Fuente: Marcelo Bonelli ~ El presidente de la Cámara Argentina de la Indumentaria, Claudio Drescher, destacó hoy que el sector ofrecerá descuentos y liquidaciones al retomar la actividad y alertó sobre “muchos inconvenientes” en la cadena de pagos dado que “fueron muchos días sin ningún tipo de ingreso” por la cuarentena.
Desde el lunes podrán abrir los locales de indumentaria, calzado y mercería en los barrios de la Ciudad de Buenos Aires con estrictos protocolos para evitar el contagio de coronavirus y un horario estipulado de 11:00 a 21:00.
“Fueron muchos días sin ningún tipo de ingreso económico en el sector”, remarcó Drescher en declaraciones radiales.
De ese modo, advirtió que ante el cierre por el aislamiento y el freno de la actividad, “la cadena de pagos está con muchos inconvenientes”.
“Nos estamos acomodando a una nueva realidad que va a durar varios meses más”, evaluó el empresario, quien subrayó que “habrá una gran oportunidad” para el consumo.
Indicó que, por la altura del año, el rubro se encuentra “muy cerca del proceso de liquidaciones”.
“En la medida en que vayan abriendo los locales, entramos en etapa de descuentos porque hay mucha ropa que no fue vendida en los ochenta días de cuarentena”, remarcó.
Ante la crítica situación por la que atraviesa el segmento, Drescher consideró que “es necesario un plan de reconstrucción productiva que no regale nada a nadie”, pero que pueda promover “crédito suficiente para aparecer en agosto o septiembre con las prendas de verano”.
“Estamos muy preocupados por la estructura económica que tiene el negocio de la moda”, señaló.
En tanto, el empresario destacó las expectativas por volver a abrir los locales y detalló cómo será el protocolo a aplicar desde la semana entrante: “Evitamos que haya utilización de medios de transporte público. Los vendedores tienen que ser de cercanía o utilizar otros medios de locomoción. Hay un sistema de higiene para cuando se ingresa y alcohol en gel en el ingreso. Es obligatorio tener tapabocas”.
Aclaró que se trata de una serie de mecanismos utilizados en otros países y resaltó que la ropa “no se puede probar”.
“Evitamos el uso de probadores”, insistió y explicó que si un cliente opta por regresar una prenda, “el artículo va a una cuarentena de 48 horas y luego se hace un vaporizado, que la pone a más de 60 grados y elimina el vestigio de virus que pueda haber”.