Ley de talles: «Cuánto más se estigmatice al gordo, más angustia se genera»

Fuente: La Nación ~ Con vistas a la futura reglamentación, tras 24 horas de la aprobación de la Ley Nacional de Talles, ya surgieron las primeras reacciones de los principales actores implicados en esta norma. Entre ellos se destacan activistas, organizaciones de la sociedad civil que nuclean a los consumidores, como es el caso de la filial local de AnyBody, y al mismo tiempo, están los representantes de la industria, como la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI) y la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), entre otros.

«Estoy muy contenta, primero, porque el Estado reconoce un derecho que estaba vulnerado: el de elegir cómo vestirse; y después, por poder empezar a trabajar en cómo construimos las representaciones en la moda, que las marcas empiecen a contratar modelos que tengan más que ver con cuerpos argentinos y no con un estereotipo hegemónico», manifiesta Sami Alonso, activista gorda y directora de la agencia de modelos XL Plus Dolls.

Y agrega: «Realmente es importante que haya conciencia en cómo los estándares de belleza representan violencia para nuestros cuerpos y cómo pueden afectar a las mujeres».

Jennifer Dahlgren, atleta olímpica e impulsora del movimiento Body Positive, dice: «Nuestra imagen, nuestra autopercepción depende mucho de cómo nos vemos y cómo nos vestimos, y cuánto más se margine y estigmatice al gordo más angustia y más depresión genera. Por eso es tan importante esta ley, para que los fabricantes de ropa hagan talles basados en cuerpos reales y que todos podamos vestirnos con nuestro estilo».

Además de ser reconocida por haber militado activamente por la aprobación de esta norma, Dahlgren es Embajadora del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI): «Tenemos que abrir los ojos como sociedad, aceptar diferentes tipos de belleza y dejar de prejuzgar la salud del otro basado en el tipo de cuerpo que tiene. Tenemos que dejar de prejuzgar y punto», reflexiona.

Estudio antropométrico

El gran avance de esta ley es la normalización a través del Sistema Único Normalizado de Identificación de Talles de Indumentaria (SUNITI), que establecerá una Tabla de Talles obtenida a partir del estudio antropométrico que está realizando el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) en todo el país. Pero esto no implica que, al menos por ahora, una marca o negocio tenga que tener todos los talles existentes. Es decir: no se establece un rango de talles.

«Estamos de acuerdo porque entendemos que a la industria la favorece que el consumidor se sienta amparado en los diferentes talles y que éstos no sean cambiados como argumento de promoción de venta. A esto apunta esta ley: dice que ‘normalicemos’ que un talle 46, 48 o 50, por ejemplo, debe ser igual en todas las marcas femeninas o masculinas», reflexiona Alicia Hernández, gerenta general de la CIAI.

Sobre la aprobación de la ley, Christian Urbinati, empresario industrial, director de esa misma entidad, dice: «Se expresó una deuda real que teníamos que subsanar con nuestros clientes. Las otras leyes desconocían la realidad de la industria de la moda. Desde ya que implicará inversión y adecuación de todo el sector, pero va a ser para mejorar».

Desde la CAME, el presidente de la Cámara Argentina de Innovación Textil y Afines (CAITA), Horacio Ernesto Burgo, plantea que está bien tener una medida patrón pero que no debería ser obligatoria en todas las prendas. «Igual todo se verá en la práctica», dice. En este sentido reconoce, además, la preocupación que genera «otra reglamentación más para los negocios que están habilitados y nada para las ferias».

Expectativas

Según una encuesta realizada a más de 8000 personas, Anybody relevó que el 69,55% tiene dificultades para conseguir ropa de su talle. Sharon Haywood, fundadora de la versión argentina de esa ONG, señala: «Más allá de la importancia de terminar con el estudio antropométrico, desde nuestra perspectiva es clave mencionar que tiene que haber un rango de talles». Y hace referencia a un mínimo de seis y un ideal de ocho.

A su vez, Haywood, que además es investigadora del Centre for Appearance Research, en la UWE Bristol, University of the West of England, aclara: «Nosotros estamos acá para el público, pero no queremos perjudicar a la industria. No estamos en contra, queremos trabajar en conjunto». Así es que Anybody publica un directorio de firmas de indumentaria tomando como requisito que se cumpla con un rango de siete talles. Hasta el momento ese registro cuenta con alrededor de 70 marcas.

La propuesta está en acompañar a las firmas y en llegar a un acuerdo que les sea útil a todos, aunque antes de establecer un rango es condición sine qua non que se finalice el estudio antropométrico. Dicho esto, una de las tantas inquietudes es: ¿qué pasará con las prendas de diseño, por ejemplo, que no pueden ser consideradas como un producto masivo?

«No queremos hacer excepciones y decir que algunas marcas quedarían afuera de la ley, porque se debe aplicar a todos los que producen ropa, sino se genera la discriminación de peso que estamos experimentando hoy en día», dice Haywood.

Precisa además que, de acuerdo al informe mencionado, un 63,51% expresó que la mayor dificultad se da al momento de buscar pantalones hechos en denim, popularmente conocidos como «jeans», o en otras telas. Y hay algo más: el 79% encuentra la ropa que desea en talle único, siempre (36,68%) y frecuentemente (42,56%).

Hasta acá lo cierto es que la ley es un hecho que se viene exigiendo desde el retorno de la democracia y constituye un paso más en la ampliación de derechos para todos los ciudadanos.

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