¿Cuándo decidiste crear tu propio vestuario para bailar como profesional del Tango?
Comencé mi carrera como bailarina clásica en el Teatro Colon de Buenos Aires. Allí me recibí de bailarina profesional, luego la vida me llevo por los escenarios tangueros.
Primero como algo complementario a mi carrera hasta que luego me enamore del tango y decidí dedicarme apasionadamente a eso. Y así fue que durante más de 18 anos recorrí el mundo junto a mi pareja Juan Corvalan y éramos uno de los dúos solista de la Cía. Tango Pasión como así también de otras muy importantes como la conocida del Maestro Mariano Mores y además invitados en diferentes ocasiones en importantes shows televisivos.
También fuimos elegidos representantes de Argentina en el evento del Congreso de las Américas en Miami, donde se congregaron todos los Presidentes del Mundo.
A raíz de mi necesidad como artista y habiendo tenido una abuela que desde muy pequeñita me enseño todo sobre la costura y me transmitió todo el amor que ella ponía al realizar una prenda, empecé a diseñarme mis propios vestidos.
Porque como bailarina de tango los vestidos que se usaban me resultaban poco favorecedores y como necesitaba alargar mi figura, ya que mi pareja era muy alto, decidí confeccionar unos que me llegaban casi hasta el tobillo.
Al principio fui muy criticada, pero luego se fue imponiendo y hoy se transformó en una moda y quedó totalmente obsoleto usar un vestido tanguero corto.
¿Cómo te diste cuenta que había un mercado en ese rubro?
Transcurriendo mi carrera, mis colegas me preguntaban mucho quien realizaba mis vestidos. Después de muchos años, cuando empecé a sentir la necesidad de quedarme más en mi país comencé a pensar en la idea de crear la primera Boutique de tango en Argentina.
Un espacio para poder probarse un vestido y llevarlo ese mismo día, tanto para una actuación como para ir a bailar a una Milonga o simplemente para tener un look más femenino.
Creo que la indumentaria que diseño tiene como foco resaltar la figura femenina, las parte del cuerpo que más nos gusta con líneas, texturas y estilo que nos favorezcan.
Y fue así que en el año 2000 nació Mimi Pinzon la primera firma exclusiva de tango del país y creo que también podría decir del mundo. Luego, en el 2015, sumé Madreselva mi línea de calzado. Así ambas marcas se complementan y como nombres elegí dos famosos tangos muy reconocidos.
¿Qué significa para vos representar al país, primero a través del tango y luego a través de tus prendas?
Para mí fue un orgullo llevar el tango a los escenarios más importantes del mundo y conocer culturas tan distintas para aprender de ellas. Recorrimos el mundo y llegamos a países en los que jamás habían visto bailar tango.
Fue un orgullo enorme bailar en la Acrópolis de Grecia, en el Kremlin de Rusia, en el teatro Arena de Turkia, en el Theatre des Champs Elysees de Paris y en China en donde se abrazaban por primera vez entre desconocidos para aprender a bailar tango.
¿De qué nacionalidad son la mayor parte de tus clientes?
Por supuesto el mercado nació en Argentina, ya que mis primeras clientas, y hasta el día de hoy ocurre lo mismo, son muchísimas colegas profesionales. De hecho, desde el inicio del Campeonato Mundial de Tango mis marcas fueron las elegidas para ser Sponsor del mismo y luego también en la mayoría de subsedes internacionales como también regionales.
Comencé a hacerme reconocida también en el exterior principalmente en Estados Unidos, Japón, Italia, Francia y España, ya que comenzaron con el boca a boca.
Lo que ocurre con la marca, es que las personas confían en mí y en mi empresa, aún sin siquiera conocer Buenos Aires, ya que mi atributo principal es que detrás de la diseñadora encuentran a una bailarina con muchísima experiencia que los aconseja sobre sus looks.
Soy muy dedicada, contesto cada una de mis consultas y atiendo en forma personalizada, claro que hoy cuento con un equipo maravilloso que me ayuda a llevar adelante mi empresa.
¿Qué significa para vos el tango?
Muchas veces me hicieron esta pegunta y pienso en mi abuelo con quien baile mis primeros pasos cuando era bailarina clásica y veía al tango como una danza muy lejana en mi carrera.
Pienso en mi abuelita que me acompañó ayudándome desde muy pequeña hasta ver crecer mi empresa. Recuerdo que solía venir a quedarse tardes enteras para cocer conmigo, ella era mi inspiración.
Pienso en mi mamá, que me acompañó infinidad de veces en mis giras apoyándome incondicionalmente, pienso en esos aplausos de pie de la gente en lugares tan remotos.
En esos teatros hermosos que hoy añoro con orgullo, en esos compases de la Cumparsita que al resonar se me erizaba la piel como si fuese la primera vez que salía a bailar.
Aún después de tantos años me emociona, es mi vida, es mi pasión, que antes solía expresarla con el movimiento y hoy la vuelco en mis diseños pero siempre lo hice desde el corazón: es la única manera que sé hacerlo.
¿Crees que en Argentina falta más atención a este género musical tan característico?
Un poco sí, aunque estos últimos años se le ha dado un lugar de mayor importancia desde que el Tango es Patrimonio de la humanidad, y es así, porque es la única danza en el mundo que logro unir culturas en donde no importa si hablas el idioma o de qué cultura sos: el abrazo todo lo puede y es nuestro orgullo.
Aunque debo decir que en el resto del mundo te presentas como bailarina de tango y la gente no hace más que alabarte y recibirte como la artista que sos y acá no es lo mismo, será como el viejo dicho «nadie es profeta en su tierra… “ pero a pesar de ello Argentina es mi país y aquí tengo mis afectos y es donde nació mi pasión por eso nunca pensé en alejarme.