Diseño de moda: secretos de un puente entre la piel y el mundo

Fuente: Clarín ~ Pionera en el desarrollo académico del diseño de moda y ropa, la especialista interpreta los cambios que vive este mundo en el que usuarios y fabricantes adquieren nuevos roles y actitudes. El sábado 14 de septiembre, en Fundación Proa, se realiza el desfile de sus alumnos inspirados en la muestra Minimalismo.

En el ecosistema de la moda y el diseño local, en el trayecto que fue de las modistas de alta costura y el prêt-à-porter a la escena actual más sofisticada, tuvo un rol fundamental la creación de la carrera de Diseño de Indumentaria que se inauguró en la Universidad de Buenos Aires en 1989. Andrea Saltzman tuvo un rol central en este recorrido. Desde ese 89 fundacional, la arquitecta es profesora de la carrera y le imprimió una impronta donde la imaginación y el cuerpo adquirieron relevancia por sobre los conceptos, que proviene de su formación en la danza contemporánea y la plástica. Su concepto vital de la forma y su experiencia están retratados en La metáfora de la piel (Paidós), del que habla en esta versión condensada de una extensa conversación.

–La carrera de Diseño de Indumentaria en la UBA comenzó en un momento cultural creativo, ¿planteás que la escasez de herramientas habilitó otras posibilidades?

–Mi planteo tiene que ver con mi trabajo en la facultad y lo que eso me hizo aprender. Las cosas se naturalizan, pero cuando empezamos a enseñar no tenía la menor idea de lo que era un diseñador de indumentaria. Había creativos, modistos, con un conocimiento muy profundo del oficio. En una época, el diseño era Valentino, con su saber, esa precisión… Algo que hoy no podría existir, porque trabajamos en un diseño masivo donde nadie podría bancar esa obra de arte artesanal. Diseño de Indumentaria abre en el contexto de la carrera de Arquitectura, cuando otras carreras provienen de oficios o del arte. Fue un desafío, porque si bien la vuelta a la democracia produjo grandes cambios, para los arquitectos nosotros éramos corte y confección. Esta cosa ligada a lo femenino, a lo gay, no como algo bueno… Recuerdo que le pregunté a Gabriel Grippo por qué se había dedicado a la indumentaria cuando era arquitecto. “Porque la ropa es como la comida, es directa”, me dijo y subrayó: “Vos te vestís todos los días”. Nuestro modo de envolvernos, que nos da placer o incomodidad es tan próximo que estamos invadidos por eso. Y cuando construís diferente, la posibilidad de diseño cambia porque tenés distintos recursos, materiales.

–Y además de las aulas, compartían otros espacios creativos.

–Fue un momento de desarme. Muchos de los chicos que formaron parte del equipo docente provenían de movimientos de arte muy potentes, que buscaban volver al cuerpo para construir la identidad. Volver al cuerpo implicó a la Organización Negra hacer esos simulacros en el semáforo. Era un grupo de gente joven, también de la comunidad gay, todo lo que había sido marginado, con la necesidad de volver a expresarse. Y no impactaban solo a un grupo sino que era un respirar de nuevo, que haya otras formas. Y empezó a tomar mucha relevancia con el desfile, pero no era de las marcas.

–Decís que el desfile pasó “del té canasta a la calle”.

–Todo era en el espacio público. Para la primera Bienal de Arte Joven se había construido un puentecito desde el Centro Cultural Recoleta hasta la plaza de la calle Posadas, enfrente. Una pendiente con un escenario y un pasacalles. Están los videos, donde los nenes tocan la ropa, miran a una travesti. Era como un volver a descubrir que hay no solo uniforme y el miedo, sino poder jugar y participar con el cuerpo. Proveníamos de una época de mucha angustia, retracción y fue una sacudida. En la Facultad de Arquitectura, decíamos “vamos a bailar la línea, a cantar la línea”. Teníamos que inventar algo que no estaba. En ese momento, Sergio De Loof había abierto el bar Bolivia. “Con ese nombre nunca me podía ir mal”, me dijo. Bolivia, el bolita, era lo peor en una época de mucho prejuicio.

Replanteo de la satrería para lograr prendas más lúdicas, flexibles y relacionadas con los accesorios que fueron inspirados en los móviles de Alexander Calder. De las estudiantes Agustina Montti y Camila Blasioli.

Replanteo de la satrería para lograr prendas más lúdicas, flexibles y relacionadas con los accesorios que fueron inspirados en los móviles de Alexander Calder. De las estudiantes Agustina Montti y Camila Blasioli.

–¿Hay una línea conductora con los 90 y los 2000?

–El trabajo final para los pibes en el primer año que dicté Diseño III –muchos de ellos después fueron diseñadores–, fue un videoclip. Eran los noventa y pocos. En esa promoción, Marcelo Ortega supuso un mundo bajo el agua, lo filmó todo en el Riachuelo, con unas cámaras enormes… Fue muy fuerte. Siempre invitaba a Sergio (de Loof), a Christian Delgado. Sin los artistas no podés diseñar. Es lo que te da la cultura, es lo que los chicos toman como referente…

–¿Cómo se vincula tu trabajo con el sistema de la moda más convencional?

-En mi libro anterior, El cuerpo diseñado, hablaba de tres elementos: cuerpo, textil y contexto. Primero, el cuerpo de la percepción; después lo textil y el libro se estructuraba en base a las relaciones. Y me costaba mucho incorporar los códigos y el lenguaje vestimentario, que no tenían una relación tan material sino que hablaban de una memoria cultural. Por ejemplo, como si dijera de Pablo Ramírez que trabaja con “la monja”, con un replanteo del modelo de “la maestra”. Son los códigos de un lenguaje de la vestimenta que ya conocemos, y hay un lugar para empujarlos y resignificarlos. Jean Paul Gaultier empuja el modelo también. Y después están los fuera de modelo, que podría ser Martín Churba que trabaja directamente desde el textil, o Issey Miyake, que ni siquiera tiene muy claro el código de prendas que implican otros sistemas constructivos, con toda la torpeza y el poderío de innovación que eso tiene. Son dos modelos geniales, no desmerezco. Pero en La metáfora de la piel me estoy refiriendo a esa mirada del borde, porque planteo también mi propia formación, que viene de la arquitectura, el diseño textil y de la danza.

–¿Qué gana tu trabajo al tomar esta perspectiva?

–Cambia lo que es el conocimiento. Porque si yo sé qué es el conocimiento, vengo a dártelo. En el campo de lo proyectual, al conocimiento lo planteamos juntos. Vos con tu historia, con tu disciplina y avanzamos en un proceso en el que tenés que tirarte a la pileta. Solo te doy herramientas para que descubras y percibas. No te enseño ni el corte ni la confección.

–¿Y a qué se refiere La metáfora de la piel?

–Por un lado, volver a validar el cuerpo como lugar de la experiencia. Pero lo interesante del concepto de piel es qué es el borde. Y es un borde entre una cosa y otra, que habla de lo vincular. Es poroso. Uno respira y excreta desde la piel, produce un montón de situaciones para la subsistencia que hablan de ese borde con conexión dentro-fuera: hace frío, hace calor, se abre, se cierra, te pega el sol, la lluvia. Reacciona. También a los afectos: los chicos que están en incubadoras, el abrazo que te salva de un ataque psicótico. Es como conectar.

Andrea Saltzman. DIseño de indumentaria. Ideas revista Ñ.

Andrea Saltzman. DIseño de indumentaria. Ideas revista Ñ.

–Que implica un riesgo, porque se conecta desde las emociones…

–Es un riesgo, pero tenés que conectar… Sino por dónde pasa la vida. Implica un pensamiento poético, por eso es metáfora, porque es distinto a una clasificación que lo determina: la remera, la camisa, el pantalón… Todo tranquilo, lo clasificamos. Sos hombre, mujer, niño, viejo… Pero cuando salís de ese lugar, tocás y es infinita la sensación.

–¿Qué pasa cuando concebimos prendas en estos términos?

–Ni siquiera sé lo que vas a diseñar. Volviendo a la tarea docente, son tan abismales las transformaciones que vivimos que cómo se me va a ocurrir a mí lo mismo que un pibe que nació en la era digital. Necesito abrir a una metáfora que les permita este lugar de entendimiento. Tenemos que cambiar los imaginarios, porque este sistema y la fragmentación, y que el hombre es el ser superior… Tenemos que pensar que hasta la materialidad es interactiva. Tenemos que pensar en nuevos materiales, y si se diseñó desde lo que sobra, entonces hoy se tiene que diseñar con basura.

–¿Cómo se plantea el escenario ahora que se produce masivamente?

–La ropa no vale nada. Lo interesante de esto es: ¿qué diferencia hay entre ropa de ricos y de pobres? ¿Quién compra grandes marcas? Cualquier mujer súper millonaria se va a comprar en H&M igual, o en Uniqlo. Y la campera la conseguís en la Salada también. Hay toneladas de basura, como si estuviéramos devorando el mundo.

–¿Cómo surgieron los desfiles después de las exposiciones de Fundación Proa?

–Cuando en Proa se expuso Futurismo, en 2010, hicimos el primero. Enviaron a personas de Educación a dar clases teóricas, vimos la muestra. Fue fabuloso pero no hicimos formas de Futurismo, porque como me interesaba la piel, propusimos una acción que conectara el adentro del museo con la ciudad. Eran performances con música de un DJ. En 2014, Joseph Beuys fue genial, los modelos venían desde adentro del museo y bajaban de la pasarela para perderse por La Boca. Después lo hicimos con Malevich y con Yves Klein. El sábado 14, hacemos la muestra Minimalismo. En mi tesis doctoral, el desfile es un vínculo: lo entiendo como espacio de investigación.

Desfile Minimal
El sábado 14 de septiembre a las 16 hs, la explanada de Fundación Proa se convierte en pasarela. Los estudiantes de la cátedra Saltzman de la Carrera de Diseño de Indumentaria de la Universidad de Buenos Aires presentan los diseños realizados a partir de una investigación sobre la obra de los artistas de nuestra exhibición de arte minimalista y conceptual.
Actividad sin costo ni inscripción previa. Se suspende por lluvia.

Teddy Karagozian: “Lacunza hace un buen trabajo levantando a un muerto”

Fuente: (CNN Radio Argentina)– El empresario y economista industrial Teddy Karagozian dijo este lunes en CNN Radio que el ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, “está haciendo un buen trabajo levantando a un muerto”, pero advirtió que “el daño está hecho”.

“La economía está dañada y tenemos que empezar a trabajar de abajo para arriba”, afirmó en Café con Pepe.

Para Karagozian, “lo que está sucediendo fue previsto por muchos y fue escondido por muchos otros” y precisó que “el gobierno fue escondiendo lo que iba sucediendo, así que era inevitable” el estallido de la crisis.

“Ya hace tres años y medio que estamos desperdiciando dólares”, indicó.

Sobre la situación que atraviesa su sector, Karagozian dijo que “los industriales estamos sin un peso, sin un mango desde hace tres años” y señaló que “debemos plata, nos hicieron perder todo el patrimonio“.

Y agregó: “Lo que más nos afecta a nosotros es la falta de ventas, la falta de producción, los altos costos por haber despedido gente, las máquinas paradas. El problema de los Fondos de Inversión es nada, son maníes”.

Nosotros sabíamos que había olor a podrido pero no podíamos hacer que el pus salga porque la escondían

Karagozian indicó que “el sector financiero es responsable de lo que sucedió” y precisó que “muchos gerentes de bancos extranjeros le escondieron al presidente la real situación de lo que estaba sucediendo”.

En ese sentido, explicó que “todos en el mundo real sabíamos que había descontento, que las fábricas estaban cerrando, que hay temor al desempleo” y alertó que “cuando dice que el Estado debe ahorrar dinero, si vos solo bajas salarios es una imbecilidad”.

La crisis desatada tras las PASO, prosiguió, “muestra la gran incapacidad de comprender la situación de los ministros y del presidente”.

Finalmente, Karagozian dijo que “nosotros sabíamos que había olor a podrido” pero “no podíamos hacer que el pus salga porque la escondían” y advirtió: “El pus va a disminuir y hay que empezar a sanar. Argentina va a sobrellevar” la crisis “mucho mejor de lo que la gente cree. Vamos a tener un período de varios años donde va a haber trabajo”.

Marcos Pueyrredón: «Se decía que el ecommerce iba a matar a la tienda física y, por el contrario, la revaloriza»

Marcos Pueyrredón, presidente del eCommerce Institute -un organismo regional que nuclea, entre otras, a la Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE)- se refirió al actual contexto económico del país y las oportunidades que presenta para el comercio electrónico de cara a la próxima edición del eCommerce Day, este jueves 29 de agosto.

«Por el lado de la demanda hay una oportunidad, porque la gente está buscando mejores precios y alternativas, con lo cual se vuelca al canal online. Por el lado de la oferta, porque los puntos de venta físicos pueden ser reemplazados por nuevos puntos de venta de e-commerce», afirmó Pueyrredón, en diálogo con LA NACION.

En este sentido, el también vicepresidente de VTEX, una de las principales plataformas de e-commerce y cloud de la región, dijo que el objetivo del evento es que los más de 5000 miembros del sector que asistirán alcancen los dos dígitos, tanto en rentabilidad como en sustentabilidad.

«Buscamos que todos los nuevos puntos de venta sean más del 10% de la facturación total de cada compañía», completó. Con puntos de venta se refiere a los sitios propios de cada empresa o marca, las páginas que tienen dentro de buscadores, como Mercado Libre, sus cuentas de Instagram y Facebook. Es decir, todos los puntos en que los consumidores pueden tomar contacto con las compañías y comprar.

En tanto, dijo que el 49% de los argentinos ya compra regularmente online por conveniencia, comodidad y, por último, precio.

Respecto de los problemas logísticos que puede haber en la distribución de productos, Pueyrredón dijo que la industria mejoró si bien podría ser mucho más eficiente y con ventanas de tiempo mucho más cortas. De acuerdo con esto, dijo que se constata un crecimiento del retiro vía tiendas pick up, ya que la gente prefiere disponer de su tiempo e ir a buscar los productos cuando puede. «Se decía que el e-commerce iba a matar a la tienda física y, por el contrario, la revaloriza», acotó.

En cuanto a las industrias que están creciendo mucho en comercio electrónico apuntó a la indumentaria -que es el segundo rubro detrás de turismo-, supermercados, farmacias y el delivery, por la aparición de las apps Pedidos Ya, Glovo y Rappi.

Por último, dijo que esperaban un crecimiento del 60% de las ventas del sector para este año, que seguramente se ajustará por la inflación. Durante 2018, la facturación del comercio electrónico en la Argentina creció un 47% y fue de $229.760 millones.

Un encuentro clave para el sector

El eCommerce Day Buenos Aires es organizado por la CACE y el eCommerce Institute y se realizará el Centro de Convenciones Buenos Aires. Este año el evento cumple 13 ediciones en Buenos Aires y renueva su formato: entre las reuniones plenarias de la mañana se sumarán nuevos talleres y durante la tarde las actividades se dividirán de acuerdo a las verticales más relevantes de la industria: belleza, moda, retail y consumo masivo, donde los asistentes podrán elegir según su interés y afinidad profesional en cuál actividad participar.

Para el eCommerce Institute y la CACE, el eCommerce Day Buenos Aires es un evento que se encuentra en la agenda estratégica de ambas instituciones, que velan por el desarrollo de la industria digital en el país.

«La capacitación es una de nuestras prioridades en la CACE. Queremos que todas las empresas que están sumergidas en el mundo del e-commerce puedan adquirir nuevos conocimientos y potenciar sus ventas a través de experiencias de compra online que excedan las expectativas de los consumidores. El eCommerce Day crea un espacio óptimo para que los actores de la economía digital puedan intercambiar ideas y mejorar sus prácticas en el comercio electrónico», afirmó Alberto Calvo, presidente de la CACE.

Melania Garbellotto: la diseñadora que mejor conoce a las novias cordobesas

“Las mujeres que llegan a mi atelier reciben asesoramiento personalizado, la experiencia de varias décadas en el diseño de piezas hechas a mano y una invitación al disfrute”, asegura la emprendedora local, quien acompaña a mujeres en los momentos más importantes de sus vidas: fiestas de 15 años, egresos y casamientos.

Lo que busca, en realidad, es comprender a cada mujer y ayudarla a encontrar qué le gusta y qué la potencia estéticamente. “Yo las asesoro en todo, más allá del vestido. Las ayudo con la elección de zapatos, tocado, maquillaje y todos los detalles. Lo que quiero es que cada una se destaque de acuerdo a su estilo y su rol”, relata Melania.

¿Cómo lográs un acompañamiento tan integral?
Lo logro con pasión. Primero comenzamos con una charla, para ir descubriendo la personalidad de la clienta, qué desea y qué le quedaría mejor. Eso, además de acercar ideas, colaborar a aquietar ansiedades por los procesos y otorgar mayor seguridad.

¿Por qué presentás esta propuesta tras el éxito de Marfil?
Marfil tiene casi 25 años y mi cercanía con el diseño personalizado también supera las dos décadas. Pero existen nuevas generacionemoda comercializando una linea femenina Prêt-à-porter y vestidos de fiesta, busca llegar a las nuevas generaciones y crear un espacio para mostrar el estilo de sus clientas desde su cuenta privada: @MelaniaGarbellotto…. {permalink}
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¿Tu atelier está ubicado en la tradicional tienda Marfil?
Sí, es un espacio privado, desde donde trabajo con un gran equipo de modelistas, costureras y bordadoras. Con mi coordinación, logramos plasmar en el diseño las expectativas de cada mujer.

¿Cuál es tu lema?
Que mis clientas se van a llevar el vestido que la enamore, aunque no lo haya imaginado antes. Quiero que se sientan cómodas, lindas y no pierdan su esencia.

¿Cuándo se debe solicitar un turno para diseños a medida?
Le recomiendo a las novias pedir turnos cuatro meses antes, y un par de meses para egresadas y quinceañeras.

¿Trabajás con materiales variados?
Trabajamos con todo tipo de textiles, casi siempre elegidas por la clienta tras una propuesta de diseño ideal. Me encanta cuando puedo aplicar géneros antiguos, de abuelas o madres, suma condimentos emotivos.

Marfil: un clásico que siempre gusta

Las asesoras de la marca Marfil atienden en el local ubicado en la calle Tucumán 85 (centro de Córdoba) y ayudan a las clientas a elegir qué prendas les quedan mejor y cómo pueden combinarlas. La firma cuenta con piezas propias y externas, con la finalidad de proponer indumentaria femenina exclusiva y con diseño.

Para las seguidoras de la firma pret a porter, Marfil sigue al día con las nuevas tendencias, proponiendo una colección muy variada para cada estación. “Son piezas que podemos usar todos los días, pero con un toques de diseño y buena calidad”, finaliza Melania Garbellotto.

Camperas infladas y ropa en serie: ¿por qué todos nos vestimos igual?

Fuente: Clarín ~ La arquitecta Andrea Saltzman, profesora de la carrera de Diseño de Indumentaria y Textil y autora del reciente libro La metáfora de la piel. Sobre el relato proyectual de la vestimenta (Planeta), dice que hoy “la comida está más de moda que la ropa” y que hay que mirar afuera del sistema fashion para encontrar cuerpos nuevos y transgresores.

Como si fueran uniformes, las camperas negras y levemente infladas son figurita repetida durante los fríos días invernales. En el medio de esta potente industria de lo masivo y seriado, en donde el vínculo que se establece con la ropa es la de usuario-producto, la arquitecta y diseñadora Andrea Saltzman plantea una mirada alternativa, en la que se corre del pensamiento industrial y aparece la interacción del cuerpo con el contexto, el afuera. Usa la «metáfora de la piel» para nombrar a ese borde -la piel- que permite el encuentro. «El cuerpo deja de ser solo usuario (que centra su problemática en el uso y la función) para convertirse en personaje: se trata de construir desde las interacciones», dice la autora del reciente La metáfora de la piel. Sobre el relato proyectual de la vestimenta (Paidós). «La potencialidad del diseño está en abrir la mirada de lo que es para descubrir la magia de lo que podría ser. Ese es el desafío, vislumbrar aquello que se oculta en lo evidente, para darle forma a lo que aun no la tiene».

– Cuando participaste de la creación de la carrera de diseño de indumentaria y textil en la UBA, a fines de los 80, desconocían hasta dónde podía llegar la figura de un diseñador. ¿Cómo fue la evolución de esta nueva profesión?

– No sabíamos qué iba a ser un diseñador de indumentaria. Nos preguntaban para qué servía, y si íbamos a enseñar corte y confección. Desde ese lugar, hubo que inventar algo. Otras formaciones se reconvirtieron desde la técnica; otros, desde el arte. Nuestro contexto era lo proyectual, y la necesidad de trabajar la propia identidad luego de muchos años de represión, de dictadura, donde el modelo de cuerpo estaba muy restringido.

Hubo una evolución enorme: era un personaje que no existía en la sociedad y  fue tomando un rol. El diseñador construye identidad, no es solo un hacedor: es aquel que propone nuevas formas (de vestir, de habitar, de contactarse…) y habla de una realidad de posibilidades de producción y construcción de formas estéticas que lo atraviesan y que, como lo atraviesan, las revisita y las transforma en algo nuevo. Entonces, ese valor del diseñador es muy importante para pensarnos y traer nuevas ideas al mundo. En el período de crisis profunda, la figura del diseñador emergió con fuerza, y fue importante incluso para el rubro inmobiliario, porque -como lo han hecho los artistas- «levantaron» un barrio, como pasó con Palermo Viejo.

– En el contexto actual, ¿cuál es el lugar del diseño, y de los diseñadores?
– Es un momento de cambio muy fuerte. Muchos ya lo han dicho, incluso Gaultier: la comida está mucho más de moda que la ropa; porque la ropa está atravesada por el tema de lo masivo, y tener un emprendimiento es muy caro. Vemos personajes como Martín Churba, que pasó de tener no sé cuántos locales a generar otro tipo de tramas nuevas vinculando el arte y el diseño; lo mismo que Valeria Pesqueira. Casi todos, se convirtieron en otro modelo de un diseñador, que no solo es un productor, sino que es un gestor cultural muy importante.

– Descreés de los «revivals» al estilo «volvieron los 80 o los 90», mientras desde hace décadas el revival está a la orden del día. ¿Qué peso tiene la historia a la hora de diseñar?

– Creo que nosotros somos nuestra historia, y es súper interesante leer y observar esas formas del pasado. Pero me aterra quedar fijados a las formas: cuando la forma se vació del significado que tenía en ese momento contextual, uno queda anclado a un pasado y, en lugar de construir algo nuevo a partir de todo lo que ha vivido, se queda en la repetición. Lo peor que podría pasar es que el día de mañana los chicos tuvieran que repetir las formas que desarrollaron en la facultad; porque no les enseñamos una forma, sino un proceso para imaginar y desarrollar cosas que nosotros no sabemos ni podemos imaginar adónde pueden llegar. Se trata de validar lo que cada uno trae con su propia mirada e imaginación, al plantear nuevas relaciones contextuales que hacen que eso que era de una determinada manera se resignifique.

– ¿Cuáles son, para vos, los momentos más fuertes de ruptura estética de los últimos tiempos?

– Es difícil ver las rupturas estéticas «universales». Sin embargo, siempre digo que los años 20 fueron de una ruptura estética descomunal, siempre me impactó. El modelo de cuerpo, de ropa, pasar del corsé a esas formas que caen desde los hombros, el pelito «a la Garzón», la libertad de la silueta y el movimiento, sumado a todos los movimientos de vanguardia… Es un momento de muchísimas vibraciones. Y creo que la vibración y la hibridación es una capacidad maravillosa de crecimiento y transformación.

– ¿Y en la actualidad?

– Hay rupturas que son gestos muy importantes: el fin de los 80 en nuestro país fue un momento absolutamente performático, un momento de ruptura tremenda por todo lo que dan las manifestaciones sobre el cuerpo; me acuerdo cuando Andrés Baños, travesti, subió a la pasarela a bailar y fue como un canto a la vida, fue como «qué alivio, hay otros cuerpos, modelos, cosas».

Hoy es un momento raro, hay mucha fobia a esos cruces. Esta validación de lo femenino -que para mí no es de «la mujer», sino que tiene que ver con salir del esquema dual hombre-mujer, de un rol determinado- es la validación del misterio y la complejidad. Ese caos lleva de nuevo al descubrimiento; se trata de salir de la clasificación y volver a la metáfora, que es -como dice Borges- el origen de toda palabra, es algo poético, algo que no está determinado, sino algo que hay que descubrir; y creo que hay un gran apasionamiento por este espacio nuevo que hay que descubrir. Eso es muy bello y muy vital.

– En este sentido, ¿qué transformaciones asociadas a la vestimenta te interesan más, o te llaman más la atención, respecto de estos cambios sociales?

– Estamos viviendo un momento de mucha estandarización; nos estamos vistiendo todos con lo mismo. Los tatuajes o los peinados llaman más la atención que la ropa, y me gustan esas apropiaciones. Lo veo incluso en los partidos de fútbol. No hay una idea de la identidad corporal mucho más allá de la ropa, que parece una máquina: casi todos tienen la misma campera negra Uniqlo, o de ese estilo. Las grandes marcas han marcado esta masificación absoluta de los modos de vestir. Me gustan más esos bordes que me hacen dudar, que no es tan explícito qué parámetros se plantean en torno a eso.

Hace unos años, había un mercado que permitía el desarrollo de mundos fascinantes y muy comprometidos, como Ceci Gadea, Pablo Ramírez, Churba, Trosman, Vale Pesqueira, Vero Ivaldi, los Varanasi… Hoy no encontramos eso, porque es muy difícil competir con esa estandarización que te soluciona todo, pero con mucha menos seducción y variación. Sigue habiendo un montón de jóvenes proponiendo cosas nuevas, pero el mercado no les da la posibilidad de desarrollarse. Creo que este momento «mudo» va a hacer surgir otra cosa. Creo en eso profundamente, y creo en la imaginación de los jóvenes, que son fascinantes.

– Hace unos meses, los tacos altos fueron noticia cuando las japonesas se rebelaron contra la obligatoriedad de su uso. ¿Cómo es ese «ida y vuelta» entre moda y usos y costumbres? ¿Cómo se construyen esos hábitos que después se nos vuelven en contra?

– En mi primer libro, hablaba del cambio de percepción del mundo cuando a las japonesas les quebraban las falanges y les hacían el pie muñón: su dimensión espacial cambiaba absolutamente -imaginate recorrer el mundo con el pie muñón-, porque desplazarse era dificilísimo.

Mirá también“Los zapatos de taco alto son un signo de estatus social, y de que sos lo suficientemente rica como para no tener que caminar”
Hace unos años, cuando era directora de la carrera tuve una reunión con la gente de la Cámara del calzado, y les dije: «ustedes tienen una responsabilidad enorme, son los encargados de hacer que la gente descargue su peso a tierra, o sea, que su columna se estructure de una manera correcta, que se pueda desplazar con libertad… Qué importante la ortopedia». Me miraron con cara de culo, porque querían estar más cerca de la moda y lejos de la ortopedia. Pero la ortopedia y el universo estético no son cosas aparte: esa comodidad en la vida de hoy se une con la necesidad de moverse, desplazarse, y con la belleza.

Siempre dije que las zapatillas no las usan solo los deportistas; las personas de la tercera edad necesitan zapatos con cámara de aire, y hoy todas las marcas de moda y tendencias las incorporan porque es la única manera de moverse en el mercado, porque tienen que ver con esa manera de habitar y de habitarse. ¿Alguien puede vivir con el taco aguja? Ya no, es muy extraño.

– En una entrevista hacés referencia a cómo perpetuamos situaciones que no se acomodan a nuestro estilo de vida, por ejemplo, la incomodidad de doblar las camisas, y cuánto más práctico sería que éstas se usaran completamente arrugadas y se enrollaran como las medias. ¿Cómo se cambia eso que parece «incuestionable»?

– La costumbre estructura, y a veces estamos sumergidos en una cultura que ya no nos va, porque nuestro modo de habitar no tiene nada que ver, y nos quedamos pegados a esas normas que nos pegan en la cabeza. ¿Para qué vamos a planchar si es un gasto tremendo de energía que jode al medioambiente y que, a la vez, nadie tiene personal como para hacerlo? Entonces, ¿por qué no arrugar la ropa? Tiene que ver con o seguir la norma, o tomar conciencia. Y en ese juego se juega la moda también. Por eso, para trabajar en diseño, lo primero que necesitamos hacer es desnaturalizar el mundo, salir de la forma y leer las interacciones; es en esa relación entre la forma y el cuerpo en acción, en escena, en donde tomamos conciencia de esas transformaciones y podemos generar otras formas.

– «La metáfora de la piel es validar al cuerpo», decís. ¿En qué medida tienen lugar los cuerpos diversos, reales, en el diseño de vestimenta hoy? ¿Por qué aún vemos desfiles que muestran casi exclusivamente cuerpos «estilizados», y sigue siendo noticia cuando eligen uno o dos cuerpos «fuera de la norma» -por ejemplo, la modelo trans que sumó Victoria’s Secret-?

– …Una modelo que, incluso, reproduce a la modelo estándar. Cuanto más se estructura cualquier sistema en el tiempo, más rígido se vuelve. Es decir: no se encontrarán cuerpos nuevos dentro del sistema de la moda, sino en los bordes; y cuanto más periférico, resultará más transgresor y novedoso. Por eso la calle es cada vez más fuerte como desarrollo de tendencias. En los desfiles de la cátedra, no usamos modelos, porque el diseño tiene que ver con encontrar -y validar- otras modalidades corporales.

Hoy hay muchos temas por los cuales avanzar, tenemos muchos problemas ambientales, de convivencia. Estas cosas están en el cuerpo; están en los sistemas de producción, en la posibilidad de vivir y somos partes de este planeta en el que estamos inmersos. Todo cambio profundo implica un cambio profundo en las formas, y creo que es lo que se avecina: otras formas, otros materiales, otros sistemas de producción. Y necesitamos nuevos imaginarios, porque éstos están en crisis. Por eso, este paradigma de lo productivo, de la aceleración y del derroche ya no da para más.

¿Por qué la ropa sale tan cara en la Argentina?

Fuente: Clarín ~ Responden tres diseñadoras top: Dolores Barreiro, Evangelina Bomparola y Cynthia Kern. Además, reflexionan sobre la revolución de las mujeres y el estilo propio de las argentinas.

Son tres grandes referentes de la moda argentina y tres mujeres apasionadas por lo que hacen. Han construido una carrera con mucho esfuerzo, tienen éxito con sus marcas y un estilo que las caracteriza. Pero eso no es todo, Cynthia Kern (dueña de Kosiuko), Evangelina Bomparola y Dolores Barreiro se las han ingeniado para criar hijos en medio de telas, agujas y talleres de costura. Cynthia es mamá de Luca, Mika, Fiona y Luigi. Evangelina es mamá de Beltrán y Esmeralda. Y Dolores, la mamá de Valentino, Salvador, Milo, Suria e Indra.

Y como si todo esto fuera poco, las tres son mujeres a las que les gusta verse bien, por lo que suman a sus obligaciones laborales y familiares, la exigencia de mantenerse en forma y siempre, por supuesto, tener el mejor look. Es tiempo de redes y las tres son muy activas en sus cuentas de Instagram.

Convocarlas no fue tarea fácil. Tienen una agenda repleta de actividades, donde los viajes están presentes continuamente. Este año, crisis del país mediante, tienen más trabajo que nunca para tratar de maximizar los recursos, no aumentar los precios en exceso y lograr buenas ventas. No caben dudas de que las tres son mujeres todoterreno. La charla, que tiene lugar en la espectacular Mansión del Four Seasons, atraviesa todos los temas.

¿Sienten que representan a la moda argentina?

Cynthia: Después de estar tantos años en el mercado, se supone que sí. Lo importante es poder crear un proyecto y mantenerse, lograr una identidad. Es un desafío constante, la moda me divierte y me entusiasma.

Dolores: Yo soy más nueva como empresaria en la moda, pero escucho atentamente esto que dice Cynthia. Hay que adaptarse y ver qué es lo que quiere la gente, estar siempre en constante búsqueda para descubrir hacia dónde va el camino y qué es lo que se va a consumir.

Evangelina: Siempre digo que, para mí, la moda es un lenguaje social, un lenguaje cultural. Lo vivo como el desafío de seguir creciendo con las ganas de hacer y de correr todos los límites posibles. Con los años empezás a decir: “¿Y por qué no?”. Más allá de que nos bajen la vara con el “No se puede”, que casi es un lema nacional, las tres tenemos en claro que no renunciamos a este mundo de la belleza y la moda.

¿Por eso creen que sus marcas son exitosas y figuran entre las más buscadas del mercado?

Evangelina: Yo creo que nos buscan porque le ponemos nuestra impronta .

Cynthia: Y sí, a mí me pasa que muchos diseñadores quieren trabajar con nosotros porque dicen que entienden perfectamente nuestra identidad.

Evangelina: También creo que es el mundo del estilo. Hay mucha gente que no sabe qué se usa, pero ve y le gusta o cree en cada una de nosotras, confía en lo que proponemos.

¿Cómo se mantienen vigentes?

Evangelina: Aprender, escuchar, mirar. Escuchar para abajo y para arriba, las nuevas generaciones son fundamentales. Cuando te quedás cómodo en una silueta o en un look estás envejeciendo.

Cynthia: Yo escucho a los jóvenes porque tienen otro vuelo. Tenés que renovarte y ser osado.

Dolores: También ver lo que te inspira. Viajar, descubrir qué pasa en el arte, los colores que se usan. Y estar atentos a las redes, el público.

Evangelina: Creo que también es trabajar las 24 horas. Estar tomando un café y ver algo, sentir un aroma…

Cynthia: Es todo, ¡todo! Yo estoy atenta a todo, veo un look que me gusta y le saco una foto o me acuerdo y tomo nota de algo. Es fundamental: estás todo el tiempo abierta a absorber.

Premio al esfuerzo
¿No les pesa trabajar?

Dolores: Si no trabajo, me muero.

Cynthia: Nos podríamos haber dedicado a ser madres todas, tenemos muchos hijos. Sin embargo, con hijos y todo, acá estamos.

Evangelina: A mí me matan los feriados o los fines de semana largos. Digo: “¿Otra vez?”. Es mucho tiempo sin trabajar.

¿Son tres workaholics entonces?

Evangelina y Dolores: No, no para nada.

Cynthia: No, yo también tengo mis momentos de conexión. Al principio, sí fue un desafío llegar y crecer, pero después fui aprendiendo. Creo que los años no vienen solos en el sentido de aprender, saber relajarse y confiar más en uno.

Las redes sociales cambiaron las reglas de juego. Hoy las clientas llegan directo a ustedes, existe un nuevo tipo de relación. ¿Lo viven como un cambio revolucionario?

Evangelina: Tengo un tema bastante particular con las redes. Mi cuenta es abierta al público (no es privada) y mucha de la gente que participa y comenta, no es la que consume mis prendas. Es decir, por ahí quedan fascinados con una imagen pero después, a la hora de comprar, no pueden acceder.

Cynthia: ¡Yo soy una desfachatada! Me empecé a crear una imagen y por más de que no soy Dolores Barreiro ni lo seré (risas), empecé a armar looketes, los muestro en las redes y no sabés lo que me escriben.

Evangelina: Yo te sigo (a Cynthia en Instagram) y cuando te veo digo: “Quiero animarme a todo lo que se anima esta mujer!“ Te pone la mesa y te desfila alrededor de la mesa, te prende las velas, hasta hace las stories desfilando…

Dolores: Es como la televisión. La gente cree que te tiene en su casa, pero con otra cercanía. Y también hay otra urgencia, todo tiene que ser “ya”. Hay mucha vorágine en las redes sociales.

Cynthia: Es lo que no hay que dejar nunca, la libertad de imponerte vos. Vos con tu perfil y yo con el mío.Tengo las métricas y la gente compra eso. Ponés una foto perfecta y te bardean, no les gusta y tenés un cuarto de likes. Pero ponés una de mujeres reales y explota.

Dolores: Sí. Las redes sociales son como la tevé. Hago fotos con un fotógrafo, maquillada, producida, y no les interesa tanto. Pero subo una imagen con la nena en el local o con una señora que llega y la saludo y la gente está chocha. Te quieren real, no te quieren de mentira.

Estilo argentino
¿Las argentinas seguimos ajustándonos la ropa como siempre?

Dolores: ¡Sííí! Viste que mi ropa siempre fue grande, suelta, con mucho volumen de tela, vuelo. Y es difícil.

Cynthia: Totalmente, le gusta mucho ese estilo a la mujer argentina. A mí me encanta jugar mucho con las mangas, las hombreras, los volados, los frunces, y eso te levanta. Es más sexy y más fino.

Evangelina: Además, una mujer con las prendas separadas del cuerpo tiene algo para revelar. Hay algo de misterio, algo para encontrar. Es más actual.

Pero hay un cambio social en la mujer muy fuerte.

Cynthia: Es un primer paso a la libertad. Animarte, imponerte, siempre cuidando las formas, emponderarte pero seguir siendo muy femenina. Me parece uno de los desafíos más grandes: el poder ponernos tantas cosas maravillosas y coquetas que el hombre no puede. Ahí me parece que está la principal fortaleza de la mujer.

Evangelina: Hay un gran cambio.Ya la mujer no está de la mañana a la noche con saco y pantalón, ahora es un blazer y un jean, más descontracturada.

Dolores: Para mí, el estilo habla de seguridad y sentirse cómodo con uno mismo, con tu cuerpo y cómo sos, lo demás es accesorio. El estilo es un aprendizaje y viene con los años.

Evangelina: Es conocerse a uno mismo, saber que aunque me ponga algo que usó otro y me encantó, no me va a quedar igual. No forzar el estilo, hacerlo fluir.

Holi. La marca de Dolores Barreiro lleva su estilo, su sello y su personalidad boho chic.
La crisis y la ropa cara
¿Cómo atraviesan este año de crisis, tan difícil para la indumentaria?

Cynthia: Nosotros seguimos con las botas puestas, seguimos generando las colecciones con nuestro mayor potencial posible. Eso hacemos, no nos vamos a achicar y replegar.

Dolores: Es más difícil cuando baja el consumo. Por lo menos en mi caso, que es una empresa muy pequeña, se me complica más. Hay acceso a menos cosas, pero también en las crisis hay oportunidades.

Evangelina: Para dejar de hablar del “No se puede”, fijate Dolores qué interesante lo que nos ocurre a nosotras. Vos ahora estás en un shopping y Cynthia y yo, tratando de exportar. Es encontrarle la vuelta. La Argentina te presenta ese desafío. Habría que ver si la Argentina realmente quiere tener una industria textil con todo lo que eso significa y demanda. Hay un problema para conseguir materiales, trabas insoportables para importar, limitación en la tecnología. Afuera hay máquinas para los dobladillos de los pantalones y acá seguimos con la señora que los tiene que hacer manualmente.

¿Porqué la ropa argentina es tan cara?

Evangelina: La pregunta hay que hacérsela a los impuestos que nos matan.

Cynthia: ¡Los impuestos son brutales!

Evangelina Bomparola. Elegante y minimalista con aires masculinos, así es el ADN de su firma.
Aún así las veo con ganas de seguir firmes.

Cynthia: No nos rendimos, no hay que rendirse ante nada. Apostamos a mil cosas. Pero es real que hay que preguntarse qué relevancia le vamos a dar a la industria en nuestro país. Tenemos mucho diseño y creatividad para dar, pero realmente, si no acompaña el resto, es imposible. ¿Quién puede ser creativo con una sola puntilla disponible, con pigmentos que viran porque no tienen los mismos componentes que antes?

Evangelina: A mí me pasa que si quiero exportar, tengo que fabricar afuera, viviendo en un país que amo y que tiene una desocupación galopante y una cantidad de gente que no sabe qué hacer con las manos y a la que ni siquiera se le puede enseñar qué hacer con esas manos. Por ahí son potenciales bordadoras, potenciales tejedores, potenciales obreras de la industria.

Dolores: Tenemos un país devastado que está cayendo en todo.

Evangelina: Teníamos un país cerrado y ahora un país con una inflación impresionante. Tenemos un mercado local chico, pero hay talento y expertise, podríamos exportar.

Dolores Barreiro en la cena anual de Fundaleu.
¿Creen que la moda argentina va a superar su propia crisis?

Cynthia: No va a depender de nosotras. Tenemos un límite, los límites que hoy estamos viviendo. Pero el interés por dar lo mejor, está. Obviamente no queremos que lo que se montó se derribe.

Estilo Kosiuko. La colección invierno se llama “About us” y tiene la impronta rockera de la marca.
Diseño de autor y marca
¿Siguen existiendo diferencias entre el diseño de autor y las marcas?

Cynthia: Está bueno que exista, son diferentes mercados. Está bueno aceptarnos.

Evangelina: Yo me pregunto por qué siempre tenemos que determinar todo con rótulos. Es la moda: autor o no autor, marca o no marca. Todos vamos a buscar el botón o el cierre al mismo lugar, necesitamos el mismo pigmento…

Familia & trabajo
¿Cómo compatibilizaron la familia con su profesión? ¿Perdieron momentos con sus hijos o situaciones importantes de la vida cotidiana a causa de las responsabilidades?

Cynthia: Estés en el mundo de la moda o seas abogada, odontóloga o azafata, vas a perderte algunas cosas. Por supuesto que  hemos perdido cosas y hemos ganado otras en el mundo de la maternidad. Creo que ser madres contentas y realizadas trae alegría a la casa.

Evangelina: Básicamente no somos madres frustradas. Antes, en la clase de mi hijo Beltrán, la mayoría de las mamás no trabajaban. Después, con Esmeralda, la mayoría ya trabajaba, las cosas fueron cambiando.

Cynthia Kern.
Cynthia: Y tampoco nos consideramos madres ausentes porque creo que uno puede estar de diferentes maneras: los llevás a algunas clases, compartís momentos, estás en los momentos importantes. Estás la primera vez que se va a poner una vacuna, la primera vez que se va a poner brackets y también, en el acto del colegio.

Dolores: Exacto, después, el “té de mamis” te lo debo. O el chat (risas)… En mi caso particular, llevo a mis hijos a una escuela diferente, donde las madres suelen estar en sus casas. A veces me tengo que defender porque trabajo mucho. Les digo a mis hijos: “Bueno, mirá, ella es azafata, viaja mucho más que yo y está siempre afuera”. No me hago conflicto, pero sí es una escuela diferente, súper demandante y las madres están muy presentes. Y los chats de WhatsApp ni hablar. ¡Son una locura!

Cynthia: Mis hijos ya me dicen: “Mamá, ni vengas. No vino ni una madre”. Hay que aprender a no ser culposa.

Me gustaría volver al tema del empoderamiento de las mujeres. ¿Ustedes creen que la mujer cambia su forma de vestirse desde este lugar?

Cynthia: Yo siento que la mujer quiere mostrar más.

Evangelina: Hay una dicotomía enorme. Afuera las veo mucho más sueltas, con pantalones y blusas, más de túnicas con pantalón, vestidos.

Dolores: Pero no es un éxito ese conjunto, te digo.

Cynthia: Lo que pasa es que nosotras no somos parámetro. Lo primero que hay que hacer es movernos de nuestros parámetros, si queremos crecer en el mercado. A mí me pasa. Igual lo peleo a muerte porque creo que se puede mejorar. Mi hija Fiona se viste muy net, usa equipos sastretos, pantalones. Si se pone un top, es con un blazer largo. Pero veo a las jovenes de hoy, a sus amigas, y están todas con cosas minis, al descubierto. Eso se ve mucho hoy, las chicas se muestran muchísimo.

Sin embargo, la moda esta más feminista. Basta ver todo lo que ha hecho Dior con su remera “We should all be feminists” (Todas deberíamos ser feministas).

Evangelina: Fijate que la colección de Dior es completamente coherente con ese mensaje. Las polleras son largas, los pantalones sueltos.

Dolores: No es necesario andar con el cachete al aire. Estamos diciendo una cosa y haciendo otra. La provocación es brutal. Pero las mujeres están muy fuertes en la moda. Por primera vez, una mujer dirige Dior y una mujer heredó el puesto de Lagerfeld en Chanel.

Cynthia: Sí, lógico. El rol de la mujer en el ámbito laboral es mucho más evidente.

Bomparola y su pasión por los zapatos. /Guillermo Rodríguez Adami.
Evangelina: Me parece que no se le prestó atención al talento femenino hasta que lo empezaron a demostrar. Yo creo que las dos que revolucionaron la moda fueron Coco Chanel y Elsa Schiaparelli.

Dolores: La sensibilidad femenina está y también la tenían los hombres que estuvieron a cargo de marcas.

Evangelina: No creo que tenga que ver con el sexo/género. Es la sensibilidad y el talento.

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Futuro imaginario
¿Cómo se imaginan de acá a un tiempo? ¿Siempre en la moda?

Dolores: ¡Sí! Con mucho por ver y explorar. Viendo para dónde voy.

Evangelina: Yo también. Me cuesta un poco pensar en la evolución hoy. Estoy en constante movimiento. Ahora tengo la posibilidad de exportar: es un proyecto… puede no resultar. La verdad es que no sé contestar qué va a pasar con mi emprendimiento, si no encuentro por dónde llevarlo porque presentar dos, tres o cuatro colecciones para un mercado tan chiquitito… No quiero pasarla mal, a eso me refiero. Quedarte en un lugar donde todo es igual es como que nada fluye. A mí, la meseta me aburre. No va conmigo, soy ariana.

Cynthia: Estoy confiando en dejarme llevar por lo que está pasando. Siempre me anticipo y soy previsora, no vuelo sin paracaídas, pero por cómo está el mercado y en la etapa en la que me encuentro hoy, voy a dejar que me vaya sorprendiendo un poco lo que viene por delante. Me voy a ir adaptando a lo que me parezca más saludable, friendly, lo que más me haga vibrar.

«Argentina necesita producción y trabajo antes que la reforma laboral» Luciano Galfione

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Fuente: Mundo Empresarial ~ Entrevista a Luciano Galfione por Radio Caput acerca de la posición de las pymes respecto a la reforma laboral. Tambíen se refirió al acuerdo del Mercosur y la UE.
 

El programa emitido por Radio Caput «Mal aconsejados», entrevistó a Luciano Galfione, secretario de la Fundación ProTEJER y empresario, sobre la posición de las PyMEs respecto a la reforma laboral. «La industria textil viene en franco decrecimiento, hemos perdido miles de puestos de trabajo».

Galfione agregó, «en este momento a los PyMES son el 90%, las reformas laborales se deben discutir por sectores y rubros».»Los convenios colectivos son viejos, pero en este momento para nosotros no es una prioridad», afirmó.

Además, en relación a la situación dijo «lo que en Argentina hay que discutir es como volvemos con una agenda de producción y trabajo antes que la reforma laboral».

Por último se refirió al acuerdo firmado semanas atrás, «no sabemos lo que se terminó firmando en el acuerdo con la UE».

Entrevista al Lic. Ariel Schale, Economista, Director Ejecutivo de la Fund. Pro Tejer

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Fuente: Canal Metro Industria Argentina País en Marcha ~ Entrevistamos al Lic. Ariel Schale, Economista, Director Ejecutivo de la Fundación Pro Tejer. Ex Viceministro de Producción Bonaerense, dos veces Subsecretario de Políticas y Gestión Comercial, Ex embajador de la Cancillería Argentina, ExSubsecretario de Comercio Internacional.

 
 

«Tal vez podemos tener marcas de moda como tiene Italia»

Fuente: Perfil ~ Para Gustavo Grobocopatel, referente agrícola en Los Grobo, es una oportunidad para apurar reformas imprescindibles.

—¿Por qué ha mostrado tanto entusiasmo por el anuncio del acuerdo?

—Porque en primer lugar genera un debate interesante sobre hacia dónde hay que ir, de qué forma, y cómo nos alineamos detrás de la búsqueda de la inserción en el mundo, trabajo, empleo e inversión de calidad. Además, plantea un debate sobre qué es inclusión y qué es equidad en los tiempos que vienen. Es un debate sustancial y que está disparado por esto.

En la medida en que sea ratificado, va a generar un flujo de inversiones de Europa en el Mercosur y en la Argentina. Y en tercer lugar, creo que ser “supermercado del mundo” o “industrializar la ruralidad” como decía Cristina, eran utopías con el arancelamiento de la UE o con cupos. Ahora es más factible que consigamos diversificar la matriz productiva. Este acuerdo va en contra de la idea de granero del mundo y a favor de la industrialización.

—¿No existe el riesgo de primarizar las exportaciones?

—No vamos a exportar productos básicos. Gracias a este acuerdo aumenta la posibilidad de exportar productos con valor agregado.

—Pero nuestra competitividad es mayor en materias primas.

—No, vamos a poder exportar en cualquier sector donde seamos competitivos. Es un trabajo duro del sector público y un desafío.

—¿Pero no arrancamos con algunas desventajas?

—Arrancamos con cualquier cantidad de desventajas, te diría. Con todas, casi. Pero tenemos diez a 15 años, por eso se negoció un plazo suficiente para que podamos hacerlo. Gustavo Grobocopatel: «Hay que dejar que algunos sectores desaparezcan»

—¿No hay un riesgo de que esto no ocurra?

—Si nos va mal va a ser culpa nuestra. Si en diez años no logramos ser competitivos, el problema de la Argentina no va a ser el acuerdo con Europa, es que no vamos a construir un trabajo con inclusión y lo demás. Nuestro problema va a ser mucho mayor.

—¿A qué se refiere cuando dice que hay que pensar de forma distinta la inclusión?

—Uno habitualmente piensa que la inclusión es que el Estado se haga cargo de aquellos sectores o personas que no están insertos en el mundo del trabajo. Eso es así en una primera instancia, pero la verdadera inclusión se da cuando se generan empleo y empleabilidad. Vamos a tener que generar trabajo.

—Si ingresan autopartes europeas y reemplazan producción local, ¿no estaremos destruyendo empleo?

—También uno puede pensar que estemos exportando pick ups Toyota a Europa. También uno podría pensar que así como Italia tiene grandes marcas de moda, podríamos tenerlas acá y generar más valor agregado. Lo que digo es que cada empresa de cada sector va a tener que buscar en un nuevo marco que se tiene que dar, con todas las reformas del Estado, dónde es competitiva y cómo es competitiva. A lo mejor nos encontramos con la sorpresa de que somos más competitivos que los europeos.

—¿Y si no pasa?

—El Estado va a tener que dar las condiciones para que esto ocurra. No tiene que ver con los sectores. Puede haber en mi sector que haya empresarios franceses que hagan mejor las cosas que los argentinos. Tiene que ser con la cancha regulada para salir a competir. La sociedad pide que seamos competitivos y dice por qué no invertimos. Este marco impulsa la idea de que los empresarios tenemos que tener el liderazgo.

—Cuando usted dice que el Estado debe dar las condiciones para ser competitivos, está atando el acuerdo a las llamadas “reformas estructurales”.

—Hay una serie de reformas que están pendientes, además de la estabilidad macroeconómica. La reforma del Estado, la reforma impositiva, la reforma laboral, la reforma educativa, la reforma jubilatoria, la integración al mundo, acelerar la convergencia macroeconómica con el Mercosur. Esa es una agenda que ahora a la luz de este acuerdo empieza a tener plazos y empieza a ser urgente.

—¿Usted dice que el próximo gobierno va a tener que correr contra reloj para cumplir ese temario?

—Este proceso no es de un gobierno solo, es una cuestión de Estado. Es un tema que tenemos que abrazar todos los argentinos, porque se nos va la lucha contra la pobreza y por el progreso. Hace falta que se entienda que las reformas no son para restarle derechos al trabajador, son para darle estabilidad al trabajo. De qué te sirve tener altos derechos y altos salarios si las empresas se funden. Gustavo Grobocopatel: «Hay muchas empresas a las que les va mal, incluso a la mía»

—¿Por qué sostuvo esta semana que hay empresas que desaparecerán?

—Esto ocurrirá con acuerdo o sin acuerdo. Es parte de lo que estamos viviendo hoy. Hoy estamos viviendo con empresas a las que no les va bien, por la Argentina o porque el mundo está cambiando. Estos acuerdos lo que hacen es abrir la cancha para cambiar el curso de eso.

No hice un juicio de valor, es un mundo donde aparecen empresas y desaparecen otras, hace años, no es que esté alegre por eso, describo esa situación. A todos nos ha pasado en las propias empresas que hay que rearmarlas y definirlas o sumar más socios.

—¿Este acuerdo busca atraer más dólares a costa de menos puestos de trabajo?

—No sería sustentable. Estos acuerdos requieren más exportaciones, más importaciones y esas importaciones sirven para generar trabajo y empleo acá. Lo que probablemente ocurra es que el empleo sea diferente del que es hoy, y en distintos lugares, y hay que prepararse para eso.

—¿Menos manufacturas y más servicios?

—Esa es una tendencia general, que no tiene que ver con este acuerdo, porque todas las actividades se hacen más necesitadas de servicios. En el campo y en la industria hacen falta cada vez más servicios. Está el concepto de los ecosistemas de negocios que incluyen múltiples funciones de pymes.

—En un modelo liderado por el sector agropecuario, ¿se puede generar empleo en forma masiva?

—Es cierto que no alcanza con el campo. Pero el campo, la minería o la energía no son solo la extracción de materias primas. Hay un consumo de tecnología y de servicios cada vez mayor.

Hubo mil empresas que le proveyeron servicios a Tecpetrol en Vaca Muerta. Y todos de alta tecnología. En el campo pasa eso. La reprimarización es un concepto muy equivocado. Toda la tecnología para producir esos productos emplea un ecosistema de servicios.

—¿Qué otros sectores imagina contribuyendo al crecimiento a futuro?

—También tiene que estar la industria textil, la línea blanca, todas las que sea posible que compitan en el futuro, y los empresarios tienen que buscar de qué manera pueden competir. Con esta carga impositiva y esta carga del Estado no podemos competir.

—¿Este recorrido que usted ve para la economía argentina es indistinto si gana Alberto Fernández o Mauricio Macri en las elecciones?

—No hay remedio. La Argentina no tiene más opción. Seguir creando pobreza, gente irritada, cada vez menos clase media, menos bienes públicos, o este camino. Es un camino con varios senderos, pero por eso digo que es una cuestión de Estado.

Dante Sica: «Tenemos que trabajar en mejorar la competitividad del país»

Fuente: La Nación ~ El ministro de Producción y Trabajo cree que el pacto es en sí «una reforma estructural», y prometió políticas para ayudar a sectores sensibles a enfrentar la mayor competencia

Dante Sica no duda. Para el ministro de Producción y Trabajo, uno de los negociadores del histórico acuerdo sellado entre el Mercosur y la Unión Europea el viernes pasado, la economía argentina deberá rediseñarse para mejorar su competitividad. Pero esa transformación no debe preocupar, sino «ocupar» al Gobierno y a las empresas acelerando un programa de reformas profundas. «Este acuerdo es una reforma estructural», describió desde Bruselas Sica, quien señaló que esto traerá productos de calidad y mejores precios para los argentinos, gracias a que el país tendrá desde la aprobación definitiva del acuerdo una mayor integración con el 30% del PBI mundial. Sobre los sectores sensibles, que preocupan sobre todo a los industriales locales, auguró que habrá políticas públicas para ayudarlos y garantizó que el acuerdo, que describió como «equilibrado», ofrece el tiempo necesario para eso.

«Sin Mauricio Macri este acuerdo no habría sido posible», dijo el ministro sobre el papel que el Presidente jugó en el concierto internacional.

-¿Por qué es importante este acuerdo para los consumidores?

-No separaría entre consumidores y empresarios. Es importante para los argentinos porque va a abrir el comercio, y cuanto más volumen tenemos, más se exporta y hay más competencia. Van a aparecer productos más variados. Esto genera una oferta más rica y competitiva y va a beneficiar a los consumidores con menores precios.

-¿Cómo afectará a las empresas? ¿Habrá industrias que cerrarán o trabajadores que perderán sus empleos?

-Creo que más que preocuparnos por eso tenemos que ocuparnos. En un acuerdo como este hay demandas y concesiones que hay que equilibrar. Es un acuerdo que tiene un equilibrio que da tiempo para trabajar y enfocarnos en políticas para ayudar a esos sectores. Vamos a tener que empujar en temas de competitividad, donde el gran responsable es el sector público a la hora de bajar la presión fiscal, los costos logísticos o mejorar los temas laborales. Pero es una agenda que no es solo del sector público, sino compartida con los privados, los sindicatos y las provincias. Va a tener un gran impacto en todas las economías del interior. Ahora sí, tenemos que trabajar en mejorar la competitividad de la Argentina.

-Esto precisará de una fuerte transformación. ¿Habrá consenso político para impulsar esas reformas estructurales?

-Hay que pensar en un proceso de reformas continuas. Este acuerdo es una reforma estructural en sí mismo. Pasamos de ser una de las economías más cerradas del mundo, con muy pocas relaciones comerciales, a tener vínculo con el 30% de la economía mundial. Es un cambio estructural. Nos obligará a rediseñar mucho. Esto es lo importante para adelante. Vamos a poner en línea todo el programa de reformas que tenemos que encarar y seguiremos profundizándolas.

-El kirchnerismo dijo que este acuerdo es malo para la industria local.

-Esas declaraciones forman parte de una nueva contradicción. Son ignorantes o hacen campaña política, porque Néstor Kirchner lo impulsó en 2004 y Cristina Kirchner buscó acelerarlo durante su gestión. Son contradictorios.

-¿Cómo se protege a los sectores llamados sensibles?

-Primero, el acuerdo recoge todas las sensibilidades que plantearon los sectores. Es equilibrado no solo en términos de demandas y concesiones entre ambos bloques, sino en el interior de cada uno de los sectores. Hemos tenido en cuenta todas las sensibilidades. Algunos sectores fueron excluidos y otros están en las canastas de desgravaciones [arancelarias] de más largo plazo. Desde hoy hay que trabajar para enfocar nuestra matriz de política pública en mejorar la competitividad en el proceso de integración.

-El sector automotor local era uno de los más expuestos. ¿Qué se arregló allí?

-Había muchos sectores. Incluso sectores muy intensivos en mano de obra, como calzados o textiles. En este último hay un acuerdo del Mercosur y la Unión Europea específico del sector, en el que serán ellos los que van a ir acordando un proceso de mayor integración. Hemos trabajado mirando estas cuestiones. El acuerdo automotor plantea una canasta de desgravación de 15 años y 7 de gracia, además de una cuota de autos.

-¿Esto beneficiará a la cadena agroindustrial? ¿Cómo se convenció a Francia y qué rol jugó el presidente Macri para que se bajaran estas barreras?

-Todo lo que tiene que ver con el capítulo de manufacturas de origen agropecuario va a verse ampliamente beneficiado. Macri jugó un papel importante hablando con cada uno de los líderes, quitando fantasmas y haciendo entender la necesidad de llevar adelante este acuerdo. Hubo algunas declaraciones de Emmanuel Macron [presidente de Francia] con relación a Brasil y su posible salida del Acuerdo de París que llevaron a una reunión entre Macron y Jair Bolsonaro [presidente de Brasil] en Osaka, que fue una movida del presidente Macri para calmar las aguas. Eso nos dio la cobertura política indispensable para cerrar en Bruselas. Sin Macri no habría habido acuerdo.

-¿Se mantuvieron los pedidos de los empresarios con relación a las reglas de origen, triangulaciones e indicaciones geográficas?

-En todos los frentes se avanzó bien. Logramos consensuar los sectores más sensibles y mantener las normas de origen que eran las adecuadas. En algunos casos aceptamos que había menos sensibilidad y mantuvimos las europeas; en otras, las del Mercosur.

-¿Se mantuvieron las «líneas rojas» pedidas por la industria farmacéutica en cuanto a propiedad intelectual y patentes?

-No hubo cambios. Esa «línea roja» se respetó.