Fuente: La Nación ~ Pese a los tropiezos productivos de los últimos años y de una violenta caída de la actividad y del empleo en la industria textil, el algodón esta insinuando una recuperación a través del camino de la investigación, que tiene como objetivo introducir nuevas variedades.
Por ejemplo, desde el INTA se afirma que en 2020 tendrán una nueva variedad de ciclo intermedio, con un rinde de fibra de más del 40% con volumen limitado a la consideración de los productores. Además, la institución inició contactos con grandes productores con el mismo objetivo y, también, con empresas como BASF, que acaba de adquirir a Bayer el negocio de semillas.
En la Argentina también hay interés en nuevas simientes que mejoren rendimientos, pero también plagas que han incrementado el costo del algodón en por lo menos US$47 la hectárea. En este aspecto, la Escuela de Jardinería Nº 13, a través de su Centro Biotecnológico Agroforestal, se encuentra investigando el ajuste de un protocolo para lograr un algodón resistente a la sequía a través de la utilización del gen HaHB11 cedido por el Conicet mediante un convenio firmado por la provincia del Chaco y esta institución. Además, una vez lograda esta primera etapa se iniciarán trabajos relacionados con el ajuste de un protocolo de transformación para lograr resistencia al «picudo del algodonero», la superplaga. En este aspecto, ya están evaluando distintas características de los picudos con resultado positivo.
La Escuela de Jardinería, a través de sus investigaciones, logró importantes innovaciones biotecnológicas, como en maíz y en soja transgénica resistente a estrés hídrico e inundación con el mismo gen cedido por el Conicet. Además de lograr la clonación por micropropagación in vitro de numerosas especies vegetales en plantas ornamentales, industriales y forestales. Esto alienta a suponer que los nuevos desafíos en que se están trabajando se logren en corto plazo.
El país necesita fibra para su producción textil, a pesar de los cierres de hilanderías en distintos puntos del país, entre ellos el Chaco, donde la actividad se redujo un 8% en los primeros 7 meses del año y donde se perdieron 13.000 empleos en dos años y medios. En la provincia la capacidad instalada del industria es de un 54%, según la Fundación Proteger. Los algodoneros de la región seguirán apostando este año al algodón e implantarán entre un 20 y un 30% más de superficie.
¿Cuál es la ecuación que hace que mientras la industria disminuye la producción aumente? Los productores dicen que la campaña 2017/2018 de algodón fue «buena», incluso mejor que la soja en algunos lugares.
En la campaña pasada se implantaron 324.000 hectáreas (Santiago del Estero 127.000 hectáreas, Chaco 124.000 y Santa Fe 54.000, entre las provincias de mayor producción) y en total, con las otras provincias, se obtuvieron 810.000 toneladas de algodón en bruto, según la Secretaría de Agricultura de la Nación.
La campaña algodonera actual se inició en el presente mes y con buenas perspectivas, ya que comenzaron las lluvias. Los algodoneros están decididos a hacer resurgir el algodón por los buenos precios y por un contexto internacional que ayuda por la calidad del algodón argentino. Pero habrá que realizar un trabajo coordinado para encontrar una estructura que conforme a productores, entidades y a las empresas que investigan, especialmente las argentinas, y de esa manera poder llegar a un área mínima de 600.000 hectáreas en forma permanente para resultar confiables en cuanto a las entregas del textil