Fuente: Página 12 ~ La especialista en moda y cultura Valerie Steele visita la Argentina para presentar una joyita: Fashion Theory (Ampersand). La mitad del libro está compuesta por una historia de los modos en los que la comunidad LGBTQ intervino sobre este temita y esta industria. Su autora conversó con SOY no sólo de moda, sino también de las luchas que atravesó para que el tema se convirtiera en un saber respetable.
Hablar de la moda hoy, desde una perspectiva cultural, parece un camino fácil de emprender. Pero si nos ponemos a investigar, en realidad, estos estudios son bastante nuevos y nada sencillos. Sobre todo porque se le dice “moda” a una cantidad de fenómenos tan variopintos, que parece que fueran muy difícil de encuadrar: es diseño del cuerpo, reflexión sobre la modernidad, industria nacional (donde todavía queda), un arte efímero en algunos casos estandarte para la identificación de grupos, uniforme para proletarios y trabajadores, marca de identidad sexual, de clase, de edad… ¡Uf! En fin, la moda, chicas, es otras cosas, siempre otras cosas… por eso, cuando se la trata de estudiar es un objeto tan controvertido e inasible.
Valerie Steele, que se doctoró en historia en la Universidad de Yale y desde 1997 es directora y curadora del Museo del Fashion Institute of Technology de Nueva York, acaba de sacar un libro y viene a presentarlo a Buenos Aires. Las estudiosas la conocen porque fue la fundadora y editora de Fashion Theory: The Journal of Dress, Body & Culture, la primera revista académica dedicada a los Estudios de Moda, que es también una pequeña biblia periódica de la sociología e historia de la moda. Ella ha dedicado mucho tiempo a mostrar el valor fundamental que tiene el estudio de la moda en la cultura contemporánea, porque se trata de una industria en la que interviene, el diseño, las determinaciones morales y religiosas de cada sociedad, las formas en las que responde a la historia de esas sociedades y, por supuesto, al estado de desarrollo industrial o artesanal de cada pueblo. De modo que la moda es también una forma de la opresión imperialista, de la apertura a nuevos mundos. SOY se adelantó a la charla que va a dar en el Malba junto con la periodista top especializada en moda, Victoria Lescano, y le hizo alguna que otra preguntita:
Actualmente la idea de estudiar la moda como una expresión cultural parece natural pero en su libro usted lo muestra como una lucha, ¿por qué cree que fue tan difícil?
–Creo que la dificultad de crear los Estudios sobre Moda proviene de que los académicos creen que la moda es frívola y por lo tanto banal. La moda fue asociada con las mujeres y sus cuerpos, al contrario, digamos del arte o de la historia, que siempre fue percibida como algo que trataba sobre hombres y sus ideas o acciones en el mundo.
¿Le parece que ahora la relación entre moda y feminismo es más complicada con esta nueva primavera feminista?
–No. Creo que ahora es mucho más fácil. A fines de los años 70 la mayoría de las feministas eran totalmente anti moda: era visto como algo opresivo, conformista, burgués. Pero las feministas más jóvenes encontraron que la moda tiene sus aspectos buenos y los malos; que no es intrínsecamente opresiva, aún más, podría ser auto expresiva, e incluso, liberadora