13 May, 2024

Se esperan muchos más productos argentinos en los supermercados y cadenas de ropa y calzado por las restricciones para importar

Fuente: Infobae ~ La administración del comercio, el dólar alto y la falta de caja de las empresas generó el combo perfecto para que, lentamente, vayan cambiando las estrategias comerciales de las marcas, los comercios y las cadenas minoristas de cara a los próximos meses.

Si bien todavía es una tendencia incipiente, ya que el gobierno de Alberto Fernández asumió hace menos de dos meses, diferentes sectores productivos que se vieron perjudicados por la apertura de las importaciones en los últimos cuatro años comenzaron a recibir consultas y hasta pedidos concretos de fabricación nacional, según pudo corroborar Infobae de varias fuentes sectoriales.

En lo que respecta a la administración del comercio, que se lleva adelante desde la secretaría que dirige Ariel Schale dentro de Desarrollo Productivo, el objetivo no es cerrar las importaciones, pero sí cumplir con los controles que establecen las licencias no automáticas –que permiten analizar el pedido durante 60 días– y regular las compras al exterior en función de la disponibilidad de divisas y de la posibilidad de sustituir esa importación por un producto nacional.

En el caso del sector del calzado, fuentes de la industria aseguraron que desde el Gobierno ya les avisaron que sólo se permitirá importar entre 20 y 22 millones de pares en el año, frente a los 36 millones de los últimos dos años, por lo que generó en el sector crecientes expectativas sobre el aumento de la demanda que podrían tener. Incluso, dijeron las fuentes, la fábrica Grimoldi ya está contactando y cerrando acuerdos con fábricas locales para ampliar su producción localmente, ya que en los últimos períodos había abandonado la fabricación. Otras empresas también tuvieron pedidos de cotización por parte de los supermercados, aunque aún están en período de muestras y de consensuar precios.

“Desde hace varios meses que empezó a haber una inquietud en el sector de retomar parte de la producción nacional que se había abandonado. El cambio político que ya se veía en agosto sumado a la suba del dólar y una perspectiva inestable respecto del tipo de cambio oficial que había entre agosto y septiembre, ya dieron las primeras señales”, afirmó a este medio el titular de la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI), Claudio Drescher, al agregar que “se está tratando de revitalizar el tejido productivo que se desarmó”, que “ya hay decisiones tomadas y empieza a haber búsquedas de lugares para producir para el último tramo del invierno y el verano próximo”.

También jugó en este cambio de estrategia la cuestión financiera, que complica la posibilidad de importar a las compañías, ya que tienen que dar un adelanto del 30% y antes del embarque, otro porcentaje similar. “Hay un cambio de política económica que los empresarios visualizan con velocidad y se adecuan a estas nuevas realidades que se avecinan. Se nota un mayor optimismo, más allá de que sabemos que el consumo va a subir lentamente”, remarcó Drescher.

Desde hace varios meses que empezó a haber una inquietud en el sector de retomar parte de la producción nacional que se había abandonado. El cambio político que ya se veía en agosto sumado a la suba del dólar y una perspectiva inestable respecto del tipo de cambio oficial que había entre agosto y septiembre, ya dieron las primeras señales (Drescher)

Por su parte, el presidente de la Cámara del Sweater, Pedro Bergaglio, aseguró que el sector arrancó el año con muchas expectativas y que “hay muchas consultas y, por ahora, tibias compras». “Ante la vista de que volvió la administración de comercio, la gente está previendo que si mejorara un poco el consumo puede llegar a necesitar mercadería. Pero las marcas ya tienen comprada afuera la mercadería de invierno y nuestro sector no es fuerte en verano», señaló el industrial.

Fuentes de varios supermercados aseguraron que se está comenzando a revisar la estrategia comercial y que seguramente se profundizará la integración nacional en los sectores más sensibles, como pueden ser textil, calzado o electrodomésticos. “En algunas categorías estamos comenzando con rondas de negocios para conocer nuevos proveedores, pero el trabajo con las pymes es algo que venimos desarrollando en los últimos años. Hay áreas más sensibles, como el textil, donde vamos a profundizar la integración”, dijeron fuentes de una importante cadena, que afirmaron que “la restricción más fuerte hoy de las importaciones es del tipo de cambio”, además de las licencias.

Ante la vista de que volvió la administración de comercio, la gente está previendo que si mejorara un poco el consumo puede llegar a necesitar mercadería. Pero las marcas ya tienen comprada afuera la mercadería de invierno y nuestro sector no es fuerte en verano (Bergaglio)

Según dijeron en Walmart, la cadena viene trabajando de forma “sostenida y consistente en los últimos años, por incrementar las oferta nacional de productos en las sucursales, con la excepción de categorías que no tengan desarrollo local o su abastecimiento sea limitado”, y hoy está “trabajando con las principales cámaras industriales con miras a desarrollar productos textiles, de electro y juguetería, así como visitar nuevos proveedores y plantas, con el objetivo de ofrecer una línea de productos exclusivos e –incluso- de marca propia de fabricación nacional.

«Estamos trabajando para aumentar hasta alcanzar hasta un 80% (dependiendo de la categoría) de participación de los productos de fabricación nacional”, aseguraron las fuentes.

Los productores de anteojos también están percibiendo una mayor actividad. En los últimos 15 a 20 días, mayoristas que estaban comprando productos en el exterior comenzaron a llamar y a circular por las fábricas locales en busca de mercadería.

Según aseguró el dueño de LGI y de la marca Union Pacific, Norberto Fermani, las expectativas cambiaron con el triunfo electoral de Alberto Fernández y comenzó a percibirse que las marcas y los distribuidores mayoristas reaparecieron. “Nosotros estamos trabajando al 50% de nuestra capacidad. No tenemos historia de una caída así, salvo en el segundo semestre de 2001. Tuvimos que reducir personal. La fábrica es un cementerio”, aseguró el también presidente de la Cámara Argentina de la Industria Optica (Cadioa).

“Todavía es muy suave el movimiento. Falta dinero en el mercado, pero hay buena esperanza, estamos empezando a sentir que se empiezan a recomponer los stocks y, por ende, a subir la demanda”, sostuvo el dueño de TN & Platex, Teddy Karagozian. A su vez, desde la Fundación Pro Tejer, el secretario Luciano Galfione, aseguró que “muchos de los que suelen importar bastante empezaron a tener reuniones con sus viejos proveedores previendo la temporada de verano”.

En la industria del juguete, la temporada fuerte es Navidad y Reyes, que ya pasó, y el Día del Niño, en agosto, para lo que todavía faltan varios meses. Por lo que por ahora lo único que tienen son expectativas de que este año crezcan fuerte las ventas. Las cadenas, según dijeron fuentes de la cámara, todavía tienen mucho stock de producto importado, lo que hará que se demoren los nuevos pedidos.

La venta callejera creció en el último trimestre de 2019 y La Plata es una de las ciudades con más actividad

Fuente: Infocielo ~ Un informe de la Cámara Argentina de Comercio (CAC) dio a conocer que la venta callejera subió 1,7% en todo el país en el último trimestre de 2019, respecto del mismo período del año anterior.

De este modo, en el cuarto trimestre de 2019, la venta callejera a nivel nacional subió 13,4% en relación al tercer trimestre de 2019, indicó el relevamiento realizado en Buenos Aires, Rosario, Salta, Neuquén, Posadas, Paraná, Santa Fe, San Miguel de Tucumán, La Plata y Córdoba.

De acuerdo con el análisis por rubros, indumentaria y calzado fue uno de los más comercializados y ocupó la primera posición en Rosario, Salta, Neuquén, Paraná, La Plata y Córdoba.

Alimentos y bebidas, tuvo la primera posición en Buenos Aires, Posadas, Tucumán y Santa Fe, señaló la CAC.

Aun con la devaluación del peso la ropa sigue siendo más cara en la Argentina que en otros países de la región

Fuente: Infobae ~ Los argentinos pagan mucho por la ropa en comparación con el valor al que la encuentran en países a los que habitualmente viajan. En base a una serie de precios de bienes y servicios de más de 200 países, un análisis privado concluyó que el dólar comercial a $60 abarató a prácticamente todos los sectores económicos locales hasta llevar a los precios locales por debajo de los de la región. La excepción es la indumentaria, que ni siquiera con la fuerte devaluación de los últimos dos años, puede competir contra los precios de cuatro países a los que suelen visitar los turistas argentinos.

Un informe de Fernando Marull & Asociados analizó datos de la plataforma Numbeo en distintos rubros como alimentos, restaurantes, indumentaria y ocio. En base a ellos, calculó la misma canasta de consumo para Argentina, Chile, Brasil, EEUU y España. El ejercicio, iniciado en 2017, buscaba explicar el por qué de los viajes de argentinos a Chile y otros destinos del mundo destinados más que nada a la compra de bienes de consumo.

La crisis de balanza de pagos que se disparó en 2018 cambió todo eso, la Argentina pasó de estar más cara que los otros cuatro destinos en 2017 a abaratarse sustancialmente en dólares dada la caída en el valor del peso argentino. Pero el sector de indumentaria se destacó dentro de la canasta de bienes como el que, ni siquiera con una fuerte devaluación, logra abaratarse lo suficiente.

“Argentina se ha vuelto bastante más barata que otros países de la región. Hasta 2017, el costo en dólares corrientes de las canastas de alimentos, restaurantes e indumentaria superaba holgadamente al de la misma canasta en Brasil y Chile. Tras los sendos episodios de depreciación del peso en 2018 y 2019, Argentina se ha transformado en el país más barato en dólares del grupo en tres de las cuatro canastas monitoreadas; sólo en Indumentaria continúa siendo más caro que sus socios regionales”, escribió Marull en su análisis.

Para la comparación se utilizó el dólar mayorista, cercano a los $60 por unidad, porque es el que de hecho se paga por actividades comerciales o al que, en principio, tienen que hacer sus compras turistas del exterior (siempre y cuando no vayan al mercado informal).

En Argentina, un par de zapatillas Nike cuestan en promedio USD 73, 40% menos que los USD 120 de 2015 y en niveles similares a Brasil. Aún por arriba de los USD 55 de Chile. Otro ejemplo, un jean cuesta USD 55 en Argentina, la mitad que hace unos años y aun así arriba de Chile y Brasil”, detalló el informe.

Sólo España, después del fuerte sacudón que sufrió el tipo de cambio argentino en 2018 y 2019, terminó con una canasta de indumentaria más cara que la de la Argentina.

Con todo, la existencia del Impuesto PAIS que grava con un 30% de recargo a los consumos en moneda extranjera hace que los argentinos no puedan ya aprovechar precios más baratos, por ejemplo, del otro lado de la cordillera.

Con un dólar $60 Argentina quedó competitiva, salvo la indumentaria. Pero, al menos en los sectores monitoreados, tampoco es que le sobra mucho colchón cambiario. Además, hay que descontar retenciones (promedio 13%). En cambio, cuando las canastas las calculamos con un dólar de $80, si quedan bien competitivas, sugiriendo que ese sería un buen nivel de dólar que impulsaría las exportaciones (hoy sólo lo recibe el Turismo, porque los turistas cambian al paralelo). Igualmente, es poco probable que en el corto plazo Argentina vaya a un dólar oficial cercano a $80 (similar al dólar paralelo), dado que acaba de lanzar un plan de estabilización. Así, es esperable que en los próximos meses estas canastas vuelvan a apreciarse nuevamente”, concluyó Marull.

Las particularidades de los precios de indumentaria en la Argentina son una constante a lo largo de los años. Según analistas, se explican por varios factores. Pero para empezar, señalan, no habría que confundir industria textil con comercializadoras. Entre las distintas partes de la cadena de indumentaria se explican los costos mayores que se paga en los comercios argentinos. La protección a la industria en las aduanas explica parte, pero no todo el problema.

Hay una cuestión de política comercial, sí, pero hay otros dos factores. Primero la presión impositiva, la competencia con el resto del mundo es muy difícil porque tenemos más impuestos que en otros países. El otro es el costo de financiamiento en el doble sentido. Por un lado, precios en shoppings y tarjetas son muy altos por los costos financieros, lo que reduce la competitividad de las industrias locales. Y por el otro lado, la tasa de interés es muy alta por eso desde el inicio un emprendimiento tiene un costo de financiamiento mayor que hace más cara la puesta en marcha”, dijo Matías Rajnerman de Ecolatina.

Para empezar, la Argentina desarrolló una industria textil. Genera empleo en sectores de muy bajos recursos, no muy calificados y en general de sexo femenino, por lo que si se los expulsa no suelen encontrar trabajo tan fácil. Partiendo de eso nuestro país tiene una política proteccionista que genera un mayor precio de la ropa porque elimina cierta competencia y genera un nivel de precios más alto», agregó Rajnerman.

Advierten que no llega todavía a la industria la baja de tasas del BCRA

Fuente: Ambito ~ Empresarios del sector industrial coincidieron en que a pesar de la reducción de las tasas de interés que impulsa el Banco Central se requerirá de una intervención más directa del Gobierno para que pueda servir a la reactivación.

Según un informe del Instituto de Investigaciones Económicas para las Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL), el costo financiero de las industrias pasó de niveles de entre 48% y 55% del resultado operativo, entre 2014 y 2017, a casi el 190% a fines del año pasado, mientras que la morosidad del sector se duplicó .

Al respecto, Teddy Karagozian, CEO de la textil TN Platex no duda en señala que “las tasas nos destruyeron en los últimos 4 años”. El industrial sostuvo que el incremento de los intereses que cobran los bancos “generó tres efectos negativos”.

“Primero, provocaron una caída de la demanda y al vender menos nos generó un incremento de los costos fijos. A su vez hizo que baje el dólar, lo que favorece a los importados y además está el propio costo financiero”, señaló el empresario, quien consideró que “el Gobierno está tratando de poner en marcha un combo de políticas que va a tener el efecto contrario”. También opinó que las políticas que pueda encarar el Gobierno en ese sentido no deberían atender la diferencia entre pymes y grandes empresas, sino entre nacionales y extranjeras.

José Urtubey, dirigente del Comité Ejecutivo de la Unión Industrial Argentina (UIA) opinó que “más allá de la baja paulatina de la tasa de referencia del Banco Central, que es un esfuerzo muy interesante, eso debe estar acompañado de lineas de créditos productivas”. Recordó que el martes pasado el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, anticipó a los empresarios de la UIA en una visita que hizo a la entidad que “están trabajando en esa línea”. El empresario oriundo de Salta, afirmó que “se necesita financiamiento sobre todo para capital de trabajo”. Por su parte, la empresaria autopartista, Carolina Castro, también dirigente de la UIA señaló que “para el mundo industrial y el pyme en particular el sendero a la baja de las tasas es importantísimo”.

En tal sentido, dijo que “desde la UIA vemos positiva la baja que se viene registrando, pero es cierto que aún falta camino por recorrer”. Castro dijo que “los datos de diciembre muestran que el crédito al sector privado cayó un 25% y eso parece indicar que la baja de tasa todavía no alcanza”. Además agregó que preocupa el empleo se viene cayendo en el segmento pyme.

En su último reporte, el IERAL asegura que la reducción de tasas observadas en las últimas semanas provee un paliativo, pero “no resulta suficiente dados los problemas acumulados”. En tal sentido propone generar líneas de crédito específicas y que “en esta coyuntura debería preverse también que el destino sea refinanciar deudas financieras de pymes, alargando plazos y aliviando la carga en el corto plazo”.

Crece un 30% la venta de indumentaria en outlets

Fuente: Cronista ~ Aunque las ventas de indumentaria se contraen mes a mes, el negocio de los outlets crece en la Argentina. En 2019, las ventas de estos espacios comerciales aumentó alrededor de un 30% interanual a causa de la recesión económica, según fuentes del sector.

A los circuitos tradicionales –como el famoso de Villa Crespo, con epicentro en Aguirre y Gurruchaga, y Córdoba y Scalabrini Ortiz–, se suman nuevos en otras zonas de la Ciudad de Buenos Aires y el interior del país.

El año pasado, abrió sus puertas Luján Walkun centro comercial en la localidad homónima, que incluye una propuesta de outlets de distintas marcas. Allí funciona The Luxury Outlet de forma permanente, mientras que en Palermo este mismo espacio itinerante lleva realizadas más de 25 ediciones desde 2009 (tres anuales), con rebajas y una amplia variedad de productos de moda, deporte y accesorios para adultos y chicos.

«El año pasado, en nuestros eventos de Palermo, registramos un incremento de las ventas de entre un 15% y un 20% versus 2018, mientras que en Luján la suba fue del 20%. En comparación a los canales tradicionales (shoppings y comercios a la calle), los outlets ganan cada vez más terreno«, comenta Sergio Blanco, presidente de Luxury Outlet, y destaca que la tendencia es global, aunque se afianza en el país por la crisis.

«Los precios de inicio de temporada ya resultan casi inaccesibles para el público, que acude cada vez más a estos centros. Notamos un mayor interés por parte de los clientes, que esperan ansiosos las ediciones que hacemos. Buscan precios, pero quieren mantener el estándar de marca que consumen», reconoce.

De igual modo, Blanco cuenta que, por contrato, les exigen a las marcas con las que trabajan que vendan sus artículos con un descuento mínimo del 30%. «Tras el cambio de Gobierno, se nota en el mercado un refresh de optimismo generalizado. Pero todavía no se visualiza un cambio. Estimo que vamos a tener un 2020 parecido a 2019″, anticipa.

Estación Central es otro de los espacios que se incorporó recientemente a la ofertaSe trata de un multimarca premium, que reúne más de 60.000 artículos. Con dos sucursales, una en la estación Libertador del Tren de la Costa, en Olivos, y otra en San Telmo, logró crecer un 30% en ventas en 2019.

«Ofrecemos la posibilidad de poder pagar hasta en tres y seis cuotas sin interés todos los días y financiar en 12 cuotas las compras de jueves a domingo«, señalan desde Estación Central, y agregan que hay ofertas de hasta un 90%. «Por ejemplo, un vestido que en otra tienda lo pagás $ 15.000, acá lo conseguís por $ 1500», añaden.

Asimismo, frente a la caída generalizada del consumo, las primeras marcas apuestan a sostener las ventas a través de la reconversión de sus sucursales, que incorporan esta modalidad, o la apertura de más locales de este tipo, donde venden productos discontinuos (de temporadas anteriores) o de segunda selección (con pequeñas fallas) hasta un 60% más baratos que en el resto de los puntos de venta.

Dos ejemplos de empresas reconocidas en el mercado local ilustran esta situación. En su local de Cabildo y Sucre, en el barrio porteño de Belgrano, Ayres, la firma de indumentaria femenina, dejó de ofrecer sus colecciones actuales para enfocarse exclusivamente en la comercialización de prendas de temporadas pasadas y de segunda selección. La compañía se había presentado en concurso de acreedores en marzo del año pasado. Por su parte, Selú, la marca de lencería y trajes de baño, inauguró un outlet en el shopping Abasto. 

En su último «semáforo» sobre la actividad en el país, la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI) alertó que los precios de la ropa subieron, en promedio, un 45% de 2018 a 2019. “La disminución del poder adquisitivo de la sociedad argentina explica la fuerte retracción de las ventas minoristas de indumentaria», destacó la entidad.

Según el Indec, pese a que los precios no aumentaron al ritmo de la inflación, en shoppings y supermercados, la caída de las ventas se ubicó en torno al 15% interanual. 

Esta contracción repercutió en la producción nacional: la CIAI advirtió que la baja demanda de ropa tuvo un correlato en la fabricación local, que se contrajo casi un 13% de un año a otro, acumulando 15 meses consecutivos de caída.

El consumo se despierta y esperan un repunte en 2020

Fuente: Infobae ~ En los últimos 4 años, durante todo lo que fue la presidencia de Mauricio Macri, el consumo vivió una etapa de caída libre. Tomando los últimos datos de CAME sobre ventas minoristas, la actividad en ese período concluyó con 45 meses en rojo, contra solo tres positivos. Según la consultora Ecolatina, en el acumulado la retracción fue de un 20% entre el último mes de 2015 y el de 2019. En este 2020 que acaba de comenzar, y de la mano de varias medidas del nuevo gobierno de Alberto Fernández, tendiente a darle un nuevo impulso al consumo interno, los distintos sectores de la actividad comienzan a ver una luz de esperanza al final de túnel.

En el primer mes de gestión, el nuevo Gobierno procuró tomar medidas que pongan dinero en el bolsillo de los trabajadores, especialmente en los sectores más relegados, junto con otras acciones tendientes a moderar la inflación, como el freno a la suba de tarifas o el programa Precios Cuidados. Desde esta lógica, la recuperación del consumo llegará de la mano de una recomposición del poder adquisitivo de las personas, cuya caída derivó en el derrumbe de las ventas en los últimos años. Para poner en perspectiva: según Ecolatina el salario de trabajadores registrados cayó en promedio 8%, y el del sector informal un 13%, durante 2019. Acumulando en los 4 años de la era Macri una caída de un 20%. Solo en 2017 le ganó a la inflación, la cual fue de cerca de 300% entre diciembre de 2015 y diciembre de 2019.

Consumo masivo

Entre las medidas que el Gobierno tomó para reactivar el consumo están la suma fija -en dos partes- de $4.000 para los trabajadores del sector privado y público, el bono de $5.000 para jubilados y de $2.000 por cada hijo a los beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo (AUH). Asimismo, se congeló por 6 meses el aumento de las tarifas de los servicios públicos y del transporte. A esto se suma que con la aplicación del recargo de 30% a la compra de dólares se espera que gran parte de los que antes adquirían divisas para atesorar lo vuelquen al consumo, incluso parte de lo que tenían ahorrado, mientras que como también rige para los viajes al exterior esto le dé un empujón al turismo local. Además se renovó el programa Precios Cuidados, en un intento de frenar el impacto inflacionario sobre los alimentos, y se implementó la Tarjeta Alimentaria para los sectores de más bajos recursos que solo puede ser utilizada para productos de primera necesidad.

“Confiamos que las medidas que está tomando el Gobierno supongan un repunte del consumo”, afirmó Juan Vasco Martínez, titular de la Asociación de Supermercados Unidos (ASU), en diálogo con Biz. Y agregó: “No esperamos nada espectacular porque la situación macroeconómica no hace pensar en un vuelco total, pero al menos frenar la caída y quizás hasta un leve repunte”.

El representante del sector supermercadista remarcó que la actividad “viene de casi dos años muy duros”, destacó además la ampliación de Precios Cuidados, y cuestionó, “por lo improvisado” y no por la medida en sí, la baja de IVA que se aplicó a los alimentos durante la gestión anterior. “La baja del IVA no fue una medida demasiado feliz. Como efecto colateral trajo la generación de un saldo técnico de IVA muy importante, que con el costo del dinero en ese momento supuso tener inmovilizado un montón de plata en AFIP hasta que se pudo compensar con otras obligaciones fiscales. Fue un paliativo del momento, pero las consecuencias fueron bastante dañosas”, sostuvo Vasco Martínez. Asimismo, aseguró que en el sector “siempre creímos que los alimentos deberían tener un IVA más bajo, como ocurre en la mayoría de los países, y que debería tener una segmentación por ingresos”.

Damián Di Pace, titular de la consultora Focus Market, coincidió en que “el Gobierno está insertando una masa de dinero importante, y esto lo que va a generar es una desaceleración de la caída, pero no se espera un repunte inmediato”. Y lo explicó en base a cambios en los hábitos de consumo que se dieron en los últimos meses: “Los consumidores tuvieron un cambio de hábito en el último cuatrimestre del año a partir de la quita de IVA. Creció la venta en mayoristas; de hecho recuperaron y fueron positivas en ese canal, mientras que en los de cercanía se desaceleró. Básicamente porque los consumidores aprovecharon para stockearse”. Y sostuvo que para el primer trimestre se espera que se vuelva a la reposición y que las compras pasen por otros canales, como frescos, minorista tradicional, y el aprovechamiento de las promociones en los supermercados.

Además, Di Pace consideró que “seguramente el consumo masivo va a ser el sector que va a mostrar una reacción positiva más rápida, mientras que en bienes durables va a costar más, va a depender mucho de lo que ocurra con las tasas y el financiamiento”.

Por su parte, el consultor pyme Vicente Lourenzo también estima que “no va a explotar, pero va a haber un incremento con respecto al período anterior, en la que hubo una caída estrepitosa del consumo”. Pronosticó que tras más de 30 meses de retracción, las ventas podría mostrar una recuperación de dos dígitos, de entre 10 y 15%. Pero claro, se debe principalmente a que la base de comparación de la que se parte es muy baja. “Creo que va a haber un recupero de la actividad, pero no porque la gente vaya a tener mayores ingresos sino porque hubo un pequeño atesoramiento que va a volver al consumo. Veo más un freno de la caída y hasta un leve repunte”, insistió.

Lourenzo sostuvo que durante el último semestre del año pasado se generó un atesoramiento de dólares “por miedo a que el sueldo se desvalorice”; es decir “no era un verdadero ahorro sino una especulación de poder estirar un poco más los ingresos”. Y es por eso que estimó que mucho de ese dinero “en el colchón”, fundamentalmente en la clase media, se va a volcar a consumo retrasado. En ese escenario se verían beneficiados los bienes durables, como electrodomésticos, muebles, e indumentaria.

Otros sectores

También el turismo, que tiene además el agregado de que ahora rige el impuesto de 30% para las operaciones en las que interviene el mercado de cambios, se vería beneficiado por la nueva política económica. De hecho, en los primeros días del año, ya se vio el impacto positivo de esa medida para el turismo local, con los grandes centros del país atiborrados de veraneantes.

Otro sector expectante es la actividad inmobiliaria, especialmente luego de que se anunció que aquellos que pidan un crédito para su primera vivienda podrán adquirir hasta u$s100.000 sin pagar el impuesto del dólar solidario. “Estas medidas son un viento de aire fresco. El anuncio para nosotros tiene dos lecturas. Por un lado porque hay mucho interés por la industria inmobiliaria por la cantidad de puestos de trabajo que genera. Y por otro lado es que toma un tema tan sensible como es la vivienda y el acceso al hogar, a mediados de enero, que es una época vacacional y a 30 días de haber comenzado un nuevo Gobierno. Eso para nosotros es muy importante”, afirmó Alejandro Bennazar, presidente de la Cámara Inmobiliaria Argentina.

El directivo espera que haya un repunte de la actividad a partir del segundo trimestre. Y no es un dato menor para una industria que acumula casi una veintena de meses con caídas y que cerró 2019 como el peor año del que se tenga registro en cantidad de escrituras. “Creemos que a partir de abril o mayo, con una gran baja de las tasas, conteniendo inflación, y conteniendo algunos parámetros, podemos recuperarnos, por más que la inflación sea importante, porque el mercado se maneja por expectativas. Si la expectativa es que de acá a un año o dos vamos a estar en una condición favorable, con un dólar estable y bajando la inflación, y aumentando la capacidad de ingresos de las personas, junto con un aumento de las líneas de crédito, y que el Estado tome posición para ser protagonista, cambia la historia y podríamos tener un segundo semestre bastante interesante”, aseguró.

Uno de los grandes temas para el sector inmobiliario fue el encarecimiento de las cuotas de los créditos UVA, que al ajustarse por inflación se incrementaron mucho más de lo que se esperaba. Bennazar opinó que a las opciones de préstamos que hoy existen debería sumarse otra cuyo coeficiente de actualización sea el salario. Además, aseguró que el mercado de nuevo y pozo “ya tiene buenas perspectivas, porque la gente está dispuesta a ahorrar en pesos porque cuando sale, sale en dólares”. “Si el perfil de la economía va para ahí, la reactivación, incluso del usado, sería mucho más rápida”, concluyó.

Mientras tanto, el sector automotriz también está expectante. En 2019 las ventas registraron un derrumbe que no se veía desde la crisis de 2002. Los precios de los vehículos aumentaron de tal forma que hoy se necesitan casi 18 sueldos -tres más que un año antes- para comprar un 0 km. En el Gobierno barajan alternativas para paliar la situación de la industria, como por ejemplo la posibilidad de congelar las cuotas de los planes de ahorro.

En definitiva, el escenario que prevén los analistas es de repunte, pero no aún de celebración. Un informe de la consultora Kantar Worldpanel estima que el 2020 concluirá con una baja de 3,3%. El número podría parecer pesimista, pero el contexto cambia la mirada. Y es que la curva del consumo tocó -9% en el primer cuatrimestre del año pasado y cerró 2019 en -6%. La perspectiva es que con el correr de los meses ese porcentaje negativo sea cada vez menor. “La recuperación va a ser a lo largo del año, porque estos primeros meses estamos todavía en una etapa de renovar la confianza. Todavía la gente está viendo qué va a pasar”, concuerda Lourenzo.

Kulfas les pidió paciencia a los industriales y les garantizó que habrá créditos para las pymes

Fuente: Ambito ~ Si hay algo que tienen claro los industriales es que el gobierno de Alberto Fernández no les dará la espalda, como sí sienten que hizo su predecesor, Mauricio Macri, durante los últimos cuatro años. Sin embargo, la debilidad macroeconómica que atraviesa la Argentina actualmente, con recesión, inflación, pobreza, desempleo y una deuda que supera los USD 315.000 millones, hace que hoy la prioridad sea salir de la emergencia.

Así se los planteó a los miembros del comité ejecutivo de la UIA el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, quien visitó la entidad este mediodía junto a sus secretarios de Industria, Comercio Exterior y Conocimiento, Ariel Schale; de Comercio Interior, Paula Español; y de la Pequeña y Mediana Empresa (Sepyme), Guillermo Merediz.

Les dijo que la prioridad es recuperar el consumo interno, ayudar socialmente a las personas más desprotegidas, tratar de acomodar la macro y resolver el problema de la deuda. Y que diseñarán un Plan de Desarrollo Productivo en una segunda etapa. “Hoy tienen que poner a disposición un hospital de empresas que están desesperadas, agobiadas impositivamente. Es imposible dar respuesta a temas de mediano y largo plazo”, remarcó un empresario de la central fabril, quien remarcó, citando palabras de Kulfas, que durante 2019 bajaron la persiana unas 11.000 pymes.

Acceder a financiamiento a tasas accesibles fue uno de los planteos de los empresarios. El representante textil, Jorge Sorabilla, remarcó que así como desde el Gobierno se está inyectando dinero a los trabajadores para que consuman más, hay muchas empresas que no pueden incrementar su oferta de productos por falta de capital de trabajo. “Por lo tanto, son políticas que deberían ir de la mano. Además, contribuiría a bajar la inflación”, enfatizó.

Los funcionarios remarcaron que quieren empezar a trabajar en líneas de crédito productivas y que el Banco Central (BCRA) tiene el objetivo de dar señales de ir bajando lo más rápido posible la tasa de interés de referencia. Hoy esa tasa se ubica en 50% y la intención oficial es que se ubique entre 30 y 40% para poder lanzar las líneas.

Fue una muy buena reunión. Vi un equipo consolidado, con mucho conocimiento de la agenda, consciente de que hay que pasar primero la emergencia (José Urtubey).

Al respecto, Merediz adelantó que están trabajando con el Banco Nación para generar algunas líneas de crédito para capital de trabajo con subsidio de tasa. Según dijeron algunos empresarios, desde que el Gobierno liberó los encajes no remunerados para que los bancos puedan prestar a las empresas, algunas entidades salieron a ofrecer financiamiento a tasas en torno al 35%, pero tienen cupo, remarcaron desde la UIA.

“Fue una muy buena reunión. Vi un equipo consolidado, con mucho conocimiento de la agenda, consciente de que hay que pasar primero la emergencia”, enfatizó el vocal de la entidad, José Urtubey, quien agregó que en materia de créditos productivos, Kulfas y equipo dijeron que “paulatinamente la tasa de interés irá bajando y que la idea es tener una línea de financiamiento a la producción”.

Fuentes de la cartera productiva aseguraron que durante el encuentro se acordó trabajar para recuperar la prefinanciacion de exportaciones y remarcaron que el objetivo es poder llegar rápidamente a tasas de interés más bajas que permitan reactivar el crédito para capital de trabajo. Además, dijeron, se comentó que comienzan a aparecer proyectos de inversión que requieren de financiamiento y se comentaron las líneas de acción que está llevando a cabo el ministerio para rehabilitar las líneas de inversión productiva.

Por último, las fuentes remarcaron que la intención es “reconstituir rápidamente un esquema de financiamiento PyME y desarrollar una línea de financiamiento productivo que tenga un fuerte componente PyME”.

Control a las importaciones

Schale fue el encargado de referirse a la administración del comercio. El secretario de Industria remarcó que administrarán las licencias de forma inteligente y que “ningún industrial productor debería tener problemas para importar materias primas e insumos”. También les dijo que quieren administrar las cantidades a importar para que sean compatibles con las posibilidades que tiene la economía.

Fue la autopartista Carolina Castro la que consultó por qué tenían la necesidad de que las empresas completen una planilla con proyecciones sobre la producción, la inversión y las importaciones y si podía haber riesgo de que los mayores controles compliquen la agilidad del comercio. En respuesta a eso, Schale recalcó que el criterio de las planillas es meramente informativo y que no habría problemas con las empresas que producen en el país.

También hubo consultas por Vaca Muerta. En este sentido, Techint planteó la necesidad de que haya un horizonte claro para el fomento de las inversiones en petróleo y gas, a lo que Kulfas le respondió que el proyecto de ley anunciado días atrás para impulsar la producción de hidrocarburos tiene como objetivo el aumento de las inversiones.

La industria textil proyecta crecer hasta 20 por ciento este año

Fuente: Página 12 ~ La industria textil, que padeció como pocas el derrumbe de su actividad los últimos cuatro años, aparece en esta nueva etapa como una candidata firme a liderar la recuperación fabril. La proyección para el año de referentes del sector es que habrá un reverdecer productivo, con un crecimiento de hasta 20 por ciento respecto del desastroso 2019. La expectativa de mínima es que la expansión se ubique en 10 puntos, pero empresarios y especialistas del rubro suponen que llegará al doble de esa cifra por las señales que viene entregando el Gobierno.

Hay una batería de medidas que cambiaron de orientación entre la gestión anterior y la actual de Alberto Fernández. Frenaron los tarifazos de servicios públicos al menos por seis meses; empezaron a bajar las tasas de interés; la apertura irrestricta de importaciones va dando paso a la administración del comercio exterior; la suba del dólar genera una protección adicional, y hay estímulos al consumo que levantan las perspectivas de ventas, entre las principales diferencias de un modelo y otro.

El interés por la evolución de la industria textil radica para los economistas en que suele anticipar el ciclo económico. Cuando asoma una recesión, el sector es de los primeros en caer, pero cuando llega la etapa de reactivación también es de los que pican en punta. Esto último es lo que sucede ahora.

“Volvieron a sonar los teléfonos. ‘Haceme un presupuesto con gabardina. Fijate que costos me podés bajar. Andá preparando este trabajo para dentro de seis meses’. Hay un movimiento que por ahora se expresa de esa manera. Enero y febrero son meses de baja actividad para los textiles, pero las proyecciones de la industria anticipan que este año vamos a tener un crecimiento de dos dígitos”, señala Marco Meloni, vicepresidente de la Fundación Protejer, quien aporta otro ejemplo del cambio de tendencia. “La última vez que vendí tela para la confección de camisas de las grandes marcas nacionales fue en junio de 2016. Desde ese momento no vendí un metro más, porque traían la camisa directamente desde China. Ahora llaman, preguntan por la familia, cómo andas de salud. Ya no te dicen ‘sos caro’ y te cortan”, relata.

La actividad textil rebota más rápido que otras industrias porque necesita menos volumen de capital para ponerse en marcha. Tiene mayor cantidad de pymes, estructuras más chicas y atiende consumos populares, que también reflejan rápido cuando sube o baja el poder adquisitivo de salarios y jubilaciones, explica el economista Mariano Kestelboim. “En 2002 la industria textil creció 64 por ciento, es cierto que sobre una base de comparación muy baja”, indica, como ejemplo de la capacidad de respuesta de esta rama sensible de la producción manufacturera. “Si hay un sector al que le tiene que ir bien este año es el textil”, agrega.

La devaluación de Mauricio Macri y la creación del impuesto PAIS del actual gobierno, que encarece 30 por ciento el dólar, cambió la ecuación entre importación y producción local para muchos eslabones textiles. En particular, para aquellos que abastecen mercados donde abunda la informalidad. En esas estructuras el valor del dólar de referencia es el blue, que pasó de 40 a casi 80 pesos en cinco meses.

Otro factor clave que cambia las perspectivas para la industria es el regreso de la regulación del comercio exterior, que el Gobierno empezó a desplegar con la ampliación de las licencias no automáticas de importación. El tema estará sobre la mesa el próximo martes, cuando el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, visite a la Unión Industrial Argentina. El funcionario estará acompañado por el secretario de Industria, Ariel Schale; la secretaria de Comercio Interior, Paula Español, y el secretario Pyme, Guillermo Merediz. El encuentro será con el comité ejecutivo de la entidad fabril.

Un punto sensible sobre la regulación del comercio exterior, que los industriales aplauden pero los importadores rechazan, es el acortamiento de las licencias no automáticas de importación de 180 a 90 días. En ese lapso es difícil concretar una operación de compra desde China, ya que se necesitan prácticamente tres meses entre que se encarga la mercadería, se produce, se transporta y se completan los trámites burocráticos. Si bien es cierto que el plazo de la licencia es prorrogable por otros 90 días, la señal que envía el Gobierno es que buscará resguardar la producción nacional. Eso agrega incertidumbre a los importadores, quienes en la semana hicieron conocer su reclamo a las autoridades.

“Las licencias no automáticas van a ser administradas inteligentemente. Eso va a generar también un mayor consumo”, considera Jorge Sorabilla, director de TN Platex, empresa líder del sector, que cerró plantas fabriles durante el macrismo y ahora busca revertir el proceso. “Trabajamos para reabrir una planta en La Rioja en el primer semestre y proyectamos inversiones para las de Corrientes, Catamarca y Tucumán”, anticipa.

“El nivel de actividad de enero está bastante flojo, lo mismo que el consumo. En textiles hay una estacionalidad marcada, de bajas ventas en el verano por vacaciones. Lo que esperamos es una reacción del consumo a partir de marzo. Tenemos una mirada optimista de que las cosas van a ir mejorando. No va a ser una reacción rápida, pero sí un sendero de crecimiento sostenido”, evalúa Sorabilla. Asegura que las posibilidades de crecimiento para el año del sector textil “parten de un 10 por ciento y se puede llegar al 20 si la renegociación de la deuda resulta bien, como confiamos que ocurrirá”.

Un factor que incidirá de manera positiva, según el empresario, es la recuperación de consumos de sectores medios y medios altos que durante el macrismo coparon los shoppings de Chile y Miami. “Son más de cuatro millones de personas que viajaban al exterior y hacían sus compras de indumentaria para todo el año”, recuerda.

Entre los industriales también existe expectativa con la promesa del Gobierno de desarrollar un programa amplio de compre nacional. Los funcionarios les transmitieron que están haciendo un relevamiento ministerio por ministerio para generar una política más consistente en este sentido, que también se resintió con el macrismo.

“La industria textil terminó 2019 con un 60 por ciento del nivel de actividad que tenía en 2015. Nos achicamos en más de un tercio”, describe Sorabilla.”Hay que rescatar urgente a las empresas que están agonizando. Lo primordial es dar crédito para capital de trabajo porque muchas quedaron por fuera del circuito financiero. Y tiene que bajar la tasa”, agrega Meloni, quien destaca la vocación política que exhibe el Gobierno frente a la emergencia. “En un mes de gestión ya nos recibieron dos veces a la Mesa Nacional de Unidad Pyme en el Ministerio de Desarrollo Productivo”, valora. Son botones de muestra del cambio que se produjo en las políticas productivas. Botones verdes de una futura reactivación.

Informe Exportaciones Prendas de Vestir: Enero/ Noviembre 2019

INFORME EXPORTACIONES DE PRENDAS DE VESTIR 

Capítulos 61 y 62 del Nomenclador Común del Mercosur

Período considerado: ENERO – NOVIEMBRE 2019

Fuente: CIAI ~ En el mes de noviembre las exportaciones de indumentaria mostraron un incremento del 32% en términos de valor y del 60% en volumen en relación al mismo mes del año anterior (ver Cuadro Nº2 del Informe adjunto). El precio por kilo exportado promedió los USD/Kg 31,27 que se ubicó en torno al -18% en relación al mismo mes del año anterior.

En el acumulado anual de los primeros 11 meses del año, las exportaciones verificaron un incremento que rondó el +8,62% en valor y un +16,7% en volumen en relación con el mismo período del año anterior (ver Cuadro Nº1 del Informe adjunto).En esa línea, las ventas de prendas de vestir al exterior totalizaron los USD FOB 21,7 millones y los 570 mil kilo con un precio promedio de USD/Kg 38,16. Cabe destacar que precio promedio por kilo continúa mostrando una tendencia a la baja, a saber, -6,93% interanual.

Ahora bien, estas cifras de exportación si bien están creciendo, aún continúan muy por debajo de lo registrado para años anteriores (ver Gráficos Nº 1 y 2 del Informe adjunto). En efecto, los dólares exportados en enero-noviembre  de 2019 resultaron un -30% menores que los de 2017, -27% menores que en 2016 y -56% en relación con el mismo período del 2015.

Como remarcamos en las últimas ediciones del CIAI COMEX EXPO, un tipo de cambio más atractivo para la exportación es condición necesaria pero no suficiente para lograr un impacto estructural en el volumen exportado. En buena medida es por ese motivo que las exportaciones no logran dar el salto hacia valores de mayor contundencia.

Impulsar a la cadena textil-indumentaria resulta relevante debido a su potencia para generar empleo genuino-y en su mayoría femenino- a la par que permitiría el ingreso o ahorro de dólares genuinos que alivianen la carga en la balanza comercial. A este respecto, el diferencial de precio por kilo generado entre las prendas exportadas (USD/Kg 38,16) y las prendas importadas (USD/Kg 21,84) en enero-noviembre de 2019 se ubicó en torno a los USD/Kg 16,32 Lo que demuestra que existe potencialidad para exportar prendas de mejor calidad y diseño innovador.

INDEC: Los cambios en la publicación de datos de comercio exterior

Hace meses que el INDEC ha discontinuado la desagregación otrora habitual con la cual presentaba los datos de comercio exterior. Muchos datos ahora figuran bajo la etiqueta ‘Confidencial’ – impidiendo conocer con precisión buena parte de los datos que solemos analizar como los agregados comerciales por capítulo, los destinos de exportación y las operaciones de algunas posiciones en particular, entre otras cuestiones.

Según el organismo, y en función de proteger el secreto estadístico, se agrupan bajo esta categoría ‘confidencial’ las operaciones con un número insuficiente de operadores (menor a tres). Por otro lado, si la posición arancelaria NCM tiene un número suficiente de operadores, se muestra el total operado durante el mes de referencia pero, si el país de destino u origen tiene un número insuficiente de operadores para el ítem de la NCM, el país se muestra enmascarado con el código “999”, cuya descripción también es ‘confidencial’ incluso a nivel país y producto.

Esto reviste gran relevancia para nuestro sector y genera preocupación ya que dificulta el análisis de la coyuntura sectorial y obstaculiza el seguimiento del comercio y detección de potenciales casos de dumping, entre otras cuestiones.

En este marco, el presente informe estadístico cuenta con un alto componente de operaciones bajo el rótulo de ‘confidencial’ por lo que debe tenerse más que presente a la hora de elaborar las conclusiones particularmente vinculadas a países de origen de las importaciones y a productos importados (Cuadros Nº3 a Nº7).

Por último, cabe señalar que el INDEC ha comenzado a publicar datos más completos en materia de importaciones a partir de enero 2019 pero no así para las exportaciones por lo que persiste la categoría ‘Confidencial’. Los mantendremos informados a este respecto.

Haciendo click aquí podrán acceder al anexo estadístico 

Ropa y termos. Los bienes importados que tendrán problemas para entrar al país

Fuente: La Nación ~ Prácticamente todos los productos textiles, celulares, heladeras, lavarropas, afeitadoras, tractores, tampones, pañales y hasta algunos termos. Esos son algunos de los 300 ítems que, por decisión del Gobierno, quedaron incluidos ayer dentro de las nuevas trabas a la importación.

En una adaptación a la nueva realidad de comercio exterior planificado y bajo control oficial por la falta de dólares, el Ministerio de Desarrollo Productivo, que dirige Matías Kulfas, comenzó ayer a pedirles a las empresas que llenaran en la AFIP un registro de la proyección de sus importaciones para este año.

Además, mediante la resolución 1, la cantidad total de Licencias No Automáticas (LNA) pasaron de 12% del total (hay 10.200 posiciones) a 14,8%. La vigencia de las licencias fue reducida, informaron también las autoridades, de 180 a 90 días.

Las posiciones arancelarias que cayeron dentro del paraguas de las (LNA) fueron desmenuzadas por la Cámara de Importadores de la República Argentina (CIRA). Según la entidad y la lista a la que accedió LA NACION, casi todos los textiles quedaron alcanzados por las trabas al comercio. No es un dato menor en el contexto de cambio de gobierno: el nuevo secretario de Industria, Economía del Conocimiento y Gestión Comercial Externa, Ariel Schale, fue el economista en jefe por años de Protejer, una de las cámaras que aglutina a los empresarios textiles.

La industria textil fue una de las más golpeadas en los últimos años, como consecuencia de la caída del consumo y de los que los empresarios cuestionaron como «apertura indiscriminada». Los fabricantes no sólo critican que se achicó el mercado, sino que además perdieron porciones de market share frente a los productos que llegaron desde el exterior. A esto se les sumó, suelen mencionar, las fuertes subas de costos que tuvieron para producir en un contexto de fuerte presión impositiva y elevado costo de la mano de obra en una actividad intensiva.

Otros sectores de los denominados «sensibles» aparecen también beneficiados por las nuevas protecciones a la industria que se conocieron ayer. Entre ellos, los de la marroquinería (baúles, maletines, portafolios, mochilas, bolsos y prendas de vestir) o los de la madera (mobiliario y sus partes, somier, sillones y sillas).

De la lista confeccionada por los importadores en base a los anexos publicados anteayer en el Boletín Oficial aparecen también algunos productos que desde ahora tendrán más dificultades que antes para entrar al país, como los electrodomésticos y los electrónicos. Entre los primeros están listados las estufas, calderas y cocinas; heladeras, congeladores y aparatos de frío; lavarropas y secarropas; aspiradoras; termo tanques y calentadores y afeitadoras, máquinas de cortar el pelo o esquilar, aparatos de depilar.

Entre los segundos, en tanto, fueron elegidos los teléfonos y celulares, aparatos de emisión y transmisión, muchos de ellos fabricados en Tierra del Fuego, territorio protegido durante el kirchnerismo a través de impuestos internos, medidas paraarancelarias y del régimen aduanero de la isla. También están allí las «máquinas automáticas para procesamiento de datos». Traducción: computadoras y tablets.

En un contexto de recesión y de caída de la actividad industrial, el Gobierno afirmó anteayer además que buscará motorizar la producción nacional de motos. Por eso, las motocicletas y velocípedos, sus partes y accesorios también quedaron bajo el régimen de LNA a través de la norma difundida en el Boletín.

Los tubos de hierro y acero, y accesorios para estos tubos quedaron también entre la selección que hicieron los funcionarios que dependen de Kulfas y de Schale. La principal empresa de producción de tubos de acero en la Argentina es Tenaris (Grupo Techint). También ingresaron los neumáticos, cuyo principal fabricante nacional es FATE.

Otros artículos significativos que quedaron enmarcados en las nuevas restricciones para retrasar importaciones fueron, según la CIRA: videoconsolas, mesas de pool, billar y «ping pong», entre otras; jabones; excavadoras, topadoras, niveladoras; máquinas aparatos y artefactos para cosechar o trillar; máquinas y aparatos de oficina como copiadoras, grapadoras, sacapuntas; artículos de grifería y válvulas; tractores y vehículos automóviles para el transporte de personas y mercancías.

Además, según la resolución firmada por el Gobierno será más difícil -y probablemente más caro- conseguir en el país termos, tampones higiénicos y pañales para bebes.

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