Victoria’s Secret: la historia de la marca que tardó seis años en concretar su llegada al país

Fuente: Cronista – La icónica marca de lencería y belleza estadounidense desembarcó en el país tras enfrentar dificultades que retrasaron su llegada durante seis años.

Victoria’s Secret vuelve a ser furor en la Argentina luego de que finalmente desembarcara en el país a fines de enero. Sin embargo, la marca estadounidense de lencería y artículos de belleza postergó por seis años su llegada al mercado argentino.

La empresa había anunciado en 2019 sus intenciones de abrir su primer local en la Argentina, pero a causa de la devaluación que se produjo luego de las PASO, las regulaciones que impuso el Gobierno de Mauricio Macri en cuanto a las medidas de control de cambio, y posteriormente, la pandemia de Covid-19, llevó a la marca a evaluar sus estrategias para plantar bandera en la Argentina.

En ese momento, Grupo David, la firma encargada de llevar la licencia de Victoria’s Secret a varios países de Latinoamérica, llegó a analizar locaciones en Buenos Aires de 80 a 200 metros cuadrados para importar sus líneas de belleza, cuidado personal y cosmética, con perfumes, maquillajes y un surtido limitado de ropa interior. El plan original contemplaba dos aperturas en 2020 en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires que incluía no solo la ropa interior, sino también la línea de belleza y su unidad para adolescentes, Pink.  

Auge y crisis de la marca 

Victoria´s Secret fue fundada en 1977 en San Francisco por Roy Raymond, quien para comenzar su emprendimiento invirtió u$s 80.000 con una tienda en un shopping de Palo Alto, California. Sin embargo, luego de cinco años y cuando ya contaba con seis tiendas, decidió venderla por u$s 1 millón a Leslie Wexner, debido a que sus finanzas no repuntaban y corría el riesgo de presentarse en bancarrota.

Hacia los años ’90 la cadena ya contaba con 350 tiendas y ventas por u$s 1000 millones. Durante una década, bajo la conducción de Sharen Jester Turney, la firma incrementó en un 70% sus ventas hasta su salida en 2016.

Pero antes de su renuncia, Wexner asumió como CEO interino y  durante 2019 la compañía comenzó a enfrentar ciertas dificultades que impactaron directamente en su negocio: la firma había perdido market share y no había logrado subirse a la tendencia de la estética más deportiva de la ropa interior.

A esto se le sumó el vínculo descubierto entre Leslie Wexner y el delincuente sexual Jeffrey Epstein, quien manejó las finanzas del empresario durante años. En febrero del 2020 Wexner renunció como chairman y CEO de L Brands; a su vez anunció la venta de un 55% de la marca al fondo de private equity Sycamore Partners por u$s 525 millones. 

Sin embargo, los efectos de la pandemia frustraron la operación en mayo de ese año. Aunque L Brands barajó volver a poner la marca en venta, finalmente se quedó con la misma y escindió su negocio en junio de 2021.

A pesar de las dificultades que enfrentó en el último tiempo,a fines del año pasado la empresa informó ventas netas de 1.347 millones de dólares para el tercer trimestre de 2024 -un aumento del 7 % en comparación con las ventas netas de 1.265 millones de dólares para el tercer trimestre de 2023- y un crecimiento de más del 20 % en su negocio internacional.

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