Fuente: La Nación ~ Con la actividad frenada por el aislamiento obligatorio, muchas compañías vieron sus ingresos súbitamente frenados; reclaman al Gobierno medidas para evitar el corte en la cadena de pagos; las dudas por la destrucción de puestos de trabajo Fuente: Archivo – Crédito: Reuters
El problema es generalizado y golpea especialmente a los sectores alcanzados por la cuarentena, tanto a grandes empresas como a pymes y pequeños comercios. Hotelería, talleres, servicios, restaurantes, gimnasios, bienes durables y comercios en general son algunos de los que hoy ven con preocupación el quiebre de la cadena de pagos y hacen cuentas para cumplir con sus obligaciones de marzo.
«Para nosotros es la prioridad y vamos a pagar los sueldos a partir de esta semana, pero estamos preocupados por toda la cadena. Nuestra prioridad hoy es mantener las fuentes de trabajo», afirma Martín Cabrales, vicepresidente de una de las principales empresas de café del país.
En su caso, logró mantener las ventas en el canal supermercados, que representa el 50% de su facturación, pero vio cómo la otra mitad (bares, restaurantes, hoteles) se desplomó. «La caída del consumo es real. Ese es el sector más afectado y ahí estamos escuchando a nuestros clientes. Están cerrados, no tienen actividad y vamos a tener que financiarlos nosotros», agrega.
Las grandes empresas, mientras tanto, transitan los días entre la incertidumbre y la prudencia. Muchas conformaron comités de crisis multidisciplinarios, donde evalúan minuto a minuto la evolución de los números, las regulaciones y las variables macro. En diálogo con LA NACION, desde varias compañías confirmaron que los pagos de marzo están cubiertos, pero que las dudas comienzan para abril.
«El sueldo que se paga la próxima semana está ok y no va a haber ningún inconveniente porque los efectos de la crisis todavía no se hicieron sentir. El problema es si la cuarentena se extiende», afirman en una de las grandes firmas del país, donde no descartan «medidas» en el corto plazo.
El escenario se replica en la mayoría de los sectores, aun los que permanecen abiertos, como el de las estaciones de servicio. Por el aislamiento obligatorio, las ventas de combustibles se desplomaron (hasta 75% en naftas, algo menos en gasoil) y los números del negocio empiezan a resentirse.
«Si bien es positivo que se dé esa caída, porque la gente dejó de movilizarse, viene la otra parte que es mantener la actividad de las pymes y conservar las fuentes laborales», dice Gabriel Bornoroni, presidente de Cecha (Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos de la República Argentina).
En promedio, explica el empresario, un 80% del gasto mensual de una estación de servicio corresponde a salarios de su personal.
El problema es una de las urgencias más visibles de la sábana corta que trajo la pandemia . La drástica medida de aislamiento, necesaria para evitar un mayor ritmo de contagios, implica también un freno para la economía que golpea al sector productivo y al de servicios, que viven de la circulación de personas y el consumo. El asunto vuelve aún más vulnerables a los comercios más chicos, con equipos más reducidos y menos espalda financiera.
«Si esto sigue así, vamos a tener que tomar medidas» , dice el dueño de un local de pastelería y café en Palermo que no quiere decir su nombre. «Se habló de mantener solamente a las cabezas de cada equipo. A quienes están en período de prueba lamentablemente los vamos a tener que desvincular. Como vendemos mucho menos, posiblemente tengamos que recortar también el personal de producción» , agrega.
Martín Castelli, presidente del Blue Star Grou (Isadora, TodoModa), reconoce las dificultades del contexto actual, que los llevó a cerrar todos los locales y mantener activa la venta online: «Con respecto a la situación salarial de nuestros colaboradores, estamos haciendo grandes esfuerzos para asegurar el pago completo del salario correspondiente a marzo. Con relación al mes de abril, estamos ensayando diferentes escenarios para responder de la mejor manera. Aún contamos con algo de tiempo para tomar estas definiciones», plantea.
La problemática también inquieta a los empresarios del sector de la indumentaria. Sin clientes en las calles, con las tiendas cerradas y el personal en cuarentena, muchos empresarios del rubro ahogan penas, comparten su preocupación y cranean alternativas en un grupo de chat que los reúne.
Mientras tanto, algunas empresas de sectores comprometidos ya comenzaron a tomar decisiones drásticas. La aerolínea Latam anunció que durante la pandemia reducirá en un 50% el sueldo de la mayoría de su personal, con el objetivo de mantener los puestos de trabajo. Las terminales automotrices, con un régimen especial vigente con los sindicatos, aplicaron suspensiones y cierres de plantas, con una asociada reducción salarial.
Con secuelas ya vigentes en la economía real, la pandemia empeora todos los pronósticos. Gabriel Caamaño, director de la Consultora Ledesma, proyecta para este año una caída del 4% del PBI, y advierte sobre los problemas que genera sobre el sector productivo. «El Gobierno tomó medidas para empleadas domésticas, el sector informal, pasivos y las escalas bajas del monotributo, pero aún no atendió a la cadena de pagos y no hizo nada para ayudar a soportar el impacto a los generadores de ingresos», dice el economista.
«Muchas empresas están con dificultades para pagar salarios o cheques, y no están recaudando. Hay sectores que están cerrados y otros que funcionan muy parcialmente y tienen muy baja recaudación. Si llega el cuarto día hábil y no tienen para pagar los sueldos o los cuentapropistas no tienen plata para comprar lo básico, va a ser difícil que se respete la cuarentena. Ahí entra a jugar la desesperación, por eso el Gobierno debería complementar las medidas anunciadas con otras pendientes», agrega.
Con varios frentes abiertos y escaso margen de maniobra, hasta acá el gobierno anunció líneas de crédito para capital de trabajo a tasa reducida, entre otras medidas orientadas fundamentalmente a pequeñas empresas.
La inquietud trasciende lo inmediato y enturbia el horizonte a mediano plazo. «Este mes, los sueldos están cubiertos, pero viene también el mes que próximo. Ahí hace falta atención, porque la cadena de pagos está afectada, hay muchos proveedores que son pymes y si se extienden o profundizan las medidas de aislamiento, van a afectar a la economía», dice Cabrales.