El sector de la indumentaria sufre la caída del consumo

Fuente: La Nación ~  Las tradicionales marcas de jeans Wrangler y Lee cierran su planta de producción y se van del país. La noticia, anunciada el 6 de febrero de este año, no hizo más que subir el volumen de una alarma que ya sonaba hacía tiempo: el sector de la indumentaria tiene serios problemas para sostener el negocio en la Argentina, una realidad que se agrava aún más en el contexto actual de caída del consumo.

Los números del comienzo de año hablan por sí solos: las ventas de indumentaria en comercios minoristas de todo el país sufrieron una caída de 13,8% en febrero de 2019 en comparación con mismo mes de 2017, según el relevamiento realizado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). En los locales físicos, la reducción fue aún mayor, de 16,3%, mientras que en la modalidad online, se creció 1,3%.
Por su parte, las ventas en shoppings del Gran Buenos Aires cayeron 4,8% en diciembre de 2018, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). En supermercados hubo un leve,crecimiento de 1,8% interanual en diciembre para indumentaria, calzado y textiles para el hogar (que incluye toallas y sábanas).

Gustavo Martínez, gerente general de Taverniti, uno de los mayores fabricantes de jeans del país, dice que el sector hace tiempo que viene golpeado, pero hoy se suma la baja del consumo. «Porque hay otros problemas históricos, como carga impositiva, costos logísticos y litigiosidad laboral, pero todo eso se tapa si las ventas andan bien», explica el empresario.

Alejandro Pernas, dueño de la tradicional Sastrería González, comenta que está claro el panorama para todos, ya que el mercado interno se derrumbó. «Nuestra industria no es gran exportadora, lo que indica que el grueso de la producción es para consumo interno y, considerando que este está golpeado por la inflación y el aumento de tarifas, no es difícil imaginar el resultado», agrega el comerciante, que además es presidente de la Federación Argentina de la Industria de Indumentaria y Afines.

Según Pernas, los industriales que trabajan para sectores de menores recursos están más complicados que los que le apuntan a un segmento más alto, pero igualmente nadie se escapa de la trampa en la que cayó el sector. «El Indec publicó el uso de capacidad instalada y en el rubro textil e indumentaria estamos en el orden del 30%. Esto indica que tenemos en promedio el 70% de capacidad ociosa», destaca.

Las malas noticias no se terminan ahí. La alta tasa de interés aparece como otro gran problema para el sector, porque no solo dificulta la financiación de la empresa, sino que también hace más complicado financiar las propias ventas (ya que mucha de la ropa que se vende en el país se vende en 3, 6 o 12 cuotas). «Esto afecta directamente la rentabilidad, que ya venía cayendo», apunta Martínez.

La devaluación impacta también, porque la ropa tiene un componente dolarizado alto y eso no se puede trasladar a los precios. «Hay una necesidad muy grande del consumidor de descuentos y ofertas, y eso reduce el margen de ganancia. Las promociones fueron como una trampa en la que las empresas fueron entrando y de la que hoy no pueden salir, porque si no, no venden», señala Martínez.

La contracción de la demanda de ropa afecta negativamente a la industria nacional y eso ya se palpa en cifras: en enero, la caída de las cantidades fabricadas de indumentaria fue de 12,5% interanual, según el Indec. Al mismo tiempo, el eslabón textil (proveedor de su principal insumo) tuvo una caída en su producción de 27,9%.

Yeal Kim, presidente de la Fundación Pro Tejer, comenta que el problema fundamental es la falta de demanda, que proviene del hecho de que los consumidores perdieron poder adquisitivo. «El argentino gasta cada vez menos en alimentos y bebidas, así que imagínese en todo lo que es indumentaria. En este contexto, las marcas en lugar de seguir la tendencia de moda, tratan de reutilizar los remanentes de stock que les habían quedado. Todos están perdiendo plata», resume el directivo, que también es presidente de la textil Amesud.

Claudio Drescher, presidente de la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria, empieza su explicación en una fase anterior a la actual crisis que vive el sector. Su visión es que en el primer período del actual gobierno (hasta abril de 2018) hubo ingenuidad en la administración del comercio exterior, que hizo que el país tuviera balanza comercial negativa y rojo en turismo. «¿Por qué nos afectó en particular a nosotros? Porque había un dólar subvaluado que permitía comprar fácilmente ropa en el exterior. Eso provocó una caída de la producción y la prueba está en que dos importantes empresas deportivas desmontaron sus talleres acá», dice.
Por otro lado, según Drescher, los empresarios del sector, que tenían gran confianza en que el nuevo proceso estaba en manos de un equipo proindustrial, ahora están preocupados. «En esta nueva etapa lo que desalienta es que no se ve que atravesar esta crisis sea el camino para estar mejor. No vemos un plan económico o un plan industrial que nos pueda ayudar. No se ve desde el sector preocupación por la industria», opina Drescher. «Sica [Dante, ministro de Producción y Trabajo] es un ministro con espíritu industrial, pero la macro lo supera», agrega.

Desde la Secretaría de Industria, en tanto, se destaca como algo positivo el logro de llevar a $12.000 el mínimo no imponible para las cargas patronales. «Esta medida beneficia de forma directa a 126.000 empleos formales distribuidos en 8000 empresas presentes en todas las provincias. Así, estamos bajando los costos laborales para que las pymes de indumentaria, textil, calzado y marroquinería puedan crecer», manifiestan desde esa cartera.

En el sector de la indumentaria, de todos modos, entienden que la medida oficial es apenas una gota en un desierto que no presenta ni un solo oasis en medio de caída del consumo, altas tasas para financiarse y suba de los costos de producción.

Empresarios dicen que la devaluación puso en jaque a la producción local

Fuente: Bae Negocios ~  Los empresarios se despegaron del accionar devaluatorio del mercado, convalidado por el gabinete económico, al sostener que la disparada del dólar sin un plan para activar la demanda interna y con la aplicación de trabas para la exportación provocó un esquema de crisis sistémica en la producción nacional. Varios representantes del sector privado dejaron ver el descontento que tienen con el Gobierno y así pusieron distancia con la escalada inflacionaria.

«Los empresarios estamos siendo muy perjudicados por la devaluación del peso. Siempre hablamos de evitar el atraso del dólar, pero nunca pedimos la debilidad del peso. Lo importante es tener previsibilidad para los negocios, situación que no se observa en la actualidad ya que los costos dolarizados hacen que los precios tengan una fuerte inestabilidad en toda la cadena», afirmó el presidente de la UIA, Miguel Acevedo.

En diálogo con BAE Negocios, el líder industrial dijo que «no existe ningún sector empresario que pueda festejar ante una situación cambiaria que no permite planificar la actividad, ni en el corto ni en el mediano plazo», y puso como ejemplo la situación que viven las fábricas que venden con plazo de entre 30 y 90 días y que «están rezando que la inflación de los insumos no se dispare porque pierden el escaso margen de rentabilidad que tienen».

El director ejecutivo de la UIA, Diego Coatz, coincidió en que «al sector industrial no le sirve un dólar que se aprecie fenomenalmente como en 2016, con una inflación de más de 30% y el dólar sin mover, ni tampoco los saltos como el del año pasado, que afectan mucho la actividad».

Según Coatz, el dólar del ahorro depende de la confianza, que es algo que se construye en el tiempo», mientras para la competitividad de la industria el valor de la divisa es sólo un aspecto ya que «se necesitan políticas integrales».

Y si bien se mostró confiado en que «la tensión cambiaria se estabilice en abril-mayo», a la vez que le reclamó al Banco Central que «defina un criterio de intervención, para vender dólares en el mercado y que no dependa sólo de la tasa de interés».

En declaraciones radiales replicadas por la agencia oficial Télam, Coatz vinculó la suba de la divisa de los últimos días a «un esquema en el que hay más demanda que oferta», hasta que pueda actuar el Tesoro y lleguen los recursos del Fondo Monetario. Y cuestionó que la tasa de interés sea «el único instrumento para tranquilizar el mercado cambiario» y lamentó el impacto en las pymes. «Si la tasa es de 65%, las pequeñas y medianas empresas tienen que pagar 80% por adelantos en cuenta corriente», precisó.

Por su parte, el vicepresidente de Cgera, Ariel Aguilar, criticó con dureza la suba de la tasa de interés al sostener: «si hacés alguna venta, tenés que dar plazo y cambiás los cheque y no sólo perdés la rentabilidad sino en algunos casos parte del costo».

Para el industrial del sector del cuero, «son cuatro ejes tremendos los que afectan la crisis del sector: consumo, tarifas, importaciones y tasa». «Es que dolarizaron toda la estructura productiva, logística, insumos, energía, entre otras cosas. Todo se valúa en dólares menos los salarios», se quejó.

INFORME EXPORTACIONES PRENDAS DE VESTIR – ENERO 2019

INFORME EXPORTACIONES DE PRENDAS DE VESTIR 

Fuente: CIAI

Capítulos 61 y 62 del Nomenclador Común del Mercosur

Período considerado: ENERO 2019

Las exportaciones de indumentaria de enero de 2019 mantuvieron un nivel similar al registrado en el mismo mes del año anterior (+1%) apenas superando los USD FOB 1,77 millones (ver Cuadro Nº1 del Informe adjunto). En términos de volumen, las ventas al exterior se incrementaron un +9,3% interanual en enero promediando los 49 mil kilogramos. Por tanto, quedó evidenciada una baja del precio por kilogramo de prendas exportadas que rondó el -7,5% promediando los USD/Kg 36,32. Este precio resulta el más bajo desde enero de 2011, período en el cual el precio por kilo se ubicó en torno a los USD/Kg 36,18.

Ahora bien, a pesar de registrar mínimas variaciones en relación al año anterior, las exportaciones continúan en niveles históricamente bajos (ver Gráficos Nº 1 y 2 del Informe adjunto). Comparando con el año 2017, la caída de valor alcanza el -21% mientras que en relación a enero de 2015, la caída fue del -74%.

En esa línea y a pesar del incipiente incremento en enero, las exportaciones no han logrado aun dinamizar la producción de cara a impactar positivamente sobre la industria de la confección local que se encuentra afectada seriamente por la siguiente coyuntura:

– el achicamiento del mercado interno que registra un menor volumen de ventas en todos sus segmentos (comercios minoristas, centros de compra y supermercados.

– el complicado panorama productivo vinculado a las dificultades de acceso al financiamiento, las altas tasas de interés, el incremento de costos de producción, las intermitencias en la cadena de pagos.

– el aumento de la participación de los productos importados, lo que implica que, sobre un mercado  local reducido, la producción local cuenta con menor peso en las ventas totales del sector. 

El panorama exportador podría mejorar relativamente en caso de que el nuevo tipo de cambio real se sostenga, impactando positivamente sobre la competitividad precio de nuestras prendas, y este escenario se combine con una batería de medidas de incentivo al consumo interno y al sector en general que permitan dinamizar la producción y la inversión. Ganar mercados en el exterior lleva un tiempo considerable por lo que una mejora cambiaria en términos reales debería sostenerse en el tiempo de cara a tener efectos sobre las exportaciones a la par que debería ser acompañada de otras medidas de política pública de fomento a salida exportadora.

Por último, como solemos remarcar en el CIAI COMEX EXPO, resulta imperioso que desde la política pública se impulse la salida exportadora del sector de la indumentaria debido a su capacidad como generador de empleo y de confecciones con alto contenido de valor a la par que permitiría el ingreso de divisas para alivianar la carga de la balanza de pagos. En efecto, la brecha de precios entre el kilo de indumentaria exportada y la importada resultó de USD/Kg 13 en enero2019 ya que el precio por kilo exportado rondó los USD/Kg 36,32 mientras que el precio por kilo importado promedió los USD/Kg 22,95.

INDEC: Los cambios en la publicación de datos de comercio exterior

Hace varios meses que el INDEC ha discontinuado la desagregación otrora habitual con la cual presentaba los datos de comercio exterior. Muchos datos ahora figuran bajo la etiqueta ‘Confidencial’ – impidiendo conocer con precisión buena parte de los datos que solemos analizar como los agregados comerciales por capítulo, los destinos de exportación y las operaciones de algunas posiciones en particular, entre otras cuestiones.

Según el organismo, y en función de proteger el secreto estadístico, se agrupan bajo esta categoría ‘confidencial’ las operaciones con un número insuficiente de operadores (menor a tres). Por otro lado, si la posición arancelaria NCM tiene un número suficiente de operadores, se muestra el total operado durante el mes de referencia pero, si el país de destino u origen tiene un número insuficiente de operadores para el ítem de la NCM, el país se muestra enmascarado con el código “999”, cuya descripción también es ‘confidencial’ incluso a nivel país y producto.

Esto reviste gran relevancia para nuestro sector y genera preocupación ya que dificulta el análisis de la coyuntura sectorial y obstaculiza el seguimiento del comercio y detección de potenciales casos de dumping, entre otras cuestiones.

En este marco, el presente informe estadístico cuenta con un alto componente de operaciones bajo el rótulo de ‘confidencial’ por lo que debe tenerse más que presente a la hora de elaborar las conclusiones particularmente vinculadas a países de origen de las importaciones y a productos importados (Cuadros Nº3 a Nº7).

Por último, cabe señalar que el INDEC ha comenzado a publicar datos más completos en materia de importaciones a partir de enero 2019 pero no así para las exportaciones por lo que persiste la categoría ‘Confidencial’. Los mantendremos actualizados a este respecto.

Desde Aquí podrán descargar el Anexo Estadístico

Informe de Importaciones de prendas de vestir – Enero 2019

Fuente: CIAI ~ Durante el mes de enero de 2019, las importaciones de indumentaria mostraron una baja del -26% en dólares y del -36,4% en volumen en relación al mismo mes del año anterior; superando los USD CIF 45 millones y promediando los 2 millones de kilogramos (ver Cuadro Nº1 del Informe adjunto).

Así, las compras al exterior continúan contrayéndose tendencialmente desde septiembre de 2018, en buena medida, a raíz de la coyuntura local, el bajo nivel de consumo interno y el salto e incertidumbre con respecto al tipo de cambio, entre otras cuestiones.

No obstante, tanto el valor como el volumen de importación de prendas de vestir se mantuvo por encima de lo registrado en enero de 2017 (+18% y +17%, respectivamente) y en el resto de los años anteriores a 2017 en porcentajes superiores al +70%.

Los precios promedio por kilo del mes, por su parte, se ubicaron un +16,2% por arriba de los de enero de 2018 ubicándose en torno del USD/Kg 22,95 (ver Cuadro Nº2 del Informe adjunto). Con respecto a los orígenes de importación, China continúa en el primer lugar representando el 56,5% de los dólares importados de prendas en el mes y el 67,4% de los kilos y concentrando mayores porcentajes que el año anterior (ver Cuadro Nº3 del Informe adjunto). El segundo país de origen con mayor peso ha sido Vietnam explicando el 7,7% del valor importado y el 5,1% del volumen; seguido por Bangladesh con el 5,9% y 7,3%, respectivamente.

Entre los principales productos importados de enero se destacan los sweaters de fibras sintéticas, los abrigos tanto femeninos como masculinos también de fibras sintéticas y los pantalones femeninos de algodón (ver Cuadro Nº4 del Informe adjunto).

A nivel de categoría de producto, la que contó con mayor valor registrado en el mes fue la de abrigos con USD CIF 11,2 millones y 427 mil kilogramos (ver Cuadro Nº5 del Informe adjunto) destacándose China como el principal país de origen (67% del total), seguido por Vietnam e Indonesia. El segundo puesto fue para la categoría de pantalones que alcanzó los USD CIF 9,2 millones y 418,7 mil kilos: un 51% del total originario de China. Finalmente, los sweaters y las t-shirts conforman la tercera y la cuarta categoría ambas con China como principal origen aunque, en el caso de las t-shirts, la participación de Brasil en el mercado creció en relación a enero de 2018 representando el mismo porcentaje de importación de remeras que China (19%).

Por último, y a modo de proyección, se estima que los próximos meses el nivel de importaciones continuaría cayendo en función del nivel del tipo de cambio y del mayor grado de incertidumbre asociado a este último; y en tanto y en cuanto el salario de la población no recupere poder de compra.

Desde Aquí podrán descargar el anexo estadístico 

Empresarios textiles advierten que el sector «está agonizando»

Fuente: IProfesional ~ Según el presidente de la Fundación ProTejer, Yeal Kim, la industria textil atraviesa «una situación muy similar» a la crisis que sufrió el país en 2002

El presidente de la Fundación ProTejer, Yeal Kim, advirtió este miércoles que la industria textil «está agonizando» y atraviesa «una situación muy similar» a la crisis que sufrió el país en 2002, con la salida de la Convertibilidad.

Según el empresario, «cuando (Mauricio) Macri asumió pensábamos que nos iba a ayudar a todos, pero la realidad es que ahora estamos agonizando. Hay una gran diferencia con 2002: esa fue una crisis fuerte pero de corto plazo. En cambio ahora hace tres años consecutivos venimos perdiendo de a poco. Es como un cáncer que va matando la industria».

«Hay empresas que han invertido millones de dólares y ahora pierden un capital monstruoso. Hoy ni siquiera el problema es la importación, porque los importadores también se están fundiendo todos, lo fundamental y principal es la falta de consumo», enfatizó Kim, en declaraciones radiales.

En ese sentido, dijo: «¿quién va a querer invertir así en Argentina?. Todos los empresarios estamos usando reservas y vendiendo propiedades de patrimonio personal para poder subsistir».

A su criterio, «las medidas del Gobierno no son soluciones definitivas, el problema principal es el consumo, si siguen cayendo las cifras, tenemos que hablar de cierres definitivos de empresas».

El directivo hizo referencia, además, a las estadísticas sobre el uso de capacidad instalada de las empresas que difundió ayer el INDEC: ese indicador se encuentra en el nivel más bajo desde julio de 2002, ya que a enero de este año las fábricas trabajaban al 56,2% de su potencial.

«No es sorprendente este informe del INDEC porque es el número que venimos manejando, está cayendo la utilización de maquinaria desde hace diez meses. Pero esperamos que ésto sea el fondo y que no continúe la crisis», evaluó.

Por último, comentó: «es muy difícil saber cuánto podemos aguantar. Hay empresas que están cerrando hoy y el 95% de los empresarios textiles están perdiendo plata, se están descapitalizando».

Semáforo de la Industria de la Indumentaria – Marzo 2019

Las ventas de ropa siguen en caída libre

Los primeros registros del año muestran que lo peor de la crisis no pasó.

Las ventas de indumentaria en comercios minoristas de todo el país sufrieron una caída de 13,8% en febrero de 2019 en comparación con mismo mes del año anterior, según el relevamiento realizado por la CAME. Dicha caída puede ser desglosada según el canal de la venta: en los locales físicos, la reducción fue aún mayor, de 16,3%, mientras que en la modalidad online, las ventas crecieron 1,3%.

Por su parte, las ventas en Shoppings del Gran Buenos Aires cayeron 4,8% durante diciembre de 2018, según información del INDEC. En Supermercados, se observó un leve crecimiento de 1,8% interanual en diciembre para el rubro Indumentaria, Calzado y Textiles para el Hogar (que incluye toallas y sábanas).

La contracción de la demanda de ropa afecta negativamente a la industria nacional: durante enero la caída de las cantidades fabricadas de indumentaria fue de 12,5% interanual, según datos del INDEC. Al mismo tiempo, el eslabón textil (proveedor del principal insumo de nuestro sector) tuvo una caída en su producción de 27,9%.

La caída de las ventas y la producción es consecuenciadel fuerte ajuste en los ingresos de población argentina. En enero de 2019, el poder de compra de los salarios de los trabajadores “en blanco” se contrajo 12,6% interanual, según datos del Instituto de Estadísticas de los Trabajadores (IET). El ajuste sobre el poder adquisitivo de los jubilados, pensionados y beneficiarios de asignaciones familiares fue aún mayor:cayó 14,9% en febrero de 2019 respecto almismo mes de 2018. Son cálculos propios de la CIAI que surgen de comparar los aumentos nominales de 28,5%, establecidos por la nueva Ley de Movilidad, contra la inflación minorista del mismo período (51%)[1]. Esto explica la intensa contracción de la confianza del consumidor de 17,8% en febrero de 2019 respecto a febrero del 2018, registrado por la Universidad Di Tella.

En relación al comercio exterior del sector, las importaciones de ropa cerraron el año 2018 en un total de U$S 509,6 millones, un valor 9,9% superior al registrado en 2017. Lo llamativo de esta dinámica es que tuvo lugar a pesar de la fuerte devaluación del peso argentino de mayo y agosto. Incluso si se analiza en términos de cantidades, las importaciones crecieron 15,6%, según información del INDEC. Los precios promedio de la indumentaria importada se redujeron 5% en 2018 en comparación con 2017.

En la actualidad, el tipo de cambio real[2] con China, país de origen de la mayor parte de la ropa importada por Argentina, subió 23,6% en febrero de 2019 respecto mismo mes del año anterior, según estadísticas del Banco Central de la República Argentina (BCRA). Es decir, se encareció la mercadería china por el salto del dólar en Argentina.

Las exportaciones de ropa argentina fueron U$S 21,3 millones durante todo 2018, cifra inferior en 34,9% respecto al nivel de 2017. Esta intensa contracción de las exportaciones de prendas nacionales tiene lugar desde el año 2012, cuando nuestro país exportó indumentaria por U$S 110 millones.

El relevamiento de las expectativas económicas del mercado elaborado por el BCRA[3]durante los últimos días hábiles de febrero dejaron en evidencia subas en la inflación esperada por el mercado para 2019: 31,9% comparado con el 29% del relevamiento de enero(2,9% más alta que la relevada el mes pasado). Las expectativasempeoraron levemente para la marcha de la economía, pues se estima una caída del PBI de 1,3% para 2019, cuando el mes pasado era de sólo 1,2%.

El financiamiento de las empresas del sector continúa siendo uno de los principales problemas: la tasa de interés para adelantos de cuenta corriente se ubicó en 52,3% anual para el último día hábil de febrero, según el BCRA. Se espera que los recientes anuncios del Gobierno Nacional de fondos por $60.000 millones para descuento de cheques a una tasa anual de 29% se plasmen en la realidad y sean un aporte para alivianar la falta de acceso al crédito y las altas tasas de interés, que restan competitividad a las empresas.

En relación a los costos del sector, el precio de la electricidad subió 46,2% interanual en enero de 2019, según datos del Instituto Estadístico de la Ciudad. La nafta súper se encareció 52,2% en febrero respecto al mismo mes del año anterior, empujando los costos logísticos. Mientras tanto, los precios de la ropa aumentaron 33,3% anual en enero de 2019 según estadísticas del INDEC, sustancialmente por debajo de la inflación general (49,2%).

Por último, la caída de la producción nacional de ropa provocó la destrucción de empleos “en blanco” en el sector, dado que el Ministerio de Producción y Trabajo presenta la información con un amplio rezago temporal no se puede evaluar el real impacto a febrero 2019. Los últimos datos oficiales disponibles indican que, entre el segundo trimestre de 2018 e igual período de 2017, ya se habían destruido 3.056 puestos,  que implicaba  una caída de 6,9% en el personal del sector.

La magnitud de la crisis que atraviesa el mercado de ropa y la industria nacional plantean la necesidad urgente de aplicar políticas públicas que eviten la quiebra de las empresas del sector y la destrucción de puestos de trabajo. Para ello, resulta necesario estimular el consumo de prendas y alivianar los costos financieros e impositivos de las empresas.

[1] Se supuso que la inflación de febrero fue de 3,6%, como se estima en promedio en el mercado.

[2]El tipo de cambio real con China es un indicador que se obtiene a partir de considerar la evolución del tipo de cambio nominal (peso por yuan) y de los precios de las canastas de consumo representativas de ambos países. Es una de las formas de medir la competitividad (de tipo precio) de un país.

[3] Todos los meses el BCRA consulta a alrededor de 50 consultoras, centros de investigación, entidades financieras y analistas extranjeros respecto de las expectativas sobre el comportamiento futuro de una serie de indicadores como dólar, inflación y PBI, entre otros.

A continuación podrán descargar el Semáforo: 3 CIAI – Semáforo Marzo 2019

Entrevista a Julieta Loustau, Economista jefe de la Fundación Pro Tejer

Fuente: Diario Norte ~ “La velocidad y algunos indicadores refieren a una crisis fulminante de la industria nacional”

La velocidad con la que se dio y algunos indicadores refieren a una crisis fulminante de la industria nacional, sólo comparable en las últimas dos décadas con la de 2002. Es que los números son elocuentes y reflejan un sector en caída libre que por lo menos no revertirá su tendencia en este 2019: la actividad textil mostró en diciembre pasado una caída del 36,3% respecto del mismo mes de 2017.

De esta forma la industria acumuló el año pasado una merma consecutiva de casi el 16%, mientras que en 2017 fue del 12,5 por ciento. En tanto, la utilización de capacidad instalada, que es el porcentaje de la fábrica que se utiliza, fue de un 32 por ciento en diciembre de 2018, el mes más bajo en los últimos 17 años. “Son números de una crisis fulminante”, asegura Julieta Loustau, de la Fundación Pro Tejer.

Julieta Loustau, del departamento de Economía de la Fundación Pro Tejer, junto al ministro de Industria de la provincia del Chaco, Gustavo Ferrer, durante su paso por la Redacción de NORTE.

La experta en Economía estuvo en la Redacción de NORTE tras disertar sobre el “Diagnóstico de la cadena textil y de indumentaria en la Argentina” en uno de los seminarios de la propuesta provincial Chaco Tex. Junto al ministro de Industria del Chaco, Gustavo Ferrer, la profesional abordó la crisis del sector, los motivos de esta caída y las propuestas para salir de esta coyuntura que encuentra en la caída del consumo y en cuestiones macroeconómicas los factores determinantes para este presente desalentador.

¿Qué vino a mostrar al Chaco?
“Mostramos los datos del sector, el panorama y la coyuntura negativa por la que atraviesa la industria en general del país y no solamente la textil y de confección de prendas de vestir. En estos últimos tres años tuvo una gran caída en su nivel de actividad, con bajo uso de capacidad instalada y la consecuente pérdida de empleo que hoy tienen las principales empresas del sector”.

La actividad de un sector se mide por números. ¿Cuáles son las estadísticas que como Fundación manejan a partir de 2015 con la falta de competitividad del sector?

“Cuando hablamos de competitividad, nosotros decimos que en parte es un mito. Porque hay muchísimas cuestiones que no son específicas del empresario en sí, sino que son otras como impositivas, burocráticas, de infraestructura que quizás hay que avanzar para mejorar la competitividad de las empresas. Pero la industria perdió desde 2015 hasta el tercer trimestre de 2018 -último dato que hay- casi 30 por ciento de su nivel de actividad, tanto en la prenda de vestir como en la industria textil en sí.

Esto seguramente impacta negativamente en la provincia del Chaco, con su cultivo emblema el algodón y el gigante textil como Santana que produce el tercio del denim del paísà

“Se está dando la repercusión a nivel de todas las economías regionales que impacta en el empleo por la importancia que tiene la industria textil en las provincias del país. Para Chaco, como para el resto de las provincias, la crisis del sector textil es grave”.

En 2017 usted planteaba un panorama diferente al asegurar que existía un gran futuro para la industria textil. ¿Cambió esa situación o cómo observan esta coyuntura desde la Fundación?

“Siempre creemos que va a haber un gran futuro para la industria textil. Pero la realidad es que las políticas macroeconómicas de los últimos años generan condiciones muy difíciles para cualquier actividad productiva. Estamos produciendo con tasas de interés altísimas por lo que es imposible financiar capital de trabajo, descontar cheques, con ajustes a nivel de tarifas energéticas que impactan en los costos de las empresas y en el poder adquisitivo de la gente por el cual se reduce cada vez más la demanda de los bienes que estamos comercializando, como son las prendas de vestir o el resto delos artículos textiles. A nivel mundial la industria textil tiene un gran futuro, pero la realidad es que la coyuntura del país hace muy difícil que se puedan mantener las industrias, por lo que esperamos que en algún momento la situación cambie y nos podamos sumar a esta nueva ola de desarrollo”.

La coyuntura es complicada, con tarifas que siguen subiendo. Usted plantea un futuro promisorio para el mediano o largo plazo. En lo inmediato, esta caída, ¿se va a profundizar?

“Creemos que sí. En marzo no sabemos cuántas empresas abrieron sus puertas después de dar vacaciones casi forzadas a sus empleados en enero y febrero. Mientras no haya un escenario de recomposición del poder adquisitivo que estimule la demanda, que es lo que mueve el nivel de actividad en el sector, vemos muy difícil que las empresas puedan seguir sosteniendo un mínimo de uso de su capacidad productiva y un mínimo de gente para fabricar productos porque no hay ventas. Llevamos tres años consecutivos de fuerte caída en el nivel de actividad”.

Hay esfuerzos individuales, como el de la provincia del Chaco que pone sus esfuerzos para impulsar la recuperación algodonera y al agregado de valor. ¿Alcanza con estos esfuerzos?

“Todo esfuerzo sirve. Creemos que políticas que promuevan la integración de valor serán importantes para no terminar exportando la fibra sin ningún tipo de valor. Tenemos un diamante en bruto que hay que pulirlo para generar no sólo trabajo y producción en la provincia, sino para agregarle valor a este insumo. Pero chocamos con las políticas macroeconómicas que están afectando a cualquier tipo de actividad que hay hoy en el país que hacen que los esfuerzos individuales no den tantos frutos como deberían estar dando”.

Usted habla de competitividad como un mito. ¿Pero cómo puede competir un industrial textil local con la apertura indiscriminada de importaciones o productos sintéticos que llegan desde Asia u otros lugares del mundo?

“La idea es que tiene que haber una administración del comercio que permita que se reproduzcan las actividades a nivel nacional. Si al mismo tiempo se ponen retenciones a las exportaciones o políticas que no permiten poder recuperar parte de la rentabilidad, competimos con países que tienen salarios muy diferentes al nuestro, que subsidian a sus industrias y a la energía. Estamos compitiendo en condiciones totalmente desfavorables, por lo cual nosotros diferenciamos entre eficiencia productiva y competitividad”.

En síntesis, la alta carga impositiva, el costo de la energía, la suba de las tarifas y las cuestiones macroeconómicas, ¿están matando a la industria textil?

“Lo que en realidad está matando a la industria textil es la falta de la demanda. O sea, la caída del consumo. En un contexto anterior donde existía un consumo sostenido, todas las otras cuestiones se minimizaban porque había otro volumen de ventas. Con un menor volumen de ventas, los costos fijos comienzan a ganar mayor participación sobre la rentabilidad; por lo cual hoy por hoy terminan afectando y tienen un mayor poder de daño que en otro momento de venta más estable”.

Suponiendo que no hace futurología, ¿cómo se sale de esto? ¿Cuáles son los pedidos más recurrentes desde el sector para sortear esta coyuntura?

“Tratamos de pasar el mensaje en las diferentes instancias de diálogos con el gobierno nacional, principalmente con el Ministerio de Producción, de cuáles son las medidas necesarias para revertir la coyuntura que están atravesando las empresas. El principal punto es genera políticas que estimulen la demanda…”

¿Por ejemplo?
“Por ejemplo promover el consumo de Ahora 12, sin recargos financieros, porque la realidad es que esas tasas son imposibles de pagar. Esto estimularía hoy a la gente de menor poder adquisitivo poder llegar a realizar compras sin tener sin juntar la plata que cada día es más difícil hacerlo. Estamos hablando en un contexto donde la gente también recibió el impacto de las tarifas, la inflación fue mucho más grande en alimentos y que son cuestiones que terminan repercutiendo en que la gente compre menos ropa y productos textiles. Lo primero que planteamos es que el problema es de demanda, por lo que primero hay que estimular el consumo”.

¿Cuáles otras medidas?
“Luego, otro tipo de políticas como alguna que permita bajar la carga de los impuestos sobre la producción, incluso una mayor administración del comercio. Es decir, cualquier política de demanda tiene que ser específica para que promueva la venta de producción nacional. Si esto deriva en que la gente compre mayor cantidad de cosas importadas no estamos solucionando nada. Y generar algún tipo de política que permita administrar más eficientemente el consumo; como así también otro tipo de políticas que plantean las empresas es medidas para alivianar los costos energéticos y financiamiento al capital de trabajo a tasas razonables”.

Supongamos que el gobierno nacional los escucha e implementa estas medidas que solicitan. ¿En cuánto tiempo se daría la recuperación de la industria textil?

“No creo que sea inmediata la recuperación porque fueron tres años de fuerte destrucción. Hay jugadores que se pierden y es muy difícil que vuelvan a estar en el sector. Pero la industria textil tiene la capacidad de caerse y recuperarse rápidamente. Pasó en el 2002, cuando fue una de las primeras que cayó y luego una de las primeras en recuperarse. Por lo que cualquier impacto que mejore la demanda y reactive la actividad va a ser sumamente provechoso para la industria”.

Y comparando la crisis de 2002 con ésta, ¿es peor la actual o aquella?
“Lo que caracteriza a esta crisis actual es la velocidad que tuvo. Fue en tres años y terrible el grado en el que avanzó. Pero si comparamos la utilización de capacidad instalada, que es el porcentaje de la fábrica que se utiliza, en diciembre de 2018 dio un 32 por ciento. Quiere decir que el 68 por ciento restante de las fábricas no se utiliza y es el diciembre más bajo en los últimos 17 años. O sea, desde 2002 no hubo un indicador más bajo que este diciembre de 2018. Son números de una crisis fulminante. En 2002 las condiciones financieras eran diferentes y nos son crisis similares, pero la velocidad y algunos números dan cuenta que son crisis comparables”.

INDEC, una de cada tres máquinas está en funcionamiento

Fuente: IProfesional ~ Según los datos del INDEC, se profundiza crisis en la industria textil. En diciembre de 2018 cayó un 36,3 por ciento interanual

Se profundiza la crisis en la industria textil. Su producción se redujo un 10,7% een 2018, según datos del INDEC y hoy solo una de cada tres máquinas están funcionando.

De acuerdo con las cifras oficiales del organismo de estadísticas, difundidas por el diario BAE, en diciembre cayó 36,3 por ciento interanual.

La contracción del último mes de 2018 implicó que el sector textil fuera el segundo que más cayó de todos los relevados (después de «Otros equipos de transporte»).

La Utilización de la Capacidad Instalada (UCI) de las fábricas, según el INDEC, fue para el sector textil de sólo el 32,3% en diciembre, con una caída respecto de noviembre. Esta cifra se encuentra 24,3 puntos por debajo de la UCI promedio de toda la industria. En 2018, la UCI promedio general para la industria se ubicó 10,6 puntos por debajo del promedio de 2017, y 17,4 puntos por debajo de 2016.

La caída de la actividad en diciembre fue significativa para todos los sub-rubros del bloque textil. El segmento con peor desempeño fue el de hilados de algodón, que experimentó una caída de más de 45%. En el análisis acumulado de todo el 2018, se vio sólo una expansión en el sub-rubro «preparación de fibras» y todo el resto de las ramas se contrajo.

El dato es más grave aún porque el INDEC dejó de informar el Estimador Mensual Industrial (EMI), cuya caída acumulada al mes de noviembre era superior al 13%, por lo que se estima que con la anterior metodología la caída hubiera estado por encima de esa cifra.

De hecho, el EMI textil mostraba caídas interanuales en todos los meses entre enero y noviembre de 2018, mientras que el nuevo IPI muestra algunos meses de expansión, en lo que significa una maniobra «poco clara» del Gobierno sobre las estadísticas.

Estas diferencias probablemente respondan a los cambios en la composición del estimador, en el que se incorporó la medición de «preparaciones de fibras para uso textil», se incorporó «acabado» al sub-rubro que antes sólo contenía tejidos; y se incorporó la medición de «otros productos textiles». En el mismo sentido, en otro de los bloques industriales de análisis se incorporó la medición de indumentaria y confecciones.

Textiles: “No está siendo la temporada que nosotros esperábamos”

Fuente: El Marplatense ~ Lo reconoció el titular de la Cámara Textil de Mar del Plata, Juan Pablo Maisonnave, quien coincidió con otros sectores con la baja en las ventas. Insistió al Gobierno con la necesidad de tomar otras medidas para modificar la macroeconomía. “Sino no vamos a tener un futuro mejor”, sostuvo.
El titular de la Cámara Textil de Mar del Plata, Juan Pablo Maisonnave, compartió una mirada similar a la de otros sectores comerciales y sostuvo que la temporada de verano que transita Mar del Plata no está acorde con las expectativas que se planteaban en la previa.

“Quedó plasmado que vino casi la misma cantidad de turistas y no vimos en los comercios un resultado positivo como el que se esperaba con la variación del tipo de cambio. Sumado a la baja del poder adquisitivo del último año, no fue la temporada que esperábamos“, sintetizó.

En declaraciones a Radio Mitre Mar del Plata, el máximo referente que tiene la entidad empresaria sostuvo que se esperaba “más cantidad de gente con mayor poder adquisitivo” pero lamentó que finalmente no se haya visto reflejado ese escenario sobre las calles de la ciudad.

“Las fábricas están trabajando ya con la producción de invierno; está la doble tarea de trabajar en temporada pero pensando también en lo que serán los próximos meses”, manifestó el referente del sector.

En este sentido, Maisonnave también reconoció que las fábricas tuvieron algunas “bajas” en los pedidos porque cayó también la demanda de diferentes productos del rubro. “Estamos en recesión y creo que no hay una industria que le esté yendo bien”, consideró, en el programa Antes que sea Tarde.

El responsable de la cámara local apostó al proyecto para realizar diferentes intervenciones urbanísticas sobre la Avenida Juan B. Justo en los próximos meses, con el objeto de embellecer la zona y hacerla “más amigable” para el turista, pero insistió en que la mejora del flujo turístico “no parte solamente de una arteria  comercial”.

“Esto está atado a como se presenta la ciudad con respecto a la limpieza y otras cuestiones. El turista tiene que venir a Mar del Plata porque quiere venir acá y no elegir otro destino. Hay que tratar de mejorar la calidad para el turista“, analizó.

Con respecto a la situación económica, el titular de la entidad celebró diferentes convenios acordados con la Provincia y si bien también destacó algunas medidas “positivas” del Gobierno nacional remarcó que “el contexto no está ayudando”.

“Las últimas medidas macroeconómicas tampoco ayudan. La devaluación ayudó para mejorar la competitividad pero sigue habiendo dificultades importantes en muchos otros aspectos. Hay temas macro que tienen que empezar a cambiar para tener un futuro mejor al presente que transitamos”, concluyó.

Si no se no corrige el rumbo económico «va a llevar al país al precipicio»

Fuente: InfoNews ~ Yeal Kim, presidente de la entidad textil explicó que la capacidad ociosa en su sector alcanza al 70%. «Hemos retrocedido 17 o 18 años, la situación es similar al 2002», expresó

Yeal Kim, presidente de la Fundación ProTejer consideró que el si el Gobierno no corrige el rumbo económico «va a llevar al país al precipicio».

En declaraciones a Maldita Suerte por FM La Patriada, el empresario textil explicó que «la crisis del sector es global pero ningún país esta tan mal como Argentina», donde la capacidad ociosa «alcanza al 70%».

«Hemos retrocedido 17 o 18 años, la situación es similar al 2002. Los problemas de la industria son producto de las políticas macroeconómicas del Gobierno», afirmó.

«El futuro es muy negativo, vemos un túnel totalmente oscuro. Hay una crisis muy grande, si seguimos así no sabemos si vamos a pasar el segundo semestre de este año», explicó el empresario, que aseguró que el «80% del problema es por la falta de la demanda».

«Las medidas que están tomando junto al FMI van a matar todas las industrias del país. En un país donde no hay demanda, no hay mucho que hacer», concluyó.

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