Sostenible. ¿La moda está lista para remover los tóxicos de la ropa?

Fuente: La Nación ~ La industria textil produce 80 mil millones de prendas al año. Este volumen de productos revela el impacto ambiental que esos textiles demandan con el uso del agua y la energía en la fase de producción más el ciclo de vida de la ropa. Muchos de los productos químicos que integran la composición de una prenda son potencialmente riesgosos. La moda sostenible propone alternativas para la producción y visibiliza los peligros de los químicos tóxicos para la salud y el medioambiente, pero surge una inquietud: ¿existen alternativas y sustitutos para reemplazarlos ya?

Parte de la experiencia de uso de una prenda está vinculada a la composición de los productos aplicados para mejorar su rendimiento. Por ejemplo, químicos dañinos como los fluorados son utilizados en los quitamanchas y en los antiarrugas hay formaldehído, mientras que en el sembrado de algodón hay pesticidas organoclorados, organofosforados, piretrinas, piretroides y carbamatos, todos perjudiciales para la salud.

La industria textil suele destinar recursos para la innovación de materiales aunque no para conseguir sustitutos de los materiales tóxicos que circulan en el mercado. Pero en esta coyuntura de transformaciones que atraviesa el sistema de la moda, cada vez hay más consciencia de las necesidades reales del nuevo consumidor, quien busca identificarse con los valores de una marca y conocer sus procesos de producción.

La cooperativa Entretejidas de Chaco desarrolló una colección de indumentaria realizada en algodón sin agrotóxicos. «Creemos que en la acción está la transformación, en la posibilidad de realización entre todos con consciencia colectiva, en otra forma de hacer moda, evolucionando la manera de producir y consumir, basándonos en principios de igualdad con todas las personas que han sido y son parte, del planeta, la creatividad y los beneficios en igual medida,» dicen Anabella Oviedo (Uno ropa Circular), Luján Signoris (Àtico de Lu) y Emilia Velasco de (Velasco), integrantes de este modelo de producción sin toxicidad.

Algodón sin agrotóxico

El proyecto de utilizar algodón sin químicos está en etapa experimental. La primera campaña algodonera rindió 70 kilos de tela y la trazabilidad fue de 7 kilos de semillas sembrados en media hectárea, 295 kilos de fibra desmontada en el INTA de Pcia. Roque Sáenz Peña, 113 kilos de hilo en Citertex, en Sáenz Peña, y se tejieron 70 kilos en la Cooperativa Inimbó, en Resistencia. El resultado se tradujo en 120 prendas terminadas y realizadas entre la Fundación Carillo y las marcas de diseño chaqueñas Kalu Gryb y Las Entretejidas. «Con esta acción que creemos fundacional traccionamos la posibilidad de que este algodón de convierta en una alternativa posible para otras marcas», dicen. El textil orgánico que surge de este proceso tiene un color natural y el tacto es rústico, pues en su proceso productivo no intervienen químicos para suavizar y aclarar la tela. «Desde Entretejidas sentimos que hay que romper con los viejos paradigmas de que el algodón tiene que ser blanco para ser de buena calidad. Eso corresponde a antiguos estándares; nosotras apostamos a lo natural», cuentan.

La Red de Salud Fundación Ramón Carrillo asiste a las comunidades Qom en el norte chaqueño fronterizo con Formosa en conflictos sociales sobre las fumigaciones. Las familias que forman parte de las comunidades desarrollaron el proyecto NO`OXONEC (algodón de frontera), un proceso experimental de producción de algodón agroecológico. Las Entretejidas se unieron en la última etapa de la cadena de valor y adquirieron el textil para producir la colección cápsula «Consciencia Entretejida».

De la Alta Costura a la tecnología verde

En las últimas décadas, Chanel adquirió las maisons de artesanos que aseguran mantener el oficio y la vigencia de las colecciones Haute Couture. Su última inversión fue la startup Evolved by Nature que investiga las posibilidades naturales de la seda como reemplazo de productos químicos utilizados en la fabricación de ropa. La tecnología Activated Silk que desarrolla esta empresa con sede en Boston trabaja con la proteína de la seda pura que reduce la toxicidad, mejora el rendimiento y el aspecto de los textiles. Estas nuevas tecnologías sostenibles buscan producir una mejor moda aunque aún queda mucho por hacer.

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