Schale, quien fue funcionario en el área de producción del anterior gobierno -tanto en la Nación como a nivel bonaerense-, expuso su enfoque sobre la reactivación productiva en un documento preparado en el marco de los equipos técnicos del Frente de Todos.
El ex subsecretario de Política y Gestión Comercial alentó «la necesaria transformación estructural de la industria nacional», y entre las medidas para los primeros 100 días de gobierno de Alberto Fernández propuso «administrar el flujo de importaciones, al tiempo de fortalecer la penetración de nuestras exportaciones en el mercado internacional».
Schale alentó «un proceso de sustitución de importaciones en aquellos eslabones que permitan consolidar una aprehensión de conocimientos con potencial de difusión intersectorial, y que habilite el achicamiento de brechas tecnológicas y el alivio de la restricción externa».
En este sentido, sostuvo el ex funcionario, «se incentivará una sustitución selectiva de importaciones sobre el sector de bienes de capital, bienes intermedios e insumos difundidos de carácter estratégicos».
«El incremento de nuestra densidad industrial será un objetivo central de la política fabril, entendiendo que los problemas de la industria se solucionan con más industria», definió Schale.
En ese sentido, agregó, «todas las áreas del Estado concebirán al sector industrial como vector estratégico para la incorporación de tecnología y valor agregado».
Según la propuesta de Schale, la gestión de las políticas sectoriales debe orientarse a fortalecer las cadenas de valor en alimentos y bebidas; textil e indumentaria; química y petroquímica; cuero, calzado y marroquinería; automotriz y autopartes; foresto industrial; y metalmecánica.
También propició un mayor respaldo a las industrias farmacéutica; de software; los materiales para la construcción; caucho y plástico; producciones intensivas (florihorticultura, apícola, tacaco y azúcar); actividad cárnica y derivados; industria gráfica; e industrias culturales.
El ex subsecretario estimó además que habrá «financiamiento con tasas y condiciones adecuadas para la actividad productiva y tecnológica, contemplando el concepto de creación de una banca especializada, de manera de garantizar su acceso».
Schale advirtió, por último, que los recursos naturales de que dispone el país en materia petrolera, agropecuaria, mineral, forestal y pesquera deben ser «palancas del desarrollo» y agregado de valor, para evitar «la tentación de la primarización de la estructura económica». (Télam)