Así, uniendo fuerzas con 140 familias de 12 provincias distintas -algunas de ellas agrupadas en cooperativas, otras trabajando en comunidad con familiares y vecinos y otras que lo hacen por su cuenta-, la empresa se enfocó en el mercado interno hasta 2017, cuando decidieron asesorarse para conquistar mercados internacionales.
«A pesar de que desde siempre tuvimos muchos clientes del exterior interesados, fue recién en 2017 cuando tomamos la decisión estratégica de repensar la empresa para que pudiera proyectarse hacia otros países», dice Bach. «Todo lo relativo al comercio exterior nos parecía muy complicado, casi que nos daba miedo porque pensábamos que una pyme con un costado social y sin márgenes para entrar en la cadena internacional distribuidor-mayorista-minorista, no tenía chance», agrega.
Pero las ganas de crecer y llevar los productos hechos por manos argentinas los llevó a consultar a la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional (Aaici), que los asesoró con una serie de pasos que fueron conquistando.
En 2017, el año que lo cambió todo, la empresa fue distinguida con el Sello Buen Diseño, gracias al cual participaron en 2018 en Exportar Buen Diseño, un programa impulsado por el Estado que les brindó 50 horas con el consultor Santiago Vexina. «Él nos cambió la percepción sobre el comercio exterior; nos hizo perder miedos y prejuicios sobre el tema y nos ayudo a acelerar los procesos relacionados a la comercialización en el exterior», recuerda Bach. Y con la aplicación del régimen Exporta Simple, la empresa comenzó a explorar mercados.
Además, en 2019 recibieron la certificación internacional como empresa B, que garantiza que Elementos Argentinos es una empresa con fines de lucro que cumple con los más altos estándares en términos de desempeño social y ambiental, transparencia y responsabilidad empresarial, y lideran actualmente la iniciativa Sur Design, con la que reunieron a varias empresas de diseño argentinas con valores y estéticas compatibles para realizar misione comerciales y otras acciones de promoción conjunta.
«Cuando comenzamos con la internacionalización tuvimos dos barreras. La primera fue mental, pensando que no podíamos lograrlo; y la segunda, más concreta, fue que cuando salimos a vender nos pedían volúmenes que no estábamos en condiciones de producir», señala Bach, convencido de que, poco a poco, podrán suplir la demanda cobrando el precio justo para las familias con las que trabajan.
«Una característica destacable del oficio de hilar y tejer es que permite que quienes lo conocen puedan realizarlo en sus propias casas, como una actividad complementaria al cuidado de su familia, huerta y animales. Y una de las consecuencias positivas que se ha generado a lo largo de los años, gracias a la continuidad estable de pedidos, es que muchos de los esposos y compañeros, que en otros momentos debían trasladarse a otras provincias para realizar tareas temporarias de cosecha, han aprendido a tejer y ahora forman pequeñas y muy interesantes micro pymes familiares», cuenta el empresario con orgullo.
Hoy, con ventas en lo que va del año por más de US$47.000, la empresa proyecta crecer un 75% más en 2020.
Hola , cómo me contacto con esta empresa????
Dirección teléfono o mail, podrá ser???
Muchas gracias