Moda circular: la tendencia que cambió el paradigma en el consumo de indumentaria

Fuente: Ámbito – Cuestiones económicas y ambientales transformaron la modalidad de compra y venta de ropa usada. La industria de la moda quiere ser sustentable.

La moda circular es una tendencia que promueve la reutilización y la sostenibilidad en el consumo de indumentaria. Las tradicionales ferias americanas a las que acudían personas con bajo presupuesto, se reconvirtieron siguiendo consignas de protección ambiental y pasaron a ser bocas de venta de marcas selectas. La estética vintage reemplazó al concepto original de comercialización de ropa usada.

Esta modalidad ya no es sólo presencial, sino que también conquistó un lugar de preferencia en el comercio electrónico en un esquema de omnicanalidad que gana cada vez más adeptos.

La idea de este ecosistema de compra y venta es darle una segunda oportunidad a las prendas de vestir, zapatos y accesorios.

Este sistema de “second hand”, busca diferenciarse de la producción textil tradicional que quedó englobada bajo el concepto peyorativo de fast-fashion, que alude a la generación de elementos nocivos para el medio ambiente durante el proceso productivo y a una escala desmedida que fomenta el uso de una prenda por única vez.

El impacto en el medio ambiente

Según un estudio de la Fundación Ellen MacArthur, organización no gubernamental que promueve la economía circular, en el mundo cada año se producen, se usan y se tiran millones de toneladas de ropa. Cada segundo se quema o se entierra en basurales el equivalente a la carga de un camión de basura.

“La industria de la moda es una de las principales responsables de la entrada de microfibras de plástico en nuestros océanos”, asegura la entidad.

Se estima que la industria de la moda genera anualmente a escala global unos 20 millones de toneladas de residuos, contribuyendo con más del 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Cada año se descartan algo más de 300 millones de prendas de vestir. Y el 80% de esa ropa está compuesta por poliéster, un material que tiene al petróleo como insumo base y que puede tardar hasta 2.000 años en degradarse.

Por otro lado, el informe del Boston Consulting Group, Circular Strategies for a Garment’s End-of-Life Moment, sostiene que la industria de la moda “está cada vez más consciente de su impacto medioambiental”.

El estudio destaca que actualmente el 87% de los materiales utilizados en la producción de ropa terminan siendo desechados o incinerados, y solo el 1% se recicla en nuevas prendas.

Y atribuye a esta actividad consecuencias negativas para el medio ambiente como la deforestación, la pérdida de biodiversidad, la escasez de agua, la contaminación química y una gran huella de carbono.

“Es urgente abordar el problema de los desechos en la industria de la moda para evitar un impacto devastador e irreversible en el medio ambiente”, concluye.

Los promotores de la moda circular resaltan que al final de la vida útil de una prenda se encuentran la falta de recolección efectiva de prendas reutilizables y reciclables, la ineficiencia en los procesos de clasificación, la falta de estrategias de apoyo para la reventa de prendas no vendidas y las limitaciones en el reciclaje de circuito cerrado.

Al proceso lineal de la industria tradicional (comprar, usar y desechar) contraponen un modelo circular en el cual los productos se reutilicen o reciclen en lugar de desecharse, con ciclos de producción que se cierran para aprovechar al máximo los recursos naturales.

Para avanzar en estos objetivos las herramientas digitales pasaron a desempeñar un rol clave. A partir de 2021 muchos retailers globales comenzaron a implementar acciones de marketing más sustentables como la digitalización de sus catálogos de promociones abandonando las ediciones en papel de alta calidad.

En la misma línea, las compañías aumentaron su apuesta por la publicidad digital para comunicarse con sus clientes, llevando la proporción de presupuestos a 85% para canales digitales y 15% para la promoción offline (cartelería, publicidad en medios gráficos, catálogos).

Ecommerce y moda sustentable

“El comercio electrónico se consolida en el presente como un aliado fundamental para la expansión y éxito de la moda circular. Al facilitar la conexión directa entre vendedores y compradores, las plataformas de comercio electrónico ofrecen un espacio dinámico donde las prendas encuentran nuevas oportunidades. El comercio electrónico permite a los consumidores explorar, descubrir y adoptar un enfoque más sostenible, aportando comodidad y practicidad en el proceso de compra”, explica Camila Nasir, gerente de Marca y Producto en el marketplace Tiendanube, donde opera la tienda de moda circular Bunker.

Iara Weich, cofundadora de Bunker, con un local físico en Palermo, opinó sobre el rol clave que juega el ecommerce: “Nuestro punto de inflexión con la venta online tuvo lugar durante la pandemia. Si bien ya contábamos con un canal desarrollado desde antes del 2020, aún en ese entonces la venta presencial era muchísimo más fuerte. Con la llegada de la pandemia, nos sorprendió la venta online y desde ese entonces llegó para quedarse. A la fecha, representa el 40% de nuestras ventas y es una parte importante de nuestro negocio”.

Bunker, como otras propuestas similares (Galpón de Ropa, Urban Luxury, entre otros), opera bajo el criterio de una selección muy estricta de prendas usadas de marcas con prestigio, de buena calidad y en excelente estado.

Bajo el mismo espíritu de armonía con el entorno, estas empresas no aceptan prendas de cuero ni confeccionadas con pieles de animales. Y tanto el packaging como el etiquetado están hechos con materiales reciclados.

Las modalidades de operación varían entre las que aceptan prendas en consignación y las que sólo las compran, las que pagan en efectivo y las que otorgan crédito para canjearlo por prendas en el mismo negocio.También comparten el criterio de que aquella ropa que no califica para ser recirculada puede ser donada a diversas instituciones con las cuales mantienen acuerdos de colaboración.

La mayoría combina la tienda física con la venta online, aunque hay algunas que operan como un marketplace al estilo de Mercado Libre, facilitando la operación entre particulares y actuando como garante de la misma, ya que no libera el pago hasta que el comprador expresa su conformidad.

Galpón de Ropa fue el primer negocio de moda circular que abrió un local físico en un shopping center de la Ciudad de Buenos Aires, más concretamente en Alto Palermo. Funciona desde mediados del año pasado en el primer subsuelo del centro de compras y está muy cerca de contabilizar un millón de prendas recirculadas, según el conteo que lleva en su página web.

La firma es B certificada, lo que significa que es una empresa de triple impacto que tiene como fin usar la fuerza del mercado para dar soluciones a problemas sociales y ambientales. “Cada vez hay más información sobre las consecuencias que tiene la industria textil en el planeta. En Galpón De Ropa queremos ser un agente de cambio en la reducción de estos efectos nocivos. Tenemos un propósito claro y vamos hacia él: recircular toda la ropa del mundo provocando un impacto positivo en el medioambiente y en la sociedad. Somos una marca argentina de moda circular que compra y vende ropa nueva y usada. Buscamos asegurarnos que el ciclo de vida de cada prenda empiece, termine y vuelva a empezar”, explican en la empresa.

Claro que la vigencia de las ferias americanas, como sea que se llamen en el marco de las nuevas tendencias, también tiene en Argentina un fuerte componente de necesidad económica: personas que acuden porque allí pueden encontrar opciones accesibles para bolsillos flacos. Sin embargo, aunque no se planteen objetivos en materia de economía circular, compradores y vendedores están contribuyendo con romper la linealidad del proceso tradicional de producción y consumo.

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