En Córdoba: por qué la ropa está 75% más cara que el otoño pasado

Fuente: La Voz ~ El precio de las prendas de vestir de las marcas líderes sorprende a los consumidores. La industria asegura que no se comportan diferente a otros sectores. Razones y polémica. Florencia Ripolldomingo, 8 de mayo de 202200:00 hs

Tapados o camperas que se llevan el 50 por ciento del salario promedio de un cordobés con empleo formal, jeans y zapatillas que superan el valor de un alquiler y trajes que lo duplican, triplican o cuadriplican.

Los precios de la indumentaria en vidrieras y tiendas digitales de las principales marcas producen un efecto similar al de otros productos en este contexto de inflación acelerada y erosión salarial: shockean al consumidor y le resultan prohibitivos.

Sin embargo, en el caso de la ropa, el fenómeno genera mayor discusión pública que las subas de otros productos (“los medicamentos”, reprochan como ejemplo desde la industria textil).

La polémica es de larga data y se actualiza en contextos como el actual: ¿es particularmente cara la indumentaria en Argentina? ¿Existen precios más altos debido a falta de competencia, porque el Estado regula con aranceles y controles las importaciones?

En el trasfondo aparece la clásica tensión entre proteccionismo industrial y apertura económica, y la discusión respecto de donde está el punto justo para la mejor resolución de esa puja (ver página 3).

Empresarios y entidades del sector, como la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (Ciai) o la Fundación Pro Tejer, enumeran factores para explicar la suba de precios e insisten en que no operan con privilegios respecto de otras ramas productivas.

Aseguran, además, que si se amplía la mirada desde último año al quinquenio, a nivel nacional los precios de la indumentaria crecieron por debajo de los bienes en general (553 contra 536 por ciento en los últimos cinco años, respectivamente) y mucho menos que los de remedios (688 por ciento contra 535 por ciento) y los autos (887 por ciento).

Aumento de costos e insumos en prendas y ropa

En Córdoba, y según datos del IPC que mide la Dirección de Estadísticas de la Provincia, las “prendas de vestir” llegaron este otoño a las vidrieras con una suba del 75,56 por ciento (incremento interanual de marzo); el séptimo mayor aumento incremento entre los 120 rubros de todo tipo que monitorea al indicador. El salto de la ropa sí fue superado por el de prácticas médicas (cirugía, partos e internaciones aumentaron 101 por ciento), paquetes turísticos (98 por ciento) y servicios recreativos (85 por ciento); entre otros ítems también asociados a esas actividades.

Un dato que vale aclarar: marzo es un mes que habitualmente marca subas fuertes en la indumentaria debido al cambio de temporada con ingreso de las prendas de estación fría. Algo similar sucede con septiembre.

Si la evolución de los precios de las prendas se mira dentro de la de todo el sector textil (producción de hilados, de otros artículos, reparaciones y alquiler de prendas); el incremento interanual promedio en Córdoba fue del 73,2 por ciento. El calzado, en tanto, registró una inflación interanual del 50 por ciento.

En perspectiva desde 2016 a hoy, los precios de la indumentaria en Córdoba crecieron por encima del nivel general del IPC, y los del calzado por encima de ese lapso, hasta agosto de 2021. (ver gráfico).

Precios por ascensor, salarios por escalera

El impacto de los precios se refuerza al chocar con los ingresos desgatados por la inflación de los cordobeses. Datos oficiales actualizados a marzo por el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa) señalan que el sueldo bruto -sin descuentos y con aguinaldo prorrateado- de los cordobeses mejor empleados; es decir asalariados privados formales, promedia los 157 mil pesos. Con descuentos, al bolsillo llegan unos 130 mil pesos.

Pero la cuota más numerosa de la población está por debajo de eso: el masivo universo de jubilados, cuentapropistas no profesionales y beneficiarios de ayuda social. Sus ingresos se ubican, en promedio, por debajo de la mitad del primer grupo.

Con esos sueldos, pagar 10 mil pesos por un jean (en marcas clásicas de shopping arrancan en ese nivel en su mayoría, llegan fácil a los 15 mil y pueden superar los 20 mil pesos en algunos casos) o 15 mil por una zapatilla de marca deportiva internacional se acerca a una utopía.

La gran mayoría de ese universo consume por fuera de los shoppings: comercios a la calle del centro o barriales, redes sociales, ferias y showrooms.

Pro Tejer destaca que la medición del Indec de inflación no considera el “corrimiento” del consumo hacia esos canales y sigue dando a los centros comerciales –el circuito donde priman las primeras marcas- un peso excesivo en el relevamiento de precios.

¿Sólo en Argentina?

Según datos de la Ciai, los precios de la ropa que se ven en vidrieras se explican casi en un 50 por ciento por cadena de valor textil (costo de insumos, producción, marketing, publicidad, logística, etc.). La otra mitad se compone de impuestos (26,2%), alquileres (con particular impacto del canal shoppings, un 20 por ciento) y comisiones y financiamiento de tarjetas de crédito (casi cinco por ciento).

“Desde agosto de 2021 empezó a activarse levemente el consumo, luego de años muy duros en 2018 y 2019 por recesión; y 2020 y parte de 2021 por la pandemia. Los datos del Indec muestran que entre 2016 y a febrero de 2022 la indumentaria no subió más que el resto de los bienes, bajó los precios aún sin vender. Lo que comenzó a pasar desde 2021 es que empezó a recuperarse el consumo y los precios, que estaban atrasados, iniciaron también su recuperación”, argumenta Claudio Drescher, voz del sector desde la presidencia de la Ciai.

Por su parte, la Fundación Pro Tejer –otra voz sectorial- destaca que los insumos textiles vienen registrando subas históricas en el mundo a raíz de la crisis y la guerra en Ucrania: entre marzo de 2020 y 2022 el algodón trepó 108 por ciento en dólares; mientras que nylon, poliéster, viscosa y acrílico también subieron. También se disparó el precio internacional del flete.

El economista Matías Surt, titular de la consultora Invecq, relativiza este argumento señalando que en una muestra de 40 países de Europa, América, Asia y África relevada por la entidad, la indumentaria se abarató en los últimos cinco años como en Argentina pero, incluso desde diciembre de 2019 hasta marzo, último siguió bajando (10 por ciento promedio), sin mostrar el quiebre de tendencia de la local.

Pro Tejer señala en un informe reciente que “el mismo modelo de jean y remera de marca premium es más barato en Argentina que en Estados Unidos”, el problema es “el retraso del poder adquisitivo de los ingresos”.

Sin embargo, un relevamiento realizado por el Ieral de Fundación Mediterránea para La Voz en abril de 2021 arrojó que Argentina presentó precios en dólares elevados respecto de otros 14 países de la región, Europa y Asia. Aquí se registró el valor más alto para un vestido tipo de la cadena internacional Zara y el más alto para zapatillas deportivas de marca internacional. Un jean Levi´s resultó más caro que en cinco países y más barato que en nueve.

Foto ilustrativa. (La Voz / Archivo)
Foto ilustrativa. (La Voz / Archivo)

La polémica por las importaciones y su impacto en los precios

“Es incorrecto atribuirle a la industria nacional el aumento de los precios de indumentaria porque el IPC registra un mercado con alta incidencia de ropa importada (al focalizar en el canal centros comerciales)”, asegura en un informe de marzo la Fundación Pro Tejer, integrada por empresas del sector textil. “Las importaciones de prendas de vestir aumentaron 81 por ciento en el primer trimestre de este año comparado con el mismo período de 2021; y 57 por ciento respecto de 2015. El tipo de cambio se incrementó 20 por ciento en el último año encareciendo aún más la ropa importada. Es falso afirmar que el ingreso de productos importados disciplina para abajo los precios locales”, insiste.

Sin embargo, el mismo relevamiento entre privados de Pro Tejer muestra que el ingreso de insumos y productos textiles en este trimestre está a la mitad del registrado en 2018, año en que bajo la gestión de Mauricio Macri se favoreció un mayor ingreso de prendas y zapatos terminados. Ese año, el precio de la ropa empieza a subir por debajo del de bienes en general, según datos de la Ciai; aunque, como señala la entidad, el fenómeno consiste con una recesión en el sector que deprime los precios.

El economista Matías Surt, titular de Invecq, hace la lectura inversa a Pro Tejer en una publicación reciente: “Las importaciones del sector aumentaron un 90 por ciento en toneladas desde fines de 2015 hasta mediados de 2018; según el Indec. Desde mediados de 2018 a hoy cayeron 40 por ciento, más que las importaciones totales. Esto da cuenta de que, así como en 2012-2015 hubo una política proteccionista más fuerte en el sector que en el resto de las importaciones, eso se repite desde 2020″.

Para Surt existe una correlación clara entre la reducción de la competencia en el sector a través del control de importaciones y el encarecimiento relativo de la indumentaria.

Un dato de color que destacan quienes acusan a la industria de ser blanco de “proteccionismo” es que Ariel Schale, actual secretario de Industria, Economía del Conocimiento y Gestión Comercial Externa en el ministerio de producción, fue director ejecutivo de la Fundación Pro Tejer. Su área es clave en la autorización de importaciones.

Claudio Drescher

Presidente de la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (Ciai)

Subas. “Me llama la atención como se focaliza en los precios de la indumentaria y no en las subas superiores que han tenido productos como autos y medicamentos. Uno puede elegir qué prenda se compra o no, pero a un antibiótico no puede dejar de adquirirlo”.

Variedad. “Cuando en los medios se hacen notas sobre los precios de la ropa se miran primeras marcas de shopping, es como tomar referencia vehículos Mercedes Benz o Audi para analizar el precio de los autos. Los sectores de menores ingreso consumen en otras canales, como ferias y otros. En Argentina existe una amplia variedad de marcas que ofrecen prendas a todas clase de precios. Hay camisas de 3.500 pesos al público y otras que sólo de costo arrancan en ese nivel”.

Empresarios. “Es absurdo pensar que el sector textil está compuesto de empresarios malos que se comportan de manera diferente a otros sectores. Esta industria se está recuperando, de a poco, de cuatro años terribles”.

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