La industria textil espera seguir creciendo en 2022

Fuente: Perfil ~ La crisis del covid puso a prueba la realidad productiva de nuestro país, que ya venía de enfrentar años complejos. Sin embargo, tras el enorme esfuerzo realizado por la sociedad en su conjunto, despuntan señales de optimismo. Aunque resta recorrer todavía un sendero desafiante, durante el último año la actividad industrial experimentó un fuerte impulso, revirtiendo la caída en la inversión y en el empleo observada previamente.

Las empresas de la cadena de valor textil e indumentaria han acompañado esta trayectoria, según los resultados de la Encuesta Cualitativa que realizamos desde la Fundación Pro Tejer. Este relevamiento abarca una muestra representativa de la cadena de valor con más de ochenta firmas de diversos tamaños, regiones y eslabones: desde hilandería hasta marcas, pasando por tejedurías, tintorerías y confeccionistas.

La encuesta muestra que ocho de cada diez empresas mejoraron tanto su desempeño como su nivel de ventas en 2021, comparando contra 2019 (año que tomamos de referencia ya que 2020, por las razones que todos sabemos, fue atípicamente bajo). Uno de los aspectos más sobresalientes de esta performance, asociado a la reactivación de la actividad, ha sido la inversión. Prácticamente todas las firmas del sector invirtieron en nuevas tecnologías asociadas a la industria 4.0 y seis de cada diez efectuaron inversiones de tipo tradicional, como instalación de máquinas y mejoras en los establecimientos productivos.

Lo mencionado es consistente con las estadísticas a nivel nacional: en 2021 se verificó un récord de inversión de los últimos seis años, con más de US$ 200 millones para el sector (y ello sin contemplar la construcción de nuevas fábricas e instalaciones o la ampliación de las existentes, esto es considerando solamente los bienes de capital importados). La alta proporción de empresas que invirtieron en nuevas tecnologías es una excelente noticia, que refleja la respuesta positiva cuando los incentivos de la política económica apuntan a una revaloración productiva y cuya continuidad es clave para que el sector siga el tren de los avances de frontera.

Estas inversiones incluyen no solo nuevos métodos (e-commerce, robots de corte, impresoras digitales) sino también el desarrollo de productos de vanguardia como los textiles técnicos (ignífugos) y los segmentos de economía circular (que cuidan el medio ambiente fabricando a partir de desechos). También abarca el desarrollo de textiles inteligentes con contenido tecnológico: repelentes de insectos, antirrayos UV, antibacteriales y antivirales.

Estas innovaciones son de importancia estratégica no solo para el sector sino también para nuestro país, como se puso de manifiesto durante la pandemia. Al respecto, es difícil soslayar la versatilidad que tuvo la industria para reinventarse y abastecer las necesidades de insumos médicos cuando las puertas del mundo se cerraron: barbijos, camisolines, kits médicos… ¿Cuán importante fue contar con industria nacional? En ocasiones perdemos de vista las implicancias en términos de soberanía nacional que representa contar con un entramado agroindustrial de bandera.

En materia de empleo, el relevamiento también brinda señales auspiciosas. En 2021 más de la mitad de las empresas generaron más puestos de trabajo que en 2019. Sostener esta tendencia será fundamental para apuntalar la recuperación económica del país. Y aquí el sector textil e indumentaria tiene un rol central, ya que genera más de 500 mil empleos y tiene el potencial de duplicar en cinco años esta cantidad, si logramos una economía en crecimiento y sustentar en el tiempo el círculo virtuoso de inversiones, ampliación de la capacidad instalada, desarrollo de nuevos productos, sustitución de importaciones y aumentos de las exportaciones con valor agregado del sector.

Además, el sector representa más del 20% del empleo industrial en provincias como Catamarca, La Rioja, Santiago del Estero y Chaco. Los segmentos de hilandería, tejeduría y tintorería fueron los que mostraron un mayor dinamismo, mientras que la confección se encuentra aún rezagada. Este último eslabón es el más vulnerable de la cadena y es donde más debemos esforzarnos para solucionar la problemática estructural que acarrea desde al menos tres décadas, constituyéndose actualmente como un cuello de botella: falta de talleres, alta informalidad, escasez de trabajadores calificados y baja productividad.

Otra dimensión por subrayar es la capacidad del complejo textil para aportar al país en términos de divisas, en el marco de su recurrente restricción externa. Es mucho lo que podemos avanzar en la sustitución de importaciones e incluso en la conquista de mercados externos. En el año 2021, el 27% de las empresas relevadas logró exportar y se espera que este porcentaje crezca en 2022. Desde luego, todavía queda un gran trecho por recorrer, por lo que resulta fundamental potenciar la agenda exportadora en los nichos de mayor valor agregado.

Por otro lado, seis de cada diez empresas efectuaron compras al exterior vinculadas en un 50% a la adquisición de insumos productivos. Es un hecho positivo ya que está asociado a la reactivación y a la agregación de valor local y, por ello, a la dinámica virtuosa de inversión y empleo.

La cadena agroindustrial textil y confecciones argentina es entre todas una de las más extensas, contando con elevados encadenamientos productivos. Desde la materia prima como el algodón, la lana y los camélidos; las fibras sintéticas derivadas del petróleo, pasando por la hilandería, tejeduría, tintorerías, diseño y confección hasta llegar a la prenda o producto final en mostrador: partiendo de los insumos, la agregación de valor es fenomenal. Y la Argentina cuenta con todas las capacidades para seguir agregando trabajo local.

¿Cuáles son las expectativas empresariales para 2022? El panorama sigue siendo favorable: ocho de cada diez empresas consideran que mejorarán sus ventas y su desempeño general, e incluso más de la mitad prevé tomar nuevo personal. Asimismo, siete de cada diez planean nuevas inversiones productivas procurando aumentar su productividad.

No obstante, también emergen algunas fuentes externas al sector que preocupan. El poder adquisitivo de los salarios aún no ha recuperado lo perdido en el período 2016-2019, lo cual podría debilitar el consumo en la segunda mitad del año. Además, el entorno macroeconómico general se manifiesta como un interrogante para las empresas.

Argentina tiene todo para seguir invirtiendo, ampliar su producción y generar empleo de calidad. Entendemos que este es el lente con el que debe pensarse la cadena textil. Desplegar una estrategia de desarrollo de mediano plazo, que pueda sostenerse en el tiempo y se constituya en política de Estado es, para todos los que hacemos la Fundación Pro Tejer, un punto trascendental para que la cadena despliegue su potencial, contribuyendo al fortalecimiento del entramado productivo a lo largo y ancho del país.

Cladd anunció la ampliación de su planta en Varela

Fuente: AgenHoy ~ El intendente Andrés Watson recibió a las autoridades de la empresa textil “Cladd”. Los empresarios anunciaron la puesta en marcha de una ampliación en su planta radicada en el partido desde 2019.

El titular en el ejecutivo local celebró los “proyectos venideros con la premisa de crecimiento en su rubro; e incrementar la generación de puestos de empleo destinados a varelenses”.

La firma prevé destinar las nuevas instalaciones en su predio ubicado en Ingeniero Allan a infraestructura logística. De esta manera, desarrolló las expectativas proyectadas y enunciadas ante el intendente durante un recorrido por la sucursal realizado en agosto de 2021.

Estuvieron presentes el secretario de Industria y Desarrollo Productivo Ricardo de la Fuente junto al responsable en la cartera de Obras, Servicios Públicos, Ambiente y Planificación Urbana, Diego Trejo.

Vestidos de novia 2022: las tendencias que triunfarán en las bodas de este año

Fuente: El Marplatense ~ Las búsquedas de vestidos de novia 2022 han aumentado considerablemente en las últimas semanas. ¿La razón? Aquellas que darán el sí, quiero en los próximos meses están, o bien cerrando los detalles de sus diseños -sobre todo, las que se casan en primavera- o trazando las líneas del que será el vestido de sus sueños. Y, si bien para conocer las prendas que triunfarán en calles y escaparates acudimos a las propuestas de grandes diseñadores, en el caso de la moda nupcial, las claves sobre aquellos que más se repetirán en los vestidos de novia de 2022 no siempre están en las pasarelas.

En la moda nupcial la atemporalidad juega un papel fundamental. Las novias quieren que su vestido sea actual pero, al mismo tiempo, no pase de moda. Aquello de mirar las fotos décadas después y seguir enamorada del vestido de novia no es un cliché, sino un deseo real. Por ello, las tendencias del momento se cuelan de forma sutil, mientras que los patrones clásicos siguen reinando en las peticiones de muchas novias. Hay novedades y los diseños se renuevan año tras año, por supuesto, pero en menor medida que en la moda prêt-à-porter.

Tejidos y tonalidades: las novedades para 2022

Dependiendo del diseñador y su estilo correspondiente, las peticiones de las novias varían. Aunque siempre hay tejidos que cobran importancia según la temporada. Paula Matthei menciona algunos de los más solicitados para 2022, entre los que se encuentran telas vaporosas como la bámbula y la muselina de seda, la organza para diseños con volumen y el crepe de China para vestidos más fluidos. Alejandra Oria, por su parte, apuesta por un tejido como estrella de la temporada: el satén. “Creo que las novias de este año quieren brillar y hacerse ver y, para eso, escogen tejidos satinados y con tornasol”, afirma, aunque también menciona el éxito del lino para las bodas en el campo o al aire libre.

En cuanto a las tonalidades, Álvaro Poydel asegura que encontramos dos vertientes diferenciadas: “Por un lado, las novias que optan por el blanco más óptico y, por otro, las que se atreven con los blancos rotos, marfiles o tostados”. Paula Matthei añade que, además, “hay un porcentaje de novias que buscan agregar algo de color a su vestido, ya sea a través de detalles bordados o directamente agregando una tela de un color. No es una tendencia masiva, pero existe y se verá éste año”.

Las grandes tendencias: volúmenes, plisados y asimetrías

Los volúmenes en mangas y faldas componen una tendencia que llegó hace varios años y, según afirman los expertos, se mantendrá también esta temporada. Eso sí, Paula Matthei asegura que, esta vez, presentarán nuevas versiones que se alejarán de la clásica manga abullonada. Otra de las grandes apuestas de la diseñadora son los lazos: “No son una tendencia, es algo que siempre ha existido, solo que va mutando a lo largo del tiempo en formas, tamaños y protagonismo. Creo que este año el maxilazo también se verá”

“Los elementos que vienen pisando fuerte para esta nueva temporada son los frunces, drapeados, plisados y tejidos con transparencias”, asegura Álvaro Poydel, sobre la otra gran apuesta para 2022. Algo con lo que coincide Alejandra Oria: “Tengo debilidad por los lazos, volantes y volúmenes en mangas, aunque creo que la gran tendencia de la temporada vendrá con asimetrías y drapeados que envuelven el cuerpo.

Guerra de estilos: minimalismo vs romanticismo

En los últimos años y, sobre todo, desde el estallido de la pandemia, ha habido dos corrientes dominantes. Así las define Alejandra Oria: “Por un lado la tendencia minimal y oversized. Vestidos de apariencia sencilla y muy fluidos, que no marquen la silueta. Creo que el concepto de feminidad en las novias está evolucionando mucho hacia esta vertiente”. Y, añade: “Por otro lado, una tendencia más barroca que tiende al romanticismo y detallismo en los looks, pero con un punto contemporáneo: volantes, puntillas, pequeños bordados o texturas… pero en siluetas más renovadas con patrones actualizados”.

Se trata de un contraste estético, entre el minimalismo de líneas puras y el romanticismo, sostenido por la filosofía más es más, que lleva conviviendo varias temporadas. Sí, seguirá latente en 2022 aunque, según Álvaro Poydel, también habrá un punto de encuentro entre ambos estilos: “Triunfará el estilo romántico pero con toques minimalistas. Es lo que más se demanda ahora mismo. Podemos decir que será un romántico depurado”.

Novedades en siluetas: menos colas, más vestidos midi y ‘layering’

“Creo que cada vez vemos más novias con vestido midi, y menos cola gigante”, sentencia Paula Matthei, que añade: “apreciamos una evolución hacia diseños más simples y cómodos, sin dejar apostar un vestido impresionante. Pero, ahora, ese carácter exclusivo lo conseguimos a través de detalles hechos a mano, transparencias, volúmenes, etc.”. Sin embargo, Alejandra Oria asegura que seguirá habiendo novias que apuesten por largas colas y diseños más tradicionales. Para ellas, en caso de quieran actualizar el diseño, apuesta por una combinación de ambos conceptos: “Algo que me encanta es combinar ambos; un largo que deje ver el zapato por delante pero tenga una cola de dos metros en la espalda. Queda un contraste precioso”.

Por otro lado, Oria nos habla de una novedad en las siluetas nupciales que podría convertirse en la gran tendencia de la temporada: el layering. “Creo que este año pisa fuerte la tendencia de superponer varias capas de tejido, incluso en varias tonalidades de color, para jugar con las transparencias y el movimiento”, adelanta la diseñadora.

La ropa de invierno cuesta 60% más que el año pasado y el consumo ya volvió a los niveles de prepandemia

Fuente: Infobae ~ El Indec dará a conocer en los próximos días el número de inflación de marzo, y el sector de indumentaria volverá a ser uno con los mayores aumentos. Qué se espera en el sector industrial.

El Indec dará a conocer la semana próxima el Indice de Precios al Consumidor (IPC) de marzo y el rubro indumentaria y calzado volverá a dar la nota. Como se trata del período de cambio de temporada, estacionalmente ambos rubros suben más que en otros meses, pero en el sector especulan con que la cifra respecto de febrero puede ser incluso mayor al 10,8% registrado en marzo del 2021 debido a que la inflación se ha ido acelerando en el último tiempo. En la medición interanual, el crecimiento oscilaría entre 65% y 70%, bastante más que el promedio del IPC, pero en línea con lo que subieron en un año rubros sin regulación o control.

De todos modos, los empresarios del sector -textiles y dueños de marcas- tienen preparada la defensa ante eventuales cuestionamientos del Gobierno. “Desde diciembre de 2016 hasta agosto del 2021, el aumento promedio de precios de la indumentaria estuvo por debajo del nivel general de precios de la economía. A partir de junio del año pasado, se empezó a revertir esta dinámica, y en enero y febrero del 2022 las subas de prendas y calzado fueron menores que el promedio”, dice un documento presentado por los economistas de la Fundación Pro Tejer en una reunión que mantuvieron la semana pasada. De todos modos, esos son meses de liquidación; los meses de mayor inflación en indumentaria son marzo y septiembre, con los cambios de estación.

Desde diciembre de 2016 hasta agosto del 2021, el aumento promedio de precios de la indumentaria estuvo por debajo del nivel general de precios de la economía (Pro Tejer)

Son varios los motivos que impulsan al alza el precio de las prendas textiles. En cuanto al costo de producción, trepó en torno a 55% en el último año y una de las razones fue la fuerte suba de los precios internacionales de las materias primas (fibras textiles).

Según el informe de Pro Tejer, al que accedió Infobae, en los últimos dos años, el algodón se encareció 108,5% en dólares; el poliéster, 44,7%; la viscosa, 58,1%; el nylon, 40,8%; y el acrílico, 47,9%. Hoy gran parte de estas fibras deben importarse porque se produce poco en la Argentina, en tanto que el algodón es un producto que se exporta, por lo que tiene valor dólar. Los salarios del sector crecieron en torno al 45% en el último año y también inciden fuertemente en el costo, ya que se trata de un rubro mano de obra intensiva.

Por otro lado, la mayor apertura comercial registrada durante el gobierno de Mauricio Macri sumada a la pandemia hicieron estragos en la oferta, por lo que hoy esa situación, sumada al comercio administrado y a la falta de dólares, presiona sobre los precios.En un reciente informe, la Fundación Pro Tejer planteó que la ropa subió menos que muchos otros productos que tampoco están reguladosEn un reciente informe, la Fundación Pro Tejer planteó que la ropa subió menos que muchos otros productos que tampoco están regulados

A su vez, luego las marcas de ropa tienen sus propios costos, como el financiero; el alto alquiler que pagan si están en los shoppings y en las principales avenidas porteñas; publicidad, marketing, diseño y salarios. Si hoy el costo de producción de una camisa para una marca de shopping gira en torno a los $4000, luego esa marca multiplica por cuatro para fijar su precio al público ($16.000), dijeron fuentes del sector textil.

“Los salarios del sector de los que cosen aumentaron 52% en 2021. Y las materias, 80%. Eso promedia 60%, que es lo que subieron las prendas en el último año”, explicó el presidente de la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI), Claudio Drescher. Estos niveles de aumentos, que están en línea con los de muchos otros rubros que no están controlados por el Gobierno, no están impidiendo que la actividad repunte.

Según el industrial, tras haber sido uno de los tres sectores, junto con turismo y gastronomía, más castigados durante la pandemia, desde el 2021 se viene recuperando y los niveles de consumo ya se encuentran como en 2019. De todos modos, ése no había sido un año bueno para el sector, pero al menos reconocen una recuperación a los valores prepandemia.

Si hoy el costo de producción de una camisa para una marca de shopping gira en torno a los $4.000, luego esa marca multiplica por cuatro para fijar su precio al público

En el caso de los fabricantes de insumos (hilados, telas, etc), varios actores comentaron a Infobae que no dan abasto con la demanda y que algunos casos ya están en niveles del 2018. Los ayuda el crecimiento del consumo sumado a que la importación está muy restringida no sólo por una decisión del Gobierno sino fundamentalmente porque faltan divisas.

Acción Moda

Como gesto para ofrecerle a los consumidores algunas opciones de prendas más económicas, en el actual contexto inflacionario, el sector textil y de indumentaria le propuso al Gobierno implementar el programa “Acción Moda”, que consiste en que unas 90 marcas eligen 15 productos de su colección para vender con un descuento del 30%. A un mes de su lanzamiento, Drescher comentó que “el resultado fue muy exitoso” y que “esos artículos están teniendo picos de venta”. La cámara aún no tiene cifras concretas, pero el objetivo es que continúe por varios meses más y, posiblemente, también para la temporada primavera-verano.El 10 de marzo, el Gobierno lanzó junto a la cadena textil y de indumentaria el programa "Acción Moda", los precios cuidados de la ropaEl 10 de marzo, el Gobierno lanzó junto a la cadena textil y de indumentaria el programa «Acción Moda», los precios cuidados de la ropa

También participan de este programa unos 50 fabricantes textiles, que harán su aporte -descuento a la marca- para la nueva colección, ya que la ropa de invierno que ahora se vende 30% más barata se produjo hace seis meses.

Consultado sobre la marcha del sector y los precios, el empresario Teddy Karagozian afirmó que “se vende todo lo que se fabrica” y hoy produce 70% más que en 2019. “Estamos trayendo máquinas, de a poco, para multiplicar por 10 la fabricación de medias y calzoncillos”, dice, eufórico, el dueño de TN & Platex. Y apuntó contra las marcas de ropa: “Los precios de la ropa son principalmente los que se miden en shopping. Y las marcas más importantes en los shopping durante muchos años dejaron de proveerse de confeccionistas argentinos e importaron con un dólar artificialmente bajo. Ese dólar destruyó mucho de la capacidad productiva del país y luego vino el Covid-19, que provocó que los pocos confeccionistas que quedaban, peruanos y bolivianos, se volvieran a sus países”, dijo el empresario.

Se vende todo lo que se fabrica y hoy produce 70% más que en 2019. Estamos trayendo máquinas, de a poco, para multiplicar por 10 la fabricación (Karagozian)

Y siguió: “Hoy las marcas dependen de poca confección, de una capacidad productiva del país deteriorada pero que está invirtiendo como nunca antes y de importación de productos. La falta de dólares hace difícil que puedan importar y no tienen mucha mercadería”, explicó Karagozian. El productor textil precisó además que los confeccionistas abastecen entonces a quienes les dieron trabajo durante los años de crisis y, al hacerlo, se producen dos mercados distintos: los de marcas con precios altos, que son el 3/5% de las ventas, y el de precios muy bajos, que es donde compra la gente y está demandada porque los precios son muy convenientes, sostuvo.“Hoy las marcas dependen de poca confección, de una capacidad productiva del país deteriorada pero que está invirtiendo como nunca antes y de importación de productos. La falta de dólares hace difícil que puedan importar y no tienen mucha mercadería”, explicó a Infobae Teddy Karagozian (Santiago Saferstein)“Hoy las marcas dependen de poca confección, de una capacidad productiva del país deteriorada pero que está invirtiendo como nunca antes y de importación de productos. La falta de dólares hace difícil que puedan importar y no tienen mucha mercadería”, explicó a Infobae Teddy Karagozian (Santiago Saferstein)

Además, agregó el industria que la problemática se agravó a partir del aumento del precio de las fibras textiles en el mundo y el costo del transporte, que para quienes importan se multiplicó por cinco.

En este contexto, el panorama hacia adelante no se presenta muy alentador. No se prevé una desaceleración de la inflación general, y menos aún en un sector con severas restricciones de oferta y presiones de costos en el mercado internacional.

Qatar 2022: en el Mundial de las marcas, Nike desbanca a Adidas con el doble de Selecciones

Fuente: Cronista ~ El tema de las marcas de indumentaria que visten a las selecciones que juegan los Mundiales no es un tema menor. De la cantidad y los éxitos de los equipos depende muchas veces el balance anual de una compañía, por eso se trata de un evento que todos esperan con ansiedad.

Es que justamente este no es un negocio más, ni menor, sino todo lo contrario. De acuerdo a Brand Finance, el mayor ingreso para estas empresas proviene de la venta de camisetas.

La consultora no tiene una proyección sobre cuántas unidades se podrían vender en Qatar 2022, pero se estima que el número podría estar por encima de los 17,7 millones que se vendieron durante la Copa de Rusia 2018 (Adidas vendió 8 millones, y sus ventas globales se incrementaron un 10%), según informa en una nota publicada en Forbes Colombia. 

Teniendo en cuenta que las camisetas de los combinados nacionales tienen un precio promedio entre u$s 80 a u$s 110, se prevé que para este año se comercializarán por lo menos u$s 1800 millones solamente gracias a esta prenda, sin contar los ingresos que generarán los shorts, medias, botines, buzos, etc.

Otro ejemplo: en el trimestre previo al inicio de Rusia 2018 (junio) la comercialización de los productos deportivos vinculados con la Selección argentina se incrementó un 396.9%, en comparación con los mismos tres meses de 2017, mientras que entre marzo y abril de 2018 aumentaron un 18%, y de abril a mayo se aceleró a un 95.6%.

En ese entonces, el ranking de los cinco artículos más vendidos en esos últimos tres meses estuvo liderado por la camiseta argentina titular (31.1%) que costaba $ 1600 contra los $ 11.000 de ahora.

En ese Mundial fue Adidas la firma que contó con mayor presencia entre las selecciones, por encima de la estadounidense Nike y el resto de las marcas más importantes del planeta.

En total, Adidas vistió en 2018 a 12 selecciones de las 32 que participaron del torneo de fútbol más importante de todos, la misma cantidad con la que cuenta este año Nike, aunque podría sumar dos más después de los repechajes.

La nueva camiseta de la selección alemana de fútbol. (Foto: DPA/Gregor Fischer).

La marca norteamericana tiene contrato para Qatar con el anfitrión, Brasil, Francia, Croacia, Inglaterra, Países Bajos, Portugal, Polonia, Canadá, Estados Unidos, Corea del Sur y Arabia Saudita, y espera por Nueva Zelanda y Australia.

Nike ingresó al mundo del fútbol en 1994, cuando la Copa se jugó en Estados Unidos. En aquel entonces la contribución del fútbol a sus ingresos era de u$s 40 millones.

Adidas llamativamente, siendo que es la empresa global más vinculada con el fútbol, sponsor oficial del torneo y «dueña» de la pelota, en principio sólo vestirá a seis equipos, con la posibilidad de sumar dos más también después de lo que ocurra con los repechajes. Además de vestir al equipo argentino liderado por Lionel Messi, también tiene a Alemania, Bégica, Japón y México, y podría añadir a Escocia, Gales o Emirates Árabes Unidos. Adidas además viste a los árbitros

Por su parte, la también alemana Puma consiguió la misma cantidad que su histórico archirrival, con lo que estará presente gracias a Serbia, Suiza, Uruguay, Senegal, Ghana y Marruecos.

El resto de las marcas vestirá sólo a una selección: Hummel a Dinamarca; Kappa a Túnez; Le Coq Sportif a Camerún; Marathon a Ecuador y Merooj a Irán.

Aunque Joma podría ingresar al torneo dependiendo de lo que ocurra con Ucrania, Marathon podría sumar a Perú y New Balance tendría presencia si clasifica Costa Rica.

Vale la pena recordar que en Brasil 2014 también había sido Nike la marca dominante. En aquel entonces, la empresa vistió a diez selecciones: Brasil, Croacia, Francia, Portugal, Inglaterra, Estados Unidos, Grecia, Holanda, Corea y Australia, mientras que Adidas hizo lo propio con 9 representativos: España, Alemania, Colombia, Bosnia, Argentina, Japón, Rusia, México y Nigeria.

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Impulsada por textiles y autos, la producción industrial creció 3,9% en el primer bimestre

Fuente: La Nación ~ En febrero avanzó 4%, respecto del mes anterior, pero el promedio bimestral quedó bajo debido a que enero había sido malo, por el rebrote de Covid; la construcción tuvo un alza de 7,2% intermensual.

Impulsada sobre todo por los sectores textil y automotor, la producción industrial creció en febrero 4% respecto de enero, con lo que completó el primer bimestre del año con un incremento de 3,9% respecto de igual período de 2021, según informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). En tanto, la actividad de la construcción avanzó 7,2% respecto de enero y acumula un crecimiento de 1,5% en los dos primeros meses de 2022.

En lo que respecta a la industria, el Indec informó además que en febrero el índice de producción industrial manufacturero (IPI manufacturero) mostró una suba de 8,7% respecto de igual mes de 2021. “El acumulado del primer bimestre de 2022 presenta un incremento de 3,9% respecto a igual período de 2021″, agregó el organismo estadístico oficial.

Lorenzo Sigaut Gravina, director de Análisis Macroeconómico de la consultora Equilibra, comentó que hubo una recuperación respecto de enero, que había sido malo por el impacto del rebrote de Covid. “De todos modos, los niveles de febrero están por debajo de los del cuarto trimestre de 2021. Luego de una fuerte recuperación el año pasado, en el primer bimestre creció solo 3,9%, con lo que se confirma una desaceleración importante. Esto indica que este año el crecimiento va a ser mucho más acotado que el del año pasado”, explicó.

En el Ministerio de Economía hicieron hincapié en que se retomó la actividad “luego de que en enero se viera afectada por diversos factores como las paradas técnicas, los problemas de dotación de personal por el rebrote de covid, problemas de suministro de energía por la ola de calor, entre otros motivos particulares de cada sector”.

En tanto, Diego Piccardo, economista de la fundación Libertad & Progreso, indicó que el crecimiento intermensual de la industria en febrero se debe en gran medida a que enero fue el mes elegido por las empresas para otorgar vacaciones aprovechando el alto grado de ausentismo que se estaba registrando por el pico de la variante ómicron de Covid.

Con vistas a lo que viene, Piccardo señaló que las perspectivas no son muy buenas. “La industria ya está alcanzando los picos de la prepandemia y, en general, no se han observado niveles de inversión que permitan superarlos. Además, la falta de dólares y la meta con el FMI de acumulación de reservas va a obligar al BCRA a endurecer cada vez más el cepo y a cerrar cada vez más las importaciones, impactando de lleno en la actividad industrial”, opinó.

En lo que se refiere al dato de construcción, el Indec publicó en su Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC) que en febrero, tal como se mencionó, el índice de la serie desestacionalizada mostró una variación positiva de 7,2% respecto del mes anterior y el índice serie tendencia-ciclo registró una variación positiva de 1,7% respecto del mes anterior.

Desde la cartera que conduce Martín Guzmán, remarcaron que en el mes crecieron en términos interanuales las ventas de 9 de los 13 insumos relevados dentro de la actividad de la construcción. “Lideraron el crecimiento los despachos de Asfalto (+51,2% interanual), Resto (+47,7% interanual; incluye tubos sin costura, vidrio y grifería) y Mosaicos (+22,1% interanual)”, detallaron.

Sigaut Gravina dijo que el dato del ISAC de febrero fue mejor que el de industria, con una versión desestacionalizada que compensó la caída de enero, debido a que hubo niveles muy altos de actividad. “Pero, al igual que ocurrió con la producción industrial, cuando se analiza el primer bimestre se ve que hubo un arranque de año moderado, ya que solo tuvo un crecimiento de 1,5%, respecto de igual período de 2021″, concluyó el economista.

Piccardo explica la variación mensual de la construcción por los mismos factores que impulsaron la de la industria: en enero hubo una caída de 4,2%, por el Covid y las vacaciones, pero cuando la ola de ómicron pasó y se volvió a la actividad se produjo un alza de 7,2%.

En lo que sí encuentra una diferencia Piccardo es en las perspectivas, ya que en el caso de la construcción son buenas. “Esto se debe a que todavía hay cierta consideración de los inmuebles como refugio de valor. Además, tienen una menor dependencia de insumos importados, por lo que un endurecimiento del cepo no impactaría de manera directa en la construcción. También hay expectativas de que haya cierto dinamismo en la inversión pública este año, apoyando a las empresas que están vinculadas a este tipo de obras”, destacó el economista.

Sobre la base de un crecimiento en el primer bimestre del año de 3,9% en industria y 1,5% en construcción, Nadin Argañaraz, director del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), hizo una estimación de lo que puede suceder este año con ambos rubros: “De mantenerse el nivel actual la industria crecería este año 2,0%. Y bajo igual escenario la construcción crecería este año 5,9%”, proyectó.