DIMATEX S.A. celebra 65 años de trayectoria

Fuente: Mundo Textil – Dimatex es una empresa argentina en la que tecnología e innovación, junto a la calidad técnica y humana de su equipo de trabajo marcan la diferencia.

Maquinarias y accesorios textiles para líneas de tejido de punto, tintorería, hilatura sintética, bordado y costuras especiales. Todo en un mismo proveedor con amplia trayectoria.

UN POCO DE HISTORIA

“Dimatex S.A. empezó representando y vendiendo agujas Groz-Beckert en 1957”, nos cuenta Benito Ferradás uno de los fundadores de la empresa. A su lado sus hijos Fernando y Diego -segunda generación a cargo de la firma-
asienten.

Todo un halago tanta historia para una PyME argentina, que llega a su 65o Aniversario, manteniendo la vanguardia en innovación, y proporcionando a sus clientes las soluciones más avanzadas del mercado.

“Miguel Weyrauch fue quien inició este camino -continúa Benito, hoy ya alejado de la dirección de Dimatex. Yo me incorporé a la empresa en el año 1960, cuando tomamos la representación de las máquinas circulares de tejer Mayer & Cie. Ya en 1961 Dimatex pasó a ser Sociedad Anónima, tal cual la conocemos hoy. En esos años -recuerda- había cerca de 2.000 pequeños establecimientos textiles en la Argentina. Y cerca de 400 ingenieros textiles. Era una época de esplendor”.

Unos jóvenes Benito Ferradás y Miguel Weyrauch en una exposición textil en Mar del Plata, 1974.

“La industria textil argentina, en esos años, fue tomando forma con la inmigración. Principalmente de la comunidad judía. Siempre muy activa. También había en el sector algunos italianos y algunos españoles, aunque pocos.

Los italianos fueron los que iniciaron luego la industria textil en Mar del Plata. También la comunidad armenia comenzaba a dejar su huella. Más tarde, en los años 70/80 llegó la corriente coreana, a la que se sumaron la boliviana y la china. La inmigración en general jugó un papel muy importante en la industria, hoy ya mayoritariamente en manos de generaciones que nacieron en Argentina. Hoy tenemos empresas textiles de otra dimensión. Menos empresas, pero más grandes”, concluye.

De der. a izq.: Benito Ferradás, Manuel Wolinsky, el ministro de industria de entonces y Walter Katz en la primer
exposición de maquinaria textil en Bs As a comienzos de los 90s.

Por su parte, Diego Ferradás, quien se incorporó a la empresa en 1995 como especialista en Comercialización y Marketing, se suma a la charla y agrega: “Hoy hay 10 o 15 empresas muy grandes que son las que absorbieron gran parte del mercado y luego hay otras más pequeñas”.
Fernando Ferradás, Ingeniero Textil, quien se sumó a la empresa en 1989 siendo poco más que un adolescente, “se había fascinado con las máquinas textiles y sabía perfectamente que quería seguir los pasos de su padre”, nos
dice. “Comencé en Dimatex vendiendo agujas. Esto me permitió visitar clientes, e ir conociendo a todos los que tenían algo que ver con el tejido de punto. Recién hacia 1991, en coincidencia con mi primera ITMA, en Hannover, me hice cargo de la venta de las máquinas de tejer”.

Fernando Ferradás en la fábrica de Mayer & Cie, Alemania, 1994.

DIMATEX: UNA EMPRESA CON PRESENCIA EN TODO EL PAÍS.

“Podemos decir que estamos celebrando 65 años muy exitosos”, coinciden los tres. “Con los altos y bajos que ha tenido y tiene el país. Pero siempre manteniendo una excelente relación con nuestros representados, nuestros clientes y nuestro personal. Hemos conformado un gran equipo de trabajo”.

La empresa además es representante y distribuidor oficial de las siguientes firmas: Groz Beckert en platinas y agujas de tejer, afieltrar, de tufting y de costura, Mayer & Cie en máquinas circulares, Stoll en rectilíneas,
Memminger en periféricos para máquinas de tejer, Thies en máquinas de teñir, Oerlikon Barmag en hilatura y texturizado de hilados sintéticos, Merrow en máquinas de costuras especiales, ZSK en máquinas de bordado y Setex en automatización de plantas de acabado. Todas empresas líderes en sus rubros.

“Seguimos apostando por el país. Queremos respetar el nombre de Dimatex y seguir siendo una empresa confiable. Somos el representante distribuidor más antiguo del mundo de Groz-Beckert. Podemos afirmar que la confianza que genera Dimatex en toda la industria textil está basada en nuestra trayectoria y responsabilidad”, concluyen los directivos.

De izq a der: Fernando, Benito y Diego Ferradás, hoy.

EL DESAFIO DE SER PARTE DE UNA INDUSTRIA COMPETITIVA

“Nuestra preocupación es entender qué necesita el cliente y cómo podemos ayudarlo”, cuenta Fernando quien actualmente dirige el sector de máquinas. “La incorporación de mi hermano a la empresa fue muy importante.
Diego y yo mantenemos una relación cercana, constructiva y respetuosa en nuestro trabajo diario. Nos complementamos muy bien. Eso tiene un efecto positivo en el negocio, la cooperación con las empresas que representamos, el servicio al cliente y la dirección en general. Nuestro personal está muy capacitado y comprometido con la empresa”.

SERVICIO TÉCNICO PERMANENTE

“Nosotros visitamos mucho las fábricas, incluso con técnicos, capacitando a la gente ya que consideramos que es sumamente importante que los operarios conozcan los adelantos de la industria y cómo optimizarlos.

Tenemos además un convenio con algunas Universidades, la Nacional de Mar del Plata, por ejemplo, junto con la Cámara Textil de esa localidad, para apoyar la formación y la capacitación de programadores textiles. También en Buenos Aires tenemos convenios similares. Estamos convencidos de que la capacitación es la base del crecimiento”.

LA INDUSTRIA ARGENTINA HOY: PANORAMA COMPLICADO
“A nuestro entender, las empresas textiles argentinas son eficientes y competitivas. El sector en general está teniendo una buena performance en estos últimos años, pero el panorama se fue complicando merced a las
restricciones que fueron surgiendo dada la situación del acceso a las divisas. Esto lamentablemente está afectando esta competitividad: una máquina de 50.000 ó 100.000 euros queda sin funcionar si le falta una aguja de 1 euro, y hoy es muy complicado importar esa aguja. No obstante, somos optimistas y entendemos que se trata de una coyuntura macroeconómica que se resolverá, como tantas otras. Tenemos fe en que retomaremos la senda pujante por la que veníamos, porque la industria textil es básica dentro del entramado productivo del país.”

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