La increíble historia de la mujer que logró hacer ropa de lujo con lana de la Patagonia: ya tiene un local en Paris

Fuente: Cronista ~ Adriana Marina nació en Puerto Santa Cruz y es doctora en Economía, especialista en crecimiento, desarrollo local, desigualdad y pobreza en América latina. «Al vivir desde muy chiquita en la Patagonia argentina me indigné viendo que las fibras naturales se exportaban al mundo sin dejar valor agregado localmente y que por la falta de oportunidades los jóvenes se iban a la ciudad, cuando en sus comunidades de origen había un enorme potencial de desarrollo local», relata Marina. 

Esta situación marcó su propósito y dedicó su vida y estudios a buscar una solución que no solo pudiera poner en valor la materia prima, sino también, la humana. «Fui testigo de situaciones de profunda desigualdad respecto a los trabajadores rurales, su pobreza y marginalización», relata y agrega: «Durante mis estudios como investigadora en temas de convergencia, desigualdad y crecimiento entendí de las injusticias cometidas en las cadenas de valor, la falta de conocimiento y acceso que dejaba a la base de la plataforma, productores, artesanos y PyMEs fuera de oportunidades enormes del mercado tanto local como global».

Los diseños de lujo de animaná.

Así, su experiencia de vida y su desarrollo académico la llevaron a crear animaná, empresa social con certificación de triple impacto que elabora ropa, accesorios y elementos de decoración de diseño contemporáneo a base de fibras naturales. En paralelo, Marina también creó la ONG Hecho Por Nosotros, que hoy posee estatus consultivo en Naciones Unidas y que promueve una alternativa a las formas de producción y consumo de la industria textil junto a productores de Argentina, Perú y Bolivia fomentando la colaboración entre artesanos y pequeños productores. Al momento, ya son 7500 los artesanos que trabajan gracias al impulso de la organización.

De esta manera, cada uno de los productos de animaná es creado en un proceso que respeta los ciclos de la naturaleza, de la mano de los mayores expertos del arte textil, en su mismo lugar de origen. Por ejemplo, el teñido de los hilos se realiza a partir de una tradición andina, con flores y plantas y las principales fibras usadas son la de los camélidos – llamas, alpacas, vicuñas y guanacos-. «Éstas permiten que tengamos un impacto positivo en la biodiversidad, luchar contra la desertificación y cultivar y procesar fibras sin ningún tratamiento químico», destaca Marina.

Las prendas ya se venden en París y otras boutiques del mundo.

Actualmente, animaná cuenta con un local en Buenos Aires, otro en París, venta online y presencia en boutiques de todo el mundo. «Reunimos a más de 5000 artesanos de los Andes que crean productos de lujo sustentable que transportan un mensaje de consumo responsable en acción, valores éticos en la industria de la moda y unión entre pasado y presente».

La exportación estuvo planteada en el business plan desde el principio. «Participamos en distintas ferias internacionales en Europa y Estados Unidos y trabajamos en alianza con boutiques y concept stores que buscan ofrecer productos únicos, de lujo y con un protagonismo del aspecto sustentable«, cuenta Marina quien quiere llevar a animaná a «cada rincón del mundo». «Esto dependerá de que la tendencia creciente de las personas en el rol de consumidores crezca cada vez más para ser parte de un mundo mejor», cierra. 

En cifras

  • Fundación: 2009.
  • Ciudad de origen: Puerto Santa Cruz.
  • Facturación anual: US$ 300.000.
  • Mercados a los que exportan: Francia, Estados Unidos, Canadá y China. 

La alta costura que nos atrapa

Fuente: La Nación ~ No es pecado mirar un desfile de alta costura –y no una sino varias veces–. Ya solo las cosquillas placenteras que nos procura ese despliegue desinhibido de lujos justificarían el dejarse ir sin culpa a la contemplación y al embeleso, en un retorno inesperado a aquellas regiones del deslumbramiento donde solían llevarnos los fuegos artificiales, los cuentos de hadas, o los ballets románticos. Claro que a fin de que la fascinación opere es necesaria una conjunción de atributos que no se da con frecuencia. Recuerdo algunos desfiles de Madame Grès, de Hubert de Givenchy, de Emanuel Ungaro, Christian Lacroix, Yves Saint Laurent y más de un Chanel por Karl Lagerfeld, vinculados, más allá de su gran disparidad visual, por el efecto de abstracción en el que me envolvieron, desconexión durada un soplo pero hoy todavía persistente en la memoria.

Enumeremos las cualidades que debe reunir la colección couture ideal. El distanciamiento me aparece esencial, aquel espacio, conceptual además de físico, que todo ritual exige, la barrera invisible que rodea las pistas, los púlpitos, los escenarios, todo lugar de representación. Al contrario del prêt-à-porter, desnudo sin la complicidad cálida de sus fans proclives al aplauso y al that’s genius, la couture reclama de su público una cierta forma de reverencia, aún en estos tiempos irrespetuosos.Ads by

Para merecer esa deferencia cuasi religiosa, el vestuario presentado debe alcanzar las máximas –y más divinas, si se me permite– alturas técnicas y estéticas establecidas por el dogma y perpetuadas por la tradición. La búsqueda metódica y obstinada de la perfección hasta en el menor pliegue que algunas casas practican todavía –contadas con los dedos las más notorias– y los logros que obtienen son la otra condición primordial para que haya alta costura.

Por fin, el mundo de la alta costura se apoya en la belleza clásica tal como la sociedad fue reinterpretándola a lo largo del siglo XX y hasta el presente. Belleza de las modelos, jovencísimas, naturales, con rasgos ideales de un calco escultórico d’après l’antique y cuellos, brazos y piernas estilizados a la Boldini, belleza actualizada según las variaciones que las transformaciones sociales imponen, ampliada a la variedad de los tipos humanos que pueblan las capitales donde se hace la moda, pero clásica. Clásica sí, por contraindicada y vintage que suene la palabra en un mundo donde pasado mañana ya fue.https://www.youtube.com/embed/1GzwIzGwk_k?feature=oembed

Las innovaciones, las audacias que desde la alta costura de los 60 se permitió André Courrèges, discípulo díscolo pero disciplinado y talentoso, paradojalmente, no influyeron en el curso de la moda de lujo, ni las de Galliano, ni las Raf Simons en Dior ni tampoco lo hacen hoy las de del equipo de Balenciaga, pero sí todas impactaron y se difundieron en la moda de las tiendas independientes y en la calle. La vigencia de la haute couture tal como la conocimos pero traducida al lenguaje de hoy está garantizada por Virginie Viard en Chanel. Lo demuestra, con todos los atributos que he inventariado aquí, la muy reciente colección de primavera-verano 2021, accesible en Youtube en un estupendo video de Anton Corbijn, el fotógrafo y director rockero.

Aunque la ví –en loop– en la pantalla de mi escritorio, me restituyó intactas las emociones vividas en aquellas otras que presencié en vivo. Son diez minutos de placer sencillos y exquisitos y dignos de ser multiplicados.

Cómo es Ártico, la colección que Benito Fernández presenta hoy en New York Fashion Week

Fuente: Marie Claire ~ Benito Fernández presentará esta noche a las 21 (hora argentina) su colección “Ártico” en el marco del NYFW 2021 junto a la federación Fashion Designers of Latin America (FDLA) y de la mano de su fundadora, Albania Rosario.

En formato remoto, que se podrá seguir por la cuenta de Youtube de FDLA, el diseñador ofrecerá los principales highlights del desfile que realizó en San Clemente del Tuyú, Partido de la Costa, más específicamente en su icónico Faro San Antonio, construido hace casi 130 años por Babier & Cía,  la misma empresa que erigió la Torre Eiffel.

Benito Fernández Ártico
Benito y una nueva apuesta al color y al mix de texturas.

Con ese singular escenario de fondo, conoceremos entonces Ártico, la colección otoño-invierno 2021 que personaliza el estilo colorido de Benito, con una nueva mezcla de texturas y muchos detalles en bordados, apliques y avíos.

También serán protagonistas las prendas con géneros más trabajados; las estampas entremezcladas, el corderoy en sus distintas versiones y la lana y el algodón en colores vibrantes.

Las prendas protagonistas de Ártico son los tapados con pieles sintéticas, con lurex; los ponchos y ruanas de lana; y las calzas de vinilo. También la reincorporación de prendas de sastrería como blazers, que combinadas con distintos colores y texturas reflejan el inconfundible sello de Benito Fernández.

Estos looks urbanos estarán acompañados con botas, borcegos y zapatillas de la cápsula que tiene el diseñador con la marca Topper y sombreros de Lagomarsino. Los colores que enmarcan a esta colección van desde los colores tierras, como el marrón, combinados con el naranja, rojo, incluyendo los morados.  

Siluetas y morfologías que justifican una moda cómoda y más mórbida. Las faldas largas y buzos en todas sus versiones, urbanos y glam; la noche representada por camisas y pantalones en materiales brillantes, desde el animal print, los metalizados, los bordados en lana resuelven una colección sofisticada.

La historia de la empresa detrás del barbijo del Conicet

Fuente: La Nación ~ En marzo de 2020, después de regresar de una exposición de innovaciones para la industria textil en Italia, el matrimonio de empresarios formado por Alan Gontmaher y Ángeles Espeche quería fabricar un producto innovador: toallas y toallones con telas capaces de inactivar hongos y bacterias para evitar el desagradable olor a humedad poslavado. Pero en medio del proyecto llegó el Covid-19.

«La mayoría de las empresas textiles empezaron a fabricar barbijos. También pensamos en hacer barbijos, aunque queríamos lograr algo distinto,el mejor barbijo del mundo -bromea Gontmaher, que lleva 27 de sus 45 años trabajando en la industria textil-. Si podíamos eliminar bacterias y hongos de las telas, ¿por qué no intentar eliminar también virus? Ese fue el primer paso hacia el único barbijo social biocida de nuestro país y del que tenemos noticia, diseñado con telas capaces de inactivar bacterias, hongos y virus».

Poco después de esa idea nacía el barbijo Atom Protect, más conocido como «el barbijo del Conicet», una mascarilla de uso social (es decir, no de uso médico) del que se han vendido ya un millón de unidades, dotado de nanopartículas invisibles, infinitamente pequeñas pero muy poderosas, tanto que en pocos minutos son capaces de eliminar el mismo virus que desde diciembre de 2019 se disemina por el mundo causando enfermedad y muerte.

¿Por qué se lo llama «el barbijo del Conicet»? Porque fue gestado a través de un convenio de colaboración entre la empresa Kovi SRL -que dirigen Espeche y Gontmaher- y científicos de la Universidad de Buenos Aires (UBA), del Conicet y de la Universidad Nacional de San Martín (Unsam). «Yo aporté el conocimiento textil y la intención que se buscaba en el desarrollo, y el Conicet, la UBA y la Unsam el conocimiento científico, el ajuste de fórmulas y la formulación», resume el emprendedor.

El primer contacto de la empresa textil con los científicos fue a través de una persona que trabaja en Kovi y que conocía a un investigador de la UBA. A partir de ahí se produjo una rápida interacción entre las distintas partes comprometidas con el proyecto. «Enseguida hablé con Silvia Goyanes y Ana María Llois, del Laboratorio de Polímeros y Materiales del Instituto de Física de Buenos Aires de la UBA, que son investigadoras del Conicet. Ellas se contactaron con científicos del Instituto de Investigación e Ingeniería Ambiental de la Unsam, Griselda Polla y Roberto Candal. A los 45 días estaba lista la fórmula que íbamos a usar. Un trabajo en tiempo récord», puntualiza Gontmaher.

Toda la inversión necesaria para ir adelante con el proyecto fue de Kovi. «Invertimos 10 millones de pesos inicialmente y luego, 60 millones más en maquinarias e infraestructura, porque es necesaria una tecnología especial para impregnar las telas con nanopartículas sanitizantes -afirma Espeche-. Para llevar adelante nuestro proyecto nos otorgó un préstamo el Banco Nación. Nuestra oficial de cuentas, Mariel Curiel, confió en nosotros y también Matías Savoia, el gerente de la sucursal Mataderos. Sin ellos, no habríamos podido dar ese primer paso: al principio de la pandemia había mucha incertidumbre y el panorama era muy difícil.»

«Luego de conseguir la fórmula empezamos a probarla, a corregirla y a mejorarla -cuentan-. Para junio teníamos el producto terminado y ahí comenzaron las pruebas de efectividad contra bacterias y hongos, una capacidad de nuestro barbijo que fue certificada por el INTI, a cargo de Laura Matos. Luego, lo certificamos contra coronavirus, cuya inactivación al 99,9% fue constatada por el INTA, a cargo de Irene Álvarez. Después empezamos la producción, a fines de julio firmamos el convenio con el Conicet y en agosto salimos a la venta.»

De las ventas, el Conicet percibe una parte. Además, Kovi lleva donados 7000 metros de tela para confeccionar 180.000 barbijos que la UBA y la Unsam ceden a cooperativas de trabajo para repartir gratuitamente.

Del lado de afuera, el barbijo es violáceo; del lado que se apoya en la boca y la nariz es verde. En pruebas de laboratorio, su capa externa mostró inactivar el virus SARS-CoV-2 en 5 minutos, cuando hacen falta 15 minutos de contacto con alguien infectado para contraer la enfermedad. Su capa interna, en tanto, tiene propiedades bactericidas y antihongos que evitan que la persona que lo usa respire sus propios gérmenes. «Por eso, se puede utilizar hasta 8 horas seguidas -dice Gontmaher-. Como los activos antivirales, fungicidas y antibacterianos se mantienen en la tela, es posible lavarlos (a mano o a máquina) hasta 15 veces sin que se alteren sus propiedades».

Kovi mata Covid

La trayectoria de Gontmaher en el mundo textil comenzó a sus 18 años. «Había terminado la secundaria y empecé a trabajar -recuerda-. Mi familia estaba en el rubro textil, pero eran comerciantes. Yo, en cambio, empecé a fabricar. Tenía telares, comencé a estampar, a hacer tintorería, la parte de teñidos, y hoy, 27 años después, tenemos producción vertical: desde la fibra del campo hasta el producto final terminado. Hilandería, tejeduría, tintorería, corte y confección, distribución y comercialización. Hacemos todo. La nuestra es una empresa familiar: somos mi mujer y yo. Estamos juntos hace 10 años y ella se integró plenamente a la fábrica. Es la socia gerente de la empresa, que está a su nombre. Es una pyme conducida por una mujer».

Angie y Alan se conocieron hace varios años. Ella, abogada, vivía en Comodoro Rivadavia, pero cuenta que el flechazo fue inmediato y, entonces, decidió volver a Buenos Aires después de más de 30 años de residencia en la Patagonia. Juntos formaron una familia ensamblada, con seis hijos (cuatro de ella, dos de él),

Como una casualidad del destino, Kovi, el nombre de fantasía de la empresa, terminó ganando notoriedad luchando contra el Covid. «Lo de Covid y Kovi es una coincidencia semántica», dice Gontmaher. La fábrica tiene hoy dos plantas. La original, en Lomas del Mirador. La nueva, en Bella Vista, se puso en marcha hace unos meses. El barbijo se vende online (a partir de 10 unidades) y puede comprarse por unidad a $399 en algunas farmacias, en aeropuertos y en una cadena de kioscos del país.

«Hasta ahora se vende solo en la Argentina -agrega Espeche-, pero estamos esperando el visto bueno del Conicet para exportarlo. Recibimos consultas de Bolivia, Estados Unidos, España y hasta de Finlandia. Mucha gente que viene al país se lleva el barbijo y despierta interés. Es una satisfacción y un orgullo inmenso ver que tanta gente lo usa. El presidente Alberto Fernández lo tenía en un acto. Ofrecemos un producto de calidad y apuntamos a que la sociedad lo conozca. Son barbijos muy cómodos que protegen mucho más. El gran problema de un barbijo común es que cuando vas exhalando contaminás el textil y eso es un caldo de cultivo, bacterias y hongos se reproducen en forma indefinida. Eso, con nuestro barbijo, no pasa».

El Sello de Buen Diseño Argentino extiende su convocatoria

Fuente: Argentina – La Secretaría de la Pequeña y Mediana Empresa y de los Emprendedores extendió hasta el próximo 28 de febrero la convocatoria de la décima edición del Sello de Buen Diseño Argentino, la distinción del Ministerio de Desarrollo Productivo para productos de industria nacional que incorporen el diseño de manera estratégica e innovadora.

El Sello de Buen Diseño es un reconocimiento otorgado tras la evaluación de un comité de 90 profesionales de sectores académicos y productivos de todo el país a los productos o campañas de comunicación estratégica que se destaquen por su diseño, innovación o posicionamiento en el mercado dentro de cinco categorías: productos para la industria y el transporte; mobiliario y equipamiento; productos para el hogar, oficina y recreación; indumentaria, calzado y accesorios; y comunicación estratégica.

El secretario de la Pequeña y Mediana Empresa y de los Emprendedores, Guillermo Merediz, destacó que: “la innovación puede transformarse en un componente diferencial para el crecimiento de las PyMEs. A través del Sello de Buen Diseño apoyamos a aquellas empresas y emprendimientos que incorporan el diseño para innovar con sus productos, mejorar sus procesos productivos y aumentar su competitividad.”

Además de ser distinguidos, los productos seleccionados formarán parte del catálogo anual -tanto impreso como digital- del Sello de Buen Diseño Argentino, podrán participar de rondas de negocios, participar en exposiciones, enviar sus productos a ferias internacionales y recibir acompañamiento en acciones comerciales y de exportación.

“Esta distinción es una herramienta, no solo para promover la incorporación de estrategias de diseño e innovación en las PyMEs, sino también para ayudarlas a insertarse en mercados nacionales e internacionales», detalló el subsecretario de Productividad y Desarrollo Regional, Pablo Bercovich.

Entre las distinciones que realizó el Sello de Buen Diseño a lo largo de 10 años se encuentran productos como el horno de empotrar 900 de Luxor Gas, diseñado por Matías Ferreyra, quien también fue reconocido el año pasado en el concurso “Good Design Award” por una cocina de alta gama; la silla Eutopía diseñada por Francisco Gómez Paz, que ganó en 2020 el premio Compasso D´Oro en Milán; la cabina de bioseguridad de Sabella; la cacerola cuadrada y el grill con tapa sartén de Essen, y la estrategia de marca de la bodega La Fuerza para su vermouth.

Según la Resolución 3/2021 publicada hoy en el Boletín Oficial, las PyMEs interesadas en participar, podrán inscribirse gratuitamente hasta el 28 de febrero de 2021 en https://www.argentina.gob.ar/obtener-el-sello-de-buen-diseno-argentino.
Para ver más información, pueden ingresar en las redes sociales de Sello de Buen Diseño: @sellobuendiseno en Instagram y https://www.facebook.com/DisenioArg.

Juana Martín pone la ciudad de Córdoba de moda en la Alta Costura de París

Fuente: Clarín – La diseñadora cordobesa Juana Martín presentó este miércoles en el margen de la Semana de la Moda de París su colección «Córdoba, Patrimonio de Moda», inspirada en los rincones más famosos de la ciudad andaluza, cargada de volantes, volúmenes y pedrería.

Martín, que lleva varios años mostrando sus nuevas creaciones en París, decidió sacar partido a la recomendación de la Federación francesa de Alta Costura y Moda de no organizar desfiles en vivo y puso su ciudad natal en el centro de la tendencia.

En el vídeo, retransmitido en redes sociales, los famosos patios cordobeses se transformaron en vestidos, de cortes asimétricos y decorados con volantes, con trajes de gitana o de noche, y tops combinados con pantalones blancos fluidos.

A las puertas de la Mezquita, las modelos, convertidas en columnas, visten diseños rectilíneos en tonos neutros con apliques metalizados. Lazos y volantes destacan sobre la simplicidad del vestido, con una manga globo o una exagerada cola.

En la Plaza del Potro varias creaciones blancas con finos volantes superpuestos parecen adornadas con pétalos de flores.

Los minivestidos resaltan en contraposición a las voluminosas mangas y hombreras levantadas, y los vestidos largos con discreta cola, se abren hasta el muslo.

La Mezquita aparece en el vídeo desde sus espectaculares puertas exteriores, pero también en el colorido Patio de los Naranjos y en su interior, que contrasta con la luz de los colores de Martín.

Los escenarios elegidos por la modista fueron los cuatro lugares de Córdoba designados como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco: la Mezquita, el Casco Antiguo, los Patios Cordobeses y Medina-Azahara, que sirven a Juana Martín como fuente de inspiración.

«Están grabados a fuego en mi ADN», dice Martín sobre estos escenarios en una nota.

La cordobesa transformó en vestidos el blanco de las luces de Medina Azahara, el negro de «la intimidad del rezo en la Mezquita» y el llamativo color de la buganvilla tan característica de los Patios Cordobeses.

Martín colaboró con el Ayuntamiento de Córdoba y la Delegación de Turismo de la ciudad y usó de reclamo los rincones más célebres Córdoba, vaciados ahora de turistas por la pandemia.

Las prendas estuvieron acompañadas por las joyas de la firma Facet, creadas especialmente para este particular desfile, que añadió brillo a la colección. EFE

De Rosario al mundo: la pyme familiar que apuesta a sumar ventas en Dubái y EE.UU.

Fuente: Cronista ~ Desde 2005, Gabriela Cid comanda junto con sus hijas Ximena y Luciana González Cid Tecomoabesos, una firma dedicada al diseño y producción de indumentaria infantil para bebés y niños de hasta seis años, que este 2021 planea lanzar su e-commerce para vender en Asia y los Estados Unidos.

Con una inversión inicial de u$s 4000 cuando fundaron la empresa, madre e hijas, que en ese momento tenían 43, 20 y 16 años, respectivamente, se propusieron crear una marca joven pero clásica. Las prendas de Tecomoabesos son confeccionadas con algodón orgánico y pima peruano. Algunas terminaciones, de hecho, se realizan en el país andino. Hoy tienen tres locales propios, dos de ellos, en la ciudad Rosario y un tercero en Buenos Aires. Además de ellas y de un hermano que se sumó al negocio, emplean a seis personas. «La inversión siempre fue capital familiar y la clave del negocio fue re invertir toda la ganancia. Siempre hubo un objetivo común: crecer como empresa», reconocen.

Mujeres emprendedoras

«Emprender siempre estuvo en nuestra genética: en momentos en los que las mujeres estaban dedicadas, sobre todo, a las tareas de la casa, nuestra bisabuela fue la presidenta de la Cámara de Mujeres Empresarias», cuentan las hermanas González Cid.

La conexión con la parte creativa y el mundo infantil se dio a través de su madre, vinculada a este universo desde hace más de 30 años. Cuando sus cuatro hijos eran pequeños, pintaba y comercializaba acrílicos. Y, de la mano de Ximena, formada en Administración de Empresas, y de Luciana, en Diseño Gráfico, lidera esta compañía que abrió su primer local el 1 de diciembre de 2005, en Rosario.

El emprendimiento dio buenos resultados. Al poco tiempo, empezaron a llegar las consultas mayoristas y la colección comenzó a crecer. Tanto así que hasta desembarcaron con sus productos en Asunción, Paraguay; y abrieron una tienda en Recoleta, que pronto será trasladada a la zona de Palermo Soho.

En 2012, madre e hijas ganaron un premio como «mejor propuesta internacional de diseño» en la Exposición Internacional de Moda Infantil de Colombia, un reconocimiento que les dio la posibilidad de exportar a ese país y compartir tienda con una marca española.

Todas las colecciones son diseñadas en la Argentina y, dependiendo del producto, la prenda se fabrica en el país o en Perú. En octubre de 2020, Promperú Argentina, organismo encargado de la promoción de ese país en materia de exportaciones, turismo e imagen, convocó a Tecomoabesos para ser representantes de su Marca Perú.

Transformación digital

La pandemia fue un trampolín al mundo digital, sobre el cual ya venían trabajando, y actualmente su canal de venta más fuerte es el online. «Tuvimos un crecimiento exponencial de nuestra tienda online, que nos permitió llegar a muchísimas más personas de lo que hubiésemos imaginado; durante el período de cuarentena, para responder con mayor rapidez, sumamos cinco nuevas empresas de envíos», reconocen.

La idea de expandirse fronteras afuera toma fuerza. En este sentido, madre e hijas no descartan hacerlo a través del sistema de franchising. «Tenemos entre nuestros proyectos abrir franquicias en el exterior y creemos que las plataformas online en los Estados Unidos y Asia nos pueden traer potenciales interesados«, sostienen.

A esta idea le vienen dando forma desde enero del año pasado, analizando la competencia y las preferencias de los consumidores de esos mercados. «Actualmente, nos encontramos en el proceso de desarrollo de las plataformas y plan de marketing para poder realizar el lanzamiento en el primer semestre de 2021. En los Estados Unidos todo lo que es logística y ventas va a estar tercerizado siempre, siguiendo los lineamientos de nuestra marca», comparten.

Asimismo, en Dubái tienen un equipo con experiencia textil que realizó la investigación del mercado y se encuentra gestionando una plataforma propia de Tecomoabesos, aunque no descartan unirse a otros marketplaces. «Creemos que estos dos nuevos puntos de ventas serán puertas para nuevos mercados», afirman las socias de este emprendimiento con el que esperan crecer 30% en ventas este año.

Desarrollo sustentable en la moda: la aventura de fabricar en Argentina ropa «amiga» del Medio Ambiente

Fuente: Clarin ~ Textiles nuevos, naturales o reciclados son alternativas diferentes a la producción y consumo tradicionales en pos de una conciencia ecológica

Según el Foro Económico Mundial, la industria de la moda es el segundo mayor consumidor de agua, emite el 10% de las emisiones de carbono en todo el mundo y es responsable del 20% de la contaminación industrial del agua.

Producir una remera de algodón consume 2650 litros de agua, que equivale a 8 vasos de agua que puede tomar una persona por día durante 3 años y medio. La cantidad de emisiones de CO2 que produce supera a las generadas por aviones y barcos. El lavado de la ropa libera 500.000 toneladas de microfibras al océano cada año, lo que equivale a 50 mil millones de botellas de plástico. El teñido textil es el segundo mayor contaminante de agua.

Mientras tanto, la producción de la ropa ha duplicado desde 2000. Pero el 85% de las prendas terminan en vertederos cada año lo que equivale a lo que un camión de basura descarga en un basural cada segundo.

Es muy difícil ser 100% sustentable. Se trata de un camino de serlo y no como una actitud de castigar al que no lo es. Podemos ir modificando muchas cosas de su trazabilidad o de su cadena de valor, desde el contenido hasta el packaging. Lo que una marca puede ser, es ser consciente y responsable. El diseñador es un comunicador social”, expresa Alejandra Gougy, presidenta de la Asociación Moda Sostenible Argentina (AMSOAR).

“Ser sustentable debería ser algo esencial. Nuestros recursos naturales son limitados y es notable la gran cantidad de basura que hay. El mayor contaminador no es sólo el que fabrica, sino el que lo consume también. Y no solo la sustentabilidad sino también la sostenibilidad se arma en comunidad. La sostenibilidad es igual al cuidado y el cuidado, al amor. Cuidamos lo que amamos”, concluye la presidenta de AMSOAR.

¿Qué alternativas existen en Argentina para un desarrollo sustentable en la industria de la moda? 

Inspirada en Misiones, lugar donde nació y se crió, Verónica Bergottini fundó Karu Biodiseño, en la que desarrolla e investiga un biomaterial innovador cuya textura es similar al cuero vegetal y lo aplica al diseño sustentable.

“Se trata de TILEX (Tela de Ilex paraguariensis, el nombre científico de la planta de yerba mate), un material sintetizado por microorganismos cultivados en yerba mate. Su obtención implica un proceso biotecnológico y luego tratamientos para adquirir ciertas propiedades específicas. La biofabricación consiste en emplear a células vivas como fábricas de materiales. TILEX es un ejemplo de material biofabricado», dice Verónica.

Y agrega, “Un punto innovador es que este tipo de biomaterial puede ser cultivado directamente con las medidas de la moldería para evitar descartes. Es decir, eszero wastedesde el batch de cultivo. Por otra parte, todos los desechos del cultivo microbiano son compostables.”

Martín Alonso es fundador de Stay True, que produce remeras 100% orgánicas, sin tóxicos, sin transgénicos y con cero consumo de agua.

“En 2014, nos propusimos desarrollar junto con la comunidad Qom de Campo Medina, el primer programa de cultivo de algodón biodinámico de la Argentina y en 2020 lanzamos los primeros productos a base de cáñamo. Estas fibras naturales son producidas de manera regenerativa, basado en los principios de la agricultura biodinámica y el comercio justo certificado”, explica Martín.

“La Ley de producción orgánica determina que tenés que recibir la certificación de Senasa para que tu producto sea reconocido como orgánico argentino, pero en el caso del algodón o de cualquier otra fibra natural textil termina siendo un proceso a medias porque se llega hasta donde se cultiva cuando se separa de la semilla y queda en fibra. Nosotros lo que hacemos es que la certificadora, aparte de la fibra, siga hasta la prenda final, así auditan toda la cadena, desde el campo hasta el shop”, expresa.

Y señala: “Por eso tenemos muchas diferencias con otros. En el campo, no usamos agroquímicos, usamos solo agua de lluvia y realizamos un monocultivo que sea autosostenible y regenere el suelo. En cuanto a los tejidos y tinturas, trabajamos con cero químicos, solamente se teje, y termina siendo un color crudo porque no lo blanqueamos ni lo teñimos. En forma adicional, después hacemos un proceso de teñido con cáscaras de cebolla, de palta, hojas de yerba mate, flores y tierra.”

“No usamos formaldehído (químico para que no se arrugue y no se encoja la prenda) ni la prenda lleva etiqueta o material de marketing porque cuanto menos es mejor. El producto es envuelto en papel crap como se hacía antes y es entregado en caja reciclada y cinta de papel. Explicamos en un papel el proceso para que veas por qué manos pasaron para que llegue al producto final”, concluye el fundador de Stay True.

Agostina Trovato es co creadora de Get wild! que diseña y produce indumentaria con fibra natural de bambú.

“El bambú es la planta de más rápido crecimiento en el mundo y es, por lo tanto, el recurso ecológico y sostenible por excelencia. Crece en terrenos marginales sin requerir tierra fértil, agrotóxicos ni pesticidas. Más del 50% de las especies registradas de bambú, habitan en el continente americano. Nosotros trabajamos en Misiones, Chaco y Formosa, en fase experimental. De la caña de bambú extraemos la fibra que nos permite obtener el hilado con el cual finalmente hacemos la tela de bambú”, comentó Agostina.

“Las maquinarias cuentan con una baja relación de baño y procesos más cortos, que permiten un menor uso de químicos y por ende, un mejor tratamiento de los efluentes residuales, químicos y biológicos”, dice.

Y añade: “Los controles aplicados limitan la selección y gestión de colorantes, respetando el listado de sustancias restringidas (formaldehidos, colorantes azoicos, ftalatos, alquilfenol etoxilado, cromo hexavalente, sustancias alergénicas, níquel, plomo y cadmio) y sustituyéndolos por productos de bajo impacto (química verde, los que además responden a las políticas de la certificación ecológica BlueSign)”.

“Para el proceso de stockeado de las prendas hemos reemplazado las bolsas de plástico por bolsas compostables. Todos los residuos de tela generados en la producción de indumentaria, son reutilizados para confeccionar nuevas prendas o productos”, concluye la co creadora de Get Wild!

Animaná es una marca de lujo sustentable que realiza prendas de fibras naturales de la Patagonia y los Andes.

“Trabajamos principalmente las fibras de los camélidos como el alpaca, la llama, la vicuña y el guanaco. E incorporamos otras fibras naturales como la lana y el algodón orgánico, el lino y la seda. En nuestro proceso de producción trabajamos con distintas comunidades de artesanos, cooperativas, tejedores y familias y creamos diseños que se adapten a las posibilidades locales de producción”, explica Marcia, gerente comercial de la marca.

“Las fibras se lavan con jabón blanco, no tienen químicos agregados contaminantes y la base de la colección son los colores de las fibras que van del natural al negro para crear prendas atemporales que perduren por su calidad y no las tengas que usar solo para una temporada. Otras veces, agregamos tonos de color con tintes naturales a través de plantas y semillas o colores más fuertes con tintas certificadas no tóxicas”, detalle Marcia.

En 2009, junto con animaná, Adriana Marina también fundó la ONG sin fines de lucro “Hecho por Nosotros”, que cuenta con estatus consultivo dentro de las Naciones Unidas para profundizar la transformación del paradigma de la moda sostenible.

Eugenia Zona se inspiró en las culturas originarias, que crearon y profundizaron el mundo de los tintes naturales, y fundó Jardín estampas.

“Está enfocado en hacer textiles, estampados y teñidos con tintes naturales. Las prendas son procesadas artesanalmente con tintes naturales vegetales y trabajo con dos técnicas: el estampado y el teñido. Los textiles que trabajo son de fibras naturales como algodón, lino, yute, lana o seda. Provienen de tejidos reciclados y excedentes de depósitos, tiendas antiguas o descartes de la industria textil convencional”, dijo Eugenia.

Y agrega: “Para realizar los estampados, selecciono hojas de plantas y árboles, flores, semillas, cáscaras y cortezas que por un proceso de cocción al vapor, permite que todos esos pigmentos pasen a la tela y se fijen luego mediante sales minerales. Con los teñidos ocurre algo similar, con esos materiales vegetales genero un tinte con agua y luego sumerjo las telas preparadas con sales minerales, con las que después hago las prendas”.

“Todos los materiales utilizados en la fabricación de los tintes y estampas son atóxicos, y luego de utilizados vuelven a la tierra generando abono. Al igual que los desperdicios textiles generados que son reutilizados en series de nuevos productos”, concluye la creadora de Jardín estampas.

Moda Ultrarápida ¿Qué es y por qué es furor hoy?

Fuente: Marie Claire – Conocé la última tendencia en moda capaz de diseñar piezas y colecciones en tan solo una semana, recreando los looks de celebridades e instagramers.

Esperar toda una temporada para las nuevas colecciones, resulta cada vez menos frecuente, la Fast Fashion (moda rápida) que implementaron H&M, Primark, el grupo Inditex al que hacen parte Zara, Bershka, Massimo Dutti, entre otras, mediante la cual sacaban nuevas colecciones cada cuatro semanas, se vuelve lento ante la nueva tendencia de moda Ultrarápida.

Esta nuevo sistema de moda Ultrarápida saca sus colecciones basado en las tendencias de los influencers y celebridades, mediante inteligencia artificial, los sistemas de estas empresas identifican los outfits que están causando tendencia en las redes, y copian los patrones para la creación de sus piezas.

Dentro de las compañías que logran reconocimiento mundial en el tema se encuentran las empresas de moda británicas Boohoo y Missguided, que tardan aproximadamente en rediseñar y sacar a la venta una prenda que ha usado por una celebridad o influencer en tan solo una semana tras su aparición en redes.

La estrategia de la moda ultrarápida identifica mediante algoritmos, estampados, diseños, siluetas y colores. El segundo paso y mediante el cual se minimiza el riesgo de una colección no deseada, es lanzar colecciones pequeñas. Otro factor que diferencia a la moda ultrarápida de las comunes es la producción en Europa, con la cual ahorran los costos de envíos desde Asía y se va produciendo a demanda.

Por último, la moda Ultrarápida no tienen almacenes físicos sino únicamente en línea, teniendo un target definido de usuarios millennials que consumen moda a diario sin salir de casa. Esta tendencia de moda es sin duda innovadora, pero la alta producción de piezas que al tercer uso ya han pasado de moda, genera un alto impacto en medio ambiente.

Quienes no encuentran sus talles de ropa «se angustia y puede sufrir trastornos»

Fuente: TodoJujuy – Mercedes Estruch, de la ONG Any Body, remarcó la importancia de que se aplique en el país la Ley de Talles y que la sociedad tome conciencia.

El sobrepeso, la obesidad o la delgadez extrema son problemas que gran parte de la población en Argentina sufre y que pueden ser más agravantes si las personas no encuentran sus talles cuando se compran ropa.

Ante esa situación, se creó en el país una Ley de Talles que lamentablemente aún no se aplica. Al respecto, Mercedes Estruch, activista de la diversidad corporal y forma parte del grupo Ong Any Body Argentina comentó, en diálogo con Canal 4 que “el problema con la Ley de Talles, que la tenemos aprobada y promulgada hace más de un año, pero no está reglamentada ni implementada, necesitamos que el Ejecutivo de el Ok y la pueda reglamentar para que rija en todo el país”.

“Uno de los puntos más importantes que tiene la ley es que a partir de unos estudios que se están haciendo, poder hacer la curva de talles que se les dará a la industria textil. Eso es lo primero que va a lograr la Ley de Talles”, añadió.

En Argentina el 65% de las personas tienen problemas para conseguir la ropa por sus talles, “casi el 45% de los encuestados nos responde que cuando no encuentran ropa en su talle, lo primero que se les viene es un sentimiento de tristeza, se angustian y se genera un malestar crónico en ellos. Muchos cuestionan su cuerpo también y eso puede desencadenar trastornos alimenticios. No encontrar ropa es una cuestión social que puede llegar a influir en una persona que puede terminar haciéndose un daño. Las corporalidades cambian mucho según las regiones del mundo”, indicó.

Asimismo aconsejó que “hay que empezar a educarnos más en la diversidad, empezar a entender lo diversos que somos y eso hace a una sociedad más justo e igualitaria. El cuerpo tiene que entrar en esas categorías de diversidad que de a poco se van abriendo en nuestra sociedad. Tenemos que generar una sociedad donde la diversidad sea nuestra norma y no el motivo para la discriminación. Como adultos hay que cuestionar ciertas prácticas que tenemos naturalizadas como opinar sobre el cuerpo de las personas o hacer comentarios que incomoden al otro, etc”.