Fuente: Norte – El algodón, como parte de una economía regional que mueve muchas fuentes de trabajo, espera el reacomodamiento de la economía argentina tras el interminable año electoral, estimando el sector que «se vienen meses de recesión donde la cadena textil será el primer eslabón que sentirá el impacto».
«El algodón, como toda la producción argentina, está inmerso en un contexto de baile político en el que nadie sabe para qué lado disparar». Las reformas estructurales anunciadas por el electo presidente Javier Milei, «indudablemente requieren el consenso de toda la estructura política». «Es una duda de todas las grandes calificadoras de riesgo del mundo que esperan ver de qué forma se logra el consenso», señala el presidente de la Asociación Argentina de Desmotadores, Luis Alal.
«El tipo de cambio es uno de los ítems que preocupa y del que se esperan definiciones claras, porque en las variantes de la moneda norteamericana que existen en el país con el dólar oficial de la fibra de algodón en la República Argentina la tonelada cotizó 2770 dólares en la última reunión de la Cámara Algodonera Argentina».
«A una persona de otro país le decís que acá el algodón vale 2770 dólares y te dice que estamos locos porque en el mercado de Nueva York cotiza a 79 centavos la libra, lo que te da una posibilidad de precio de exportación de 76 centavos la libra, implicando una cotización por tonelada de entre mil quinientos y mil setecientos dólares», ejemplificó «Pinky» Alal.
«Lo primero que hay que corregir son los valores relativos, lo que va a provocar una profunda recesión en el primer semestre del año que viene porque hay sectores que van a sentir el impacto del cambio del tipo de dólar oficial», refiere el empresario del algodón. «La economía hoy está girando en torno a un dólar de 650 pesos, pero muchos sectores todavía están abrazados a un dólar de 360 pesos, entonces la corrección de esos valores relativos va a implicar una caída de los salarios y la retracción del consumo en los mercados», amplió en su explicación Luis Alal.
Recesión textil
El empresario del desmote, anticipando una posible recesión en el próximo año, entiende que «la situación será un posible problema para la cadena textil». El eslabón de la indumentaria «es uno de los primeros que sienten una recesión». «La familia si tiene un problema de falta de ingresos, lo primero que hace es prescindir de gastos que los podés dejar para después, como es la indumentaria porque para cambiar de camisa o comprar una remera nueva, podés esperar», remarca Alal.
«La cadena textil argentina va a tener un segundo semestre, en caso de que se corrijan abruptamente las variables económicas, …bastante comprometidas», señala contundente. En este contexto vale remarcar que la cadena textil «mueve a 500.000 o 600.000 personas». «Tomando un grupo familiar de 4 o 5 personas en Argentina, estamos hablando que el sector mueve el 2 % o el 3 % de la economía real argentina», advierte.
Apoyarse en el mercado interno
En el planteo para nada optimista de los próximos meses, el empresario algodonero considera que «se tendrá que hacer fuerza desde todos los sectores para que no se caiga el mercado interno, que es el sostenedor principal de la continuidad de la actividad textil».
«La exportación es muy buena, seguro que es excelente, pero son mercados muy volátiles, mientras que la necesidad de trabajo de la gente que está dentro del sector textil es permanente, no es transitoria», menciona Luis Alal.
Equipamiento obsoleto
«El otro punto que genera un gran interrogante es cuando hablan de una apertura de la economía, que es una acción que se debe dar, pero para poder hacerla primero tenés que adaptar las empresas nacionales que hace cuatro, cinco, seis, siete años no podemos ni siquiera comprar repuestos para poder hacer funcionar bien nuestras industrias», plantea el desmotador. «En las condiciones que están trabajando, no es posible salir a competir al mundo con maquinaria que en promedio tienen 15 años como mínimo de antigüedad». La competencia de Argentina es imposible «con países como China, India, Bangladesh o Vietnam que cuentan con la más alta tecnología». «También tenemos que adaptar leyes laborales para que nos permitan competir de igual a igual con esos países», agrega Pinky Alal
«Las condiciones deben darse y entonces nuestra industria no tendrá nada que temerles a los chinos ni a los indios, pero después de tener una economía cerrada hoy estamos obsoletos», reitera el presidente de la Asociación de Desmotadores Argentinos.
Tierra del Fuego: ilógica promoción textil
En el cierre del eterno año de comicios, el otro ítem que deja un sabor amargo para el sector textil es la promoción otorgada a Tierra del Fuego, una acción del gobierno saliente que es considerada ilógica.
«La promoción industrial en Tierra del Fuego, que incluyó al sector textil, es una tremenda barbaridad que equivale a querer hacer un criadero de pingüinos en El Impenetrable con 42 grados de temperatura», cuestiona sin vueltas Luis Alal, presidente de la Asociación de Desmotadores Argentinos. El empresario considera que en esa parte del país «está bien la promoción industrial para las cadenas armadoras de televisores o teléfonos, pero no así para fabricar hilo o camisas».
En este contexto de incomprensible beneficio de promoción industrial textil a la provincia del extremo sur de Argentina, el referente de los desmotadores nacionales advierte que «hasta aquí lo de las economías regionales ha sido todo verso». «Las economías regionales están totalmente desprotegidas y no solamente es un problema del algodón, porque pasa lo mismo con la uva, los limones, la yerba», menciona. «Las economías regionales estamos bailando al compás de lo que se le ocurre a un político y no al compás de lo que debería ser el desarrollo de economías creadoras de las grandes captadoras de mano de obra como lo son las pymes», remarca Luis Alal.
«En Argentina somos 46 millones de personas y con el centralismo no resolvemos el problema, por eso tenemos que diversificar la producción hacia los distintos puntos de la Argentina que necesitan sí o sí desarrollarse, ya que de lo contrario vamos a seguir llenando de villas miseria, con gente que dispara a las grandes ciudades porque en el interior no hay trabajo», analiza.
Buena perspectiva 2023-2024
La cosecha de algodón, retrasada y finalizada hace pocas semanas, no fue «lo catastrófica» que en el inicio de la campaña se preveía por el impacto de la sequía. En el final del año algodonero se concluyó que la zafra «fue buena por las siembras tardías que no tuvieron efectos de heladas». «No en todas partes, pero en gran parte del área algodonera fue buena la cosecha», analizó Luis Alal.
El antecedente que entregó la siembra más allá de las fechas recomendadas por el Senasa, según lo entiende el sector, «crea un clima muy positivo para la perspectiva del cultivo en el período 2023-2024». El empresariado del desmote entiende que «será una siembra con muy buena área que hasta hoy vino impulsada por el comportamiento positivo del mercado».
«Se está sembrando bien, tenemos buenas semillas y las perspectivas son buenas ya sea a través de una recomposición del mercado interno y creo que a través de la exportación y el consumo interno vamos a tener un excelente año», dice optimista Luis Alal.