Dos diseñadoras convirtieron una firma de pañuelos en una marca de ropa sustentable

Fuente: La Nación ~ Lo suyo son los dibujos con los que consiguen prints únicos. Primero los hicieron sobre pequeñas telas para pañuelos y hoy lo llevaron a piezas únicas como vestidos y blusas, con las que se distinguen. Jimena Palacios y Cecilia Martínez son las diseñadoras de Tres Tintas, una firma de estampas. Un emprendimiento hecho a pulmón y a mano, por supuesto.

La iniciativa fue de a tres, con una amiga en común, por eso el nombre, y luego continuaron el proyecto de a dos. «Nuestro objetivo era crear nuestras propias estampas y decidimos empezar por pañuelos de diseño. Un producto que nos permitió aplicar y también poner a prueba nuestra experiencia de 25 años en el rubro textil», cuentan las creativas.

Y dan cuenta de su proceso y evolución: «Pensamos que la confección sería fácil, pero nos costó varias pruebas y tandas de pañuelos hasta estar conformes con la calidad del producto. Con una inversión de 1200 pesos, en agosto de 2017, lanzamos una primera colección de pocas unidades y las vendimos muy rápidamente. Un resultado que nos entusiasmó y nos permitió reinvertir en rollos de tela y hasta en una oficina y showroom en el emblemático Palacio Barolo».

Algo poco usual, pero admiten que fue una sorpresa que Tres Tintas haya logrado ser una firma sustentable desde un principio, lo cual también les allanó el camino hacia la apertura de su tienda online. «A lo largo de los años, incursionamos en otros proyectos y emprendimientos textiles, pero ninguno dió buenos resultados como este».

La experiencia, clave en el éxito

¿Qué hace que sus productos sean únicos? Dibujan las estampas a mano y, si bien cada una tiene un estilo de trabajo propio y distinto, Cecilia dibuja en lápiz y con tinta al agua y Jimena lo hace con fibra y luego colorea digitalmente, se fusionan, complementan y conjugan de manera armónica. «Nos identificamos mucho con los dibujos a gran escala, algo que se ve poco en este tipo de accesorios».

Cuenta que arrancan por bocetos hechos a mano, lo trabajan digitalmente para perfeccionar las formas y lograr distintas paletas. Así llevan a la tela trazos que serían imposibles de hacer solo en computadora. Tras un proceso de sublimación, los pañuelos son cortados a mano por ellas, uno por uno, cuidando las terminaciones y detalles propios de la estampa.

Las estampas ganadoras
Y van por más. Trabajan en la diversificación de la marca y proyectan sumar aún más productos. Este verano estrenaron blusas y vestidos en seda lavada y una edición limitada de pareos en gasa.

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