En el corazón de Le Marais. La argentina que apuesta a conquistar Francia: “Ahora está de moda pero en ese momento era un negocio disruptivo”

Fuente: La Nación – María Lee lleva más de diez años trabajando con diseñadores y artesanos en Argentina y ahora replica el proyecto en la capital de la moda

María Lee está sentada en la oficina contigua a Panorama, la tienda de diseño que acaba de inaugurar en el corazón del Marais, en París. Detrás de su pelo pesado, oscuro y lacio, que continúa más allá de lo que la cámara del zoom permite ver, lleva un suéter de baby alpaca de todos colores hecho en Perú. La imagen dura poco, María se mueve y pronto solo quedan en primer plano sus ojos rasgados, esos que denotan su ascendencia coreana. Inquieta, sale a la vereda de la rue des Filles du Calvaire y se la escucha saludar a vecinos que pasan caminando, cuenta que ya la conocen todos, que fueron sus primeros clientes y que conversar cuando vienen a comprar un regalo es una de las cosas que más le gusta de su trabajo.

María lleva el diseño en la sangre

Su padre emigró de Corea del Norte a la Argentina a los 22 años, junto a sus seis hermanos. Eran textiles, habían tenido fábricas allá y abrieron dos más en Buenos Aires. Lee hacía tejido de punto para marcas como Vitamina o Via Vai y fue el primer empresario textil en estampar “hecho en Argentina” en las prendas. Quebró en los 90 con la apertura de las importaciones. Él murió cuando María, la mayor de sus cinco hijos, tenía 14.

Diez años después, María, con dos socios, fundó Panorama, una tienda conceptual en la que hace una selección rigurosa de artesanos y diseñadores y en la que se puede encontrar joyería tradicional mapuche, ropa firmada por Martín Churba, suéteres de fibras naturales u objetos elaborados por comunidades indígenas. “Ahora está de moda pero en ese momento fue un modelo de negocio disruptivo”, dice María. La tienda, ubicada a metros del Botánico, fue pionera y sigue siendo referente en materia de curaduría de diseño. Panorama supo tener su lugar en Punta del Este durante algunos veranos, pero el objetivo de María siempre estuvo claro, desembarcar en la ciudad de la torre Eiffel.

María Lee en su tienda Panorama en París
María Lee en su tienda Panorama en París

Aterrizó por primera vez en París cuando su amigo, Juan Costa Paz, fue designado director creativo de Kenzo en esa ciudad, hace 10 años, y desde entonces visitó el país cada año. “Gracias a Juan vivía como local. De lo contrario, es un lugar muy hostil, todo el mundo está en la suya, la manera de vincularse es muy distinta”, dice. Tal fue el flechazo de María con París que le recomendó a su hermana Felicitas, estudiante de arquitectura en la UBA, que hiciera un intercambio en esa ciudad. “París es fantástica para estudiar. Felicitas vino hace 9 años y nunca más se fue. Hoy es una francesa más, se maneja con ese temperamento”, describe.

María Lee durante su viaje por Normandía, el lugar donde empezó la selección de artesanos en Francia
María Lee durante su viaje por Normandía, el lugar donde empezó la selección de artesanos en Francia

Fue en 2020 cuando las Lee pensaron en París como una opción concreta para expandirse. “Vi acá la posibilidad de trabajar con artesanos que son maestros, Francia es un país que financia un montón el artesanado. Existe la ciudad de los cuchillos, la de los platos, la de la cerámica, el lugar donde se plisa la seda. En nuestro país todo se va diluyendo y cada vez es más difícil reconstruir”, compara Lee y agrega: “La Argentina te genera una ansiedad de ‘compremos que se termina, se acaba y no vuelve a entrar’ y además hay una cosa de apología a lo que viene de afuera, distinto a Francia que, particularmente, cuida mucho el artesanado, lo acompaña económicamente y el cliente final, lo respeta, aun cuando no lo pueda pagar”.

En el camino y como si hubiera operado una ley física de atracción, apareció Clara Piaton, una parisina que María había conocido cuando pasó un año en Buenos Aires. “Quiero hacer en Francia lo que vos hacés en Panorama”, le dijo y ella, rápida, levantó el punto: “Me encantaría y quiero involucrarme”. El 2021 sumaron a Felicitas, según María más ordenada que ella para hacer operaciones, y las tres pergeñaron el proyecto. “Al principio queríamos aplicar a líneas de financiamiento del ‘hecho en Francia’ pero nada era posible en la medida que nosotras no empezáramos a invertir nuestra propia plata. Yo sabía que valía la pena, porque siempre lo he recuperado”, dice María.

María y Felicitas Lee y Clara Piaton
María y Felicitas Lee y Clara Piaton

Las tres socias pusieron manos a la obra y el año pasado empezaron con una prueba piloto, alquilaron un local temporario y armaron un pop up para celebrar los 10 años de Panorama en París. “Estaba previsto que dure un mes, al final nos fue tan bien que duró dos y fue ahí, cuando vimos esa respuesta, que dijimos quedémonos acá y busquemos un local para poner la tienda ya de forma permanente”.

María Lee y Clara Piaton
María Lee y Clara Piaton

Obsesionada con el barrio, María finalmente consiguió un lugar a metros de donde había funcionado el pop up. “El local había estado cerrado durante la pandemia. Post Covid y en medio de la guerra de Ucrania, los franceses estaban asustados, nadie quería apostar a nada. Entonces había mucho en alquiler. Este espacio, por ejemplo, estaba a un precio muy bajo por metro cuadrado”, cuenta mientras enfoca la pequeña vidriera con su celular y subraya que allí le permiten otra proyección porque el alquiler es a tres años con opción a nueve, lo que significa mucha más previsibilidad.

Poner en marcha una tienda en el Distrito III, el más vanguardista de París, entre gastos de inmobiliaria, anticipo y depósito, es algo muy costoso, pero la apuesta las entusiasmaba. Fue entonces un préstamo del Crédit Coopératif y la ayuda de la madre de las Lee que impulsó el proyecto de estas emprendedoras, “porque Panorama sigue siendo un espacio independiente”, recalca María.

María Lee junto a su socia Clara Piaton
María Lee junto a su socia Clara PiatonStella Berkovsky

Hace un mes el sueño se cumplió y el proyecto abrió sus puertas. “Lo que hoy se vende en la tienda es el resultado de una búsqueda de diseñadores y artesanos que fui conociendo durante más de una década en Latinoamérica y ahora también en Francia. Estuve en Bretaña, Normandía y Provenza. Lo más importante es llegar a los primeros cinco artesanos, después es fácil porque ellos mismos te recomiendan a quién ir a ver, y eso es clave porque son ellos los que más saben. Para mí esta tienda es parte de una búsqueda antropológica”, concluye.

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