Fuente: Clarín ~ Para hacerse de dinero, locales de ropa, calzado y electrónica ya ofrecen rebajas del 30% al que abona en efectivo o con débito. Acceder a financiación ahora cuesta más.
“Evitaremos que haya pesos sueltos dando vuelta. Habrá menos pesos en la calle”. Lo había avisado Guido Sandleris, el presidente del Banco Central, al lanzar el duro plan monetario que rige desde este mes. Y cumplió. Tasas de interés súper altas empezaron a “secar” de dinero el mercado Y la medida, lejos de quedar limitada a un debate entre economistas, muestra ya efectos muy concretos en las compras diarias.
Esta “sequía” deliberada genera por ejemplo que, para un consumidor, pagar en cuotas haya pedido atractivo como táctica de ahorro. Y que ahora las mejores oportunidades sean para los que ponen toda la plata junta. Es decir, para quienes pagan al contado. Especialmente en los locales que venden bienes de medio o alto valor, como ropa, calzado y electrónica, en estos días a pleno por el Día de la Madre.
Un local de indumentaria le ofrece 30% de descuento a quien paga con billetes, pero sólo un 10% al que lo hace con tarjetas.
Sucede que, al agudizarse esta escasez de dinero, aparece un doble efecto. Por un lado, quien no lo tiene disponible sufre recargos cada vez más pesados para acceder a cuotas. Pero, por otro lado, quien va al negocio con la plata en la mano puede hacerla valer como nunca, accediendo a rebajas de contado hasta hace poco inéditas.
En una recorrida por grandes avenidas porteñas, Clarín verificó que los comercios están ofreciendo incentivos muy importantes para que sus clientes abonen en un solo pago, preferentemente en efectivo. Quienes lo hacen son premiados con descuentos que van ahora del 15 al 30% y que pueden superar incluso el 40%.
Con plásticos, menos descuento: un recurso que se extiende en los locales.
“Con pago en cash, 20% menos”. “Todo 30% off, sólo en efectivo”. “Especial Día de la Madre, en todo el local, 25% off en un pago”. Frases de ese tipo son las que se multiplican por estos días en las vidrieras de avenidas como Cabildo, Federico Lacroze, Santa Fe y Rivadavia, especialmente en locales chicos y medianos, según se observó en el relevamiento.
“Esos descuentos solían ser del 10%, pero últimamente el foco de las promociones pasó de las cuotas a las ofertas de contado, que hoy pueden llegar al 30%”, confirmó Pedro Cascales, secretario de Prensa de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).
El que va con la plata «contante y sonante» gasta siempre un poco menos.
“Sucede porque las altas tasas llevaron a limitar o dejar de ofrecer pagos sin interés, las ventas cayeron y los comerciantes ven en ese recurso un modo de hacerse de dinero urgente para sus costos fijos sin quedar en descubierto, algo que hoy, por la misma suba de tasas, les cuesta muy caro resolver. Además, si la operación es con tarjeta de crédito, el cobro les demora mucho y les llega con un descuento, algo que hoy no todos están en condiciones de afrontar”, agregó.
“La situación es delicada porque lleva a que quien tenga un peso en el bolsillo no lo gaste. En este contexto, empresario debe seguir pagando los sueldos, el alquiler, los servicios. Y, cuando necesita plata, ofrece ese 15 o 20% de rebaja por pago al contado”, explica Fabián Xavier Castillo, al frente de la Federación de Comercio e Industria de la Ciudad (Fecoba).
Algunos locales, cada producto tiene un precio de contado y otro de «lista» hasta 20% mayor, sobre el que se calculan las cuotas. En la imagen, una zapatería de Colegiales.
Pero además de ofertas “sólo cash”, los locales apelan a otros trucos para desincentivar el “tarjeteo”. Hay negocios de ropa que ofrecen, al liquidar, 40% de rebaja en efectivo, y sólo 20% con tarjeta. Otros están fijando dos precios para cada producto: uno de contado y otro “de lista” hasta 20% mayor, sobre el que luego calculan las tres cuotas presentadas como “sin interés”.
Algunos mantienen las cuotas sin interés, pero las limitan a compras grandes, de al menos $ 2.000 o $ 4.000. Y hay hasta vidrieras con tres valores por artículo: uno “de lista” para débito, otro 10% menor para el cash y otro 10% mayor para las cuotas.
En una tienda, precios diferenciados para los pagos con efectivo, con débito y con crédito.
“Que haya tantos precios confunde a la gente y para colmo es ilegal. La ley dice que debe haber un único valor para el pago en efectivo, con tarjetas de débito y con las de crédito en una cuota, pero nadie lo respeta y el Estado no lo hace cumplir”, apunta Sandra González, titular de la entidad de consumidores Adecua.
“Los comercios están muy necesitados de vender y, además, muchos precios quedaron fijados a un dólar de $ 42 que ya bajó. Todo eso lleva a que aparezcan promociones muy fuertes y le da un mayor poder de negociación al que va con la plata para conseguir mejores precios y condiciones de pago. En bienes de alto valor, si tiene el dinero, ahora el precio lo pone el comprador”, considera Mariano Otálora, director de la Escuela Argentina de Finanzas Personales.
Pagar al contado tiene un premio atractivo, en un local de indumentaria del shopping Distrito Arcos, en Palermo.
“En situaciones de crisis como las actuales, el efectivo es el rey. Quizás no lo promocionan en la vidriera, pero si preguntás, seguro que te van a ofrecer un descuento para que entregues los billetes en lugar de usar la tarjeta”, agrega Nicolás Litvinoff, experto en finanzas personales y director de Estudinero.net.
“Muchos todavía utilizan la tarjeta de crédito como una extensión del sueldo. Pero hay que cambiar el chip porque, con las tasas actuales, eso ya no permite ‘ganarle a la inflación’. Y si luego no podés pagar todo el resumen, los costos financieros actualmente son del 110 o 120% anual”.
Según explica, para compras no urgentes de bienes que estén en pesos, y si el dólar se mantiene dentro de las «bandas de flotación», el “tarjeteo” pierde atractivo frente a otra estrategia. ¿Cuál? Ahorrar la plata necesaria haciendo plazos fijos -cuyas tasas crecieron- o invirtiendo el dinero en ciertos fondos comunes, y luego ir a comprar con los billetes en la mano para conseguir el producto con un descuento importante. “Financieramente, eso ahora conviene mucho más”, cerró.