La moda primavera/verano se enfría por falta de tela y personal, pero afloran nuevas tendencias

Fuente: Rosario3 ~ Las marcas le buscan la vuelta a un contexto de inflación récord, poca tela y menos talleres. Las estrategias para seguir produciendo y lo que se viene esta temporada.

La recuperación industrial sigue palpándose mes a mes aunque el crecimiento es menor al experimentado el año pasado, por la comparación con el 2020 y el momento de pandemia más estricto. Sin embargo, el rubro textil es uno de los más afectados por las variables económicas que ponen en jaque a la producción. Faltante de telas y métodos de financiación, más una menor oferta de mano de obra calificada por el cierre de talleres en el último tiempo, son algunas de las problemáticas que lo atraviesan.

Frente a un contexto de incertidumbre económica, con inflación récord, escasez y demora en las entregas de tela, poca financiación y dificultad para conseguir mano de obra calificada, las marcas se las rebuscan para seguir produciendo e incorporando nuevas tendencias en moda para esta primavera/verano.
 

Poca tela para cortar

La falta de tela aqueja al sector desde hace meses. En cuanto a las fabricaciones nacionales, hay poco stock y las entregas se demoran por la alta demanda. A su vez, los costos de importar telas extranjeras suben mes a mes y los proveedores cuantifican las entregas o venden con sobreprecios, a costos que se hacen muy difíciles de afrontar para las marcas locales.

«La materia prima nacional se vende a dólar oficial pero tenemos una fabricación muy pobre. En nuestro caso el 90% de los insumos son importados y como nos vemos obligados a buscar en mercados extranjeros, eso implica pagar al precio del dólar blue», explicó Sergio Collatti, al frente de la marca This Week.

«Ya desde diciembre del año pasado tomamos esa política de adelantarnos en lo que es materia prima e insumos».

Según explicó, en el mercado nacional pueden encontrarse algunos géneros básicos como algodón y friza, pero aquellas prendas que exigen un desarrollo más avanzado requieren de importaciones. Este es el caso de las camperas «tipo canelón», que según Collati sí o sí deben ingresarse del exterior ya que no hay industria nacional que pueda fabricarlas.

Según cifras de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), la producción de la industria manufacturera pyme subió 2,6% anual en junio, a precios constantes, aunque tuvo una retracción de 0,5% en la comparación mensual (contra mayo). Sin embargo, la peor performance ocurrió en textiles e indumentaria con una nueva caída anual del 6,9%.

La producción cayó 6,9% anual en junio y bajó 8,5% en la comparación mensual. Fue un mes muy difícil por el aumento de los insumos, la falta de productos como telas, tinturas, hilos, y la especulación de algunos proveedores en precios y entregas, guiándose por las fluctuaciones del dólar blue. La situación se complejiza ya que para muchos negocios trasladar el total de esos aumentos al precio final del producto implica menores ventas.

Según el Instituto de Estadísticas y Censos (INDEC), el rubro «prendas de vestir y calzado», aumentó en promedio un 80% interanual de junio del 2021 a junio del 2022 en la región noreste en la que se encuentra comprendida Santa Fe. A la hora de ser consultadas por Ecos365, varios referentes textiles coincidieron en que los aumentos estuvieron por encima del 60% en sus negocios, es decir, arriba de la inflación.

David Bargut, de Sólido INC, coincidió con que la faltante de telas dificulta la producción de las marcas que suelen trabajar con un mix entre telas nacionales e importadas. Afirmó que las nacionales vienen con retraso y que las que llegan de afuera lo hacen con costos muy superiores a lo nacional ya que se rigen en función de la divisa paralela.


«A su vez, otro problema es que se acotaron en gran medida los plazos de pago y no hay financiación. Se acota la cadena de pago y la cadena con los clientes, las empresas cuentan con menos capital de trabajo y se vuelve más difícil trabajar. Se fabrica menos y por ende se vende menos», sostuvo Bagut.

Para Máximo Geminelli, dueño de la marca de ropa infantil y adolescente Chubby Gang, la clave hoy en día está en anticiparse ya que mientras antes lo nacional competía con lo importado, hoy hay pocos jugadores que fabrican nacional, lo que se traduce en una oferta acotada.

«Ya desde diciembre del año pasado tomamos esa política de adelantarnos en lo que es materia prima e insumos y después, lógicamente, adelantarnos para cumplir con la producción sobre todo debido a la escasez de mano de obra por el cierre de los talleres de producción», indicó el empresario.

Menos talleres, menos personal

Sobre que hay poco, en la actualidad los talleres de confección se ubican principalmente en Buenos Aires, quedando las marcas «del interior» demoradas en lo que refiere a entregas de ropa. Es un problema que aqueja al sector desde hace tiempo pero que se agravó en los últimos meses por la menor competitividad de la moneda nacional.

«Hoy no hay gente que corte tela, costureras, son todas personas grandes, muy pocos jóvenes».

«Principalmente en la pospandemia se desarmaron muchos talleres, tanto de gente de Argentina como de personas de otros países de Sudamérica que decidieron volver a su país porque el tipo de cambio no les favorecía. Trabajaban acá pero a la hora de enviarle plata a su familia salían perdiendo entonces se movieron a otros sectores o dejaron el país», sostuvo Bargut.

Collati también reflexionó sobre la pérdida del oficio como fuente de trabajo e hizo hincapié en que cada vez hay menos manos de obra calificada en el sector de la confección. Es por esto que está trabajando en un proyecto para abrir una escuela de oficios y capacitar a la gente en el rubro textil. «Hoy no hay gente que corte tela, costureras, son todas personas grandes, muy pocos jóvenes, por eso hay que incentivar la vuelta de los oficios y mi idea es trabajar con alguna universidad para impartir cursos», destacó.

El drama de conseguir talleres que fabriquen indumentaria terminó por generar desbalances en el precio de la ropa infantil. Según Geminelli, la ropa de chicos compite con los costos de la ropa para adultos ya que los talleres hoy en día cobran lo mismo a la hora de fabricar la prenda, sin importar que el tamaño sea menor en su rubro.

«Son muy demandados, hay pocos y entonces se ven favorecidos a jugar con los costos. Los talleres nos aumentaron más de 100% en un año mientras que el valor de los insumos no llega a ese incremento, claramente se rigen por la ley de oferta y demanda», explicó el titular de Chubby Gang.

Ecos365 también se comunicó con Eduardo Levi, al frente de la marca rosarina de ropa deportiva Vandalia, para conocer cómo era la realidad en su rubro. En este sentido, el empresario remarcó que el caso de su empresa es diferente al de muchas marcas ya que la firma tiene una estructura completamente vertical donde fabrican y venden sus propias telas a otros negocios.

«Tejemos y teñimos nuestros tejidos y proveemos a un número importante de industrias de la confección. Solo debemos adquirir el hilado, a veces nacional y otras importado, pero no tenemos problema de mano de obra porque tenemos nuestro propio personal y no dependemos de talleres y de tercerizar la producción», señaló Levi.

Nuevas tendencias primavera/verano

Pese a todas las dificultades imperantes a la hora de fabricar, la moda sigue su rumbo y las marcas continúan apostando a innovar a la hora de acercar su oferta de indumentaria al público. Si bien la ropa cómoda como joggins y babuchas que ganaron protagonismo durante la pandemia sigue estando vigente en los percheros de una gran cantidad de locales, otros estilos se imponen para esta temporada.

En cuanto a tendencias, va ganando lugar la ropa sin género. Hablamos de prendas anchas tanto en la parte de arriba como en la parte de abajo. De esta forma, se dejan atrás las etiquetas de lo «masculino» o «femenino» para dar lugar a prendas genéricas como pueden ser remerones, shorts largos, chaquetas o camisacos, estos últimos muy presentes durante la temporada invernal.

«El volumen de ventas en la actualidad se concentra en prendas básicas».

También vuelve a tener protagonismo la «jinería», tanto en ropa de adultos como en prendas infantiles el jean como tela viene ganando lugar en las tiendas de ropa al ser un material que permite una gran confección de prendas como pantalones, camisas, vestidos y polleras, entre otras opciones. En cuanto a jeans, los modelos anchos «tipo 70s» siguen estando entre los más diseñados para esta temporada.

«En líneas generales el mundo se tornó a la ropa sencilla. No hay grandes colecciones de moda, sigue habiendo marcas de Prêt-à-porter también llamada alta costura, pero poseen un mercado pequeño. El volumen de ventas en la actualidad se concentra en prendas básicas», sostuvo Collatti.

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