Fuente: – Cronista – Los fundadores de Bagunza, Kiricocho y Ka Wirth detallaron sus experiencias emprendiendo en la Argentina y sus estrategias de expansión durante la Convención Nacional de Franquicias.
En la Argentina hay alrededor de 240.000 emprendimientos, según la Asociación de Emprendedores de Argentina (ASEA), que para posicionarse en el mercado deben hacer frente a una serie de desafíos estructurales, financieros y estratégicos.
Durante la Convención Nacional de Franquicias, los fundadores de Bagunza, Kiricocho y Ka Wirth dieron su visión sobre las implicancias de emprender en el país y sus estrategias de crecimiento.
«Siempre se recomienda un crecimiento paulatino y nosotros nos encontramos en una situación donde, de un día para el otro, nuestra marca se posicionó a nivel nacional», cuenta Luciano Gianzi, socio y fundador de Bagunza, la marca de ojotas personalizadas que se hizo viral luego de que Leo Messi posteara una historia posando con las ojotas que Gianzi le había regalado.
El emprendedor explica que «el crecimiento forzado nunca es bueno». En ese sentido, su principal desafío fue lograr que ese crecimiento no perjudicara a la marca nacida hacía dos años. «Aprendimos que las cosas tienen que ir a su tiempo», dice.
Para Juan Diego Fontenla y Martín Mazza, dos exfutbolistas del ascenso y creadores de la marca de indumentaria Kiricocho, es necesario desarrollar una estructura interna que lleve al crecimiento del negocio, «profesionalizar las decisiones y armar un equipo de planificación y presupuesto financiero». La empresa, que nació hace diez años, actualmente cuenta con dos locales propios y nueve franquicias distribuidas en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos, Salta, Tucumán y Chubut.
Su estrategia de negocio es franquiciar la marca en las diferentes provincias de la Argentina, y crecer en locales propios. En cuanto a su objetivo a largo plazo, proyectan internacionalizar la marca y llevarla a ciudades como Miami, Barcelona y Nápoles.
«La planificación se da con las posibilidades que se van generando en el camino. A medida que uno va creciendo entiende que es muy importante la planificación de los objetivos, de la estrategia comercial y digital, pero todo eso viene con el tiempo. La primera etapa del emprendimiento es ponerle el cuerpo porque se aprende con la práctica. Previamente, uno puede hacer un esquema, imaginarse un millón de cosas de cómo ve su producto, pero después el público te lo va diciendo y para eso hay que trabajar y gestionar mucho», detalla Juan Diego Fontenla.
En esa misma línea habla Ariel Godoy, quien junto a su pareja Karina Wirth son los fundadores de Ka Wirth, una empresa dedicada al cuidado integral de uñas, pestañas y cejas. Godoy sostiene que la planificación y la organización son las bases de una empresa «sólida». «Se necesita un plan a seguir, que debido a nuestra economía, varía, pero esto va a hacer que los procesos se hagan mucho más rápido y el negocio marche mejor. Pero eso se aprende en el camino y hay que estar comprometido para hacer rentable el negocio», dice.
Hoy cuentan con 12 locales propios y 38 franquicias, ubicados en el Área Metropolitana de Buenos Aires, Mendoza y próximamente en Córdoba.
Destaca además, que para escalar el negocio es necesario comenzar a mecanizar procesos: «Ahí es donde el emprendedor pasa a nivel empresarial. La clave está en no limitarse». Y agrega: «Un emprendedor tiene que saber que la plata que se genera en el negocio es del negocio para así estructurarlo y escalarlo. Para que las cosas salgan bien tenemos que destinar dos o tres años de nuestras vidas al 100%«.
Sin embargo, la planificación se dificulta cuando el contexto macroeconómico es tan volátil como el argentino. En ese sentido, los emprendedores mencionan que éste se presenta como el principal desafío a la hora de desarrollar un negocio, junto con la falta de acceso al crédito que dificulta el panorama financiero cuando lo que se requiere son grandes inversiones.
«Nuestra inversión fue muy a pulmón. Toda la ganancia de la empresa y todo su crecimiento lo fuimos volcando de vuelta al producto y a la estructura. Eso lo paga uno con su bolsillo y al principio no recibís ingresos en pos de ganar en crecimiento. Esta es un poco la dinámica de cualquier emprendedor, hasta que se genera la estructura suficiente que ya no requiera de inversiones tan grandes como en la etapa de crecimiento», sostiene Fontenla.
Para Gianza el mayor problema es «la inestabilidad del país». Sostiene que producir en la Argentina es muy costoso en comparación con la región y que eso lleva a reestructurar la estrategia del negocio. «Si trasladás todos los costos al producto se encarece mucho el precio para el consumidor final, por eso hoy está viniendo todo de afuera. Hoy tenés que subirte a ese tren e importar porque sino te quedás afuera del mercado«, dice. Si bien actualmente su producción es 100% nacional, a partir de agosto comenzarán a importar parte de su producción para no perder competitividad.
La marca también tiene presencia en Chile y actualmente están explorando entrar en el mercado uruguayo y mexicano.