colores, telas y modelos, para niños y adultos, mujeres, varones, pero con los remaches y bajo el slogan: “Un Levi’s para cada uno» tiene guardada toda su historia en los archivos de Levi Strauss & Co. ubicados en la sede de San Francisco.

La historia de la empresa detrás del barbijo del Conicet

Fuente: La Nación ~ En marzo de 2020, después de regresar de una exposición de innovaciones para la industria textil en Italia, el matrimonio de empresarios formado por Alan Gontmaher y Ángeles Espeche quería fabricar un producto innovador: toallas y toallones con telas capaces de inactivar hongos y bacterias para evitar el desagradable olor a humedad poslavado. Pero en medio del proyecto llegó el Covid-19.

«La mayoría de las empresas textiles empezaron a fabricar barbijos. También pensamos en hacer barbijos, aunque queríamos lograr algo distinto,el mejor barbijo del mundo -bromea Gontmaher, que lleva 27 de sus 45 años trabajando en la industria textil-. Si podíamos eliminar bacterias y hongos de las telas, ¿por qué no intentar eliminar también virus? Ese fue el primer paso hacia el único barbijo social biocida de nuestro país y del que tenemos noticia, diseñado con telas capaces de inactivar bacterias, hongos y virus».

Poco después de esa idea nacía el barbijo Atom Protect, más conocido como «el barbijo del Conicet», una mascarilla de uso social (es decir, no de uso médico) del que se han vendido ya un millón de unidades, dotado de nanopartículas invisibles, infinitamente pequeñas pero muy poderosas, tanto que en pocos minutos son capaces de eliminar el mismo virus que desde diciembre de 2019 se disemina por el mundo causando enfermedad y muerte.

¿Por qué se lo llama «el barbijo del Conicet»? Porque fue gestado a través de un convenio de colaboración entre la empresa Kovi SRL -que dirigen Espeche y Gontmaher- y científicos de la Universidad de Buenos Aires (UBA), del Conicet y de la Universidad Nacional de San Martín (Unsam). «Yo aporté el conocimiento textil y la intención que se buscaba en el desarrollo, y el Conicet, la UBA y la Unsam el conocimiento científico, el ajuste de fórmulas y la formulación», resume el emprendedor.

El primer contacto de la empresa textil con los científicos fue a través de una persona que trabaja en Kovi y que conocía a un investigador de la UBA. A partir de ahí se produjo una rápida interacción entre las distintas partes comprometidas con el proyecto. «Enseguida hablé con Silvia Goyanes y Ana María Llois, del Laboratorio de Polímeros y Materiales del Instituto de Física de Buenos Aires de la UBA, que son investigadoras del Conicet. Ellas se contactaron con científicos del Instituto de Investigación e Ingeniería Ambiental de la Unsam, Griselda Polla y Roberto Candal. A los 45 días estaba lista la fórmula que íbamos a usar. Un trabajo en tiempo récord», puntualiza Gontmaher.

Toda la inversión necesaria para ir adelante con el proyecto fue de Kovi. «Invertimos 10 millones de pesos inicialmente y luego, 60 millones más en maquinarias e infraestructura, porque es necesaria una tecnología especial para impregnar las telas con nanopartículas sanitizantes -afirma Espeche-. Para llevar adelante nuestro proyecto nos otorgó un préstamo el Banco Nación. Nuestra oficial de cuentas, Mariel Curiel, confió en nosotros y también Matías Savoia, el gerente de la sucursal Mataderos. Sin ellos, no habríamos podido dar ese primer paso: al principio de la pandemia había mucha incertidumbre y el panorama era muy difícil.»

«Luego de conseguir la fórmula empezamos a probarla, a corregirla y a mejorarla -cuentan-. Para junio teníamos el producto terminado y ahí comenzaron las pruebas de efectividad contra bacterias y hongos, una capacidad de nuestro barbijo que fue certificada por el INTI, a cargo de Laura Matos. Luego, lo certificamos contra coronavirus, cuya inactivación al 99,9% fue constatada por el INTA, a cargo de Irene Álvarez. Después empezamos la producción, a fines de julio firmamos el convenio con el Conicet y en agosto salimos a la venta.»

De las ventas, el Conicet percibe una parte. Además, Kovi lleva donados 7000 metros de tela para confeccionar 180.000 barbijos que la UBA y la Unsam ceden a cooperativas de trabajo para repartir gratuitamente.

Del lado de afuera, el barbijo es violáceo; del lado que se apoya en la boca y la nariz es verde. En pruebas de laboratorio, su capa externa mostró inactivar el virus SARS-CoV-2 en 5 minutos, cuando hacen falta 15 minutos de contacto con alguien infectado para contraer la enfermedad. Su capa interna, en tanto, tiene propiedades bactericidas y antihongos que evitan que la persona que lo usa respire sus propios gérmenes. «Por eso, se puede utilizar hasta 8 horas seguidas -dice Gontmaher-. Como los activos antivirales, fungicidas y antibacterianos se mantienen en la tela, es posible lavarlos (a mano o a máquina) hasta 15 veces sin que se alteren sus propiedades».

Kovi mata Covid

La trayectoria de Gontmaher en el mundo textil comenzó a sus 18 años. «Había terminado la secundaria y empecé a trabajar -recuerda-. Mi familia estaba en el rubro textil, pero eran comerciantes. Yo, en cambio, empecé a fabricar. Tenía telares, comencé a estampar, a hacer tintorería, la parte de teñidos, y hoy, 27 años después, tenemos producción vertical: desde la fibra del campo hasta el producto final terminado. Hilandería, tejeduría, tintorería, corte y confección, distribución y comercialización. Hacemos todo. La nuestra es una empresa familiar: somos mi mujer y yo. Estamos juntos hace 10 años y ella se integró plenamente a la fábrica. Es la socia gerente de la empresa, que está a su nombre. Es una pyme conducida por una mujer».

Angie y Alan se conocieron hace varios años. Ella, abogada, vivía en Comodoro Rivadavia, pero cuenta que el flechazo fue inmediato y, entonces, decidió volver a Buenos Aires después de más de 30 años de residencia en la Patagonia. Juntos formaron una familia ensamblada, con seis hijos (cuatro de ella, dos de él),

Como una casualidad del destino, Kovi, el nombre de fantasía de la empresa, terminó ganando notoriedad luchando contra el Covid. «Lo de Covid y Kovi es una coincidencia semántica», dice Gontmaher. La fábrica tiene hoy dos plantas. La original, en Lomas del Mirador. La nueva, en Bella Vista, se puso en marcha hace unos meses. El barbijo se vende online (a partir de 10 unidades) y puede comprarse por unidad a $399 en algunas farmacias, en aeropuertos y en una cadena de kioscos del país.

«Hasta ahora se vende solo en la Argentina -agrega Espeche-, pero estamos esperando el visto bueno del Conicet para exportarlo. Recibimos consultas de Bolivia, Estados Unidos, España y hasta de Finlandia. Mucha gente que viene al país se lleva el barbijo y despierta interés. Es una satisfacción y un orgullo inmenso ver que tanta gente lo usa. El presidente Alberto Fernández lo tenía en un acto. Ofrecemos un producto de calidad y apuntamos a que la sociedad lo conozca. Son barbijos muy cómodos que protegen mucho más. El gran problema de un barbijo común es que cuando vas exhalando contaminás el textil y eso es un caldo de cultivo, bacterias y hongos se reproducen en forma indefinida. Eso, con nuestro barbijo, no pasa».