Para llegar a esta conclusión cruzaron datos de consumo con encuestas realizadas a 5500 jefes y jefas de hogares del país. De los resultados emerge que el 41,5% de los hogares consultados asegura tener algún consumo postergado ya sea por falta de ingresos o por incertidumbre. A su vez, el 60% de las familias consultadas para aumentar su consumo necesitaría más ingresos mientras el 29,3% más certidumbre.
Entre quienes aseguran tener consumos postergados por falta de ingresos, el monto promedio por familia es $ 82.532. En las familias donde hay demoras por efecto precaución, el promedio es $ 93.732.
De esta manera, y en base a esos datos y extendiéndolo al total de hogares del país estiman que por falta de ingresos, hay consumos postergados por $ 244.998 millones. Es demanda que según definen, quisieran o necesitan realizar, pero no lo hacen recursos insuficientes. Por incertidumbre en tanto, hay consumos demorados por $ 104.065 millones. «Es el margen de aumento inmediato que tendría la economía hoy», aseguran en Elypsis.
Entre los consumos más demorados por efecto precaución están más y mejor alimentación, con una estimación de gastos pendientes por $ 19.419 millones. Le siguen gastos vinculados a la vivienda, con $ 15.536 millones que podrían volcarse a ese sector si vuelve la confianza; indumentaria y calzado, con $ 14.240 millones; y turismo y recreación, con $ 11.651 millones.
En el último año 62,7% de los hogares bajó su consumo. A su vez, el 27,8% de los encuestados define su ingreso como alto o muy alto, 24% lo define como medio y 48,2% como bajo y muy bajo, según surge de la encuesta.