Fuente: Fashion Network – En el ámbito de las franquicias, el sector de indumentaria se consolida como una de las opciones más sólidas y con mayor proyección en Argentina.
Las franquicias de ropa mantienen su atractivo gracias a la estabilidad del mercado, la permanencia del interés del público y un riesgo relativamente bajo, al no depender de productos perecederos. A diferencia de otros rubros, la moda permite combinar rentabilidad con expresión cultural, lo que la vuelve especialmente atractiva para emprendedores con afinidad por el diseño y las tendencias.
Marcelo Bernardini, socio de Franquicias que Crecen, señaló al portal IProfesional que “es crucial elegir una franquicia con una trayectoria comprobada, tanto a nivel local como internacional”. Este criterio garantiza un modelo de negocio probado, lo cual reduce riesgos para el franquiciado. Además, destaca que una franquicia exitosa no solo ofrece una marca reconocida, sino también soporte integral: capacitación, asesoramiento continuo y un equipo con experiencia que acompaña al franquiciado en su crecimiento.
Otro elemento clave es la estrategia de marketing. “Abrir un local no garantiza ventas si no hay una estrategia clara para conectar con el público”, advierte Bernardini. Por eso, los franquiciantes deben ofrecer planes de marketing adaptados al entorno local y al perfil del cliente objetivo.
Según Bernardini, las franquicias de indumentaria requieren una inversión inicial que oscila entre los 50 000 y 60 000 dólares, cifra que contempla el stock inicial y la adecuación del local.
Este tipo de negocios es ideal tanto para emprendedores apasionados por el retail y la moda como para perfiles más administrativos. Por su parte, las franquicias de servicios —como las educativas o de salud— pueden demandar entre 35 000 y 60 000 dólares, dependiendo del equipamiento necesario.
En cuanto a la expansión territorial, Buenos Aires sigue siendo el núcleo principal de las franquicias en el país. Sin embargo, las ciudades del interior ganan protagonismo por sus menores costos operativos y la menor presencia de competidores nacionales.
Zonas como San Vicente, Nordelta y Pilar en el Gran Buenos Aires, junto con centros comerciales como Unicenter y Alto Avellaneda, se mantienen como espacios estratégicos, especialmente para marcas de indumentaria, gastronomía y servicios de conveniencia.
El interior del país representa una oportunidad destacada para quienes buscan posicionarse como pioneros en nuevas plazas. Según Bernardini, “el crecimiento en estas zonas responde a la expansión urbana y el desarrollo de centros comerciales, lo que genera una base sólida para nuevas marcas”.
Una tendencia en aumento es el modelo de franquicia para inversores pasivos. En este formato, los inversores buscan negocios que requieran una participación mínima en la gestión diaria, confiando en el soporte del franquiciante para operar eficientemente.