Benito Fernández y Min Agostini: los diseñadores argentinos convocados para las fashion weeks del mundo

Fuente: Infobae ~ A Fernández lo convocaron para el New York Fashion Week y a Agostini para el México Fashion Week. En diálogo con Infobae contaron detalles de sus colecciones y su participación en las pasarelas internacionales

Si hay algo que tenemos en nuestro país son diseñadores talentosos. Entre ellos se encuentran Min Agostini y Benito Fernández, dos firmas de la moda cuyas prendas son identificables con sólo un vistazo.

A pesar de estar en tiempos de pandemia, la moda continúa y los shows de las semanas de la moda siguen con el calendario pautado a nivel mundial. Y estos diseñadores argentinos fueron invitados a ser parte de la agenda global.

El calendario de la moda abrió con Nueva York, de una manera muy diferente a la que estamos acostumbrados: con medidas sanitarias muy estrictas y con transmisiones vía streaming de todos los desfiles. NYFW sorprendió y se pudo llevar a cabo sin inconvenientes. Benito Fernández presentó «Cambalache» en Nueva York Fashion Week

Desde Argentina, el diseñador elegido para esta Semana de la Moda fue Benito Fernández. Convocado a través de Fashion Designers of Latin America lo invitaron en medio de la pandemia y aceptó rápidamente. “Haber presentado mi colección ahí es un sueño hecho realidad, sobre todo de la mano de Valeria Mazza, que hizo el cierre. Es súper importante haber formado parte de la New York Fashion Week. Primero porque es una de las pasarelas más modernas que conecta con mucha gente y también porque a mi me encanta verla”, dijo Benito a Infobae.

El diseñador contó que convocó a su amiga Valeria Mazza para “devolverle a la industria de la moda algo de lo que tanto se merece en estos momentos de crisis siendo uno de los sectores más golpeados por la pandemia. Ella, además, fue un gran ícono de los 90”.

Los vestidos cortos de lentejuelas, un ítem infaltable en las colecciones de Benito

Si bien Benito no viajó a la Gran Manzana, su desfile lo hizo vía streaming como el resto de los shows que se presentaron en el calendario oficial. En su video a puro color, el diseñador con más de 30 años en la moda mostró al mundo su temporada de verano llamada “Cambalache”, una línea 100% reflejada en su ADN y en la identidad del país con mezcla de texturas, brillo y mucho color.

“Lo que más me gustó de haber estado virtualmente en el calendario de la moda de la Nueva York Fashion Week es estar en una de las pasarelas más importantes y llegar a diferentes lugares de diversas maneras, porque todo va a cambiar, desde las formas de comunicar, el marketing, la venta y los contenidos”, agregó Benito.

Las camisolas, la prenda que Benito dijo que este verano serán las protagonistas

En su colección “Cambalache”, para el verano, el diseñador presentó ropa más suelta y cómoda, con telas de algodón. Pantalones anchos, camisolas y las túnicas que son las verdaderas protagonistas de la temporada. Para la paleta de color, los vibrantes como los amarillos con detalles en negro son los hit. “Los jeans y las túnicas son las prendas que este verano no te pueden faltar en el vestidor”, sugirió Fernández.

Min Agostini esta vez se puso en la piel de la modelo para presentar sus colecciones como un cuerpo real

La diseñadora y arquitecta Min Agostini fue otra de las convocadas para presentar sus diseños en el exterior. Fue en México, para el Mercedes Benz Fashion Week México. La Cancillería Argentina la seleccionó y la invitó para en octubre estar virtualmente mostrando su creatividad al mundo latinoamericano.

“Para mí es muy importante participar ya que es una plataforma que se lanza para todo el mercado latinoamericano. Presentaré mi concepto de ‘una prenda muchos usos’ también ya que no serán piezas únicas sino que es la primera vez que voy a poder hacer un seriado y repetir prendas”.#unaprendamuchosusos por Min Agostini

Bajo su premisa que apuesta a piezas de diseño que son para toda la vida, sus nuevas líneas las diseñó sobre un maniquí y tienen una sola costura, ya que no trabaja con molderías y estas se pueden adaptar a muchos cuerpos, estructuras y siluetas diferentes para todos los talles, de un XS hasta un XL.

Sobre la paleta de color elegida para la temporada de primavera-verano 2021 de Min Agostini, la diseñadora optó por los amarronados, los beige, mostaza combinados con el malva, el verde agua, el naranja y el azul estridente, con blancos.

Las piezas de Min Agostini son para todos los cuerpos y tienen como objetivo envolver a talles de un XS a un XL

El evento se llevará a cabo del 14 al 17 de octubre bajo un formato híbrido que combina el retorno controlado de los eventos presenciales con un programa de contenidos exclusivos en sus plataformas digitales. Sin embargo, todavía la hora y el día en el que se estará presentando esta nueva cápsula de Min no está definida, pero todos los diseñadores argentinos presentarán sus colecciones mediante un video colectivo de todos los participantes elegidos por Cancillería.

Elsa Serrano, la identidad de una mujer con más de cuatro décadas de trabajo en el mundo de la moda

Fuente: Infobae ~ Elsa Serrano, de 73 años, murió anoche durante un incendio en su departamento de Maipú al 900, en el barrio de Retiro. La diseñadora de moda vivía sola y se encontraba en el inmueble cuando ocurrió el desperfecto técnico que provocó la tragedia.

En 2018, la modista había brindado una entrevista a Teleshow, en la que repasó su carrera y habló de su vínculo con Zulemita Menem, los secretos de los vestidos de boda de Susana Giménez y Claudia Villafañe, sus viajes por el mundo como modista oficial del menemismo y la crítica situación que la llevó a cerrar su empresa y reinventarse hasta sus últimos días.

Aquí, la entrevista completa.

“Decidí no fabricar más. Lo que ven acá es lo último que tengo para vender y recibo a las clientas con turno cuando me llaman para algo puntual. Pero le di de baja la empresa, me hice monotributista, porque si algo tuve en mi vida es que hice todo legal siempre. Cuando teníamos la maison yo defendía mucho a los trabajadores, a las modistas que venían en horas extras, a la gente de la oficina. Siempre le decía a mi ex marido: ‘Hay que aumentarles’. Y él me respondía: ‘Vos sos Evita’”, contaba entre risas.

Elsa Serrano dijo “basta”. Ella, que vistió a las personalidades más célebres de la Argentina (de Mirtha Legrand a Susana Giménez, de Amalia Lacroze de Fortabat a Norma Aleandro). La misma que viajó por el mundo como modista oficial de dos primeras damas, María Lorenza Barreneche, la esposa de Raúl Alfonsín, y Zulemita Menem. La mujer que, con sus creaciones, trazó un concepto estético de lo que el imaginario colectivo recuerda como los años ’90 en la Argentina. La que tuvo una impactante maison donde recibía a sus clientas famosas y entró en quiebra durante la crisis de 2001.

Alejada de aquellos momentos de brillo y alta exposición, dijo “basta”. Entonces su nombre, siempre asociado a una colección, al glamour noventoso y la noche, a tailleurs o a vestidos de novia volvió a ser eso: la identidad de una mujer con más de cuatro décadas de trabajo.

“Primero estuvo Gino (Bogani). Yo empecé en el 75 y (Roberto) Giordano en el 73. Era una época en la que no éramos tantos en este mundo. Por supuesto que había boutiques, pero no éramos muchos. Ahora hay muchos, son tantos que ni yo los conozco”, señaló la diseñadora, que llegó a la Argentina con toda su familia desde Italia cuando tenía 9 años.

«Vengo de Calabria. En la intendencia de mi pueblo me quieren mucho, justamente me llamaron la semana pasada porque me dieron un premio. Siempre dicen ‘los dos más importantes del mundo son Gianni Versace y Elsa Serrano’. Nosotros no somos del mismo pueblo pero sí de Calabria», aclaró.

-¿Con su familia vino a la Argentina en barco? -Lógico, ¡21 días en barco! Somos una familia numerosa, con 11 hijos. Uno de ellos quedó allá y los otros diez vinimos para acá. Mi padre era agricultor. Así que vinimos a vivir a una casa muy linda acá en Buenos Aires. Mi padre, que ya había estado acá, la había comprado. En la calle Maure, una de esas casas con vitraux, con habitaciones una atrás de la otra, muy muy linda. Fui a la escuela del Estado, al Liceo 9. Iba caminando como diez cuadras todos los días.

-¿Y qué pasa cuando termina el colegio? -Yo quería seguir odontología, nada que ver con nada. Pero no fue para mí. Así que me caso, a los 19 años y tengo una hija divina. Siempre me encantó la moda y como mi primer marido viajaba mucho, para que yo no me aburriera compramos un local en Belgrano y abro mi primera boutique. Traíamos toda ropa importada. Después de 10 años de matrimonio me separo y conozco a Serrano, un textil que me vendía tela. Nos casamos en el 75. Cuando volvemos de luna de miel le dije: “¿No me dejás ir al taller para ver cómo lo hacen?”. Y fui. Justamente tenía en ese momento un género increíblemente lindo para mí, a lunares Entonces lo usé para hacer un vestido. Él en ese momento él vendía muchísimo al interior y llamó a los vendedores para que lo vieran. Y los vendedores dijeron “no, señora Serrano, esto es un vestido para mucama”. Usaban esa palabra que es horrible. Pero lo llevamos igual. Se llamaba 1015 el artículo. ¡Lo llevaron todos los vendedores y fue un éxito rotundo! Tenía cuello blanco con una camelia colorada. Creo que con el gusto sigo teniendo ese ojo.

La alianza entre el empresario textil y la diseñadora rindió sus frutos. El suceso fue tal que, de un pequeño lugar pasaron, con los años, a tener un espacio enorme en el Barrio Norte porteño, en la calle Mansilla.

«Nos mudamos a un lugar en la calle Salguero hasta que llegamos al monstruo de Mansilla. Era un emblema, era único. ¡Lo tiró el Banco Nación abajo! Pero no importa, de las cosas feas no me gusta acordarme. Ahí estuvimos veintipico de años», recordó emocionada, mientras algunas lágrimas caen de sus ojos.

Los años ochenta fueron el comienzo del gran imperio de Elsa Serrano, que además de diseñar ropa pret a porter pensada para las mujeres argentinas, comenzó a expandirse. Tanto que llegó a vestir a estrellas internacionales que pasaban por Buenos Aires.

«A Joan Collins yo le hacía los tailleurs, también usaba los enteritos míos que ahora les dicen monos. También vestí a Gina Lollobrigida, Sofía Loren, Catherine Deneuve, Maya Plisetskaya», completó.

Poco después la modista comenzó a ser convocada para un rol muy especial: vestir a la esposa de Raúl Alfonsín y a las mujeres de varios funcionarios de su gobierno.

«Cuando lo eligen yo estaba en Italia. Me llama mi hermana y me dice: ‘Elsa, tenés que volver’. Le digo: ‘No, ahora vamos hasta Londres. ¿Por qué?’. ‘Porque viene la señora de Alfonsín, de Borrás, de Trócoli, todas'». Y le digo: ‘¿Quiénes son?’. Yo jamás me había interesado por esas cosas. Ahí me dice: ‘¡La señora del nuevo presidente’. Entonces escucha mi marido y dice: ‘Mañana sacamos pasajes y volvemos’. Fue así que vestí a toda la familia Alfonsín y a las otras mujeres, los quiero mucho», recordó.

Aquellos primeros años tras el regreso a la democracia resultaron una explosión en la vida de la creadora. Entre otras cosas, diseñó el vestido que Norma Aleandro usó en la entrega de los premios Oscar cuando ganó la película argentina La historia oficial.

«¡Se lo hice por teléfono! Con su simpleza me dijo: ‘Tana, me nominaron. Haceme lo que quieras, Tana’. Y se lo mandé con el marido porque ella estaba filmando afuera. Aquel famoso escote en esa época dio mucho que hablar. Yo lo hago de toda la vida: atar un elástico a la pierna para que el escote quede así, un truquito que no saben muchos», agregó.

Después llegarían dos bodas muy recordadas: en 1988 la de Susana Giménez con Huberto Roviralta y, un año después, la de Claudia Villafañe y Diego Maradona.

«Yo a Susana la vestí doce años para la tele y para su vida. Y también a la mamá y a la hija. Para mí Roviralta era un señor.Yo iba mucho al canal. Un día me dice ‘me caso’. Esto sería el 20 de noviembre y yo me tenía que ir a Europa a buscar unas telas para unas árabes. Le hice el vestido y ella vino después y se lo probó para ponerle el cierre. La enagua era de encaje francés. Ese vestido creo que lo copió el país», apuntó orgullosa.

Un año después, llegaría la recordada boda de Maradona en el Luna Park.

-¿Cómo fue la convocatoria para trabajar en la ropa del casamiento de Maradona y Claudia? -Un día me vino a ver (Guillermo) Coppola y me dijo que se casaban. Después me llama Claudia y me dice: ‘Elsa, acá me vino a ver Valentino, todos. Se enteraron y quieren hacerlo. Pero Diego quiere que lo hagamos con vos’. Yo le dije: ‘Claudia, te doy un consejo. Decile a Diego que es muy feo a mitad de la noche cambiarse’. En un momento se pensó que iba a usar un vestido mío y después uno italiano. A mí esas cosas de nuevo rico no me gustan, me gusta algo simple. Y a los 10 minutos ¡me llama Diego! Me dice: ‘Lo que vos digas’.

Elsa Serrano terminó vistiendo a las dos familias. «Entonces me fui a Nápoles, les tomé las medidas. Porque no era solamente la ropa de Claudia, nosotros en esa época teníamos ropa de hombres. Le hicimos la ropa a Diego, a los padrinos, a la mamá, a las hermanas, a la suegra, todos. Diego es un loco pero es un divino, una persona divina», afirmó.

Los años ’90 la encontrarían a Elsa Serrano en la cumbre. Por eso, cuando fue convocada para trabajar junto a Zulemita Menem, quien desde la separación de sus padres ofició de primera dama, de inmediato aceptó el desafío.

«Ahí Zulema y el presidente me dicen: ‘Por favor, vos la tenés que acompañar, Zulemita es muy joven’. Y así se vio el cambio, ella tenía un jopo, otro estilo. Creo que todo el mundo opinó que fue un éxito todo lo que llevaba puesto durante aquellos viajes. Hemos ido a todos los palacios. Cuando me dicen cosas sobre el sacrificio que fue, yo digo que gané mucho en cultura. Realmente jamás hubiera soñado que podía dormir en el Kremlin», relató.

-¿Durmió en el Kremlin? ¿Cómo fue eso? -Sí, cuatro noches dormimos en el Kremlin. Porque muchos de los reyes o presidentes invitaban. Dormíamos en los palacios. En Oslo, en España. Fue culturalmente increíble. También estuvimos viviendo en el lugar de los emperadores en Japón. ¡Ahí saqué millones de fotos y no salió ninguna! (ríe).

-¿Le falló la cámara? -No, no. Creo que tendrían filtros o algún sistema para que no salgan. Increíbles los emperadores, tan simples. Siempre me gustó la realeza y todas estas cosas, por eso mis vestidos a veces son todos armados.

-¿Terminaron las cosas mal con Zulemita? ¿Se pelearon por dinero? -No, no, mi amor. La persona que tenía que pagar los gastos de ceremonial nunca los pagó. Pero no eran ni Menem ni Zulemita, ellos no tenían nada que ver. Era un ministro. Y yo tenía al contador yendo y viniendo.

-¿Ni siquiera se distanciaron personalmente por este tema? -No, no. Una sola vez, creo, que tuve que ir a aclarar algo pero con ella. Las dos vimos que era mentira lo que decían los diarios, no me acuerdo bien qué era. Además, todo está dicho, cuatro años después me llamó para que le hiciera el vestido de novia. Y ahora, me llamó hace dos semanas o tres Zulemita. Me dice: «Ay, Elsi, necesito una enagüita de satén pero de los tuyos, no esos que caen y son una simple enagua». Le dije:»Zulemita, no tengo raso negro italiano y no estoy haciendo nada porque tengo una sola modista que viene cuando yo la necesito por algo puntual».

Los tiempos de esplendor y viajes por el mundo se terminaron en 2001, cuando la empresa de Elsa Serrano quebró. Poco después, la mujer a la que los medios de la época llamaron «la modista del poder» se divorció de su segundo marido.

«Económicamente para mí fue horrible todo lo que pasé, pero ya está. Me decretaron la quiebra por un préstamo del Banco Nación para pagar lo de los empleados, las cargas sociales, que era mucha plata, era el 1 a 1. Pedí un préstamo, me lo dieron pero me hicieron una hipoteca sin saberlo ni Zulemita, ni Menem ni nada. Y después, como venía el país, no se pudo levantar. En el 2001 me decretaron la quiebra», explicó.

-¿Hizo un cálculo de cuánto dinero perdió? -Mucho, mucho (hace silencio largo). La propiedad de Mansilla era enorme. Yo tuve ahí un terciario, el Instituto Elsa Serrano. Enseñábamos alta costura con dos idiomas: el italiano y el inglés. Todo funcionaba en Mansilla. Mansilla era un monstruo de lo lindo y lo increíble que era. Salón gris, salón rosa, taller, oficina, salón de corte con mesa de 30 metros. Pero acá destruyen todo. Porque, yo digo que no me lo hubieran dado, pero lo podrían haber hecho como algo para el Estado de moda, con exposiciones permanentes, como hicieron la Usina del Arte. Se podría cuidar el patrimonio, pero acá destruyen todo realmente, es una pena.

Hoy con tres hijas y seis nietos, Elsa Serrano dice que pese a todo aquello que sufrió ama a la Argentina.

-¿Le gusta Mauricio Macri como presidente? -Yo a Macri lo conozco mucho, íbamos a muchas fiestas juntos. Sobre todo cuando estaba con la (Isabel) Menditeguy, en los 90. Y a Franco también. Ahora me dicen todos: «¿Por qué no le mandás un telegrama?» Y yo no. A (Juliana) Awada la conozco también, venía a mi taller, era chiquita, tendría 14 años. Los Awada son una familia deliciosa, los conozco a todos.

-¿Vestiría a la primera dama? -Sí, me encantaría. Pero ella tiene otro look quizás, y quizá tiene su gente que la vistió siempre. A lo mejor le da no sé qué pedirme.

-¿Le gustaría pensar en algún diseño para ella? -¡Sí! Y ojalá vuelvan a ganar. Yo no voto pero digo que ojalá vuelvan a ganar. Pero no sé. Realmente estamos pasando momentos muy difíciles. Yo nunca vi tanta gente durmiendo en la calle. Nunca vi tantos paros tampoco.

-¿Extraña algo de los ’90? ¿Cómo los ve hoy? -No, nada. Esos años me quitaron mucho de la vivencia de mis hijas. Yo trabajaba mucho, me quedaba hasta cualquier hora, o sin dormir o viajaba. Pensándolo ahora digo: «Cuántas cosas me perdí de mis hijas o de mi primer nieto». Después yo me conformo. Yo soy canceriana así que todo lo veo positivo.

Benito Fernández “lleva” sus diseños y barbijos no gender al New York Fashion Week

Fuente: Perfil ~ Con un formato híbrido que mezcla lo virtual y lo presencial (con concurrencia mínima y con férreos protocolos sanitarios), la nueva edición del New York Fashion Week contará con la participación de dos representantes argentinos.

Será a través de la sección que organiza la Federación de Diseñadores de Latinoamérica (FDLA) y que este año ofrecerá una edición íntegramente online, a través de su canal de Youtube. Por allí veremos a más de diez diseñadores y marcas de la región, incluidos entonces los dos argentinos: Cuarto Colorado y Benito Fernández.

El modisto presentará nada menos que Cambalache, una nueva colección primavera-verano que se distingue por los detalles, los bordados, los apliques, los avíos. Son prendas con géneros más trabajados; estampas entremezcladas, aunque el algodón será el gran protagonista, no solo en las remeras, camperas, buzos, que presenta el diseñador argentino sino también utilizado para el forrado de los vestidos de fiesta.

Barbijos y túnicas “no gender”

“Durante la pandemia nos acostumbramos a que el roce de la prenda sobre la piel sea muy suave, ya que estuvimos en pijamas, jogging y ropa casual” explica Benito.

Las túnicas y kimonos (pero también los barbijos) serán las prendas fetiche de toda la colección, y la incorporación del lamé (genero utilizado más en los años 70s y 80s) le dará una mezcla interesante a la propuesta de Benito Fernández.

Los colores que sobresalen para esta temporada van desde el naranja y amarillo al verde, y violeta. también se suman los colores fluo para darle aun mayor modernidad; y todo con detalles de negro.

“Soy un agradecido y tengo la alegría de que tanta gente me haya apoyado. El Fashion Week de New York es la pasarela que más amo porque es la que más modernidad tiene y, a su vez, es consciente de lo que nos pasa”, confiesa Benito.

Este desfile virtual de Benito Fernández (mañana miércoles a las 18, hora argentina) contará con la presencia de dos modelos masculinos que expondrán distintos diseños y el concepto que la marca comenzó a desarrollar basado en el «no gender» con prendas que pueden utilizar tanto hombres como mujeres.

Como gran sorpresa, Benito invitó a la supermodelo Valeria Mazza para hacer el cierre de su desfile virtual. “Valeria va a hacer el cierre de mi desfile. Es una mujer luchadora, trabajadora, aparte de bella, que hoy se pone los tacos para volver a subirse a la pasarela porque la industria la necesita a ella, así como a todos sus protagonistas”, concluye el diseñador.

Albania Rosario, fundadora de la Federación de Diseñadores de Latinoamérica (FDLA) y quien lleva adelante esta iniciativa, comenta: “La idea de organizar desfiles de moda durante los bloqueos globales relacionados con COVID-19 puede parecer imposible, pero en lugar de perder la esperanza, la industria de la moda está visualizando nuevas formas de comunicarse en tiempos de crisis. Así, desde Fashion Designers of Latin America presentamos esta nueva versión de desfiles online que tendrá lugar durante las fechas previamente programadas para New York Fashion Week: del 11 al 16 de septiembre 2020”.

Entre otros grandes diseñadores que se unirán a esta propuesta virtual, se incluyen como invitados especiales a los españoles Ágatha Ruiz de la Prada y Custo Barcelona; Dorin Negrau de Rumania, además de otros destacados diseñadores de América Latina.

Quién es la diseñadora de Tierra del Fuego que fue premiada en Hong Kong

Fuente: La Nación ~ Juliana García Bello resultó ganadora del The Redress Design Award 2020, en Hong Kong, con una colección sustentable

La diseñadora de indumentaria argentina Juliana Garcia Bello triunfó en The Redress Design Award 2020. Tras dos semanas de trabajo -en simultáneo con colegas de distintos continentes- ayer obtuvo el prestigioso premio a la moda sostenible. «Que se vea simple», ese fue el propósito que se planteó al desarrollar Herencia; la colección premiada.

El concurso, creado hace una década por la ONG Redress con sede en Hong Kong, pone el foco en reducir los desperdicios a través de la capacidad de los diseñadores para desarrollar prendas utilizando el concepto del «desperdicio cero», o zero waste, e impulsando la moda circular. Esto es sumamente relevante si se tiene en cuenta que -según los datos difundidos por esta organización- al año se generan 92 millones de toneladas de residuos textiles con una estimación que podría llegar a 148 millones hacia el 2030. Es decir: 175 kg per cápita en todo el planeta.

Garcia Bello presentó la colección Herencia, que, a su vez, está vinculada a Esencia, la propuesta anterior también realizada este año. «Me gusta jugar con esas dos palabras y encontrar quiénes somos y de dónde venimos», dice la diseñadora radicada desde finales del 2019 en Holanda, quien continúa trabajando la filosofía de su marca homónima en base a sus orígenes.

Si bien previamente apeló a la técnica del upcycling (hacer nuevas prendas y sumarles valor a partir de otros productos ya existentes), la novedad es que, ahora, trabajó íntegramente con artículos donados por sus nuevos vecinos de la ciudad de Arnhem. Los convocó a través de cartelería en la vía pública, la página web de esa zona y también por el boca a boca. Utilizó pantalones en denim, camisas de algodón y otros productos textiles, como manteles, que esas personas tenían en desuso en sus hogares.

Con Herencia hace referencia al hogar en dos sentidos: la procedencia de los materiales por un lado y el uso de las prendas, por el otro. «Es ropa para estar en casa resignificando la idea del home office, pienso en que sea cómoda y en el prêt-à-porter para las nuevas formas de trabajo, con eso tienen que ver las tipologías que construyo», comenta. Y esto último representa además, un paso adelante en una tendencia que parece consolidarse con la llegada del coronavirus y la consecuente vida puertas adentro. En este contexto, ¿cómo cree que será la moda de ahora en más? «Es hora de pensar en las formas en las que producimos, consumimos y nos relacionamos, ese es el lugar de reflexión que guarda esta cuarentena», señala.

El premio

«Fueron muy exigentes con el proceso que hay detrás del proyecto, y creo que la viabilidad del mismo fue lo más importante», explica García Bello. ¿Expectativas? «Me interesa que mi colección pueda crecer, que otros la puedan llevar a cabo para generar conciencia y no tanto misticismo que hace que las personas crean que hacer ropa de esta manera es algo complejo sino todo lo contrario», analiza la graduada en la Universidad de Buenos Aires.

Elegida por un jurado internacional conformado por Orsola de Castro, fundadora de Fashion Revolution, y el diseñador británico Christian Raeburn, entre otras figuras del mundo de la moda, ahora tendrá que desarrollar una cápsula de 10 piezas para la firma The R Collective, con filiales en Londres y también en oriente.

Este premio revela cómo es que Redress además de hacer hincapié en la producción y el consumo, también hace lo propio en el posicionamiento de los diseñadores en el mercado, algo imprescindible y más aún después de la crisis que atraviesa al sector por el parate que causó la pandemia. A eso se suma la puesta en escena que trae aparejada haber sido la ganadora y la consecuente visibilidad en medios de comunicación en todas las latitudes.

«Me llena de orgullo que seamos muchos los que estamos construyendo de una misma manera, mi proyecto también habla de otros que me fueron nutriendo», explica García Bello, y alude a su paso por la UBA: «Como alumna tuve docentes que me dieron información, me ayudaron a cuestionarme y a pensar cómo quiero ser como diseñadora, ese rol de formación lo tuvo la universidad», sintetiza.

Eli Delbasto, camino a una moda más justa y el fin de la belleza única

Fuente: El Marplatense ~ «Me gusta la pregunta quién es Eli Delbasto«, confiesa la docente, modelo e influenciadora, al mismo tiempo que un hola mami interrumpe el audio y evidencia la manera en la que el trabajo se mudó a los hogares. Sin embargo, la situación no es novedad para alguien que tiene casi 20 mil seguidores en Instagram, donde lo público y lo privado suelen mezclarse.

La marplatense, que no sólo es reconocida por más de un centenar de usuarios, recibió este año una distinción por parte de la Municipalidad de Mar del Plata gracias a su propuesta «Mujeres que hacen historia», su trabajo y su proyecto: utilizar las redes sociales para desterrar la idea de que existe solo un cuerpo válido.

Lo que comenzó como #DesafioProbador, una iniciativa que busca compartir su experiencia al comprar ropa y las limitaciones del mercado, terminó por convertirla en una referente de las redes sociales. Eli, como la conocen sus seguidores, asumió el compromiso de intentar construir un espacio donde la moda y el amor propio sean para todos.

Entonces, ¿quién es Eli Debalsto?

— Se me ha transformado en un alter ego, que representa como todo los bueno de mi personalidad. Es el idealismo de creer que las cosas pueden ser un poco más justas. Eso es educar y reflexionar. Es una persona idealista que encontró un hueco para poder decir lo que pensaba y se atrevió a usarlo. Eli Delbasto es lo que sucede entre la maternidad, el trabajo, la familia y todas las demandas que tiene una mujer y que lidia con todas las opresiones culturales por su corporalidad.

El hueco que Eli menciona se llama Instagram. Allí, dio sus primeros pasos camino a la imagen pública que es hoy. «Me acuerdo que en ese momento tenía un curso en el cual muchas chicas comenzaban a hablarme del feminismo y eso me llevó a pensar a mí que realmente las mujeres debíamos liberar nuestros cuerpos de tantos requisitos para la belleza», recuerda.

Un link al mundo

Las redes sociales resultan una herramienta que permite la difusión masiva de mensajes, imágenes, videos. Con buenos ojos y uno a medio abrir, hacen posible que conceptos e ideas positivos, que en la mayoría de los medios no verían la luz, lleguen a cientos de personas.

«Se fue construyendo un espacio colaborativo con un montón de mujeres, donde se armo una especie de tribu y compartimos experiencias y nos apoyamos. Cuando una sana, sanamos todas», afirma. Hoy, Instagram se convirtió, a través de múltiples cuentas como la de Eli -que es una referente local, nacional y más- en un arma en tiempos de Internet, en una espada que muchas esgrimen en la lucha por naturalizar todas las corporalidades.

«Estoy convencida de que esta realidad virtual abre un camino y una puerta a democratizar toda la información. Es muy importante lo que las redes están haciendo en este aspecto y en un camino en el cual la belleza sea algo mucho más individual, único, que tenga que ver con el desarrollo de una identidad y no con un protocolo forzado de cirugías y tratamientos«, entiende.

— ¿Cómo son tus seguidoras?

— Son 96% mujeres, respetuosas y buena onda. Es una comunidad. Hay una comunicación permanente y yo necesito que apoyen esto que hago para demostrar que se puede mostrar moda en otros talles.

Ropa, la piel social del cuerpo

Para Eli, #DesafioProbador fue el puntapié inicial de todo. La idea se centra en recorrer muchos locales y mostrar cómo era la experiencia de compra: si tenían talles, si los probadores tenían espacio y si el trato era bueno.

La iniciativa, que tuvo su origen dos años atrás, hoy fue reemplazada por otro tipo de actividades. «En un momento hubo una marca que no entendió lo que yo quería decir, me hizo pasar un momento muy feo y medio que lo fui desandando. Para mí, este espacio (NdR: su cuenta) es un disfrute y una conquista, y no tenía ganas de bancarme el amedrentamiento», explicó.

Pero el desafío también tenía otro componente fuerte para quien lo realiza: «El desgaste que produce ir a un montón de lugares y encontrarme con que nada me entra«. De esta manera, y con la intención de convertirse en una bloggera de moda no hegemónica, la práctica mutó a un blog en el que Eli Delbasto muestra looks completos para todos los cuerpos y dónde pueden conseguirlos.

«Necesitamos estar vestidos. La indumentaria es eso que nos habilita salir a la calle. Hay toda una comunicación y es un lenguaje que uno necesita tener para poder interactuar. Lo social es todo. Si vos no podés acceder a la ropa, lo que están haciendo es dejarte aislado en tu casa. Se convierte en un derecho«, destaca.

Fuera de las redes: minibio

Un libro: «Putita golosa: por un feminismo del goce», de Luciana Peker.

Una película: «Historias cruzadas», de Tate Taylor.

Una frase: «Me gusta la idea de que las mujeres cargamos en el ADN la historia de muchas. Cuando sana una, sanamos todas. Las mujeres hoy estamos sanando las historias de nuestras abuelas y nuestras madres«.

Diseño sustentable. Cuero de cactus, activismo y teñido natural en Bioweek

Fuente: La Nación ~ Con una jornada sobre moda, comenzó Bioweek, un evento latinoamericano sobre sustentabilidad que, en su actual formato completamente online, busca generar conciencia y promover hábitos de consumo responsable a través del intercambio de ideas para lograr un desarrollo sustentable y reducir el impacto ambiental a través de charlas con emprendedores, activistas, empresas y referentes de gobiernos.

Bajo el lema «De la inspiración a la acción sostenible», el proyecto Bioweek fue impulsado de manera colaborativa por diferentes organizaciones como ARQA.com, Kundalini Libre, Marketplace Ofelia y Madzen. La inscripción es sin costo y las transmisiones durarán desde el 24 hasta el 30 de agosto de 14:00 a 22:00 hs.

El primer día estuvo totalmente enfocado en el diseño y fue inaugurado con una conversación con Carry Somers, activista inglesa fundadora del proyecto Fashion Revolution.

Entrevistada por la periodista Luján Cambariere, Somers resumió el estado actual de la relación entre la moda y el medioambiente: «Hoy, además de ver cómo la industria de la moda explota a los humanos, somos más conscientes de lo contaminante que es, emitiendo 1.200 millones de toneladas de Dióxido de Carbono. Se necesita un recorte del 80% de las emisiones de toda la industria para el 2050 para alinear las emisiones de la industria al calentamiento de 2° Celsius».

Por otro lado, agregó que se proyecta que las emisiones van a aumentar hasta el 60% para el 2030. Además, indicó que si bien las marcas pueden suscribirse a cada pacto de moda y hasta generar sus propias iniciativas, reciclar y, por ejemplo, comprometerse al usar mejores fibras, cuando se trata de crisis «quieren producir más y más ropa y ganar más y más dinero».

Con respecto a Latinoamérica, Somers considera que es mucho más fácil acá que en casi cualquier otro lugar del mundo responder a la pregunta: «¿Quién hizo mi ropa?» porque los diseñadores de esta zona tienen acceso a muchas materias primas de buena calidad y métodos de confección sustentables. Entre ellos nombró a los cultivos de algodón natural, lana y alpaca, y a las prácticas de la hiladura, el tejido y teñido natural.

Los conferencistas que completaron la grilla de actividades, presentaron sus objetivos y propuestas: como la reventa de ropa en plataformas digitales, tal el caso de Renová tu Vestidor inventada por Cecilia Membrado y la incorporación del cuero de cactus, que fue trabajado por Cázarez y López Velarde junto a expertos en los sectores agrícola y bioquímico para asesorarse en temas como nanotecnología y enlaces moleculares para poder hacer que el material, a través de sus propiedades orgánicas, pudiera darles el desempeño que se busca en un material, por ejemplo, de calzado o en una cartera.

También, se realizó un taller de teñido natural, por Peplos, una charla de emprendedorismo por Felicitas Rossi Marketplace Ofelia y una sobre el propósito más humano de las marcas en la era post COVID, por Ximena Díaz Alarcón de Youniversal. Además, se puso la lupa en la materia prima y la mano de obra sustentable de Latinoamérica, bajo la mirada de la uruguaya Valentina Suárez fundadora y directora general de Universo MOLA.

¿Qué otros temas se tocarán los próximos días? El martes es el turno de la Arquitectura. El miércoles tocarán Innovación y, el jueves, Activismo. Para el viernes, será la hora de Turismo & Biodiversidad. Por último, serán incluidos el fin de semana, Alimentación para el sábado y Bienestar para el domingo.

WTTJ, por una industria textil feminista, popular y nacional: “La ropa es 100% política”

Desireé Duval se crió con un padre empresario de la industria textil. Su infancia y adolescencia transcurrieron sumergida en el gremio de la ropa y la indumentaria. Cuando decidió independizarse económicamente, a los 17, se inclinó por el mismo rubro que su papá, pero buscando otra darle vuelta de tuerca: plantear un modelo de trabajo en cooperativa y sin precarización. Hoy dirige WTTJ, la línea de indumentaria que estalló en Instagram y viste a numerosas personalidades de todos los ámbitos, desde Ofelia Fernández a Lizardo Ponce, y que hasta una Spice Girl elogió en vivo y en directo. Desde Filo.News hablamos con la fundadora de este movimiento que busca trascender y multiplicarse.

“Hay que partir del concepto de que ‘Todo es político’, por ende, la ropa es 100% política”, dice directo desde el taller, o como ella llama, el búnker. Alrededor suyo hay personas trabajando y cantando a la vez, otras organizando el depósito, un perro que pasea y hasta se roba la charla por unos segundos. El espíritu de cooperativa se respira a través de la videollamada.

Pensada para deletrear las siglas de “Welcome to the jungle” en un inicio (“Hoy por hoy no significa eso”, dice Duval), hoy WTTJ representa a muchxs jóvenes que, además de una prenda, buscan identificarse con su ideología: diversidad de género, diversidad de cuerpas, diversidad cultural.

Instagram fue su mayor herramienta de difusión, impulsando la masificación de la marca a través de figuras reconocidas de todos los ámbitos: desde la política, a la música, la comunidad LGBT+, el mundo influencer. Desde todas las esquinas había alguien con un buzo, una remera, un gorro o unas medias con la insignia de la marca. 

Y esa misma herramienta no fue sólo utilizada como un canal de venta, también fue un medio para expresar ideas y cuestionar lo impuesto: desde textos como “¿Cuántos negres viste hoy en las revistas?” a citar artículos académicos sobre sexualidad y género según el psicoanálisis y prendas inspiradas en frases de grupos feministas de la Alemania Occidental. 

WTTJ no es sólo sobre vender: se posiciona entre jóvenes y adultxs como una línea de indumentaria que además de vestir, representa una postura política. “Estamos planteando a WTTJ más que una marca, como un movimiento en el que nos estamos cuestionando y preguntando un montón de cosas: queremos una industria textil feminista, popular y nacional”.

¿Qué implica una industria de este tipo? “Para mí lo feminista y lo popular viene de la mano: no hay feminismo sino se tiene conciencia popular. Si no, es un feminismo de elite”, introduce Desirée. “Y populares porque trabajamos con los sectores populares, y aspiramos a seguir haciéndolo. Nosotros somos 20 en el taller pero tengo que hablar también de las otras 80 personas que trabajan en cooperativas de sectores populares, que generalmente todes laburan con ellos y sus producciones dependen de ellos pero hay una invisibilización extrema de eses compañeres”.

Las cooperativas con las que trabaja WTTJ pertenecen al Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), dirigido por Juan Grabois y al cual Desireé llegó a través de Ofelia Fernández, legisladora porteña y amiga suya. “Yo quería empezar a capacitar gente que se encuentre en condiciones económicas y sociales vulnerables. Ella me dijo ‘Está buenísimo, pero por ahí podés empezar a trabajar con las cooperativas de trabajo que ya existen’”, relata. Así es que actualmente la marca funciona codo a codo con todo el ramal textil del MTE.

“Se encargan del proceso de corte, confección, armado y prenda terminada. Nosotres le bajamos la tela y hacemos el seguimiento, y ellas nos entregan la mercadería hecha”, explica la entrevistada sobre el rol que cumplen. “Son todas cooperativas que antes se encontraban en condiciones de trabajo esclavo y luego fueron organizadas por el movimiento MTE”, agrega.

En una nota con Revista Cítrica, Duval también cuenta que a veces le escriben “odiadores en las redes sociales y me dicen ‘todo para vender una remera’ pero lo que no ven es que a través de esa remera se generó un montón de laburo”. “No es que estás comprando una remera a un chabón que está precarizando a sus trabajadores y trabajadoras y se compra una lancha; yo viajo en bondi como viajan en bondi les talleristas, acá no es que están inflando un precio ni ayudando a una acumulación de riqueza”, sostiene.

Y agrega: “También me dicen ‘la ropa debería ser más barata por lo que militan’, pero la verdad es que yo voy a comprar las telas y no me dicen ‘Vos que laburás con cooperativas te cobro menos’ y tampoco puedo comprar telas de mierda porque no puedo estafar a la gente ni estoy a favor de que la ropa la puedan usar solo un día y la tiren. Por otro lado, el pago a les trabajadores; yo no voy a precarizar a les talleristas, el precio de mano de obra va acompañado a la inflación, la misma que sufren los productos y la materia prima, mis trabajadores no pueden pagar el precio de eso”.

Toda esta movida se fue gestando durante la experiencia de vida de Desireé que, rodeada del mundo en el que se desenvolvía su padre, fue entendiendo qué cosas le gustaban del ámbito y qué cosas definitivamente quería cambiar. “El trabajo empresarial por parte de mi papá era el convencional, el trabajo de marca de shopping que ya sabemos todas las políticas neoliberales que conlleva”, cuenta. Mientras en su adolescencia asistía en fechas especiales, como Navidad, Día del Padre o la Madre, se fue cruzando con situaciones de precarización laboral (“Más allá de que mi papá nunca fue un explotador”, aclara) y también con la exclusión absoluta del mundo de la moda.

Pero también aprendió aspectos positivos de la industria: “Ayudaba en los locales y, gracias a eso, aprendí sobre la comercialización que hoy me ayuda a comprender los locales cuando compran por mayor a WTTJ y plantean determinadas complicaciones, o por el lado de la producción, entendí cómo industrializar una marca y un proyecto: sé cuánto tenemos que laburar y cuánto recaudar para poder crecer y tener impacto dentro de la industria textil”.

En 2010 Duval dio el primer paso hacia lo que es hoy WTTJ con el objetivo de emanciparse económicamente y demostrar que las cosas se pueden hacer de otra manera: en equipo. Por muchos años lo mantuvo como una profesión secundaria, mientras se desempeñaba como actriz y directora de teatro pero sin dejar la militancia política de lado. “En ese momento hacía 20/30 prendas por mes, le vendía mayormente a mis conocides. También le dejaba algunos artículos a mi papá para que las venda con las marca de ropa que él trabajaba pero decidí militar a través del arte mientras WTTJ me daba un poco de estabilidad económica”, cuenta.

No fue sino entre 2017 y 2018 que viró el rumbo, etapa que Desi llama “un segundo renacer”: “Me junté con quien hoy es mi socia, Camila, y decidimos empezar a trabajar por el método cooperativa”. El lanzamiento de redes de WTTJ fue idea suya. “Yo era media anti, de hecho WTTJ no tenía redes anteriormente” -confiesa- “Ese hecho marcó la unión con mi compañera y generó el doble de potencia de venta”.

Si bien el trabajo en redes sociales se remonta a dos años atrás, en medio del aislamiento social, preventivo y obligatorio por el coronavirus los números en IG crecieron exponencialmente: “Veníamos con un promedio de 35.000 seguidorxs y ahora ya tenemos casi tenemos 90.000” lo que, a su vez, hizo que el mensaje, el planteo de una nueva industria, llegue a otras personas y no se quede con ese sector “progre-under que ya estaba re ganado porque aparte eran nuestros amigues”.

“De una manera cuasi accidental, se empezó a trascender a otro público al que fue toda una decisión expandirse, pero después me di cuenta que tendemos a subestimarlo. Pensar ‘Ay tal público si consume programas de chimentos ni en pedo le va a interesar que hablemos de economía popular, que estemos en contra de la precarización laboral’ y la verdad es altamente prejuicioso ese concepto” -reflexiona, y sigue- “Me encontré con un montón de pibis que de golpe se sienten identificades porque tienen padres o madres comerciantes. Quizás elles son futures comerciantes o emprendedores y no hay mucha referencia de muchas personas que abran de manera sincera sus procesos de laburo y más con una búsqueda distinta. Me parece interesante que se está planteando”.

Además de llegar a otro público, esa masificación permitió generar más puestos de trabajo, uno de los objetivos que Duval tiene para WTTJ: “Comprendí que necesitábamos eso. Antes laburábamos con dos cooperativas, hoy con seis. Antes de que arranque la cuarentena éramos 6 personas laburando en el taller y ahora somos 20 más las 6 cooperativas. Esa decisión se tuvo que tomar y ahí fue el quiebre”.  Hoy en día, son aproximadamente 100 personas las que trabajan dentro de WTTJ. 

Además de quienes forman parte de la “brigada WTTJ” (algo así como sus embajadorxs oficiales) hubo una personalidad internacional que en medio de un Instagram live lo primero que hizo fue elogiar el buzo de la marca que vestía su entrevistador.

“No estés nervioso”, le dijo Mel C, integrante de las Spice Girls, a Martín Cirio AKA La Faraona, durante un vivo. “Solo quiero decir: amo ese buzo”. Era uno de los clásicos batik de la marca. “No sé si es poco cholula o qué, pero no me pega tanto”, dice Desi ante la consulta de Filo.News sobre su reacción a ese momento.

“Lo que vivo en potencia de realidad con WTTJ día a día es altamente superadora a que una Spice Girl desde su mansión diga ‘Qué lindo buzo’ y se lo diga a Martín Cirio que tampoco es que es referente de la marca, que a él le llegó ese buzo y valoro un montón que se lo haya puesto para la entrevista con una Spice Girl, pero la verdad es que la realidad supera a la ficción y a cualquier vivo de Instagram y eso me llega mucho más”, manifesta.

A fines del año pasado se sancionó la primera ley de talles del país, pero los ejemplos sobran para saber que las marcas siguen sin cumplirla. ¿Cómo se relaciona WTTJ con este punto?

“Más allá de laburar con la ropa, no estoy tan relacionada a lo que es ley e instituciones. Mi tema con las tablas de talle y eso está más relacionado a que yo tengo amigas gordas y si ellas no pueden ponerse la ropa de WTTJ se me cae la cara, se me rompe el alma. Es como desde ese lugar de sensibilidad”, sostiene. Pero para seguir el tema recomienda dos activistas “re zarpadas” Online Mami y Brenda Mato.

Para abarcar todas las cuerpas posibles, necesitás hacer ropa a medida. Eso es lo ideal, lo dijo Brenda Mato. Estaría bueno que WTTJ tenga una parte de poder venir con una costurera y tomarte las medidas y adaptarte a tu cuerpa las cosas”.

“Lo que sucede es que en el mundo de la moda no hay gordas” -analiza- “Las marcas neoliberalistas del shopping que con tal de conservar patrimonio salen a precarizar zarpado o echar empleades y demás, ya teniendo esa filosofía empresarial, yo no sé cuándo van a aplicar la Ley de Talles. Se le está pidiendo a las grandes marcas para que vayas a Zara y te encuentres con un pantalón que te pueda entrar, o que vayas al shopping y encuentres algo que te pueda gustar. 

“Quien tiene empatía por la diversidad no necesita ningún tipo de ley”, cierra.

Flor Rico: una marca que diseña prendas clásicas con detalles únicos, en talles inclusivos

Fuente: Aire de Santa Fé ~ La Ley de Talles Nº 12.841 fue promulgada a fines de 2014 en la provincia de Santa Fe, y establece que «las empresas industriales radicadas en el ámbito de la Provincia, cuya actividad sea la fabricación de indumentaria femenina, deberán confeccionar las prendas en todos los talles necesarios para cubrir las medidas antropométricas de la mujer adolescente«. Sin embargo, son muy pocas las marcas y negocios en la ciudad que cumplen la ley. Flor Rico, una diseñadora de indumentaria, se propuso poder responder a esa necesidad de ropa para jóvenes en talles reales y lanzó su propia marca que lleva su nombre.

Empezó estudiando arquitectura y no le gustó, entonces comenzó la carrera de diseño de indumentaria, porque a sus 18 años le era difícil encontrar ropa acorde a su talle. “Me llamaba mucho la atención la ropa, el diseño, dibujar, hacer cosas con las manos. Hice la carrera en Paraná y cuando me recibí decidí largar la marca, empecé haciendo para mí y después para vender”, contó a Aire Digital.

“La idea siempre fue hacer opciones de ropa clásica, básica, pero que tenga detalles románticos, y poder brindar una buena variedad de talles”, explicó. “Si bien quiero ir incorporando talles de a poco, tengo tres que son reales, acordes a la ley que se aprobó pero no se aplica”, agregó.

La joven aseguró que de la ropa que le gustaba en los negocios nunca encontraba talle para ella. Entonces, se propuso poder ofrecerle a alguien con un cuerpo más grande más talles de la misma prenda, «para que no tenga que ir a buscar ropa al mismo lugar que su abuela«.

Otro factor relevante de la marca es que mantiene precios accesibles. “Obvio que hacer un talle más chico consume menos tela, lleva menos tiempo de costura, pero tampoco es una diferencia enorme hacer talles más grandes. Cada modelo tiene el mismo precio, prefiero promediar todo y ser más igualitaria”, explicó Rico.

Arrancó con el emprendimiento en 2013 y tuvo un crecimiento progresivo, que logró fidelizar su público y su clientela. El emprendimiento busca que la mujer se sienta cómoda y linda con una sola prenda, que pueda usar diariamente para ir a trabajar o a la noche para salir, sea del talle que sea.

A nivel personal, considera que para ella “el empredimiento es todo” y confesó: «Cada prenda que hago tiene algo de mí, pienso mucho en el gusto de mis clientas, me hace feliz que ellas sean felices, que amen lo que hago, las reacciones son re amorosas siempre, entonces es aportar un granito de arena a la felicidad de alguien», aseguró

A la hora de crear una la prenda, lo primero que hace es elegir las telas y los colores, y en base a eso diseña. Hay algunos casos particulares en los que primero dibuja el diseño y después busca la tela hasta encontrarla, pero en la mayoría de las ocasiones -y más ahora en pandemia, cuando es más difícil conseguir las telas- los hace espontáneamente. “Elijo una paleta, los textiles que voy a usar, me gustan mucho las telas planas como la fibrana”, explicó.

Un factor distintivo de la marca es que Flor lava la fibrana antes de cortarla. Así, garantiza que la prenda no se achique luego de ser confeccionada. Es un proceso que realiza para que la prenda quede tal cual la vende y es bastante tedioso: «A veces son 15 metros de tela, que los dejo ocho horas en remojo, y después lo cuelgo. Cada vez se hace más difícil porque hago más metros de tela, y la tela mojada pesa una tonelada, además la extiendo en el patio de mi casa», explicó.

En octubre de 2019, Flor inauguró junto a otros cuatro emprendedores un showroom llamado Casa Venus en el sur de la ciudad, y luego invitaron a otros emprendimientos a formar parte. Explicó que «la idea es ayudarnos a crecer entre todos. Buscamos poder instalar un lugar en Santa Fe donde se encuentre el trabajo de varios diseñadores locales y así potenciaron mutuamente».

Hermanas emprendedoras uberizan la industria textil

Fuente: Emprendedores ~ Ante la llegada de la pandemia, millones de personas debieron adoptar el tapaboca como mecanismo para evitar la propagación del Covid-19, pero el mercado se inundó de opciones y pocas ofrecen una solución cómoda y segura para los usuarios.

En medio de la pandemia, la crisis le pega doble a un sector que ya era vulnerable: 27.000 trabajadores de la industria textil ya habían perdido su empleo entre diciembre del 2015 y el tercer trimestre del 2019, en puestos de producción de telas y de confecciones.

En este contexto, y con una inversión de $5.2 millones, las emprendedoras argentinas (y hermanas), Fernanda y Agustina Amicone, no dudaron en dejar por un rato sus tareas de diseñadora de productos digitales y consultora en innovación social, respectivamente, para lanzar la campaña 1millon.org, que busca producir 1 millón de tapabocas para crear ingresos dignos a más de 1.500 familias.

Uberización textil

Por otro lado, la plataforma apunta a ser el “Uber” de la industria textil, usando tecnología para conectar diseñadores con costureros independientes para crear productos textiles sustentables a escala.

“El objetivo inicial es impactar a 1.500 costureros y costureras independientes en la producción de tapabocas. Con las ventas vamos a estar generando ingresos justos, cada costurero recibirá aproximadamente $65.000 al mes. Con esta paga vamos a potenciar a una familia a salir de la línea de la pobreza. El modelo de negocio garantiza que facturen sus ingresos, así nos aseguramos transparencia y fiscalización, y que no dependan más de los subsidios”, comenta Agustina.

Si bien el proyecto apunta a producir tapabocas de tela reutilizable y el motor fue la situación de vulnerabilidad de los costureros y costureras en este contexto, las emprendedoras ya estaban involucradas en proyectos de innovación social a través de tecnologías de información, habiendo trabajado para UNODC/PNUD y el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, respectivamente.

“Nuestro gran desafío está en utilizar textiles sustentables con impacto positivo medioambiental. El primer producto que lanzamos al mercado es un tapabocas sustentable, creado a través de nuestra red de costureros y costureras; y diseñado con el método Design Sprint. Logramos un tapabocas diferenciador por ser seguro y funcional. Ya nos encontramos trabajando en el diseño de nuestro próximo producto”, agrega Fernanda.


“Nuestras expectativas son cumplir con el challenge y terminar de probar el modelo de solución colaborativo que desarrollamos. En el transcurso del segundo semestre del 2020 vamos a ponerle foco a prototipar la aplicación para conectar a la población de costureros y costureras con diseñadores, y probar el modelo productivo circular, ayudándonos de tecnología y ser como el futuro Uber de la industria textil”, concluyen las hermanas Amicone.

Tejedoras de Purmamarca se sumaron a una plataforma virtual y venden al exterior

Fuente: Telam ~ Un grupo de 19 tejedoras, en su mayoría de la colorida localidad de Purmamarca, recuperaron técnicas ancestrales, se sumaron a una plataforma virtual para ofrecer sus productos y recobraron fuerzas para la venta de sus creaciones textiles, que llegaron a diversas provincias y el exterior del país en pleno confinamiento social por la crisis que provocó la pandemia del coronavirus.

La nula llegada de visitantes que habitualmente colmaban los restaurantes, hoteles y sitios naturales del pueblo quebradeño, obligó a las artesanas organizarse, buscando alternativas para promover la venta y así obtener un ingreso económico ante el contexto adverso.

Para ello, emprendedores turísticos impulsaron una plataforma virtual comunitaria con la intención de «darnos una mano entre todos», como explican, y convocaron a las artesanas que quedaron «varadas y sin ventas», según graficó a Télam Liliana Almada, que junto a su pareja, Sergio Aramayo, concretaron la iniciativa.

Así nació la página web El Mercado de Purmamarca, un sitio en la red que hace cuatro meses ofertaba vouchers hoteleros a futuro y se reconvirtió para ofrecer las producciones de las artesanas textiles y exponer el proceso de creación desde el momento de trabajar el vellón hasta las técnicas de hilados y la obtención de prendas únicas.

«Lo que hicimos fue poner en conocimiento todas las labores de los artesanos oriundos de Purmamarca y de los parajes cercanos teniendo como resultado un movimiento de venta en todo el país y el exterior», celebró Almada.

En los últimos días, un total de 40 prendas fueron enviadas a Suiza luego de pasar etapas de calidad y se realizaron más de un centenar de transacciones para diversas provincias del país: «Digamos que con cuatro meses estamos festejando este logro entre las artesanas», agregó.

Las mujeres utilizan fibras naturales y producen lana de oveja y llama para luego armar las vestimentas en telares que presentan entre dos a cinco agujas aunque también utilizan los llamados telares de cintura rescatando antiguas prácticas.

Marta Valdiviezo es una de las mujeres que se sumó a la propuesta, que en diálogo con Télam relató: «Mi bisabuela Presentación Tolaba fue hilandera y me transmitió esto de hilar en la pushka a los 10 años» momento que empezó a experimentar la memorable técnica.

La artesana pasa al menos cinco horas del día en su taller llamado «La Pushka», ubicado en una de las callecitas del colorido pueblo de Purmamarca y donde hace honor a los saberes de su antecesora quien llamaba así al material utilizado para lograr finas hebras.

Allí en tiempos de «normalidad» y junto a otras tejedoras hacen uso de añejos telares para iniciar a los jóvenes en el camino del tejido, que en muchos casos incursionan en la confección de bufandas, tulmas, medias y mantas.

«El hilado se hace como un baile que realiza la puisca y uno va midiendo el grosor del hilo que quiere obtener», graficó la creadora quebradeña, que se inspira en la idea de «recuperar puntos ancestrales», sostuvo.

«El secreto de la artesana textil es la entrega que uno le da a la lana para una elaboración armónica, con paciencia y amor de las prendas», definió sobre los requeridos productos ahora de manera virtual.

Sobre el trabajo en conjunto indicó: «Las artesanas nos hemos unido porque pasamos de tener a Purmamarca lleno de gente a ser un pueblo donde no llega nadie», dijo sobre las consecuencias de confinamiento social que, precisó, nos impulsó a «trabajar en equipo junto a las personas que manejan la tecnologías».

A su vez, Alejandra Alancay, que se sumó a la propuesta, refirió a esta agencia: «Somos de familias de artesanos y siento que llevamos en la sangre eso de hacer frazadas, tapices y chales, además de que ponemos nuestra energía en innovarnos, marcando una tendencia», enfatizó.

La joven tejedora explicó cuáles son los colores característicos de las prendas de la Puna jujeña: «El marrón o también llamado chupi, además del blanco o crudo», los cuales «nos representan», dijo al indicar que sus antecesores pertenecen al lejano pueblo de Barrancas.

Si bien esos matices y productos tradicionales como guantes, medias y gorros de lana de llama no pierden vigencia, Alancay consideró que en estos momentos «los chales y prendas con delicados bordados marcan la diferencia porque se ven más vistosos».

Las prendas suman valor además de su autenticidad por la utilización de tinturas naturales como las remolachas, cebollas y múltiples plantas de esa región que se utilizan para darle color a sus obras.

Los rústicos telares con pedales, antiquísimas técnica de hilado en puisca, la inspiración de las artesanas y la tecnología, son las armas de las mujeres jujeñas que no dejan de producir prendas únicas en cuarentena.

Desde la Argentina y desde el exterior, quienes quieren conocer y adquirir los productos en venta ingresan a través de la páginahttp://www.purmamarca.gob.ar/mercado, o bien en el perfil «El Mercado de Purma» en las redes sociales Facebook e Instagram.